Desde la Corriente Obrera Revolucionaria (COR) nos solidarizamos y nos ponemos a disposición de los trabajadores y de los delegados sindicales de la planta de SanCor Sunchales, Provincia de Santa Fe, quienes enfrentan por estas horas un claro intento de amedrentamiento por parte del gobierno provincial que apostó a las fuerzas policiales dentro de la planta.
Repudiamos enérgicamente la militarización de Pullaro, gobernador de la provincia, que a pedido de la patronal lechera impide que los trabajadores ejerzan su derecho a huelga. Mientras tanto, la patronal sigue incumpliendo con el pago de salarios y aportes jubilatorios a sus trabajadores. Militarizan una planta industrial con el fin de impedir la paralización de la producción, método obrero que reivindicamos y defendemos frente a la avanzada patronal.
SanCor viene de una larga lista de incumplimientos a sus trabajadores y de rescates millonarios por parte del Estado. El último intento fue la fallida puesta en marcha de un fideicomiso.
Los trabajadores de la industria láctea bajo el sindicato de ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) vienen denunciando públicamente que la patronal ya tercerizó varias unidades de negocios, que existe un intento de vaciar la empresa y una posible “huida” de los directivos de la planta.
Claramente las fuerzas de seguridad del estado burgués están para garantizar la propiedad privada de los medios de producción y a punta de pistola quieren imponer nuevas condiciones en la relación capital- trabajo a partir de una reforma laboral que garantice a las empresas mano de obra barata y flexible.
La solidaridad de clase con los trabajadores lecheros no se puede hacer esperar. Hoy el conjunto de los trabajadores sufrimos los embates de las políticas de ajuste de las patronales, del gobierno nacional y los gobernadores para imponer el plan del FMI y las metas del déficit cero. Pero los trabajadores ya dimos sobradas muestras de combatividad a pesar de las direcciones sindicales, el pasado 24 de enero, con un paro nacional aunque sin continuidad. Enfrentamos el protocolo de Bullrich en todo el país. Es momento de preparar las condiciones para derrotar el plan de Milei y el FMI. Es primordial confiar en nuestras propias fuerzas para esto. Tenemos que reorganizarnos en las estructuras laborales, en las fábricas, en las escuelas y en las universidades para golpear a los capitalistas en la producción y desorganizarle el aparato estatal.
El gobierno de Milei y sus aliados macristas van por todo en su plan de torcer a favor de las patronales la relación capital-trabajo e imponer los dictados del FMI y el imperialismo. Su viaje a Israel muestra el alineamiento total a EEUU y su enclave de ocupación y exterminio del pueblo palestino. En la línea de alcanzar el déficit cero para juntar dolares para pagar la deuda externa y activar los negocios del capital financiero más concentrado, detona la audiencia por el salario mínimo y la paritaria nacional docente, mientras anuncia un recorte vía licuadora inflacionaria al presupuesto en educación (y al presupuesto en general).
En sintonía con lo anterior, el viernes 16 de febrero los funcionarios nacionales se reunieron con el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y las federaciones de los trabajadores universitarios (cinco docentes y una no docente) para ofrecer un aumento del 6% para el mes de febrero, que se sumaría al 10% ya acordado en el miserable arreglo que las conducciones burocráticas firmaron con el gobierno anterior. Recordemos que aquel acuerdo en cómodas cuotas no contempló ninguna adecuación para el mes de enero, por lo que sólo ese mes los trabajadores de las UUNN perdimos más de un quinto de nuestro salario. En total, la perdida arroja para los últimos 3 meses un 50% según las propias federaciones. Además, hay que sumar (restar en realidad) el descuento del FONID para los docentes de los colegios preuniversitarios, que también se ven afectados por ese recorte al igual que el resto de la docencia de los colegios y escuelas de todo el país. La “oferta” además indicaba trasladar la negociación de la paritaria fuera del ámbito de educación, algo que desconoce las disposiciones de los Convenios Colectivos del sector. Las seis federaciones rechazaron, sin una nueva audiencia a la vista y con el inminente cierre de las liquidaciones. Debemos decir que la caída del salario real de los trabajadores de la UUNN es algo sostenido en el tiempo por lo menos desde hace 15 años, lo novedoso es lo abrupto de la destrucción salarial a la que nos somete el gobierno liberal.
El recorte presupuestario va más allá de lo salarial. El reconducido del presupuesto 2023 implica una baja real de más del 50% del mismo vía inflación, lo que pone en jaque el funcionamiento de las unidades académicas. Las autoridades universitarias, con la genuflexión que las caracteriza, serán las encargadas de administrar el ajuste: ya se rumorean restricciones horarias, restricciones al uso de equipos de refrigeración y calefacción, corte de programas de becas y asistencia como los comedores universitarios, etc., etc. La gratuidad ya es hace años una ilusión con el cobro de cursos y posgrados, no se descarta la avanzada en la línea del autofinanciamiento; debemos recordar que la Ley de Educación Superior (LES) del menemismo sigue vigente y nunca fue derogada por los gobiernos Nac&Pop. Debemos enfrentar estos recortes porque implicarían el deterioro aún mayor de las condiciones de las instalaciones y equipos, con todo lo que esto implica para nuestras condiciones de higiene y seguridad laboral y para la salud de los estudiantes. Enfrentemos el “autofinanciamiento”, es decir, el avance de la privatización de la ya elitizada educación universitaria, peleando porque abran las escuelas y universidades a la clase obrera.
Las federaciones universitarias quieren mostrar la ahora tan de moda “unidad”, impulsando el Frente de Sindicatos de Universidades Nacionales, pero esa unidad no pasa de declaraciones impotentes ante el avance bestial de Milei. La verdadera unidad de clase tiene que apuntar a un plan de lucha, con el paro general de todas las universidades y la ocupación de las facultades y edificios. Impulsemos asambleas por facultad, asambleas interclaustros y plenarios de delegados de base con mandato en cada universidad del país para discutir un pliego único de reivindicaciones juntos a los estudiantes e investigadores de CONICET y un plan de lucha para sacar a la burocracia sindical de la comodidad de sus sillones e imponer nuestras condiciones al gobierno nacional y a las autoridades cómplices del ajuste. Por salarios que superen la canasta básica indexados mensualmente a la inflación, pase a planta de todos los precarizados, condiciones seguras de trabajo y contra las intentonas por avanzar en el teletrabajo como forma de flexibilización laboral y desorganización de nuestra clase.
Proponemos a las corrientes combativas y de la izquierda, impulsar oposiciones revolucionarias para enfrenar a las burocracias de las federaciones y los sindicatos de base. La tentación de la unidad “antimilei” con los que nos vienen entregando desde hace años a los diferentes gobiernos de turno no puede llevarnos más que a la derrota. Organicemos un plenario nacional de la oposición docente y no docente para prepararnos para la lucha por venir. De lo contrario, la confusión reinante puede hacer que las energías de la bronca contra el ajuste del gobierno nacional se dispersen y termine imponiéndose el plan de nuestros enemigos, a esto apuestan Milei y sus cómplices.
La lucha universitaria deberá ser parte de una pelea más general, en primer lugar con todos los trabajadores de la educación de los otros niveles, que están en pie de guerra por la anulación de la paritaria nacional y el recorte del Fonid. ¡Vamos al paro educativo nacional!
Se impone asimismo la unidad con el conjunto de los estatales y trabajadores de la industria, los servicios y las organizaciones sociales independientes del Estado para organizar el paro general contra el DNU, los protocolos represivos y todo el plan fondomonetarista de Milei, Macri, los gobernadores y el resto de la casta burguesa arrodillada al capital financiero internacional.
Docentes y nodocentes universitarios de la COR
La incertidumbre es total ante este nuevo ciclo lectivo. La brutal devaluación de Milei que apalancó la espiral inflacionaria, pega de lleno en los ingresos de las familias obreras que tienen que afrontar un gasto descomunal en materiales, indumentaria y transporte para enviar a sus hijos a la escuela.
Además, a escasos días del inicio de clases, Milei traslada a las provincias los costos de su derrotada ley ómnibus, al cerrar el grifo de las transferencias discrecionales. Dentro de estas partidas, se encuentran el FONID (que complementa los salarios docentes que pagan las provincias) y los aportes a las cajas jubilatorias provinciales no transferidas a la Nación.
Este ataque, junto a la negativa a convocar a la paritaria nacional docente, pone en aprietos a la burocracia Celeste en CTERA y los sindicatos provinciales, que pretendían hacer la plancha, echándole la culpa a la base por no votar a su candidato Massa. La eliminación del FONID y el acelerado deterioro de las condiciones de vida, abrieron un debate importante en las escuelas, obligando a Alesso, Baradel y compañía a hablar de un NO INICIO de clases que no querían y no prepararon.
Muchos docentes no recuerdan ya, o no conocen, el origen del FONID. Es necesario traer su historia a colación porque explica en gran medida la debilidad de CTERA para enfrentar la motosierra de Milei.
De bajar la huelga con una carpa. De la carpa a la cooptación.
La docencia de las provincias venía de protagonizar el Maestrazo contra el ajuste salarial de Alfonsín, una huelga nacional docente de 43 días, que obligó incluso a la CGT a declarar un paro general en solidaridad. La conciliación obligatoria y el pésimo rol de la burocracia sindical docente, llevó la huelga a la derrota. Pero la simpatía y apoyo de todo el movimiento obrero y amplios sectores sociales a la lucha docente se forjaron en la firmeza del Maestrazo, mucho antes de la carpa blanca.
La descentralización educativa impuesta por la dictadura genocida fue profundizada por Menem, quien completó el traslado de la educación no universitaria a las provincias y avanzó con las reformas educativas que promovían los organismos de crédito internacionales. Estas políticas del menemismo resultaron en estallidos provinciales. La docencia fue protagonista de las luchas, destacando la huelga de 140 días de la docencia rionegrina, pero también con huelgas educativas duras en Neuquén, Misiones, Jujuy y San Juan. La dirección de CTERA jugó la carta de siempre: aislar los conflictos provinciales, y desviar la atención hacia la Capital Federal, instalando una carpa de ayunantes frente al Congreso de la Nación, en reclamo de una ley de financiamiento educativo.
Durante 1003 días, la carpa blanca se convirtió en un emblema de resistencia pasiva, cultural, al menemismo, mientras los conflictos provinciales eran reprimidos y ahogados. Así perdimos a la compañera Teresa Rodríguez, asesinada por la represión al Cutralcazo. La enorme simpatía social generada por la lucha docente, fue traicionada por la burocracia de CTERA cuando decidió levantar la carpa a cambio de la creación del Fondo de Incentivo Docente (FONID) financiado mediante un impuesto adicional al impuesto automotor. La carpa se levantó, la recaudación del FONID fue un fracaso, y Menem nunca pagó. La conducción de CTERA fue cooptada por el gobierno de la Alianza que eliminó el impuesto y prometió el pago del FONID mediante Transferencias directas del Tesoro nacional a las provincias. Pero De la Rúa tampoco cumplió y abandonó el gobierno dejando la deuda docente sin pagar.
El estallido de la convertibilidad menemista incluyó el veto de Duhalde al FONID dentro del presupuesto en 2002. Y siguió el derrotero de incumplimientos, incluso durante los primeros años de la gestión de Kirchner. Conflictos mediante, finalmente se empezó a pagar a fines de 2003, bajo el mismo régimen de transferencias directas del Tesoro, que hoy le permite a Milei borrarlo de un plumazo.
Durante los gobiernos kirchneristas, la agrupación celeste nacional enquistada en CTERA y los sindicatos provinciales fue abyecta colaboradora del ajuste K y la creciente precarización laboral dentro del sistema. La burocracia de CTERA fijaba los techos salariales en al paritaria nacional docente, sin cuestionar nunca la fragilidad del FONID como parte de los fondos discrecionales del Poder Ejecutivo. Es la misma burocracia que hoy reclama que se cumplan los porcentajes del presupuesto establecidos en la Ley de Financiamiento Educativo, otro instrumento legal sancionado para derrotar la lucha docente en 2005, pero que dejó pasar su incumplimiento sistemático por todos los gobiernos anteriores.
Los que hicieron de la Carpa Blanca el emblema de campaña de De la Rúa, finalmente se subieron al carro del Frente de Todos. Hoy, con Yasky de diputado por el kirchnerismo, Baradel de funcionario de hecho de Kicillof en Buenos Aires, y la celeste como gran mediación, la burocracia de CTERA ha logrado sobrellevar una profunda crisis de dirección. Ahora Milei pasa su motosierra sobre el FONID y el fondo compensador, poniendo a la burocracia sindical docente frente al espejo de su propia responsabilidad.
Saquemos lecciones para organizar una oposición sindical revolucionaria en CTERA
Este derrotero de la burocracia explica en parte por qué la lucha docente en estos años se dispersó en el paralelismo o recurrió a desbordes por fuera de los sindicatos a través de autoconvocatorias. Hubo avances en la recuperación transitoria de seccionales y sindicatos, pero las enormes experiencias de lucha en estos 40 años de democracia, destacando San Juan y Jujuy recientemente, no pudieron consolidarse en recuperación de sindicatos y en la disputa por la dirección nacional. Hay un balance pendiente entre las tendencias antiburocráticas y la izquierda, que necesitamos saldar para forjar una oposición nacional que pueda ponerse a la cabeza de la lucha por derrotar el ataque de Milei y los gobernadores, donde la independencia de clase es la base programática fundamental.
El DNU y los proyectos de prohibir el derecho de huelga en educación (declarándola servicio esencial), la reforma educativa, laboral y los ítems salariales de productividad que impulsan Milei y los gobernadores, así como los ataques directos al salario docente y las jubilaciones, el deterioro brutal de las condiciones de vida de nuestros estudiantes y de las y los trabajadores de la educación de todo el país, nos ponen ante el desafío de imponer la convocatoria a un PARO EDUCATIVO NACIONAL y un plan de lucha sostenido. Si el FONID no existe, QUE TAMPOCO EXISTA NORMAL INICIO DE CLASES.
Impongamos la reapertura de paritarias nacional y provinciales, eligiendo en plenarios de delegados a nuestros paritarios, mandatados y revocables. Obliguemos a Milei y a los gobernadores a sentarse a discutir un salario inicial docente igual a la canasta familiar indexado a la inflación, con recomposición real de los básicos salariales. No podemos seguir tolerando que nuestro salario esté compuesto de adicionales, ítems en negro y bonos atados a la discrecionalidad del gobierno de turno. Si no hay plata para salarios, para salud y educación, que no haya plata para el FMI y los buitres.
La docencia desconfía con razón de la burocracia, y Milei ha usado a su favor este hartazgo, generando enorme confusión. Las agrupaciones y listas antiburocráticas que defendemos la independencia de clase, tenemos la tarea de combatir esta confusión, forjando una alternativa de dirección en abierta oposición a la burocracia responsable de esta situación. La reciente recuperación de la seccional capital en Córdoba, las seccionales antiburocráticas de SUTEBA, son herramientas que pueden preparar las condiciones para avanzar en saldar la crisis de dirección. Las seccionales recuperadas y las listas antiburocráticas y de la izquierda tenemos que darnos una instancia nacional de discusión, que clarifique ejes programáticos y un plan de acción común para poner en pie una oposición sindical revolucionaria que pueda forjar un nuevo activismo docente, recuperando las mejores experiencias de lucha y la confianza en la huelga, la ocupación de escuelas y reparticiones y la movilización.
Docentes de la COR
14/02/2024
Ayer en el Congreso se cayó ley ómnibus, mientras Milei daba pleitesías al enclave de Israel. Quedó demostrado que el supuesto cambio del “estatismo” al “liberalismo” no cuenta con el apoyo de un régimen político inestable. Los recientes acontecimientos mostraron que los representantes de la burguesía nativa, del imperialismo y de los grandes capitales están en una crisis histórica, en una eterna agonía del régimen impuesto con la constitución del ‘94, golpeado por procesos de lucha de clases como fue el 2001 y, ahora, sin rumbo claro.
Lo que sucedió en el Congreso fue una disputa de intereses que nada tienen que ver con los de los trabajadores. Se trató de una disputa parlamentaria entre sectores que representan diferentes fracciones económicas, negociando su sumisión al imperialismo, buscando ventajas en la letra chica del articulado de la ley, por lo cual fue aprobada en general. Fue el “fuego amigo” lo que en realidad le asestó una derrota parlamentaria al gobierno de Milei, donde los supuestos aliados tienen la intención fortalecerse para negociar un gobierno de coalición. Esta idea de buscar unidad burguesa por parte de la llamada “oposición dialoguista” es producto de que han leído los procesos de lucha de clases que produjo no sólo la ley ómnibus sino el DNU, el protocolo anti-piquetes y el paquete de ajuste y devaluación lanzado por este gobierno. La resistencia que generó este ataque en todas las líneas a los trabajadores y a los jubilados fue creciendo con el correr de los días. Hizo que la CGT tuviera que llamar a movilizar y a un paro sin continuidad. Hubo una aceleración en los procesos de lucha, volvieron a aparecer las asambleas barriales, se retomaron las calles a pesar del protocolo de Bullrich, se abrió un proceso de deliberación en algunos sindicatos y surgieron elementos de combatividad en las concentraciones frente al Congreso mientras se trataba la ley.
La caída de la ley ómnibus se festejó como un triunfo contra Milei, pero debemos ser conscientes de que, si bien este traspié del gobierno lo hace más débil, aún no hemos derrotado lo esencial del ataque a nuestro salario y el plan económico de Caputo dictado por el FMI. Y en esta lucha los sectores combativos hemos sufrido muchos embates, con detenciones, procesamientos, represión y, quizás lo más grave, la condena en suspenso del dirigente del PO mendocino, Martín Rodríguez, mediante un juicio abreviado, por manifestarse en contra del ajuste bajo la figura de reiterancia.
Debemos preparar las condiciones para derrotar el plan de Milei y el FMI y es primordial confiar en nuestras propias fuerzas para esto. Tenemos que reorganizarnos en las estructuras laborales, en las fábricas, en las escuelas y en las universidades para golpear a los capitalistas en la producción y desorganizarle el aparato estatal. No hay que dejarse engañar por los kirchneristas y los burócratas sindicales, que con discursos indignados y posando de luchadores buscan reforzar el estatismo y les dicen a los trabajadores que tienen que confiar en salidas institucionales.
Este semi Estado burgués, al que defienden los burócratas, no es nuestro Estado y es el gran verdugo de los trabajadores. Es mentira que LLA quiere eliminarlo, la única clase que puede destruir al Estado capitalista y opresor es la clase obrera.
Las conducciones sindicales peronistas están en una encrucijada, la situación objetiva en nuestro país se ha modificado y hasta inclusive una pelea salarial es una pelea política. Tomar sólo acciones económicas muestra un límite enorme, sino se pasa a acciones políticas. En esta contradicción están las direcciones burocráticas y es por eso que no quieren desarrollar los métodos obreros de lucha como los paros activos, porque estarían obligados a enfrentar a los empresarios y el régimen político garante de sus intereses como burócratas. En el plano político, la CGT busca contener a los trabajadores y tratar de reconstruir el PJ como partido.
Es tarea de los revolucionarios llevar a programa las reivindicaciones inmediatas de las masas y transformarlas en reivindicaciones transicionales que permitan decantar una vanguardia que se plantee como tarea la necesidad de la construcción de un partido revolucionario para preparar la revolución obrera y socialista y un gobierno obrero.
Por un congreso de delegados con mandato de base, de trabajadores ocupados y representación de movimientos desocupados independientes.
Por un plan de lucha y un paro general para derrotar el plan de Milei y el FMI.
Basta de represión, desprocesamiento inmediato de todos los luchadores.
Durante la movilización en Mendoza contra el tratamiento en el Congreso del paquete de leyes antiobreras del gobierno de Milei, fue detenido el dirigente del Partido Obrero, Víctor da Vila. Acusado de participar junto a miles de trabajadores de la masiva protesta en el marco del paro nacional convocado por las Centrales obreras el pasado 24 y de las acciones contra el DNU y el proyecto de ley ómnibus este 31/1. En el transcurso del día de hoy, fue detenido en la calle Martín Rodríguez, dirigente del Polo Obrero de Mendoza, bajo las mismas acusaciones. Así opera la justicia burguesa. El gobierno de Cornejo hace gala del protocolo represivo que aplica Cambia Mendoza y mostrarle a la casta nacional cómo la casta provincial impone orden y disciplinamiento en medio del descalabro social y económico.
Exigimos la inmediata libertad y desprocesamiento de Víctor, Martín y todos los trabajadores por luchar. La CGT y CTA tienen que actuar en consecuencia y convocar a paro general por la libertad de los compañeros, hasta tirar abajo el DNU, la ley ómnibus y los protocolos represivos de Bullrich y los gobernadores.
C.O.R. Corriente Obrera Revolucionaria – Regional Mendoza
Después de la demostración de fuerza en las calles del paro del 24, con movilizaciones importantes en gran parte del país y una gran concentración frente al Congreso nacional, el gobierno ha tenido que retroceder en su “todo o nada” porque el fantasma de nada sigue sobrevolando sobre su gobierno. Esta jornada mostró que hay predisposición de lucha para enfrentar el plan de Milei, sus aliados y el FMI, a pesar de la burocracia sindical, que sólo quiere aprovechar este descontento para negociar. Incluso, en las principales ciudades de Latinoamérica y el mundo hubo actos y movilizaciones en solidaridad con los trabajadores argentinos.
Las negociaciones en el Congreso y fuera de él demuestran el carácter reaccionario de un régimen que negocia nuestro destino en ministerios, cuartos de hoteles o casas particulares. Lo que sí es evidente es que la casta política, con los gobernadores a la cabeza, le ha dado la bienvenida a la casta de Milei y lo ha disciplinado al punto de que debería cambiar su slogan por ¡viva la transa carajo! No hay nada bueno para nuestra clase en esas leyes y el DNU. Si se votan los poderes especiales, el presidente queda liberado para retomar las reformas que no se voten en la ley ómnibus.
Pero, como buen pequeñoburgués asustado, Milei retrocede en los pedidos de los grandes empresarios, los capitales del campo y sus representantes políticos, en este caso los gobernadores, sabiendo que en la línea de ajuste, sumisión al FMI y ataque a los trabajadores hay completo acuerdo. Intenta, con este retroceso, recomponer cierta unidad burguesa para sostener su débil gobierno.
El paro del 24 no fue tan contundente en las grandes fábricas del país, producto de que la burocracia lo boicoteó abiertamente y sólo garantizó su poder de movilización como medida de presión. Es verdad que en algunas fábricas importantes donde se concentra el movimiento obrero industrial el debate sobre el DNU y la ley ómnibus no está instalado y algunos compañeros consideran que a ellos no los afecta, aunque sí los afecta la cuestión salarial y el proceso inflacionario. La burocracia no une los dos reclamos, sino que centra su pelea contra Milei y sus leyes, tratando de ser contención de procesos más radicalizados y, en el plano político, un sostén para reorganizar el PJ, golpeado después de la derrota electoral Massa. Con respecto a los salarios, en vez de poner el paro en función de estos reclamos, mientras se desarrollaban la movilización del 24, varios gremios negociaban paritarias a la baja, como el STIA (alimentación) y Comercio. Quizás el más escandaloso fue el caso de ATE, enrolado en la CTA, que negoció a la baja en medio de una ola de despidos en su sector.
Este proceso de lucha de clases abierto con la llegada de Milei al gobierno plantea la cuestión de con qué dirección lo enfrentamos: si es con la CGT, los legisladores del PJ y los restos de los K; o desarrollando y preparando las condiciones para formar un partido revolucionario, con un programa transicional que destruya las ideas heredadas del pasado que están en nuestra clase y abran el camino a una revolución obrera y socialista, y a un gobierno obrero. Una de las tareas centrales es formar una dirección revolucionaria en los sindicatos que rompa con toda idea parlamentarista, estatista y de conciliación de clases, que enfrente a este semi Estado burgués, que prepare las condiciones para formar un partido revolucionario.
Retomar las tareas de los revolucionarios en momentos álgidos de la lucha de clases es de primer orden, debemos hablar en el idioma de la revolución, para dialogar con los sectores de trabajadores, que han salido a la lucha y que aun confían en sus direcciones sindicales o políticas.
En las movilizaciones del 24 se expresó en la calle una burocracia sindical más aliada a los sectores de la burguesía no monopolista, que se ven perjudicados por un gobierno que apuesta más a los grandes capitales que a recrear una burguesía nacional, como pretendían los K y aliados; un sector de movimientos piqueteros, algunos que están perdiendo la tutela del Estado y otros independientes nucleados en la Unidad Piquetera; trabajadores estatales nucleados en las dos CTA, cuyas direcciones están en una crisis histórica ante el retroceso de su utópico proyecto de conciliación de clase con una supuesta burguesía progre; jubilados en gran número; trabajadores no sindicalizados que la burocracia ha dejado a la deriva, que son los trabajadores cuentapropistas y de las apps para nombrar algunos. También vimos la reaparición de las asambleas barriales, donde se expresa un sector de la pequeña burguesía pauperizada por los distintos gobiernos y que retoma una idea de democracia asamblearia, ante la crisis terminal de la democracia pequeñoburguesa de las semi colonias, así como a sectores como los de la cultura, que fueron atacados por el DNU de Milei y que están un proceso de reorganización y balance de su actividad y la relación con las instituciones del Estado. La izquierda trotskista se expresó con una columna independiente, donde confluyeron los sectores que influenciamos, donde se destaca el SUTNA como sindicato recuperado.
Hacemos esta descripción esquemática y parcial para mostrar la confluencia que se dio en las calles y la confusión de objetivos de los sectores en lucha. También para remarcar la ausencia de los batallones del movimiento obrero industrial como caudillos del proceso y la necesidad de que entren en escena los trabajadores de las grandes fábricas y enfrenten a sus patronales que son las que están detrás del plan de Milei y el FMI.
Debemos seguir luchando en las calles hasta que caigan las leyes de este gobierno y sus protocolos y, a la vez, debemos llevar a las estructuras de trabajo, las fábricas, la educación, la cultura, a los movimientos piqueteros y las asambleas barriales, lo que se expresa en las calles para darle una organicidad que nos permita votar delegados, echar a los delegados burocratizados, sindicalizarnos en los sindicatos que pertenezcan a nuestras ramas y otras tareas. Expresar el descontento en organización y programa permitirá que el proceso inconsciente que se desarrolla en las calles se vuelva consciente y recupere los sindicatos y amplie sus funciones en la necesidad de llamar a un congreso de delegados de base con mandato de ocupados y desocupados que vote un plan de lucha, que se niega a impulsar la burocracia, y un programa obrero de salida a la crisis.
Mientras la casta negocia, los trabajadores luchamos
Por un paro nacional activo el 24/1. Por un plan de lucha para derrotar el DNU, la ley ómnibus, el protocolo de Bullrich y el plan de ajuste del FMI.
Este 24 de enero debemos tomar en nuestras manos la medida convocada por la CGT y las CTAs para rechazar el plan de Milei y sus aliados. Si bien sabemos que este llamado de la burocracia sólo se limita a presionar al gobierno para después negociar, debemos tomar esta medida como un punto de partida para desarrollar la deliberación y organización en los lugares de trabajo. Tenemos que apropiarnos de nuestros métodos obreros, que la burocracia sindical intenta utilizar para negociar intereses ajenos a los de nuestra clase, por eso no le da continuidad a la lucha.
Este paro general es producto de una situación de profunda crisis en Argentina, como parte de las tendencias que se desarrollan en el continente. Y se da en un escenario internacional atravesado por un proceso de descomposición del imperialismo, con una enorme crisis económica y enfrentamientos bélicos como los que se están dando entre Rusia y Ucrania, el enclave de Israel y la resistencia palestina. El imperialismo senil intenta consolidar un nuevo pacto entre capital y trabajo, lo que significa un ataque en toda la línea a la clase obrera. Tanto al interior de los países imperialistas, como en las semicolonias, las consecuencias ya se están sufriendo, la clase obrera mundial debe dar una respuesta independiente de las burguesías y sus agentes y plantear una salida revolucionaria.
Para derrotar este ataque debemos no sólo ganar las calles, sino volcar todas nuestras fuerzas en la tarea de desorganizar al régimen burgués desde su base, que es la producción. Por eso es importante que el paro se haga realmente efectivo en las fábricas; esto abre la posibilidad de que intervenga el movimiento obrero industrial de forma consciente. También es fundamental extender la paralización de los servicios, así como la ocupación de los edificios públicos por la reincorporación de los despedidos en distintos organismos públicos y la lucha contra el vaciamiento de otros, para desorganizar el aparato del Estado.
La resistencia a las medidas de Milei ha llevado a la reaparición de asambleas populares en distintos barrios y localidades. Nuevamente, se ha generado un gran proceso deliberativo ante el acelerado avance de la crisis. Esa organización territorial de un sector de trabajadores tiene que confluir necesariamente con las organizaciones obreras para dar una salida superadora.
Debemos echar a la burocracia y recuperar los sindicatos para que vuelvan a tener centralidad como organizaciones de nuestra clase. Los sectores combativos y de izquierda que están a favor de la independencia de clase tenemos una gran tarea en esta situación. Este 24/1, marchamos en la columna independiente por:
- Salario inicial acorde al costo de vida y aumentos según inflación. Pase a planta de los contratados. Basta de despidos y reincorporación inmediata de los afectados. No al protocolo de Bullrich. Abajo del DNU y la Ley Ómnibus. Contra el ataque patronal y del FMI.
- Convocar a un Plenario nacional de delegados, agrupaciones y activistas opositores a las conducciones, de estatales y privados y representantes de los movimientos sociales, que funcione con mandato de asamblea y con despachos por mayoría y minoría para votar un plan de lucha y dar una salida obrera a la crisis.
Estas medidas de lucha planteadas por la oposición deben abrir una perspectiva que desarrolle una vanguardia obrera que establezca los prerrequisitos para la formación de un partido revolucionario que levante el programa de la IV Internacional.
Fundamento
La coalición gobernante de Macri-Milei pretende imponer, por la fuerza, una nueva relación, un “pacto” entre el capital y el trabajo que garantice, mediante el disciplinamiento de los trabajadores, obtener una alta productividad y maximizar las ganancias de las multinacionales, principalmente aquellas ligadas al negocio energético y financiero. Para ello necesita no sólo reducir los costos laborales sino, sobre todo, doblegar la voluntad de nuestra clase, liquidando al movimiento obrero organizado.
Ante esto, las conducciones de los grandes gremios, que permanecieron 4 años en silencio avalando el ajuste “en cuotas” del kirchernismo y el peronismo, se han visto obligadas a llamar a un paro general, al no contar con un canal de negociación serio con el gobierno y, fundamentalmente, presionados por la base.
Pero no hay que dejarse engañar, la burocracia sindical no busca fortalecer la organización de los trabajadores, sino un referente peronista que sirva como recambio burgués ante una posible caída en picada del gobierno producto de una contracción económica, inflación y caída del peso incontrolables.
Esto implica subordinar la lucha de las organizaciones de los trabajadores a los intereses de los partidos patronales y del régimen político capitalista.
Ante esto, la clave para los sectores antiburocráticos e independientes de las patronales es reagruparse y fortalecer una verdadera oposición sindical que dispute la dirección de los gremios.
Con este fundamento proponemos como moción:
- Que el plenario convoque y prepare para el mes de febrero un Plenario nacional de delegados, agrupaciones y activistas opositores a las conducciones, de estatales y privados y representantes de los movimientos sociales, que funcione con mandato de asamblea y con despachos por mayoría y minoría
- En esta perspectiva, realizar una campaña activa para convocar a los sectores opositores especialmente del movimiento obrero industrial y energético, sectores cuyo peso es clave para enfrentar el DNU y la Ley Ómnibus y hacer retroceder el ataque patronal.
- El 24 marchar con una columna independiente de la burocracia que plantee: salario inicial acorde al costo de vida y aumentos según inflación, pase a planta de los contratados, basta de despidos y reincorporación inmediata de los afectados, no al protocolo de Bullrich, abajo del DNU y la Ley Ómnibus, contra el ataque patronal y del FMI.
CORRIENTE OBRERA REVOLUCIONARIA
En esta situación donde el conjunto de la clase trabajadora está siendo blanco de un ataque furibundo por parte del gobierno de Milei, que empleando DNUs, proyectos de ley y las fuerzas represivas del estado, embiste contra a nuestras condiciones salariales, laborales y organizativas, el escenario para los trabajadores estatales en las provincias se vuelve cada vez más complicado.
A lo largo y ancho del país los distintos gobiernos provinciales, ya sean parte de Juntos x el Cambio, Unión x la Patria u otras coaliciones autóctonas, se suman a ese ataque que no tiene otro fin que el de alinearse con el FMI y los sectores patronales más concentrados para garantizar el pago de los intereses de la deuda externa, achicando el déficit presupuestario, para lo cual, siempre la variable de ajuste, son nuestras condiciones de vida.
En San Luis particularmente, no debemos de olvidar que Rodriguez Saá, durante sus años de mandato cumplió un rol patronal muy importante. Logró disgregar sindicalmente a los trabajadores estatales, aumentó de muchas maneras la precarización laboral, eliminó las paritarias y cuando sectores, como los docentes, masivamente se pusieron en pie de lucha en el 2004 y 2010, los mando a reprimir y quebró las luchas por hambre con los descuentos salariales.
El Gobierno de Poggi (otrora funcionario de los gobiernos Saaístas y aprendiz de ellos) es continuidad en el ataque hacia los trabajadores.
Por ello ha decretado el pago de los salarios estatales en dos veces, asi como tambien el congelamiento salarial por todo el 2024.
Nos venía ajustando Rodriguez Saá, Poggi viene a profundizar y acelerar el ajuste, pero es momento de decir ¡basta!
El rol de las Conducciones Sindicales
En San Luis la dispersión sindical es muy grande.
Si bien esto se da en la mayoría de los sectores estatales, el ejemplo más claro se da en Docentes.
Hay 5 sindicatos distintos: Uda, Amet, Asde, Utep y Sadop (privados) con muy pocos afiliados cada uno y una gran cantidad de docentes sin afiliación a ningún sindicato.
Esta situación se debe a las derrotas ocurridas en los conflictos del 2004 y 2010 y la entrega de esas luchas por la mayoría de las conducciones sindicales.
Todos estos años evitaron confrontar con el gobierno, antes los distintos ataques de Rodriguez Saá. Muchos fueron sus aliados y militaron sus campañas políticas, por todo ello existe una gran desmovilización y desconfianza a la hora de afiliarse.
En el resto de los sectores estatales provinciales (Salud, Judiciales, Administración Publica, etc), aunque con diferencias de matices, la realidad es parecida.
Si bien, producto de la bronca y de forma muy espontánea, se está comenzando a gestar un movimiento de trabajadores autoconvocados (docentes y trabajadores de salud) que ha desafiado los intentos de algunas conducciones sindicales de permanecer en la inacción, esto tiene que servir como impulso para reorganizarse dentro de los sindicatos.
Es una tarea del activismo independiente y la izquierda afiliar a los desafiliados, presionando a las direcciones para salir a la lucha y paralelamente organizar oposiciones sindicales revolucionarias que se planteen recuperar los sindicatos para ponerlos al servicio de nuestros intereses.
El paro Nacional del 24 de Enero
Las Centrales Sindicales (CGT y Ctas) más allá de declaraciones públicas en contra de los planes Gubernamentales, en los hechos están garantizando la gobernabilidad a Milei y sus secuaces.
Lejos de tratar de organizar asambleas en los lugares de trabajo para votar un plan de lucha a la altura del ataque que venimos sufriendo, quieren llevarnos a confiar en instituciones que no son las nuestras: en la Justicia Burguesa y también en la cueva de ladrones que es el Congreso Nacional, para de esta manera negociar sus privilegios que se ven afectados con los decretos y leyes.
Han llamado tardíamente a un paro Nacional para el 24 de enero desde el mediodía con la sola perspectiva de demostrar un numero importante de trabajadores en la calle.
Debemos de aprovechar esa oportunidad y preparar con asambleas y plenarios de delegados de base que el paro sea contundente en los lugares de trabajo y confluir en una gran movilización provincial el 24 de Enero.
Ademas del repudio a las legislaciones que nos quiere imponer Milei y los gobernadores, debemos comenzar a deliberar un plan de lucha a corto mediano y largo plazo para enfrentar la crisis que nos están haciendo a pagar a los trabajadores estatales, ya que nos vienen ajustando desde hace mucho tiempo.
Abajo el ajuste a los trabajadores!
Fuera el FMI!
Abajo el DNU y la Ley Omnibus de Milei!
Abajo el desdoblamiento y el congelamiento salarial de Poggi!
Aumento salarial, salario inicial = canasta familiar, con ajuste mensual a la inflación !
Pase a planta permanente de los compañeros estatales contratados y/o monotributistas!
Plenarios de delegados con mandato de asamblea para imponer nuestras demandas!
Estatales de la COR
Regional San Luis
Luego de inaugurar su buena sintonía con Milei reprimiendo la manifestación del 22/12, Llaryora profundiza el romance entre el cordobecismo del PJ provincial y sus aliados (HUxC) con el gobierno nacional de LLA. Tras el intento de desconocer la paritaria ya firmada por los sindicatos estatales, vigente hasta este mes de enero, el 27/12 el gobierno hizo votar en la legislatura provincial el aumento de los descuentos a los estatales para financiar la Caja de Jubilaciones y la mutual APROSS. Los montos llegan hasta un 4% en el caso de la Caja y hasta el 2% para el APROSS. Este recorte al salario se da en medio de una inflación galopante, que bordea la hiper. Llaryora ya ha declarado que se dispone a renegociar a la baja el aumento pactado para enero, que debía equiparar la inflación de diciembre, así como a reponer el diferimiento por seis meses de los aumentos a los jubilados. El ataque en regla contra los estatales se completa con una ola de despidos de trabajadores precarizados a partir del inicio de 2024. A la fecha, ATE ha relevado 58 despidos en SENAF y más de una veintena en salud, entre tantos otros en el resto de las reparticiones.
Este ataque no podría haber avanzado tanto sin el rol traidor de la burocracia sindical, que había llamado al paro provincial de estatales para el martes 26/12, que se esperaba sería contundente. La docencia encabezada por la UEPC Capital, recuperada por una lista combativa, ya había hecho una marcha importante y las asambleas en el poder judicial y otras reparticiones sentaban las bases para pararle la mano a Llaryora. Pero una vez que se garantizó que la clausula gatillo de diciembre, equivalente a la inflación de noviembre, sí se pagaría, la burocracia decidió levantar el paro sin haber solucionado el problema de los descuentos. El llamado a parar luego de la votación en la bicameral fue tardío y para descomprimir, la bronca entre los estatales se expresó en la gran marcha del jueves 28/12. La CTA-ATE directamente estuvo ausente de la marcha y no impulsó el paro en las reparticiones, salvo algunos delegados independientes de la conducción verde. Ante los despidos, el SEP no hizo más que convocar a los “afectados” a su sede gremial para hacer presentaciones administrativas, sin organizar ninguna acción contundente en los lugares de trabajo ni llamado a paro en toda la provincia. ATE se limitó a declararse, por enésima vez, en estado de alerta y movilización, sin llamar a asambleas ni ninguna otra medida ante el golpe del gobierno provincial.
Los trabajadores estatales nacionales de varias secretarías como la de Trabajo, ante una situación similar, garantizaron ayer el ingreso de los despedidos a las dependencias e hicieron asambleas permanentes para que estos no queden aislados, es un buen ejemplo a seguir. No es tiempo de tibios, debemos frenar los despidos con medidas contundentes como la paralización y ocupación de toda repartición donde haya despidos y preparar desde las estructuras la movilización para imponer el paro provincial activo y conquistar nuestras demandas de reincorporación, pase a planta y aumento para llevar el salario inicial al nivel de la canasta familiar, con ajuste mensual a la inflación. Desarrollando la lucha contra Llaryora nos fortaleceremos para preparar el paro general del 24 de enero convocado por las centrales. Desarrollemos en todas las reparticiones asambleas para votar el pliego de reivindicaciones de la lucha y las acciones para garantizar la medida, no podemos dejar en manos de la burocracia el enfrentamiento al gobierno de Milei y sus aliados. La UEPC Capital se ha ganado el lugar para llamar a un gran plenario provincial de los sectores, delegados y activistas opositores a la burocracia para discutir como llevar este plan de acción a cada fábrica y lugar de trabajo.
El gobierno de Milei envió al Congreso en el día de ayer una ley “ómnibus” que intenta sentar las bases para una nueva Argentina y, de paso, adjudicarse poderes especiales para dirigir la transición, inspirándose -según dicen- en los postulados de Alberdi. La ley fue enviada luego de una multitudinaria concentración en los Tribunales Federales de Buenos Aires y las principales ciudades de todo el país, en la que la CGT le pidió a la justicia que declare inconstitucional el DNU presentado hace unos días. En menos de 24 horas la justicia falló en contra con un argumento formal, aduciendo que el DNU aún no está en vigencia.
En la concentración, la CGT apeló a un clásico de su arsenal burocrático: golpear para negociar. Igualmente, en la Plaza Lavalle mucha gente empezó a gritar por un paro nacional. En la desconcentración hubo incidentes con la policía y su protocolo anti-piquetes, que cada vez hace más agua, ante el descontento generalizado que comienza a generar el gobierno de Milei.
La ley “ómnibus” es un proyecto de ley que intenta ser un programa estatal, que busca llevar a leyes una relación de fuerza con las masas que aún no ha sido establecida. Es una anticipación a algo que sólo puede pasar con una derrota histórica de la clase obrera y el pueblo pobre, ya que es así como impone las leyes la burguesía y, aun así, como somos una semi colonia, esas leyes son abstractas y débiles ante los vaivenes de la lucha de clases.
Dicen inspirarse en Alberdi, pero Alberdi escribió las bases para una república, con la idea de consolidar una burguesía nacional en formación. Estas bases inestables del gobierno se basan en salvar a la burguesía nativa ante su descomposición, particularmente luego de 40 años de democracia burguesa ininterrumpida. Actúa sobre una contradicción real que tiene el capitalismo monopolista, que se expresa en su relación entre el capital y las formas de dominación que es la democracia burguesa. Esta contradicción histórica está carcomiendo las formas de dominación, es decir, al Estado burgués y sus instituciones.
Ante este escenario, han declarado que la única forma de salir de esa crisis es enfrentar al proletariado, conscientes de su debilidad como gobierno, pero diciendo “si nosotros caemos caen ustedes también”. Por eso hay un sinfín de artículos ridículos en la ley “ómnibus” que lo utilizarían como prenda de negociación.
En la desesperación, hay unidad burguesa y apoyo del imperialismo, el problema son los tiempos, ya que, ante un ataque tan fuerte, no hay recambio burgués y es lo que está pidiendo el PJ y la burocracia sindical.
Lo que se ha demostrado es que hay reservas de lucha de nuestra clase, quizás aún se expresa de forma muy espontánea, pero la crisis del PJ como partido de contención tenemos que usarla para explotar esas contradicciones en su relación con las masas, y contribuir a forjar una nueva vanguardia que dispute la dirección del conflicto con independencia de clase.
Por eso, en esta situación es imperiosa la tarea de reorganizarnos en los lugares de trabajo, buscando la unidad con los compañeros que luchan, cuestionando a los que nos entregaron en los últimos años. Impulsemos asambleas que voten un paro general activo para tirar la ley “ómnibus”, el DNU y el protocolo antipiquete, por un aumento salarial equiparado con la inflación, ocupar los edificios estatales donde haya despidos o quita de conquistas entre otras medidas. El ataque va a ser en los lugares de trabajo, es por eso por lo que debemos organizarnos para mostrar que somos una clase antagónica y que tenemos un programa de salida a la crisis.
Mientas Milei busca desregular toda intervención del Estado en los negocios capitalistas, nosotros peleamos por destruir al Estado burgués y romper con todo lo que nos ata a un Estado que no es el nuestro. Debemos pelear por tirar abajo la ley de asociaciones sindicales que estatiza a los sindicatos y le da cobertura legal a la burocracia sindical.
Al cierre de esta nota se conoció el llamado de la CGT a paro nacional para el 24 de enero, con movilización al Congreso. Debemos garantizar la medida en cada lugar de trabajo, para que se haga efectiva y que la burocracia no la use como una moneda de negociación con el poder burgués. Pongamos en pie oposiciones sindicales revolucionarias en cada rama para preparar la contundencia de las acciones de lucha y la recuperación de las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos de manos de la burocracia sindical.
Hoy el SUTNA y las seccionales recuperadas en docentes y otras ramas tienen una tarea muy importante en la necesidad de reagrupar a la vanguardia, llamando a Plenarios con mandatos de base que preparen las condiciones de un Congreso de delegados de base.
Tenemos por delante una tarea urgente y central que es la de construir un partido revolucionario como sección de la reconstrucción de la IV Internacional. Apelar a la solidaridad internacional del proletariado latinoamericano y, especialmente, el proletariado norteamericano para derrotar a este gobierno de turno.
Por un congreso de delegados con mandato de base.
Por un paro general activo.
Abajo el DNU, la Ley “ómnibus”, el protocolo anti-piquete.
Fuera el FMI, Abajo el ajuste.
Por la construcción de un Partido Revolucionario, sección de la IV Internacional reconstruida.
Por un gobierno obrero.
Pararles la mano
Repudio a la represión de la policía de Llaryora
Durante la segunda jornada de protestas contra el mega DNU antiobrero de Milei, la policía de Llaryora aplicó el protocolo Córdoba contra las manifestaciones y reprimió la concentración que se manifestaba frente a Patio Olmos. Cerca de las 22.00hs, los efectivos avanzaron para liberar la calzada utilizando gases, palos, escudos, con un saldo de varios heridos y cinco manifestantes detenidos. En este momento, los detenidos aún no han sido liberados. Se descuenta que serán imputados, al igual que los trabajadores de salud y los dirigentes piqueteros y de ATE, estos últimos ya elevados a juicio. No es nueva la política de represión de la protesta obrera y popular en Córdoba, y hoy se aplica para sostener el plan del FMI y Milei contra los trabajadores. Es el “acompañamiento” que ofreció Llaryora al presidente luego de la reunión del martes 19/12.
Para frenar los protocolos represivos nacional y provincial contra las huelgas, las marchas y los piquetes y el DNU que apunto a desarmar la organización de nuestra clase, debemos imponer a las CGTs y CTAs el paro provincial. ¡Por la liberación inmediata de los detenidos!
Para tirar abajo el DNU que busca reducir a la nada el derecho a huelga y fortalecer al máximo el despotismo patronal en las fábricas, debemos desarrollar la lucha llevándola a las fábricas y lugares de trabajo.
¡Liberación inmediata de los detenidos!
Por un congreso de delegados de base con mandato.
Por un paro general.
Abajo los protocolos antipiquete y el DNU de Milei.
Fuera el FMI.
Ningún Ajuste.
Ayer realizamos una marcha en conmemoración del 20 de diciembre y contra la continuidad del ajuste de Milei. Logramos derrotar al protocolo de Bullrich que impedía marchar por las calles, llegando a la Plaza de Mayo. Esta acción de los sectores de izquierda y los movimientos piqueteros permitió romper el miedo que estaban metiendo desde el gobierno a manifestarse. Después de que Milei leyó el DNU por cadena nacional se produjeron cacerolazos y una masiva concentración en el Congreso. El nivel de crisis que estamos viviendo acelera todo proceso de concientización y politización en grandes sectores de masas, tengamos en cuenta que han pasado diez días desde la asunción de Milei.
Tenemos que ser conscientes de que no se derrota a un gobierno sólo con manifestaciones en las calles, sino que debemos organizarnos. Hay que sacar lecciones del 2001 y el 2017, para que los intentos de institucionalizar los procesos de lucha de clases no triunfen. La cooptación de los movimientos sociales y de derechos humanos post 2001 por el gobierno de Kirchner y el “Hay 2019” después de la lucha en el congreso en contra de la reforma previsional macrista, son ejemplo de los desvíos de la lucha en función de proteger al régimen político y al semi Estado burgués.
Después del DNU y los cacerolazos, y de haber estado ausentes en la marcha del 20, el PJ y la CGT comienzan a despertarse y llaman a judicializar el decreto, llevar todo al Congreso o incluso un llamado a paro de carácter incierto, no por mejorar las condiciones de los trabajadores, sino más bien por el ataque del DNU a las cajas de la burocracia sindical en los sindicatos.
El hecho de que plantee la limitación del derecho a huelga y asamblea en lugares de trabajo demuestra que el verdadero objetivo es disciplinar a la clase obrera. Enfrentar el DNU significa organizarse en los lugares de trabajo, votar delegados o echar a los de la burocracia, recuperar nuestras organizaciones sindicales y atacar al régimen burgués en la producción, donde está su base de dominación. Ninguna ley ni DNU van impedir que confiemos en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos. Quieren reglamentar el derecho a huelga, más huelgas prepararemos; quieren precarizar el trabajo, más nos organizaremos para impedirlo.
Nos enfrentamos a los representantes políticos de una fracción del capital que consideran que el Estado debe ser sólo un ente de control entre las partes y que debe haber libertad para comerciar. Intentan hacernos creer que se negocia entre iguales, pero, mientras nosotros sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo para vender, ellos tienen la propiedad privada de los medios de producción, el capital, al Estado, sus instituciones y, en nuestro caso, como somos una semi colonia, tienen de su lado al imperialismo para acentuar aún más su dominio. Intentan borrar todo atisbo de organización, para que las relaciones sociales de producción sean de carácter individual. El DNU es un decreto hecho para el gran capital nacional e internacional, para permitir el saqueo de los recursos y la superexplotación. La otra fracción pequeñoburguesa que nos gobernó hasta hace poco considera al Estado como un regulador y aplica el estatismo, que es una idea de economía dirigida orientada a preservar la propiedad privada en detrimento de las fuerzas productivas. El estatismo intenta mantener capas sociales parasitarias, por eso es profundamente reaccionario.
Tenemos diferencias irreconciliables con estos sectores de clase, nosotros luchamos por la destrucción del Estado burgués, por una revolución obrera y socialista, por la dictadura del proletariado, por la organización del trabajo sobre nuevas bases sociales. No tenemos puntos en común, no peleamos por una idea de democracia en abstracto, somos conscientes de que la democracia que defienden ellos es la democracia burguesa, de una clase reaccionaria que sostiene al sistema capitalista.
Luchamos por el poder, en la necesidad de construir un partido revolucionario, en medio de un escenario mundial de crisis y guerras como las que están sucediendo en Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel a Palestina.
Abramos el debate en nuestra clase para organizarnos y elaborar un programa transicional que dé respuestas revolucionarias a la crisis.
Por un congreso de delegados de base con mandato.
Por un paro general.
Abajo el protocolo anti piquete y el DNU.
Fuera el FMI.
Ningún ajuste.
20 de diciembre
A 22 años de la insurrección espontánea del 2001: Fuera el FMI, ningún ajuste. Por un gobierno obrero.
Este miércoles 20/12 marchamos en todo el país, no sólo para reivindicar el proceso de lucha del 2001 y recordar a los compañeros asesinados, sino para enfrentar la continuidad del ajuste que empezó el peronismo y ahora acelera la nueva gestión de Miliei.
Argentina está hundida en una profunda crisis, que se viene agravando desde hace años. Asistimos a la sucesión de gobiernos de coaliciones decadentes de lo que queda de los partidos patronales derivados del PJ y la UCR, que de una u otra manera siempre nos hacen pagar la crisis a los trabajadores, para salvar a alguna de las fracciones patronales. Esto dentro de una situación internacional que está signada por la continuidad de la guerra de Rusia contra Ucrania, la invasión de Israel a la Franja de Gaza y su guerra genocida, el desarrollo de la crisis mundial y las consecuencias de la pandemia. La descomposición del imperialismo y su dominación se expresa de forma histórica en la organización de las relaciones sociales como sistema capitalista, entendiendo que la organización del capital es anárquica. Esta situación de crisis y guerra está unida por un lazo dialéctico con la lucha de clases. Lo que debemos constatar es que no sólo en EEUU estamos asistiendo a una mayor intervención del movimiento obrero y sus métodos, sino que es un elemento de la lucha de clases que se está expresando en muchas partes del mundo, superando el estadio de revueltas o insurrecciones espontáneas, como se dieron en América Latina y otras regiones.
El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, con más afinidad con EEUU, convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Bullrich, ni bien asumió la cartera de Seguridad, presentó su protocolo represivo para amedrentarnos. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada. La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001, tirándoles el fardo a los radicales y a los K, como expresión fracasada del post 2001. El macrismo se resiste a entrar en la misma bolsa de fracasados y se acopla a esta supuesta “nueva fuerza” aportando sus parásitos para esta transición.
Ante esto es urgente la necesidad de organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar los sindicatos como herramienta de organización, con total independencia de clase. En esta situación acuciante, llamamos a las corrientes que se reivindican revolucionarias a tomar esta tarea, combatiendo la presión de la burguesía a través de la opinión pública y las alternativas conciliadoras. Impulsemos la deliberación en los lugares de trabajo en la perspectiva de convocar a un congreso de delegados de base con mandato para preparar un paro general con un programa obrera de salida a la crisis.
¡Fuera el FMI! ¡Ningún ajuste! Por un gobierno obrero.