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¡Fuera el FMI! ¡Derrotemos al gobierno de Macri!

Por una salida obrera y socialista

 

El macrismo ha fracasado como garante capitalista de los negocios de su clase. Por esto, en los hechos, ha sido reemplazado por el capital extranjero, representado por el FMI, generando una crisis general en la dominación política. Esto tenderá a expresarse por un lado con una exacerbación de la lucha de clases y por el otro con peleas entre las distintas fracciones burguesas y pequeño burguesas.  

En este escenario convulsivo que coloca a la Argentina como uno de los eslabones débiles que pueden incidir en el desarrollo más catastrófico de la crisis mundial, debemos abrir una deliberación al conjunto de nuestra clase para no ser los trabajadores quienes paguemos la crisis que los capitalistas generaron.

Gran parte de las corrientes trotskistas han encontrado una fórmula mágica en el llamado a una Asamblea Constituyente libre y soberana con poder. Y de ahí se complementan otras consignas como huelgas, paros, “fuera Macri” y otras medidas democráticas que permitirían salir de la crisis.

Es importante señalar que, a pesar de los matices en cuanto a cómo la formulan las distintas corrientes, todas coinciden en que es una consigna por la lucha por el poder. Es decir, utilizar la propuesta más radical de la democracia burguesa para desenmascarar su carácter reaccionario.

De dónde sale la consigna de AC

En su desarrollo histórico la idea de Asamblea Constituyente (AC) fue estudiada por los revolucionarios en un momento de formación de los Estados capitalistas, en el punto de la relación entre la revolución burguesa y la revolución proletaria. Hoy estamos en un proceso histórico donde los Estados nación están en franca descomposición y en el cual se plantea una relación más compleja entre revolución y contrarrevolución.

Insistir hoy con la AC es una proposición ahistórica que confunde a la vanguardia, colocando al proletariado como una oposición reformista al régimen, educando a las masas en que el Estado burgués es indestructible. Plantear que la AC tomaría el poder político con dirección del proletariado, es decir que puede haber un organismo burgués con dirección proletaria. Si eso no es conciliación de clase, difícil ejemplificarla de otra manera.

Salvo que se sinceren y vuelvan al planteo de que se puede pasar en la época imperialista por una etapa democrática necesaria previa a la socialista, la formulación de AC como elemento de poder no tiene sentido.

Es increíble que luego de tantas experiencias históricas haya que explicarles a corrientes que se dicen trotskistas el ABC de la Teoría de la Revolución Permanente, para la cual en el proceso revolucionario se da una combinación entre la revolución democrática y la revolución socialista, pero no en la superestructura política, ni en el Estado, sino en el proceso histórico de la lucha de clases y su expresión en la dictadura del proletariado.

El “atajo” de la AC significa para la vanguardia obrera, intervenir en la crisis de forma diluida en la superestructura política de un semi estado.

El planteo de AC, de la mano de estas corrientes, está indisolublemente ligado a todo tipo de medidas estatistas y redistribucionistas, en forma de “plan económico” para salir de la crisis que se centran en la nacionalización y control de la banca y las empresas, es decir, más tareas para el Estado burgués..

Si verdaderamente vamos a pelear por el poder, es decir, por la destrucción de Estado, entendiendo que la revolución es una tarea social y no una cuestión nacional, debemos romper la envoltura democrática de las formas de dominación y permitir que el proletariado comience a ejercer su dictadura de clase. ¿Qué quiere decir esto? Que debemos pelear desde un primer momento para que la clase obrera actúe de forma independiente en esta crisis y que pueda acaudillar a otros sectores de clase. La lucha por el poder es preparar las condiciones para derrocar al gobierno de Macri, destruir al semi Estado, en camino del gobierno obrero -como forma popular de llamar a la dictadura del proletariado-.

Hay quienes dicen – como el PO- que la AC sería una tarea “transicional”, sin que podamos dilucidar de “qué a qué” sería esta “transición”. Dentro de las ideas del marxismo, puede haber transiciones de un período burgués a otro, en la actualidad signado por la descomposición imperialista. Pero cuando hablamos un programa de Transición, hablamos de aquellas tareas que preparan a la clase obrera para el poder y para dirigir centralizadamente la transición al socialismo, es decir, a una sociedad sin clases.  ¿Pueden llevarse adelante medidas de carácter democrático burgués en esta transición? Tal vez, pero las mismas serán de carácter táctico, se definirán de acuerdo a la relación de fuerzas establecidas en el desarrollo internacional de la dictadura del proletariado, pero jamás podrían ser parte del programa revolucionario.

Pero el problema fundamental de la consigna de AC, es que no mide la relación de fuerzas donde hay que medirla: en la producción. Es por eso que los revolucionarios como Lenin y Trotsky, cuando discutían transiciones y programas, enfatizaban la noción de desorganizar a la burguesía y destruir el régimen capitalista atacando las bases productivas.

Por eso, ante una desorganización de la economía como se ha visto en estos últimos días, la corrida de dólar, la devaluación, el ajuste, los despidos y el aumento de la pobreza, es que debemos intervenir con un programa transicional que imponga la fortaleza de nuestra clase y prepare los pre-requisitos para organizar la economía desde otras bases.

Control obrero

Para nosotros el control obrero plantea elementos de transición del capitalismo al socialismo. En el caso de la situación nacional, planteamos una campaña por el control obrero de las empresas de luz, gas y agua y de varios servicios para luchar contra los tarifazos y las condiciones de los servicios. El control obrero lleva a una lucha de tendencias al interior de los sindicatos, ya que debemos recuperar nuestros sindicatos y comisiones internas para que el control obrero no se convierta en gestión obrera, es decir, en un acuerdo con el Estado por parte de la burocracia sindical. Lamentablemente gran parte de la izquierda, por presión de la opinión pública, ha incorporado a la consigna de control obrero también el control de los usuarios, diluyendo todo contenido de clase a la política. Es otra lucha política que damos con las distintas tendencias de izquierda en cuanto la discusión de programa.

Todos los analistas, después de los cuadernos de Centeno se preguntan qué pasará con las empresas si no están al frente los Rocca, los Pescarmona, etc., naturalizando que la burguesía debe detentar la propiedad de los medios de producción. Es contra esa naturalización de las relaciones sociales contra lo que peleamos los revolucionarios para subvertir nuestra condición de explotados. Para, mediante un programa transicional, debilitar el poder de la burguesía en la producción, peleando por su expropiación.

Pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, es una condición principal para recuperar nuestras organizaciones y ampliar sus funciones.

Fuerzas para dar esta pelea hay. Se vienen expresando en las distintas luchas que enfrenta el gobierno de Macri. Pero debemos abrir una deliberación al conjunto de nuestra clase para derrotar todas la tendencias conciliadoras y contrarrevolucionarias, como es el caso del peronismo y la burocracia sindical en nuestras filas.

Al paro de 25/9 llamado por la CGT debemos hacerlo activo y en asambleas en los lugares de trabajo debemos mocionar un programa obrero para salir de la crisis y lanzar un llamado a un Congreso de Delegados de Base con mandato. Hay que conformar minorías activas que permitan fortalecer los futuros núcleos del partido revolucionario que debemos construir. Debemos construir una organización revolucionara que permita a la vanguardia proletaria conquistar el poder con la fuerza de las armas.

Miércoles, 29 Agosto 2018 15:51

Paremos todas las Universidades

Paremos todas las Universidades

Con las tomas y un pliego para unificar la lucha contra el ajuste

 

3 semanas de paro de los docentes universitarios, impulsado principalmente por CONADU H, contra la propuesta salarial miserable del 15% han desatado un torrente de lucha donde el movimiento estudiantil ha saltado nuevamente a escena con el método de las tomas. Son tomas para fortalecer el paro, que en el caso de la CONADU y otras federaciones dirigidas por el kirchnerismo está siendo boicoteado por la propia burocracia sindical. Y mientras la FATUN firma un acta irrisoria de adelanto de cuotas para sacar a los no docentes de la calle, por abajo son miles los trabajadores que se organizan para sumarse a la pelea.

El gobierno ya no tiene careta y va a la mesa de negociación a decir que hay que respetar el acuerdo de vasallaje que Macri firmó con el FMI, la verdadera conducción del país burgués. Que por eso el presupuesto es magro y hay que ajustarse el cinturón. Reconoce que el conflicto parte del descalabro económico en que está sumida la Argentina semicolonial.

 

¡Ninguna confianza en los aplicadores de la reforma educativa!

La burocracia sindical docente utiliza la bandera de la “educación pública” para intentar llevarnos a confiar en las autoridades universitarias, llamando a marchas y abrazos junto a los rectores y decanos que vienen aplicando la reforma educativa, manteniendo la precarización laboral desde la década kirchnerista y siguiendo los dictados del Banco Mundial y la UNESCO para las Universidades. Hay que ser claros, bajo el capitalismo la educación no es ni puede ser pública, porque siempre estará al servicio de la burguesía. Hay que defender las tomas y avanzar en nuevas tomas de facultades y demás edificios con el objetivo de garantizar la paralización total de actividades en las Universidades, golpeando a las autoridades que quieren usar la lucha para regatear monedas del presupuesto con Macri.

Además de la burocracia sindical de CONADU y FATUN, es necesario enfrentar a las corrientes pro patronales que dirigen centros y federaciones estudiantiles, que se encargan de defender a las autoridades, organizando estudiantes contra el paro y boicoteando las tomas. Debemos impulsar como moción en las asambleas la conformación de cuerpos de delegados por facultad para organizarnos contra esta llamada “burocracia estudiantil” y preparar la recuperación de los centros de estudiantes y las federaciones.

 

Un pliego único de reivindicaciones obrero-estudiantil

La idea de levantar un pliego estudiantil para tener por qué luchar más allá de la paritaria docente es un error, porque la clave no es que el estudiantado agrupe sus demandas separadamente, sino avanzar en un pliego único. Pero además, debemos tener en claro que no hay salida simplemente cambiando al personal político que dirige el país, ya sea en las elecciones del año que viene como pretende el kirchnerismo y el PJ, o de otra forma, porque el problema son las bases de un capitalismo semicolonial que han llevado a la completa desorganización económica. Es necesaria una dirección obrera para la educación, que la ponga en función de una salida obrera a la crisis a partir del control de la economía. Proponemos que se mocione en las asambleas elaborar un pliego único de reivindicaciones obrero-estudiantil, no para que se vote en los consejos, sino para proponer como una plataforma de lucha conjunta a los sindicatos. Hay que preparar el Paro educativo nacional que confluya en un gran Paro general con el conjunto de la clase obrera.

  • - No a las pasantías, becas y programas de “trabajo joven”. ¡Basta de trabajo gratuito!
  • - Fin de la tercerización, pase a planta de todos los precarizados, Contrato Único para todos los trabajadores de las Universidades y de los organismos de ciencia y técnica.
  • - ¡Abajo la LES! Fuera CONEAU, las empresas y el BM de las carreras.
  • - Abran las escuelas y las universidades a los trabajadores y sus hijos.
  • - Ingreso irrestricto y triple turno de cursado.
  • - 4 horas de estudio x 4 horas de trabajo pagadas por las patronales.
  • - Fuera la policía de las Universidades.
  • - No al pago de la deuda externa, ruptura de los acuerdos con el FMI.

 

Para recuperar las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de manos de la burocracia sindical y de las corrientes de conciliación de clases es necesario poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no docente, estudiantil en la Universidad, con libertad de tendencias, para dar la pelea por la dirección del actual conflicto y avanzar en la construcción de una dirección revolucionaria. Queremos discutir esta iniciativa con las corrientes de la izquierda y todos los compañeros combativos que hoy salen a luchar.

 

RAMA UNIVERSITARIA DE LA COR

Lunes, 27 Agosto 2018 15:31

TOMA DE FACULTAD EN LA UNSL

TOMA DE FACULTAD EN LA UNSL
COR-REGIONAL SAN LUIS

La toma del rectorado de la UNSL como protesta contra el ajuste educativo en las universidades y en apoyo a los trabajadores de la Educación ya lleva 5 dias. Hace tres dias se profundizo la medida tomandose ademas el IV bloque de la UNSL.
Esto configura la irrupción en escena en San Luis de un sector estudiantil independiente de las corrientes estudiantiles pro-patronales como la Franja Morada y el Peronismo en sus distintas variantes, proceso que se esta expresando a nivel nacional, con tomas de rectorados, edificios, colegios y movilizaciones multitudinarias.
Asi como sale a escena una nueva generacion dentro del movimiento estudiantil que se identifica con la lucha de los trabajadores de la educación, las corrientes que son los personeros del Regimen Universitario (verdadero garante del ajuste educativo, con los rectores y decanos a la cabeza) se apresuran a boicotear las iniciativas de medidas de lucha contundentes en las universidades, y donde se han visto rebasadas por el movimiento comienzan a organizar al sector estudiantil mas conservador para tratar de levantar las tomas, llevando adelante campañas basadas en calumnias para desprestigiar las tomas. Lo que muestra la impotencia politica del Regimen.
A nivel nacional muchos de los rectores hacen la pantomima de mostrarse indignados ante el ajuste que lleva adelante el gobierno de Macri por pedido del FMI, pero en el fondo sabemos que son los que garantizaron la creciente precarización laboral y en las condiciones del estudiantado durante la “década ganada” y ademas están negociando el nuevo presupuesto de las universidades que vendrá con nuevos recortes.
En los lugares donde los rectores no se posicionan ya la burocracia estudiantil sale a cuidar a sus jefes tratando permanentemente de lavarles la cara a estos ajustadores.
En la toma de la UNSL los estudiantes votaron la expulsión de la Franja morada de la medida ya que fue a la misma con la inteción de desorganizarla y levantarla. Lo mismo sucedió en la UNCuyo.
Al mismo tiempo en la toma de la UNSL de la cual somos parte se esta comenzando a discutir respecto al carácter de clase que tiene la educación y su rol dentro del sistema capitalista, el porque del apoyo al movimiento obrero ante esta situación de ajuste (Se repudio la represión a los trabajadores del Astillero Rio Santiago), y el plan politico y economico que quiere imponer el FMI por lo que se comienza a discutir una perspectiva mas alla de la realidad universitaria.
Esto es quizas el rasgo mas progresivo y que puede llevar a recrear una nueva vanguardia estudiantil que recupere los organismos estudiantiles de manos de la burocracia.
Mas allá de la continuidad y posible duración de la medida esta planteado el avanzar en un pliego de reivindicaciones obrero estudiantil para enfrentar en mejores condiciones el ajuste así como la reorganización en cuerpos de delegados para continuar el proceso de poner en pie una dirección revolucionaria estudiantil, de docentes y no docentes en la universidad.

Universitarios de la COR

Pronunciamiento de la Tendencia Revolucionaria por la reconstrucción de la IV internacional

Liga Obrera Internacionalista (LOI) Brasil, Corriente Obrera Revolucionaria (COR) Chile, Corriente Obrera Revolucionaria (COR) Argentina

 

Por una conferencia latinoamericana de los trotskistas que siguen reivindicando la dictadura del proletariado para discutir un programa y sentar las bases para la reconstrucción de la IV. En un momento de crisis, es central impulsar los mecanismos para demostrar el poderío del movimiento obrero, su programa y su partido revolucionario.

Partiendo de que los elementos centrales de la crisis que se abrió en el 2008, con epicentro en los países imperialistas, siguen avanzando ante la imposibilidad de la burguesía imperialista de darle una salida, debemos seguir muy de cerca las políticas imperialistas para darle una concreción programática a las tareas del proletariado y su vanguardia revolucionaria.

Nos encontramos ante una nueva orientación del imperialismo para recobrar un equilibrio inestable. Dentro de la etapa imperialista de crisis, guerras y revoluciones, los elencos dirigentes de la burguesía se disponen a una nueva orientación ante el fracaso de las líneas que llevaron adelante a la salida de posguerra, que sólo los llevó a una crisis mayor y sin poder asimilar hasta el final los supuestos triunfos del periodo anterior, que fueron las caídas de los estados obreros.

Se expresa esta caracterización en la política del imperialismo norteamericano, en el gobierno de Trump, que ya ha definido como enemigos a China y Rusia y la idea de recuperar protagonismo en base a su poderío militar y económico. De acá se entiende la guerra comercial lanzada por EEUU, el bombardeo en Siria, el plan de pacificación en las Coreas y el intento de recuperar el patio trasero, como mostró la devaluada Cumbre de las Américas. Esta política se da en medio de una crisis mundial y, quizás lo más importante en cuanto a relaciones de clase, sin una base interna sólida para imponer esta política en su propio país, es decir EEUU. Además de que esta política implica nuevas relaciones interestatales, con un mayor antagonismo económico entre los países imperialistas y antagonismo interestatales.

Es decir, la política imperialista, aun en su debilidad, propone una idea de nuevo pacto entre el capital y el trabajo, dentro del histórico conflicto entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción del capitalismo, romper con los pactos de posguerra y las instituciones creadas y definir un nuevo equilibrio de clases dentro de los Estados, ante el nivel de la crisis mundial.

Por eso estamos viendo una ola de reformas, laborales, previsionales y fiscales, en los distintos países, con mayor o menor resistencia, pero que plantean, como dijo Macron en Francia, “un nuevo pacto”, en este caso para desmantelar lo que queda del Estado de bienestar y en otros lugares en la necesidad de establecer una nueva relación con el imperialismo, como Brasil, Argentina y, de forma más radicalizada, en Nicaragua.

Sostenemos que estamos dentro de un periodo histórico caracterizado por una tendencia a la descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación capitalista de los ex Estados obreros.

En Europa, se continua la línea de desmantelar lo poco que queda de los estados de bienestar,  lo que genera proceso de lucha de clases importantes, como en Francia los ferroviarios y algunos sectores de estudiantes, en medio del aniversario 50 del Mayo francés. La burguesía europea intentó saldar la crisis de los Estados nación con la conformación de la Unión Europea, pero no pudo con esa línea reaccionaria solucionar un problema estructural del capitalismo. El experimento de la UE generó aún más contradicciones en los Estados nación, nacionalismo, xenofobia, crisis sociales, Brexit, crisis de los partidos políticos, separatismos y procesos de masas contra las reformas, crisis de inmigración.

La nueva configuración de la política imperialista para América Latina, que fue discutida en la devaluada Cumbre de las Américas, en líneas generales ratificó la mayor injerencia del imperialismo norteamericano, una lucha contra la corrupción, que significa modificar una fracción burguesa empresarial por otra fracción más pro imperialista, el ejemplo Odebrecht es el más emblemático. Otro punto importante fue que después de la Cumbre la gran mayoría de los países que integraban la UNASUR se retiraron de dicha organización. Se discutió una política más fuerte de asedio al gobierno de Maduro de Venezuela. También se estableció que las fuerzas armadas, en nombre de la lucha contra el narcotráfico, podrán intervenir como fuerza interna. El caso de la intervención en Rio de Janeiro demuestra esta nueva línea.

Esta transición en la dominación política, modifica las relaciones sociales establecidas en el periodo anterior. La política de reformas impulsadas por el imperialismo, mayor injerencia del FMI como el caso de Argentina, ya ha encontrado resistencia en los distintos países donde se está aplicando. Esta resistencia genera no sólo crisis políticas, sino crisis económicas como la Argentina, donde los procesos de masas irrumpen contra los planes de ajuste, pero aún se desarrollan dentro de la legalidad burguesa y con direcciones reformistas y, en gran parte de estos procesos, el proletariado interviene de forma diluida.

Sostenemos la necesidad de desarrollar una Conferencia latinoamericana, para poder discutir de cara a la vanguardia y poder ayudar a su desarrollo en países como Venezuela y otros países de la región, para impulsar tareas internacionalistas que permitan afianzar núcleos revolucionarios y una lucha política entre las tendencias que nos reivindicamos del trotskismo para aproximarnos a sentar las bases de una dirección revolucionaria.

Llamamos a la LIT-CI, la CRCI, FT-CI y organizaciones que aún reivindiquen la dictadura del proletariado y la reconstrucción de la IV Internacional a tomar en sus manos la realización de dicha Conferencia para discutir un programa transicional.

TRCI

 

Jueves, 23 Agosto 2018 20:01

A 78 años del asesinato de León Trotsky

Hace 78 años era asesinado Trotsky por un agente del stalinismo en la ciudad de México. Sus ideas y acción revolucionaria aún perduran porque siguen vivas las tareas históricas de los marxistas contra el capitalismo. Mientras el stalinismo como corriente contrarrevolucionaria ya tiene merecido su lugar en el basurero de la historia.

Hoy cuando en el mundo se desarrolla una crisis económica de características históricas, la burguesía lentamente comienza a volver a ver a sus fantasmas que creía ya bien muertos y enterrados, pero en su decadencia una clase tan parasitaria como la burguesía vuelva a sentir que está en peligro. Y en cierta medida está en lo cierto. Se ha comenzado a romper todo el andamiaje de posguerra y sus instituciones, los pactos con distintos estados, a partir de una mayor descomposición del imperialismo.

Los procesos de lucha de clases se desarrollan en medio oriente, mientras la crisis económica aguda en Europa está destruyendo el estado de bienestar y la Unión Europea. Los países en asimilación como China y Rusia, con sus desigualdades, no han logrado salvar a los triunfalistas burgueses. En el corazón del imperialismo norteamericano, la crisis ha desencadenado procesos políticos y de lucha de clases que ponen en cuestión los fundamentos del capitalismo.

En medio de estos escenarios los marxistas revolucionarios tenemos mucho que decir y hacer, se nos abren grandes tareas históricas, con la imperiosa necesidad de aprender de los fenómenos nuevos e incorporarlos al acervo de la teoría marxista y enriquecerla.

El acervo teórico y político de Trosky nos permite encarar estos desafíos desde una perspectiva revolucionaria, intentando aplicar el marxismo que es un método de análisis de las relaciones sociales y no como lo toma el conjunto de centrismo trotskista, un análisis de texto.

Por eso actualizar la teoría marxista implica avanzar en el recorrido hecho por Trotsky en cuanto a la teoría de la revolución permanente; como decía él, desarrollar el carácter de la revolución, su nexo interno y el método de la revolución internacional en general. Este último punto es el que debemos desarrollar al calor de los elementos de descomposición del capitalismo.

La idea permanentista que Trotsky incorporó y desarrolló, es uno de los aportes más importantes a la teoría marxista. Desarrollo que tan olvidada ha quedado por los distintos grupos que intentaron actualizar la teoría, pero solo actualizaron de forma reformista las tácticas para aggiornarse a la época de posguerra, en la lucha entre dos sistemas para adaptarse a la conciencia vigente en ese periodo. No podemos olvidar la idea permanentista de partido que incorpora Trotsky, ya que no se basa la construcción partidaria en una determinada conciencia actual sino en las tareas históricas del proletariado. Hay que destacar la dimensión permanentista que le da a la dictadura del proletariado, palabra que ha desaparecido del diccionario de izquierda para no asustar a la opinión pública, impidiendo romper la envoltura democrática de la dominación burguesa y permitir al proletariado desarrollar su dictadura de clase trastocando todas las relaciones sociales en la lucha por el poder del estado, es decir, por la destrucción del estado burgués. Al igual que el carácter internacional de la dictadura del proletariado; Trotsky planteaba que la dictadura en Rusia estaba provisoriamente encerrada dentro de límites nacionales, dándole un carácter internacionalista y por lo tanto permanente.

Nuestro grupo intenta avanzar en el plano de la teoría y la practica con la firme convicción de que debemos intervenir como una nueva generación de revolucionarios que rompa con las ideas de los centristas trotskistas de posguerra en la necesidad de regenerar al movimiento obrero y forjar una vanguardia revolucionaria que pelee por la reconstrucción de la IV internacional ya que opinamos que es la única forma que se puede recuperar la estrategia marxista.

Trotsky tuvo que discutir ante la traición de la III internacional stalinizada, la recuperación del método y la mecánica del programa. Es por eso que elaboro el programa de transición que como él decía nos deja en el umbral de la revolución, y hacía mucho hincapié en mostrar que este programa era un sistema de reivindicaciones que se proponía atacar las bases del régimen burgués. O sea, desarrollar una de las premisas estratégicas de la III internacional en su fase revolucionaria que era la de desorganizar a la burguesía; recordemos que las otras premisas eran organizar al proletariado y por ultimo preparar las etapas de la dictadura de proletariado. Los revolucionarios llegaron a esta síntesis de tareas estratégicas después del triunfo de la revolución rusa y su extensión a una situación revolucionaria a nivel mundial.  Pero pudieron generalizar las experiencias revolucionarias de la época de crisis, guerras y revoluciones por la construcción de la Internacional, y es acá en donde la estrategia tomó la dimensión internacional y colocó a nuestra clase con tareas que excedían la base nacional de nuestra lucha. Trotsky definió a la internacional como una escuela de estrategia revolucionaria.

Hoy presenciamos la crisis de las corrientes que aun reivindican el legado de Mandel, Moreno, Ted Grant, Lambert y otros que no pueden dar respuesta a los procesos abiertos y cuyas teorías han perimido porque fueron construidas en un periodo que ya está desapareciendo. Por su adaptación, no pueden dar respuesta a la caída del estado de bienestar en Europa, ni a los procesos de asimilación de los ex estados obreros, ni a la descomposición imperialista por haber separado la economía de la política, ni a los desafíos de la lucha de clases por sostener la idea de conciliación de clases como norte, sin entender la dinámica de la revolución permanente donde ya no están las tendencias organizadas del pasado, y donde se plantea el carácter de la revolución, en clave mundial y no nacional.

Somos conscientes de que las nuevas generaciones que están saliendo a la lucha no traen en su mochila las derrotas del proletariado, ni la influencia del stalinismo, pero si una importante confusión de los objetivos. Es tarea de los revolucionarios plantear claramente las tareas a partir de un programa transicional, ya que ningún proceso comienza de cero y la intervención de los revolucionarios parte de elementos del pasado para preparar el porvenir como planteaba  Marx, no con el criterio vulgar de los "evolucionistas", que sólo ven los cambios lentos, sino dialécticamente: "En desarrollos de tal magnitud, veinte años son más que un día -- escribía Marx a Engels --, aun cuando en el futuro puedan venir días en que estén corporizados veinte años". 

Por eso apoyamos y somos parte de las demandas de los que han salidos a luchar con la firma convicción de ganar programáticamente y desarrollar una vanguardia que se corporice en partido revolucionario que pueda explicar los problemas de raíz para pelear por el poder.

Seguimos sosteniendo, a 78 años del asesinato de León Trotsky, que “Solo haciendo revivir las grandes tradiciones del marxismo revolucionario, rompiendo con la colaboración de clases, el socialpatriotismo y los curas de la sumisión en el movimiento obrero y tomando el camino de una lucha de clases resueltamente ofensiva, lanzando el asalto contra la fortaleza del capitalismo, con las armas invencibles forjadas por nuestros grandes maestros, Marx y Engels, Lenin y Trotsky, los explotados de mundo pueden separarse del marasmo y la derrota, marchando hacia adelante, como la sólida falange del fruto socialista.” (Manifiesto a los trabajadores de mundo entero. Comité ejecutivo internacional de la IV internacional. 1938)

        El no inicio de clases lanzado por las federaciones docentes frente a la miserable oferta salarial del 15% ha motorizado una enorme lucha en las universidades nacionales (UUNN). La UNC no es la excepción. Desde la semana pasada hemos visto como se han multiplicado las asambleas en la mayoría de las facultades. La contundencia del paro en los colegios preuniversitarios y en varias facultades, así como la toma del pabellón CePIA de Artes, marcan el camino en la necesidad de paralizar la UNC para endurecer la pelea que tenemos planteada. La lucha es por el salario de los trabajadores, y también contra el plan de ajuste del gobierno nacional, dictado por el FMI, que en las UUNN implica recortes presupuestarios, la aplicación de las reformas educativa y laboral, el avance de la injerencia de las empresas en las carreras, la decadencia de la infraestructura, etc.
        El rectorado y la burocracia sindical de ADIUC y AGTUNC, así como la conducción de la FUC, quieren englobar todas las demandas detrás de la defensa de un pretendido “interés común”: la educación pública. Esa bandera es utilizada para ocultar que el Rector Juri ha estado a la vanguardia de la reforma en la educación superior de Macri y el Banco Mundial (CRES!), con el voluntariado universitario, los créditos académicos, la continuidad de las UVT de Tamarit (k), los recortes a planes de bienestar como el aumento al comedor, etc. Los decanos de todo color no se quedan atrás, aplicando las reformas o cómo mínimo administrando la miseria presupuestaria. Hay que ser claros, bajo el capitalismo la educación no es ni puede ser pública, porque siempre estará al servicio de la burguesía. En la actual pelea contra la ofensiva de Macri y Finocchiaro, los intereses de los trabajadores universitarios y de los estudiantes combativos no deben confundirse con las peleas por la caja de las autoridades universitarias y sus jefes en los ministerios.
        Desde la COR proponemos a todos los compañeros trabajadores y estudiantes dispuestos a llevar esta lucha hasta el final:    

2 mociones para la interfacultades del martes 21/08

1- Marchar en una columna independiente y diferenciada de las autoridades universitarias el 22/08

Para que quede bien claro que no confundimos nuestras banderas con las de los aplicadores del ajuste en la UNC. Proponemos que esta columna levante estas consignas:
- No al voluntariado universitario, Basta de trabajo gratuito!
- Fin de la tercerización, pase a planta de todos los precarizados, Contrato Único para todos los trabajadores        de la UNC
- Abajo las UVT y los convenios, fuera las empresas y el BM de los planes de estudio.
- Abran las escuelas y las universidades a los trabajadores y sus hijos.
- Ingreso irrestricto y triple turno de cursado.
- 4 horas de estudio x 4 horas de trabajo pagadas por las patronales.
- Fuera la policía de la UNC.
- No al pago de la deuda externa, ruptura de los acuerdos con el FMI.

2- Que los sindicatos de trabajadores de la UNC y la FUC organicen un plenario de delegados de base con mandato, donde se vote un programa y un plan de lucha para derrotar la ofensiva del gobierno.

Necesitamos una gran deliberación entre los trabajadores y estudiantes de la UNC no sólo para clarificar como poner freno a las ofensiva del gobierno, sino también que educación necesita la clase obrera en su lucha por la emancipación del yugo capitalista. La lucha de los docentes y de los universitarios no puede separarse de la lucha del conjunto de los trabajadores contra las consecuencias de la crisis. Por eso, este plenario debe ser un primer paso en el camino de preparar un congreso educativo nacional, donde los trabajadores y los estudiantes combativos podamos debatir la educación y el plan de lucha que necesitamos poner en marcha para derrotar a Macri y sus aliados.

        Hacemos este humilde aporte a esta asamblea estando convencidos de la necesidad de combatir la influencia de las corrientes que pretenden llevar a los luchadores detrás de variantes patronales. Por ello, es necesario recuperar las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de manos de la burocracia sindical y de las corrientes de conciliación de clases. Es para esto necesario poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no docente, estudiantil en la Universidad, con libertad de tendencias, para dar la pelea por la dirección del actual conflicto y avanzar en la construcción de una dirección revolucionaria. Queremos discutir esta iniciativa con las corrientes de la izquierda y todos los compañeros que hoy salen a luchar.

21/08/2018

COR
Corriente Obrera Revolucionaria
Rama Universitaria

La seguidilla de ataques que el gobierno de Schiaretti viene descargando contra los trabajadores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) demuestran que el principal objetivo del gobierno y las patronales que lo sostienen es quebrar a uno de los sindicatos históricamente más poderosos de la provincia. Luz y Fuerza Córdoba no sólo cuenta con la tradición de su participación en el Cordobazo, sino con el bagaje de haber derrotado varios intentos de privatización. Esto no quiere decir que sea la única rama donde las patronales descargan su ataque: ya ha sucedido en el transporte, donde luego de la derrota de la gran lucha de los trabajadores de UTA de 2017, la FETAP ha introducido despidos selectivos y esquemas de productividad, o en el SMATA y la UOM, donde los despidos y suspensiones son moneda corriente y se anuncia una ola de preventivos de crisis para hacerlos masivos.
La ofensiva patronal en EPEC ha contemplado la denuncia ante el ministerio de trabajo del CCT vigente, la implementación de leyes para recortar conquistas a los trabajadores, el cierre de centros de atención al cliente y la tercerización de tareas como la toma de estado de los medidores de consumo. A la lucha desarrollada hasta ahora, cuya medida más radicalizada fue la toma de la sede central de calle La Tablada que la conducción se encargó de levantar con las manos vacías, el gobierno y la empresa han respondido con mano dura, abriendo causas, sumarios e incluso encarcelando a varios compañeros.
Esta iniciativa antiobrera del gobierno provincial está en sintonía con la política de reformas alentada por el imperialismo yanqui en la región, impulsada por el gobierno de Macri. Es el caso del intento de división y posterior privatización de sectores de la empresa, política impulsada en el memorandum de sometimiento firmado por Dujovne a pedido del FMI, donde se alienta la venta de activos propiedad del Estado. Evidentemente, Schiaretti y el PJ provincial desean congraciarse con la nueva dirección política del país burgués, postulándose como un recambio posible frente al descalabro de Cambiemos para garantizar la continuidad del programa de ajuste impulsado por Lagarde y Cía.
    
Peronismo y burocracia sindical
Hay que enfrentar estos ataques encabezados por el gobierno de Schiaretti, que se postula como uno de los candidatos presidenciales del peronismo. Este aspecto no es menor, ya que el conflicto deja ver una feroz interna en el PJ. La aceitada relación del PJ con la CGT que dirige Pepe Pihén (SEP) y con otros burócratas como Urbano de la UOM, Chacón de Comercio o Dragún del SMATA, han dejado a los trabajadores de Luz y Fuerza y la propia burocracia de Suárez en una difícil situación de aislamiento dentro del “movimiento obrero organizado”.
Acá es muy importante sacar un balance del papel que jugó Suárez en el conflicto de las trolebuseras y colectiveros de la UTA del año pasado. Luego de un inicial apoyo a estos compañeros, que estaban peleando contra el techo salarial de 8% y la intervención del sindicato, LyF se retiró del conflicto y nunca llamó al paro en su rama ni peleó por imponer el paro provincial, única salida a una lucha que fue quebrada con la militarización de la ciudad a manos de gendarmería para imponer la voluntad de Mestre y los empresarios del transporte. En estos momentos, aquella derrota es un pesado lastre sobre el conjunto de los trabajadores cordobeses, y nuevamente la CGT Córdoba se niega a unificar las fuerzas de nuestra clase para defender a los compañeros de LyF en lucha y propinar una derrota seria al plan de ajuste de los gobiernos provincial, nacional y del FMI.
 
Independencia de clase
La conducción de LyF, además de evitar avanzar hacia el paro efectivo de la empresa, se juega a una política de unidad popular en “defensa de una EPEC cordobesa, pública e integrada”, que significa unir al pueblo en general en un frente contra la privatización. Se busca así diluir la potencia de un sector de la clase obrera en un movimiento donde también se incorporen las capas medias, pero también las pymes y otros sectores patronales. Un movimiento que eventualmente tendrá sus frutos en listas para el 2019, como el propio Suárez ha manifestado en charlas con figurones kirchneristas. Esta política de conciliación de clases se apoya en el estatismo, donde el Estado burgués, propietario de las empresas de servicios públicos, se erige como garante de esta confluencia de intereses divergentes. Esto es completamente falso. Pretende ocultar que el Estado no es más que una firma burguesa, que además cumple un rol de aparato-militar para garantizar la propiedad privada. Empresas estatales como EPEC aparecen hoy en los escándalos de los cuadernos mostrando como sirven para los grandes negociados de los Roggio y los Electroingeniería, mientras amplios sectores de nuestra clase ni sueñan con el servicio de luz eléctrica.
Por supuesto que la fragmentación de la empresa para entregar las áreas rentables al capital constituye un ataque a los trabajadores de la rama. Esta fragmentación apunta a imponer la reforma laboral en los hechos, imponiendo condiciones laborales y salarios a la baja a los trabajadores que dependerán de esas tercerizadas. Pero no se trata de hacer eje en la defensa del actual CCT, como proponen no sólo la burocracia de Suárez sino también sectores de la izquierda como el PO e IS. Los CCT son parte de la estructura legal que ata a los sindicatos al Estado capitalista, junto con la Ley de Asociaciones sindicales, la Ley de contrato de trabajo, las conciliaciones obligatorias, etc., etc. La solución no es una alianza para defender al Estado burgués y sus leyes, sino imponer un programa de lucha que tenga como primer punto la imposición de un contrato único para todos los trabajadores de la rama eléctrica, acabando con la precarización existente y evitando su avance.

Una salida obrera
La crisis generalizada de la economía nacional e internacional, se reflejan desde luego en la rama eléctrica. La defensa de la EPEC tal cual es sólo siembra ilusiones en que el Estado capitalista de un país atrasado y dependiente del capital internacional pueda ser capaz de reorganizar la economía sobre nuevas bases. Esto es una utopía reaccionaria que ha fracasado varias veces, llevando sólo a la descomposición y a la ruina económica. Los trabajadores de LyF Córdoba deben encarar la tarea de la dirección obrera de la EPEC, como escuela de planificación y para asumir su rol de vanguardia en la lucha contra la descomposición económica. Los trabajadores de toda la rama de la energía tienen en sus manos la tarea de luchar por el control obrero de las petroleras, las centrales y las empresas de distribución de energía, expropiando las empresas de manos de los capitales imperialistas y nacionales, para ponerlas en función de la planificación socialista de la economía. Pero esto sólo puede entenderse como una tarea transicional en la lucha por el poder, ya que es ridículo pensar que el Estado burgués pueda convivir con una economía planificada por los trabajadores.
Para llevar adelante este programa, se impone recuperar los sindicatos de manos de la burocracia que vive de las ataduras de nuestras organizaciones al Estado. Debemos luchar por la anulación de toda la legislación de tutela de los sindicatos por el Estado burgués. Y poner en pie una dirección revolucionaria para la clase obrera. Necesitamos desarrollar oposiciones revolucionarias, con libertad de tendencias,  en la rama energética y en todas las demás ramas. Y proponernos la tarea urgente de impulsar un Congreso de delegados de base con mandato, de todos los sindicatos, tanto de las CGT como de las CTAs, para unificar las filas de nuestra clase detrás de un programa a la altura de la crisis a la que nos han arrojado los capitalistas y sus gobiernos en sus versiones cambiemos y peronista. Para avanzar en este camino, el activismo de LyF puede disputar la línea de la conducción, para buscar convertir la lucha del sindicato en un aglutinador de todos los sectores obreros de la provincia dispuestos a luchar, llamando a un congreso de las CGT córdoba para votar un plan de lucha y un paro provincial hasta derrotar el ataque del gobierno.
Nos dirán que estamos apuntando demasiado alto y demasiado lejos. Desde la COR estamos convencidos de que no existe otra salida, y confiar en que un sector de nuestros enemigos de clase nos van a salvar es lo realmente utópico.

¡Por el triunfo de los trabajadores de LyF Córdoba!
Reincorporación de todos los despedidos. Desprocesamiento de los luchadores.
Abajo el plan de privatización y tercerización generalizada en EPEC.
Contrato único. Dirección obrera de EPEC. Control obrero de la rama energética.
Congreso delegados de base con mandato para votar un plan de lucha y un paro nacional para derrotar el plan de Schiaretti, Macri y el FMI.

Se encuentra en trámites legislativos el llamado “Estatuto laboral para jóvenes estudiantes”. Este proyecto laboral viene a flexibilizar aún más las condiciones del trabajo asalariado, atacando a su componente juvenil fundamentalmente. Justo se da en un escenario mundial donde los capitalistas preveen un menor crecimiento de la economía, y ya están descargando su crisis con cierres de empresas y fábricas sobre las espaldas de las familias trabajadoras y condenando a la miseria a regiones enteras.

Ahora van por los jóvenes para utilizarlos como mano de obra barata y precarizar las ya precarias condiciones de empleo juvenil.

El proyecto del gobierno, aprobado en el parlamento con votos de la Concerta -gracias a la luz verde que le dieran los diputados de RD-, va en el mismo sentido de la legislación laboral (incluyendo la reaccionaria reforma laboral, aprobada durante el gobierno de la Nueva Mayoría), buscando fragmentar y dividir las fuerzas de la clase obrera, en una infinidad de categorías y reglamentación.

De pasar este ataque no sólo se dirigirá contra las condiciones de trabajo juvenil sino que atacará los puestos de trabajo de los obreros adultos ya que serán reemplazables. El proyecto plantea un régimen de 30 horas laborales, en las cuales no se tendrá derecho a colación ya que la jornada no superará las 5 horas, no tendrá derecho a indemnización por término ya que la mayoría serán de plazo fijo o finalizará si el estudiante abandona, termina los estudios o cumple 25 años, podrá extenderse la jornada a 12 horas excediendo el actual límite legal y aniquilando la lucha obrera por las jornadas de 8 horas de trabajo , 8 de descanso y 8 de recreación, con la reforma laboral de la CUT-Nueva Mayoría, podrán contratar masivamente estudiantes en periodos previos a negociaciones colectiva para oficiar de rompehuelgas, por supuesto con menor salario.

La burocracia de la CUT viene haciendo tibios cuestionamientos porque no la sentaron en una mesa tripartita según habían acordado en el mandato de su presidenta. Su eje principal ha sido denunciar al nuevo director del trabajo como “director de los empleadores”. Un buen reacomodamiento de la burocracia al pasar de actuar personeros del gobierno anterior ahora a ser oposición. Es falso oponer un funcionario del Estado a otro. La dirección del trabajo es una organización del Estado burgués para conciliar los intereses de las clases fundamentales, que en realidad son irreconciliables. La burocracia sindical es y será un estorbo en nuestra lucha contra este tipo ataques.

Hay que organizar a la juventud trabajadora. Los jóvenes que estudian y los que no deben agruparse alrededor de los sindicatos. La lucha por incorporarse a la producción debe estar ligada a la defensa de las condiciones laborales. Deben ingresar a la producción con todos los derechos de los contratos colectivos donde los haya y pelear por un contrato colectivo único por rama de producción. Debe imponerse la escala móvil de horas de trabajo para garantizar el derecho al trabajo. Debe ligarse el aparato educativo a la producción, empezando por la educación técnica, para que las escuelas y universidades abran sus puertas a los trabajadores.

  • ORGANICÉMONOS CONTRA LOS PLANES DE PRECARIZACIÓN DE LA JUVENTUD!
  • POR EL DERECHO AL TRABAJO, A LA EDUCACIÓN Y AL ESPARCIMIENTO!
  • PASO A LA JUVENTUD TRABAJADORA!

La de los trabajadores del transporte urbano de la ciudad de Córdoba fue una de las huelgas más importantes de los últimos años. Una vez quebrado el paro con la militarización del conflicto, la patronal, el gobierno y la burocracia sindical buscan borrar las lecciones que dejaron los compañeros de la UTA. La lucha por la reincorporación de los despedidos, la defensa de los delegados, el fin de las persecuciones y contra la intervención del sindicato continúa, si bien en condiciones desfavorables y en un terreno defensivo. Sabiendo que es prematuro hacer un balance, debemos tomar nota de las principales enseñanzas del conflicto, para que sirva a la vanguardia obrera en su tortuoso camino por conquistar una dirección revolucionaria.

Transporte en ruinas
Los choferes conocen bien la situación de carestía de la vida que afecta al conjunto de los trabajadores, porque recorren a diario los barrios y golpea a sus propios bolsillos. Un acuerdo salarial de 8% hasta diciembre firmado por Fernandez de UTA nacional fue una verdadera provocación. La intervención del sindicato a mediados de 2016 fue impulsada por las patronales para imponer el retroceso en las conquistas de UTA Córdoba, que empresas como ERSA y Autobuses intentaron desconocer desde su arribo al sistema luego de la entrega de TAMSE por parte de la burocracia de Peñaloza. Todo esto en medio de una feroz disputa patronal en toda la rama, aumentada por la nueva política de subsidios aplicada por Dietrich y el gobierno nacional, incluyendo el aliento a “nuevos jugadores” como las aerolíneas de bajo costo, que complican la posición de la UTA en la larga distancia. Queda al desnudo el rol del Estado burgués en la gestión de los servicios, apadrinando a determinado sector patronal en detrimento de otros, pero siempre bajo la premisa de avanzar sobre las condiciones laborales y el salario. Si la intervención de la seccional y los problemas en las condiciones de trabajo y servicio venían alimentando un proceso de organización de los trabajadores, la firma de la paritaria a la baja encendió la mecha del conflicto generalizado.

Huelga y terror patronal
El conflicto se inició luego de un proceso de recuperación de los cuerpos de delegados en TAMSE y parcialmente en AUCOR. Cuando la sede del sindicato se convirtió en una fortaleza hostil para defender la intervención de Arcando, las asambleas en punta de línea fueron el método que permitió cohesionar al activismo con la base. Contra la burocracia sindical, las trolebuseras y choferes lograron consolidar una forma de organización basada en los cuerpos de delegados. Nada de esto hubiera servido sin una enorme disposición a la lucha de las bases.
La paralización del servicio por 9 días hizo volar por los aires la podredumbre del esquema de negocios montado por el gobierno municipal, las empresas concesionarias, la UTA y el ministerio de Dietrich. Hizo perder millones a las empresas de colectivo agrupadas en FETAP, y también a otros sectores capitalistas afectados por la paralización de las actividades comerciales y el aumento del ausentismo en la industria y los servicios. La presión sobre los propios trabajadores por parte de estos sectores empresarios, extorsionando con el descuento de días y la pérdida del presentismo, presión que las CGTs cordobesas nunca enfrentaron, contribuyó para ampliar la base de clase media que se hizo eco de la campaña de propaganda contra el paro. Una base social para los ataques del gobierno de Mestre y del ministerio de trabajo: conciliación obligatoria, declaración de ilegalidad de las medidas, detenciones, despidos.
Pero todos estos ataque no fueron suficientes. Mestre debió cerrar filas con todo el frente patronal, convocando al Consejo Económico y Social, alrededor del cuál se soldó una unidad de granito contra los trabajadores. Este frente iba desde la Iglesia católica y las cámaras empresarias hasta todos los niveles de gobierno del Estado burgués. Producto de esta unidad capitalista, se diseñó el “plan de contingencia” que consistió en la militarización del conflicto. Este dispositivo represivo incluyó el accionar de Gendarmería y Policía Federal, ocupando los accesos a la ciudad, los puentes y destacando 2 agentes en cada colectivo manejado por carneros contratados para la ocasión. También a la policía provincial, que hizo de escolta de las unidades. E incluso a la Fuerza Aérea, que puso el predio que hizo de punta de línea general para el servicio de emergencia implementado el lunes 12 de junio. Todo este operativo mostraba el terror patronal frente a la fuerza de los trabajadores.

La burocracia sindical
El accionar del régimen político, con Mestre jugando de “duro” y el ministro de trabajo lanzando líneas de negociación amañadas para desactivar el paro, y luego con la represión directa, no podría haber funcionado sin el aporte de la burocracia sindical de las CGTs y las CTAs. La CGT se mostró completamente fragmentada. Un sector encabezado por el Surrbac (recolectores), LyF y en menor medida el SUOEM (municipales) debió, ante los despidos, salir a apoyar a los compañeros. Pero también la GCT Córdoba conducida por Pihen debió sacar una muy formal declaración de apoyo. El sector de la UOM y Comercio directamente salió a bancar al gobierno y a la burocracia de la UTA nacional.
La exigencia de un paro provincial, que hubiera roto el aislamiento y servido para enfrentar con toda la fuerza de nuestra clase al bloque patronal, chocó con la poca voluntad de la burocracia en apoyar un conflicto que cuestionaba las bases de su poder. Los burócratas siempre intentaron frenar la radicalización de la lucha para encausarla en canales de la normalidad y la legalidad burguesa. No por nada al terminar el paro los burócratas dejaron pasar sin luchar la ley de servicios esenciales en la legislatura provincial, que regimenta el derecho a huelga, ya que esta ley viene a salvarlos de futuros embates de las bases. Toda atadura de nuestros sindicatos al estado fortalece a la burocracia sindical. Lamentablemente, los amagues al paro provincial sirvieron para desarmar a los trabajadores, sembrando falsas esperanzas en supuestos “compañeros de lucha” que terminaron dejándolos solos en el momento más difícil.

Errores de la dirección
La dirección del conflicto estuvo en manos de los cuerpos de delegados de las 4 empresas de transporte, conformados por elementos heterogéneos. Tuvo un rol importante el PO, por su influencia en el cuerpo de delegados de TAMSE (trolebuses) a través de la Lista Unidad. Las delegadas de trolebuses supieron ganarse con su firmeza gran respeto del ala izquierda del activismo.
El PO, como dirección centrista legal-parlamentaria, no fue capaz de mantener una posición firme frente al ministerio de trabajo. Se rechazó la conciliación obligatoria, pero fue a partir de argumentos legales (que el ministerio era incompetente) y no políticos, es decir, que había que sacarlo de en medio como mediación que intervenía a favor de la patronal. Esta falta de claridad provocó que no se pusiera a debate la necesidad de establecer una negociación directa, sin mediaciones, con Mestre y las empresas, para lo cuál era necesario desconocer la intervención de la UTA y votar delegados paritarios para dirigir el conflicto y sentarse a negociar. Esto último nos lleva a otro error, que fue la falta de una línea para enfrentar a la burocracia sindical, a la cual sólo se presionaba y hacía exigencias, incluyendo aquí a la dirección de las CGTs. Esto fue grave porque se sembró expectativas en un paro provincial que sólo podía imponerse a la burocracia a través de disputar la dirección efectiva del movimiento obrero. Esto era difícil, desde luego, pero los trabajadores del transporte habían ganado ese derecho a partir de la lucha misma.
Pero el punto de inflexión y principal error de la dirección fue cuando Mestre recurrió a las fuerzas represivas del Estado para quebrar la huelga y los delegados eludieron el enfrentamiento. Los piquetes en las puntas de línea fueron desarmados por la Gendarmería y los colectivos llevados al predio de la Fuerza Aérea. Una dirección conciente debe calcular que todo conflicto obrero duro va a tener un momento de enfrentamiento físico con el enemigo. En este caso, se trataba de buscar frenar la salida de los colectivos del plan de contingencia, con piquetes en la ruta, denunciando la militarización de un conflicto sindical y llamando al paro provincial para impedir que se sentara semejante precedente, responsabilizando a la conducción de la CGT en caso de que su inacción tuviera consecuencias sobre la integridad física de los compañeros en lucha. Pero esto no se hizo. Al contrario, el PO alentó líneas pacifistas y legales como la campaña por el “botón $0”, solicitando permiso para hacer “paro a la japonesa”. Finalmente, el paro fue vaciado por el desbande de un sector de la base, movido por el temor y por un sector de delegados y ex delegados ligados a la vieja burocracia y a la intervención.

Continuar la pelea
La gigantesca lucha de los compañeros de la UTA está planteada hoy en otras condiciones. Los delegados están siendo perseguidos por la patronal, que les impide el ingreso a las empresas, y por la burocracia de Fernandez que busca su desafuero. Es necesario reorganizar a los activistas, impulsando asambleas para votar un plan de acción con objetivos claros: reincorporar a todos los despedidos, defender a los delegados, acabar con las persecuciones y represalias contra el activismo y echar a la intervención. En base a esos puntos, y en la necesidad de impulsar un fondo de lucha para sostener a los compañeros despedidos y organizar una oposición sindical a la burocracia de la UTA a escala nacional, podremos evitar que Fernandez, Mestre y el gobierno provincial consigan su cometido: borrar las lecciones de lucha de clases que dieron miles de trabajadores que se atrevieron a enfrentar el plan patronal basado en la miseria salarial.

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