Charla debate
CRISIS, GUERRAS Y LOS DESAFÍOS DE LOS REVOLUCIONARIOS
Sábado 09/04
17hs Arg-Bra
16hs Chile
COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina
Luego de 2 años de virtualidad volvemos a las aulas para darnos cuenta de que nada ha cambiado y por el contrario nuestras condiciones de estudio y de trabajo se van a ver aún más degradadas. El 2022 comenzó con todo el arco burgués firmando el acuerdo con el FMI, que deja la política económica del semi estado argentino sujeta a revisiones trimestrales de este organismo imperialista. De lo que hay que tomar nota es que el mismo FMI ya habla de que el acuerdo es provisorio y que deberá ser revisado dado que la guerra en Ucrania pronostica saltos en la crisis económica internacional.
Para que el FMI desembolse los dólares necesarios para pagarle… al mismo FMI, exige una reducción del déficit fiscal y el gasto público, sumado a una serie de reformas laboral, educativa, jubilatoria, etc., que permitan una nueva relación capital-trabajo a fin de extraer mayor plusvalía, es decir, mayor explotación de nuestra clase, con la que se pagará dicho préstamo. En educación esto se traduce en un recorte del ya magro presupuesto educativo.
Serán las autoridades universitarias, con el rector Juri y los decanos a la cabeza, quienes administren esta miseria y para ello se preparan para consolidar todo lo avanzado en la cuarentena. Las clases "híbridas" o la bimodalidad sin aumentar los cargos docentes ni garantizan la conectividad, cursos hacinados, tal cual estaban antes de la pandemia, el recorte del comedor, limitándolo solo a quien tenga una beca, son algunos ejemplos del ataque que preparan.
Pero antes de comenzar las clases ya dieron su primer golpe. El ministro de educación, Perczyk, el CIN (rectores) y la burocracia de CONADU (docentes) y FATUN (no docentes), acordaron dejar el salario de los trabajadores universitarios por debajo de la línea de la pobreza, firmando un magro aumento del 41% en 4 cuotas hasta septiembre, porcentaje que se asienta sobre un salario ya carcomido por la inflación.
Para que este plan de ajuste pase, las autoridades universitarias cuentan con la ayuda de las burocracias sindicales, las conducciones de nuestros centros de estudiantes y la FUC. Estas direcciones vienen abonando a la desorganización y la dispersión, impidiendo que podamos dar una respuesta a la altura del ataque. Debemos retomar la iniciativa, llamemos a asambleas por curso para discutir con cada compañero/a los problemas que tenemos, pongamos en pie un cuerpo de delegados en cada carrera y facultad, que sean una dirección alternativa dentro del centro de estudiantes y rompan el inmovilismo.
Impulsemos un plenario de delegados Docentes, No Docentes, Investigadores y Estudiantes que nos permita definir un pliego único de reivindicaciones, donde se incluya el aumento del presupuesto universitario, la pelea por un plan de obras que eviten que sigamos hacinados, triple turno de cursado a partir de más cargos docentes y no docentes. La apertura del comedor sin restricciones, con raciones de comida para todos y el pase a planta permanente de quienes trabajen allí. La inmediata reapertura de las paritarias y un salario inicial = a la canasta básica, indexado mensualmente a la inflación. No queremos más trabajo estudiantil o graduado Ad honorem o contratado: pase a planta permanente ya! Fuera el FMI y el BM de nuestros planes de estudio. No a la criminalización de la protesta, abajo el juicio a los 27 estudiantes de la UNC. Abajo el régimen universitario administrador de la miseria, debemos pelear por un gobierno de los sindicatos docentes, no-docentes y de las organizaciones estudiantiles para poner la universidad al servicio de la lucha de la clase obrera.
Para imponer estas reivindicaciones, preparemos un plan de lucha con nuestros métodos como el paro, las movilizaciones y las tomas de edificios. Será en esta pelea donde se forje una nueva dirección que nos permita recuperar nuestras organizaciones para que pasen a la lucha contra el ajuste, el presupuesto de miseria y las reformas educativas (y todo el paquete de reformas) del FMI y el BM. En este sentido, llamamos a las organizaciones combativas y de la izquierda a poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no docente, estudiantil con libertad de tendencias en la UNC.
La función policial es la violencia institucional
DISOLUCIÓN DE LA POLICÍA
Un nuevo caso de accionar policial, con amplio despliegue de técnicas de asfixia, golpes y brutalidad sobre personas ya detenidas e inmovilizadas, acusaciones falsas, accionar sin orden judicial, exhibición de armas y detenciones injustificadas sufrieron un grupo de jóvenes artistas reunidos en una casa particular el viernes 25 de marzo a la noche. Horas antes, la motorizada había atacado a los tiros a jóvenes que filmaban un video en el barrio La Gloria. Sumamos nuestro repudio a este nuevo caso de violencia policial contra la juventud, así como adherimos a la concentración que se prepara para este lunes 28 de marzo en la sede de la jefatura policial.
Este hecho grave, lejos de ser un caso aislado de abuso de poder, es el resultado de la reforma policial que acordaron el PJ, UCR y PD en 1999 y que sostuvieron con matices y retoques los sucesivos gobiernos peronistas y radicales. Así respondieron a las demandas de la fuerza tras el levantamiento policial de 1998 que buscó garantizar la impunidad policial frente a la reactivación de la investigación por la detención y desaparición de Cristian Guardati, ocurrida en 1992 y que resultó en la condena de Mendoza ante la Corte Interamericana de DDHH. Bordón, Garrido, Baigorria, fueron nombres de casos resonantes en una larga lista de muertos a manos de una policía, a donde lamentamos sumar a Kevin González como el caso más reciente en Malargüe. Esta policía profesionalizada, sigue perfeccionando su accionar represivo para el sometimiento de la juventud y la población asalariada.
No son excesos, la violencia institucional y la represión de la protesta social, el disciplinamiento de la juventud en sus momentos de recreación, estudio o trabajo, así como el hostigamiento de las barriadas empobrecidas son FUNCIONES DE LA POLICÍA. No está para prevenir el delito, no está para salvaguardar la vida de las mujeres y disidencias frente a la violencia machista, LA POLICÍA NO TE CUIDA. La policía de Mendoza, como la policía en todo el mundo, sirve muy bien a garantizar el control y represión de la población trabajadora y su juventud de cualquier accionar aislado o colectivo y organizado que afecte la producción y circulación de mercancías y la acumulación de ganancias de la clase capitalista. Quedó muy en evidencia durante la cuarentena y lo pagamos con la detención, ocultamiento y asesinato de Facundo Castro, Magalí Morales y tantos otros, así como en las brutales represiones de las protestas de trabajadores contra las consecuencias sociales de la crisis económica y sanitaria.
Insistimos, no es un problema de falta de educación profesional, ni de conducción civil o policial o de democratización. Bajo la gestión provincial de Suárez, o la flamante presidencia de Boric, en EEUU, Francia o Colombia, nos unimos al repudio mundial al accionar policial y luchamos por la disolución de la policía. Abajo todas las causas contra los jóvenes detenidos este 25/3. Anulación de todas las causas contra las y los trabajadores por luchar. Abajo el código contravencional y la Ley Antiterrorista. Fuera la policía de los lugares de esparcimiento, estudio y trabajo de la juventud.
El viernes 11/3 a la madrugada se votó en la cámara de diputados el acuerdo con el FMI, contando con un amplio consenso entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, mientras los K y sus aliados votaron en contra o se abstuvieron, sabiendo que la ley iba a salir. Mientras esto sucedía, en las afueras del Congreso se desarrolló una multitudinaria movilización en contra del acuerdo. Ahora se espera que se vote en el senado, donde Cristina ya planteó que está en contra, pero da a los senadores de su bloque libertad de acción para que voten según su conciencia.
Lo absurdo es que mientras Argentina intenta cerrar los números con el FMI, la situación mundial se ha modificado de forma sustancial ante la invasión de Rusia a Ucrania. Las variables económicas se han agravado aún más, con aumento de las materias primas, la aceleración del proceso inflacionario mundial y una acentuación de la crisis mundial, por lo que lo que se acuerde será muy inestable y casi imposible de cumplir. O sea que el peligro de default, a pesar del acuerdo, sigue en pie.
La votación en diputados mostró la gran unidad burguesa ante su amo el imperialismo para garantizar el programa económico de los grandes monopolios, para pagar la deuda externa con un brutal ataque a las condiciones de vida de las masas, a través de un ajuste, reformas estructurales y ataque a los salarios y las jubilaciones.
Esta santa alianza de las distintas fracciones de la burguesía y la pequeña burguesía, con los empresarios y la burocracia sindical, intentan hipotecar los destinos de nuestro país por los próximos 12 años que durará el acuerdo y en los que los primeros 2 años y medio habrá una revisión del FMI cada 3 meses, es decir, el imperialismo toma el control de la economía para garantizar que le paguen la deuda.
Mientras la fracción de los K posan de que se oponen al FMI, en realidad cuestionan la forma en que se negoció y el ritmo del ajuste, pero son respetuoso de las deudas y “pagadores seriales”, como solía decir Cristina. Los trabajadores no se deben confundir ante estas maniobras en las alturas, no serán estos sectores los que estarán en la lucha cuando se comience a aplicar el plan de ajuste del FMI, más bien serán los que intentaran contener para preservar sus privilegios del Estado burgués.
El FITU y sus diputados votaron en contra del acuerdo, fundamentando las consecuencias de dicho acuerdo, pero en sus intervenciones no pudieron desenmascarar el chantaje del gobierno y la oposición que plantearon una dicotomía entre acuerdo o el default. Ante esta disyuntiva, su respuesta fue que había otra salida que sería la de desconocer la deuda por ilegítima, como deuda odiosa. Es decir, apelar a la justicia, para mostrar lo ilegítimo de la deuda. Sostenemos que es un planteo errado y confunde a los trabajadores, si bien entendemos que el FITU busca diálogo con los sectores afines a los K y por eso plantean este tipo de discusión de la deuda, no ayuda en nada a esclarecer cuáles son las tareas de los trabajadores ante este ataque.
La intervención independiente de los trabajadores ante la falsa disyuntiva de acuerdo o default es una gran deliberación al interior de nuestra clase planteando que no vamos a pagar la deuda externa. Debemos pelear por la recuperación de los sindicatos y la expulsión de la burocracia acuerdista con el FMI de nuestras organizaciones, por el control obrero de las grandes empresas imperialistas, en el camino de la expropiación, por un Congreso de delegados de base que prepare las condiciones de la lucha por el poder con paros generales que refuercen la tendencia a una huelga general. De esta forma solicitaremos la solidaridad de los trabajadores latinoamericanos y de los países imperialistas para que nuestra lucha triunfe. No será en un juzgado donde se dirimirán las relaciones de fuerza, sino en la producción.
Debemos construir el partido revolucionario que pelee por un gobierno obrero.
7 de marzo de 2022
La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva 12 días de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.
Mientras tanto la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex estados obreros, tratando de imponer condiciones de semi colonia a éstos. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.
Es que la asimilación de los ex estados obreros se iba a plantear en la arena mundial y no en las particularidades de cada país. Por eso exige de los revolucionarios abocarse a la tarea urgente de reagrupar las fuerzas para desarrollar una dirección revolucionaria, que en esta época es la reconstrucción de la IV Internacional, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial ante los escenarios de guerra a donde nos llevan los países imperialistas y las direcciones bonapartistas y restauracionistas de los ex estados obreros.
Putin trajo el fantasma de Lenin al escenario de guerra, acusando al revolucionario de ser el responsable de que Ucrania tenga ideas de nación independiente, cuando siempre debió ser parte de la gran Rusia. Debemos recordar que fue la dirección de la revolución rusa la que innovó con la forma estatal de la dictadura del proletariado internacional, lo que denominaron Federación, y desde ahí se le planteó a Ucrania la autodeterminación para que elijan la forma de relacionarse con el proceso revolucionario abierto. La población ucraniana decidió incorporarse a la Federación de repúblicas soviéticas y ese hito histórico mostró la superioridad de una dirección consciente contra las políticas del imperialismo de anexiones y colonialismo reinante. Es esa parte de la historia la que no quieren contar en esta situación, es ese fantasma el que intentan esconder y es justamente desde donde debemos partir los revolucionarios para desplegar nuestras políticas, de lo más avanzado que ha dado nuestra clase, como lo fueron las federaciones. Es por eso que sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales.
Lenin sostenía antes de la primera guerra mundial, en algunos momentos en soledad, que había que convertir la guerra en guerra civil contra sus gobiernos. Con esa línea logró convencer a gran parte de los revolucionarios y fue una de las más destacadas tácticas militares de la época imperialista. Sin embargo, en esta situación de la invasión de Rusia a Ucrania debemos repensar la táctica militar, ya que es un hecho inédito en la historia que ex estados obreros en el proceso de asimilación al capitalismo entren en guerra. La dinámica de clases de estas formaciones transicionales es diferente a la de los estados burgueses consolidados. Debemos plantear “fuera las tropas rusas de Ucrania” y la necesidad de enfrentar al gobierno de Rusia y Ucrania con una insurrección proletaria que destruya el proceso de restauración capitalista en curso. Esta insurrección debe inscribirse dentro de la táctica de guerra revolucionaria, como planteaba Lenin, en la tarea de que ésta sea parte de las revoluciones complementarias que definía Trotsky, para impedir los procesos de asimilación al sistema capitalista.
Sostenemos que los trabajadores de Ucrania deben defender las fábricas y sus organizaciones con armas en mano, es decir, deben formar una dirección proletaria contra la invasión. Y los trabajadores rusos deben imponer los métodos obreros para detener la invasión y unirse al proletariado ucraniano en la necesidad de convertir esta guerra en una guerra revolucionaria. Es evidente que estas tareas no pueden realizarlas solos, para eso debe venir en su auxilio el proletariado mundial, principalmente el proletariado de los países que integran la OTAN, y en el fragor de estos combates de clase debemos reconstruir nuestra dirección internacional que no es otra que la IV Internacional.
Por una conferencia internacional urgente con las corrientes que aun levantan la necesidad de la dictadura del proletariado donde avancemos en acciones internacionalistas.
24 de febrero de 2022
El gobierno de Putin realizó una acción militar denominada “operación militar especial” en Ucrania, aduciendo una defensa en la región prorrusa del Donbass. Rusia bombardeó objetivos militares y estratégicos en Ucrania y amenaza con una invasión de sus tropas por distintos flancos a una Ucrania asediada.
Putin justifica el ataque diciendo que busca garantizar la independencia de las autodenominadas “repúblicas populares” de Donetsk y Lugannsk, que durante los últimos 8 años han sido atacadas por el ejército ucraniano. De esta manera intenta desestabilizar al gobierno de Ucrania, que es aliado de la OTAN.
La respuesta del imperialismo norteamericano y de la UE es mayores sanciones económicas para que Putin desista de su avance guerrerista. Por otro lado, China intenta hacer equilibrio en esta situación de caos.
Ante este escenario los revolucionarios debemos intervenir planteando una salida obrera a la crisis que se ha abierto, para intervenir de forma independiente en una situación mundial signada por la crisis económica y acelerada por la pandemia. Debemos agitar ante el conjunto de los trabajadores que esta no es nuestra guerra, que es totalmente ajena a los intereses históricos del proletariado. Los intereses que persiguen la OTAN y el imperialismo son los de asimilar como una semi colonia a los ex Estados obreros. Por el lado del gobierno de Putin se busca sostener una burocracia restauracionista que no está dispuesta, en su transición al capitalismo, a ser una simple semi colonia.
Las “severas sanciones económicas” que plantea el imperialismo se pagarán a costa de una mayor explotación de nuestra clase, no solo en sus propios países, sino de la expoliación de las semicolonias. Es por eso que debemos unir a los trabajadores en contra de los gobiernos de turno e impedir, con métodos obreros, que se ponga en marcha la maquinaria militar para defender intereses imperialistas. En la región en conflicto debemos buscar la unidad entre el proletariado ucraniano y el ruso para detener la restauración capitalista en curso y retomar las tareas revolucionarias que quedaron inconclusas. Esto partiendo de recuperar lo más avanzado de las lecciones del proceso revolucionario de octubre, como la conformación de federaciones como forma estatal de la dictadura del proletariado, lecciones que no por casualidad tanto el imperialismo como Putin y los restauracionistas rusos aborrecen y quieren borrar de la historia.
Este conflicto se desarrolla en medio de una descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación de los ex Estados obreros. El imperialismo norteamericano intenta retomar la hegemonía mundial, mostrando a su paso su debilidad histórica, mientras que las burocracias al mando de los ex estados obreros de Rusia y China intentan mantener el lugar conquistado dentro del sistema capitalista en crisis.
A los que nos reivindicamos marxistas revolucionarios llamamos de forma urgente a las corrientes que aun levanten la dictadura del proletariado a una Conferencia Internacional para discutir un programa y acciones internacionalistas en común.
Paritaria Nacional Docente
Desentendida de los ataques que sufrimos los trabajadores de la educación en todo el país, la burocracia de las cinco entidades sindicales que se sientan en la paritaria nacional docente le dan luz verde al ajuste salarial que propone Perczyk.
Este 21 de febrero, en coincidencia con el inicio de clases garantizado por la burocracia del SUTE en Mendoza, y pese al paro de la docencia de CABA nucleada en Ademys, Alesso-Baradel-López por CTERA recibieron con gusto la pauta salarial enmarcada en los lineamientos que impone el preacuerdo con el FMI, y se disponen a aprobarla el próximo viernes 25 de febrero en el congreso de CTERA. El techo salarial es un nuevo aumento en cuotas del salario inicial, que pasaría de los $41250 actuales a:
-$50000 en marzo (reconociendo apenas 5% como recomposición salarial 2021),
-$53333 en junio,
-$56666 en agosto,
-$60000 en septiembre (con promesa de revisión).
Para que los magros salarios de bolsillo lleguen a esos montos, el incentivo docente pasará de $3907 en marzo a $7391.
Esta pauta salarial consolida el brutal desplome del salario docente que se viene profundizando en los últimos años. Con una canasta familiar cuyo valor oficial hoy supera los $80000, el escalonamiento que se dispone a aceptar la burocracia de CTERA, hunde a los trabajadores en la miseria.
La política de colaboración de la burocracia sindical con el gobierno de Alberto Fernández está allanando el camino tanto del ajuste que negocia Guzmán con el FMI, como a los planes de reforma educativa y laboral que se cocinan en el Consejo Federal de Educación y en las negociaciones, de espaldas a la base, de un nuevo convenio colectivo de trabajo docente que servirá de marco a nuevas modificaciones de los estatutos del docente en las provincias. Como venimos discutiendo, las políticas estatales de manejo de la pandemia en Educación avanzaron en la extensión e intensificación de la jornada laboral, la bimodalidad y la precarización laboral docente que se preparan a cristalizar en nuevas leyes.
En este marco nacional de ofensiva contra los trabajadores, las gestiones provinciales se envalentonan con paritarias que desconocen el atraso salarial 2020 (Salta 32%, Jujuy 20%, Tucumán 21%, Misiones 21%, etc.). Merece el alerta de todos los estatales del país, ofensivas como la del gobernador Suárez, de Mendoza, que pretende imponer un 2do ítem aula con un bono en negro condicionado al presentismo, ítem de productividad extorsivo que ahora quiere hacer extensivo al conjunto de los estatales.
IMPONGAMOS A CTERA EL RECHAZO A LA PROPUESTA
Este viernes 25/2 se reunirán los congresales de CTERA para validar la propuesta salarial de Alberto. Debemos impulsar asambleas en cada escuela, sacar pronunciamientos e impulsar una campaña que unifique nacionalmente la exigencia de una recomposición salarial real que permita recuperar todo lo perdido en el período anterior y el poder adquisitivo del salario.
Las seccionales y listas antiburocráticas tenemos el desafío de organizar la bronca que expresan las escuelas en un planteo claro de repudio al acuerdo del gobierno nacional con el FMI, porque aún no se firma y ya lo estamos pagando con pauperización, reformas laborales y tarifazo. Preparemos un plenario nacional de la oposición antiburocrática para reagrupar las fuerzas que, con independencia de clase, pueden disputarle a la burocracia conciliadora la dirección del conflicto.
No permitamos que los garantes sindicales del acuerdo con el FMI, se sienten en nuestro nombre a negociar: los paritarios nacionales debemos elegirlos en un congreso de delegados de base mandatados en cada escuela, y en esa instancia preparar un PARO EDUCATIVO NACIONAL hasta derrotar el ajuste, tirar abajo los planes de reforma educativa, laboral y previsional, y lograr todas nuestras demandas.
El cambio de conducción en el SUTE se formalizó en enero, en un acto con no más de veinte asistentes, vaciado por ganadores y perdedores. Pero a toda pompa, la conducción Azul Naranja del SUTE celebró este viernes 4/2 su triunfo electoral en las elecciones de diciembre pasado. Con la presencia de Baradel en representación de CTERA, entregaron presentes a referentes del Frente de Todos, como el legislador Ilardo, la intendenta Destéfanis y el jefe de ANSES Gallo, reconociendo sus generosas contribuciones en la campaña. El evento consagró la alineación de la “nueva” vieja conducción que encabezan Sedano-Membrives-Correa, con la política de la coalición de gobierno nacional, y su pata provincial que conduce Fernández Sagasti. Con Alesso a la cabeza en CTERA, la Celeste Nacional va a ir a fondo con lo que exige el Fondo.
Con el inicio de actividades escolares en marcha, las acciones de la conducción Azul Naranja se centraron en mostrarse conciliadores con la gestión provincial de Cambia Mendoza, dispuestos a habilitar el avance en el proyecto de reforma de la Ley de Educación Provincial que busca el gobernador, y anticipando un planteo de cara a las paritarias provinciales a tono con el ajuste que convalida la Celeste Nacional de CTERA en la paritaria nacional docente.
Un retroceso burocrático
El contundente triunfo de la Azul Naranja en las elecciones del SUTE, imponiéndose además en 14 de las 18 seccionales (4 quedaron en manos de otra expresión burocrática, la Celeste-verde) expresa un retroceso burocrático tras la experiencia de recuperación del SUTE por parte de un frente multicolor en 2017, que no sólo se explica por la caída en la participación electoral (-2000).
Hoy el SUTE vuelve a ser dirigido por las facciones de lo que fue la vieja Celeste en Mendoza, tras un período en que la conducción provincial y 6 de las seccionales más grandes fueran dirigidas por el FURS, previa experiencia en la seccional Godoy Cruz. Una mayoría de afiliadas/os le devuelve a la burocracia kirchnerista y pjotista el control del SUTE, luego de haber intentado otra orientación para revertir las profundas consecuencias de la derrota que significó el ítem aula y la crisis de la vieja celeste.
El FURS fue la apuesta de un arco heterogéneo de agrupaciones, desde la histórica lista Marrón, agrupamientos ligados a la izquierda en el FIT (9 de abril -PTS-, Tribuna Docente -PO-) y expresiones conciliadoras como la verde (ligada al PCR). Defendida por sus integrantes como un frente único independiente, no trascendió la condición de acuerdo electoral anti Celeste. No fue sólo la integración de la Verde (PCR) al Frente de Todos lo que melló su independencia de clase. Fue su programa de origen, carente de este principio, lo que la tornó una conducción vacilante ante las presiones de tendencias patronales, y sobre todo ante las presiones del estatismo en su propio programa. Pronto provincializaron su orientación, y plantearon como la única vía para hacer frente a las políticas del gobierno provincial de Cambia Mendoza (Cornejo y luego Suárez) el establecer acuerdos con las conducciones seccionales burocráticas. Así pusieron en pie una lista conjunta con la Celeste para las elecciones de miembros de los órganos colegiados (Juntas), la cual defendieron como un “frente único” necesario para poder ganarle la mayoría de las Juntas a las listas ligadas a la UCR. Sin embargo, el resultado de este triunfo, le regaló a la DGE aliados con quienes negociar, sin control de la base. Y sin defensa, frente a la ofensiva de la DGE sobre las Juntas y los sumarios contra algunos de sus integrantes.
Orientados por esta noción equivocada de frente único, al que dedicaron todos estos años tratando de unificar líneas con la AN y la Celeste en negociaciones que se discutían, no de cara a la base, sino en las reuniones de las conducciones de secretariado provincial y seccionales, terminaron señalando ante la base, que tantos unos como otros eran aliados válidos e imprescindibles para enfrentar el ajuste que sin tregua fue imponiendo el gobierno de Cambia Mendoza, a tono con las políticas nacionales del macrismo primero, y del Frente de Todos luego. La extensión de esta orientación, fueron los acuerdos de cúpula en el Frente de Unidad Sindical, con la burocracia de otros sindicatos estatales, versión burocrática con la que pretendieron sustituir la idea de congreso de delegados estatales de base mandatados. Al gobierno de Suárez no le costó nada quebrar ese acuerdo de cúpulas, aislando aún más al SUTE. El FURS se fue disgregando, perdiendo militancia y activismo, y, sobre todo, conexión con la base.
La propia impotencia e internismo a los que llevó esta orientación les servía de justificación para postergar indefinidamente cualquier discusión orientada a avanzar en cuestionar y preparar las condiciones para modificar las ligaduras a la sujeción estatal del SUTE recuperado. Nada se avanzó en el sentido de la reforma del estatuto sindical, profundamente burocrático, o en generar siquiera instancias de formación ideológica de delegados y trabajadores contra la injerencia del Estado burgués en las organizaciones obreras. La impronta de perspectiva de género, que reivindican como su mayor legado, estuvo marcada por la adaptación a la regimentación estatal de los sindicatos y la democracia burguesa en el protocolo de prevención y erradicación de la violencia de género que promovieron -enmarcado en lineamientos de la formulación realizada por la burocracia de CTERA- y que tuvo su punto cúlmine en el manejo burocrático de la denuncia contra el secretario general, Sebastián Henríquez, y su restitución en base a los argumentos de un fallo de la Justicia burguesa.
La imposición de la cuarentena los encontró profundamente fragmentados. La adaptación a la conducción estatal de la pandemia les dio una sobrevida como frente, pero acentuó la distancia con la base, atomizada y aislada. Si bien el gobierno logró imponer hasta hoy el congelamiento salarial y el ataque a las condiciones de trabajo (extensión e intensificación de la jornada laboral, etc.), las bases se rebelaron en 2020 contra la reforma educativa que quiso apurar el Director Gral de Escuelas, Thomas. El SUTE canalizó la lucha que se gestó desde las bases, pero no la dirigió, logrando la suspensión transitoria de la reforma.
El retorno a la presencialidad dejó en evidencia el curso de disolución del frente. Al postergado calendario electoral impuesto por el Ministerio de Trabajo, llegaron ya divididos. La Verde renovó su histórica alianza a la Celeste, y una discusión por lugares en las listas derivó en la presentación de Tribuna Docente (PO) en lista aparte del acuerdo Marrón-Bordó (PTS) que conservó el nombre FURS.
Instamos, sin respuesta, a las agrupaciones de izquierda y antiburocráticas a debatir en un plenario para poner en pie una propuesta de dirección que retome la tarea de la recuperación del SUTE con independencia de clase. Los trabajadores de la educación de la COR integramos la Lista Roja junto a delegados escolares y activistas independientes, presentando listas seccionales en Capital, Las Heras y Guaymallén, obteniendo arriba de 100 votos. Recorrimos las escuelas discutiendo la necesidad de organizar compañeras/os para una tarea que excedía por mucho la instancia electoral: fortalecer la organización en cada lugar de trabajo y la relación de las escuelas con el sindicato para enfrentar los planes de ajuste, reforma educativa y laboral que vienen de la mano del acuerdo del gobierno con el FMI y el pago de la deuda externa a los buitres. Militamos nuestro balance de la cuarentena, y la importancia de orientar la lucha por nuestras reivindicaciones salariales y laborales, así como por la democracia sindical y la organización de los trabajadores a partir de un programa de independencia de clase respecto de los intereses patronales y del Estado.
Nuestra intervención estos años en el SUTE, orientada con este programa, y nuestro cuestionamiento a la política estatal antiobrera para la pandemia nos permitió aglutinar activistas que hicieron su experiencia con el FURS, y sacaron sus conclusiones en la lucha en las calles, en los plenarios y escuelas. Compartimos el balance de que una política frentista sin independencia de clase puede permitir triunfos electorales circunstanciales, pero no permite dirigir desde los intereses de los trabajadores, ni preparar ninguna posición de fuerza que permita revertir un curso de debilidad de los trabajadores tras la derrota del ítem aula (de la que son responsables tanto la AN como la Celeste), mucho menos servir de base a un reagrupamiento que oriente la lucha contra la desorganización provincial y nacional de la clase trabajadora que garantiza la burocracia en pos de salvaguardar los intereses capitalistas.
Por una oposición sindical revolucionaria
Los pagos de la deuda a los buitres y el principio de acuerdo con el FMI, imponen al conjunto de la clase obrera una dolorosa hipoteca que es una sentencia de pauperización y sobreexplotación presente y futura. El balance de la orientación del FURS en el SUTE, que podemos extender a las experiencias de los frentes multicolores a nivel nacional, tiene que servir para dejar de perder tiempo valioso en buscar un ala del peronismo que pudiera jugar un papel progresivo en el enfrentamiento a las políticas antiobreras que pactan los partidos patronales para buscar una salida a la crisis a costa de las masas asalariadas.
Retomemos la experiencia de las asambleas y plenarios del activismo antiburocrático para preparar la disputa por la orientación de la discusión paritaria provincial y nacional en cada escuela y en los plenarios, contra la política de colaboración con el ajuste de Suárez y Alberto, de la Azul Naranja y la Celeste Verde. Pongamos en pie una oposición sindical con libertad de tendencias, un frente único con independencia de clase que milite en cada lugar de trabajo por un plan de lucha para conquistar recomposición salarial real, condiciones de trabajo, el control de OSEP, y la derrota de la reforma educativa. Imponer el no inicio de clases y convocar a unificar en un paro provincial de todos los sectores de trabajadores contra la miseria salarial y las políticas de ajuste, hasta tirar abajo el acuerdo con el FMI y los buitres.
El gobierno anunció un principio de acuerdo con el FMI con respecto al stand by que le habían dado a la administración anterior de Macri. Es decir, que legaliza la estafa de aquel crédito e hipoteca al pueblo argentino a pagar esa deuda. Queda demostrado cuáles son los intereses a los que responde el gobierno de los Fernández y sus aliados de la oposición burguesa como Juntos por el Cambio, así como la Sociedad Rural y todo el empresariado, quienes saludaron el “entendimiento” con el Fondo.
El principio de acuerdo, donde aún debe definirse la letra chica, es un plan de ajuste gradual donde el FMI tendrá más injerencia directa en el desarrollo de la economía argentina. Se acordaron revisiones trimestrales del organismo con derecho a veto, para vigilar que se cumpla con los designios del imperialismo. En el trazo grueso del entendimiento, la Argentina se compromete a bajar la emisión monetaria, reducir subsidios, moderar la inflación y subir las tasas de intereses. A cambio de llevar a cabo ese plan, lo habilitan para tomar deuda ya no solo del FMI sino de otros países miembros del organismo como el Club de París, por ejemplo.
El gobierno vende el pre acuerdo como un logro, ya que según dice, no se le exige un ajuste. Esto es, por supuesto, parte del “relato” ya que es sabido que el ajuste lo vienen realizando desde que asumieron, mediante el proceso inflacionario, las mini devaluaciones, el aumento en las tarifas, la caída en los salarios y el ajuste en las jubilaciones. Con su funcionario fiel, Martin Guzmán, el gobierno preparó el acuerdo con el FMI buscando no tener que poner la palabra “ajuste” por escrito, sobre todo luego de las fricciones dentro del PJ que generó la derrota electoral y el intento fallido de provocar un giro argumental con la carta de Cristina.
La otra pata del relato es el argumento de que el FMI no habría pedido cambios estructurales, es decir reformas laborales, previsionales o tributarias, ya que este pre acuerdo se centra en equilibrar la política fiscal, y una vez encaminado ese objetivo vendrán por lo importante.
Ante los sectores descontentos con los términos del acuerdo, el kircherismo hace lo que siempre hacen las fracciones burguesas y pequeño burguesas: echarles la culpa a las masas por haber votado a Macri. Esgrimiendo el ya desgastado argumento de que no les daban las fuerzas para otra cosa dado que venían de perder las elecciones y las masas no iban a salir a enfrentar al FMI. Lo que en realidad lograron es un poco de aire para seguir defendiendo sus intereses y evitar la idea de las masas en la calle, lo cual les da un verdadero terror.
El principio de acuerdo plantea 2 años y medio de gracia donde no hay que pagar vencimientos de esta deuda y después se comienza a devolver el préstamo con otro préstamo del FMI a 10 años. De esta manera, al FMI le cierran las cuentas y la Argentina no sólo se queda con la deuda, sino que la acrecienta.
Esta especie de “Ahora 12” del FMI, expresa el nivel de crisis mundial que aceleró la pandemia, ya que si Argentina entraba en default podía generar una crisis importante en la región y un cimbronazo mayor en la economía mundial, mostrando la debilidad histórica de un organismo en descomposición que no logra contener los efectos de la crisis económica mundial.
En un país semicolonial como el nuestro, la burguesía no es independiente y por lo tanto debe poner su destino histórico en manos del imperialismo para enfrentar al proletariado de su país y de la región. Es una clase parasita que no produce, es por eso que por más que se esfuercen en decir que no van a pagar con el hambre del pueblo, van a pagar con el hambre del pueblo porque el proletariado es el único que posee una fuerza de trabajo que puede crear valor y plusvalor y la razón de ser de los capitalistas es apropiarse del trabajo ajeno. Es en la explotación de nuestra clase de donde saldrán los recursos para pagar la deuda, todo acuerdo de pago de deuda se basa en el canje por nuevos bonos, sus intereses y sus plazos están determinados por el nivel de ajuste a la clase trabajadora que está dispuesta a implementar nuestra clase enemiga. Es, en realidad, un derecho sobre el trabajo futuro que producirá supuestamente el plusvalor del que el interés (una retribución por la pura propiedad) será una parte.
Nosotros levantamos el no pagar la deuda externa que significa una pelea por la destrucción del Estado burgués, atacando al régimen capitalista en su base, en la producción.
Expropiar a las grandes empresas imperialistas, control obrero, escala móvil de salarios y de horas de trabajo, no son consignas para reformar al capital, es parte del programa transicional de la lucha por el poder, por la necesidad de un gobierno obrero para imponer las etapas de la dictadura del proletariado.
Es un debate que tenemos que llevar al interior de nuestra clase y desenmascarar a los enemigos en nuestras filas, como la burocracia sindical que salió a festejar el acuerdo, y ya anticipó que seguirán adecuando la discusión paritaria a la política de ajuste que ahora profundiza el gobierno como ofrenda al imperialismo.
Debemos movilizarnos como hicimos en diciembre del año pasado en contra del FMI y el gobierno, en contra del acuerdo, pero siendo claros en nuestro programa de independencia de clase. Es peligroso confundir banderas con los descontentos del ala k, que plantean suspensión de la deuda o no al ajuste del FMI sin nombrar al gobierno, como lamentablemente hace un sector de la izquierda para buscar un diálogo que no existe. Parecen no entender, a pesar de tantos fracasos, que es imposible romper un ala del peronismo que vaya hacia una perspectiva revolucionaria mediante el método de diluirse programática y organizativamente en el estatismo pequeñoburgués. Debemos movilizarnos de manera diferenciada de estos sectores kirchneristas y combatir su programa hasta el final, plantear mociones diferenciadas en las asambleas y dejar en claro que los trabajadores que salimos a luchar no tenemos que mostrarle nada a Alberto ni tenemos que “hacerle saber” nada en las calles, sino que tenemos que apuntar a derrotar a este gobierno sumiso al imperialismo e imponer nuestra propia perspectiva de clase.
La escalada belicista por intermedio de la OTAN para disciplinar las zonas de influencia de Rusia, en este caso en Ucrania, la cual el imperialismo norteamericano pretende que pertenezca a la OTAN contradiciendo la consideración de Rusia de que debe estar bajo su influencia, ha entrado en la diplomacia de las armas.
Esta situación se da en un contexto internacional donde la supuesta normalidad de la post pandemia es un espejismo, ya que la variante ómicron sigue demostrando que no está solucionado el problema del covid.
El territorio en disputa, Ucrania, condensa los procesos históricos del último periodo. Fue parte de la URSS, parte de su proceso de disolución y de las disputas territoriales en la formación de su Estado, considerando que en su momento fue uno de los motores económicos de la ex URSS por su petróleo y recursos naturales.
Este conflicto debe enmarcarse dentro de una etapa histórica que nosotros definimos como un proceso combinado de descomposición del imperialismo y de asimilación de los ex Estados obreros. Consideramos importante hacer esta precisión en el análisis, porque nos permite entender mejor el fenómeno, en el cual el imperialismo norteamericano en su decadencia pretende recuperar la hegemonía mundial e intenta asimilar a Rusia al sistema capitalista mientras la protoburguesia rusa negocia la condición de su transición al capitalismo.
Los marxistas sostenemos que la asimilación de los ex Estados obreros se desarrollará en la arena mundial, donde se definirá si su transición es a Estados o semi Estados semi coloniales, o si en el desarrollo de la restauración capitalista se dan procesos revolucionarios, con revoluciones complementarias -como denominaba Trotsky a las revoluciones internas que corregían el rumbo de las transiciones en la dinámica de revolución permanente-, donde derrotemos la transición capitalista y formemos un nuevo Estado obrero. La burocracia rusa que sobrevivió del estallido de la URSS, pero que no pudo convertirse en clase burguesa por su relación con los medios de producción aun estatales en su mayoría, no puede conformarse como clase y por lo tanto dificulta la formación de un Estado burgués y esa contradicción llevado al plano internacional obliga a esa protoburguesía en formación a la autoadaptación al proceso de restauración capitalista conquistado parcialmente, defendiéndolo y buscando áreas de influencia mediante mecanismo económicos o militares como fue la anexión de Crimea en 2014.
En la transición del capitalismo al socialismo, allá por 1917, Trotsky se preguntaba si la burocracia soviética iba a ser asimilada en el proceso de transición, situación que no se dio y fue esa burocracia la que truncó la extinción del Estado y se conformó en un bonapartismo que preparó las condiciones para la restauración capitalista. Lo que no pudo prever esa burocracia fue que su asimilación al sistema capitalista se produciría en momentos de una decadencia histórica y sin garantías de supervivencia.
Mientras tanto el imperialismo norteamericano intenta, en medio de una crisis mundial que la pandemia vino a acelerar, recuperar terreno perdido en la arena mundial, utilizando su poderío militar para disciplinar a sus aliados como la UE, que está en crisis total, y mostrar su dirección ante su enemigo número uno, que es China. La debilidad de EEUU para imponer su poderío es su situación interna, ya que no puede recrear una base social que apoye una eventual guerra.
Asistimos a una situación mundial convulsiva donde hemos presenciado procesos de masas en distintos puntos del mundo enfrentando la política imperialista ante la pandemia y los ataques a las condiciones de vida de la población.
El conflicto abierto entre Rusia y la OTAN obliga a los revolucionarios a una gran campaña internacional para que los trabajadores intervengan en contra de la OTAN y sus países miembros e impulsen la solidaridad entre el proletariado ucraniano y ruso para enfrentar la restauración capitalista con métodos revolucionarios. Es necesario que el proletariado de esta región recupere lo más avanzado de las lecciones del proceso revolucionario, como la conformación de federaciones como forma estatal de la dictadura del proletariado.
La crisis mundial y la pandemia aceleraron las definiciones históricas en la situación internacional para la supervivencia del imperialismo norteamericano y para clausurar el periodo de los Estados obreros. En esta situación los marxistas tenemos grandes desafíos y responsabilidades.
Con profundo pesar recibimos la noticia del fallecimiento del compañero Nelson Cáceres, fundador y constructor histórico del trotskismo en Mendoza.
Nelson inició su militancia en el P.O.R. (Partido Obrero Revolucionario), grupo trotskista dirigido por Guillermo Lora. Luego de años de lucha política, realizó su ingreso en la corriente Política Obrera que, con el retorno a la democracia adoptó el nombre de Partido Obrero. Es conocido por toda la militancia de izquierda que Nelson fue fundador de la Regional Mendoza del PO en plena Dictadura Militar.
Y también es conocida su vasta trayectoria como constructor partidario, como divulgador de las ideas de Marx, Lenin, Trotsky y la Cuarta Internacional. Redactó decenas de escritos para impulsar el conocimiento de las ideas revolucionarias, y la historia de la corriente trotskista en su conjunto.
Sin dudas, su partida es una gran pérdida para toda la izquierda trotskista. Desde la COR saludamos su memoria, y levantamos las banderas de la Cuarta Internacional que durante tanto tiempo llevó en alto.
Compañero Nelson Cáceres ¡¡¡hasta el socialismo siempre!!!
El gobierno de Schiaretti picó en punta en la "nueva normalidad" al anunciar que a partir del lunes 17 de enero dejará de correr el aislamiento por contacto estrecho en toda industria, comercio y oficina de la provincia de Córdoba, medida reclamada por la Unión Industrial local. Pone fin de esta manera al protocolo que se implementó el 28 de diciembre pasado, llamado "Medidas excepcionales para la salud pública", que dejaba sin efecto el aislamiento por contacto estrecho solo para los trabajadores de salud. Ahora esto se generalizará para todos los trabajadores sin distinción. Incluso muchas patronales ya se han adelantado al propio decreto y obligan a sus empleados a cumplir tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho. Queda más que evidente el interés del Estado en sostener las ganancias empresariales por sobre la salud y las condiciones laborales de la clase obrera. Desde la aparición de los primeros brotes de la variante ómicron, los contagios no han hecho más que aumentar, saturando los centros de testeo y las guardias en todos los hospitales públicos y privados.
Los trabajadores vienen denunciando el carácter anti obrero de este nuevo protocolo, ya que reduce la cantidad de días de aislamiento para quienes son positivos de covid y, para el caso de trabajadores que tuvieran contacto estrecho, el aislamiento directamente desaparece, debiendo presentarse a trabajar aún a riesgo de contagiar a los demás compañeros.
En el Hospital de Niños, las camas de internación ya están ocupadas al 100%. Y varios trabajadores están cumpliendo tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho, entre ellos varias mujeres embarazadas. En el Neuropsiquiátrico Provincial, debido al ausentismo producido por el brote surgido a finales de diciembre, un profesional de guardia tuvo que presentarse a trabajar aún siendo positivo y no haber completado los días correspondientes de aislamiento. En la Manzana de salud mental, las autoridades pretenden unificar una sola guardia para las 4 instituciones. En el Hospital Vicente Agüero de la localidad de Jesús María se tomó la determinación de atender solo urgencias por guardia, a causa de la gran cantidad de contagios entre el personal. En la Clinica Reina Fabiola debieron trasladar a varios profesionales que trabajan en el centro periférico de Barrio Jardín a la clínica de Barrio General Paz, ya que el ausentismo por covid ponía en riesgo la normal atención de pacientes. En el Hospital Italiano llegó a saturarse la guardia de emergencias, y en el área de internación hubo momentos donde solo 3 enfermeros debian atender a alrededor de 25 pacientes positivos. Este tipo de situaciones se repite a lo largo y ancho de todo el sistema de salud. El total de camas ocupadas en la provincia ya alcanzó el 27% al día jueves 13/1 y va en franco ascenso. El ministro de salud Cardozo ya anunció que se impondrán restricciones si esta llega al 65%. Todo este cuadro se desarrolla en medio de la permanente falta de personal, agravando aún más la situación, sobreexigiendo en largas jornadas extenuantes a los trabajadores. Este es el objetivo del "nuevo protocolo" de Schiaretti: evitar detener la producción y la generación de plusvalía a como de lugar, sin importar la salud de los trabajadores. Los argumentos que esgrimen para sostener semejante ataque al conjunto de la clase obrera es que la variante ómicron, a pesar de ser más contagiosa, sería menos letal por efecto de la vacunación, cuando solamente el 18% de la población nacional recibió la 3ra dosis. Argumento que es fácilmente refutable, ya que la ocupación de camas aumenta de forma galopante y el día miércoles 12/1 se registró el mayor número de muertes desde el pasado mes de septiembre, con 139 fallecidos por coronavirus en el país, número que promete ir en aumento.
Ante está nueva ofensiva estatal-patronal los distintos sindicatos han salido a pronunciarse. ATE emitió un comunicado denunciando la saturación del sistema, pero no ha organizado a los trabajadores en asambleas para discutir cómo enfrentar los planes del gobierno. ATSA también se limitó solamente a publicar un tenue comunicado, "preocupado" por el alza de los contagios y la reducción del aislamiento. UTS llamó a asamblea y acordaron un paro en el neuropsiquiátrico para el martes 4/1. La medida se vio limitada por aprietes del ministerio de salud, quienes amenazaron con recoger los nombres de los trabajadores que se adhirieran al paro. También se vio limitada por el gran porcentaje de compañeros aislados por covid, lo que dificultó garantizar la medida. Además se realizaron asambleas en el Hospital Misericordia dónde se mocionó el paro de actividades.
La dificultad de garantizar una medida contundente se explica, en parte, por la falta de asambleas conjuntas entre los distintos sindicatos que intervienen en el sistema de salud público y privado. Se hace necesario impulsar un gran plenario interhospitalario, sin distinción de sindicatos, que discuta un plan de lucha para rechazar de plano el nuevo protocolo que Schiaretti y Cardozo quieren imponer. Un plenario interhospitalario de base podría ser una instancia que supere a la ya desdibujada Multisectorial de Salud, que con sus acuerdos por arriba entre las burocracias de los distintos sindicatos y agrupaciones médicas demostró ser más un escollo que una salida para la organización de los trabajadores. Contra la fragmentación organizativa que nos imponen las diferentes burocracias, debemos pelear por un sindicato único de la rama salud. Y avanzar en la unidad con el conjunto de nuestra clase con el objetivo de preparar e imponer a las centrales sindicales un paro provincial de la industria, los servicios y estatales, para torcer el brazo al gobierno y las patronales, para impedir el deterioro de nuestras condiciones de trabajo, por el pase a planta y el aumento del personal, por un salario igual a la canasta familiar, por la creación de comités independientes de higiene y seguridad que garanticen el cuidado de nuestra salud, por la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia traidora. Solo confiando en los métodos históricos de la clase obrera podremos evitar ser nosotros los trabajadores quienes paguemos la crisis que el Estado y la burguesía han generado.
A medida que los recursos de petróleo y gas de fácil acceso se agotaron, la industria del petróleo y el gas se expandió hacia las aguas profundas (> 200 m) en las últimas décadas.
La exploración generalmente comienza con la teledetección acústica (estudios sísmicos) para comprender la geología del subsuelo y la arquitectura potencial del yacimiento de hidrocarburos.
El niño estrella en Sudamérica es Brasil, cuando en 2010 anunció que tenía enormes yacimientos de petróleo debajo de una gruesa capa de corteza de sal enterrada en el fondo del océano. Para 2015, la explotación estaba en manos de Shell, Chevron y Petrochina La resultante ha sido un endeudamiento cada vez mayor, ya que Bolsonaro adquirió un número enorme de contratos de préstamo a cambio de petróleo. Para poder cumplir con los compromisos, se ha visto obligado a poner en funcionamiento cada vez más bloques y extender las zonas de explotación, ocupando áreas protegidas. La actividad depredadora ha llegado hasta el parque nacional de Abrolhos, la zona más rica de biodiversidad marina en el Océano Atlántico Sur.
Macri, para no quedarse atrás, y tratando de ponerse en consonancia con el plan agresivo de Trump a 5 años en 2018 para competir con China (que incluía explotaciones offshore en alta mar en el Atlántico, Pacífico y Ártico en forma directa y en el área sudamericana a través de sus socios tercermundistas) en 2019, ofreció en la licitación para exploración offshore de petróleo y gas más grande de los últimos 30 años: 38 bloques en total. Esto fue recibido con horror por parte del kirchnerismo, por aquel entonces opositor, quienes blandieron el estudio de UNICEN publicado por el Proyecto Pampa Azul, que planteaba que, con esas estimaciones de producción en la plataforma argentina, la probabilidad de que ocurrieran derrames era del 100% (1)
Todo ello ha quedado en el olvido. Mientras se incendiaban vastas áreas del país en manos de los sojeros, Cabandié firmaba, el 30 de diciembre, la autorización para que Equinor (en sociedad con Shell e YPF) comience la exploración de 3 de los bloques.
En junio se había realizado la audiencia pública en la cual todo el mundo estaba en contra –salvo por supuesto, las petroleras, el instituto del petróleo y los científicos a sueldo del poder como Ignacio Sabbatella- pero de todas maneras no importó porque, de todas formas, las audiencias púbicas no son sino un ornamento destinado a la nada.
Lo más irrisorio del caso, es que el control y la fiscalización del cumplimiento del Plan de Gestión Ambiental que se le exigiría a Equinor queda en manos de la secretaría de Energía, vocera directa de los intereses de las petroleras.
“No dejes que te asusten”
El Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), con un ímpetu que hace acordar a los agrónomos de los 90s, que llamaban a untarse del inocuo glifosato “porque no pasaba nada”, hoy ha salido a decir que la opinión pública no debe dejarse asustar por “imágenes tremendistas y consignas chatarra”. Y exponen, como fórmulas salvadoras, los viejos argumentos: que en Noruega no hay problemas, que nos va a sacar de la pobreza, que no es sólo capital extranjero, que está el Estado que va a controlar y que no hay otra opción más que el valioso oro negro, ya que la matriz energética no se puede cambiar y listo.
A la basura los miles de estudios – tan útiles contra el plan de Macri y tan “tremendistas” hoy - que demuestran el desastre ecológico que implica la explotación petrolera marítima.
Se sabe que en la mayoría de los ecosistemas de aguas profundas, la recuperación frente al estrés de origen antropogénico puede ser muy lenta y poseen baja resiliencia a las perturbaciones de las actividades humanas (2) Durante la exploración sísmica, los animales experimentan diferentes regímenes de ruido (3) demostrándose que las explosiones de estudios sísmicos podrían atravesar el agua y matar el zooplancton a más de un kilómetro de distancia (4) Si se estableciera que es viable la extracción de petróleo, la instalación de la infraestructura implica un salto en los impactos directos sobre los hábitats y la fauna. En la etapa operativa la corrosión y las fugas de las tuberías implica la exposición de la fauna a una contaminación potencialmente dañina (5) y en la etapa de cierra y desarme los daños también pueden ser graves. También se ha estudiado las terribles condiciones laborales a las que son sometidos los trabajadores de las plataformas, con importantes daños a la salud (6)
La gran mentira
Uno de los “argumentos fuertes” del señor Cabandié es que sería “la primera vez que el Ministerio de Ambiente participa del estudio de impacto ambiental”. Según la legislación vigente, los estudios de impacto ambiental (EsIA) son responsabilidad del proponente del proyecto y deben ser evaluados por la autoridad ambiental o competente. En general, son “copy paste” de otros proyectos parecidos y lo hacen las consultoras contratadas por los empresarios a tal fin. Que el Ministerio “haya participado” en el EsIA lo ubica del lado del proponente, es decir, de la parte interesada en el proyecto, las empresas petroleras. Es decir, dictándoles la “letra chica” para que el mismo sea aprobado. Al participar el Estado en forma mixta, la ley fija que debiera articularse con una Evaluación del Impacto Ambiental y un Plan de gestión Ambiental. En la práctica, nada de esto funciona porque, al fin de cuentas, el estado (capitalista) está unido por su naturaleza e intereses con los proponentes de los proyectos (capitalistas) Como demostraron los “accidentes” de la Barrick gold, el aumento de la actividad sísmica por el fracking en Vaca muerta, las muertes por cáncer y malformaciones en los pueblos fumigados, etc. etc., los famosos “controles” no existen ni existirán porque la única ley, es la ley del valor.
En manos de la derecha: extractivismo, en manos de los nac and pop: una gesta nacional
Como muchas veces los gobiernos son víctimas de las pasiones que generan, un sector del kirchnerismo ha planteado su descontento con el acuerdo, especialmente aquellos sectores influenciados por el ambientalismo progresista del “Buen Vivir” desarrollado principalmente en Ecuador y Bolivia durante el ya olvidado “Socialismo del Siglo XXI”.
Estos sectores, proponen una organización social y estatal opuesta al “capitalismo extractivista” e inspirada en las experiencias de los pueblos originarios y ha encontrado en Argentina eco en los sectores favorables a la agroecología y a las energías renovables. Sin ánimo de analizar a fondo estas posturas, lo cual merecería una nota aparte, la versión vernácula más extendida postula la convivencia de dos sistemas productivos, el extractivista hegemónico y la economía popular, donde esta última iría ganado terreno mediante políticas de estado hasta lograr imponerse sobre la otra.
De esta manera, “se le perdona” el extractivismo a los gobiernos “progresistas” (por su debilidad) siempre y cuando se incentive la economía popular…y le pongan límites al capital extranjero.
Más allá de que hablar de un “capitalismo extractivista” es una fórmula muy conveniente para refritar las viejas consignas del capitalismo humanizado, el capitalismo en tanto formación social determinada por la apropiación privada de las fuerzas productivas de carácter social no es extractivista ni no-extractivista. En este plano, se confunde (adrede) las técnicas imperantes en ciertas ramas de la producción con la naturaleza misma de la producción capitalista. Tampoco se puede igualar el concepto de extractivismo con el “expoliación” por parte del imperialismo, ya que existen ramas que no se basan en el extractivismo y sin embargo son expoliadoras (por ejemplo, la industria farmacéutica hoy tan en boga con la pandemia) La expoliación imperialista es parte del monopolio y la división internacional del trabajo, y su principal vía de transmisión son los gobiernos “nacionales”
Las movilizaciones en Mendoza y Chubut hicieron retroceder a los gobiernos provinciales en sus intentos de entregar (aún más) los recursos naturales a la voracidad imperialista. Hoy, las voces oficiales del kirchnerismo han deslizado que, tras el “atlanticazo” se esconden fuerzas que “le hacen el juego a la derecha”, porque lo que importa es que el país necesita dólares para pagar la deuda odiosa de Macri y avanzar hacia el crecimiento. Los que se oponen a esta gesta patriótica son los que quieren poner palos en la rueda al desarrollo nacional.
Ya lo dijo Garcia Linera en el 2012 “Detrás del criticismo extractivista de reciente factura en contra de los gobiernos revolucionarios y progresistas, se halla pues la sombra de la restauración conservadora” (7)
Convertir la movilización en una gran lucha antiimperialista
Sea en manos de YPF o de las petroleras internacionales, la explotación petrolera en alta mar implica la exposición al desastre ambiental a nuestras costas y fauna marina. Como se ha visto en emprendimientos como Veladero, Vaca Muerta y tantos otros, las prácticas extractivistas no implican el crecimiento económico regional, ni una mejora en la calidad de vida de la población, ni un aumento importante en los puestos de trabajo. Lo que sí implican, en todos los casos, son graves problemas de salud en la población, en los trabajadores del sector y daños irrecuperables en los ecosistemas a causa de la contaminación de las aguas, aire y suelo. Así como en el campo la actividad sojera liquidó a los pequeños productores y empujó migraciones hacia las ciudades, la explotación minera marina crecerá en detrimento de la pesca.
Lo que el gobierno quiere presentar como “desarrollo” y “progreso” es la expoliación imperialista de nuestros recursos naturales, para satisfacer las demandas energéticas y los negocios de los grandes capitalistas. Los semi estados de los países oprimidos actúan de manera parasitaria sobre las empresas imperialistas de extracción para obtener dólares y prebendas, además de impuestos tipo retenciones. A cambio de ello, entregan la soberanía de los recursos.
Por eso esta lucha debe convertirse en una gran lucha antiimperialista, con paros, movilizaciones y bloqueos, hasta que el gobierno retroceda y se retiren las empresas petroleras de nuestros mares. Pero también es fundamental tomar bajo control obrero las grandes petroleras y empresas de energía para terminar con el caos capitalista e imponer los intereses de la clase obrera y las masas.
El comienzo del 2022 nos encuentra con la continuidad de la pandemia, en este caso con el desarrollo de la variante ómicron, y el surgimiento de nuevas variantes ante el desastroso manejo del covid 19 por parte de los gobiernos de turno de todo el planeta.
La continuidad de la pandemia y la inexistente “nueva normalidad” dificulta aun más los planes del imperialismo norteamericano en su afán de recuperar la hegemonía mundial. EEUU continúa con su política agresiva hacia China, en el terreno económico y de influencia, como lo muestra la disputa por Taiwán y la política de recuperar el patio trasero latinoamericano de la injerencia de China. Además del conflicto abierto con Rusia por Ucrania, en una región que sigue convulsionada, como demuestran los recientes procesos agudos de lucha de clase en Kazajistán.
Seguimos asistiendo a un intenso ataque por parte de la burguesía a nuestras condiciones de vida, generando una mayor pauperización de nuestros salarios para garantizar la subsistencia del sistema capitalista. La pelea por las vacunas ha mostrado de manera descarnada su inexorable descomposición. Nos habían dicho que estábamos transitando la post pandemia y no sólo no pasa eso, sino que seguimos con altos niveles de contagiados, muertes y un caos generalizado de los sistemas de salud y acentuándose aún más la crisis económica mundial ante el parate de ramas de la economía por el nivel de contagios. Nos habían prometido que con las vacunas se resolvía todo, pero seguimos en estado de emergencia. Debemos exigir test de anticuerpos para saber la verdadera efectividad de las vacunas. El control por parte del Estado de cada vez más aspectos de la vida, como se expresa en la política de los pases sanitarios, no sólo para eventos, sino en los lugares de trabajo es totalmente reaccionario, al estar al servicio del interés capitalista. Otro claro ejemplo es la modificación de los protocolos de aislamiento, disminuyéndolos para acortar los tiempos muertos de la mercancía “fuerza de trabajo”, la única garante de plusvalor que se apropia la burguesía. A este método, que no es otra cosa que la centralización reaccionaria del Estado burgués de la dirección de la pandemia, debemos enfrentarlo con los métodos obreros para quitarles la dirección. Lo que está en juego no es sólo nuestra salud, sino la relación de fuerza con nuestra clase antagónica, ya que si sigue avanzando en esto que nosotros denominamos un “ensayo general reaccionario” llevará a una mayor descomposición de nuestras filas.
Enfrentarlo con nuestros métodos significa que nos organicemos y luchemos para imponer nuestras demandas desde las fábricas y cada lugar de trabajo, donde abramos un debate al interior de nuestra clase sobre la necesidad de imponer el control obrero de la producción, ante la desorganización de la economía capitalista. Significa mostrar el poder obrero como elemento de transición en la sociedad capitalista. Es derrotar la política estatal con un programa transicional. Hay que implementar la escala móvil de horas de trabajo y de salario, el control obrero de los laboratorios para la distribución de las vacunas, el control obrero de las ramas de producción para garantizar el abastecimiento a la población sin que nos separen, como hicieron al comienzo de la pandemia, entre esenciales y no esenciales. Estos son elementos programáticos que debemos debatir y explicar. Esto impone la tarea de recuperar los sindicatos para que amplíen sus funciones en la administración de las cosas, buscando la unidad de las filas obreras, entre ocupados y desocupados. Es imperioso recuperar nuestras organizaciones para preparar las condiciones para la lucha por el poder y enfrentar a la burguesía y sus Estados.
Debemos imponer nuestras demandas con ocupaciones de fábricas, de edificios, piquetes de autodefensa y todas las medidas que vayan en el sentido de la preparación de paros generales para recuperar todo lo perdido en la pandemia y que abran el camino a la huelga general.
Estos años de pandemia han mostrado que los trabajadores y el pueblo pobre de todo el mundo salieron a pelear en contra de las políticas de cada gobierno que intentó atacar, vía reformas, nuestras condiciones de vida. Hay miles de ejemplos de la combatividad de nuestra clase en estos 2 años de pandemia de covid 19, es tarea de los revolucionarios hacer conscientes esos procesos inconscientes, para que puedan llegar a la conclusión de que es necesaria la construcción de partidos revolucionarios que unan las lecciones de su época con la tarea histórica de nuestra clase.
Entramos a escenarios más convulsivos desde el punto de vista de la lucha de clases, ya que el sistema capitalista no ha logrado salir de su crisis económica, que se agudiza con la pandemia e incorpora nuevos elementos, como un proceso inflacionario mundial y crisis de deuda ante los gastos de la pandemia.
No seremos nosotros los que vamos a pagar la crisis.