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    El último sábado, 5 de noviembre, realizamos la presentación en Córdoba del libro “Sobre la Revolución y el Programa”, Cuaderno de la COR #2, en el marco del ciclo de charlas Perspectiva Marxista. En el local de la regional, la exposición estuvo a cargo del camarada Manuel Tornello, delegado docente del SUTE de Mendoza y redactor de El Impreso de la COR. El camarada abordó el contenido del libro en tanto desarrollo de los núcleos teórico-políticos centrales del trotskismo como continuidad del marxismo revolucionario, a partir de una caracterización de la situación mundial signada por la crisis económica, la inflación, la guerra en Ucrania, fenómenos de descomposición de las instituciones de dominación burguesa (Chile y Brasil) y de desarrollo de procesos de lucha de clases de distinto tipo. Luego, se abrió un rico debate en relación al programa y a las tareas que debemos encarar en los lugares de trabajo y estudio, así como en los sindicatos, para hacer carne estas discusiones en la clase obrera a fin de poner en movimiento nuestra “guía para la acción revolucionaria”. Las experiencias de organización de las que fueron y son parte las y los compañeros presentes dieron una riqueza destacable a las discusiones y avanzamos en algunas conclusiones como la necesidad de agrupar a la vanguardia a partir de la “compresión común de las tareas”, lo que lleva al problema de la crisis de dirección revolucionaria y la necesidad de reconstruir la IV Internacional, el partido mundial de la revolución socialista, como vía para saldarla. Discutimos también una serie de propuestas para dar continuidad al estudio del Cuaderno y para participar en las experiencias de organización sindical, en la provincia y a nivel nacional a partir de las ramas de producción, así como en las luchas que se vienen desarrollando. En particular, definimos participar de las iniciativas que impulsa la izquierda, sindicatos y otras organizaciones contra la aplicación de una nueva legislación represiva que los partidos patronales impulsan en la legislatura provincial, sin dejar de delimitarnos de la política de “frente amplio contra la derecha” que liquida la independencia de clase como han demostrado las últimas experiencias continentales (voto a Lula) y a nivel nacional.
    A partir de esta presentación, continuaremos impulsando el debate en el seno de las organizaciones obreras y con la izquierda en relación al problema del programa y la necesidad de retomar la discusión de la revolución, su carácter, su nexo interno y su método, tarea social sin la cual cualquier “transformación socialista” no pasa de ser una utopía, sino directamente un fraude para encubrir una política de adaptación a la democracia burguesa y a la conciencia actual de las masas.

Domingo, 06 Noviembre 2022 19:15

POST ELECCIONES EN BRASIL

¡ORGANIZAR NUESTRA INTERVENCIÓN INDEPENDIENTE Y CLASISTA!

Publicado el Domingo, 06 de noviembre de 2022 en TRCI

Por LOI -Brasil

Una semana después de conocerse los resultados de la segunda vuelta de las elecciones generales, con la victoria de Lula sobre Bolsonaro para la presidencia, la transición gubernamental comienza a diseñarse en medio de las protestas de Bolsonaro, la disputa por el presupuesto de 2023, las negociaciones y los reordenamientos parlamentarios para construir la gobernabilidad en la democracia burguesa semicolonial brasileña.

Desde que Lula salió de la cárcel a finales de 2019, el petista ya era el candidato definitivo para las elecciones de 2022, sin apenas oposición dentro del propio partido. El tiempo que siguió a su liberación fue utilizado para la consolidación del Frente Amplio en torno a su nombre y también para la reconstrucción de los vínculos entre el PT y las facciones burguesas que habían participado en sus gobiernos anteriores, pero que abandonaron al Partido de los Trabajadores debido a la lentitud para aprobar el paquete de reformas necesarias para que mantuvieran o recuperaran sus márgenes de ganancia.

Los pésimos resultados económicos del gobierno de Bolsonaro, aún con la aplicación y profundización de varias de estas reformas, sumados a la desastrosa gestión de la pandemia, hicieron que el gobierno perdiera fuerza con algunas fracciones de la burguesía, especialmente la industrial, y fortaleció aún más al "centrão" ante la débil gestión de Bolsonaro. La derrota electoral de Trump en Estados Unidos también fue un duro golpe para esta administración, ya que Trump era el principal vínculo de Bolsonaro con el imperialismo.

En esta coyuntura, y con Lula coqueteando abiertamente con los sectores más vinculados ideológicamente a Bolsonaro, como las iglesias evangélicas, el gobierno no tuvo más remedio que utilizar todo el poder de la maquinaria estatal en su intento de reelección, junto con su poderoso aparato de producción y difusión de propaganda y fake news. Bolsonaro retiró dinero de sectores estratégicos y provocó un enorme agujero en las cuentas, desviando ese dinero al "presupuesto secreto", una forma de asignar dinero público a los diputados de su base para que realicen obras o actividades para comprar votos en sus bases electorales. También extendió las transferencias a las prestaciones sociales, con el llamado "PEC kamikaze", que creó un estado de emergencia para maniobrar la legislación electoral.

Aun así, por primera vez en la historia electoral de Brasil, un presidente no fue reelegido. Esto se debe a que el aparato estatal, en una democracia burguesa, siempre se utiliza para el mantenimiento de la fracción burguesa que ocupa el gobierno. Bolsonaro no fue una excepción a la regla; la novedad fue que no tuvo éxito. Incluso con el gobierno recurriendo violentamente a todos estos recursos, las elecciones fueron ganadas por el candidato del PT. La diferencia de votos entre los dos candidatos en la segunda vuelta fue de dos millones. Después de perder por un estrecho margen en la mayoría de las regiones, Lula ganó por un amplio margen en los estados del Nordeste y también ganó por un estrecho margen en Minas Gerais, la segunda mayor región electoral después de São Paulo.

Tan pronto como se anunció el resultado, Biden y Macron salieron inmediatamente a felicitar a Lula por su victoria, seguidos por otros líderes del imperialismo mundial y los gobernantes de América Latina, demostrando que el gobierno de Lula servirá bien a los intereses imperialistas en la región. Tampoco tardó mucho tiempo en que gran parte de las bases bolsonaristas desembarcaran ya de su gobierno, haciendo señas al siguiente gobierno para que gestionara sus asuntos. El gobernador electo de São Paulo, aliado de Bolsonaro, Tarcísio de Freitas (Republicanos), no tardó en expresar su interés en colaborar con el gobierno federal. Las iglesias evangélicas, que fueron el principal soporte ideológico del bolsonarismo en las periferias, ya se han pronunciado, a través de líderes como Silas Malafaia y Edir Macedo, para que se reconozcan y respeten los resultados de las elecciones burguesas, Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal, ha llegado a afirmar que hay que perdonar al PT por sus errores. El "centrão" parlamentarios también dieron la bienvenida al nuevo gobierno, con figuras como Rodrigo Maia (ex presidente de la Cámara de Diputados) y Arthur Lira (actual presidente de la Cámara), felicitando al nuevo/viejo presidente e iniciando la negociación de posiciones de apoyo al gobierno del PT.

Por último, quedó la desesperación de la pequeña burguesía y de algunos empresarios bolsonaristas "radicalizados" por la máquina de profusión de "fake news" de Bolsonaro. Creyendo que hubo algún tipo de trampa en el proceso electoral, y que su presidente Jair Bolsonaro es el ganador de facto, se han lanzado a ocupar avenidas y carreteras en señal de protesta, deseando de alguna manera revertir los resultados de la elección. Anhelan un recuento de votos y también piden a las Fuerzas Armadas que garanticen el orden por las armas. Tan embriagados están en su delirio que no se han dado cuenta de que el propio imperialismo lleva tiempo señalando que Bolsonaro ya no sirve a sus intereses y, por tanto, no hay la más mínima posibilidad de que se produzca ninguna acción de este tipo. El propio vicepresidente de Bolsonaro, el general Hamilton Mourão, trató de calmar los ánimos de los manifestantes, que apelan a las Fuerzas Armadas para una intervención, afirmando que esa acción pondría a Brasil en una "situación difícil ante la comunidad internacional" y que la resistencia al gobierno de Lula debe realizarse de forma política.

Ante los cierres de carreteras por parte de camioneros, empresarios y la pequeña burguesía bolsonarista, las organizaciones centristas defienden la intervención "independiente" del proletariado para despejarlas y la autodefensa como política ante manifestaciones y actos de carácter fascista, por el respeto a la democracia y al resultado electoral. Es una burla pretender que la intervención proletaria en defensa de la democracia (burguesa) o el respeto a los resultados electorales, después de haber defendido la participación en las elecciones y el voto a Lula, sea una política de clase independiente. Más aún cuando el cierre de carreteras es una de las formas de manifestación y lucha obrera, ya que impide la circulación de mercancías y afecta a la producción, junto con las ocupaciones de fábricas, centros de trabajo y de estudio. Si la pequeña burguesía se sirve de los métodos históricos de lucha de la clase obrera para defender los intereses de una fracción de la burguesía, es necesario que los trabajadores impongan sus intereses y levanten sus banderas de clase en contrapunto político y no atacando el propio método.

Los pobres, los trabajadores y las hinchadas organizadas han demostrado que la acción directa contra los bloqueos bolsonaristas debe tener lugar y estar relacionada con sus intereses, como su propia circulación y la defensa contra los ataques cobardes. Sin embargo, no es tarea de la clase obrera garantizar la circulación y reproducción del capital, esta garantía la ejerce generalmente el brazo represivo del Estado burgués, que es la policía. Tanto es así que la justicia y los gobiernos estatales no tardaron ni un día en ordenar el desbloqueo de las carreteras, incluso con el uso de la fuerza, y el propio Bolsonaro tuvo que dar la cara y decir que el bloqueo de las carreteras es "una cosa de izquierdas", pidiendo a los manifestantes que utilizaran otros métodos. Aislado y a pesar de no reconocer formalmente la victoria de Lula, Bolsonaro no se ha puesto al frente de estas manifestaciones, limitándose a hacer dudosas declaraciones sobre el respeto al proceso de transición y la legitimidad de las protestas que cuestionan el resultado.

El proceso de transición comenzó oficialmente con el nombramiento de Geraldo Alckmin, vicepresidente de Lula, por parte del ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, al suponer el tamaño del agujero en las arcas públicas que dejará el actual gobierno. Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central y ex ministro de Finanzas de los gobiernos del PT y considerado por el mercado como el ministro de Economía del nuevo gobierno, declaró que el agujero estimado por organizaciones independientes es tres veces mayor que el declarado por el gobierno, acercándose a los 400.000 millones de reales. Con ello, defiende la flexibilización fiscal para el inicio del mandato y una reforma administrativa "bien hecha". Alckmin ya está negociando con el ponente del presupuesto, Marcelo Castro (MDB), un PEC de "Transición" para eliminar del techo de gastos los gastos "inaplazables" y para los que no hay recursos disponibles para el próximo año, entre los que se encuentran las promesas de campaña de Lula, como el mantenimiento de la ayuda de 600 reales, recursos para almuerzos escolares, reajuste del salario mínimo, ingresos para programas de salud como la Farmacia Popular, entre otros.

La política independiente de la clase obrera, con la defensa de nuestras pautas, en sí misma, es la oposición y el enfrentamiento directo no sólo contra las manifestaciones de la pequeña burguesía de Bolsonaro, sino principalmente contra la política del Estado burgués en su crisis histórica, que, bajo cualquier gobierno, avanzará sobre nuestra clase. Se ha establecido que, con el brutal endeudamiento público, con la caída histórica de la productividad y de la inversión, el gobierno de Lula, aliado con la burguesía, tendrá que profundizar las reformas que imponen una mayor relación de explotación del capital sobre el trabajo, bajo la total connivencia de las direcciones que blindarán el gobierno como forma de defensa de la "democracia". Al defender la intervención proletaria en el respeto a la democracia y a los resultados de las elecciones, las direcciones políticas y sindicales dan carta blanca al gobierno de Lula para hacer la transición con el gobierno de Bolsonaro sin más inconvenientes.

Es necesario, por lo tanto, plantear en cada organización sindical y estudiantil la necesidad de realizar asambleas que exijan a las centrales sindicales la realización de un congreso de delegados elegidos por las bases para construir un plan obrero para salir de la crisis y enfrentar los ataques; para deponer las reformas laboral, previsional, educativa y administrativa; para plantear la lucha por la escala móvil de horas y salarios y la necesidad de expropiar a los expropiadores. También es necesario que, desde nuestras estructuras, organicemos la autodefensa contra los ataques protofascistas de la pequeña burguesía bolsonarista, y especialmente contra el brazo armado del Estado burgués.

Publicado en trci-web.org. Sábado, 15 de octubre de 2022

LOI -Brasil

 

Las elecciones generales en Brasil, que tuvieron lugar el 2 de octubre, no cumplieron con la expectativa de que Lula ganara en la primera vuelta, a pesar de que las encuestas de los principales institutos mostraban, hasta dos días antes de la elección, un margen de más del 10% de Lula sobre Bolsonaro. Cuando las encuestas aún estaban en marcha, los datos ya indicaban que Brasil profundizaría su giro a la derecha, que resultó ser mayor que el propio Bolsonaro. El candidato del PT sólo superaría al actual presidente tras el recuento del 70% de los votos. En todas las regiones, la carrera en la segunda vuelta sigue siendo reñida. Las posibilidades de Lula de ganar siguen siendo mayores, sólo porque tiene una gran ventaja en el Nordeste.

La disputa electoral se presentó desde el inicio del gobierno de Bolsonaro, como la agenda central de la política nacional. Todos los sectores políticos pensaban sólo en 2023. Bolsonaro, que fue elegido como un pretendido outsider dentro de la crisis de los partidos de la época, criticando la "vieja política", desembarcó por completo, a mitad de su gobierno, en las filas de los centristas. Cabe destacar que Bolsonaro siempre ha sido y es un parásito de este sector, proveniente del llamado bajo clero de la Cámara de Diputados. Después de haber adjudicado el gobierno a los jefes de este sector, construyó y bancó, especialmente a través de las acciones de Ciro Nogueira, ministro de la Casa Civil, un cambio en las bases que apoyaban su política económica. Adoptando, entonces, una política de asistencia a la renta de un contingente de precarios, empobrecidos y hambrientos, rompiendo, de esta manera, con la prerrogativa del techo de gasto, querida por los sectores del capital financiero y por Paulo Guedes, Ministro de Economía. Todo ello con el objetivo de ampliar su base electoral y al mismo tiempo responder a los catastróficos resultados de la economía, que catapultaron su rechazo en vísperas de la campaña.

 

A pesar de todo el discurso ultraconservador, negacionista, militarizador y antisistema, convertido en un ataque al régimen democrático y a sus instituciones, y a la "limpieza" de las elecciones, consiguió imponerse, sin dejar espacio a la "tercera vía", que durante todo el periodo intentó superar sus crisis internas, sin éxito. Es importante destacar que a pesar del juego fascista del actual presidente, este discurso es retroalimentado por las bases de Bolsonaro, que han realizado amenazas, atentados y hasta asesinatos de activistas, figuras políticas, trabajadores y todo aquel que se interponga entre sus intereses materiales y políticos, en la relación capital versus trabajo.

Estas elecciones tienen lugar, objetivamente, en medio de un gobierno calamitoso, responsable de centenares de miles de muertos en la pandemia, de una grave crisis en varios frentes en la región amazónica que resulta en el exterminio de los pueblos nativos, de los recortes sin precedentes en áreas como la educación, la ciencia y la cultura y de la profundización de las reformas de la seguridad social y del trabajo que tienen un impacto brutal sobre las condiciones de trabajo y los derechos de los trabajadores.

Además, también están las tendencias políticas que se están desarrollando como resultado de la recesión económica que está asolando el país, resultado de la crisis económica que se agudizó con la pandemia y ahora con la guerra en Ucrania. Esta recesión se refleja en la alta inflación, las elevadas tasas de desempleo y la profunda desindustrialización, que repercute en las condiciones de vida concretas de todos los trabajadores, con la bajada de los salarios y el inevitable retorno del hambre y la miseria.

La polarización política resulta de esta situación y revela una sociedad fracturada por las disputas de intereses entre fracciones de una burguesía débil frente a la exigencia capitalista de profundización de la explotación y expansión de la extracción de plusvalía y aplicación de la receta de reformas y reducción de la máquina estatal. La burguesía tenía el claro objetivo de plantear la llamada tercera vía, que no se concretó y rápidamente se decidieron entre Lula y Bolsonaro.

En las postrimerías de la elección, observamos el fortalecimiento de la derecha con el crecimiento de los partidarios y nombres vinculados al gobierno de Jair Bolsonaro. De acuerdo con los resultados obtenidos, hubo avances en los gobiernos estaduales, tendrán la mayoría de escaños en la Cámara de Representantes, ampliando su base de aliados en el Senado. Esta actuación de candidatos anclados en agendas reaccionarias consolida en el país la ola de la extrema derecha surgida en las elecciones de 2018.

Hay un retroceso en el nivel de conciencia de la clase obrera, impulsado por la renuncia a las luchas por parte de las direcciones políticas y sindicales de la clase en favor de la actuación dentro del régimen democrático burgués. Esto lleva a amplios sectores de la clase trabajadora a convencerse de que a través del voto pueden lograr cambios concretos en la realidad. Este movimiento se convierte en una derrota y en un retroceso de la lucha necesaria, que no se está levantando para derrotar los ataques del gobierno y todo ascenso reaccionario.

En esta cuestión, es fundamental considerar el proceso de desindustrialización, que se está produciendo en Brasil desde hace décadas, y que se intensifica en la situación actual, y también tener en cuenta la aplicación de reformas como la laboral y la de la seguridad social. Esto ha arrojado a la informalidad y a la "uberización" a un enorme contingente de trabajadores que, desestructurados y desorganizados, son cooptados en su conciencia por las ideologías de la "teología de la prosperidad", la creencia en el emprendimiento y cualquier solución inmediata en el campo meritocrático. Esta situación se sustenta en el auge de la acción religiosa, especialmente de los neopentecostales, que definen las periferias empobrecidas como un escenario de disputa ideológica que debe convertirse en votos.  Este es el núcleo de la militancia de Bolsonaro activa en estas regiones, dirigida por la propagación masiva de un discurso conservador a través de las redes sociales. Cabe recordar que Bolsonaro también lidera en estos sectores de bajos ingresos, históricamente votantes del PT. En la segunda vuelta, intensifica el uso de la maquinaria gubernamental para seguir avanzando en los votos de estos sectores. La propia constitución de las clases sociales indica la inviabilidad de la igualdad social en el sistema capitalista. La crisis económica expresa el choque entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, pero sólo en la dinámica de la lucha de clases se eleva el nivel de conciencia.

El hecho es que el reformismo blindó al gobierno de Bolsonaro, ocupado sólo en hacer campaña electoral, no movilizando a las masas ni siquiera para la política burguesa del juicio político, durante el Comisión Parlamentaria de Interrogratorio de la pandemia. Por otro lado, el discurso antisistema de Bolsonaro creó el ambiente propicio para que los partidos reformistas intensificaran la constitución de un Frente Amplio contra el "fascismo, el golpe" y por la democracia. Esta política ha permitido al reformismo asumir, sin ningún tipo de pudor, un acercamiento a los sectores políticos de la derecha y agitar los brazos a todos los sectores burgueses, dando totales muestras de que no hará grandes cambios en la política económica, que también aplica el actual gobierno, ya que es una política de Estado y no de gobierno. Así, en nombre de la democracia, partidos como el PSOL, por ejemplo, no tuvieron ningún problema en lanzarse en cuerpo y alma a la formación de este frente amplio, asumiendo el plan petista, que unirá "capital y trabajo" para defender la democracia burguesa, derrotando a Bolsonaro en las urnas.

Es en este contexto que Lula, seguido por todos los segmentos reformistas y las centrales sindicales, se muestra viable para la burguesía como próximo gestor de sus negocios. Lula es el nombre del capital en estas elecciones. No es casualidad que haya elegido a Geraldo Alckmin (PSB y ex-PSDB) como su vicepresidente, así como que busque, desde el inicio de la campaña, mostrarse como el garante de un programa político que garantice el mantenimiento de la acumulación de capital por parte de la burguesía nacional e imperialista y refuerce la tarea de controlar el ascenso de las masas en América Latina, sería la guinda del pastel dentro del escenario de la llamada "ola rosa" que se despliega en la región. Para ello, ha dialogado con los organismos de dominación obrera como FIESP y FEBRABAN, tentáculos del capital financiero. También ha indicado garantías a la burguesía agroalimentaria, el sector más asociado al bolsonarismo.

Se trata de un frente que se presenta como nacional-desarrollista ante sus aliados burgueses, cebando a los trabajadores con un Estado supra-clasista y una democracia extra-clasista, oscureciendo el carácter de clase del Estado, que es burgués, y la democracia como una forma de dominación dictatorial de la burguesía sobre la clase obrera. El Partido de los Trabajadores es un partido pequeño burgués, con sus vicisitudes y desviaciones burocráticas, sus llegadas electorales buscan su paraguas en el Parlamento burgués, muestran que durante mucho tiempo el PT ha buscado ser el vínculo entre la burguesía nacional y los imperialistas y las masas trabajadoras, tendiendo a garantizar el yugo de la opresión del capital sobre la clase obrera. Si gana las elecciones, Lula gobernará para la burguesía de los grandes monopolios productivos nacionales e internacionales.

También es imprescindible no pasar por alto el papel que el centrismo ha jugado en el proceso electoral, caminando sin problemas por el terreno de la papeleta burguesa, en el campo del orden y las reglas de mantenimiento de la propiedad privada de los medios de producción, sin arañar el sagrado derecho a la propiedad. El alcance del "Polo Socialista Revolucionario" ha demostrado ser débil, sin un corte de clase, sustituido por el discurso de la "democracia universal". Esta adaptación aleja a importantes sectores de los trabajadores de la lucha por la revolución proletaria, considerando la democracia abstracta en lugar de la democracia burguesa en sus tiempos de decadencia. Al igual que el reformismo, se anclaron durante todo el gobierno actual en la defensa del anticolonialismo, limitándose a las acciones de "Fuera Bolsonaro" y a la lucha por las agendas identitarias. Se sitúan bajo la bandera del estatismo, simplemente sentados en el programa de transición, dejando de lado las banderas de la lucha de clases, de la dictadura revolucionaria del proletariado, de la toma del poder político por el proletariado, de la expropiación de la burguesía.

La noción de "la democracia que necesitamos" o de una democracia con "contenido democrático de los trabajadores", a través de la lucha con "independencia de clase y autoorganización por la base" defendida por el MRT, muestra una confusión entre "democracia" y gobierno, como si una democracia obrera fuera posible bajo el capitalismo. El PSTU, por su parte, afirma que es necesario un "programa socialista, obrero y revolucionario" para derrotar a la extrema derecha, junto con el "sistema" que la ha creado. Por lo tanto, está claro que dicho programa no es un programa de transición para acercar los enfrentamientos necesarios a la revolución socialista. No es otra cosa que un plan de gobierno del Polo Socialista y la conclusión es: "por eso es un error apoyar a Lula en la primera vuelta", dejando claro que "pasar a la acción con independencia de clase" tiene fecha de caducidad. En la segunda vuelta, plantean un voto crítico a Lula, abandonando el supuesto programa revolucionario para dedicarse a la primera tarea, que es derrotar a Bolsonaro en las urnas.

El hecho es que el malabarismo discursivo de la idea de "independencia de clase" deja claro el avance en la adaptación del centrismo al Estado burgués. De esta manera lanza humo a los ojos de la clase obrera, abraza a la pequeña burguesía, renuncia a denunciar que el Estado burgués es el brazo articulado opresor y represor de la relación capital versus trabajo, en un momento de agudización de la lucha de clases.

Ante este escenario político brasileño, cada vez está más claro que la polarización planteada en estas elecciones seguirá siendo la tónica de la política brasileña, no se superará después de la segunda vuelta. El hecho es que la burguesía seguirá buscando el orden político que más convenga a sus intereses y está claro que eso pasa por la elección de Lula y Alckmin, por lo que está claro que Lula no gobernará para los trabajadores. Tenemos que saber que tanto la formación de un frente amplio, como el bolsonarismo aumentan la necesidad de que los trabajadores se vuelquen en sus tareas históricas y pongan la lucha de clases a la orden del día.

Para ello, la situación de profundización de la crisis económica y política que plantean estas elecciones exige la necesidad de que los trabajadores voten nulo. El voto nulo es una posición tomada en el marco de la independencia de clase, ya que la salida para los trabajadores no será a través de las instituciones del régimen democrático burgués, sino a través de la acción directa en las calles, con huelgas y ocupaciones, por tanto, recuperando los métodos de lucha acumulados históricamente. Como defendía Lenin, "la burguesía se ve obligada a falsear la verdad y a llamar a la república democrática (burguesa) "gobierno popular", o democracia en general, o democracia pura, que en la práctica representa la dictadura de la burguesía, la dictadura de los explotadores sobre las masas obreras..." (1918)

Cualquiera de estos posibles gobiernos intensificará el choque entre el capital y el trabajo. Es fundamental que volvamos a nuestras bases, enfrentando a las burocracias traidoras y levantando una política que recuerde la estrategia de la revolución proletaria, postergada por la política reformista y centrista de ocupar espacios en el campo democrático como una tarea urgente para la clase obrera. Para nosotros, los trabajadores, la política central es construir un partido revolucionario, bajo la IV Internacional, que ponga en marcha el programa de transición hacia la dictadura del proletariado.

Escribimos esta carta, conscientes de que la gran lucha que protagonizaron recientemente fue un duro golpe para las patronales, la burocracia sindical y el gobierno. Pero los más importante de la lucha fue el ejemplo que dieron al conjunto de la clase obrera, con los métodos obreros de lucha y afectando la producción. Son los liberales, en palabras de Lenin, los que dicen a los obreros: "ustedes son fuertes cuando encuentran simpatías en la sociedad… El marxista dice: Ustedes encuentran simpatías en la sociedad cuando son fuertes.”

Es por eso que debemos defender esa gran conquista que es el sindicato recuperado de la burocracia y ampliar sus funciones para afectar no solo a la patronal del neumático, sino ser eje organizador de una franja de trabajadores.

Sostenemos que con la autoridad que se ha ganado el SUTNA en la lucha puede lanzar una gran campaña obrera por la recuperación de los sindicatos, esto fortalecería a las alas antiburocráticas y combativas de las distintas ramas a dar la pelea por echar a la burocracia de nuestras filas.

Sabemos que la directiva del SUTNA ha planteado ingresar a la CGT como gremio industrial, en caso de que avance esa idea, proponemos discutir que su ingreso sea con la necesidad de formar una Central Única de Trabajadores batallando por derrotar y expulsar a la burocracia sindical y centralizar la pelea de los trabajadores en una Central Única. Debe ser parte del programa de la Central la tarea programática de ir contra la estatización de los sindicatos, por eso planteamos ¡abajo la ley de asociaciones sindicales! Ya que ésta ata nuestras organizaciones al Estado burgués. Estamos por el control obrero ante la desorganización de la economía; por un Congreso de delegados de base mandatados de ocupados y desocupados; por un paro general activo, entre otros elementos programáticos que permitan agitar y propagandizar una salida obrera a la crisis.

Por último, proponemos a la directiva del SUTNA viajes por distintos puntos del país para realizar charlas en frente único con activistas y delegados sindicales, para lo cual nos ponemos a su disposición. También pueden pensarse campañas internacionales aprovechando como ejemplo la solidaridad activa que mostró el sindicato del neumático de Brasil, Sintrabor.

Saludos revolucionarios,

Corriente Obrera Revolucionaria

17/10/2022

 

 

Sábado, 15 Octubre 2022 20:43

XVI Congreso de la COR

Los días 8 y 9 de octubre se realizó en Buenos Aires el XVI Congreso Ordinario de la COR, con delegados de las regionales e invitados internacionales de la LOI Brasil y de la COR Chile, integrantes de la TRCI (Tendencia por la reconstrucción de la IV Internacional).

El primer día abordamos la discusión de las tesis discutidas en el pre congreso, con informes internacionales y nacionales que actualizaron e incorporaron debates al calor del desarrollo de las tendencias mundiales y su expresión en el terreno nacional.

Los elementos que consideramos clave para aproximarnos a las principales tendencias a nivel internacional y su interrelación en el terreno nacional son: la invasión rusa a Ucrania, la continuidad de la pandemia y las respuestas que se dieron a la misma desde los Estados (especialmente China) y las consecuencias de estos factores en la economía mundial. Esta extensión en el tiempo del conflicto es muy peligrosa, ya que agudiza mucho más la crisis mundial y genera procesos de crisis políticas y económicas en diversos países ante el encarecimiento de los alimentos y el aumento de la inflación, tornando aún más inestables a los gobiernos de turno. Esa combinación de crisis alimentaria e inflación está produciendo levantamientos, como el de Sri Lanka; incipientes fenómenos de recomposición de procesos de lucha de los sindicatos, como los llamados a huelga en Italia, Bélgica, Francia e Inglaterra; o procesos de pujas salariales, como China y otros países. En EEUU esta puja se está dando con un importante proceso de sindicalización en sectores de servicios, con una nueva generación a la cabeza de estos reclamos.

La aceleración de la crisis por la pandemia y ahora los efectos de la guerra ya han producido una desaceleración del crecimiento de la economía mundial y el aumento de la inflación. Esto ha llevado a EEUU a aumentar las tasas de interés, lo que ha producido un aumento del riesgo de tornar impagables las deudas de los Estados y un posible quiebre de la cadena de pago de los privados.

Estamos en un periodo histórico de descomposición imperialista y procesos de asimilación de los ex Estados obreros. Esto, dentro de la época imperialista de crisis, guerras y revoluciones, se caracteriza por su proceso a la descomposición en una época de cambios bruscos. Por eso es importante el análisis de los procesos de asimilación de los ex Estados obreros, ya que la transición a una restauración capitalista se da en medio de una guerra, una crisis histórica del rol del Estado burgués y la dificultad de su asimilación al sistema de Estados.

Abordamos un debate sobre la crisis del Estado burgués y su forma de dominación, como es la democracia burguesa, rescatando el concepto de Trotsky sobre el bonapartismo de la degeneración y la tendencia de esa forma de dominación a su autoliquidación. Analizamos más profundamente las lecciones del proceso chileno y la degeneración de los bonapartismos sui generis en la región.

Definimos que la tendencia a nivel mundial es a exacerbar una política guerrerista por parte del imperialismo, abriendo procesos de masas de enfrentamiento más directo con los gobiernos y un mayor endurecimiento del aspecto represivo para disciplinar y dominar.

En el plano nacional, discutimos los efectos y cómo se expresa esa situación mundial en el semi Estado argentino y su gobierno. El gobierno de Alberto, Massa y Cristina está sostenido por el FMI y cada 3 meses debe rendir cuentas para evaluar si ha hecho bien el ajuste para seguir teniendo sobrevida. Es un gobierno a la deriva, que no logra reunir el poder necesario para implementar el ajuste. Es por eso que debe apoyarse en el imperialismo para poder lidiar con la crisis, buscar crear un frente interno tras una idea de unidad nacional, dando concesiones a los diferentes sectores de la economía con un dólar específico para cada uno y tratando de acordar con la burocracia sindical para intentar avanzar en un supuesto plan de shock para frenar la inercia inflacionaria. En realidad, se está preparando para “ganar tiempo” ante la posibilidad de un proceso de lucha de clase más agudo y para ingresar a un escenario electoral no tan convulsionado. Tuvimos un rico debate sobre las lecciones del conflicto del SUTNA, sindicato del neumático dirigido por el PO, que después de 5 meses de lucha logró conseguir un aumento en paritarias ante la férrea negativa de un gran frente burgués para derrotar la lucha.

Las tesis internacionales y nacionales fueron aprobadas por unanimidad.

El segundo día realizamos un informe sobre partido, donde hubo mucho intercambio entre los delegados del congreso, reafirmando la importancia de la construcción de una organización revolucionaria en lucha política contra los que niegan la importancia de la organización, como los centrista influenciados por las tendencias autonomistas y redistribucionistas que plantean las construcción de partidos de presión al régimen burgués, que hablan de socialismo sin revolución y dan cuenta de todo un avance en su adaptación teórica y política a los movimientos por derechos y  a una idea redistribucionista en el plano económico.

Votamos realizar charlas de presentación del Cuaderno #2 de la COR, que publicamos recientemente y lleva por título “Sobre la revolución y el programa”, además de charlas con los camaradas de Chile sobre las lecciones del proceso y charlas sobre Brasil y el balance de las elecciones en el país. Resolvimos publicar una carta abierta al SUTNA para debatir, desde la autoridad que logró como sindicato después del conflicto, las posibilidades de abrir un debate al conjunto del movimiento obrero.

Después del punto de partido y resoluciones se realizó una sesión cerrada donde se votó una nueva dirección de la COR.

El lunes 10 de octubre realizamos una reunión de la TRCI con las delegaciones que habían asistido al Congreso y debatimos el balance del mismo y acordamos el próximo Congreso de la TRCI para el 2023 y el cronograma para presentación de tesis y discusión.

   

 

Ayer, miércoles 12 de octubre, realizamos en el Pabellón Mariano Ferreyra (ex- Casa Verde) de la FFyH de la UNC la 2º charla del ciclo Perspectiva Marxista en Córdoba. A cargo del camarada Maximiliano Cortés de la COR Chile, la exposición abordó el proceso abierto a partir del llamado “estallido” de octubre de 2019 y la política del régimen burgués luego del paro general del 12 de noviembre del mismo año para reabsorber institucionalmente las fuerzas elementales que irrumpieron en las calles y comenzaron a hacer tambalear la dominación capitalista en la producción. La seguidilla de elecciones y el proceso de la Convención Constituyente fueron expuestos con nitidez, para avanzar en una caracterización, las perspectivas que abre el triunfo del rechazo al texto del proyecto de nueva constitución y las tareas que se plantean al proletariado y a la juventud combativa en Chile y en toda la región, en medio de una crisis mundial acelerada por la pandemia y luego por la guerra en Ucrania.

Concluida la exposición, se abrió un rico debate con preguntas y planteamientos de los asistentes. Se debatió sobre el rol de las direcciones de la izquierda y del movimiento obrero en el proceso, sobre los discursos de los sectores reaccionarios que despuntan en Chile y a nivel internacional, sobre los efectos de la represión y los alcances del intento de desvío institucional ensayado por la burguesía. La necesidad de la construcción de un partido internacional, para nosotros la IV Internacional reconstruida, como dirección del proletariado capaz de conquistar el poder, tarea a que se aboca nuestra tendencia internacional, la TRCI, quedó expuesta como principal tarea para una nueva generación de revolucionarios. Cerrando esta segunda charla, invitamos a los asistentes a participar de la próxima, que consistirá en la presentación del Cuaderno de la COR  #2, a realizarse en fecha y lugar a determinar.

Después de 5 meses de lucha los trabajadores del SUTNA lograron arrancarle un aumento salarial a las patronales que permite que el valor de la fuerza de trabajo no pierda tanto ante el ajuste y la inflación. Pero lo más importante es que lo lograron imponiendo los métodos obreros de paralizar la producción, base de poder de la burguesía. Y lograron quebrar el gran frente burgués que se había formado para derrotar a los trabajadores y su conducción, dentro del cual están todas las alas de la burocracia, desde los más carneros hasta los que se la dan de combativos, como Pablo Moyano.

Mostraron donde está el poder de la clase obrera, en la producción, y no en los pasillos del parlamento, o en las oficinas de los ministerios. Además, este conflicto tuvo expresión internacional, al recibir la solidaridad del sindicato de Brasil, lo cual abrió la posibilidad de una acción internacional. La unidad de las tres plantas de neumáticos, con piquetes, quite de colaboración, movilizaciones, paros escalonados, dirigidos por un sindicato recuperado como es el SUTNA mostró también por qué debemos recuperar nuestras organizaciones para la lucha, echar a la burocracia sindical de nuestras organizaciones y luchar para que los sindicatos se conviertan en herramientas revolucionarias en la lucha por el poder.

Y demostraron, por enésima vez, dónde están nuestros enemigos: en el gobierno, en la oposición patronal, en el empresariado nacional e internacional y en la burocracia sindical.

La patronal tuvo que ceder algunos puntos en la negociación paritaria, pero logró no ceder en cuanto a la discusión de los ritmos de trabajo, o sea en el control de la producción. Esta tarea es la queda pendiente, sobre todo porque es un sindicato que es dirigido e influenciado centralmente por el PO. Decimos esto, partiendo del planteo de que los sindicatos deben ampliar sus funciones, es decir, no solo pelear por el salario, sino cuestionar el poder al interior de las fábricas, en la necesidad del control obrero de la producción para mostrar al conjunto de la clase la potencia de la dirección obrera contra la anarquía del capital.

Madanes, dueño de FATE, en gran parte del conflicto dejó en claro que su objetivo era destruir la organización sindical para garantizar que la productividad del trabajo no fuera afectada por problemas sindicales. La necesidad de garantizar el trabajo continuo es una de sus obsesiones. Marx debatía mucho sobre la importancia del tiempo en la economía burguesa y decía: “Por eso, no hay que decir que una hora de trabajo de un hombre vale tanto como una hora de otro hombre, sino más bien que un hombre en una hora vale tanto como otro hombre en una hora. El tiempo lo es todo, el hombre no es nada; es, a lo sumo, la cristalización del tiempo.” Esta definición de Marx es el fundamento del sistema capitalista para la explotación, por eso los marxistas peleamos por destruir la relación entre capital y trabajo, y esta destrucción no puede darse de otra forma que de forma revolucionaria.

Después de esta lucha el SUTNA tiene la posibilidad de organizar una tendencia al interior de nuestra clase que se organice ante la necesidad de enfrentar el ajuste y a nuestros enemigos de clase. Puede lanzar una campaña por un Congreso de delegados de base que vote un plan de lucha, llamando a formar oposiciones sindicales en todos los gremios y, especialmente, por la simpatía que este conflicto generó entre los trabajadores de las principales automotrices, donde la burocracia del SMATA viene de acordar con los patronales mayor flexibilización laboral.

Por una salida obrera a la crisis.



Martes, 27 Septiembre 2022 22:29

Apoyemos las luchas estudiantiles en CABA

El viernes 23 de septiembre comenzaron las tomas de los colegios de CABA a partir de la decisión tomada por los estudiantes del Mariano Acosta, que luego se extendió a varios otros la semana siguiente, entre ellos, el Lengüitas, el Mariano Moreno, la Federico García Lorca, la Ernesto Padilla, el Liceo 5 Pascual Guaglianone y la Escuela de Cerámica N°1.

Luego de las medidas de aislamiento impuestas en la pandemia, los pibes volvieron a las aulas para encontrarse con la calamitosa situación de sus establecimientos escolares, no solo en materia edilicia, sino en otras condiciones como la distribución de viandas. Recordemos que hace pocas semanas una estudiante de la ciudad murió por desnutrición. Es que Larreta y Acuña siguen con su plan de reformas reaccionarias en educación que afectan tanto a las condiciones laborales de docentes y no docentes, como a las condiciones de acceso y permanencia en las escuelas de los estudiantes. Un reclamo importante de los estudiantes en lucha es cuestionar el programa de pasantías que plantea el gobierno porteño, que no es más que mano de obra barata para las empresas y hasta prevé trabajo precarizado en la policía (¡!).

La ministra (y futura candidata) Acuña, fiel a su estilo provocador, denunció que esto es impulsado por el sindicalismo afín al kirchnerismo y amenazó con denuncias penales y sanciones de todo tipo. Por ahora, esto no ha desalentado las tomas, sino todo lo contrario.

Y, para desbaratar el argumento de Acuña, hemos de decir que los K han sido, desde el gobierno nacional y desde las épocas de los gobiernos de Néstor y Cristina, los que han sentado las bases para el atropello a las condiciones educativas, desde las políticas salariales, la mantención de la provincialización de la educación, los planes de injerencia cada vez mayor de los organismos de crédito internacionales y las grandes empresas en la educación (según sus intereses económicos), hasta la desidia en la infraestructura edilicia, entre muchos etc. Recordemos que es su gobierno el que está llevando adelante el feroz ajuste que imponen el FMI y que, en los meses por venir, se seguirá profundizando.

Debemos reorganizar a las tendencias de izquierda, combativas, revolucionarias para disputar en los centros de estudiantes la influencia de las diferentes corrientes burguesas y pequeño burguesas que nos atan a las políticas de más miseria. Forjemos la unidad obrero-estudiantil y pongamos nuestras fuerzas a disposición de las luchas obreras para enfrentar juntos las políticas de hambre del imperialismo, a la vez que desarrollamos la lucha de clases en el aparato educativo.

Por un plan de lucha conjunto de estudiantes, docentes y no docentes

Por su parte, la docencia de CABA viene de realizar un importante paro el 22/9, cuya continuidad se discutirá el 29/9. La medida responde a la misma situación de ataque a las condiciones de trabajo y estudio en la educación pública. La persecución política al activismo es moneda corriente en las escuelas y colegios. A esto se suma la mayor precarización salarial que impondrían las jornadas pagas fuera de horario de servicio. Si bien las bases de UTE y Ademys, dos de los principales sindicatos docentes, tienen los mismos problemas, la burocracia de López se niega a buscar instancias de confluencia con otros sindicatos. De esta manera, mantienen la fragmentación haciendo plenarios separados en UTE, cuando es fundamental la unidad para movilizar y demostrar fuerza y profundizar organización y un plan de lucha sostenido. Así, los paros que plantea esa conducción terminan siendo para contener y contentar a las bases, donde hay una enorme bronca (no solo contra Larreta, sino también contra el gobierno del FdT). Por eso proponemos que se convoque a plenarios de delegados de base con mandatos votados en cada establecimiento escolar, sin distinción de la representación sindical, unificado, para desarrollar un plan de lucha único para imponer la reapertura de la paritaria y contra el feroz ajuste orquestado por el FMI e implementado por los gobiernos nacional y provincial/municipal.

En este sentido, la lucha de docentes y estudiantes debe tener un norte común. Y no solo en CABA, sino en todo el AMBA, donde los SUTEBAS opositores están realizando importantes paros en contra de las políticas educativas de Kicillof. Ademys puede poner el sindicato a disposición de la lucha estudiantil, facilitándoles espacios de debate, brindando asesoramiento y apoyo. Convoquemos a una gran marcha educativa de toda la educación y a la organización de instancias comunes de deliberación y lucha.

 

Llamamos a las corrientes de izquierda y a la vanguardia combativa del sistema educativo a discutir las tareas que tenemos en esta crisis, con el objetivo de poner en pie una Oposición Sindical Revolucionaria en la Educación con libertad de tendencias, que se proponga dar esta pelea. Organicemos un congreso nacional de listas y agrupaciones antiburocráticas para debatir fraternalmente un balance de las experiencias de las listas de oposición en todo el país y discutamos de cara a la base, con boletines y plenarios de delegados, reorganizar la oposición a nivel nacional, con una perspectiva de independencia de clase.

 

 

Abajo el acuerdo con el FMI, no al pago de la deuda externa.

No a la reforma laboral.

Reapertura inmediata de las paritarias. Salario inicial igual a la canasta básica, en una cuota y con cláusula gatillo.

No al recorte, aumento del presupuesto educativo.

Pase a planta permanente de los trabajadores precarizados. Titularización de los docentes sin cargo. Cargo pago para los ad-honorem.

¡No a las pasantías precarizadoras!

Abajo la reforma del gobierno de Larreta.

No a las capacitaciones los sábados.

¡Basta de represión a trabajadores y estudiantes! ¡No a los sumarios y a las multas por luchar!

Unidad de los sindicatos docentes. Fuera la burocracia sindical. Por un congreso de delegados de base con mandato de todos los sindicatos para llevar a cabo esta pelea.

¡Abran las escuelas y las universidades a la clase obrera! Horas de estudio pagadas por las patronales, triple turno de cursado, ingreso irrestricto. Boleto obrero-estudiantil pagado por las patronales.

Todo el apoyo a los trabajadores del SUTNA en lucha.

Paro nacional de las centrales obreras para enfrentar el ajuste y el acuerdo con el FMI.

¡Ya salió!

Cuardernos de la COR #2

Sobre la revolución y el programa

Presentamos una nueva Edición de Cuadernos de la COR. En este cuaderno reeditamos tres notas publicadas en distintos periodos de la organización. Hemos ampliado y corregido algunas partes de los textos al calor de los debates y síntesis que fuimos consiguiendo como partido.
Estamos en un periodo histórico de descomposición imperialista y procesos de asimilación de los ex Estados obreros, donde la transición a una restauración capitalista se da en medio de una guerra, una crisis histórica del rol del Estado burgués y la dificultad de su asimilación al sistema de Estados. Es en este escenario histórico donde nos toca intervenir para apostar a la construcción de una organización
revolucionaria internacional que logre saldar la crisis de dirección del proletariado y dé una salida a la barbarie capitalista.

Corriente Obrera Revolucionaria.
Tendencia por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional.
Argentina, septiembre de 2022

Alberto Fernández y Massa viajan a EEUU a recibir órdenes y detalles del programa imperialista que el FMI impone al país. En medio de la Guerra en Ucrania y la crisis mundial, el gobierno ya optó por arrojarse a los brazos del Tío Sam, que le reclama más y más ajuste. Así, el nuevo proyecto de presupuesto presentado por Massa al congreso establece 770 millones de pesos para todo el sistema universitario, muy por debajo de los casi 900 millones que pidió el CIN (rectores) en su último congreso y representa apenas un aumento del 57% respecto al presupuesto por decreto del 2021 muy por debajo, también, de la inflación. En la UNC, estos recortes se evidencian a cada paso, desde la vuelta a la presencialidad el comedor fue reducido a un puñado insignificante de becas para estudiantes y cerrado para docentes y no docentes, la situación edilicia es cada vez peor, las aulas están hacinadas, se redujeron contenidos, etc. Al mismo tiempo, la precarización laboral ha avanzado escandalosamente, han proliferado los contratados, monotributista, ad honorem, muchos docentes cumplen tareas de titulares con cargos de categorías más bajas, hay una sobrecarga del trabajo de no docentes y ni hablar de la miseria salarial. Sin ir más lejos, la última paritaria cerrada por las burocracias de CONADU (docentes) y FATUN (no docentes) no solo no ha recuperado todo lo perdido en los últimos años, sino que además apenas supera el 60% para todo el 2022, cuando la inflación ya se calcula que será mayor al 94%. Todo el ataque que lograron hacer pasar durante la cuarentena quieren cristalizarlo como la “nueva normalidad”, muy a tono con las exigencias del FMI de reducción del gasto público y las reformas en educación, trabajo, jubilación, etc. La contrapartida son los enormes recursos destinados a posgrados, los acuerdos con clúster tecnológicos, acuerdos con universidades privadas y de la iglesia, todas las inversiones en programas de educación virtual a distancia, etc. No se trata de un problema administrativo de cómo se usan los recursos, sino que es el plan educativo del FMI y el BM que las autoridades universitarias de todos los colores están comprometidas a implementar.

Recuperemos nuestras organizaciones

El pasado 05-09 estudiantes de FFyH nos hicimos presentes en la sesión del consejo directivo para reclamar por el arreglo inmediato de casa verde que se hunde literalmente, lo que llevó al cierre de la fotocopiadora del CEFyH, de un aula y dos baños. La respuesta del directivo fue echarle la culpa al consejo superior que no destina fondos y crear una comisión ad hoc para tratar el problema edilicio.  La decana Dezutto y compañía intentarán usar el reclamo estudiantil en sus  peleas internas con el rector Boretto, la otra facción que dirige la UNC, para conseguir agua para su molino, mientras intenta desviar al activismo en los estrechos márgenes de sus instituciones. Quienes estuvimos en la lucha del 2018 ya conocemos estas artimañas.
 Hemos logrado que la conducción del CEFyH (Estudiantes al Frente-Bisagra) llame a una asamblea general para el martes 27-10 a las 18:30 en casa verde. Esta será una primera instancia para comenzar a organizarnos, debemos poner en debate recuperar nuestras organizaciones de manos de quienes no son más que voceros de las autoridades, votemos poner en pie un cuerpo de delegados de curso o comisión (mandatados y elegidos en asamblea), y que la comisión directiva del centro se subordine a las decisiones de este organismo verdaderamente democrático.
Debemos encarar la pelea contra el ajuste presupuestario en conjunto con docentes y no docentes, también los compañeros deben sufrir direcciones que se arrodillan ante las autoridades universitarias y el gobierno, impulsemos un plenario de delegados Docentes, No Docentes, Investigadores y Estudiantes que nos permita definir un pliego único de reivindicaciones y el plan de lucha para imponerlo. Tomemos el ejemplo de los docentes de la UEPC y de tantas otras provincias, así como los de numerosas fábricas, que con el paro y la movilización salen a dar pelea por el salario y las condiciones de trabajo.  
La crisis se acelera, el intento de asesinato a Cristina a manos de un grupo de lumpenes es expresión del nivel de descomposición del semi estado argentino, nos llaman a defender su democracia para ricos y sus instituciones mientras preparar más ajuste y explotación. Debemos meter la lucha de clases al aparato educativo cuestionando su dirección, debemos enfrentar a los administradores de la miseria, peleando por un gobierno de los sindicatos docentes, no-docentes y de las organizaciones estudiantiles para poner la universidad al servicio de la lucha de la clase obrera, que en Córdoba y todo el país enfrenta con sus métodos el ajuste del FMI que aplican el gobierno nacional del FdT y los gobernadores.

  • Aumento del presupuesto.
  • Plan de obras.
  • Apertura del comedor sin restricciones.
  • Triple turno de cursado. Aumento ya de cargos docentes y no docentes.
  • Basta de trabajo precario. Pase a planta permanente ya!
  • Reapertura de las paritarias. Salario inicial = a la canasta básica, indexado a la inflación.
  • Fuera el FMI y el BM de nuestros planes de estudio.

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