En medio del desarrollo de la crisis mundial y de una crisis aguda en la Argentina se ha instalado un escenario electoral para saber quién va a presidir los destinos del país en medio de una importante debacle de la economía nacional y sus consecuencias en las condiciones de vida.
El 12 de junio cerraron los plazos para presentar alianzas para las elecciones de octubre, previo el mecanismo de las PASO. Dicho cierre mostró el nivel de crisis de los partidos patronales y la necesidad de buscar la mejor fórmula burguesa para combatir la crisis, pagar la deuda al FMI y preparar las condiciones de las reformas estructurales que el gobierno de Macri no pudo hacer. La crisis de los partidos burgueses llevó a sus direcciones a buscar coaliciones electorales ante la nula base social de sus partidos y la necesidad de mostrar al gran capital y al capital nacional su subordinación a los intereses del imperialismo y sus socios locales.
A modo esquemático se podrían dividir las distintas alianzas patronales y a las tendencias que expresan en el plano nacional e internacional de la siguiente manera. La fórmula Macri-Pichetto es expresión de la línea del imperialismo norteamericano, el FMI y de la burguesía monopolista. Los Fernández-Fernández expresan a los sectores de la burguesía no monopolista, centralmente a las PyMEs y, si bien buscan ser buenos alumnos del FMI, intentan aprovechar la guerra comercial entre EEUU y China para tener una mayor independencia en las decisiones en el futuro gobierno. Lavagna-Urtubey expresan al gran capital nacional industrial aliado al imperialismo.
La burocracia sindical se ubica en estas fórmulas según a qué empresarios representa, o enfrenta. Es evidente que, en este escenario de fórmulas, los trabajadores y nuestras luchas no están reflejadas y no podrían estarlo. Ellos son representantes del capital y sus distintas fracciones.
Hay algo que debemos dejar bien claro: por el nivel de crisis internacional y nacional, las fórmulas expresan la crisis, pero intentan dar una idea de unidad burguesa para descargarla sobre los trabajadores y ser fieles pagadores del FMI, eso los une a todos. Deben dirimir sus diferencias en las elecciones ante el fracaso del macrismo como recambio burgués.
Hay que agregar un elemento más al análisis de carácter estructural y es que la descomposición del imperialismo a nivel histórico -y sumido en una crisis mundial que aún no ha logrado dar solución- lleva a que en las semicolonias los gobiernos sean aún más débiles para garantizar las reformas. El caso más emblemático es el gobierno de Bolsonaro en Brasil que, a pesar de que gran parte de la izquierda le atribuyó superpoderes, hoy está enfrentando grandes movilizaciones con una enorme huelga general el 14/06 en contra de su política. La izquierda en Brasil llegó al/ colmo de llamar votar a Haddad, el candidato del PT.
En un escenario electoral con las características que hemos esbozado más arriba, es necesario abrir un gran debate al interior de nuestra clase para propagandizar un programa obrero para salir de la crisis. Mostrar el potencial de los trabajadores en la producción ante la desorganización de la economía, que se puede organizar sobre otras bases. En las elecciones el voto de los trabajadores se da de forma diluida, pero en los lugares de trabajo nuestras decisiones y acciones hacen temblar a la burguesía.
Peleamos por la independencia de clase, por eso para nosotros no es lo mismo que un trabajador vote a sus verdugos, por eso utilizamos las elecciones para organizar a los trabajadores detrás de un programa, no en clave electoral, sino mostrando la necesidad de reorganizar una vanguardia que enfrente de forma revolucionaria la situación.
Nosotros llamamos a votar en blanco en estas elecciones, en una pelea, quizás en solitario, por la independencia de clases. El FIT en su alianza con el MST, y el NMAS, se han alejado de la independencia de clase en la necesidad de abrir un diálogo con la opinión pública y diversos movimientos, descartando el programa de transición para reemplazarlo por un sinfín de reivindicaciones de carácter estatista. Pero el fundamento más importante para llamar a votar en blanco es que tanto el grupo del FIT, del MST como del NMAS en Brasil llamaron a votar a Haddad, del PT, liquidando toda idea de independencia de clases.
Elecciones en San Luis 2019
Este domingo 16 de junio son las elecciones provinciales en San Luis. Se elige Gobernador, las intendencias y Diputados provinciales. Los representantes politicos de las patronales nos llaman a concurrir mansamente a las urnas para elegir a nuestro próximo verdugo.
En San Luis los candidatos con principal intención de voto provienen todos del riñón del peronismo: Alberto Rodríguez Saá que va por el “Frente Unidad Justicialista”, su hermano Adolfo Rodríguez Saá por el “Frente Juntos por la Gente”, y Claudio Poggi por el “Frente San Luis Unido”.
Los hermanos Saá van divididos en estas elecciones inmersos en una pelea fratricida por la Caja del estado, botín que compartieron alternándose en el poder desde 1983 casi hasta la fecha recordando que su candidato Poggi fue Gobernador entre 2011 y 2015.
Poggi hoy caído en desgracia dentro del PJ formó su alianza con Carlos Ponce (Intendente de San Luis, otrora delfín político del kirchnerismo en la provincia) y la UCR es decir un rejunte de ex PJ, kirchneristas y Macristas.
El resto de la militancia K se divide entre el Alberto (mayoritariamente) y en menor medida con Adolfo. Que lejos quedó el 2004 donde estos junto a la UCR reclamaban la intervención del Gobierno Federal ante el Despotismo de los Rodríguez Saá, luego de la represión a la Lucha Docente..
El saldo para los trabajadores de la provincia desde el 83 hasta la fecha con los gobiernos de los Saá y Poggi ha sido nefasto.
En el sector estatal la precarización laboral es la más profunda del país con trabajadores de distintos planes sociales de “ayuda gubernamental” realizando trabajos de distinta índole por un salario miserable y que además se puede acabar en cualquier momento de acuerdo a los caprichos del gobernante de turno. Y cada vez con menos chances de pasar a ser de planta permanente.
En cuanto a la juventud han estatizado a un sector con prebendas para tratar de continuar con la política de colaboración de clases y garantizar paz social, llevando las banderas de su militancia a festejar el Programa Empezar, es decir la legalización de la super explotación juvenil. Con este plan los jóvenes de 17 a 25 años podrán trabajar media jornada por $4500 mensuales aportados por el estado para subsidiar las ganancias patronales.
No hay paritarias para los trabajadores del Estado, la última lucha la llevaron adelante los trabajadores docentes en el 2010 y tras la derrota política que les propinó Alberto Rodríguez Saá los salarios los ha venido definiendo él a su gusto y placer.
Debemos recordar que el plan de reforma educativa con el que quiere avanzar el FMI en Argentina ha sido puesto en práctica por los Saá en la provincia desde fines de los 90´, han degradado el sistema educativo si lo comparamos con las otras provincia, Escuelas Charter, Autogestionadas, Digitales y ahora Generativas, distintos nombres para precarizar la educación y las condiciones de trabajo de los docentes.
Por el lado de los trabajadores del Sector Industrial y servicios los salarios son unos de los más bajos de convenio del país, salvo excepciones donde los sindicatos son un poco más fuertes. Producto de la crisis económica y la extinción de la Ley de Promoción Industrial han cerrado muchas industrias y se ha precarizado aún más las condiciones de trabajo sin poder poner un freno a las patronales
Pero esto no es culpa de los Saá o los Poggi, ellos si que han cumplido bien su papel de representantes patronales, llevando hasta el extremo su política de “Paz Social”, esto quiere decir para la burguesía que puedan acumular superganancias y superexploten a los trabajadores en un ambiente libre de conflictos. Y para los trabajadores que aguanten esas condiciones favorables al patrón.
Los verdaderos responsables de la situación de los trabajadores son los traidores en nuestras propias filas, la burocracia Sindical. Ellos han sido cómplices todos estos años del ataque patronal sobre los trabajadores.
Los sindicatos de trabajadores estatales que fueron derrotados en algún momento por los Saá jamás pudieron organizar nuevamente la fuerza de los trabajadores para ponerse nuevamente en pie de lucha, algunos dirigentes fueron cooptados y van o apoyan políticamente hoy las listas de Alberto, Adolfo o Poggi.
Párrafo aparte merece la CGT, cuyo secretario General es además Vicegobernador de la provincia. Y el principal garante de que los trabajadores deban resignar derechos ante cada ofensiva patronal
Cada vez que un sector de los trabajadores quiso organizarse contra la opresión patronal en estos años de “democracia” Fue duramente reprimido por el Gobierno de turno y su aparato represivo: los trabajadores de Bagley en el 86´, los docentes en 2004, los Municipales en 2005, los trabajadores de Pagoda en 2007, los de Tubhier en 2015 por nombrar algunos de los más importantes, la burocracia sindical fue cómplice de estos ataques.
No solo no movió un dedo para que estas luchas triunfen sino que además conspiró activamente con las patronales y el Gobierno para desarticularlos y llevarlos a la derrota.
En estas elecciones hay que votar Nulo o en Blanco
Para los trabajadores, atarnos a un sector de la patronal tiene consecuencias mucho más inmediatas que sólo meter la boleta en la urna.
Tanto los candidatos del PJ y los burócratas sindicales vienen bombardeándonos con un discurso que implica salir a defender a las patronales de las medidas del macrismo.
Por ejemplo, defender a las pymes por las caídas de ventas provocadas por las altas tasas de interés y por las importaciones. Ofrecen un programa de supuesto “crecimiento nacional” basado en la intervención del Estado a favor de este sector del empresariado, mientras dejan pasar los preventivos de crisis y las reformas laborales.
Frente a los despidos y suspensiones, nos dicen que tenemos que poner el hombro y ayudar a la patronal a pedir planes de protección de la industria, baja de impuestos y “compre nacional” o “compre San Luis”.
Al igual que a nivel nacional los representantes de los Frentes patronales (Macri-Pichetto, Fernandez- Fernandez, Lavagna, etc) son los candidatos del FMI, en la provincia Los Rodriguez Saá o Poggi son los candidatos del FMI.
Por otro lado se presenta en la provincia el Nuevo MAS, que sí denuncia el acuerdo con el FMI e impulsa las luchas de los trabajadores. Pero se ha metido de cabeza en el aparato político de la democracia patronal, sin denunciar la trampa en curso para normalizar el recambio burgués a través de las elecciones.
No se expresa la independencia política de los trabajadores en las papeletas de voto. El Nuevo Mas tiene por eso un programa estatista, que pone en el centro medidas que tomaría un gobierno de los trabajadores sin destruir las instituciones de la democracia patronal. ¿Con qué instrumentos? ¿Con decretos y leyes que deberá garantizar un aparato burocrático militar construido para defender la propiedad privada?
Ni que hablar del MST, la izquierda Sojera, otrora aliado del Nuevo Más, hoy integrando las listas del también Estatista FIT a nivel nacional.
No hay independencia de Clase en estas variantes de izquierda. Todas estas corrientes, agitando el espantajo de un gobierno “fascista” o “bonapartista de derecha” de la mano de Bolsonaro en Brasil, llamaron a votar a Haddad y al PT, es decir, a la corriente política continental que hizo teoría del respeto a las instituciones de la democracia burguesa para coartar todo accionar revolucionario de nuestra clase. Resultado: armó un partido reformista basado en los sindicatos y gobernó con Lula para EEUU y el FMI. En Argentina, no cabe duda, esto implicaría postrarse al kirchnerismo en una eventual segunda vuelta. No lo sabremos por ahora pero no sería muy diferente a lo que hicieron en Brasil.
Desde la Corriente Obrera Revolucionaria Llamamos a votar nulo o en blanco en estas elecciones del 16 de junio, desde una posición de independencia de clase.
Para hacer realidad la consigna ¡Abajo el Macrismo, fuera el FMI! debemos recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia sindical traidora y garante del ajuste y del plan de transición del imperialismo. Por la independencia de la clase obrera, rechazamos los pactos de “unidad nacional” con nuestros verdugos que proponen el peronismo y el resto de la oposición patronal.
Contra los despidos, suspensiones y la destrucción del salario, impongamos las escalas móviles de salario y horas de trabajo. Contra la estafa de los preventivos de crisis, abramos los libros de contabilidad de las empresas para desnudar la mentira de las supuestas crisis o en su defecto declarar la bancarrota de un sistema social basado en la explotación.
Contra los tarifazos, ampliemos las funciones de los sindicatos de los grandes servicios para garantizar el gas, la electricidad y la salud a las familias obreras. Que las patronales se hagan cargo del costo del boleto de transporte. Que abran las escuelas y las universidades a la clase obrera. Por el control obrero de la producción por rama industrial a través de los sindicatos.
Pongamos en pie en San Luis un plenario de delegados para discutir las medidas, métodos y programa para recuperar los sindicatos y unificar al movimiento obrero en una Central Única de Trabajadores.
Necesitamos agrupar a la vanguardia en oposiciones sindicales revolucionarias por rama y pelear un por un Congreso de Delegados de base con mandato, para poner en pie la fuerzas de nuestra clase y derribar el plan del imperialismo para toda la región. Y así desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario de la clase obrera.
Marcos Reinoso
Corriente Obrera Revolucionaria
11-06-2019
Este domingo 9/6 serán las elecciones primarias abiertas y obligatorias provinciales y en 14 municipios de los 18 departamentos de Mendoza.
Fracasado su intento de reformar la Constitución Provincial, el gobernador Alfredo Cornejo no tiene chance de reelección, por lo que designó como su delfín al actual intendente de la ciudad de Mendoza, Rodolfo Suárez. Cornejo, como presidente de la UCR, impulsó en la convención de su partido la continuidad de la alianza con el PRO, pero antes se ocupó de desdoblar las elecciones para intentar despegar los resultados del lastre de Macri.
El oficialismo provincial, “Cambia Mendoza”, es un frente que ganó la provincia en 2015 y le arrebató varios municipios al peronismo, mediante un acuerdo entre la UCR, el PRO, el Frente Renovador y el PD. Con la abierta colaboración del golpeado peronismo provincial y el kirchnerismo, la gestión de Cornejo impuso un plan claramente antiobrero y de ajuste.
El plan de modernización de Ibarra tuvo un aplicador ejemplar en Mendoza. El Ítem Aula, como medida de productividad docente y disciplinamiento estatal, fue una dura derrota a los trabajadores de la educación, que pesó sobre el conjunto de los estatales. Esta medida, elogiada por los voceros del imperialismo, tuvo su complemento en el ataque a los convenios colectivos y las paritarias, los despidos y desguace de organismos. Los trabajadores de la industria y los servicios también fueron objeto de ataque, con la reforma de la Justicia Laboral, en perjuicio de los trabajadores y a tono de los intereses de las ART y las patronales. Mendoza fue pionera en la legalización de plataformas precarizantes como Uber. El cambio en el sistema de transporte, Mendotran, implicó un doble ataque. El aumento del boleto y, de hecho, un aumento generalizado de la jornada laboral, aumentando el tiempo requerido para llegar al lugar de trabajo.
El plan antiobrero incluyó un fuerte ataque a las organizaciones obreras y la juventud. El nuevo código contravencional provincial y de convivencia urbana en la ciudad de Mendoza, así como el andamiaje de medidas contra las tomas de establecimientos, de persecución y represión a estudiantes y trabajadores en lucha, se tradujeron en cientos de miles de pesos en multas a organizaciones sindicales, sociales y políticas, el procesamiento de luchadores, y la represión abierta a trabajadores y la juventud empobrecida.
La burocracia sindical de la CGT y la CTA fue un sostén importante del peronismo provincial, tras la crisis y dispersión que implicaron las derrotas electorales en 2015 y 2017. Así como fueron y son garantes de la tregua a Cornejo y a Macri, ahora pululan en las listas de Bermejo, candidato de los intendentes del PJ, y junto la candidata de Cristina en Mendoza, Anabel Fernández Sagasti. Cristina saluda su lista mendocina como expresión de la renovación política de la mano de la juventud, maquillaje de una lista copada por lo más rancio del peronismo con figuras impresentables como el ex gobernador Celso Jaque, Amstutz, Abraham, etc.
Tras 4 años de gestión de Cambia Mendoza, los estatales provinciales están entre los 4 sueldos más bajos del país. Mendoza tiene los niveles de inflación más altos a nivel nacional. El porcentaje de trabajadores en la informalidad laboral está el podio nacional. El peso económico de Mendoza, cayó al 6to lugar. El endeudamiento del estado provincial aumentó. Sin embargo, el conjunto de los pre-candidatos patronales, no se plantean retrotraer ninguna de las “reformas” impuestas por Cornejo. Al contrario, se disputan el favor de los empresarios, postulándose como los gestores de los planes de impulso estatal a la reconversión capitalista de la agotada estructura productiva provincial.
Entre proyectos estatistas, la independencia de clase está ausente en el debate
La crisis económica nacional agravó la decadente agroindustria regional, históricamente subsidiada y sostenida desde el Estado, que innumerables veces socializó las deudas privadas para sostener una clase parásita de empresarios bodegueros y pymeteros de todo tipo. Ante la concentración y relocalización productiva (La Campagnola), las quiebras y cierres de plantas (La Colina, Alco, etc), una vez más se ensayan recetas estatistas. El FIT, abandonando ya cualquier atisbo de programa revolucionario, despliega una campaña que agita la idea de que la anarquía capitalista y sus efectos más nefastos sobre la población asalariada y pauperizada pueden canalizarse a través del Estado capitalista capaz de planificar y armonizar las contradicciones. Si esta idea es errónea y perniciosa para la clase obrera respecto del semi Estado argentino, se vuelve absurda respecto de un estado provincial. “Empresa estatal de alimentos”, “mercado único provincial”, son consignas que dan cuenta de la presión de la conciliación de clases sobre el programa del FIT. Una vez más, en su participación en el régimen burgués alientan ilusiones en las posibilidades de reforma del semi Estado mediante sus propias instituciones. Por más que declamen que la crisis la tienen que pagar los capitalistas, está totalmente ausente cualquier idea que cuestione la propiedad privada.
Tampoco se guían por el principio de independencia de clase en las organizaciones de trabajadores donde tienen responsabilidad de dirección. Tanto en SUTE como en ATE, las fuerzas del FIT, establecen acuerdos y postulan como representación de los trabajadores a tendencias burocráticas y de conciliación de clases, que ahora pretenden enfrentar en las urnas de las PASO. Las multicolores, integrando a los aliados del PJ (PCR), los acuerdos con viejos burócratas que hoy pueblan las listas de Bermejo y Sagasti, expresan el abandono de la tarea de combatir los programas conciliadores en las organizaciones obreras. De tendencias como el MST, basta decir que hace tiempo cruzaron la barrera de clase.
No es una decisión “táctica” del FIT en Mendoza. Los partidos que integran el FIT ya sucumbieron a la polarización planteada en Brasil, y llamaron a votar por Haddad y el PT como el mal menor frente a la variante “bonapartista de derecha” y “fascista” de Bolsonaro. Así, la independencia de clase que proclaman que la clase obrera exprese mediante el voto, terminó sacrificada en las urnas en pos de una variante frente popular en forma de partido. En base a estos fundamentos es que la Corriente Obrera Revolucionaria llama a votar nulo o en blanco.
Instamos a los trabajadores y la juventud a no depositar ninguna confianza en que el resultado de las urnas hará la diferencia respecto a las tareas que plantea enfrentar los planes patronales para hacernos pagar la crisis en curso. La burocracia nos hace perder un tiempo valioso en este impase de tregua, mientras los capitalistas definen la junta de administración de sus negocios para los próximos años. Preparemos la ruptura de la tregua. Impulsemos el debate en cada lugar de trabajo y de estudio sobre cuáles son las medidas y el programa para afrontar la crisis desde nuestros intereses como trabajadores. No será en la legislatura del código contravencional y el ítem aula, donde los mismos personeros del capital rotan de asiento, el lugar donde nuestra voz e intereses se impongan. Necesitamos poner en pie nuestras propias instancias de deliberación y resolución, un congreso de delegados de base mandatados, que prepare un plan de acción orientado a tirar abajo los planes del FMI. Que unifique a los trabajadores estatales, de la industria y los servicios en un paro general, con ocupación de plantas y reparticiones, que despliegue nuestra fuerza como clase para barrer con el conjunto de medidas antiobreras de Cornejo y Macri.
Los acuerdos de cúpulas, como el frente de unidad estatal, no duraron ni dos meses. Divididos en distintas listas, ni siquiera los reunió el ataque con el nuevo procesamiento de trabajadores por luchar, ésta vez a 3 dirigentes de SUTE. La recuperación de los sindicatos está ligada a la lucha por una Central Única de Trabajadores, independiente del Estado. Sólo un programa de independencia de clase puede orientar al activismo y los trabajadores antiburocráticos en estas tareas.
Corriente Obrera Revolucionaria – Regional Mendoza
El día 29 de Mayo se desarrolló el paro general convocado por la CGT contra las políticas económicas del gobierno de Macri. A 50 años del Cordobazo, el acatamiento fue total en el transporte, con amplia adhesión en estatales y en la industria; sobre todo en las grandes fábricas y cordones industriales.
Esto demostró las reservas de lucha que tiene nuestra clase, cuyo limite es la misma burocracia sindical, que se juega a descomprimir la bronca con esta medida, mientras negocia su peso en las listas del PJ y la oposición patronal.
Desde la COR participamos en diferentes provincias, GBA y Capital de las convocatorias de los sectores antiburocráticos y la izquierda, donde se enfrentó el carácter dominguero del paro y denunció la complicidad de las conducciones de la CGT y CTA con el ajuste en curso, reclamando la continuidad de un verdadero plan de lucha nacional. El gobierno, que estreno las vallas antipiquetes, aplicó la represión en estas movilizaciones y cortes, como en puente Pueyrredon.
[Fotos: Cortes y movilizaciones en 197 y Panamericana, Acceso Oeste, Mendoza (Capital), Obelisco (Bs.As), Cordoba (Capital)]
La burocracia sindical de la CGT llama a parar el 29, y dicen que es en homenaje al Cordobazo y en contra de la política económica de Macri. La burocracia sindical jamás puede ser heredera del Cordobazo, donde el movimiento obrero organizado en alianza con sectores estudiantiles y el pueblo enfrentaron a los grandes capitales imperialistas y sus socios locales, a la dictadura militar y mostró la fuerza de la clase obrera como caudillo de una nación. Ninguna de estas características le es propia a los enemigos en nuestras filas que son los burócratas. Tampoco su convocatoria al paro es en contra de Macri, porque fueron los garantes del ajuste, la caída del salario, los despidos y los cierres de fábrica.
La CGT hace un paro sin movilización y sin continuidad con un plan de lucha, porque el objetivo es descomprimir, contener la bronca, y canalizarlo a un escenario electoral donde la burocracia aspira a cumplir un rol en el rearmado del PJ.
Son claros los objetivos de la CGT, pero para llevarlos a cabo debe apelar a métodos obreros como el paro, y es ahí donde debemos intervenir con todas nuestras fuerzas para tomar el paro en nuestras manos y hacerlo activo con piquetes, ocupación de fábrica, cortes de parques industriales y un sinfín de medidas que muestren la fortaleza de nuestra clase.
Es imperioso abrir un gran proceso de deliberación al interior de nuestra clase, para echar a la burocracia de nuestros sindicatos. Abrir una discusión programática de cómo debemos actuar ante el desorden económico y cómo enfrentar al Macrismo y todos sus socios de clase.
Debemos impulsar asambleas en los lugares de trabajo donde discutamos un programa para enfrentar al FMI, al gobierno de Macri y los empresarios, y a la burocracia sindical. Es en las asambleas obreras donde nuestro voto tiene un rol central, donde podemos mostrar la centralidad de los trabajadores y porque debemos atacar las bases de régimen burgués que están en la producción. Debemos echar a los delegados vendidos y poner nuevos delegados e impulsar un congreso de delegados de base para preparar el enfrentamiento al gobierno de Macri.
Hoy, ante el nivel de crisis política y económica, las distintas variantes burguesas y pequeño burguesas nos llaman a un gran acuerdo nacional, con distintos nombres, pero todos tiene la intención de buscar una gran unidad burguesa dirigida por el FMI para llevar a cabo todas las reformas como laboral previsional y fiscal que el macrismo no pudo terminar de hacer.
Ahí está la fórmula de Fernández Fernández llamando a un pacto social, Lavagna a la unidad nacional, Massa con un planteo similar, la iglesia a un gran acuerdo nacional es decir unidad de los arriba para destruir a los de abajo. Esa unidad reaccionaria que quieren legalizar vía elecciones es lo que debemos enfrentar con la centralidad de la clase obrera y un programa de salida a la crisis.
En estos días se siguen desarrollando conflictos en distintas fabricas por despidos o cierres. Este paro debe ser contundente para frenar este ajuste y dar los pasos para organizarnos contra nuestros verdugos. Mostrar la fuerza de nuestra clase es -en un sentido histórico- un pequeño homenaje a 50 años del Cordobazo.
El domingo 12 de mayo fue jornada electoral en la provincia de Córdoba. Como en tantos otros distritos, el oficialismo provincial desacopló las elecciones de las nacionales para evitar ser arrastrado hacia abajo por el resultado de un eventual candidato propio a presidente. Pero en este caso, además se da el efecto contrario: la victoria resonante de Schiaretti en la provincia y en los grandes municipios (empezando por Córdoba capital) asienta y acelera la cristalización de las candidaturas presidenciales, empezando por el peronismo en sus variantes Alternativa Federal y K, y también en Cambiemos y sus diversos “planes alternativos” (M, V, H, etc.).
La victoria del peronismo (54%) tuvo más brillo por el contraste con la debacle de Cambiemos, que se rompió y fue dividido en 2 listas (Negri sacó 17,8% y Mestre 11%) producto del avance de la crisis del proyecto macrista. El resto de las fuerzas quedaron por debajo del voto en blanco (5,7%), con el vecinalismo del derechista García Elorrio (3,7%) por arriba del 2,6% del FIT y el 1,4% del MST. La participación fue menor a la elección anterior (72%).
Para hacer un balance objetivo de la elección es necesario partir del sólido apoyo que cosechó Schiaretti entre la burguesía, tanto industrial como agropecuaria, que tiene importantes capitales afincados en Córdoba. Varias empresas, empezando por el grupo Arcor, son elementos de peso en la UIA. Además del complejo automotriz que está estrechamente vinculado a los capitales imperialistas y los vaivenes de Brasil.
Un segundo elemento a destacar es la particularidad de la actual crisis financiera que atraviesa el país. A diferencia de la crisis del 94/2002, en la actualidad las cuentas en rojo financiadas por los millones del FMI son las del tesoro nacional, pero las provincias, debido a la renegociación del pacto fiscal y otras concesiones que debió dar el “gradualismo” del macrismo a los gobernadores, mantienen cierto equilibrio fiscal, aunque esto está viéndose deteriorado rápidamente por la recesión. Sin embargo, las cuentas saneadas en el período anterior permitieron a Schiaretti mantener el plan de obra pública en marcha, plan que fue el eje primordial de su campaña electoral.
Finalmente, la burocracia sindical dio un apoyo decisivo al oficialismo, con la ayuda de la bajada de lista del kirchnerismo que permitió a varios burócratas K como Saillén y Monserrat mantener un bloque sólido de apoyo al peronismo del que sólo quedó afuera el lucifuercista Suarez, empujado por la política de ataque sistemático a los trabajadores de la EPEC de Schiaretti.
El apoyo de las patronales al gobierno cordobés no es gratuito: se han visto beneficiadas por la política de subsidios y exenciones impositivas, por la negociación de convenios colectivos a la baja como en el caso del SMATA, por la aplicación de políticas de trabajo barato o directamente gratuito de la juventud, y por una política de represión a la clase obrera y el pueblo para sostener los privilegios sociales de esta clase parasitaria. Las críticas de un sector del empresariado al macrismo son capitalizadas por el peronismo de alternativa federal, y Schiaretti es un ejemplo de como gobierna esta facción del PJ y del valioso aporte que puede hacer la burocracia sindical como parte del oficialismo. El peso de Córdoba en el total del padrón electoral es importante también, pero queda así determinado de forma concreta. Todos estos elementos hacen a la importancia del triunfo contundente del peronismo el 12 de mayo.
A partir de su triunfo, Schiaretti ha ingresado como actor importante en el armado de la transición ordenada del fracasado gobierno Macri a un sucesor que sea capaz de garantizar la explotación de nuestra clase para devolver los dólares al FMI y mantener la dominación imperialista en Argentina y el conjunto de Latinoamérica. El nuevo armado del PJ Córdoba, Hacemos por Córdoba, que incluye a la centroizquierda de Stolbizer y el PS, se presenta como una variante de unidad de la oposición no K, que a nivel nacional sería la unidad del PJ federal con Lavagna, tras la bandera de la “Unidad Nacional”, unidad que se forja sobre la derrota de la clase obrera a partir de la aplicación de las medidas burguesas que Macri no alcanzó a llevar adelante (reforma laboral, previsional, impositiva). Está por verse como continúan las negociaciones entre estos socios del capital. Lo cierto es que han acomodado el escenario para meter a una franja importante de los trabajadores, con la ayuda de la burocracia, en la trampa electoral frente a tamaño descalabro económico a que nos somete el macrismo. Igual que el anuncio de la fórmula Fernandez-Fernandez, ayudan al gobierno nacional a estabilizarse a partir de la perspectiva de una transición dentro de la institucionalidad de la democracia para ricos.
Ante esto, vemos como la izquierda electoral ha entrado en un debate sobre las razones de su magra cosecha de votos por afuera de las perspectivas revolucionarias. Altamira, crítico de la nueva dirección del PO, habla de debacle del FIT por la caída en los guarismo electorales, con una idea por demás evolutiva: compara elecciones anteriores con la actual por afuera de toda caracterización de la situación objetiva, pretendiendo una evolución ascendente de los votos del FIT. Esto es contrario al marxismo y se acerca bastante al reformismo que pretende una “acumulación de fuerzas” ascendente de la clase obrera bajo el capitalismo, sin considerar la lucha de clases, las derrotas, las victorias, y la influencia determinante de la realidad concreta del mercado mundial. El PTS y el nuevo MAS, por su lado, hablan de un “voto conservador” de los trabajadores, un sinsentido, ya que lo que podemos medir en una votación, y de forma muy distorsionada tratándose de una provincia de una semicolonia, es el grado de madurez política del proletariado, es decir, su ruptura con la influencia política de la burguesía para avanzar hacia la revolución socialista, no para optar por “candidatos de izquierda” dentro de la democracia patronal. Acá es central el rol que tengan las corrientes revolucionarias dentro de los sindicatos, su pelea por independizarlos de la tutela del estado burgués y por lo tanto por su recuperación de manos de la burocracia sindical peronista. Nada se dice de estos objetivos y estas perspectivas en los balances de las corrientes del FIT y del Nuevo MAS. Tampoco se balancea la campaña centrada en el voto kirchnerista ante la bajada de listas y el apoyo de sus principales figurones a Schiaretti, resumida en ideas como “si votás un Schiaretti, te sale un Macri”, soslayando todas las medidas antiobreras y represivas del propio PJ cordobés. Todo esto no lo van a decir porque deben continuar su preparación para la intervención electoralista en las PASO y en Octubre. No vamos a hablar del MST, que sí está exultante por haber metido una legisladora, porque no consideramos que sea una corriente de izquierda luego de haber defendido a la Sociedad Rural, a la Gendarmería, llamado a votar al hoy macrista Luis Juez, y una larga lista de capitulaciones a nuestros enemigos de clase.
Para hacer realidad la consigna ¡Abajo el Macrismo, fuera el FMI! debemos recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia sindical traidora y garante del ajuste y del plan de transición del imperialismo. A 50 años del Cordobazo, pongamos en pie en Córdoba un plenario de delegados para discutir las medidas, métodos y programa para recuperar los sindicatos y unificar al movimiento obrero en una Central Única de Trabajadores. Esta es nuestra propuesta para la izquierda, que rompa con el electoralismo febril y avancemos en conjunto en agrupar a la vanguardia en oposiciones sindicales revolucionarias por rama y pelear por un Congreso de Delegados de base con mandato, para poner en pie la fuerzas de nuestra clase y derribar el plan del imperialismo para toda la región. Y así desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario de la clase obrera.
COR
Corriente Obrera Revolucionaria
Regional Córdoba
Este 16 de Mayo se realizará por primera vez la elección directa del Rector de la UNC. La elección se da en medio una crisis fenomenal, con el país dirigido por el FMI y con Macri como un mero administrador del ajuste, donde el peso de sus políticas se hacen sentir en cada lugar de trabajo con salarios a la baja, despidos, suspensiones, mayor flexibilización y precarización laboral. El kirchnerismo y el PJ, al igual que la burocracia sindical, colaboran para mantener la gobernabilidad y la sumisión al imperialismo. Justamente contra este ataque, el año pasado los estudiantes, en unidad con los docentes y no docentes, salimos a la lucha para dar una respuesta contundente con las asambleas masivas, el paro y las tomas de edificios.
Con este panorama, está claro que el próximo verdugo al frente del rectorado tendrá que aplicar las recetas de ajuste que le dicte el FMI para la educación, … como lo vienen haciendo desde hace años. Las 3 listas representan la continuidad de las políticas universitarias noventistas: han ajustado sus políticas al frente de decanatos y en el rectorado a los dictados de la Ley de Educación Superior (LES) menemista que el kirchnerismo dejó en pie en sus 12 años de gobierno y a la que el macrismo da continuidad. Los K, de la mano de los ex rectores Scotto y Tamarit, profundizaron las políticas de “extensión universitaria” mediante las Unidades de Vinculación Tecnológica, a través de las cuales empresas como Arcor, Monsanto, Fiat, etc, usufructúan la infraestructura, las investigaciones y el trabajo precarizado o gratuito de docentes, nodocentes y estudiantes para engrosar sus ganancias. Juri ha construido sobre estas bases, introduciendo nuevas políticas como el voluntariado universitario de trabajo estudiantil gratuito, los créditos académicos para ajustar las titulaciones a las necesidades flexibilizadoras del mercado laboral, además de despedir a cientos de no docentes que habían mantenido en la precariedad laboral las anteriores gestiones K. Altamirano, aliada al MST, avanzó con las acreditaciones de la CONEAU, órgano de la aplicación de la LES, durante su gestión en Psicología, demostrando que el rol de los autoridades universitarias está definido por la estructura de un régimen universitario basado en una universidad clasista.
Hay que dejar en claro que gane quien gane lo que está descompuesto es el régimen universitario. Y no por su falta de democracia, como levanta la izquierda, porque si bien es cierto que la supuesta elección directa es una mentira ya que finalmente la votación sigue siendo ponderada con amplia mayoría docente tal cuál dicta la nefasta LES, al reaccionario régimen universitario no se lo enfrenta con más democracia sino peleando por la dirección del aparato educativo. Encapsular la lucha de los estudiantes y trabajadores de la Universidad en la pelea por la democracia del “1 hombre, 1 voto” es cantar loas a la democracia burguesa. Es de hecho lo que hacen tanto el FIT como el Nuevo MAS en sus campañas electorales, donde en ninguna parte denuncian el rol reaccionario de las instituciones del Estado burgués.
Los estudiantes que participamos de la gran lucha educativa del 2018 vimos como Juri y Cia. aprovecharon la movilización y se pusieron al frente de las marchas para reclamar presupuesto pero no escatimaron esfuerzos, cuando la lucha se radicalizó para atacarla, recurriendo a la justicia que hoy mantiene imputados a decenas de compañeras y compañeros. Los decanos K hicieron de “policía bueno”, defendiendo de palabra el “derecho a la protesta” pero haciendo todos los esfuerzos para levantar las tomas. Es esperable de las autoridades.
El rol más canalla lo jugaron las agrupaciones como los radicales de Franja Morada, conducción de la FUC, que actuaron como fuerza de choque contra la toma del Pabellón Argentina y Arquitectura. Los K de La Bisagra, a la cabeza de varios centros de estudiantes, tampoco se quedaron atrás, borrándose de las asambleas como fue el caso de Artes, y apareciendo sólo como parte del operativo de domesticación de la protesta para que no traspase los límites de un cuestionamiento a Macri… pero sin afectar las instituciones ni el dictado de clases. De hecho, fueron los K que dirigen el ADIUC/CONADU (sindicato docente) quienes se encargaron de levantar el paro docente a partir de una oferta escandalosa del gobierno.
La lucha del año pasado todavía está fresca en la memoria y nos dejó importantes lecciones tanto en relación a la efectividad de los métodos de asambleas, unidad con los trabajadores y toma de facultades como a lo peligroso de levantar programas reformistas que solo buscan reivindicaciones “estudiantiles” y nos llevan a quedar entrampados en los angostos márgenes del régimen. CAUCE fue una de las corrientes que dirigió el proceso hacia ese fin, no confiando en nuestras propias fuerzas y separando programáticamente los intereses de los estudiantes del de los trabajadores.
Hoy la situación nos exige prepararnos para conflictos aún más duros, dadas las restricciones presupuestarias que impone el pacto de vasallaje del gobierno con el FMI. Se hace urgente una discusión programática entre quienes estamos dispuestos a dar la pelea, la educación tienen un carácter de clase: es burguesa y el régimen que la sostiene defiende los intereses de esa clase. La burguesía utiliza la universidad para formar a sus próximos cuadros técnicos que dirijan su estado o bien a la mano de obra barata y calificada que necesitan sus empresarios amigos. De lo que se trata es de meter la lucha de clases en el aparato educativo, debemos pelear por poner la universidad en función de la lucha revolucionaria de la clase obrera, peleando por tirar abajo la LES, fuera el Banco mundial y el FMI de los planes de estudio. Ruptura de los acuerdos con las empresas imperialistas y del gran capital nacional. Ruptura de todos los acuerdos con Israel, la U.E. y EE.UU., abajo toda injerencia yanqui en Venezuela y América Latina. Para ello se hace imprescindible tirar abajo el régimen universitario e imponer la dirección de sus trabajadores con un gobierno tripartito de los sindicatos docentes, no-docentes y los centros de estudiantes con un rol consultivo de las centrales obreras de la industria y los servicios.
Para pelear por esta perspectiva urge recuperar nuestros centros de estudiantes y la FUC de manos de las agrupaciones pro patronales como la Franja Morada (UCR-Cambiemos) o La Bisagra (K-PJ). Este 16 de mayo también se renuevan las conducciones de los centros de estudiantes en toda la UNC. Nuevamente, el régimen con la complicidad de las agrupaciones por patronales y, lamentablemente, con la omisión de la izquierda, ha logrado unificar en un mismo día y acto las elecciones de nuestras herramientas de lucha con las elecciones de Autoridades. Esta injerencia brutal sobre nuestras organizaciones está sancionada en el propio Estatuto de la UNC, en el Art. 29, cosa que ninguna agrupación, ni siquiera la izquierda universitaria, se toma el trabajo de denunciar, prefiriendo adaptarse mansamente. La pelea que está abierta es por recuperar nuestras organizaciones a partir de la independencia de las autoridades universitarias. Abajo el estatuto de la UNC. Fuera las manos del régimen universitario de los centros de estudiantes.
La izquierda ha declinado en esta pelea presentándose en un frente junto a corrientes como CAUCE y levantando un programa que se limita a reivindicaciones estudiantilistas y a la defensa de la Educación Pública. Lamentablemente no son una alternativa para las tareas que tenemos planteadas. Es por esto que en estas elecciones desde la COR llamamos a los compañeros combativos a votar nulo o en blanco y organizarnos desde los cursos, mediante asambleas y poniendo en pie el cuerpo de delegados para discutir un programa revolucionario y antiimperialista que nos permita recuperar nuestro centro de estudiante para ponerlo al servicio de la lucha.
¡Que abran las escuelas y las universidades! Abajo toda restricción académica o económica al ingreso y permanencia. Por el triple turno de cursado e imponer a las patronales las 4 horas de estudio pagas cada 4 horas de trabajo, para que puedan estudiar los trabajadores. Salario inicial docente y no docente igual a la canasta básica familiar y el pase a planta o titularización de todos los trabajadores precarizados. Basta de recortes en el comedor: más personal no docente, 3 comidas diarias y raciones suficientes.
Contra la precarización laboral de la juventud, alentada desde el rectorado y el gobierno provincial, con sus planes como el “voluntariado” de Juri o el PPP de Schiaretti, y por las empresas de la “nueva economía” como las plataformas de delivery. Los Centros de Estudiantes deben empadronar a todos los estudiantes que trabajan y a partir de ahí desarrollar la pelea con los sindicatos de cada rama para luchar en común por el pase a convenio de los compañeros, por aumento salario, y demás reivindicaciones de la juventud trabajadora.
Los recortes en el presupuesto educativo son las recetas del FMI para todo Latinoamérica como vemos con la enorme pelea que están llevando adelante los compañeros brasileros después de que Bolsonaro anunciara un 30% de recortes para educación. Debemos hermanar nuestra lucha con el conjunto de los estudiantes y trabajadores de América Latina y el resto del mundo. Es necesario crear la Secretaria de Relaciones internacionales de cada centro y de la FUC, con este objetivo y detrás de las banderas antiimperialistas que supieron levantar obreros y estudiantes en el Cordobazo.
Basta de represión y persecuciones. Desprocesamiento de los estudiantes y docentes procesados por la lucha de 2018. Fuera la policía de la UNC.
Desde la COR llamamos a poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no-docente, estudiantil con libertad de tendencias que se proponga recuperar nuestras organizaciones, luchar contra la educación burguesa y unificar la lucha educativa a la pelea de los sindicatos industriales y de los grandes servicios por una salida obrera a la crisis.
El grupo empresario Arcor (una de las mayores empresas del país) anunció el cierre de las plantas de conservas "La Campagnola" tras 70 años de producción, y el despido de 125 trabajadores que se desempeñaban en las plantas de la localidad mendocina de San Martín. La empresa comunicó que el personal recibirá una propuesta de indemnización y que algunos operarios podrán optar por el traslado a una futura planta en San Luis, donde posee una nave vacía lista para su uso.
La compañía multinacional, una de las principales productoras de caramelos del mundo recibiendo ganancias millonarias por ello, confirmó vía un comunicado el cierre de dos plantas mendocinas y ofreció el traslado de sus operaciones a Villa Mercedes, San Luis, fundamentando la medida en la caída del consumo, los altos costos de producción y el impacto negativo de las importaciones. Al día de hoy, las conversaciones de la gerencia de Arcor, el sindicato y el gobierno provincial hablan de una posible reubicación del 25% de los empleados a condición de perder salario y resignar la indemnización. Este no es el primer ataque que reciben los trabajadores de la Campagnola. En junio del año pasado amenazaron con 20 despidos en la planta de La Campagnola, los cuales no se dieron gracias a las medidas tomadas por sus operarios. La multinacional ya lleva 750 despidos en toda su nómina el año pasado. La acumulación de stock de Arcor ya había provocado que la compañía anunciara la suspensión por un mes de actividades en su destilería de la localidad bonaerense de San Pedro y el adelanto de vacaciones para el personal de su fábrica de glucosa en Arroyito, Córdoba.
El vaciamiento durante años de La Campagnola es parte de los negocios para engañar a los obreros ya que en todo este periodo ha tenido enormes ganancias incluso expandiendo su negocio. ¡Pidamos la apertura de los libros contables ya! La receta de Arcor muestra los vaivenes que tienen las empresas por sortear en medio de una profunda crisis estructural de la economía capitalista y tiene como principal ingrediente el descargar sobre los trabajadores los costos de esta. De hecho las patronales se vienen mostrando fuertes para aplicar un ajuste en toda la línea en base al apoyo del gobierno de Macri y los gobernadores y las burocracias cómplices en cuanto al plan de reforma laboral. Reforma que no se ha discutido en el congreso pero que ya se está aplicando por rama y empresa atacando los convenios.
Este nuevo ataque a las condiciones de vida de los trabajadores no es un caso aislado de la zona este de Mendoza, empresas como Alco, Molto, La Colina en el sur provincial, donde hoy peligran más de 700 puestos laborales se suman a una rama alimenticia que viene protagonizando desde hace unos años el cierre de empresas, relocalizaciones de plantas industriales, despidos, suspensiones y persecuciones sindicales en todo el país. Este cuadro se complementa con el aumento de tareas y ritmos de trabajo, carencia de medidas de higiene y seguridad, que terminan incluso con muertes obreras como en Angiord y la bodega Chandon, o como el reciente caso de Vaca Muerta.
Por su parte el gobierno nacional y provincial de Cambiemos y la intendencia en manos del PJ nada hacen en esta situación. Tienen a la provincia sumida en una crisis del aparato productivo y altos índices de pobreza. Mientras tanto organizan actos y preparan las elecciones con empresarios y candidatos, reclamando más beneficios impositivos y subsidios para los patrones del campo y la industria. De hecho, mientras siguen los despidos, el gobierno provincial junto a Dante Sica aseguran los negocios a los hermanos Calcaterra (primos del presidente) inaugurando la planta de papas para industria Simplot. Esta hubiera sido una buena oportunidad para que el sindicato de la Alimentación (STIA) expresara su repudio a los despidos en el sector, tomando acciones en la fábrica Simplot, ya que muy posiblemente los trabajadores giren bajo la órbita del STIA.
La lista verde al frente del sindicato en Mendoza y a nivel nacional actúa abiertamente como vocera de la empresa garantizando la aplicación de sus planes anti obreros para sostener sus rentabilidades. Solo sacó un comunicado expresando su apoyo en este difícil momento para los trabajadores de la Campagnola cuando tendría que estar tomando acciones concretas contra la empresa. Nada se puede esperar de un sindicato dirigido a nivel nacional por Daer, agente político de los negocios de Arcor y de toda la burguesía de la alimentación. Uno de los dirigentes de la CGT que nada está haciendo por los trabajadores de todo el país. Incluso nos dicen que esperemos y llevemos petitorios a los legisladores para tratar de ver el caso. No confiemos en estas direcciones burocráticas que llevan a los trabajadores a la vía muerta de la presión a las instituciones estatales como el parlamento, los ministerios o subsecretarias de trabajo pidiendo migajas, mientras se rosquea a espaldas de los trabajadores una feroz reforma laboral. Tenemos que advertir y ser claros con los compañeros: el sindicato es nuestra herramienta de lucha. Echar a las conducciones traidoras es una tarea de primer orden. Los trabajadores no debemos pensar en cómo salvar los negocios de tal o cual capitalista en crisis y mucho menos confiar en instituciones ajenas a nuestra clase. No nos dejemos engañar.
Debemos confiar en nuestras propias fuerzas
En esta perspectiva, tenemos que pararnos y decir basta a todo esto. Somos los trabajadores los que podemos derrotar los planes de la empresa. Debemos confiar en nuestras propias fuerzas. Somos los que movemos el aparato productivo. Los trabajadores de la Campagnola podrían instar al sindicato a que realice asambleas y tome acciones paralizando la producción (base de maniobra de la empresa) en las distintas plantas del país, realice cortes, toma de fábricas, cese de actividades en todos los lugares de trabajo donde Arcor produce hasta que se ponga de vuelta en funcionamiento la Campagnola. Para evitar el desguace de la fábrica de dulces y conservas se podría ocupar la misma evitando que se lleven las máquinas. Cuestionar en definitiva la tan custodiada propiedad privada. Así no solo estarían dando un importante golpe a la patronal sino que estarían dando enormes saltos en la unidad de los compañeros.
Urge preparar una asamblea de todos los compañeros de la alimentación de Mendoza. Desde la COR nos ponemos a disposición de los obreros de la Campagnola y la Colina, para desarrollar una agitación hacia Unilever, Baggio, y demás plantas de la rama. Una asamblea así podría decidir e imponer al STIA un paro provincial contra los despidos y los cierres de plantas.
Organicémonos para enfrentar la anarquía capitalista. Debemos demostrar que con estos métodos y este tipo de discusiones podemos tomar un camino de lucha unificado reabriendo paritarias a nivel nacional y por las distintas reivindicaciones y derechos de cada uno de los trabajadores del gremio. Es necesario unirnos con los trabajadores de las otras filiales que tiene el grupo Arcor para dar una respuesta de conjunto. Esto podría ser el puntapié inicial para que comiencen a organizarse con las otras empresas como Mondelez, Nestlé o Pepsico incluso con otras ramas industriales como es el caso de los despidos de Dánica para derrotar el ajuste de las patronales y el gobierno de Macri.
No compartimos la postura del FIT que en modo electoral, agita proyectos de ley con su receta estatista. Lejos de hacer pagar la crisis a los capitalistas, alienta ilusiones en reformar el semi estado decadente mediante sus propias instituciones. Impedir que Arcor se lleve las máquinas, ocupando las plantas y poniéndolas a producir es como los trabajadores pueden mostrar su fuerza.
Se puede torcer el brazo de las patronales realizando plenarios de delegados mandatados con el fin de votar un plan de lucha nacional. Las listas antiburocráticas en el STIA pueden desarrollar una campaña de agitación en toda la rama por esta perspectiva, poniendo como primer punto ¡NO al cierre de la Campagnola! Tenemos que reclamar inmediatamente a la federación que convoque a Congreso de delegados mandatados por las bases para definir qué hacer, qué medidas tomar y levantar de conjunto con las demás ramas de la industria un programa de salida a la crisis.
Desde la COR pensamos que hay que abrir instancias de deliberación con los compañeros para discutir un programa de salida a las maniobras de la patronal y del ajuste del gobierno. Parte de este programa deberá ser el imponer, mediante el control obrero de las principales ramas económicas, la apertura de libros contables, la escala móvil de salarios y de horas de trabajo, para detener la degradación de las condiciones sociales de las masas obreras, y al mismo tiempo incorporar masivamente a los desocupados a la producción.
¡APERTURA YA DE LA CAMPAGNOLA!
¡Reincorporación de los despedidos!
¡Paro provincial de la alimentación! Por un plan de lucha a nivel nacional. ¡Basta de despidos, cierres de fábricas y suspensiones!
Por un salario igual a la canasta familiar.
Por la unidad de los trabajadores. Impulsemos un Congreso de delegados de base de la FTIA
Corriente Obrera Revolucionaria – Regional Mendoza
En medio de una crisis política rampante, acelerada por la profundización de la crisis económica y social abierta en 2008 que los capitalistas nunca pudieron solucionar, los representantes políticos de la burguesía nos llaman a concurrir mansamente a las urnas. La seguidilla de elecciones municipales, provinciales y finalmente nacionales son parte de un plan de contención político e ideológico sostenido, en última instancia, por los millones del FMI para que el recambio del fracasado gobierno de Macri/Cambiemos sea lo menos conflictivo posible, mientras millones de trabajadores vivimos bajo la línea de la pobreza, arrecia el desempleo y las patronales pasan a la ofensiva para modificar las condiciones de trabajo a la baja y aumentar la productividad.
El plan de salida electoral lo sostienen desde el Papa Bergoglio en el Vaticano, pasando por todo el arco del PJ, hasta las huestes kirchneristas, que dicen explícitamente que es peligroso “que Macri no llegue a octubre” y apuestan todo a la trampa de la democracia para ricos.
Schiaretti, el hombre de la obra pública, es decir, el socio de los Obedrecht, Electroingeniería y Roggio, y el garante de las grandes ganancias de las multinacionales automotrices y del agronegocio, se encamina a un triunfo debido a la crisis de Cambiemos. Pero no es un problema para Macri, que en estas elecciones lleva 3 listas aliadas (si no más): la del PJ y sus aliados de la derecha y ahora los “progres” del PS y el GEN, la descolorida lista del cambiemos “oficial” de Mario Negri y Luis Juez, y la lista de la UCR que encabeza el gorila Mestre. El kirchnerismo, por su parte, bajó sus listas para sumar votos a Schiaretti en pos de la unidad del PJ y no mostrar debilidad en el “poroteo” de la política burguesa. Todos estos “hombres del presidente” garantizarán, gane quien gane las presidenciales, un apoyo al programa económico del FMI, que dirige desde Washington la Argentina capitalista.
El rol de la burocracia sindical, tanto del binomio que conduce la CGT como del Moyanismo, Palazzo y sus aliados de las CTAs, es evidente y escandaloso. El paro parcial del 30 de abril lo demostró, con los burócratas planteando desde los palcos que la única salida son las elecciones. En Córdoba, ambas CGTs y CTAs hacen los propio, tratando de llevar a los trabajadores a la cola del proyecto burgués de conciliación de clases del PJ, en alguna de sus variantes.
Para los trabajadores, atarnos a un sector de la patronal tiene consecuencias mucho más inmediatas que sólo tachar la cruz en la boleta única y meterla en la urna. Tanto los candidatos del PJ como los burócratas sindicales vienen bombardeándonos con un discurso que implica salir a defender a las patronales de las medidas del macrismo. Por ejemplo, defender a las pymes por las caídas de ventas provocadas por las altas tasas de interés y por las importaciones. Ofrecen un programa de supuesto “crecimiento nacional” basado en la intervención del Estado a favor de este sector del empresariado, mientras dejan pasar los preventivos de crisis y las reformas laborales a cuentagotas que son las modificaciones de convenios como sucedió en petroleros (Vaca Muerta), o en el SMATA Córdoba, para permitir las inversiones. Y estamos hablando de las petroleras y Renault… empresas no tan medianas ni pequeñas! Frente a los despidos y suspensiones, nos dicen que tenemos que poner el hombro y ayudar a la patronal a pedir planes de protección de la industria, baja de impuestos y “compre nacional”. Mientras todos estos políticos burgueses juran que honraran la deuda externa, ya sea firmando los 10 puntos de Macri o haciendo declaraciones a la revista Forbes como es el caso del kirchnerista Kicillof.
Las corrientes de la izquierda agrupadas en el FIT (PTS, IS, PO), así como el Nuevo MAS, sí denuncian el acuerdo con el FMI e impulsan las luchas de los trabajadores, es cierto. Pero se han metido de cabeza en el aparato político de la democracia patronal, sin denunciar la trampa en curso para normalizar el recambio burgués a través de las elecciones. Ideológicamente, la democracia burguesa es propagandizada como el último límite de la acción política, y esto quizás sea así… para la burguesía. Pero no para la clase obrera, que está llamada a subvertir a través de la acción revolucionaria el verdadero límite que estos chupasangre no quieren que se quebrante: la propiedad privada de los medios de producción. Nuestro programa no se centra, como plantea el FIT, en expresar la independencia política de los trabajadores… en las papeletas de voto. El FIT tiene por eso un programa estatista, que pone en el centro medidas que tomaría un gobierno de los trabajadores sin destruir las instituciones de la democracia patronal. ¿Con qué instrumentos? ¿Con decretos y leyes que deberá garantizar un aparato burocrático militar construido para defender la propiedad privada?
Y como los marxistas somos materialistas, no nos basamos sólo en las declaraciones y en las plataformas: todas estas corrientes, agitando el espantajo de un gobierno “fascista” o “bonapartista de derecha” de la mano de Bolsonaro en Brasil, llamaron a votar a Haddad y al PT, es decir, a la corriente política continental que hizo teoría del respeto a las sacrosantas instituciones de la democracia burguesa para coartar todo accionar revolucionario de nuestra clase. Resultado: armó un partido reformista basado en los sindicatos y gobernó con Lula para EEUU y el FMI. En Argentina, no cabe duda, esto implicaría postrarse al kirchnerismo en una eventual segunda vuelta, cosa que no sabremos si harán pero ya se están acercando bastante al centrar su campaña en Córdoba en dialogar con los votantes del kirchnerista Pablo Carro.
Por todos los elementos expresados, creemos que el voto al FIT o al Nuevo MAS (que además nunca hizo un balance serio del experimento de la Izquierda al Frente con el MST) no es un voto de independencia de clase. Mucho menos al MST, la izquierda sojera que supo juntar votos para el hoy macrista Luis Juez y fue aliada del hoy kirchnerista Pino Solanas. Llamamos a votar nulo o en blanco en estas elecciones del 12 de mayo, desde una posición de independencia de clase.
Para hacer realidad la consigna ¡Abajo el Macrismo, fuera el FMI! debemos recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia sindical traidora y garante del ajuste y del plan de transición del imperialismo. Por la independencia de la clase obrera, rechazamos los pactos de “unidad nacional” con nuestros verdugos que proponen el peronismo y el resto de la oposición patronal. Contra los despidos, suspensiones y la destrucción del salario, impongamos las escalas móviles de salario y horas de trabajo. Contra la estafa de los preventivos de crisis, abramos los libros de contabilidad de las empresas para desnudar la mentira de las supuestas crisis o en su defecto declarar la bancarrota de un sistema social basado en la explotación. Contra los tarifazos, ampliemos las funciones de los sindicatos de los grandes servicios para garantizar el gas, la electricidad y la salud a las familias obreras. Que las patronales se hagan cargo del costo del boleto de transporte. Que abran las escuelas y las universidades a la clase obrera. Por el control obrero de la producción por rama industrial a través de los sindicatos.
A 50 años del Cordobazo, pongamos en pie en Córdoba un plenario de delegados para discutir las medidas, métodos y programa para recuperar los sindicatos y unificar al movimiento obrero en una Central Única de Trabajadores. Necesitamos agrupar a la vanguardia en oposiciones sindicales revolucionarias por rama y pelear un por un Congreso de Delegados de base con mandato, para poner en pie la fuerzas de nuestra clase y derribar el plan del imperialismo para toda la región. Y así desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario de la clase obrera.
COR Regional Córdoba, 6 de mayo de 2019
En función del brutal ajuste del FMI y las patronales, el gobierno de Macri profundiza la represión sobre los luchadores. Es en este cuadro que se inscriben el encarcelamiento de Daniel Ruiz y los 4 choferes de la Línea Este de La Palta, así como el juicio que se lleva adelante contra los petroleros de Las Heras en Santa Cruz.
Daniel Ruiz, militante del PSTU, está detenido en el penal de Macros Paz desde hace 8 meses. El juez Torres, al servicio de la ministra Bullrich, lo metió preso por su participación en la masiva movilización del 18 de diciembre de 2017 contra el saqueo a las jubilaciones y donde hubo enfrentamientos con la policía federal frente al Congreso Nacional. Por la misma causa también es perseguido Sebastián Romero (pstu) y están procesados Dimas Ponce y Cesar Arakaki del Partido Obrero.
Los 4 ex choferes de la línea Este (autobuses de La Plata) son Sebastián Mac Dougall, Emanuel Lazzaro, Pablo Varriano y Luciano Fiocchi y fueron detenidos el pasado 3 abril en forma completamente irregular y son acusados de “coacción agravada” por participar en la huelga que duró un mes con ocupación del establecimiento, que llevaron adelante en defensa de sus puestos de trabajo y la organización sindical en 2017. Desde el 29 de abril, fueron liberados de sus lugares de detención, pero siguen bajo prisión domiciliaria.
En la provincia kirchnerista de Santa Cruz en estos días se estuvo realizando el juicio contra los petroleros Martín Oñate, Néstor Vivares, ex integrantes del sindicato petrolero de la provincia, y Jorge Armoa, ex delegado gremial, por el bloqueo frente al portón de acceso de la empresa contratista Bacsa en una lucha por despidos en 2014. El 7 mayo se conocerá la sentencia y la fiscalía pidió dos años de prisión en suspenso por “coacción simple” y “entorpecimiento de la actividad económica”.
Por su puesto, el objetivo de fondo de la judicialización de la lucha, del encarcelamiento de dirigentes y activistas obreros, es el de disciplinar a nuestra clase y sus sectores de vanguardia. Gobierno, jueces, empresarios y los distintos partidos patronales, junto a la burocracia sindical, coinciden en defender la “legalidad” de los explotadores para privarnos a los trabajadores de los métodos de lucha con que mejor podemos enfrentarlos.
Desde la COR llamamos a rechazar la persecución del estado y sus instituciones y a profundizar la campaña desde cada organización de lucha, sindicato, centro de estudiante, federación, por la inmediata libertad de Daniel Ruiz y los cuatro choferes de la Línea a Este; por la absolución de los petroleros Oñate, Armoa y Vivares; por el desprocesamiento de todos los luchadores y la defensa de nuestros métodos obreros de lucha.
¡Libertad a los presos por luchar! ¡Absolución a los petroleros! ¡Por una salida obrera a la crisis capitalista!
Por el triunfo de los trabajadores aceiteros de Dánica!
Los trabajadores de Dánica Villa Mercedes y Dánica Lavallol se encuentran en pie de lucha contra la ofensiva patronal que quiere imponer una rebaja salarial y ha despedido a 63 trabajadores.
La nueva patronal que tienen los trabajadores es el Grupo Beltrán, que compro estas fábricas al grupo brasileño BRF el año pasado.
Desde ese momento comenzó a presionar a los trabajadores para que acepten la rebaja de salario argumentando estar en crisis.
Los compañeros desde un principio se mostraron dispuestos a negociar los puntos salariales que tienen por sobre el convenio colectivo de la Federación Aceitera -beneficios ganados en pasadas Luchas- pese a que la empresa no puede sostener con números la mentira de su crisis.
Es por esto, y como siempre ocurre que al ver la predisposición de los trabajadores a resignar sus derechos sin dar pelea, -en un primer momento- el Grupo Beltrán no se conformó con esto y redobló su ofensiva, ya no solo era esa rebaja sino que ademas quería cambiarlos de categoría y fue por los 63 despidos.
La supuesta crisis de la empresa
Lejos de existir, la realidad es que no solo no bajó la producción y las ventas con el cambio de patronal, sino que se incrementaron.
En un escenario donde la tendencia de consumo se volcó a las segundas marcas, los productos de Dánica se consumen más en el actual mercado, y esto se refleja en que antes de los despidos se expedían diez o mas camiones por cada día de trabajo, ademas de tener los depósitos de materia prima al tope de sus reservas.
Esto demuestra que la patronal quiso engañar a los trabajadores con la mentira de su crisis, amenazando con presentar el procedimiento preventivo de crisis -PPC- tratando de extorsionar a los representantes gremiales a que firmaran avalándolo, cosa que finamente no sucedió. Y estuvo bien que así sea.
El conflicto
Ante la negativa a aceptar la extorsión, a partir de ese momento la patronal avanzó con los 63 despidos pero no contaba con la firme desición de los compañeros de defender sus derechos.
Se decretó el paro por tiempo indeterminado hasta lograr lograr la reincorporación de todos los despedidos en las fábricas de Villa Mercedes y Lavallol.
La ofensiva patronal hacia los trabajadores responde a un envalentonamiento de las patronales aceiteras a partir de la derrota de los conflictos de Cargill y Cofco -ex Nidera- entre otros, en un escenario nacional donde patronales como Carrefour, Fate y hasta Coca Cola han presentado preventivos de crisis para extorsionar a los trabajadores con despidos y retiros voluntarios, la rebaja salarial y también a los gobiernos Nacional y provinciales para lograr beneficios impositivos.
Es tan burda la maniobra que inclusive el Grupo Beltrán ni siquiera ha presentado hasta el momento oficialmente el PPC.
El pasado Lunes 29, el Ministerio de Trabajo Nacional dictó la conciliación obligatoria a las partes, la patronal argumentó que la acataría pero que no tenia tareas para los trabajadores por lo cual los enviaria a reaizar cursos de capacitación.
Es decir la patronal no acepta el ingreso de ningún trabajador a su puesto de trabajo.
Afortunadamente y luego de una fuerte asamblea deliberativa los trabajadores se dieron cuenta de la nueva trampa que les queria poner la empresa. Esta consistia en que dejaran la guardia en los portones de la empresa y se desmovilizaran yendo cada uno a su casa y permitiendo que el persona jerárquico cubriera sus puestos de trabajo para poder sacar camiones con producto terminado y cumplir con algunos compromisos con sus clientes.
Al dia de hoy se mantienen los piquetes y la huelga en las puertas de la fabrica.
Perspectivas
En esta lucha no solo se define parte del futuro de los trabajadores de Dánica y los aceiteros. Este es un conflicto testigo cuyo resultado influirá en el futuro próximo de los trabajadores de San Luis y del país. Porque es un enfrentamiento concreto a la avanzada patronal en curso tratando de descargar sus crisis y sus problemas de competitividad sobre las espaldas de los trabajadores.
Si los compañeros de Dánica son derrotados, sera una nueva derrota de todo el movimiento obrero, pero si triunfan se demostrará que es posible enfrentar los planes de las patronales, en el caso de Danica un verdadero triunfo significa la reincorporación de todos los compañeros en sus respectivos puestos de trabajo, solamente asi se lograria frenar la intencion del grupo Beltran de rebajar salarios.
Para ganar esta lucha Humildemente creemos que:
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Los compañeros deben confiar en sus propias fuerzas. Ninguna confianza en las promesas de los representantes patronales que hoy se encuentran en campaña electoral y no hacen nada concreto por su triunfo.
La Federación Aceitera debe llamar a un paro nacional contra los despidos en Dánica y los que hay en todas las plantas aceiteras para frenar la ofensiva de las patronales
Hay que seguir atacando a la patronal con la huelga y los piquetes golpeándolos en el único lugar que les duele, que es en la producción.
-Hay que reagrupar a los trabajadores del parque industrial informándolos de porque se esta luchando, se tiene que generar solidaridad activa de los compañeros que también estan sufriendo el ataque en sus lugares de trabajo.
-La CGT San Luis manifestó su apoyo a la lucha. Hay que exigirle un paro general de los trabajadores de San Luis por el triunfo de los compañeros, para ponerle un freno a todas las patronales!
Los compañeros de Dánica pueden llamar a un plenario de delegados de base del parque Industrial, de los servicios y estatales.
-Hay que poner en pie un gran comité de apoyo a la huelga para que participen y se reagrupen los trabajadores del parque industrial, del mismo podrian participar los familiares de los compañeros en lucha , que tenga como objetivo brindar apoyo en las medidas de fuerza y llegado el caso de ser necesario fortalecer el fondo de huelga.
Desde la Corriente Obrera Revolucionaria, hemos sido parte activa de muchas luchas de los compañeros aceiteros por ello nos ponemos nuevamente a su disposición para estas y demás tareas.
Marcos Reinoso
Corriente Obrera Revolucionaria.
Regional San Luis
El capitalismo avanza hacia otro capítulo más de la crisis iniciada en el 2008. Los pronósticos de los principales representantes del capital financiero como el BM o el FMI, pronostican a la baja el crecimiento mundial con posibilidades de una situación recesiva a en EEUU que arrastrará o afectará en distinta grado, al igual que en el 2008 a todas las regiones del planeta. Y es que esa crisis, no fue una más del ciclo económico sino que expresa la profunda crisis estructural de la economía capitalista y que llevó a todos los gobiernos de la burguesía a impulsar distintas recetas para paliar la crisis o patearla para adelante. Dichas recetas tienen como principal ingrediente el descargar sobre los trabajadores y el pueblo los costos de esta. Así se han sucedido los recortes de presupuesto fiscal, los cierres de empresas, los ataques a la seguridad social, reformas laborales para precarizar el trabajo y aniquilar conquistas obreras, exenciones impositivas para mitigar la alicaída tasa de ganancia capitalista, etc. Como parte de esto el capitalismo ha tensado las disputas interimperialistas profundizando las guerras comerciales, la lucha de aranceles, ha incentivado el desarrollo de guerras regionales, la disputa por el control de mercados, recursos y el dominio sobre determinadas ramas económicas. Justamente por esto ha colocado en crisis el inestable equilibrio capitalista conseguido a la salida de la 2a Guerra Mundial profundizando los conflictos interestatales, la anarquía capitalista de la producción y la crisis de los regímenes políticos burgueses en cientos de países.
En latinoamérica recrudece la crisis el carácter semicolonial de los países de la región. Una mayoría de gobiernos se encuentran aplicando las recetas del Fondo Monetario, incrementando sideralmente las deudas nacionales y la dependencia imperialista, atacando la salud, la educación, el salario y las condiciones de trabajo. La crisis social es gigantesca llegando, según cifras de la CEPAL, a más de 184 millones de pobres en la zona a lo que hay que sumarle más de 62 millones en la extrema pobreza a fines del 2017, siendo las mujeres y la juventud su principal componente. Cifras que aún no dan cuenta de la profundidad de la crisis que ha seguido su curso, donde países como Venezuela, Argentina o Brasil, exponen un panorama sombrío que planta un futuro de miseria para las nuevas generaciones.
Es en este contexto de crisis capitalista que el imperialismo norteamericano de la mano del gobierno de Trump, ha redoblado la ofensiva sobre lo que considera su "patio trasero" presionando a gobiernos y fracciones burguesas a posicionarse ante el amo del norte. Y es que la misma crisis lleva a las débiles burguesías latinoamericanas a tomar posición para alinearse ante el capital financiero y maniobrar en medio de las contradicciones de la economía mundial como es la dependencia de las importaciones de Chinas, de las inversiones imperialistas, y los vaivenes de la guerra comercial desatada por los EEUU, o las oscilaciones en las medidas monetaristas del Tesoro yanqui, que aniquilan las capacidades de maniobra de los gobiernos dependientes. En este contexto es que las sub-burguesías latinoamericanas ensayan alineamientos políticos pro-imperialistas como es el grupo de Lima (encabezado por los gobiernos de Chile, Colombia, Perú y Argentina) con la expectativa de que, mostrándose serviles al amo del norte, los flujos de capital vengan a dinamizar los negocios capitalistas, mientras endurecen aún más el carácter represivo de sus regímenes burgueses, y hasta restringen las escasas "libertades" democráticas de la sociedad de clases. Del mismo modo, las fracciones burguesas armadas con programas políticos estatistas, como en México o Venezuela, o que se encuentran en la oposición en otros países (como las que representa el PT Brasilero o el Kirchnerismo argentino) pretenden negociar mejores condiciones con el imperialismo para el pago de las deudas externas o de la gradualidad del ajuste, aplicando una que otra dádiva para amortiguar la crisis social, pero se proyectan de todas maneras como los continuadores del saqueo generalizado de la rapiña imperialista a los trabajadores y el pueblo.
La clase trabajadora es la única clase con el potencial para derrotar al imperialismo, sus planes y sus gobiernos serviles. Justamente es la que mueve todo el aparato productivo que controla el mando capitalista y que es la base de la dominación social imperialista. La única clase que genera valor al poner en acción sus músculos, su inteligencia, su creatividad. Los recursos disputados por las potencias imperialistas, el anárquico debilitamiento o el desarrollo de fuerzas productivas, no son nada sin la fuerza social que pone en movimiento la creación diaria de riqueza que es expropiada y despilfarrada por la parasitaria clase capitalista. No han faltado demostraciones de importantes luchas de los trabajadores en diferentes países contra los planes del gobierno y el imperialismo. Sin embargo, estas han sido aisladas, contenidas o directamente derrotadas por la política de las direcciones oficiales del movimiento obrero. Direcciones burocráticas que llevan a los trabajadores a la vía muerta de la presión a las instituciones estatales como el parlamento o los ministerios, y de paso coquetean o directamente se alinean con diversas fracciones de capitalistas "nacionales". Como ejemplo podemos tomar a Venezuela y al chavismo del PSUV como el caso extremo en el que se mantiene maniatados a importantes sectores de trabajadores al aparato del Estado Burgués regenteado por la "boliburguesía" y su aparato militar. Y esta dirección dice llamarse socialista y antiimperialista, para mejor engañar a las masas obreras y coartarle cualquier salida independiente. Ante la extrema presión del imperialismo yanqui en la región, no es el antiimperialismo de corte nacional y burgués el que dará una salida a la crisis en la que está sumida la población. Ese falso "antiimperialismo" que pregona un desarrollo nacional de la mano del Estado capitalista y para el beneficio de la gran y pequeña burguesía autóctona. Esto sólo seguirá profundizando la dependencia nacional y la explotación obrera.
Es necesario que los trabajadores recuperen los sindicatos expulsando a la burocracia de los mismos. Es necesario que empecemos a trabajar arduamente por impulsar la unidad de las filas de nuestra clase al mismo tiempo que levantar un programa de acción y revolucionario que se dirija a enfrentar a los patrones, los gobiernos y los planes imperialistas. Hay que luchar a cada paso por la independencia política de la clase trabajadora de la influencia de la clase dominante. Esta lucha no empieza y acaba en una que otra declaración de principios, se trata de medidas políticas, organizativas y de acción de nuestra clase que se dirijan principalmente contra el principal instrumento de opresión de los explotadores que es el Estado. Parte de este programa deberá ser el imponer mediante el control obrero de las principales ramas económicas, la apertura de libros contables, la escala móvil de salarios y de horas de trabajo, para detener la degradación de las condiciones sociales de las masas obreras, y al mismo tiempo incorporar masivamente a los desocupados a la producción. Estos primeros pasos pueden educar a la vanguardia obrera en las tareas de la planificación de la economía preparando las bases para la expropiación de los expropiadores.
Los trabajadores en los países semicoloniales deben luchar por expulsar al imperialismo, hermanando sus luchas con los trabajadores de los países imperialistas. Es el carácter internacionalista inalterable de la clase trabajadora la que debe colocarse en primer plano. La lucha de los trabajadores latinoamericanos será por arrebatar el poder a la burguesía poniendo en pie una Federación de Estados Obreros Socialistas de Latinoamérica como la forma en extensión internacional de la dictadura del proletariado.
Esta perspectiva de lucha no puede sino estar ligada a la lucha de los trabajadores por el poder, por el derrocamiento de la burguesía y su régimen de explotación. Para esta perspectiva es que tenemos que levantar una organización internacional de la vanguardia obrera, que prepare paciente y persistentemente el triunfo sobre los capitalistas. Un partido mundial de la revolución socialista que no será otro que la IV Internacional reconstruida.
A fines del siglo XIX la clase trabajadora con sus luchas generalizadas contra la explotación y por la jornada de 8 horas, dejó instituido el primero de mayo como el día internacional de nuestra clase. No podemos menos que aprovechar esta conmemoración para retomar las lecciones de las luchas revolucionarias del proletariado y enarbolar la consigna que han recorrido las mismas:
"Trabajadores del mundo Uníos"
La brecha entre el salario real de bolsillo del cargo docente testigo, y la canasta familiar se agiganta desde 2008. La pérdida del poder adquisitivo del salario docente, se aceleró fuertemente desde la crisis cambiaria. La migaja lanzada por el Ministro Finocchiaro, adelantando a marzo el aumento automático del salario mínimo docente –que está atado a la evolución del SMVM-, deja en míseros 15000$ el salario inicial docente por cargo, para afrontar una canasta que ronda los 28000$ a marzo de 2019.
En estas condiciones, la aplicación de la cláusula gatillo, sin una recomposición real del valor relativo del salario docente respecto de la canasta familiar, es lo mismo que inflar una rueda pinchada. En discusiones paritarias, los gobernadores han propuesto la aplicación de un gatillo mensual de los salarios estatales, con o sin aumentos adicionales. Es el caso de Vidal en Buenos Airess. Y fue el caso de Cornejo en Mendoza, que convenció al FURS al frente del SUTE, de aceptar como único aumento para todo el 2019, la aplicación de una cláusula gatillo mensual, sin recomposición por la pérdida por inflación acumulada anterior. Hoy, el salario docente de Mendoza está entre los cuatro más bajos del país.
El PTS, integrante del FURS, se cargó al hombro la defensa de la propuesta salarial de Cornejo. El 20/12/18 comunicaba en LID: “(…) esta propuesta no es más que una de las conclusiones de las penurias y padecimientos ante la peor crisis capitalista de la historia, a las que llegaron León Trotsky y otros revolucionarios de la década del `30: escala móvil de salarios” (www.laizquierdadiario/Mendoza-Sute-consiguio-una-clausula-de-indexacion-mensual-de-los-salarios). No está claro si fue el PTS o Cornejo quien tomó al Trotsky de netflix. Lo que está claro, es que una tendencia con responsabilidad de dirección confunda el gatillo de Cornejo con la escala móvil de salarios es peligroso. Sobre todo para los trabajadores que padecen a esas direcciones y esos salarios.
Lo que el PTS consideró como medida transicional el 20/12/18, pasó a ser mínima el 4/3/19: “Mendoza es una de las seis provincias que firmó una paritaria, con la aceptación de una cláusula gatillo que ajusta mes a mes el salario. Una medida mínima para enfrentar la inflación que está descontrolada en la Argentina. Creemos que se trata de ir por más y conquistar la canasta familiar por un cargo, es posible trabajar un cargo de 6 horas, distribuidas en 4 horas frente a estudiantes y 2 horas para capacitarnos, planificar y corregir, todo esto por un salario inicial igual a la canasta familiar”. El gatillo transicional devino mínimo e insuficiente, y ahora se volvió necesario ir por una recomposición que equipare el valor relativo del salario docente respecto de la canasta familiar, y discuta incluso la jornada laboral. Con estos zigzags, el PTS le exige a sus socios en el FURS “superar los zigzags” que generan desconfianza en la base (LID, 13/3/19).
Las conclusiones de Trotsky sobre las lecciones de la transición económica iniciada por la dictadura del proletariado, lo llevan a plantear un “sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el de dirigirse cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués” (Trotsky, El Programa de Transición), ligando las reivindicaciones actuales y la conciencia actual de los trabajadores con un programa de acción para la conquista del poder. Es un sistema de reivindicaciones transitorias, del cual la “escala móvil de salarios y escala móvil de horas de trabajo forma parte”, no sólo como medida para paliar los efectos de una crisis, sino que se trata de preparar a la clase obrera para organizar el “sistema de trabajo de una futura sociedad socialista”. Así puede entenderse por qué “escala” y no “reparto” de las horas. El planteo de escala móvil orienta a la clase trabajadora hacia la raíz de los problemas de la producción y distribución del capital, mientras que reparto es sólo una medida anticíclica.
El Programa de Transición propuesto por Trotsky no niega las reivindicaciones, sino que las contiene, mientras mantengan su fuerza vital. Lo importante no son las reivindicaciones en sí, como consignas aisladas, sino el carácter que puede y debe tomar la lucha por estas reivindicaciones en las condiciones de la crisis social actual. Esto implica que, para obligar a los capitalistas a hacer concesiones serias, es necesario quebrar su voluntad, es decir quebrar el mando capitalista.
Las tendencias que se reivindican trotskistas, y que han asumido lugares de dirección en el movimiento obrero, deben plantearse qué están aportando y que lecciones programáticas están sistematizando en la vanguardia. Dar respuesta a la crisis de dirección exige un debate programático profundo, que clarifique las tareas y forje una vanguardia. Instamos a poner en pie una oposición sindical revolucionaria como paso en esta perspectiva.