Por Tania, desde Misiones
El hipócrita, el “mandamás” y la contradicción flagrante
Lo que pasó con Ficha Limpia merecería estar en algún registro de casos insólitos: dos senadores, con cuyos votos la ley obtendría la sanción, se dieron vuelta a último momento e hicieron que el proyecto cayera por un voto. Los misioneros Arce y Rojas Decut pertenecen al espacio político comandado por Carlos Rovira, actual diputado provincial y fundador del Frente Renovador de la Concordia Social –comúnmente llamado Renovación–, cuyos diputados nacionales habían votado a favor de la ley en su primera escala en el Congreso.
Pero allí no termina el estupor. Según informa La Nación, ante su tropa, esto es, diputados y funcionarios que se reúnen habitualmente antes de la sesión en la Legislatura misionera, Rovira admitió que la orden de cambiar el voto provino del propio Javier Milei. El Presidente, en tanto, desautorizó la versión mostrando a una periodista que no tenía el contacto de Rovira en el celular.
La situación y las declaraciones posteriores constituirían un caso de “disonancia cognitiva” como les gusta decir a algunos psicólogos, si no fuera porque desde el principio el proyecto Ficha Limpia fue una absoluta farsa.
El dirigente del espacio político que lo impulsó (el PRO), Mauricio Macri, tomó un préstamo con el FMI en forma irregular y sostuvo acuerdos espúreos con Calcaterra, y acciones similares empañan a todos los demás partidos patronales que se dividieron entre el apoyo y el rechazo a la iniciativa: Lázaro Báez, bolsos de López, vacunatorio VIP, venta de candidaturas, $Libra, pañales del PAMI, Ninguno de los que estuvo en funciones de gobierno está a salvo, porque la corrupción es parte intrínseca de las jugadas realizadas por los capitalistas, entre las cuales participan como peones los administradores del Estado.
El PRO pretendió ganar iniciativa política con la presentación del proyecto, defendiendo supuestamente la honestidad y transparencia de cara a las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. El relato “anticasta” de La Libertad Avanza lo obligó a apoyar formalmente el proyecto, para hacerlo caer en el momento decisivo y así obtener una ventaja en un posible enfrentamiento con CFK. Algunos hablan incluso de un pacto con CFK, para dejar mal parado a Macri en esta coyuntura electoral, algo que surgió como versión ya desde el año pasado. La Renovación, por su parte, siguió fiel a su naturaleza camaleónica, que en esta etapa lo convirtió en el mejor aliado de los libertarios. Lo cierto es que nada de lo relatado tiene que ver con la honestidad y la transparencia: todo es rosca y especulación extrema.
Y mientras estas intrigas palaciegas se destapan y largan su característico olor a podrido, los trabajadores seguimos corriendo la coneja para llegar a fin de mes, haciendo malabares para pagar las deudas acumuladas (que a esta altura se han convertido en deudas para pagar otras deudas), buscando ingresos extras por fuera de la formalidad, mirando los números ficticios de la inflación sin poder comprender de dónde salen.
El hipócrita
Aunque quiera mostrar lo contrario, el discurso y la acción de Milei y La Libertad Avanza están llenas de hipocresía. El discurso “anticasta” se quedó en lo meramente declarativo. Sus acciones se orientaron a mantener todas las castas provinciales para ganar votaciones en el Congreso y poner en marcha el plan de ataque al nivel salarial, a las condiciones laborales y a la calidad de vida general de los trabajadores, junto con una mayor subordinación del país al imperialismo norteamericano y aliados. Este plan se ejecutó a través de un ajuste brutal a los trabajadores del Estado que no sólo sufrieron rebajas salariales históricas sino también despidos, y una reforma laboral que blanqueó todos los abusos que ya se cometían previamente. Los trabajadores privados no estuvieron exentos de las consecuencias de esta guerra contra la clase obrera, y el supuesto Estado que no debía intervenir, intervino cada vez que pudo para impedir la recomposición del salario (al no homologar las paritarias). El Estado, además, intervino con todas las armas que tuvo para impedir un aumento de los haberes jubilatorios (vetando las leyes aprobadas y mandando a gasear y golpear a los viejos).
Milei mintió cuando dijo que el ajuste se descargaría sobre la casta, mintió cuando dijo que quemaría el Banco Central, mintió cuando dijo que los salarios volarían en dólares, mintió cuando dijo que nunca recurriríamos al FMI porque era expresión del fracaso.
Hoy estamos en el marco de un acuerdo multimilmillonario con el organismo financiero que se suma al que heredamos de Macri y ata de manos el rumbo económico a través de los monitoreos, y el Gobierno enfrenta la suba de aranceles del gobierno proteccionista de Trump, a quien le lame el trasero como dijo el gringo, eliminando gran parte de los aranceles de importación.
Es difícil creerle ahora que Ficha Limpia es una prioridad de su política.
El “mandamás”
Este fue el sustantivo usado tanto por el diario Clarín como por el diario La Nación para calificar a Carlos Eduardo Rovira, delfín de Puerta y creador del Frente Renovador, cuyos idearios políticos son tan flexibles que le permiten congraciarse con todos los oficialismos que pasen por la Casa Rosada. Desde un origen peronista, Rovira construyó la Renovación cooptando a los radicales que gobernaban intendencias en la provincia, y ante la imposibilidad de una re-reelección, estableció una Ley de Lemas que contribuyó a una hegemonía casi indiscutible. No hubo una sola elección a Gobernador que no haya ganado, aunque no fue él quien ocupó la Rosadita en cada caso. Hoy su pariente político Hugo Pasalacqua es el designado por el líder para desempeñar ese papel, pero todos saben quién maneja los hilos de la provincia.
Cuando asumió Cristina, Rovira se pintó como un kirchnerista de la primera hora e inventó un relato que lo unía a Nestor y a Cristina desde el origen de los tiempos. Cuando asumió Macri, se fue con Macri, lo mismo con Alberto, y cuando asumió Milei, inventó otro relato que lo mostraba juntos en Posadas en una supuesta reunión secreta dos años antes de la sorpresa electoral.
Durante todo el gobierno de La Libertad Avanza, la Renovación fue su más fiel aliado: le votó todas las leyes, en forma unánime, incluso la que no salió, la designación de los jueces Lijo y García Mansilla, e incluso el veto a la Ley Universitaria, a pesar de que se había comprometido con la Rectora de la UnaM, Alicia Bohrem, a apoyar este pedido. La Rectora se limitó a emitir un comunicado donde solo se lamenta, pero no repudia el voto de los legisladores misioneros.
Así que el voto en contra Ficha Limpia sería la excepción si realmente fuera realizado en contra de la voluntad de Milei, como el presidente intenta vender. Rovira no ventiló públicamente su supuesta conversación con el mandatario nacional, pero su amanuense Adolfo Safrán, ministro de Hacienda, declaró en Twitter que el voto respondió a la necesidad de dar gobernabilidad a LLA y anular la operación del PRO. El argumento de que fue para evitar las proscripciones políticas es difícil de creer.
La contradicción flagrante
A pesar de lo obvias que son las contradicciones en que incurren todos estos personajes, hay tres partidos libertarios en Misiones que se presentarán en las próximas elecciones del 8 de junio y que se muestran como “opositores” a la Renovación La Libertad Avanza (con la bendición de Karina Milei y Lule Menem), el Partido Libertario (de los radicales con peluca que abandonaron la UCR) y el Partido por la Vida y los Valores (con la primera figura de Ramón Amarilla, el policía retirado que dirigió el acampe policial de mayo del año pasado). Todos esos partidos están cruzados por denuncias: el oficial por pedir un diezmo “obligatorio” a sus afiliados, el radical devenido mileísta porque sus candidatos siguen sentados en las bancas que pertenecen al partido de origen, y el de Amarilla porque uno de los candidatos fue bajado por la apoderada, por supuesta orden de la Renovación. Más juego sucio no puede haber.
A pesar de estas opciones, al Gobierno Nacional le conviene que gane nuevamente la Renovación, porque incluso antes que el PRO, estuvo al pie del cañón todas las veces necesarias.
¿Qué podemos sacar “en limpio” los trabajadores?
Los trabajadores somos los convidados de piedra de este juego sucio superestructural. Mientras Rovira sonríe socarronamente –y lo propio hace Milei– al acordarse de los últimos sucesos, los jubilados misioneros se manifiestan todos los miércoles para reclamar por un aumento de sus míseros haberes, los docentes no sólo cobran una miseria (menos de la mitad de la canasta familiar), sino que además sufren descuentos y persecuciones judiciales, lo mismo pasa con los trabajadores de la salud que ahora están saliendo a denunciar condiciones de trabajo tan precarizadas que rozan la esclavitud y el quite del pago doble de las horas extras; los tareferos dependen de las variaciones que sufra la cosecha en el conflicto que tienen los productores con los molineros que rebajan a un mínimo insostenible el precio de la hoja verde.
Mientras los gobernantes de Nación y Provincia están “en el mismo lodo, todos manoseados”, lo que podemos sacar “en limpio” los trabajadores es que el Parlamento está cada vez descompuesto y que ni siquiera una presencia mayor de la izquierda podría darle un viso de legitimidad. En estas elecciones llamamos a no confiar en ninguno de los candidatos que representan a los patrones y sus intereses y a denunciar la farsa de la democracia burguesa que cada vez recorta más incluso los mismos derechos electorales.
Los trabajadores debemos organizarnos e impulsar asambleas y medidas de lucha en nuestros lugares de trabajo, superando a la burocracia que nos entrega, y más allá de las elecciones, debemos construir nuestro propio partido de los trabajadores, que también debe ser internacional.
Votamos en blanco
Las rondas de elecciones legislativas provinciales se están desarrollando en medio de una crisis enorme, tanto económica como política, y esto se ve reflejado en la apatía general que se refleja en la bajísima participación en Salta, Jujuy, San Luis. En esas provincias, el porcentaje de votantes no superó el 60% y el voto en blanco fue alto. En este escenario, el 18 de mayo se vota en CABA para renovar la legislatura de la ciudad.
Mientras los partidos del régimen están en una pelea palaciega para ver quién traicionó a quién con la “ley de ficha limpia” que se cayó en el Senado, no logra imponerse un clima ni escenario electoral, aunque todo el régimen político intente que la agenda electoral pueda contener los procesos sociales agudos que se están desarrollando ante el ataque del FMI, Milei y sus aliados.
Lo que sigue estando en el centro de la escena son la lucha de los jubilados y las luchas salariales, que están empezando a radicalizarse ante la caída de las condiciones laborales y de vida de gran parte de la población, con despidos, cierre de fábricas y la tentativa de imponer nuevos sistemas de trabajo. Esto, a pesar de la borrada de la burocracia sindical de la CGT y las CTAs, que están buscando un nuevo líder para el alicaído PJ.
Este escenario es el que preocupa a la burguesía y al imperialismo, que ven un gobierno que no logra estabilizar la superestructura política, en medio de una crisis mundial que tiende a agudizarse. Los millones de dólares del FMI no son garantía aun de que Argentina no vaya a ingresar en una crisis que pueda desestabilizar la región.
Algunos analistas advierten que se está produciendo una desconexión de la política con las masas. Anteriormente, esa “desconexión” se expresó en el voto a un “outsider” como Milei, pero ahora ya no se podría expresar en variantes electorales, sino que se estaría perdiendo esa forma de contención que tienen los mecanismos democráticos y sus partidos patronales para canalizar las demandas generales de la población, abriendo un escenario incierto e inestable de fenómenos de lucha de clases que no puedan controlar ni desviar.
Para los revolucionarios, las elecciones burguesas son un escenario secundario pero importante para propagandizar nuestro programa y las tareas para enfrentar a los gobiernos de turno. Por eso, lo primero que debemos decir es que en las elecciones de CABA no hay que votar a partidos burgueses que defienden los grandes intereses de la burguesía extranjera y nacional y jamás van a ser aliados de nuestra clase. Ellos son los que atacan a la izquierda, impulsando los juicios al Polo Obrero o a Vanina Biasi y a Alejandro Bodart por denunciar el genocidio palestino, por nombrar sólo los más recientes. Por eso, no son opción ni Santoro, ni Lospennato, ni Adorni, ya que expresan a distintas fracciones de una misma clase enemiga.
En estas elecciones de CABA, desde la COR llamamos a votar en blanco o a no ir a votar, ya que las variantes de izquierda que se presentan, como el FITU y Nuevo Mas, tienen una posición errónea de conciliación de clase en su relación con los requechos del peronismo. No hay independencia de clase si en las últimas elecciones a presidente un sector del FITU llamó a votar a Massa, ni si el 24 de marzo un sector del FITU marchó con el PJ y la burocracia, ni si en el parlamento nacional se hacen “acuerdos técnicos” y se forman interbloques con Unión por la Patria, ni si se defiende a dirigentes burgueses, como hizo el NMas con Cristina. Y la lista podría seguir.
Es urgente que rompan con esa política de conciliación de clase, apelamos a los cuadros de esos partidos para que den una pelea en sus organizaciones para frenar este giro, ante una situación mundial que exige la intervención del trotskismo, la corriente revolucionaria que tiene teoría y programa para intervenir en la actual etapa.
Tenemos que organizarnos y continuar la lucha en las calles y las estructuras laborales, para echar a Milei y enfrentar al imperialismo con los métodos de la clase obrera.
Por un plan de lucha de todo el transporte para romper el techo salarial. Por un salario básico de 2.500.000 de pesos.
Transcurrida la conciliación obligatoria amañada, que utilizó Fernández como excusa para no adherirse al paro de la CGT hace algunas semanas, la UTA tuvo que ratificar el paro nacional por la fuerza y presión de la base. Ya en acciones previas los choferes venían rechazando no sólo el techo salarial, sino incluso a la paupérrima contrapuesta de la UTA. El paro se desarrolló el día 6 de mayo con un éxito muy importante y alto acatamiento en colectivos de corta, media y larga distancia. Los intentos del gobierno nacional, junto al Grupo Dota y Metropol de quebrarlo, fracasaron.
La jornada tuvo a los sectores combativos movilizados, como los delegados y trabajadores de la línea 60, junto a otras líneas que realizaron cortes en Puente Saavedra, Puente Pueyrredón y otro corte en zona Oeste de la 440 y otras empresas. Exigieron una recomposición salarial de 2.5000.000 y un plenario de delgados de la UTA, que debe ser con mandato de asambleas, para resolver un plan de lucha y que no sea sólo un paro aislado.
Hace unos meses, vimos esto en los paros de conductores de locomotoras. Después de una "pose combativa", Maturano levantó toda medida sin asambleas, acordando la miseria salarial. Sasia, de la UF, directamente carnereó.
La realidad es la misma en todo el transporte y en todo el movimiento obrero. Sin embargo, las direcciones burocráticas de la CGT (que se guardó a cuarteles de invierno), la UTA, UF y LF, conscientemente dividen nuestras filas y realizan acciones aisladas en última instancia para dejar que pase el ajuste de Milei y las patronales.
Discutamos la perspectiva de un plan de lucha unificado de todo el transporte. Es necesaria la convocatoria a una reunión conjunta de los sectores de oposición del ferrocarril, en colectiveros, subte, entre otros, para iniciar una campaña en ese sentido. Impulsemos asambleas en el ferrocarril. Por la reapertura de paritarias urgente. 2.500.000 de salario básico inicial. Por un plan de lucha ferroviario en unidad con todo el transporte. Por un paro general activo de 36hs de la CGT con movilización, en el camino de la huelga general hasta derrotar a Milei, el fondo monetario y su ajuste.
Este 14 y 15 de mayo habrá dos elecciones, la de nuestro Centro de Estudiantes (CEFFyH) y la del régimen universitario que renueva conciliaros y consejeros estudiantiles; en Filo también se elige Decano. La fecha coincide porque la actual conducción de la FUC (Franja) y demás agrupaciones pro-patronales que la integran buscan subordinar nuestras organizaciones de lucha al régimen universitario.
Mientras las corrientes rosquean lugarcitos en las instituciones de una universidad que se cae a pedazos y en venta al mejor postor, la crisis capitalista mundial avanza a pasos agigantados. El gobierno de Trump ha lanzado una guerra arancelaria cuyo primer efecto es la profundización de la recesión económica en camino a una depresión; las consecuencias serán la destrucción de puestos de trabajo y una ofensiva patronal contra las condiciones de vida de los trabajadores y las masas. Para los países de América Latina, esto implica mayores ataduras al amo yanqui y al FMI, que pretenden imponer sus planes de ajuste y reformas antiobreras (educativa, jubilatoria, laboral, etc.) para intentar saldar su crisis a costa de nuestras condiciones de vida. Junto a Bukele y Noboa, Milei es uno de los mejores aplicadores de esta política a partir de un ajuste brutal (motosierra) y el fortalecimiento del aparato represivo (protocolo antipiquetes, represión, militarización de la frontera norte).
La crisis universitaria se inscribe en un plan de gobierno que ya fracasó y tuvo que ir a buscar el rescate del amo imperialista yanqui y el FMI mediante un nuevo préstamo que implica otra devaluación de nuestros salarios y un ataque en toda la línea con despidos y suspensiones, reforma laboral, cambios en las condiciones de trabajo y toda una batería de medidas que buscan modificar la relación capital-trabajo a favor del primero.
Las autoridades universitaria van a fondo con la línea de ajuste y “hacer caja”. El 23/4 el rectorado votó el presupuesto 2025 de la UNC donde, al reconducido presupuesto nacional de 2023, se sumaron $26.700 millones de recursos propios. Este autofinanciamiento, amparado en la LES menemista, es el que Boretto y los decanos apuntan a incrementar con la venta de bienes y servicios, el arancelamiento de cursos y posgrados, los acuerdos con las empresas y manteniendo a los trabajadores universitarios con salarios de miseria y una precarización creciente.
Debemos desarrollar una pelea decidida para tirar abajo a Milei y a quienes lo sostienen. Esto implica profundizar la alianza con los sectores que hoy están saliendo a la lucha y partir de lo más avanzado que dejó el conflicto del 2024, retomando los métodos de los paros y las tomas, enfrentando a las burocracias sindicales y estudiantiles, y sacando la conclusión de que debemos luchar con total independencia de las autoridades universitarias, poniendo en cuestionamiento su podrido régimen. Para expresar esta posición, en las elecciones de autoridades decanales, consejeros y consiliarios llamamos a votar en blanco, nulo o no votar.
En Filo, el CEFFyH está en manos de EAF hace 10 años y lo han convertido en una oficina de gestión más del decanato de Dezutto; no sólo no llaman a asamblea sino que usan nuestra organización para hacerle campaña a la candidata oficialista, Guadalupe Molina. La “oposición” Otras Voces, que viene del riñón del Llaryorismo, también busca subordinar el CEFFyH al régimen con la única diferencia que la campaña se la hacen a la lista opositora de Alejandra Castro. También la FUC está en manos de corrientes pro patronales como Franja Morada, Sur, La Bisagra y demás agrupaciones que sólo se dedican a servir de contención y ponerse al servicio de la política del rectorado y el CIN. Necesitamos centros independiente de las autoridades para dar la pelea.
Lamentablemente las corrientes de izquierda como Tesis XI-PTS (que van en alianza con la UJS-PO y la JIS), Ya Basta-Nuevo Mas o La Marea-MST han priorizado ganar algún lugarcito en el régimen, por sobre la necesidad de recuperar el CEFFyH para la lucha. Este es el principal motivo por el cuál rompieron el frente que tenían, una cuestión de cargos y listas, pero ninguna diferencia programática ya que todos priorizan los proyectos a presentar si consiguen una banca en los consejos que gobiernan la UNC, sembrando confianza en que los reaccionarios consejos pueden ser reformados con más democracia y más representación y que la tarea es la “defensa de la educación pública”. Se convierten así en una izquierda universitaria, orientada hacia las instituciones, como hacen en general al centrar su lucha en los movimientos para presionar al Parlamento burgués alejándose de la perspectiva revolucionaria de enfrentar al capitalismo cuestionando la propiedad privada de los medios de producción y la dominación capitalista con un programa de transición. Debemos decir claramente que la educación no es pública cuando la gran masa de trabajadores no puede acceder a ella. No vamos a defender esta educación elitista atada a los planes del BM y el FMI; defender la conquista de su gratuidad implica dar una pelea sin cuartel porque abran las universidades a la clase obrera.
Recuperar nuestras organizaciones implica meter el conflicto a las aulas, los estudiantes combativos estamos llamados a convertirnos en el batallón auxiliar de los trabajadores en lucha. En cada curso, discutamos las luchas que están enfrentando el ajuste tanto de Milei como de Llaryora, como son los enfrentamientos a los despidos en distintas fabricas (químicos de Río III, UOM, SUTNA, etc) y en los hospitales como el Rawson, la lucha de judiciales, la organización de los docentes de UEPC por la reapertura de las paritarias. Debemos poner en pie un Cuerpo de Delegados mandatados y revocables por curso o comisión para preparar la respuesta al ataque. Que la comisión directiva del CEFFyH se subordine a este órgano verdaderamente democrático.
El plan aventurero del imperialismo con Trump a la cabeza está acelerando un escenario de guerras y crisis económica a nivel mundial. Se hace urgente preparar la respuesta ante el genocidio sionista de Israel contra el pueblo palestino, ante la guerra de Rusia-Ucrania, contra el rearme y contra los ataques a la clase obrera en su conjunto. Recuperemos la tradición internacionalista del movimiento estudiantil combativo. Como parte del CEFFyH, vamos a pelear por la creación de la Secretaría de Relaciones Internacionales, que desarrolle posiciones antiimperialistas y prepare las acciones de solidaridad internacional con estudiantes y trabajadores del resto de Latinoamérica y el mundo.
El acceso a los estudios en la UNC, además de no ser plenamente gratuito, está vedado por las mismas condiciones de explotación laboral y miseria a las cuales el capitalismo somete a la gran mayoría de la juventud trabajadora. Recuperemos el CEFFyH para luchar por el ingreso plenamente irrestricto, el triple turno de cursado, horas de estudio pagadas por las patronales (4 horas de estudio por 4 de trabajo), el comedor gratuito y todas las demandas que permitan el ingreso masivo de los trabajadores y sus hijos a la universidad. Esta lucha debemos hacerla de manera mancomunada con las organizaciones obreras recuperadas.
Los consejos y los funcionarios unipersonales (Rector y Decanos) son representantes de los partidos patronales, las iglesias y de las cámaras empresariales (Consejo Social Consultivo) para poner la universidad al servicio del FMI y BM, las empresas imperialistas y sus socios nacionales. Que la Universidad sea dirigida por los sindicatos y las organizaciones estudiantiles recuperadas, para meter la lucha de clases en el aparato educativo en función de la lucha revolucionaria y antiimperialista de la clase obrera.
En estas elecciones del CEFFyH, desde la COR hemos conformado la Lista 4: COR + Independientes para que se exprese este programa. Llamamos a que nos voten y demos la pelea junto al resto las corrientes de izquierda, a las agrupaciones y delegados sindicales opositores docentes, no docentes, a investigadores y estudiantes combativos de la UNC para poner en pie una Corriente Revolucionaria en la Universidad, con libertad de tendencias, que se proponga luchar al interior de nuestras organizaciones y se juegue a dirigir el conflicto en curso y recuperar los sindicatos, los centros de estudiantes y la FUC.
El rescate del FMI al gobierno de Milei significó una devaluación del 10% en un abrir y cerrar de ojos. Aunque el gobierno trate de negarlo, lo cierto es que la flexibilización del cepo cambiario impactó de lleno en el precio de los alimentos y se prevee una escalada inflacionaria.
Los trabajadores en Córdoba no estamos exentos de las consecuencias del plan del FMI, de hecho Llaryora es un cómplice del gobierno libertario y juntos sostienen el ajuste del Estado a costa nuestra. A principios del mes de abril cerca de 40 trabajadores de salud fueron despedidos sin causa de diferentes nosocomios provinciales. El caso más resonante ha resultado el de los compañeros del Hospital Rawson que vienen de reiterados paros con abandono de tareas y corte de calles por la reincorporación inmediata de 18 trabajadores. En la Maternidad Provincial fueron suspendidos los médicos que realizaron asambleas y el ministerio utiliza la falacia argumentativa de “abandono de pacientes”. Para atacar a los trabajadores están siempre listos eso sí, se quemó la sede de la obra social de los estatales (APROSS) en medio de una denuncia por estafas millonarias y el ministro de salud Pieckestainer (ex director médico del Hospital Privado y gran promotor de la “asociación público-privada” en el sector) sigue atornillado a su sillón.
La semana pasada, los trabajadores judiciales opositores a la conducción del gremio cansados de la inacción de Corteletti y cía, tomaron el Salón de los pasos perdidos de Tribunales 1 y realizaron una asamblea para tomar el conflicto en sus manos. La conducción se vio obligada aceptar una seguidilla de paros escalonados que votaron en la asamblea extraordinaria del viernes 25/4. Para empezar, este martes realizarán abandono de tareas y movilizarán y el miércoles 30, van al paro por 24 horas. Este es el camino que debemos seguir, imponer a la burocracia un paro provincial para conquistar todas nuestras demandas.
Por todo ello es necesario reorganizar nuestras filas para dar una respuesta contundente y para ello es necesario confiar en nuestras propias fuerzas. Entendiendo que el clásico de la burocracia local es salir sólo para descomprimir la bronca pero no han puesto ni las manos para frenar los despidos y suspensiones en la industria. En el caso de los estatales, la burocracia del SEP ha lanzado asambleas de 2 hs por turno ante la negativa del gobernador de reabrir la paritaria. Castro muestra malestar por el acuerdo a la baja cerrado por la propia burocracia. Cristalli (UEPC), por su parte, declaró a la prensa local que los docentes “tienen en julio cláusula de revisión”. Ambos saben perfectamente que el panorama inflacionario y la baja de la recaudación provincial, es un detonante de lucha y van a querer impedir la unidad de los estatales a como de lugar. Hay que imponer a estos burócratas y a las centrales sindicales (CGTs y CTAs) un paro activo provincial como inicio de un plan de lucha con piquetes, tomas de fábricas, edificios y hospitales, para conseguir todas nuestras demandas.
Las listas opositoras, los cuerpos de delegados combativos, los sectores antiburocráticos y centralmente la UEPC capital, delegación del sindicato docente recuperada de manos de la celeste por la oposición, tienen la responsabilidad de organizar a todos los sectores opositores tras esta perspectiva. Convocando a un Plenario de delegados de base con mandato, de todas las dependencias estatales (Hospitales, Luz y Fuerza, Judiciales, docentes, activos y jubilados) que discuta un programa de acción con independencia de clase que tenga como puntos centrales la reincorporación de los despedidos, la reapertura de la paritaria, por aumento que lleve el salario a igualar la canasta básica. Por el pase a planta y el fin de la precarización laboral. Contra la privatización y por el control obrero de la EPEC. Y junto a los activistas antiburocráticos asumir el rol de vanguardia en la lucha por recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical e imponer la unidad de los estatales en una Paritaria Estatal Única con delegados paritarios elegidos en asambleas de base y un programa que enfrente de forma centralizada el ataque del Estado, las patronales y sus instituciones.
18:30hs – Colón y Gral. Paz: marcha y acto junto a las organizaciones sindicales recuperadas
21:00hs – Local de la COR Cba: homenaje a 139 años del asesinato de los mártires de Chicago
Ante la crisis capitalista y las políticas guerreristas
En el mundo se sigue desarrollando una etapa que hemos denominado de descomposición del imperialismo y procesos de asimilación de los ex Estados obreros.
Estados Unidos ha lanzado una guerra arancelaria como respuesta decadente de un imperialismo en crisis, que no logró estabilizar su hegemonía con las instituciones creadas en la posguerra, ni pudo asimilar a los ex Estados obreros al sistema de Estados capitalistas (lo cual implicaría la destrucción de sus fuerzas productivas, el desmembramiento territorial y la recomposición del imperio de la ley del valor reemplazando la centralización burocrática estatal por el sistema de monopolios, convirtiéndolos en semicolonias). Esto llevó a que todas las contradicciones del sistema, en crisis, hicieran eclosión en el corazón mismo de los Estados Unidos. Estamos en presencia de una política muy aventurera y delirante de ruptura del equilibrio inestable de posguerra. Es decir, que estamos presenciando una transición a una nueva reconfiguración de los equilibrios en un momento agudo de la crisis capitalista.
La economía mundial se encamina a una recesión con elementos de depresión, con crisis de deuda en las semicolonias y procesos inflacionarios en gran parte del planeta. El sistema capitalista expresa una crisis histórica en su organización de las relaciones sociales de producción y sus formas de dominación. Ha entrado en una contradicción explosiva, ya que no logra que la relación capital-trabajo sea contenida en las instituciones creadas para su dominación y no ha podido encontrar en el proceso histórico su reemplazo por otra forma de dominación estatal burguesa.
En este contexto internacional, los trabajadores de EE. UU. tienen la palabra. Deben enfrentar a Trump y sus aliados, recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical y la aristocracia obrera históricamente ligada al Partido Demócrata y ganar sectores del proletariado para una política internacionalista y de unidad de ramas productivas en los distintos países donde ha penetrado el capital imperialista.
Ante la debacle del Reino Unido, la Unión Europea y el Estado de bienestar, que sólo tienen para ofrecer preparativos de guerra. La respuesta obrera debe ser abrir procesos revolucionarios que enfrenten a los gobiernos imperialistas que nos pusieron en esta situación.
Tenemos que frenar las políticas guerreristas del imperialismo en todo el mundo: para que en Medio Oriente triunfe la resistencia palestina y destruya al enclave israelí y todas las direcciones contrarrevolucionarias; para que el proletariado ucraniano y ruso enfrenten a sus gobiernos y desarrollen una guerra revolucionaria para derrotar el proceso de asimilación en curso; para que el proletariado chino sea parte de las luchas del proletariado mundial y enfrente el proceso de asimilación del ex Estado obrero.
Los trabajadores de todo el mundo debemos enfrentar esta situación histórica a nivel mundial con la fuerza de nuestra clase para destruir este sistema capitalista que sólo nos garantiza superexplotación y una vida miserable. A su vez, debemos combatir toda noción de conciliación de clases en nombre de “frentes antifascistas” para frenar a una supuesta “ultraderecha” y que llevan a defender la democracia burguesa detrás de variantes “progre” como Bernie Sanders, el Parti de Gauche, en los países imperialistas, o en sus formas semicoloniales al estilo del PT brasilero, el FA chileno, o las coaliciones peronistas en Argentina. Las corrientes trotskistas deben pelear por la independencia de clase y no recrear de forma degradada la táctica de Frente Único con partidos que no tienen ninguna base obrera y sólo llevan a confiar las instituciones burguesas.
Este 1º de mayo reafirmamos nuestra historia como clase y levantamos con firmeza las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema. Por eso, a 139 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinaba a los mártires de Chicago, es central retomar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones, especialmente los Estados nacionales. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético para seguir ese camino de lucha.
Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la situación mundial.
Para los trabajadores argentinos, la tarea es tirar de forma revolucionaria a Milei, romper el pacto con el FMI y el imperialismo norteamericano. Y que esto aporte para comenzar un proceso antimperialista en América Latina que barra con los gobiernos bonapartistas sui generis y abra camino, mediante la revolución obrera y socialista, a la Federación de Repúblicas Socialistas de América.
Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y su política guerrerista.
¡Por la derrota del enclave de Israel y el triunfo de la resistencia Palestina!
¡Abajo Milei! ¡Fuera el FMI!
¡Viva la lucha de la clase obrera mundial! ¡Viva la IV Internacional!
El próximo martes 22 de abril la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (ADIUC), sindicato de base de CONADU, renueva autoridades. Se presentan dos listas, la lista Naranja que representa al oficialismo de la burocracia sindical que no hizo más que estar todo el 2024 y lo que va del 2025 sin un plan de lucha serio que rompa con el estatus quo universitario y con los rectores del CIN. Quizá con la intención de orientar su política con promesas de tipo “hay 2025” o “hay 2027”, haciendo campaña por el ala kirchnerista del régimen universitario en las próximas elecciones de mayo. Las esperanzas del rearme peronista es lo último que pierden. Y por otro lado está la lista Roja y Negra que agrupa a la oposición docente, conformada por activistas independientes y docentes de la izquierda, de diferentes facultades y colegios pre universitarios, que desarrollaron una experiencia común en la última lucha.
Esta elección gremial está atravesada por una convulsionada situación internacional mientras el tandem Milei-Caputo se votan una mayor sumisión al imperialismo y toma un nuevo préstamo del FMI a costa de endeudar a las generaciones futuras; con una devaluación encubierta, un fuerte aumento de precios y un nuevo régimen cambiario para sus amigos los especuladores. A un año y medio de gobierno, el presidente no puede mostrar ninguna mejora en las condiciones de vida de las masas trabajadoras, por el contrario aumentan las suspensiones y despidos en la industria, estatales y servicios y el ataque salvaje al salario y las condiciones de trabajo.
En la UNC la situación es igual de preocupante, el presupuesto sigue siendo el del 2023 y esto es producto de la acción decidida de las autoridades universitarias que bancan el ajuste y de la complicidad de las conducciones burocráticas de los sindicatos docente y nodocente. El rector Boretto y los decanos, ya sean oficialistas u “opositores”, echan mano a la menemista LES para el autofinanciamiento mediante acuerdos con empresas, arancelamientos, venta de bienes y servicio. El resultado de esta política será una mayor elitización de la educación, sostenida por trabajadores con salarios por debajo de la linea de la pobreza, con décadas de precarización laboral que se agravan cada año, gobierne quien gobierne el régimen universitario.
La lucha universitaria del año pasado, dejó una de las más importantes lecciones al activismo y es que para dar por tierra con este plan de ajuste y sumisión al FMI, debemos recuperar nuestras organizaciones, con total independencia de las autoridades universitarias, poniendo en cuestionamiento su podrido régimen. Discutir un plan de lucha por la reapertura de la paritaria, un salario del cargo testigo igual a la canasta familiar indexado mensualmente a la inflación, el fin de la precarización laboral y el trabajo gratuito y por el aumento de presupuesto educativo y de ciencia y técnica. No al pago de la deuda. El FMI, afuera.
La lista Roja y Negra quedó conformada así como una lista antiburocrática y combativa y por eso llamamos a votarla críticamente en las próximas elecciones para recuperar el gremio de manos de Blanco, Medina y cía. Nuestro voto es crítico porque la integran viejos componentes del régimen universitario como Raúl “el gato” Gómez, dirigente del MST y ex vicedecano de la facultad de Psicología, que codirigió la mencionada facultad junto a la candidata de Libres del Sur, Patricia Altamirano. Libres del Sur es parte del frente que gobierna la provincia de Córdoba con Llaryora a la cabeza, el gobierno del ajuste a los salarios estatales y a las jubilaciones, del gatillo fácil, de la persecución a los dirigentes estudiantiles, sindicales y piqueteros, de los ñoquis en la legislatura y de las grandes prebendas a las empresas imperialisats como Renault, Stellantis y VW. El MST ya cruzó la barrera de clases hace rato, ni hablar cuando estuvieron en alianza con el hoy mileista Luis Juez, y nunca se avergonzaron de eso. El pasado 24 de marzo, se fueron detrás de la burocracia sindical y los organismos de DDHH cooptados por el gobierno de Llaryora con la excusa de un frente anti Milei. Se trata de un elemento hostil a la independencia de clase y debemos advertir al activismo. La lista plantea como uno de sus puntos más jerarquizados la independencia de las autoridades, algo fundamental, pero tienen que llevar este posicionamiento hasta el final haciendo una revisión del accionar de los candidatos que la componen para que ese pronunciamiento programático no quede sólo en el papel.
La lista Roja y Negra debe hablar con claridad ante el activismo docente y ponerse a la cabeza a sabiendas que para enfrentar el ajuste debemos enfrentar a Milei, Boretto y a los decanos para organizar junto a los trabajadores estatales, industriales, de servicios, desocupados y jubilados un congreso de delegados con mandato de base que discuta el programa de salida a la crisis que de por tierra el acuerdo con el FMI. También deberá pelear porque la Lista Roja y Negra se ponga a la cabeza de organizar al conjunto de la docencia universitaria en todo el país para impulsar un plenario nacional de delegados de la oposición docente, con mandato de base y una perspectiva de lucha por recuperar y unificar a las Federaciones Docentes y por una federación sindical única de trabajadores universitarios y de ciencia y técnica.
Este 22 de abril, llamamos a votar críticamente por la lista Roja y Negra.
El 23 de abril, vamos al paro nacional de docentes universitarios. La lista Roja y Negra puede ponerse a la cabeza de organizar un paro contundente en todas las dependencias de la UNC.
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional vino a salvar la economía argentina de un estallido que hubiera generado una crisis mayor en la región, en medio de la pelea de EE.UU. por los aranceles y la definición del realineamiento de los países latinoamericanos con ellos o China. Pero el salvataje del Fondo es, centralmente, el salvataje de los grandes capitales extranjeros que podían perder ante un inminente default de deuda.
Lo que primero debemos aclarar es que no se acabó el cepo, se flexibilizó, ya que aún existen restricciones para que las grandes empresas saquen los dólares del país, pero también continúa el carry trade. La banda de flotación del dólar es una devaluación y no, como dicen, una flotación. Es decir, intentan contener la devaluación en un rango del 30% y ahí se empieza a ver la puja entre los distintos sectores capitalistas extranjeros y nacionales a ver quién gana más en esta pelea. Hay que agregar que todo el arco opositor sostuvo la misma línea devaluatoria del FMI con el argumento del atraso cambiario, incluso la burocracia sindical lo tomó como programa para bancar al sector exportador contra el importador. Es decir, todos entraron en una pelea burguesa que le hizo el juego al imperialismo y son cómplices de la destrucción del salario. Obviamente, los que siempre perdemos somos nosotros, los trabajadores, y nuestras condiciones de vida. Por eso, ante esta devaluación debemos plantear la reapertura de las paritarias.
El plan económico de Milei fracasó y tuvo que salvarlo el FMI, otra institución que no puede mostrar un plan que haya funcionado en su historia. Aunque hagamos muchos análisis de la coyuntura internacional y nacional para aproximarnos a una caracterización del momento, lo más importante es debatir qué herramientas tenemos para enfrentarlos y cuáles son nuestros aliados y nuestros enemigos.
Es evidente que hay una desorganización de la economía, lo cual es una característica del sistema capitalista, que es anárquico. Ante este escenario se nos plantea la tarea organizar la economía sobre nuevas bases sociales. Es central que retomemos el Programa de Transición para mostrar la potencialidad del poder estatal proletario, que limita de forma consciente y despiadada el derecho de los capitalistas a disponer sus bienes y el afán de lucro capitalista. Es falso que sólo existen dos Estados, uno presente y otro ausente, como pretenden hacernos creer las distintas fracciones burguesas y pequeñoburguesas. Nosotros peleamos por la destrucción del Estado burgués y, en la transición hacia el establecimiento de la dictadura del proletariado, por la injerencia del Estado obrero en la sociedad capitalista. Esta es una lección que dejó la generalización de la experiencia de la Revolución Rusa, que sofisticó la transición a la revolución obrera y socialista y sus tareas programáticas. Es el programa que se contiene en el control obrero de las ramas de la economía contra la desorganización, la escala móvil de horas de trabajo y salarios, como el sistema de trabajo de una futura sociedad socialista, el monopolio del comercio exterior como forma de enfrentar al monopolio capitalista. Estas son herramientas programáticas que nos permiten plantear una salida revolucionaria a la crisis y no las salidas estatistas y redistribucionistas que nos plantean distintas direcciones.
Es muy importante organizarnos en plenarios de delegados opositores con mandato de base, para un gran Congreso de delegados de base de ocupados y desocupados para derrotar a la burocracia sindical, que otra vez nos lleva a “defender la industria nacional” y a la reconstrucción del PJ, detrás de Kicillof y un sector patronal.
Nuestra tarea es pelear por ser la dirección revolucionaria de los procesos de la lucha de clase que se están desarrollando en nuestro país y en el mundo. Esto no pasa por una sumatoria o combinación de movimientos y sujetos, fórmula según la cual “el movimiento lo es todo y el partido pone la táctica”. Nosotros debemos desarrollar una vanguardia consciente organizada en partido revolucionario, es decir, formar la fracción comunista del movimiento obrero.
Hoy, ante la crisis mundial, la descomposición del imperialismo, los procesos de asimilación de los ex Estados obreros, un escenario de guerras y rearme militar de los Estados imperialistas, la respuesta de nuestra clase debe ser internacional, organizada en la IV Internacional reconstruida y sus secciones nacionales.
La suba de aranceles por parte de Trump del llamado - por él mismo- “Liberation Day” provocó una estrepitosa caída de las bolsas del mundo y del barril de petróleo, que luego se revirtió con la suspensión de las tasas por 90 días. Sin embargo, el aumento al 125% a China y el contrataque asiático con un 84% de aranceles a las importaciones de origen norteamericano, profundiza la inestabilidad del escenario mundial y da lugar al desarrollo de nuevas y fuertes turbulencias. La intentona de Trump, bautizada por los economistas de "experimento extremo" sacudió la economía mundial antes de poder implementarse, con pérdidas de billones de dólares y abre un escenario de mediano plazo de crisis políticas en las principales potencias.
Porqué esta crisis es diferente a la del 2008
El 2008 estuvo cruzado por el colapso del mercado inmobiliario yanqui y el estallido de las subprime. Lo que caracterizó el período fueron los fabulosos rescates a las burguesías financieras que llevaron adelante los estados imperialistas. Esto, al tiempo después, generó un fuerte proceso de crisis políticas y lucha de clases fundamentalmente en Europa, producto de la aceleración de la destrucción del viejo Estado de bienestar.
La economía mundial nunca se recuperó del todo, y sobre este proceso se añadió la recesión brutal del 2020 con la pandemia.
Ante la crisis bursátil de estos días, economistas cercanos a Trump salieron rápidamente a decir que el desastre bursátil no tiene nada que ver con el 2008 porque no se trata de una crisis sino de “una negociación gigante” (Akshat Shrivastava, 2025). Si bien es correcto, y es la idea de Trump forzar una negociación mundial para reorganizar la producción a escala global en función de una nueva división del trabajo, se produjo una especie de crisis autoinflingida porque a) la descomposición capitalista impide una relocalización ordenada de capitales; b) viene de varias crisis acumuladas una sobre otra como la del 2008 y la del 2020; c) los países en vías de asimilación constituyen un verdadero obstáculo para dicha relocalización. Por ejemplo, Howard Lutnick, el secretario de comercio de Trump justificó la imposición de aranceles masivos (incluso a islas deshabitadas) para evitar triangulaciones. Pero lo que deja en evidencia es que, justamente, son las semicolonias que tienen porcentajes de aranceles menores (10%) las que podrían ser utilizadas por China para hacer todo tipo de triangulaciones, por lo que deberá buscar salidas más políticas que comerciales. El hecho de que Rusia no esté en la lista significa que habrá una negociación aparte.
El 2008 puso en evidencia una crisis de valorización del capital, relacionada a las burbujas sobre ramas poco ligadas a la producción y el rol de los estados imperialistas que buscaron evitar la necesaria destrucción de capitales que debería realmente sentar las bases de las nuevas relaciones entre clases, sectores de clases y estados. Esto es en definitiva el principal aliciente de las tendencias guerreristas que se vienen desarrollando. El plan aventurero de Trump busca abiertamente enfrentar las crisis del equilibrio de posguerra "organizando" esa destrucción a partir del peso (económico y político-militar) del imperialismo norteamericano. Pretende reconfigurar los monopolios para sus objetivos imperialistas, cuestión que se complica por la transnacionalización del capital
Otro de los problemas más importantes es que a diferencia del 2008, la política de Trump le complica el frente interno ya que afecta a un sector importante de la pequeña burguesía norteamericana, debilitando su base social. En cuanto al proletariado, el gobierno intenta desarrollar una especie de competencia ridícula basada en una clase obrera blanca que es más cara que la china pero “mejor”, cuestión que hasta ahora no ha sido demostrada y que, en realidad, esconde el verdadero interés por atacar sus conquistas.
La burguesía ensambladora
A las lágrimas vertidas por la burguesía norteamericana por un pasado industrial que ya no volverá, se suma una de las actividades favoritas de los yanquis: hallar el enemigo externo para echarle la culpa de todos sus males, en este caso, China. Peter Navarro, uno de los entusiastas cruzados de la epopeya MAGA, acusando burlonamente a Musk de “ensamblador”, oscila del enfrentamiento a la emulación, envidiando la productividad china en base a la superexplotación de los trabajadores, y soñando con el abaratamiento de la mano de obra norteamericana.
Pero China tiene algo de lo cual que EEUU carece: una planificación, aunque burocrática, de la economía que le permite establecer sus propias reglas en cuanto a la productividad del trabajo. Por más que Trump y sus secuaces pretendan endurecer un bonapartismo implacable, y se pongan contentos porque los países “le besan el trasero”, la ley del valor impera sobre sus aspiraciones y la decadencia imperialista conspira contra cualquier intento de desarrollo sostenido de fuerzas productivas.
Sin embargo, Trump hace el diagnóstico correcto al poner el foco en la esfera de la producción. Es que el 2008 les restregó en la cara las consecuencias de cierto parasitismo norteamericano sobre la especulación financiera y las high tech. Ahora intentan, desesperadamente, sentar las bases para una transformación importante en el escenario mundial, que, dada la enorme descomposición imperialista que viene marcando la etapa, acelerará los procesos de regionalización que ya veían desarrollándose, profundizará las tendencias guerreristas y generará todo tipo de crisis políticas en las cuales hay que ver cómo interviene la clase obrera internacional y sus organizaciones.
Los ex estados obreros en vías de asimilación
Como dijimos, los procesos complejos y catastróficos de asimilación de los ex estados obreros al sistema imperialista implican desequilibrios en la economía mundial y constituyen un gran escollo para las expectativas de propiciar una relocalización de capitales por parte de la administración Trump.
No se puede descartar, por tanto, que el desarrollo de los acontecimientos ponga en perspectiva la agudización de las guerras comerciales hacia tendencias belicistas de mayor envergadura.
Asistimos de esta manera a una ruptura categórica de los equilibrios inestables que fueron establecidos en la posguerra, y se abrirá un proceso turbulento donde se pondrán a prueba las formas de dominación imperialista fundamentalmente en la relación entre el estado y el capital
En líneas generales se abre una etapa de carácter histórico que recién comienza y no sabemos qué alcance puede llegar a tener, por lo que es importante tener en cuenta que no se puede poner un signo igual entre los tiempos económicos y los políticos, así como la capacidad de respuesta y organización de nuestra clase en general y la de los países en vías de asimilación en particular.
La movilización del 9 de abril en defensa de los jubilados y el paro del 10 demostraron que lo que comenzó como una resistencia en contra de la política del gobierno de sectores de vanguardia a las políticas de ajuste de Milei y sus aliados pasó a una nueva fase, donde se han incorporado grandes franjas de sectores del movimiento obrero industrial, de servicios y logística. Se ha abierto un gran debate en amplios sectores de masas, tanto entre los que pararon como entre algunos que no pudieron parar, sobre qué hacer con Milei. A un año y medio de gobierno, el presidente no puede mostrar ninguna mejora en las condiciones de vida y ahora prepara un nuevo ajuste vía devaluación, acuerdo con el fondo y una aceleración de la inflación. De hecho, el día después del paro se conoció el índice mensual de inflación de 3,7%, sin que se den aún la devaluación y el acuerdo, lo cual anticipa un escenario más agudo. Es sintomático que aun los escenarios de desvío como las elecciones no logran imponerse, como tampoco las opciones de frentes anti Milei que se intentaron en el acto del 24 de marzo, ni logran sacar los conflictos de las calles y los lugares de trabajo para llevarlos a las instituciones del régimen. En este escenario caótico, la situación mundial acelera la crisis económica y política de un gobierno que fracasó en sus políticas económicas y ahora debe recurrir al salvataje externo en un momento convulsionado por la guerra comercial.
Por eso, a pesar de la política de la burocracia sindical, que intentó con el paro dar una respuesta contenedora a los procesos agudos de lucha que se expresaban de forma condensada en la lucha de los jubilados los miércoles enfrentando la represión por el gobierno, no han podido cumplir con el objetivo. El paro aislado no va a poder frenar los ataques que se vienen y a la vez este paro se dio de forma preventiva, por lo tanto quedó demostrado que debe tener continuidad, ante el recrudecimiento de los ataques que se vienen a los salarios y nuestras condiciones de vida. La burocracia se borró de militar el paro y a pesar de eso se paró en las grandes fabricas automotrices, en las metalúrgicas, en los bancos, en los puertos y, centralmente, el paro se hizo en Vaca Muerta.
Esto muestra que las fuerzas para enfrentar y derrotar al gobierno de Milei están. Las relaciones de fuerza se miden en la producción, es ahí donde está la base de dominación de la burguesía y sus instituciones. De ahí el pánico del gobierno de Milei, que tuvo que salir a desmerecer la medida diciendo que el paro fue un fracaso pero después tuvo que reconocer todo lo que perdió el empresariado por el paro. La escuchamos a Bullrich diciendo que ya no hay más paros generales en el mundo, demostrando un temor visceral a los métodos de la clase obrera, que indefectiblemente van a volver a nivel mundial si la salida que pretenden dar el imperialismo y los países en proceso de asimilación como China son guerra y ataque a los trabajadores para pagar la crisis que no generamos.
Tenemos que impulsar un 1 de mayo internacionalista y combativo con actos y concentraciones en todas las provincias, donde se expresen los trabajadores que desde el primer día se enfrentaron al gobierno, los compañeros que se destacaron en la resistencia a este ajuste y los trabajadores que luchan contra la burocracia sindical en sus fábricas y son referentes. Hagamos actos con independencia de clase, en los que se plantee la necesidad de impulsar una dirección revolucionaria que sea una dirección alternativa a los frentes anti Milei y las salidas electoralistas de una dirección contrarrevolucionaria como son el PJ y sus variantes.
Por eso, debemos redoblar la militancia en las estructuras para preparar las condiciones de imponer un nuevo paro general, la reapertura de las paritarias ante el inminente salto devaluatorio y votar delegados en las asambleas de los lugares de trabajo para llamar a un Congreso de delegados de base con mandato de ocupados y desocupados. En el camino de este Congreso impulsar plenarios de oposición sindicales por rama para organizar al activismo, no sólo en el plano sindical, sino apuntando a responder a la necesidad de la construcción de partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida.
● Abajo el protocolo de Bullrich. Es necesario discutir y organizar la autodefensa contra la represión del régimen cuando salimos a luchar.
● Por la disolución de la policía y de todo el aparato represivo.
● Abajo el plan motosierra y licuadora de Milei y sus aliados.
● No al pago de la deuda externa. ¡El FMI, afuera!
● ¡Abajo Milei! Derrotemos el ajuste del imperialismo, Milei y los gobernadores. Por un gobierno obrero.
● Por el triunfo de todas las luchas obreras. Impulsemos la solidaridad de clase en todos los lugares de trabajo.
● Por un Congreso de delegados de base con mandato de trabajadores ocupados y desocupados. Impongamos un plan de lucha a la CGT y CTAs con paros generales para preparar la Huelga General.
El 2 de abril el gobierno de Estados Unidos, con Trump a la cabeza, lanzó una guerra arancelaria que de seguro se convertirá en una guerra comercial a nivel mundial. La gran mayoría de los analistas anuncian que esto traerá más inflación y recesión a la economía mundial, que no logra salir de la crisis abierta desde el 2008.
Esta guerra arancelaria es la respuesta decadente de un imperialismo en crisis, que no logró estabilizar su hegemonía con las instituciones creadas en la posguerra, ni pudo asimilar a los ex Estados obreros al sistema de Estados capitalistas. Esto llevó a que todas las contradicciones del sistema capitalista en crisis hicieran eclosión en el corazón mismo de los EE.UU. Podemos decir que estamos en presencia de una política muy aventurera y delirante de ruptura del equilibrio inestable de posguerra. Es decir, que estamos presenciando una transición a una nueva reconfiguración de los equilibrios en un momento agudo de la crisis capitalista
EE.UU. expresa de forma visible la descomposición más general del sistema capitalista y sus formas de dominación, que entraron en crisis en el 2008 y se agudizaron con la pandemia. El imperialismo yanki no puede resolver su pérdida de liderazgo mundial con su política guerrerista y ahora comercial. Debe recurrir a un nacionalismo económico reaccionario para intentar recrear un crecimiento industrial que le permita eliminar competidores, centralmente europeos, para concentrarse en frenar el avance de China. Para eso debe no sólo rediscutir la exportación de capitales, sino la reindustrialización de su propio país y recuperar una base de aristocracia obrera garante de sus planes imperialistas. Este proyecto de Trump implica también conflictos domésticos, ya que este “barajar y dar de nuevo” también implicará luchas intestinas entre fracciones burguesas (industriales, tecnológicas) y procesos de lucha de clases. En la cabeza de Trump y sus asesores el plan es perfecto, en la realidad es delirante. Los procesos históricos y la lucha de clases no pasaron en vano y esta idea, que se quiso implementar en los orígenes de la creación del imperialismo norteamericano, fracasó y, hoy, en su decadencia es más complicado que triunfe.
Lo que debemos tener en cuenta es que el imperialismo es reacción en toda la línea y es necesario enfrentar este ataque, porque va a significar un rediseño de la relación capital-trabajo. Eso se traduce en mayor explotación de la fuerza de trabajo y caída en las condiciones de vida, con la intención de llevarnos a una guerra y establecer una nueva relación de fuerzas entre las clases a nivel mundial.
Por eso es central recuperar el internacionalismo proletario y no caer en las políticas de los Estados y sus burguesías, que con el verso de que debemos enfrentar al imperialismo norteamericano y su política de aranceles, intentarán bajar aún más nuestras condiciones de vida para, supuestamente, poder competir.
En este contexto internacional, los trabajadores de EE.UU. tienen la palabra. Deben enfrentar al verdugo que está en la Casa Blanca, recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical y la aristocracia obrera históricamente ligada al Partido Demócrata y ganar sectores del proletariado para una política internacionalista y de unidad de ramas productivas en los distintos países donde ha penetrado el capital imperialista.
Ante la debacle del Reino Unido, la Unión Europea y el Estado de bienestar, los gobiernos de esos Estados están queriendo llevar a los trabajadores a otra guerra. La respuesta obrera debe ser abrir procesos revolucionarios que enfrenten a los gobiernos imperialistas que nos pusieron en esta situación.
Tenemos que frenar las políticas guerreristas del imperialismo en todo el mundo: para que en Medio Oriente triunfe la resistencia palestina y destruya al enclave israelí y todas las direcciones contrarrevolucionarias; para que el proletariado ucraniano y ruso enfrenten a sus gobiernos y desarrollen una guerra revolucionaria para derrotar el proceso de asimilación en curso; para que el proletariado chino sea parte de las luchas del proletariado mundial y enfrente el proceso de asimilación del ex Estado obrero en la perspectiva de ser parte de la vanguardia obrera que prepare los requisitos para la reconstrucción de la IV Internacional y sus secciones nacionales.
Para los trabajadores argentinos, la tarea es tirar de forma revolucionaria a Milei, por eso tenemos que impulsar con todo la movilización con los jubilados el 9/4 y el paro general del 10/4, que la propia burocracia que lo convocó está ahora tratando de boicotear, e impulsar un plan de lucha para, de esa forma, romper el pacto con el FMI y el imperialismo norteamericano. Y que esto aporte para comenzar un proceso antimperialista en América Latina que barra con los gobiernos bonapartistas sui generis y abra camino, mediante la revolución obrera y socialista, a la Federación de Repúblicas Socialistas de América.
Este 14 y 15 de mayo, en la UNC habrá elecciones para renovar bancas de consiliarios (consejo superior) y consejeros (consejo directivo) estudiantiles. En filo también se renovará autoridades decanales y los consejeros de las escuelas y departamentos de cada carrera. Una vez más se hace coincidir la fecha con la elección de comisión directiva de nuestro centro de estudiantes (CEFFyH), dejándolo subordinado al régimen.
Estas elecciones se dan en medio de una agudización de la crisis donde Milei-Caputo se arrastran frente al FMI y el imperialismo yanqui para conseguir una sobrevida ante un escenario de recesión que está dejando cientos de trabajadores en la calle (neumático, estatales, automotrices, entre otras ramas), salarios de hambre, precarización laboral a mansalva y con una devaluación en el horizonte que amenaza con destruir aún más nuestras condiciones de vida. El gobierno no escatima esfuerzos para pasar el ajuste con los métodos de una dictadura policial como vimos en la represión a los jubilados del 12/03.
En la UNC, el cronograma electoral pretende ocultar que el conflicto universitario sigue abierto porque no se ha resuelto ni uno solo de los problemas: el presupuesto sigue siendo el mismo que el del 2023 y en línea con el ajuste, los trabajadores de la universidad siguen por debajo de la línea de la pobreza. Vimos como Boretto, que viene del riñón de la UCR y es aliado de Llaryora, junto al resto de decanos del PJ, UCR o sus variantes posaron de combativos, para obtener alguna migaja presupuestaria a cambio de votar la ley bases. Ahora se vuelcan de lleno a usar todos los mecanismos que le otorga la menemista Ley de Educación Superior para aplicar la motosierra puertas adentro, financiándose mediante acuerdos con las empresas, avanzando con el arancelamiento, la venta de bienes y servicios y profundizando la precarización laboral. La principal conclusión es que si queremos triunfar debemos luchar con total independencia de las autoridades universitarias, poniendo en cuestionamiento su podrido régimen.
El principal escollo para enfrentar estas políticas son las burocracias sindicales de docentes y no docentes y las conducciones pro patronales de nuestros centros de estudiantes y la FUC que vienen actuando como voceras del régimen universitario. En filo, EAF (Estudiantes al Frente) no ha llamado a una sola asamblea para preparar el paro del 10/04, y van a utilizar nuestro centro de estudiante para hacerle campaña a la candidata de Flavia Dezutto (actual decana), Guadalupe Molina. Los vimos el año pasado sumarse a las tomas cuando ya eran un hecho consumado para intentar controlarlas y mantener el orden y la continuidad de las clases al servicio del decanato.
La gran lección de la lucha universitaria del 2024 es que necesitamos recuperar nuestras organizaciones, partiendo de lo más avanzado que hicimos el año pasado como los paros y las tomas de las facultades, enfrentando las tendencias de conciliación que buscan separar a los estudiantes de los trabajadores sembrando confianza en que participando de los órganos de co-gobierno podemos cambiar algo y subordinan toda la lucha a esas instituciones, un ejemplo de estas tendencias ha demostrado ser el FA (Frente Asambleario). Por su parte, corrientes de izquierda como la juventud del PTS y el Ya Basta no son claros en relación a la política a tener hacia los consejos, vacilando entre los llamados a “ganar espacios” en estos cuerpos colegiados amañados de la universidad burguesa y tener una política independiente; pero en ningún caso llaman a enfrentarlos para destruirlos y poner en pie un gobierno universitario de los sindicatos y las organizaciones estudiantiles, que meta la lucha de clases en el aparato educativo y se ponga al servicio de la revolución.
En estas elecciones, desde la COR llamamos a las corrientes de izquierda y a los compañeros/as que fuimos parte de la lucha a conformar una lista que exprese la necesidad de construir una oposición revolucionaria para recuperar las organizaciones estudiantiles en la UNC. Dicha lista debe conformarse con libertad de todas las tendencias que se planteen independientes de las autoridades y los partidos patronales, a partir de reuniones y plenarios abiertos para discutir el programa y elegir los candidatos.
Desde la COR, proponemos algunos puntos centrales para incorporar al programa:
Ante el escenario mundial de guerras y de crisis económica que las medidas salvajes del imperialista Trump profundiza, es un desafío del movimiento estudiantil y de la juventud salir a la lucha junto al movimiento obrero. Sobre todo en un país como el nuestro, donde el gobierno de Milei se ha convertido en títere de los yanquis y cómplice del genocidio israelí contra el pueblo palestino. Llamamos a las corrientes de izquierda y a los luchadores consecuentes a poner en pie una Corriente Revolucionaria docente-nodocente-estudiantil en la universidad, con libertad de tendencias, para dotarnos de una dirección capaz de llevar adelante este desafío.
Ante el llamado tímido al paro nacional de la burocracia de las Centrales Sindicales para intentar contener la bronca generada por la represión del 12 de marzo y en general por el ataque del gobierno y las patronales, debemos tomar en nuestras manos la medida de fuerza para asestar un golpe a Milei y su aliados. Impulsemos asambleas interclaustros para deliberar cómo garantizar un paro contundente este 10/04. Un paro contundente significa sin clases virtuales ni guardias mínimas del sector no docente, con piquetes en los accesos a la ciudad. El movimiento estudiantil puede jugar un rol importante con las tomas, garantizando así la paralización total de las actividades en la universidad. Es necesario además desarrollar un plan de lucha para dar continuidad a nuestra pelea contra un gobierno que va por todo. Nuestros aliados son los trabajadores que están saliendo a resistir las consecuencias del ajuste y la recesión, como los trabajadores del SUTNA (neumático) que están enfrentando los despidos, los docentes que están enfrentando la paritaria a la baja que firmó la burocracia celeste de la UEPC, los Jubilados, etc. Los estudiantes debemos convertirnos en un batallón auxiliar poniéndonos a disposición de estas luchas para que triunfen.
Desde los sectores que venimos enfrentando al gobierno de Milei desde el primer día en las calles y en los lugares de trabajo, tenemos que impulsar que el paro del 10 de abril sea activo, con asambleas previas para garantizar la medida. Organicemos piquetes de convencimiento y preparemos actos independientes en los parques industriales, donde podamos debatir cómo la seguimos hasta derrotar a este gobierno.
La burocracia tuvo que salir a llamar a paro general debido a que gran parte de los trabajadores comenzaron a enfrentar al gobierno y tomaron el reclamo de los jubilados como propio. La burocracia sindical convoca este paro, pero encorsetando la acción para que todo quede dentro de los marcos legales de un semi Estado en descomposición. Ese es el rol que cumple la burocracia sindical cuando está estatizada, porque debe defender a su Estado y, por lo tanto, sus privilegios. Pero la principal contradicción es que debe hacerlo con métodos obreros y poniendo en estado de movilización a una clase que es antagónica a la burguesía y puede atacar las bases de régimen burgués, que está en la producción. Por eso es central pelear por la independencia de los sindicatos del Estado y por tirar abajo la ley de asociaciones profesionales y toda ley que ate nuestras organizaciones al Estado burgués.
Por eso debemos hacer que el paro sea activo, planteando en cada asamblea la reincorporación de los compañeros despedidos, el aumento salarial para recuperar todo lo perdido con los gobiernos anteriores y la pandemia. Hay que expulsar a los delegados que no hicieron nada ante el ataque. Elijamos delegados entre los compañeros dispuestos a organizar la lucha en cada lugar de trabajo y prepararnos para enfrentar a este gobierno, sus aliados y el FMI, hasta derrotarlo.
Nuestra tarea es reagrupar a la vanguardia en los sindicatos, con plenarios de oposición nacional que preparen las condiciones para un Congreso de delegados de base con mandato. El objetivo es que ese sector se plantee como dirección de una franja significativa de trabajadores ocupados y desocupados para continuar la lucha con un programa transicional y con organización, no sólo ante la situación nacional, sino también ante una situación internacional signada por la crisis y las guerras.
Votemos en las asambleas marchar el miércoles 9 con los jubilados y el 10 hacer piquetes en los accesos a las ciudades y parques industriales para garantizar el paro y mostrarle a la burguesía y a la burocracia sindical que con los trabajadores no se jode y cada vez está quedando más en claro quiénes son nuestros enemigos.
La salida no va a ser electoral, ni con supuestas unidades de acción con conciliadores de clase, como pasó en la marcha del 24 de marzo cuando un sector unificó el acto con el PJ y la burocracia sindical. Va a ser con independencia de clase y luchando por la construcción de un partido revolucionario como expresión de la vanguardia comunista dentro de las filas obreras.
● Abajo el protocolo de Bullrich. Es necesario discutir y organizar la autodefensa contra la represión del régimen cuando salimos a luchar.
● Por la disolución de la policía y de todo el aparato represivo.
● Abajo el plan motosierra y licuadora de Milei y sus aliados.
● No al pago de la deuda externa. ¡El FMI, afuera!
● ¡Abajo Milei! Derrotemos el ajuste del imperialismo, Milei y los gobernadores. Por un gobierno obrero.
● Por el triunfo de todas las luchas obreras. Impulsemos la solidaridad de clase en todos los lugares de trabajo.
● Por un Congreso de delegados de base con mandato de trabajadores ocupados y desocupados. Impongamos un plan de lucha a la CGT y CTAs con paros generales para preparar la Huelga General.