A casi 60 años del aniversario de la revolución cubana, la burocracia castrista ha diseñado una reforma constitucional abriendo un periodo de “consulta” que culminará en un referéndum hacia fines de año con el supuesto objetivo de lograr una “actualización del modelo político y social”.
El principal cambio a la constitución incluye la incorporación de la “propiedad privada” como una “nueva” forma de propiedad (actualmente rige la cooperativa mixta, la estatal y el cuentapropismo). Adicionalmente se elimina la aspiración al “comunismo” y se lo reemplaza con una definición de “Estado socialista de derecho”. También se realizarán algunos retoques al sistema político creando la figura de Presidente y Primer Ministro (limitando a 2 periodos de 5 años el mandato y a un máximo de 60 años al candidato de primera instancia), además de eliminar las “asambleas provinciales de poder popular” creando a cambio un gobierno provincial con un consejo anexo.
Mientras discurre esta propuesta también han realizado una serie de cambios administrativos para agilizar la inversión extranjera en lo concerniente a la provisión de trabajadores intentando dinamizar proyectos actualmente estancados como el del puerto de Mariel que pretendía ser un puntal de la apertura económica.
El gobierno de Miguel Díaz Canel y Raúl Castro pretende profundizar la orientación reformista iniciada en el 2014 en la época de Obama a partir de la política de “descongelamiento” de las relaciones con el imperialismo norteamericano. Esta política de apertura controlada, acelerada a partir de las crisis de las fracciones burguesas latinoamericanas (como la venezolana o la brasileña) que asistían política y económicamente a la isla, ha visto un nuevo congelamiento con el gobierno de Trump. En su ofensiva hacia su patio trasero, el gobierno norteamericano, revirtió esas políticas con medidas tales como el retiro de diplomáticos motivado por un supuesto ataque acústico o la prohibición a los turistas a que visiten la isla en hoteles “controlados” por las fuerzas armadas cubanas, etc.
En su intento de imponer un nuevo orden mundial, la política del amo del norte, pretende que se agudice la crisis de la endeble economía de la isla alimentando la vieja y sostenida línea de provocar mediante el bloqueo económico y la presión imperialista un cambio de régimen que de inicio a una proceso de asimilación de Cuba al imperialismo mundial, nuevamente como una colonia norteamericana. Este tipo de política implicaría una destrucción de la casta burocrática gobernante o una desintegración del aparato burocrático-militar regido por el PC-Cubano y la Fuerzas Armadas ligadas al mismo.
La política de apertura controlada de la burocracia, buscando en parte su propia supervivencia, persigue conservar el control del aparato estatal y desarrollar un sector burgués que pueda ser el beneficiario de la misma. Con políticas como la aprobación de la propiedad privada pretenden llevar adelante, en este modelo de “Estado socialista de derecho”, una transición como la China donde se convirtió un importante sector de la burocracia estatal en una proto-burguesía cuyo rol social aún se encuentra indefinido dentro del sistema capitalista, ya que choca en su proceso de asimilación con la misma descomposición y decadencia del capitalismo mundial.
La crisis corroe la isla
Actualmente la economía cubana no pasa de ser una economía de subsistencia. La debilidad del apoyo de socios internacionales, junto con la profundidad de la crisis de toda la región centroamericana, hacen que las políticas de “planificación” del Estado vayan orientadas casi exclusivamente a solucionar los problemas de la carestía de la vida tales como servicios básicos, de alimentación, transporte o apalear los efectos de los desastres naturales como el huracán “Irma” o la tormenta subtropical “Alberto” de graves consecuencias para la población.
La presión inflacionaria en un país con dualidad monetaria y cambiaria, aumentan la presión al incremento del gasto estatal, con el fin de mantener servicios básicos de salud, educación o la cada vez más magra “libreta de abastecimiento”.
Parte de esta política ha sido la de impulsar el trabajo por cuenta propia, que agrupa a actividades diversas de servicios, tales como de servicios de alimentación, transporte, arrendamiento de habitaciones, etc, es decir se ha desarrollado una mínima estratificación social que agrupa a más de medio millón de trabajadores en esta actividad, donde un sector no llega a convertirse en una pequeñoburguesía consolidada por la misma crisis y por el control que ejerce la propia burocracia estatal, que impide que se desarrolle un sector que socave las bases de su dominio, al menos momentáneamente.
La perspectiva comunista
La eliminación de la palabra “comunismo” de la constitución como fin último que persigue el Estado cubano, no implica mayores cambios en la orientación de la propia burocracia castrista. Es la reafirmación de que buscará una transición ordenada mediante las reformas y con la ayuda del mercado capitalista (la atracción de capitales y desarrollos regionales o “municipales”) dirigirán un proceso de apertura para aggiornar a Cuba al sistema imperialista. Sin embargo, la profundidad de la crisis del capitalismo imperialista, la crisis social que se agudiza en toda la región caribeña hacen muy improbable ningún avance significativo de esta política de asimilación al imperialismo, sin contar la política del gobierno de Trump que se encamina en otro sentido.
Desde el mismo nacimiento de la revolución cubana la perspectiva de avanzar, no digamos hacia el comunismo, sino hacia el socialismo como estadio inferior de aquel, quedó trunco. La perspectiva nacional de la dirección pequeñaburguesa de aquel proceso llevó a la conformación de un Estado obrero como símbolo de que en la época imperialista ya no hay lugar para nuevas revoluciones de tipo nacional-democrático, ni para nuevas formaciones estatales burguesas. El ala izquierda de esa dirección (representada por el Che) impulsó un internacionalismo de tipo tercermundista que impulsó los procesos de liberación nacional alejándolos al mismo tiempo del desarrollo de la propia lucha de clases y con ello del rol central que debe ejercer el proletariado en los procesos revolucionarios. La misma contradictoria, aunque abnegada, impotencia del método guevarista llevó a la vanguardia del continente a diversos experimentos foquistas alejándose de la experiencia y desarrollo de la clase obrera. Así Cuba a su modo copió la estructura de los aparatos estatales de la URRS y los países del Este, y su dirección , apoyándose en las conquistas de la revolución, fortaleció dicho aparato y vivió en el aislamiento acicateado por la presión imperialista constante y los vaivenes del mercado internacional; una perspectiva contraria al desarrollo de las tendencias socialistas que deben desplegarse en la revolución internacional, como contratendencias a las leyes capitalistas, al tiempo que debilitar y extinguir todo aparato de Estado.
Hoy la crisis por la que atraviesa Cuba, debe contar con la formación de un fuerte núcleo revolucionario al interior de Cuba que luche por desarrollar un proceso de revolución política de la mano de la lucha del proletariado internacional, en particular el norteamericano y pelear por una Federación de Estados Socialistas de América. Para hacer resurgir las conquistas de la revolución cubana, ésta debe desarrollarse en el plano internacional y de la mano del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional reconstruida, que como dirección consciente enarbole las banderas de lucha por el socialismo mundial como fase inferior de la sociedad comunista.
Este martes 7 de Agosto, la Justicia Federal dictó sentencia contra los dirigentes de ATE Mendoza, Raquel Blas y Roberto Macho. Se les aplicó una condena condicional de 3 meses, en una causa en la que se los acusaba de cortar una ruta y realizar una asamblea en el ingreso al Aeropuerto de Mendoza junto a los trabajadores del Iscamen, en 2014. Dicha medida judicial implica un gravísimo antecedente en la avanzada de hechos de persecución, represión y judicialización contra dirigentes sindicales, organizaciones gremiales, activistas y referentes políticos de izquierda, por parte de los poderes del Estado burgués.
A esta avanzada de criminalización de la protesta, se suman nuevos procesos judiciales que comenzarán en las próximas semanas, esta vez vía el Poder Judicial provincial, contra los mismos dirigentes de ATE, dirigentes de SITEA y referentes del FIT por diferentes cortes y marchas realizados en el marco de jornadas nacionales de protesta de ATE y en el paro general de 2017.
Complementan esta ofensiva, las decenas de multas económicas impuestas por la Municipalidad de Mendoza contra sindicatos, partidos y organizaciones de izquierda. Las mismas se aplicaron para penalizar movilizaciones y cortes de calles. A este escenario crecientemente represivo, se agrega el proyecto de reforma del Código de Faltas impulsado por Cornejo y que tratará próximamente la Legislatura. El mismo establece la creación de nuevas penalidades, y el endurecimiento de las condenas. A nivel nacional, las multas millonarias impuestas por el Ministerio de Trabajo contra Camioneros y SUTEBA por desafiar las conciliaciones obligatorias, sumado a las intervenciones dispuestas contra diferentes sindicatos, en el caso de Mendoza, contra el SUTE por la seccional Guaymallén, interpelan a los sectores antiburocráticos a asumir la tarea de enfrentar el conjunto de leyes que estatizan los sindicatos.
La exigencia de absolución a Raquel Blas y Roberto Macho debe ser asumida por todas las organizaciones sindicales y políticas que asumen los intereses de la clase trabajadora. Se impone dar una respuesta centralizada desde las organizaciones de la clase obrera. Los sectores de la izquierda, combativos y antiburocráticos, debemos impulsar la realización de Congresos de Delegados de Base mandatados, superando la fragmentación de sindicatos y centrales. Donde se discuta la puesta en pie de un Plan de Lucha unificado para enfrentar el ajuste, y para terminar con la injerencia del Estado en las organizaciones obreras. Y que, para luchar contra la judicialización de la protesta, incluya la reivindicación de la absolución de todos los dirigentes, delegados y activistas condenados, y el desprocesamiento de todos los luchadores con causas judiciales abiertas. Sólo una respuesta organizada y centralizada desde las organizaciones de la clase trabajadora, podrá poner freno a la avanzada represiva del Estado burgués, de sus diferentes poderes, y del Gobierno de Macri y de los gobiernos provinciales.
Con las elecciones del 08 de agosto la CTA legalizará una nueva ruptura. A las elecciones de Michelli, que pasaron sin pena ni gloria, el Cachorro Godoy le antepondrá su propio evento electoral, haciendo eje en la supuesta legitimación que le da el hecho de tener la conducción de ATE.
El gobierno dio un masazo a los trabajadores estatales, con miles de despidos, con un aumento ridículo del 15% en cuotas pactado con UPCN, sumado a la “Modernización” del Estado, el “ingreso 0” y el aumento de la precarización laboral. Mientras todo eso ocurre, Yasky, Michelli y Godoy disputando la caja, inmersos en su realidad paralela de burócratas dejaron pasar todos los ataques sin siquiera poner las manos.
Ahora están preocupados por hacer sus negocios de cara al 2019, bajo el lema “votar mejor”. Michelli quiere irse con Yasky y Moyano para bancar al kirchnerismo o a alguna variante pejotista, y el Cachorro dimensionando la posibilidad de embarcarse en algún proyecto centroizquierdista del tipo “En Marcha”.
En medio de todo esto la izquierda definió poner un huevo en cada canasta y se presentó a ambas elecciones.
En esta, la Lista Multicolor, luego de fracasar su propuesta de posponer la elección para que no se superpusiera con el tratamiento en Senadores de la Ley de Aborto, este miércoles se lanzará a los votos. Bajo la consigna “Por una nueva dirección de la CTA” el PO armó una lista con el MST y Rompiendo Cadenas. Es decir, el PO quiere una nueva dirección con aquellos que comparten puestos con la burocracia en todos lados, o que incluso son parte ya de la “vieja dirección” como el MST.
De esta manera, el PO no se cree ni su propio slogan.
Desde la COR venimos insistiendo hace tiempo en reunir a toda la oposición para discutir un programa y acciones para enfrentar a las cúpulas divisionistas de la CTA y ATE y recuperar estas organizaciones para enfrentar los despidos y el ataque. Pero la forma de hacerlo es mediante un plenario con mandato de los lugares de trabajo, no en una lista armada a último momento sólo debatiendo los cargos entre gallos y medianoche con dos corrientes que se han cansado de sostener a los burócratas. Una lista para la CTA pudo haber sido fruto de un proceso de debate y deliberación para aglutinar y organizar a todos los estatales que quieren luchar, nucleando a sectores antiburocráticos como la Junta Interna del Garrahan. Pero no, tenían que dilapidar las posiciones ganadas en acuerdos oportunistas que todos sabemos que fracasan y no conducen a nada.
Aunque tenemos diferencias en la política y la estrategia del Partido Obrero, una lista que hubiera priorizado la independencia de clase para combatir los proyectos patronales de la burocracia, hubiera tenido nuestro apoyo. Pero un acuerdo con el MST, conocido por sus posiciones pro patronales, o rompiendo cadenas, que tiene relaciones carnales con la burocracia, le quita todo contenido de clase. Por eso llamamos a votar en blanco y seguimos insistiendo en un plenario de la oposición para debatir programa. Para nosotros la CTA debe tener una dirección revolucionaria, que la convierta en un instrumento de emancipación de la clase obrera.
El gobierno de Mauricio Macri se comprometió con el FMI y el imperialismo a hacer los deberes y llevar adelante el ajuste a como dé lugar. Por supuesto, la variable de ajuste son los trabajadores. En particular los estatales vienen sufriendo el embate de las medidas del gobierno de manera feroz: despidos masivos; mediciones de “productividad” y “presentismo” para disciplinar; techo salarial de 15%, para un 2018 con una proyección de 30% de inflación y sobre la base de salarios de hambre; lugares de trabajo paupérrimos que no dan abasto para contener la creciente emergencia social de amplios sectores populares que acuden a las escuelas y hospitales públicos.
Hay que profundizar el plan de lucha, no sólo para exigir la reapertura inmediata de la paritaria, sino también para imponer nuestras reivindicaciones y preparar el enfrentamiento al ajuste y dar una salida obrera.
Justicia por Sandra y Rubén
Esta política se torna criminal cuando, por una pérdida de gas, estalla la Escuela Primaria n°49 de Moreno, provincia de Buenos Aires, donde se venían haciendo reclamos constantes por problemas de pérdidas. Murieron Sandra Calamano y Rubén Rodríguez. Esto es consecuencia del estado calamitoso en el que se mantienen las escuelas, es un asesinato laboral. Nos solidarizamos con los familiares, compañeros y amigos de las víctimas. Exigimos el esclarecimiento y las medidas necesarias para que esto no vuelva a suceder. Es urgente que, además de la respuesta en provincia de Buenos Aires (al que se han sumado los sindicatos de Capital) de CTERA y ATE-auxiliares de educación, se convoque a paro nacional ante este hecho, para impulsar la votación de delegados de seguridad e higiene en las escuelas e imponer al gobierno nacional las inversiones necesarias que esto no se repita.
Fuera el Estado de nuestras organizaciones
La burocracia sindical ha sido un partícipe necesario en la implementación del ajuste, negociando a la baja; dividiendo las fuerzas en numerosos sindicatos, para responder a intereses parciales y ajenos a los de la clase; actuando como mediación entre la bronca de la base y el Estado/patronal. Los sindicalistas K, con Baradel y López en provincia y ciudad, fueron cómplices de la política de destrucción de la educación pública del anterior gobierno y ahora, de opositores, nos vienen a decir que hay que votar bien en 2019. No es con los métodos de la democracia burguesa y sus instituciones la forma de enfrentar el actual ataque. Ahora, que Macri arremete con multas a SUTEBA y Camioneros por no acatar la conciliación debemos ser categóricos. Peleamos por la independencia de los sindicatos del Estado. No hay que dejarse atrapar en el andamiaje de conciliación de clase bajo la tutela del Estado. SUTEBA debe rechazar la conciliación obligatoria.
Tenemos que recuperar los sindicatos y combatir la ideología conciliadora, desnudando el carácter de clase del Estado y sus leyes, peleando contra su intervención y por la independencia de los sindicatos de éste.
Las agrupaciones y corrientes antiburocráticas debemos levantar esta perspectiva. Es necesario forjar una Oposición Sindical Revolucionaria que discuta un programa obrero de salida a la crisis. Hay que preparar una vanguardia obrera que lleva este programa adelante.
Semana del 6 de agosto
Esta semana sigue la lucha. En Ademys paramos 8 y 9 de agosto. Por su parte, los docentes universitarios a nivel nacional ya han votado el no inicio del segundo cuatrimestre. Impulsemos asambleas en cada luchar de trabajo y estudio para imponer un plan de lucha nacional que derrote el ajuste, donde participen los afiliados de todos los gremios docentes, votando un mandato de base. Preparemos un paro general activo, con ocupaciones y piquetes apuntando a sembrar la desorganización del aparato estatal. Estas tareas no pueden ser delegadas a la burocracia. Somos los sectores antiburocráticos los que debemos llevar adelante estás tareas, las corrientes de izquierda dentro del frente Multicolor deben plantearlas en sus lugares de influencia. Organicemos un Congreso Nacional Educativo, de todos los niveles, para preparar un paro nacional educativo contra el ajuste.
-Impongamos a CTERA y a las federaciones de docentes universitarios un plan de lucha nacional unificado.
-No inicio de clases hasta que se resuelvan los reclamos edilicios. Por delegados de seguridad e higiene de cada escuela.
-Congreso Nacional Educativo de todos los niveles educativos, con delegados de base mandatados
-Abajo el ajuste y las reformas laboral, provisional y educativa
-Reapertura de la paritaria ya
-Paritaria estatal única
-Plan de lucha unificado
-No a la intervención del Estado en nuestros sindicatos
Por Regional Córdoba
El 1º de Agosto en Córdoba marchamos por el pedido de Verdad y Justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.
A un año de la represión desatada por la gendarmería nacional a la protesta Mapuche donde se encontraba Santiago y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel a manos de la prefectura, seguimos denunciando la responsabilidad de las fuerzas represivas del Estado. Hace ya un año que Macri y su ministra Bullrich vienen dando sobradas muestras de lo que están dispuestos a hacer en materia represiva, teniendo en cuenta la situación de crisis económica aguda, reflejo de la crisis internacional que se profundiza, y que deben descargarla sobre la clase obrera y la juventud trabajadora.
Hace escasos días se publicó en el boletín oficial el decreto del Ejecutivo que autoriza la intervención de las FFAA en asuntos internos, siendo parte del proyecto de fortalecimiento del Estado burgués para disciplinar y contener la respuesta de nuestra clase ante el plan de saqueo imperialista acordado con el FMI. Esta política viene dictada ni más ni menos desde EE.UU., que la impulsa para todos los países del continente como hemos visto en Brasil.
Ante este escenario, desde la COR consideramos que para enfrentar al Estado como aparato burocrático militar y derrotar el plan de ataque es importante ser claros con la vanguardia y la juventud trabajadora respecto a la independencia de clase respecto del peronismo, del kirchnerismo y todas las variantes burguesas, porque lo único que hace el peronismo es garantizar gobernabilidad a Macri, aplicar el ajuste en los distritos que gobierna y prometer un 2019.
La clásica salida que pueden ofrecer los partidos burgueses es, obviamente, en el marco de su Estado y sus instituciones. Lo mismo planeta la burocracia sindical de todos los pelajes. Por esto mismo, el contenido de la marcha de los organismos de DDHH afines al kirchnerismo y también al gobierno de la provincia de Córdoba como la Mesa de Trabajo no tuvo nada de progresivo, al reclamar el 26 de Julio pasado “nunca más fuerzas armadas represivas”, un contrasentido que pretenden ocultar el carácter de clase del Estado burgués. Será aceptable para estas corrientes conciliadoras que sea la Gendarmería y demás fuerzas federales las que repriman la protesta social, que despejen los cortes de rutas, que asesinen trabajadores si la crisis se profundiza, pero con el aval del parlamento burgués en un consenso generalizado que diga y autorice quienes deben meter plomo al pueblo trabajador. Una muestra del carácter reaccionario de quienes defienden la democracia burguesa y sus leyes.
Lo lamentable es que la izquierda centrista no planteó en los hechos nada muy diferente. Frente al decreto de Macri, Romina Del Pla del FIT presentó un proyecto de Ley para que el parlamento sea el que defina sobre la cuestión, lo mismo que el arco peronista. Oponiendo la ley del congreso al decreto presidencial, quedaron atrapados una vez más en las instituciones del régimen burgués, como les viene pasando al ver golpes de Estado en cualquier parte (Brasil) ante los reacomodamientos de estas instituciones. Con ello, sientan las bases para justificar los “frentes únicos” con los K y el resto del peronismo aduciendo que el enemigo en común es el macrismo. Una visión alejada del marxismo que termina debilitando a la vanguardia obrera al liquidar la independencia de clase y confiando en una salida dentro de los márgenes de la democracia burguesa.
Los revolucionarios insistimos en que la delimitación de los partidos burgueses es programática y nos prepara para enfrentar a esta ideología conciliadora y denunciar el carácter de clase del Estado. Para algunas corrientes de la izquierda eso es relativo, ya que ante la mencionada convocatoria que realizaba la Mesa de Trabajo el socio del FIT, Izquierda Socialista, y el Nuevo Mas argumentaron que debíamos marchar de la forma menos diferenciada posible de los peronistas ya que veían una oportunidad de “disputar militancia”.
El miércoles pasado sucedió algo similar en la marcha por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Algunos partidos de la izquierda y las organizaciones de la Coordinadora Santiago Maldonado Presente realizaron una gran convocatoria, a la que adherimos, con concentración en Colón y Gral Paz para marchar diferenciados de los organismos oficiales y la idea primera era finalizar la marcha en Gendarmería. Otras corrientes como IS, el MTS y el Nuevo MAS se opusieron en todo momento a una convocatoria diferenciada de la Mesa de Trabajo por los DDHH dirigida por los K.
La marcha fue multitudinaria, con un peso mayor de los sectores identificados con la izquierda. Sin embargo, esta vez el movimiento por el derecho al aborto, identificado con la consigna “que sea ley”, es decir, llevando todo al poroteo de votos en la altamente reaccionaria cámara de senadores del Congreso, fue la piedra de toque para diluir cualquier perspectiva de lucha independiente por justicia y verdad para Santiago y Rafael en un festival musical auspiciado incluso por las alas pro legalización del aborto de la UCR y el PRO, que hace años conviven alegremente junto a la burocracia sindical y las corrientes de la izquierda en la asamblea ni una menos. Debemos insistir en que la lucha de la mujer trabajadora nada tiene que ver con la conciliación pacífica con la burguesía y sus partidos, y mucho menos con sembrar ilusiones en que la barbarie social a que arroja el capitalismo a las masas trabajadores y a sus sectores más oprimidos como las mujeres y la juventud pueda ser si quiera paleada malamente por la intervención reaccionaria del Estado burgués.
Ante la imposibilidad de continuar marchando con la columna independiente hasta la sede de Gendarmería tal como se había acordado, los sectores que habían bregado por no confundir banderas con el kirchnerismo tampoco hicieron un acto u otra acción independiente, suponemos que por su clásica “adaptación al movimiento”. En ese sentido el balance de una gran jornada en las calles quedó trunco, ya que la voz de los trabajadores que no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos con nuestros enemigos de clase no logró hacerse oír con claridad.
A un año de la desaparición forzada y posterior asesinato de Santiago Maldonado y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel seguiremos gritando bien fuerte ¡Verdad y Justicia!
En septiembre, miles de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires protagonizaron, a través de sus centros de estudiantes, un mes de tomas de escuelas contra el plan de reforma educativa del gobierno de Larreta. La reforma, conocida como “secundaria del futuro”, busca eliminar el último año de cursada y sustituirlo con una combinación de un 50% de trabajo como mano de obra gratuita en las empresas (“pasantías”) y el otro 50% restante en el desarrollo del “emprendedorismo”. Esto último sería la preparación para que los jóvenes ingresen al mercado laboral bajo la forma de “emprendedores” o “autónomos”, es decir, en sintonía con el plan de liquidar los derechos laborales y los convenios colectivos de trabajo, aumentando la flexibilización laboral.
La lucha comenzó con algunos colegios tomados. La respuesta de la ministra Acuña (Educación de la Ciudad) fue instruir un protocolo anti toma con injerencia de la policía metropolitana. Pero la resistencia de los estudiantes se fortaleció y se extendieron las tomas hasta ser 30 las escuelas ocupadas. Se desarrollaron importantes movilizaciones, como la del aniversario de la noche de los lápices y la del 22/9 al Ministerio de Educación. Los docentes se sumaron en rechazo a la reforma. El 22/9 Ademys convocó a parar y rechazar la eliminación de puestos docentes por facilitadores y tutores. En cambio, UTE, el gremio mayoritario dirigido por el kirchnerismo, carnereó.
Soledad Acuña, al ver que las tomas no mermaban, tuvo que cambiar la línea y convocó a una reunión a los centros en lucha, para mostrarse dialoguista ante la opinión pública, pero sin dar marcha atrás con la Secundaria del Futuro. Luego de esta reunión y de la marcha del 22 las tomas se empezaron a levantar.
Si bien no se logró tirar abajo la reforma, que intentarán aplicar en forma piloto en 2018, para nada ha sido una derrota. La lucha ha dejado una experiencia, desarrollado una vanguardia, y plantea sacar lecciones hacia adelante en el movimiento secundario. Lo mismo hacia los sectores docentes y trabajadores de la educación, en medio de la profundización del ajuste. Aquí, plantearemos algunos elementos en este sentido.
Estos cambios que intenta imponer la Ciudad son el prototipo para avanzar en todo el país, lo cual ya viene intentando hacer el gobierno nacional vía plan Aprender y la implantación el Plan Maestro, para funcionalizar la educación aún más al servicio del capital. A su vez, esto se enmarca en la reforma laboral exigida por los capitalistas, que apunta a reducir costos laborales, aumentando la explotación y recortando conquistas. En este sentido, se apunta contra el trabajo docente: aumentar la productividad, con ítems como el presentismo; disminuir la planta fija achicando áreas pedagógicas y atacar las condiciones de trabajo con la excusa de “transformar la enseñanza” para adecuarla a los cambios tecnológicos, apuntando a eliminar el rol de los docenes frente a los estudiantes.
También se busca ligar cada vez más los contenidos al control de los empresarios y el capital privado, para explotar mejor el futuro de la juventud y preparar una mano obra dócil. Esteban Bullrich, ex ministro de educación, en un encuentro con industriales (UIA), lo dijo claramente: “yo no me paro como ministro de educación, me paro como gerente de recursos humanos, eso es lo que soy para ustedes” … “queremos ser el sistema educativo en el mudo que detecte talentos individuales y los desarrolle para que ustedes tengan a quienes elegir para sus empresas”. En este sentido, mediante una jerarquía y puntaje, seleccionar a los jóvenes que van a entrar al mercado laboral y a quienes le toca ser nuevos desocupados desde la misma escuela.
El macrismo no ha inventado nada nuevo con las pasantías. Está poniendo en práctica la ley 26.427 sancionada en 2008 por el kirchnerismo, cuyo autor es Daniel Filmus. Así como la Ley de Educación (2006). La comunión entre ambas fracciones patronales se dio también con la NES (Nueva Escuela Secundaria), aprobada en 2013, cuando el PRO en la ciudad, con el apoyo del ministerio de educación nacional K, eliminó decenas de orientaciones en las escuelas, lo que significó pérdida puestos de trabajo, tercerización de áreas y contratos precarios.
De los 30 centros de estudiantes, una mayoría están dirigidos por corrientes kirchneristas o ligadas de alguna forma a los K, que luego de la reunión con Acuña operaron para levantar las tomas. El kirchnerismo ha sido un freno para el desarrollo de la lucha. Intentó eliminar todo carácter combativo del movimiento, llevando la discusión a una cuestión democrática de “consulta” sobre las reformas e intentando ocultar su acuerdo de fondo con Cambiemos en cuanto al contenido de una educación al servicio del capital, esto en medio de la embestida del gobierno por la reforma laboral. Por eso intentaron en todo momento conducir los reclamos de esta vanguardia estudiantil a las instituciones, mostrándose defensores del orden.
En esta lucha es clave la posición de los gremios docentes. Por eso, la conducción K de UTE-Cetera se negó a convocar paro en el mes que duraron las tomas, a pesar de que un aspecto de la reforma ataca la estabilidad de los docentes. La burocracia celeste de este gremio forma parte de la tregua del conjunto de la burocracia sindical con el gobierno para dejar pasar el ajuste. El kirchnerismo buscó fortalecer a Filmus como interlocutor del gobierno de cara a las elecciones de octubre. Él mismo le pidió a Acuña en la mesa de Mirtha Legrand: “pongámonos de acuerdo, convoquen a una mesa de diálogo, hagamos un proyecto de ley en común para la reforma”, demostrando que no tienen ningún tipo de contradicción con los planes del macrismo.
Una de las lecciones de importancia de la lucha lo demostraron los centros de estudiantes como organizadores. Poner en pie centros donde no haya y recuperarlos para que sean verdaderas herramientas de lucha, independientes del as autoridades, del Estado y los partidos patronales (PRO, FPV, PJ), es una tarea de primer orden. Junto a los sindicatos docentes combativos y los sectores antiburocráticos a nivel nacional de los sindicatos estatales, de la ciencia y universitarios, es necesario convocar a un Congreso Nacional Educativo, con delegados mandatados, que prepare y resuelva un PARO EDUCATIVO NACIONAL (con toma de establecimientos) hasta derrotar la reformas del gobierno.
A diferencia de las corrientes que estuvieron en la dirección del conflicto, desde los kirchneristas hasta el FIT (PO y PTS), desde la COR no defendemos la “educación pública” tal cual es, ya que no puede haber educación verdaderamente pública bajo el capitalismo. El sistema educativo actual tiene carácter de clase, esta al servicio de los empresarios. La mitad de los jóvenes no termina o ni siquiera accede a la secundaria y la mayoría pasa a engrosar las filas de la clase obrera la clase obrera desocupada. Para dar a la juventud un futuro es necesario enfrentar al capitalismo. Una tarea que solo la clase obrera organizada puede realizar. La juventud en las escuelas necesita adoptar un programa en sus organizaciones que enfrente el carácter de clase de la educación y ligar esta lucha a la de la juventud obrera y de la clase trabajadora en su conjunto contra el sistema capitalista.
Al interior de las organizaciones estudiantiles debemos hacer una lucha política por desarrollar una juventud revolucionaria, en lucha política con las tendencias que llevan a los jóvenes a confiar en las instituciones burguesas y en el orden social existente. El capitalismo sólo ofrece a la juventud mayores padecimientos, superexplotación, desocupación, represión. El asesinato de Santiago Maldonado por la represión de Gendarmería muestra cómo piensan garantizar sus reformas, a la fuerza.
Las corrientes revolucionarias debemos desarrollar un programa en la juventud que tome en sus manos las banderas de la clase obrera, que plantee la lucha internacionalista contra el capitalismo. En ese sentido planteamos: Abajo la reforma educativa. Abran las escuelas y las universidades a los trabajadores y la juventud. Ingreso irrestricto, triple turno de cursado y becas para los hijos de los trabajadores. Aumento del presupuesto educativo en base al no pago a la deuda externa. Ningún al financiamiento a la escuela privada. Por el derecho al trabajo y el pan para los jóvenes. Abajo la reforma laboral del macrismo. Fuera la burocracia sindical, independencia de los sindicatos del estado. Salario igual la canasta familiar para todo joven que ingresa a trabajar. Escala móvil de horas y salarios. Becas de estudio para los jóvenes obreros (18 a 26 años) a cargo de la patronales y jornada reducida para para poder realizar estudios superiores.
Miles de jóvenes en las escuelas, en las universidades, en las fábricas y empresas se revelan cada día contra el capitalismo no solo en Argentina sino en todo el mundo. Hace falta una dirección consciente para llevar esas luchas en la única dirección progresiva para la humanidad, la revolución socialista. Organicemos a la juventud junto a la clase obrera para expropiar a la burguesía y sentar las bases de una sociedad sin explotadores ni explotados. La juventud organizada en un partido internacional por la revolución socialista.
Este 1ro de agosto nos movilizamos en todo el país, a un año de la represión de gendarmería a una protesta mapuche en Cushamen, que resultó en la muerte de Santiago Maldonado, desaparecido durante 78 días a partir de ese momento. Días después de la aparición del cuerpo de Santiago, la prefectura asesina al joven Rafael Nahuel, acribillado cobardemente por la espalda durante la represión a una protesta en Bariloche. El fenomenal despliegue de encubrimiento de los responsables y de justificación del accionar represivo del Estado no ha cesado. Al contrario, sólo se profundiza complementando la política de ajuste pactada por Macri y los gobernadores, bajo supervisión del FMI. A esto responden las últimas medidas de fortalecimiento del aparato burocrático-militar del Estado, disponiendo la mayor injerencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior. Cada gobierno desde 1983 accionó para recomponer y fortalecer el aparato burocrático militar intentando, con diferentes políticas, reconciliar a las fuerzas armadas con las masas y relegitimar el accionar de la justicia burguesa como “garante de derechos”. Parte de este accionar burgués, lo pagamos con Mariano Ferreyra, Jorge Julio López, Carlos Fuentealba, Luciano Arruga, y una larga lista de tantos compañeros asesinados, desaparecidos, reprimidos y perseguidos por luchar, a la que lamentablemente se agregaron Santiago y Rafael. Lograr verdad y justicia es una tarea que sólo puede resolverse desde la independencia de clase, con los métodos de la clase obrera. El ajuste en curso y el acuerdo con el FMI, anticipan un ataque mayor con la reforma laboral y nuevos avances sobre el sistema previsional. Requieren de gran centralidad del Estado para imponer a la clase obrera una nueva relación de fuerzas, como condición de posibilidad de un nuevo ciclo de crecimiento burgués. Derrotar este plan que apunta a descargar el peso de la crisis sobre la población trabajadora, nos exige prepararnos también para enfrentar al Estado como aparato burocrático-militar. Insistimos, no será con los métodos de la democracia burguesa y sus instituciones como prepararemos a la vanguardia obrera en su tarea de organizar una respuesta obrera a la altura del ataque. La burocracia sindical, otrora colaboradora de la eliminación física de la vanguardia obrera, confunde a los trabajadores al acusar de “dictadura” al gobierno por servirse del conjunto de leyes forjadas por el peronismo para encorsetar la lucha obrera en los marcos de la conciliación de clases tutelada por el Estado. Conciliación obligatoria, homologación del ministerio, etc, son todos mecanismos plasmados en la Ley de Asociaciones Sindicales y otras normativas que burocracias de todo color tienen como programa propio. Los revolucionarios tenemos la responsabilidad de combatir esta ideología conciliadora y desnudar el carácter de clase del Estado y sus leyes. Forjemos oposiciones sindicales revolucionarias por rama, disputando a la vanguardia con un programa obrero de salida a la crisis. Impulsemos asambleas en cada lugar de trabajo y estudio, para imponer desde las bases de los sindicatos y de las organizaciones estudiantiles un plan de lucha nacional que derrote el ajuste. Preparemos un paro general activo, con ocupaciones y piquetes apuntando a sembrar la desorganización en el aparato estatal. Así daremos pasos concretos en la tarea ineludible de los revolucionarios, que es forjar una vanguardia preparada para atacar en bloque ese aparato para destruirlo. VERDAD Y JUSTICIA PARA SANTIAGO MALDONADO Y RAFAEL NAHUEL
Desde la Corriente Obrera Revolucionaria, expresamos nuestra solidaridad con las organizaciones y compañeros que sufrieron el allanamiento de sus locales y domicilios este mediodía. Los pretextos utilizados por la justicia y las fuerzas de seguridad del estado burgués no pueden ocultar el objetivo de amedrentar a las organizaciones que venimos denunciando la podredumbre del aparato represivo, que ha quedado expuesta a partir de la desaparición forzada de Santiago Maldonado hace ya un mes.
La escalada represiva está destinada a hacer pasar un ataque frontal contra el movimiento obrero, como vimos en los desalojos de AGR-Clarín y Pepsico, y en Córdoba, con la militarización del servicio de transporte público para quebrar el paro de los trabajadores agrupados en la UTA, donde junto a la Fuerza Aérea y la Policía de Córdoba, tuvo un rol destacada la Gendarmería Nacional, desplegando controles en cada puente y 2 gendarmes en cada colectivo. La reforma laboral, la reforma previsional y el ataque a las organizaciones sindicales tienen su correlato en esta avanzada de las fuerzas de represión del aparato burocrático-militar que es el Estado burgués.
No quiere decir que la Gendarmería fuera democrática antes de la llegada de Macri a la Rosada, como nos quieren vender Cristina Kirchner y el resto de los voceros del peronismo. No olvidamos el rol de Gendarmería en la militarización de Santa Cruz en 2006, para cazar a los petroleros en lucha, que terminó con la condena a cadena perpetua para los compañeros, así como en tantas otras luchas obreras durante el gobierno anterior. Tampoco olvidamos a Julio Lopez, Mariano Ferreyra, Fuentealba y tantas otras víctimas del Estado burgués y sus fuerzas auxiliares de represión.
No es a través de las elecciones que vamos a derrotar el ataque de Macri y sus aliados, que cuentan con la complicidad de las demás fuerzas de oposición burguesa, sino con la organización y la lucha de nuestra clase. La burocracia sindical busca un nuevo compromiso con Macri y las patronales, nuestra tarea es recuperar los sindicatos para la lucha. Forjemos oposiciones sindicales revolucionarias por rama, disputando a la vanguardia obrera armada con un programa de transición al socialismo. Es en la producción donde podemos enfrentar al Estado burgués y su aparato represivo.
Frente al intento de Macri y Schiaretti por avanzar sobre las organizaciones de la izquierda obrera y otras organizaciones populares, la respuesta debe ser redoblar los esfuerzos para organizar a nuestra clase con la más estricta independencia de nuestros enemigos capitalistas. Impulsemos asambleas en cada lugar de trabajo y de estudio, para imponer a los sindicatos y a las organizaciones estudiantiles un plan de lucha frente al ataque patronal y la escalada represiva.
Mañana 1/9, todos a la marcha por la aparición con vida de santiago Maldonado, ya!
Por una comisión investigadora independiente.
Abajo la represión del Estado burgués. Disolución del aparato represivo.
Libertad a los compañeros detenidos en el operativo del 31/8 y a todos los presos políticos.
Córdoba, 31 de agosto de 2017
COR
Corriente Obrera Revolucionaria
en la TRCI
Estados Unidos viene mostrando cifras de crecimiento que, en términos estadísticos, acumulan 9 años de recuperación. Las cifras de la economía son elocuentes: tasa de desempleo del 3,8%, crecimiento del consumo y la inversión, inflación controlada en un 2,4% anual. Estas cifras sustentan el cambio en la política monetaria que inició la FED el año pasado pero que comenzó a profundizar en abril, desandando una hoja de ruta de elevación paulatina y sistemática de tasas de interés. La economía norteamericana, tan vigorosa que se muestra, creció con los anabólicos de las tasas tendientes a 0%, y ahora los gerentes a cargo del Estado norteamericano consideran que es hora de quitar las muletas.
La baja de impuestos que fue la primera gran medida de Trump con su reforma tributaria, premia a los sectores más concentrados de la clase capitalista. Mientras tanto, el crecimiento promedio de los salarios apenas equipara el ritmo de la inflación. Dos caras del crecimiento. Al mismo tiempo, los economistas burgueses auscultan preocupados el horizonte, calculando que la recuperación de la crisis de 2008, aun habiendo sido demasiado débil, no puede durar mucho tiempo más. Las políticas agresivas del imperialismo norteamericano hoy dirigido por Donald Trump responden a la necesidad de prepararse para descargar las contradicciones sobre viejos enemigos y también sobre los aliados de siempre. Para ello, EEUU necesita recuperar su hegemonía mundial.
EEUU y el mundo
El imperialismo yanqui no quiere desaprovechar su muy relativa fortaleza económica interna para desde allí buscar trastocar las relaciones en el sistema de estados establecidas en la posguerra. Esto es tan evidente que Donal Tusk, presidente del Consejo Europeo, acusó abiertamente a Trump: “Lo que más me preocupa es que el orden internacional basado en normas está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente, no por los sospechosos habituales, sino por su principal arquitecto y garante, Estados Unidos”. Esta desesperada constatación fue hecha luego de la fracasada cumbre del G7 (EE UU, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido e Italia) de principios de junio, en la que EEUU pateó el tablero, desairando a los “laderos habituales” del imperialismo yanqui, principalmente en el rubro del comercio internacional. Y es que la cumbre se dio sobre el fondo de la ratificación de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por la administración norteamericana, que habían sido suspendidos para negociar con la Unión Europea (UE) y los socios del NAFTA. La guerra comercial iniciada por Trump se profundiza.
Los aliados europeos y Canadá, luego del G7, se quejaron porque Trump les daba la espalda mientras acordaba nuevos términos de comercio con China, confundiendo las tácticas de negociación con un cambio de alianzas geopolíticas. Error. El viernes 15 de junio, la casa blanca confirmó nuevas tarifas destinadas a productos tecnológicos provenientes de China, que significan importaciones por un total de U$S 50.000 millones. China amenaza con represalias del mismo calibre. La guerra comercial de EEUU está principalmente dirigida contra China.
Mientras el G7 hacía agua en Canadá, los presidentes de Rusia y China se reunían en otra cumbre el sábado 9 de junio en China, en el marco de la Organización para la Cooperación de Shanghai, un foro de países asiáticos creado por Pekín. Estuvieron presentes India, Irán y Pakistán, junto a otros países de Asia central. El comercio también fue el tema central de esta cumbre, que viene impulsando la política de inversiones chinas en infraestructura regional conocida como la nueva ruta de la seda. En el acuerdo bilateral ruso-chino, el objetivo es más que duplicar el intercambio comercial de acá a 2020, de U$S 90.000 a U$S 200.000. China se presenta en este acuerdo como el sostenedor económico de una Rusia que viene jugando fuerte en el plano geopolítico (intervenciones en Ucrania y Siria, anexión de Crimea) pero cuya economía está en serios problemas. Las contradicciones de la asimilación de ambos países al sistema imperialista mundial hace muy difícil que este plan, que hoy por hoy aparece más bien como un posicionamiento defensivo ante la agresividad imperialista, se lleve adelante sin enormes sobresaltos.
Finalmente, es de advertirse la importancia de la cumbre entre EEUU y Corea del Norte en Taiwan donde se logró una distensión de las relaciones y una propuesta de plan para el desarme de la infraestructura nuclear norcoreano y la promesa yanqui de la progresiva desmilitarización de la península. La importancia que Trump le da al frente asiático de la política exterior yanqui está directamente relacionado con su ofensiva hacia China. Podemos leer esto también en las 2 excepciones que se mantiene en los aranceles al acero y el aluminio, una es Corea del Sur. La otra es Argentina.
El problema de la asimilación
La principal argumentación de la administración yanqui para impulsar su guerra comercial se basa en los desequilibrios de la balanza comercial, que arrojó un déficit de cuenta corriente de U$S 556.000 millones el año pasado. De este déficit total, U$S 375.000 millones corresponden al comercio con China, y U$S 151.000 millones al intercambio con la UE. La ofensiva sobre China responde a razones más profundas. Y es que luego de la caída del Muro del Berlín y la restauración capitalista de los ex Estados Obreros de los países del bloque liderado por la URSS, China y Rusia no han sido plenamente asimilados al sistema imperialista mundial. La política de Trump es intentar romper el bloque entre ambos países. Por eso reclamó al G7 la reincorporación de Rusia y también ofreció ayuda económica a Putín. La relación con China es más compleja por el enorme peso de ambas economías.
En términos históricos, la asimilación implica la incorporación de China y Rusia en el sistema de Estados como semicolonias, perspectiva que resisten las capas protorbuguesas que intentan utilizar el peso de los aparatos estatales de ambos países para convertirse en burguesías de manera plena. Por supuesto, estos procesos son tortuosos y están minados por enormes contradicciones, determinadas por un elemento fundamental: que el capitalismo mundial está en una fase de descomposición, lo que dificulta al máximo que este sistema social pueda dar bases materiales al nacimiento de una nueva burguesía imperialista pujante, ya sea china o rusa. Pero al mismo tiempo, como la otra cara de la misma moneda, esa misma descomposición del capitalismo pudre las bases que permitirían al imperialismo yanqui incorporar como semicolonias a esos territorios. A un plazo más o menos corto, la perspectiva son enfrentamientos cada vez más agudos, que pueden llevar de la guerra comercial y a choques bélicos más abiertos que los actuales.
No hay que olvidar que la descomposición capitalista no sólo enfrenta a bloques burgueses, sino que descompone las bases sociales de los estados. Esto ha llevado a conflictos de extrema gravedad en Medio Oriente, pero esta tendencia también avanza en Latinoamérica.
Los sepultureros del imperialismo
En la ofensiva del imperialismo norteamericano, el principal enemigo es el proletariado mundial. Si bien Trump intenta seducir a una fracción aristocrática de la clase obrera norteamericana en su proyecto de ofensiva imperialista, la clase en grueso está sufriendo su política de apoyo explícito al gran capital imperialista. La burocracia sindical de la AFL-CIO, principal central obrera del país, hace un doble juego. Critica a Trump por sus políticas fiscales pro empresariado, al tiempo que apoya la guerra comercial. La burocracia también ha visto un proceso de organización, surgido en las fábricas y lugares de trabajo, que desde la crisis viene desarrollándose en las diferentes ramas, buscando capitalizarlo a través de una ofensiva por la afiliación que ha llevado a una relativa recuperación de la sindicalización en el país (262.000 nuevas afiliaciones el año pasado). Por supuesto, el objetivo es la contención de nuestra clase para atarla a algún proyecto burgués. Políticamente, Trumka, presidente de la central, llama a jugar las cartas en las próximas elecciones de medio término, distanciándose del Partido Demócrata en crisis y llamando a atraer “republicanos que se paren junto a los trabajadores” (discurso de Trumka en la convención de la UAW, 13/6/2018).
En los últimos años, nuestra clase ha desarrollado importantes luchas en EEUU, como la de los telefónicos, los docentes, las enfermeras, los petroleros y los automotrices. La debilidad de la izquierda y de las tendencias combativas, que son incapaces de romper con la burocracia o a lo sumo terminan abrazando a direcciones pequeñoburguesas como la de Bernie Sanders, es expresión de la crisis de dirección revolucionaria del proletariado mundial. Esta crisis, que como decía Trotsky es la crisis de la humanidad, debemos saldarla con una audaz política internacionalista. Por eso, la enorme tarea que tiene por delante el proletariado norteamericano consistente en enfrentar al Estado imperialista y a su personal político en su ofensiva sobre el conjunto del planeta, debe ser ponderada en su contenido antiimperialista e internacionalista. Los combates actuales y por venir serán el terreno para dar la lucha por el programa de transición como programa para los sindicatos recuperados de manos de la burocracia, lucha que permitirá unificar a la vanguardia y regenerar una dirección marxista. La reconstrucción de la IV internacional y su sección norteamericana se tornan una necesidad histórica si los trabajadores asumimos nuestra tarea de convertirnos en los sepultureros del imperialismo.
El día 28/5 debían inaugurarse las 22 estaciones provisorias de la línea Belgrano norte. La inauguración fracasó estrepitosamente. Los andenes provisorios tuvieron un derrumbe parcial en la estación Boulogne generando la caída de pasajeros a las vías en las primeras horas, lo cual pudo haber sido trágico, y en la estación Villa Adelina posteriormente, una formación golpeó directamente sobre el andén, con las posibles mismas consecuencias. Por eta razón, Trenes Argentinos Infraestructura (ADIFse) y la empresa concesionaria Ferrovías – que habían habilitado la corrida de trenes hacía doce horas- debieron suspender todo el servicio de inmediato.
El gobierno (Trenes Argentinos), por su parte, salió públicamente a culpar a una de las contratistas por el hecho y así deslindar responsabilidades sobre Ferrovías y el mismo ministerio de transporte. En un comunicado con fecha 2/6 sentenció: “Como resultado de la inspección de los andenes provisorios realizada desde el martes 30 de mayo hasta el sábado 2 de junio, Trenes Argentinos Infraestructura encomendó el desarme y reconstrucción de las cinco estaciones construidas por la empresa POSE S.A., asumiendo ésta todos los costos. Las estaciones en cuestión son: Villa Adelina, Boulogne, Montes, Don Torcuato y Sourdeaux. Adicionalmente y por el perjuicio ocasionado, se aplicarán al contratista las multas y demás sanciones previstas en el contrato”.
Sin embrago, tras tres semanas y al cierre de esta edición, el servicio sigue interrumpido en un 60% de la de la línea, que no se condice con las 5 estaciones inhabilitadas. Es que empezó a salir a la luz, que los estándares de seguridad fueron incumplidos por completo en la mayoría de las plataformas de la traza. Por ejemplo, se omitieron la construcción de las bases de hormigón sobre las que debían apoyarse y amurarse las estructuras de hierro de los andenes provisorios, como sí figuraba en los planos de cesión de obra. En lugar de dichas bases, fueron colocadas pequeñas tablillas de madera, susceptibles de ceder ante las vibraciones del paso de los trenes y la topografía del terreno. Además, los materiales utilizados no eran de la calidad necesaria. Todo esto fue advertido por Trenes Argentinos Infraestructura y la misma Ferrovías durante la construcción, pero no impidió que habilitaran finalmente dichos andenes igual.
Una vez más no fallaron los “controles” del Estado y de la empresa, sino que los mismos se hicieron. Pero estas irregularidades, como lo demostró la masacre de Once y lo vemos con las continuas denuncias de los trabajadores del subte, forman parte del negocio capitalista en esencia: escatimar en “gastos” de la seguridad de los pasajeros y trabajadores para maximizar las ganancias. Nueve empresas contratistas participan de las obras, que incluyen, además, la reforma definitiva las estaciones en hormigón (pantallas LED, rampas, Etc.), obras en vías y señalamientos. Un jugoso negocio de 2.000 millones de pesos, pero ahora atravesado también y puesto en cuestión (como la mayoría de las obras ferroviarias y de infraestructura), tras el acuerdo del gobierno con el FMI, para bajar el déficit fiscal.
Mención aparte, es que la interrupción -que puede llevar meses- del servicio de trenes de la línea es por la exclusiva culpa del gobierno y Ferrovías. Esto, que lleva aparejado un trastorno para miles de trabajadores de zona norte, que se movilizan a los centros fabriles o a la capital, jamás merecieron la mención de los grandes medios de comunicación, como sí lo hubiesen tenido, de tratarse de una medida de fuerza de los ferroviarios. Inmediatamente los medios retrasmitirían por cadena el “horror” que padecen los trabajadores quienes no pueden viajar por la línea y los costos extras de pasajes y pérdidas de tiempo que se les genera, lo mismo que hoy, pero con la intención de enfrentar trabajadores contra trabajadores. Pero como los claros responsables son los empresarios, y en este caso es tan patente y no hace falta correr ningún velo, no hay ninguna mención en los medios de comunicación, del padecimiento que tienen los trabajadores de zona norte con el trasporte en estos momentos. Por supuesto, los grandes medios, tienen un claro sentido de clase.
Desde la burocracia sindical de la lista verde, parte de los cómplices de las privatizaciones y de los negociados, no hacen más que hacer silencio. Sasia, ha sacado un comunicado hacia los ferroviarios instando a “esperar la habilitación de los organizamos de control”, o sea del estado y la empresa operadora Ferrovías, los mismos responsables del desastre. Como plantean los ferroviarios opositores de la Lista Roja: “Se hace necesario impulsar asambleas en todos los sectores y asamblea general, poniendo en pie una comisión integrada por delegados de seguridad e higiene votados por los trabajadores, que establezcamos verdaderamente las condiciones para garantizar en forma segura la corrida de los trenes, así como las obras e inversiones necesarias.”
Además, denuncian las condiciones internas de trabajo que impone la empresa en complicidad con la burocracia sindical: “Además del trabajo en estaciones, a las añejas formaciones, se le adhirieron soportes a la altura de las nuevas plataformas. Ferrovías llevó adelante estos trabajos en el material rodante sin respetar las mínimas condiciones laborales. Instó a los compañeros a trabajar hasta 12 días consecutivos sin franco de por medio, llegando a jornadas de 12 horas diarias. Situación similar a la que años atrás generó la muerte de Ambrosio De León, al no respetarse tampoco las mínimas condiciones de seguridad.”
Los verdaderos interesados en el transporte son los trabajadores ferroviarios y la clase obrera. En este sentido, está planteada una campaña conjunta de los ferroviarios opositores del Belgrano norte con las organizaciones de sindicales antiburocráticas de la zona, cuyos trabajadores se ven afectados por esta situación (sutebas recuperados y listas opositoras docentes, delegados fabriles antiburocráticos, etc.), para pelear juntos contra el tarifazo, fortalecer la pelea de los ferroviarios por imponer el control sobre las comisiones de seguridad e higiene, por la reactivación del servicio, para levantar la pelea para que el costo del viaje de ida y vuelta, sea costeado por las patronales, como parte de un programa obrero contra el ajuste.
La línea Belgrano norte también estuvo convulsionada en estos días por la acción gremial de los trabajadores. Se desarrollaron asambleas en los sectores y se impusieron paros parciales y totales a lo largo de 4 días en diferentes sectores (guardas, evasión, infraestructura y material rodante) en rechazo al incumplimiento del acuerdo salarial (del pago del retroactivos y el 11% de la primera cuota), en donde la vanguardia del proceso la desarrolló el sector de material rodante, imponiendo paro total y luego de 2 horas los días subsiguientes. El día 7/6 a instancias de la oposición antiburocrática en material rodante, se votó marchar a la seccional invitando a los demás sectores de la línea. Allí se congregaron más de 200 compañeros, a reclamar explicaciones y el desarrollo de un verdadero plan de lucha, el cual fue resistido por la comisión de reclamos y delegados de la lista verde, que no querían profundizar la lucha, entre las reivindicaciones se planteó la reapertura de las paritarias.
Tanto Ferrovías (Belgrano Norte) y Metrovías (Urquiza), las únicas privatizadas de pasajeros que quedan, incumplieron el acuerdo paritario, lo que preanuncia, junto al convenio SOFSE de mayor flexibilización en las líneas operadas por el Estado, los convenios y acuerdos paritarios por empresa en los cargas, los despidos generalizados, el cierre de ramales como Ferrobaires, los despidos de tercerizados como Ci5; que son las formas con que el gobierno y las patronales piensan descargar el ajuste, dividiéndonos en conflictos por línea, con la complicidad de la burocracia sindical.
Es necesario profundizar y desarrollar en común con los sectores antiburocráticos, una oposición sindical revolucionaria con libertad de tendenciosas en todo el ferrocarril para que intervenir en esta situación con un programa obrero y pelear por recuperar los sindicatos. Ante el paro nacional convocado por la CGT para el 25/6, proponemos discutir la intervención conjunta de los sectores antiburocráticos del ferrocarril y del transporte, impulsando asambleas, peleando por hacer activo el paro nacional con movilización junto a todo el movimiento obrero y los sectores combativos y antiburocráticos.
Para derrotar el plan del FMI, del gobierno y las patronales, peleemos por un programa transicional y una dirección revolucionaria en los sindicatos y las centrales, por la reapertura ya de las paritarias, salario básico igual a la canasta familiar, escala móvil de horas y salarios, basta de tercerización, control obrero de la producción. Un programa, para desorganizar a la burguesía, organizar al proletariado y prepara la lucha por el poder.
Las paritarias en el neumático se desarrollan luego del enorme rechazo al plan de Macri y el FMI que significó el paro general. Mientras la traidora burocracia de la CGT se niega a darle continuidad y permite que el ajuste siga, amplios sectores de nuestra clase luchan y resisten, aunque de forma aislada, a lo largo y ancho del país.
Los capitalistas del sector también están deseosos de descargar su crisis sobre los trabajadores. Las patronales han tomado nota de que deben cambiaron sus métodos. Los aprietes contra los delegados en Pirelli y Firestone son parte de esta nueva estrategia, igual que las suspensiones y el reciente lock out de Madanes Quintanilla contra los obreros de Fate.
Con la resistencia obrera en esa fábrica a la implementación de los “sistemas de control de interrupciones" comenzó la pelea paritaria. La aceptación finalmente, mediante un acta refrendada en asamblea de la voluntad de la patronal, ha significado un retroceso. Además, se une las “mejoras en la producción y en la calidad” al reconocimiento “de beneficio económico". Esto ha abierto un debate en el seno del sindicato recuperado de cuál debe ser el programa a levantar en estas paritarias y como mejor enfrentar la embestida patronal, que tiene uno de sus puntos centrales aumentar los ritmos de trabajo como forma de obtener ganancia adicional.
Creemos desde la COR, que el SUTNA recuperado tiene hoy un gran desafío, y es romper con los acuerdos que hereda el sindicato de la vieja burocracia (Waseijo) dando paso a la pelea por programa obrero que maque el camino para toda la clase trabajadora. Por ejemplo, eliminar las cláusulas que aten parte del salario a la productividad. El salario no debe estar atado ni a la producción, ni las ganancias de los empresarios, sino al costo de vida y su indexación por inflación, es decir, una escala móvil de salarios. E imponer, la equiparación de todas las plantas terminando con las diferencias salariales. La lucha por la implantación de un contrato único que elimine las tercerizadas; la elección de delegados de seguridad e higiene por sector para controlar los ritmos de trabajo y evitar los accidentes y las muertes de nuestros compañeros.
Las patronales bajo la excusa de la "apertura a la importación" o la "baja del consumo interno o las exportaciones" extorsionan suspensiones o despidos. La pelea por una escala móvil de horas de trabajo, implica el control por los trabajadores y la adecuación de la jornada laboral acorde al nivel de producción; que no sirve para defender todos los puestos de trabajo sino también para la incorporación de desocupados a la producción. La demanda de la apertura de los libros contables desnudará ante la sociedad la relación de los empresarios del neumático con los bancos y el capital financiero imperialista, causantes del ajuste y que expolian al país de la mano de Macri y el FMI. Esto mismo, se extiende a los trabajadores de la rama caucho, automotriz y autopartista, que comparten los mismos problemas que la misma realidad. Por su puesto, las patronales van a manifestar la imposibilidad de concretar estas demandas y a coro con la burocracia sindical (Caucho, Uom, Smata) aducirán su respeto a las leyes vigentes y al estado (burgués) de derecho.
Como planteamos desde la COR el Plenario del “sindicalismo combativo” en Lanus, difiriendo con el programa allí votado: los sectores combativos no debemos defender las leyes laborales, por el contrario, debemos pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, por la anulación de la Ley de Asociaciones Sindicales y toda ley que los estatice. EL SUTNA recuperado puede ser una escuela revolucionaria para todo el movimiento obrero, de levantar un programa de independencia de clase frente al ajuste y la crisis capitalista.
Impulsemos desde todos los sindicatos combativos y seccionales recuperados un Congreso de delegados de base para darle continuidad al plan de lucha. La COR pelea por la unidad en las diferentes ramas de producción de los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda en una Oposición Sindical Revolucionaria común con libertad de tendencias para disputar al peronismo y otras variantes burguesas la influencia en nuestra clase, por la construcción de un partido revolucionario e internacionalista y la lucha por el poder de la clase obrera.
La CGT ha llamado a un paro nacional para el 25 de junio, ha dejado un rato de lado la tregua que le viene dando al gobierno para ubicarse como contenedor de la bronca de la base trabajadora y llevarla a confiar en alguna variante burguesa o pequeña burguesa. Por lo que este Plenario tiene una tarea de primer orden que es discutir cómo intervenir en el paro nacional e intentar darle un carácter activo a una medida que la burocracia quiere dejar sin continuidad. Toda actividad que impulse el reagrupamiento de los sectores en lucha es una medida correcta en la necesidad de organizar el enfrentamiento al pacto Macri-FMI y preparar la batalla para expulsar de nuestras filas a la burocracia sindical.
En este marco queremos polemizar con la propuesta programática de los convocantes, que han planteado que el objetivo es ofrecer un programa de los trabajadores de salida a la crisis. Los puntos incluyen “la estatización de las empresas privatizadas para terminar con los tarifazos, el monopolio estatal del comercio exterior para combatir el cierre de industrias, la nacionalización de la banca para evitar la sangría de la fuga de capitales y, fundamentalmente, cesar con el pago de la deuda externa, entre otras medidas.” Como corolario impulsan “un programa de industrialización y desarrollo nacional, bajo la dirección de los trabajadores, que permita dar trabajo, salario, salud, educación y vivienda a todo el pueblo argentino.”
Tenemos diferencias en cuanto al planteo en la relación de la clase obrera con el Estado burgués y de nuestros sindicatos con éste. No se puede propagandizar la medida de estatización sin dejar en claro ante la clase que el Estado es una firma burguesa. Es decir, levantar esta consigna indefectiblemente lleva a la conciliación de clase. Tampoco hay que defender las leyes laborales que nos atan al Estado, como los convenios colectivos, debemos pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, por la anulación de la Ley de Asociaciones Sindicales y toda ley que estatice a los sindicatos. Plantear un “programa de industrialización y desarrollo nacional bajo dirección de los trabajadores” implica sostener que se puede redistribuir el capital para permitir mejores condiciones de vida sin destruir el poder de la burguesía. Lo que es aún más insólito es que sea para el desarrollo nacional, esto es otro sinsentido si se tiene que en cuenta que estamos en la época imperialista. Es imposible que los trabajadores puedan realizar reformas sin destruir al Estado burgués y sin convertirse en clase dominante, dirigida por un partido revolucionario, con la dictadura del proletariado como forma de Estado.
Proponemos al Plenario que se impulse un Congreso de delegados de base y pelear por la formación de una Oposición Sindical Revolucionaria con libertad de tendencias a su interior. Debemos unir en las diferentes ramas de producción a los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda en una oposición, como planteamos más arriba. Y aspirar a que este plenario desarrolle una militancia obrera que le dispute al peronismo y otras variantes burguesas la influencia en nuestra clase, apuntando a la ruptura revolucionaria con esas corrientes reaccionarias.
Queremos proponer que el plenario vote una campaña por la independencia de los sindicatos del Estado, así estaremos defendiendo a los compañeros del subte y enfrentaríamos a la burocracia sindical que es el marco legal que la sostiene en su relación con el Estado.