El gobierno de la provincia de Córdoba afina la puntería y avanza en un duro ataque contra los estatales y docentes provinciales estableciendo un “aumento” salarial irrisorio del 4% para noviembre más una suma no remunerativa de $1750; en diciembre un adicional de $875; en enero lo mismo que noviembre y en febrero se reúnen nuevamente para discutir si se blanquea los $1750 más los $1500 que ya venían cobrando, luego de suspender el pago de la cláusula gatillo. Mientras que la inflación interanual ya supera el 50% y la canasta básica suma un acumulado desde el 1º enero del 48,24%. Las declaraciones de Juan Monserrat: “en febrero intentaremos recuperar los puntos perdidos del 2019 ante la caída de la recaudación en las arcas provinciales” son claramente las de un vocero de la patronal.
Con este acuerdo, basado en la necesidad de ajustar las cuentas para pagar la deuda, Schiaretti se pone a tono con los F-F y se apresta a ingresar, junto con el resto de los gobernadores, al Pacto Social. Lo mismo hacen el kirchnerista Monserrat, Pihén y demás burócratas, se preparan para ser la pata sindical del pacto contra la clase obrera.
Pasadas las elecciones, tanto los gobernadores peronistas como los radicales se juegan a garantizar que seamos los trabajadores estatales y privados la variante de ajuste para el saneamiento de sus cuentas. No es novedad que las provincias están atravesando una profunda crisis económica, generada por la recesión y por la crisis de deuda y financiamiento abierta durante el gobierno de Macri. Mientras la derrota electoral de este último ha generado grandes expectativas entre los trabajadores y las masas, estas más temprano que tarde se van a ver defraudadas por la política del gobierno peronista que prioriza a cada paso las negociaciones con el FMI y los empresarios. Mientras, la situación social se agrava, con la aceleración inflacionaria y el congelamiento del salario. En medio de una región convulsionada por las protestas sociales en Chile, Ecuador y más recientemente por la resistencia al avance de la derecha en Bolivia, evitar una situación similar en nuestro país fue el gran rol que Macri y la burguesía le deben a la Iglesia, al triunvirato piquetero vendido al Estado y sobre todo a la burocracia sindical peronista de la CGT y las CTAs, que se embarcaron en la paz social del “hay 2019” traicionando a la clase obrera dejando pasar una brutal destrucción salarial y de puestos de trabajo. Por eso, si queremos recuperar lo perdido y pasar a la ofensiva, debemos enfrentar decididamente a los enemigos en nuestras propias filas: los Pihén y Monserrat, los Daer, los Acuña y los Moyanos.
Para Schiaretti y sus funcionarios, mantener las estructuras ministeriales con trabajadores precarizados mediante becas, monotributos y pasantías es una cuestión central y por ello, hace algo más de tres meses los Ministros vienen lavándose las manos aduciendo que se viene el cambio de autoridades y que por eso ellos no pueden resolver las demandas de los precarizados. Igual que a nivel nacional, chamullan con la “transición”, en este caso la de Schiaretti consigo mismo...
Los jóvenes precarizados del estado provincial siguen dando pelea por el pase a planta, aunque sin respuestas favorables por el momento; dieron sus primeros pasos con acciones como las asambleas, los cortes y las marchas, y avanzaron en la organización sindical, afiliándose a ATE y eligiendo delegados normalizadores. En esto, fue muy importante la experiencia de las compañeras del Polo de la Mujer que sirvió como ejemplo a seguir. La semana pasada, se hizo sentir en los hospitales el paro de los transportistas de pacientes con discapacidad tercerizados, por una deuda salarial que mantiene el gobierno de Schiaretti desde junio, algo insostenible para cualquier trabajador.
La lucha iniciada por los estatales precarizados tiene enorme importancia para el conjunto de la clase obrera. Plantea la posibilidad de conquistar el pase a planta, mejores condiciones de trabajo y un contrato único para todos los trabajadores estatales terminando con las divisiones entre las diferentes leyes, estatutos y convenios colectivos que, alentados por las mezquindades sectoriales de las burocracias de turno, nos llevan a la atomización y división. A contramano de la lucha por fortalecernos en la unidad, algunos sindicatos como la UTS plantean erróneamente la “pelea por la paritaria de salud”, postulando una pelea sectorial cuando es necesario generalizar el combate contra Schiaretti y el Estado provincial como un todo.
Debemos recupera los sindicatos de las manos de la burocracia sindical para unificar a los estatales provinciales y luchar por la inmediata reapertura de paritarias, por una paritaria estatal única, por delegados paritarios elegidos en asambleas, por el pase a planta permanente, por un salario inicial igual a la canasta familiar indexado a la inflación, entre otras conquistas centrales para poner de pie a nuestra clase.
Avancemos en un congreso provincial de delegados con mandato que se plantee la deliberación y vote el paro provincial con toma de fábricas y edificios como parte de un plan de lucha para conquistar todas nuestras demandas. Este Congreso debe unificar a los estatales con el conjunto de los trabajadores de los servicios y la industria que enfrentan las mismas condiciones de deterioro salarial, precarización laboral y también los despidos y suspensiones. A los trabajadores de Molino Minetti, ya en el cuarto mes de lucha, se suman otros sectores como los judiciales, trabajadores de prensa de La Voz del Interior, los transportistas de AOITA, diferentes líneas de la UTA, que están en conflicto. Esto no sucede sólo en Córdoba, por lo que una instancia así debe servir para preparar un Congreso Nacional de delegados de base, para echar a la burocracia sindical y votar una paro nacional y un plan de lucha para enfrentar el ajuste que preparan el FMI junto con Alberto, los gobernadores, la Iglesia y los burócratas de la CGT todos unidos en el famoso Pacto Social. En estos momento es donde más necesitamos centralizar nuestras fuerzas para poder dar una salida a la crisis desde nuestros intereses.
Para avanzar en estas tareas, las agrupaciones opositoras combativas de los diferentes sindicatos tienen gran responsabilidad en la necesidad de reagrupar a los luchadores y activistas más decididos. Proponemos organizar un plenario de delegados de las oposiciones de los sindicatos estatales para deliberar y discutir el programa para enfrentar a la burocracia sindical y recuperar los sindicatos para los grandes desafíos que tenemos planteados.
Regional Córdoba
4/12/2019