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Detenido herido y desaparecido por la policía tucumana el viernes 15/5, el cuerpo del obrero rural Luis Armando Espinoza apareció este 22/5 en un acantilado, embolsado y encintado, en la zona de Alpachiri (Catamarca) a escasos metros del límite provincial con Tucumán.

A una semana de la desaparición de Luis a manos de la policía tucumana, Alberto visita a Manzur para darle apoyo político tratando de estrechar relaciones con los gobernadores peronistas en momentos en que se extiende la negociación con los bonistas y se aviva la disputa al interior de cada una de las coaliciones, oficialista y opositora, burguesas. La contracara, es el cuerpo de Luis, asesinado y arrojado al fondo de un barranco, a manos de la policía asesina, esa lacra impune del aparato represivo que es el Estado.

Luis, junto a su hermano Juan, pasaban en cercanías de un operativo de la policía que dispersaba a un grupo de personas reunidas pese a la cuarentena en el departamento de Simoca, cuando fueron sometidos por la policía. Juan fue golpeado y antes de perder el conocimiento alcanzó a ver que la policía disparó contra su hermano, quien fue cargado en una camioneta. Desde ese momento, Luis se encontraba desaparecido hasta hoy. La familia y amigos de Luis se movilizaron de inmediato para exigir su aparición con vida, cortando la ruta y denunciando a la policía como responsable.

Dos de los agentes bajo investigación por este hecho, Claudio Zelaya y Gerardo González Rojas ya tienen una denuncia previa por la muerte a golpes, bajo custodia policial de Alan Andrada, un joven de 20 años detenido a la salida de un boliche en 2018. Hecho aún impune. Además de estos dos, están bajo averiguación del delito de desaparición forzada, Rubén Montenegro (subcomisario), y los oficiales José Morales René Ardiles, Víctor Salinas, Miriam González, José Paz, Romano y un civil, empleado de seguridad privada del municipio de Monteagudo, Héctor Villavicencio.

La cuarentena, como medida estatal de control burgués de la circulación de las mercancías y de la fuerza de trabajo, como medida estatal de resguardo de los intereses de las patronales frente a la crisis económica mundial, está mostrando su carácter antiobrero. La multiplicación de los contagios, la muerte de Ramona y tantas más en las villas de Buenos Aires, y la represión que acompaña el despliegue de las fuerzas de seguridad en el territorio son el resultado de esta política. La cuarentena fue la excusa patronal para el abandono a su suerte de miles de obreros rurales en todo el país, tras ser explotados para la cosecha en la Patagonia y en Cuyo, mientras miles de trabajadores de la ciudad la viven como suspensiones, despidos y abusos patronales de todo tipo. Y también fue la excusa para la represión que se cobró la vida de Luis.

Sólo con métodos obreros podemos imponer justicia para Luis y castigo a los responsables de su asesinato. A manos de la justicia burguesa, veremos otro capítulo más de impunidad en la cuna del terrorismo de Estado. ¡Disolución de la policía y las fuerzas represivas! Las centrales sindicales deben llamar a un paro general en repudio a este crimen contra nuestra clase, y contra el desastre que significa el manejo de la pandemia en manos del Estado burgués. Con estos ejes, instamos a movilizar en todo el país, y en CABA a la Casa de Tucumán, a las corrientes de izquierda, a los sectores combativos del movimiento obrero y del movimiento estudiantil, y a los organismos de derechos humanos independientes del gobierno. Contra toda tregua y conciliación a la que nos lleva la burocracia, necesitamos armarnos de un programa de control obrero de la producción, de escala móvil de horas y salarios, y preparar un plan de lucha que nos permita avanzar en centralizar en nuestras manos las acciones de la salida a la crisis.

La noche del martes 19, los trabajadores cordobeses supimos que, al día siguiente, el gobierno de Juan Schiaretti y su fuerza Hacemos por Córdoba (HpC) se disponían a votar con su mayoría automática en la legislatura unicameral, en una sesión virtual, un nuevo saqueo a los jubilados de la provincia. Este recorte se concretó ayer y alcanza, según los cálculos del propio oficialismo, la friolera de $6.500 millones de acá a fin de año. El objetivo del saqueo es fondear las arcas del Estado para palear la gigantesca crisis capitalista que está carcomiendo el presupuesto por la continuidad del pago sistemático de la deuda y el sostenimiento de los subsidios a los capitalistas. La Caja de jubilaciones provincial, que cubre a los trabajadores estatales provinciales, municipales, judiciales y de empresas estatales como la EPEC y el BanCor, es presionada desde hace años por la política de armonización con el sistema de ANSES, sobre todo por las gestiones kirchneristas y la actual de Alberto Fernandez, y con esta reforma este objetivo queda casi cumplido. Los principales puntos de la reforma: un diferimiento del aumento en relación a los trabajadores activos de 60 días, un aporte solidario del 20% en las jubilaciones de mayor monto, limitaciones a los llamados “dobles beneficios”, una modificación de la base de cálculo que pasa del 82% móvil del 89% del salario (73%), al 82% de una suma igual al bruto deducido el aporte personal jubilatorio (que llega hasta un recorte directo del 6%) y una modificación de la base salarial del cálculo inicial, pasando de un promedio de los últimos 4 años a uno de los últimos 10.
Mientras los legisladores sesionaban virtualmente, la policía estrechaba el cerco en las calles céntricas, apretando los controles en los puentes que cruzan el Río Suquía con el pretexto de la lucha contra el coronavirus y el control del “brote” en el Mercado Norte, uno de los principales centros de abastecimiento mayoristas de la ciudad. El edificio de la Legislatura, semi-vacio, igual estaba completamente cercado por las fuerzas represivas, aún con la confianza de que ninguno de los burócratas sindicales adherentes al peronismo cordobés, y tampoco ninguno de sus pretendidos opositores, iba a mover un dedo en contra de este ataque contra la clase obrera. Los únicos enfrentando la reforma en la calle fuimos las corrientes de la izquierda.

Las medidas sanitarias… un cuento cordobés

El lunes de esta misma semana, el COE (Centro de Operaciones de Emergencia) lanzaba un operativo bloqueando 9 manzanas en pleno centro de la ciudad, alrededor del citado mercado. Pero no tardó en caerse la máscara… el operativo fue gatillado por 2 casos positivos de COVID-19, uno de ellos un trabajador del supermercado “A granel”. Este jóven, al igual que tantos otros trabajadores del sistema de salud y otras ramas encuadradas como esenciales, fue víctima del montaje que hay detrás del COE y toda la política sanitaria de los gobierno provincial y nacional. Su madre declaró a la prensa que el día jueves 7 de mayo, este trabajador fue al hospital Tránsito Cáceres de Allende con síntomas de coronavirus, pero no le realizaron ningún hisopado. Sólo insistiendo al día siguiente le hicieron el test, pero no le dieron jamás el resultado, hasta que tuvo que repetir el estudio la semana siguiente, y dio positivo. Es decir, estuvo una semana expuesto, sin conocer su diagnóstico, y presionado por la patronal para volver a trabajar. Y cuando saltó a la luz, el COE y el ministro montaron el circo, habilitando el control territorial de las fuerzas represivas. Esto, igual que los manejos en el Hospital Italiano, en el geriátrico de Saldán, y tantos otros que aun no se conocen, desnudan la gran mentira que es la política sanitaria de Schiaretti, el ministro de salud Cardozo y el COE.
La realidad es que la cuarentena, ahora de nuevo en la llamada “Fase 3”, está enfocada en el control territorial de las fuerzas represivas y en el control del estado burgués y los empresarios de la circulación de mercancías, sobre todo de nuestra fuerza de trabajo como mercancía, que de no ser por denuncias oportunas el gobierno nacional hubiera puesto bajo ciber-vigilancia obligatoria a través de la aplicación Cuidar. En Córdoba, reprimieron a los trabajadores de la municipalidad de Jesús María, a los trabajadores de Bagley-Arcor, a los trabajadores de delivery y someten a persecución judicial a los trabajadores de la municipalidad de la capital (SUOEM). Todos ellos pelean en contra de recortes salariales que vienen aplicando las patronales y el estado contra nuestra clase, aprovechando las restricciones de movimiento con la excusa de la pandemia. El “golpe maestro” dado bajo esta política, aprovechando el retroceso a la “Fase 3”, fue el robo a los jubilados de Schiaretti y sus legisladores de HpC, a la voz de “es ahora o nunca”.

No es “cuidar la salud”, es una tregua escandalosa

La CGT Córdoba, dirigida por el alcahuete José Pihén del SEP que es parte de la bancada de HpC, por un lado, y el rejunte de la CGT Rodriguez Peña y las CTAs, por el otro, emitieron sendos comunicados de repudio a la reforma previsional de Schiaretti. No basta. Son saludos a la bandera de la burocracia sindical que, con la excusa de “cuidar la salud”, sostiene una tregua escandalosa con los empresarios y el gobierno peronista. La única salud que les interesa es la suya propia, ya que se niegan a organizar la lucha por las condiciones de seguridad e higiene en los hospitales, los supermercados, las fábricas, los transportes y demás lugares de trabajo. Cuidan la salud de sus propios bolsillos, mientras dejan pasar los recortes salariales, la precarización de las condiciones laborales y el robo a los jubilados.
En medio de esta cuarentena sostenida a balas contra las expresiones de lucha de los trabajadores que nos negamos a pagar con suspensiones, despidos, rebajas salariales o nuestra propia salud la crisis que los patrones y sus gobiernos generaron, el movimiento obrero tiene que pasar a la acción. Los ejemplos están en las asambleas, paros y protestas de los trabajadores de la salud en todo el país, en las luchas de Penta, Bed Time, FADETE, las textiles, los camioneros del sur, los trabajadores del transporte (UTA y AOITA), de Arcor, del delivery, los municipales de Jesús María y de Córdoba capital y tanto más.

Recuperemos las calles este 29 de Mayo

Este 29 de mayo, 51º aniversario del Cordobazo, llamamos a todos los sectores combativos del movimiento obrero, opuestos a la tregua de la burocracia sindical, a organizar una gran movilización unitaria. Debemos imponer la unidad del movimiento obrero y enfrentar el ataque de nuestros enemigos de clase, los empresarios y los gobiernos que los defienden, imponiendo a las centrales un Paro Provincial contra la represión y por todas nuestras demandas. Congreso de delegados de base con mandato. Abajo la reforma previsional de Schiaretti. Que se vaya la policía y el ejército de las calles de Córdoba. Desprocesamiento de los municipales de Jesús María, de Córdoba capital y de todos los luchadores. Medidas de seguridad e higiene acordes a la pandemia en todos los lugares de trabajo. Ninguna suspensión. Reincorporación de todos los despedidos, pago integro de los salarios y aumento salarial para alcanzar la canasta básica en el salario inicial de convenio. Escalas móviles de horas de trabajo y salarios. Control obrero de la producción. Preparar la Huelga General. Por un programa obrero de salida a la crisis. Por un gobierno obrero.

21/5/2020

COR
Corriente Obrera Revolucionaria

Sábado, 09 Mayo 2020 15:19

BedTime y las batallas que se avecinan

La CGT, la UIA y el gobierno, vienen de pactar descuentos en los salarios de un 25% para millones de trabajadores. La burocracia sindical de UOM, Smata, AOT, Comercio y otros gremios, las han ratificado con sus respectivas cámaras empresarias. Junto a esto, la patronales descargan su crisis con despidos, recortes salariales, mayor superexplotación. El rechazo entre los trabajadores a estas acciones va en aumento.

En la zona norte del conurbano, donde está la mayor concentración fabril del país, venimos de un conflicto testigo, como fue la ocupación de la planta de colchones BedTime (Pacheco) por sus trabajadores. Una fábrica, que, es dirigida sindicalmente por una comisión interna antiburocrática. Este conflicto preanuncia procesos de lucha más álgidos en este importante cordón industrial; más aún al calor de la agudización de la recesión donde el accionar de patrones como Waisburg (BedTime), lejos de ser la excepción, pasan a ser la norma.

Los compañeros de BedTime demostraron, que con los métodos obreros, se enfrenta la cuarentena y la política del gobierno nacional para atacar a nuestra clase.

Una lucha testigo

El conflicto se originó por la falta de pago de salarios de las dos quincenas de marzo. Las primeras medidas gremiales fueron asambleas por turno. Pero con correr de los días, la empresa manifestó su verdadera intensión: proceder a despedir al 50% de los trabajadores o bajarles el salario a todos en la misma proporción. Los compañeros, ante la extorsión, respondieron con la ocupación de la planta.

Inmediatamente también hicieron el reclamo al sindicato plástico, UOYEP, de un paro nacional; ya que la situación en otras fábricas del rubro era similar (Mascardi, etc.,). Por supuesto, la burocracia se negó, ya que es quien viene negociando con las cámaras, como será la descarga del ajuste.

Claramente, la ocupación golpeó a la patronal donde le duele: en la producción. La empresa acusó el golpe y se descolocó. De allí, la ocupación se fortaleció al pasar los días. Contó con la solidaridad y la presencia de diferentes las organizaciones de trabajadores la zona, delegados de la línea 60, Sutna Nacioanl, agrupaciones del neumático, Suteba Tigre, ferroviarios, telefónicos y partidos de izquierda; también llegaron adhesiones desde todo el país.

El día jueves 31 de abril, el empresario Waisburg envía telegramas de despido “con causa” con un argumento bastante impresentable: que los trabajadores violaban el “aislamiento social preventivo y obligatorio”. Ese mismo día el ministerio de trabajo dictó la conciliación obligatoria.

Al día siguiente, 1 de mayo, los compañeros de BedTime informaron a las organizaciones presentes, después de ser votado en asamblea, que habían llegado a un acuerdo con la patronal, el ministerio de trabajo, el sindicato; levantando la ocupación después de una semana. El acuerdo: reincorporación de todos los despedidos, el compromiso patronal de pagar la deuda salarial en dos veces (4 y 11/5) y el establecimiento de un sistema de suspensiones rotativas, con el pago de las horas trabajadas al 100% y el 75% de las horas no trabajadas.

“El día de hoy, lunes 4 de mayo de 2020, ha ingresado la primer tanda de compañeros que fueron despedidos y la quincena próxima deberá entrar el resto. Después del medio día se acreditó el primer parte de los haberes atrasados, con lo cual la empresa cumple con la primer parte de los compromisos tomados con sus trabajadores…” (Comunicado de los trabajadores).

Aportes al balance y programa

Desde la COR estuvimos apoyando la pelea de los compañeros. Los trabajadores de BedTime han dado un gran ejemplo de lucha. El método de la ocupación fue muy importante para cambiar la relación de fuerzas y hacer retroceder a la patronal. Sin embargo, la patronal ha logrado meter una medida de ajuste que es un régimen de suspensiones (al 85% mensual).

Hay un elemento del balance que hay que tener en cuenta. Con el correr de los días la ocupación se convirtió en un problema político para el gobierno, en medio de la “cuarentena” y del acuerdo CGT/UIA aún fresco. Esto empezó a ponerlo incómodo -al gobierno- y puso funcionar sus instituciones, como el ministerio, para “intervenir” y ejercer presión para una resolución del conflicto. Como sabemos los marxistas, la intervención estatal, es un “árbitro” parcial, a favor de las patronales. Además del problema político, el gobierno, quizás también, vino al rescate de Waisburg en su momento de mayor debilidad y encerrona de la pelea.

Para defender nuestra salud en medio de la pandemia, es una necesidad conformar comités de higiene y seguridad votados por los trabajadores. Los compañeros de BedTime en este punto han dado otro gran ejemplo estableciendo protocolos de salud que le han impuesto a la patronal. No son la OMS o el “comité de expertos” del gobierno los que velan por los trabajadores y el pueblo. Somo sólo los trabajadores con nuestros métodos obreros de lucha y organización, como lo demostró BedTime, contra esta misma cuarentena, que podemos hacerlo.

Las huelgas, como decía Lenin, son escuelas de guerra. Los trabajadores debemos en estas escuelas, afilar y calibrar nuestras armas para la guerra de clases. Los balances deben servir para eso.

Por eso, para una dirección obrera, para un partido, el programa es el arma principal. Los trabajadores necesitamos armarnos de un programa de transición; un programa para la etapa, para forjar una fracción revolucionaria en los sindicatos. Además de la importancia de los comités obreros de seguridad e higiene; frente a los despidos, suspensiones y rebajas, deberíamos oponer una escala móvil de horas de trabajo y salarios, para luchar por defender el valor de nuestra fuerza de trabajo y contra la desocupación. Un programa de mediadas transicionales que incluyen la apertura de los libros contables, la eliminación del secreto comercial, el control obrero.

“Las medidas transicionales aun operan formalmente en el marco del régimen burgués. Pero en realidad, son ya intervenciones del poder estatal proletario que limita de manera consciente y despiadada el derecho de los capitalistas a disponer de sus bienes y el afán de lucro capitalista.” (Cuarto Congreso de la Internacional Comunista)

Plenarios de delegados y activistas

En zona norte ya se desarrollan otros procesos de lucha y organización. El SUTNA pelea contra la extorsión de FATE de recortar los salarios. En Kraft-Victoria, hubo asambleas en rechazo a suspensiones masivas, y ya se conoció que la burocracia de Daer ha avalado las suspensiones en esta multinacional. En Bimbo-Victoria hubo paro por medidas de protección de los trabajadores al inicio de la pandemia. En textiles de la zona, metalúrgicas, empleados de comercio, que se suman a los trabajadores de salud, en los parques industriales como en pilar crece la bronca y el descontento a los descuentos, las suspensiones, a la falta de medidas de seguridad por el coronavirus. Mientras los salarios se deprecian aún más por la inflación, las paritarias están suspendidas y aumentan la carestía de la vida y la desocupación.

Desafiar la “cuarentena” y el decreto del gobierno que prohíbe realizar asambleas y congresos en los sindicatos, es una necesidad política de nuestra clase para enfrentar la crisis sanitaria y económica del país.

Llamamos a impulsar la pelea por abrir los sindicatos a la participación obrera, para enfrentar a la burocracia que no quiere luchar, y para proponer un programa de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. Con este contenido, proponemos a los sectores antiburocráticos de los sindicatos y la izquierda impulsar plenarios de delegados y activistas en cada región el país; debatir y resolver la intervención conjunta de la vanguardia en la situación.

 Regional Zona Norte - COR 

Luego de 45 días de cuarentena, lo que ha quedado demostrado es la mentira de que se ganaba tiempo para acondicionar el sistema de salud para hacer frente a la pandemia.  La situación ya es imposible de ocultar, la mayor cantidad de contagios se están dando en los sectores de la salud.
La situación en los efectores de salud de Córdoba se agrava día a día. Luego de que se denunciara la falta de equipos de protección personal (EPP) en varios centros de salud y hospitales de la provincia, se empezaron a suceder los casos. El más alarmante fue el contagio de 65 personas en la residencia geriátrica Santa Lucía de Saldan. Dado que es una institución sin capacidad de aislamiento, muchos de estos pacientes fueron relocalizados por el PAMI en el Hospital Italiano. Convertido hoy en el centro de contagio más grande de la provincia, de los nuevos positivos registrados el 2 de mayo, el 90% se produjeron en este hospital.
La situación que se vive hoy en el Italiano es la muestra de la desidia patronal que derivó en la intervención del Ministerio de Salud y el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) con la posterior puesta en cuarentena sanitaria de todo el hospital (pero como veremos, no de todos los trabajadores) a partir del jueves 30 de abril, lo que significa que no habrá admisión de nuevos pacientes. Aunque los trabajadores han denunciado que los protocolos establecidos no solo se han aplicado tarde y de forma insuficiente, hay secretarías y puesto de seguridad que aún no cuentan con los paneles de seguridad de forma definitiva, con el agravante de que se sigue convocando a cumplir tareas a trabajadores a quienes no se les ha realizado el Test y por tanto son casos sospechosos de Covid-19. Además se han realizado, sin ningún tipo de notificación, cambio de tareas para suplir la falta de aquellos trabajadores que han dado positivo o han sido puestos en aislamiento por sospechosos mientras esperaban el resultado del hisopado. Y como si fuera poco, el retraso y desdoblamiento de los pagos de salarios ya ha sido informado por parte del directorio.   
En dicho nosocomio los trabajadores se encuadran bajo el convenio colectivo de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), dirigida a nivel nacional por el mismísimo Secretario General de la CGT Hector Daer, que viene de firmar un acuerdo de suspensiones con rebaja salarial con la UIA. El cuerpo de delegados mediante transparente comunicó que dada la situación que se está viviendo respecto a la falta de cuidados, maltrato al  personal y falta de trabajadores, la directiva provincial está informada y  esperan respuestas para ver los pasos a seguir, dejando desprotegidos a los trabajadores en medio de la grave crisis abierta en el hospital. Esta actitud indolente de los delegados no se condice con la incertidumbre laboral que sufren los trabajadores de la salud en su conjunto y tampoco dan respuestas a las presiones a las que se ven sometidos los trabajadores para cumplir tareas que no les corresponden con un nivel de precariedad laboral que ellos como sindicato -por acción u omisión- han dejado que esto se convierta en moneda corriente.
La gravedad del caso requiere de una organización sindical a la altura de las circunstancias que enfrente a los directivos que salen de gira por los medios de comunicación para decir que todo está “bajo control”. Ni siquiera han denunciado que varios de estos trabajadores, por percibir salarios de hambre, son expuestos a propagar los contagios extrahospitalarios al dirigirse a otros nosocomios a completar su jornada laboral.  Tal es el caso de la UTI del Hospital Pediátrico, cerrada el 4 de mayo porque los médicos y enfermeras que allí desempeñan funciones, también lo hacen en el Italiano y hoy se encuentran en cuarentena. Otro caso que toma relevancia es el del Hospital-Colonia Santa María de Punilla que esta siendo denunciado por sus trabajadores y delgados por el traslado compulsivo de compañeros al Hospital Domingo Funes.
El cuadro de situación en los demás efectores de salud es similar, y se agrava en el sector privado: en el Hospital Privado no cuentan con los equipos de bioseguridad y trabajadores de diferentes secretarías y parte del personal de limpieza se han visto despedidos ante la falta de concurrencia de pacientes a la institución. Del Salvador y Oulton despiden a los monotributistas. En Conci Carpinella también, y además rebajan los sueldos a los que están en planta. El Sanatorio Mayo ha pagado parcialmente los salarios de marzo y alterado el cronograma de francos y prestación de servicios de sus trabajadores.
El cinismo de los gobiernos de Fernández y Schiaretti no cesa e insisten en que somos “héroes de la primera linea de combate”. La lucha que tenemos por delante los trabajadores es la de enfrentar al Estado descompuesto y a las patronales, que en connivencia con la burocracia sindical han impuesto décadas de precariedad laboral, despidos y suspensiones.
En el Colonia Santa María, asambleas impulsadas por trabajadores y delegados de ATE, UTS y ATSA han logrado impedir traslados masivos pero siguen enfrentando nuevas intentonas como el traslado compulsivo de una delegada de ATE, el 4 de mayo. En el Hospital de Niños y el Misericordia se realizan reuniones diarias de trabajadores para mantener un relevamiento de las novedades y organizar los reclamos de EPPs y demás condiciones de trabajo. Para el 7 de mayo, se están impulsando acciones para denunciar la precariedad del trabajo en el sistema de salud, y también la mentira del bono de $5.000 que anunció con bombos y platillos el gobierno de Alberto y resultó ser una estafa al no contemplar a la totalidad de los trabajadores de la salud.
Y es que los únicos interesados en garantizar nuestra salud somos los propios trabajadores. Se hace urgente la convocatoria a asamblea en cada lugar de trabajo y preparar un plan de lucha para imponer nuestras reivindicaciones:

  • Que se realice urgente el hisopado nasofaringeo a todo el personal de la salud.
  • Basta de pluriempleo, contra las jornadas extendidas: Jornadas de 6 hs con un salario inicial igual a la canasta básica indexada a la inflación.
  • Fin a la tercerización laboral pase a planta permanente de todos los becarios, contratados, monotributistas, pasantes y residentes.
  • ¡Reincorporación de los despedidos!
  • ¡Basta de traslados compulsivos!
  • Todo trabajador que se incorpore en la emergencia debe ser contratado con las mismas condiciones que el personal de planta. ¡Debemos pelear por un contrato único!
  • EPPs para todo el personal que se desempeña en el sector de salud.
  • ¡Elegir en asamblea a Delegados de Seguridad e Higiene que garanticen el cumplimiento de las condiciones de salubridad laboral! Cese de actividades hasta que se cumplan con las normas de bioseguridad para todo el personal.


Llamamos a los sectores combativos y oposiciones sindicales dentro de los gremios del sistema de salud de Córdoba, ATE, UTS, ATSA, SEP, SUOEM y otros, a impulsar esta lucha basada en las asambleas por lugar de trabajo. Y a organizar reuniones de trabajadores, tanto del sector privado como estatal de la salud donde podamos discutir el estado de situación de la pandemia en la provincia, los recursos que necesitamos, las novedades técnico-médicas para enfrentar la pandemia junto a otros sectores de trabajadores científicos que puedan brindar su aporte, ya que no podemos dejar la crisis sanitaria en manos del Estado burgués, sus gobierno Nacional y provincial y los empresarios de la salud privada. Y para hacer un llamado al conjunto del movimiento obrero a apoyar nuestra pelea.
Los trabajadores de la salud decimos: ¡no vamos a pagar la crisis con nuestras vidas! Junto con los trabajadores que enfrentan el ataque patronal en medio de la crisis como los de Penta, Bed Time y Arcor, en este momento estamos en la primera línea, sí, pero de la lucha de clases.

Sábado, 02 Mayo 2020 13:57

David Soria, ¡presente!

Recientemente, hemos tomado conocimiento del fallecimiento del compañero David Soria, un reconocido dirigente obrero de zona norte, quien fuera delegado de la fábrica Paty. Según cuentan sus compañeros, murió en medio de esta pandemia, ante la falta de atención médica adecuada, en una muestra más de la miseria a la que nos arroja este sistema capitalista que él aborreció y combatió, como un obrero militante que abrazaba la lucha por la revolución social.

Supimos compartir con David innumerables peleas de nuestra clase. Entre ellas, la lucha por la absolución de los petroleros de Las Heras, los cortes en el parque industrial de Pilar, la misma ocupación de Paty.

Saludamos calurosamente a su familia y compañeros ante su fallecimiento. Y decimos, ¡David Soria, presente!

 

15/04/2020

Corriente Obrera Revolucionaria

Sábado, 02 Mayo 2020 13:44

Antonio Barrera, ¡presente!

El 1°de mayo falleció Antonio Barrera, enfermero del Hospital Posadas y Secretario Gremial de la CICOP. Despedimos a un compañero que militó gran parte de su vida bajo las banderas de la revolución. Saludamos a sus familiares, amigos y compañeros de militancia del Nuevo MAS.

¡Hasta el socialismo siempre, Antonio!

Corriente Obrera Revolucionaria

02/05/2020

Declaración de la TRCI

1° de mayo: Mostremos el poder de la clase obrera en todo el mundo

En nuestro día en todo el mundo, los trabajadores debemos levantar nuestra voz contra la decadencia imperialista y mostrar el poder de la clase obrera.

La pandemia y la decadencia imperialista

Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores luchando contra un virus y contra un parásito histórico, que es el capitalismo. La pandemia del coronavirus puso al desnudo al sistema capitalista y sus formas de dominación. Demuestra las consecuencias del avance del capitalismo sobre la naturaleza de forma anárquica. La pandemia agudiza y acelera las tendencias de la crisis del 2008, llevando de seguro a una recesión mundial. Pero es importante comprender que, si bien es continuidad de la crisis de la década pasada, esta continuidad no es necesariamente lineal; pueden producirse saltos de calidad en el estado general del capitalismo imperialista, cuyas consecuencias se verán en el mediano y largo plazo.

La crisis acelerada por el coronavirus acentuó aún más la descomposición de las instituciones creadas en la posguerra, un gran ejemplo es las OMS y su actuación, la ruptura de los equilibrios interestatales, entrando en una situación caótica la UE y una exacerbación de la competencia entre EEUU y China como lo más importante. En este escenario no se descarta la posibilidad de la ruptura de los equilibrios de clase en los estados nación abriendo procesos más agudos de lucha de clases.

Lo particular en esta crisis es la intervención de los Estados de forma deliberada en la esfera de la producción, en la relación entre el capital y el trabajo. Es decir, sobre las leyes del capital, no para violarlas, sino para negarlas parcialmente.

La respuesta de las principales potencias imperialistas ante la crisis, es un mayor estatismo, es decir, un intento de economía dirigida, intervención con un festival de subsidios al capital, nacionalizaciones de empresas en crisis como las aerolíneas de bandera e impuestos a las riquezas o políticas fiscales agresivas. Para los trabajadores esto no es otra cosa que un ataque en todas las líneas, con despidos masivos, suspensiones, rebajas salariales y quita de conquistas, entre otras.

La centralización estatal no puede ser más que reaccionaria. La cuarentena como política del Estado es para salvar al capital. Podríamos decir que la cuarentena es una política preventiva para resguardar a los grandes capitalistas y a su clase, desorganizando a nuestra clase con la complicidad de la burocracia sindical, para preservar sus Estados en descomposición, reforzando al aparato burocrático militar para disciplinar a las masas. En cambio, si fuéramos nosotros los que paralizáramos todo, no sólo estaríamos enfrentando al virus, sino estaríamos organizados para enfrentar los ataques. Los métodos de la clase obrera, como el cese de actividades y paros para ir a una huelga general, son medidas que permiten preservarnos de forma organizada, mediante los sindicatos, ante el ataque centralizado de los burgueses y las fuertes tendencias destructivas de la economía capitalista en crisis. Por eso no podemos estar a favor de la cuarentena impuesta por el Estado, ya que no es una medida “sanitaria”, sino una línea imperialista de resguardar las ramas de la producción haciendo descender el valor de la fuerza de trabajo.

Esta distorsión que introduce la intervención del Estado en la esfera de la producción abre un sinfín de crisis políticas de las distintas fracciones burguesas y una relación diferente con los trabajadores, ya que actúa en la base misma de las relaciones sociales de producción. Resulta muy evidente la importancia de la fuerza de trabajo en la creación de valor y la dinámica del capitalismo y su relación con esta fuerza de trabajo. Y ante el ataque de los capitalistas debemos contraponer el ataque a su capital. Los trabajadores ante el nivel de la crisis debemos reforzar la idea de expropiar a los expropiadores.

Debemos combatir la ficción de un aparato burocrático-militar perimido, que tiene bajo control lo que pasa en su territorio. Sólo la clase obrera puede dirigir medidas coordinadas internacionalmente. Planteamos el control obrero de las principales ramas de la economía, ante la desorganización de la economía y nos posicionamos por la destrucción de Estado burgués de forma revolucionaria, ya que es imposible que un Estado burgués responda a nuestras demandas.

Podemos decir que asistimos a un ensayo general reaccionario del sistema capitalista, en medio de un proceso más histórico de descomposición. Es un gran ensayo de conciliación de clases de patrioterismo. Ante una dirección anárquica como es el sistema capitalista, que depende de sus Estados mayores armados para garantizar la reproducción del capital, nosotros peleamos por una dirección colectiva consciente, que prepare las etapas de la dictadura del proletariado, ya que el sistema actual engendra las condiciones materiales y las formas sociales para la reconstrucción económica de la sociedad.

Sólo confiar en nuestras propias fuerzas

De forma cínica, los escribas del capitalismo pretenden demostrar que el marxismo es una teoría equivocada, temerosos de que la inocultable crisis en la que se encuentra el sistema propague la idea de la revolución social ante la irrefutable demostración de lo que produce la anarquía del capital. El ataque al marxismo en medio de una crisis, es la desesperación de una clase burguesa en descomposición ante escenarios más agudos de la lucha de clases que se avecinan.

Los trabajadores podemos organizar las tareas para enfrentar las consecuencias de la pandemia, frenar los ataques y desorganizar a la burguesía en su base de sustentación la producción. Lo haremos imponiendo el control obrero de las ramas más importantes de la economía, la escala móvil de horas y de salarios, la expropiación de los bancos, la apertura de los libros de las grandes empresas, son algunos puntos programáticos transicionales que pueden mostrar al conjunto de las masas la dominación de los trabajadores en la administración de las cosas.  Intervenir de forma independiente y con nuestros métodos en esta crisis es la tarea que tenemos planteada. Ejemplos en el mundo ante la crisis, que aceleró el coronavirus, hay muchos. Sectores de trabajadores salieron a hacer paros y huelgas en contra de los ataques. Quizás el caso más importante sea la huelga general en Italia, donde los trabajadores pararon en contra del decreto de cuarentena del gobierno. En EEUU, la principal potencia imperialista, los trabajadores también realizan huelgas en sus lugares de trabajo. Las luchas semi-insurreccionales de las masas en América Latina, como en Chile o en Ecuador, donde no han logrado imponer derrotas decisivas a la clase obrera y la juventud, pronostican la posibilidad de irrupción del proletariado del continente para vencer los planes de hambre y miseria del imperialismo. En Argentina, la lucha de los trabajadores del frigorífico Penta, de BedTime y del sistema de salud marcan el camino.

Los trabajadores debemos intervenir en esta crisis de forma independiente, preparando las condiciones para que surja una vanguardia revolucionaria que se constituya en partido como dirección revolucionaria en la necesidad de reconstruir la IV Internacional.

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

 

Este 1° de mayo debe ser una jornada en donde se escuche la voz de los trabajadores con más fuerza, ante la crisis mundial y la pandemia.

Somos los trabajadores, a los que ahora en medio de esta crisis de forma cínica llaman esenciales, los que producimos y ha quedado claro quiénes son los que se apropian de forma privada de esa producción. Somos esa clase obrera que alrededor del mundo está luchando contra los ataques de sus Estados para que no seamos nosotros lo que paguemos la crisis que ellos generaron.

Somos los trabajadores los que, en nuestro día, tenemos que alzar nuestra voz de forma independiente para preparar las condiciones de enfrentamiento a la burguesía y sus Estados.

En Argentina, ante la negativa de algunas corrientes de izquierda a realizar un acto centralizado, ya que respetan los términos de la cuarentena, sostenemos que nuestra clase debe manifestarse activamente de todos modos este 1° de mayo.

Llamamos a las corrientes de izquierda, a los sindicatos recuperados, a las comisiones internas combativas, a los delegados antiburocráticos y al conjunto del activismo, que luchan en contra del sistema capitalista a realizar actos por zonas o región para mostrarle a nuestro enemigo en nuestras propias filas, que es la burocracia, y a nuestros enemigos históricos, la burguesía, que no van a desorganizarnos, ni a callar nuestras luchas. Actos en contra del decreto de la cuarentena, que prohíbe la actividad sindical y por la apertura de los sindicatos, para que sean nuestras herramientas de lucha, como no quiere la burocracia sindical.

Actos en todo el país donde sean los trabajadores combativos de la salud los que cierren y denuncien la política criminal del gobierno de Alberto en medio de la pandemia y expresemos un saludo internacionalista a los compañeros de la salud que enfrentan en el mundo la debacle de los sistemas de salud.

Queremos proponerles a los compañeros del Frigorífico Penta un acto en la puerta de la fábrica para reforzar su lucha, que se está dando en medio de una cuarentena, y tantas luchas que se están realizando en el conjunto del país ante los ataques de las patronales, con anuencia del gobierno y la burocracia sindical.

Se podría hacer un acto en alguna cabecera de líneas de colectivo, donde se reúnan las tendencias combativas de la rama del transporte en el subte y ferroviarios. Esto sólo a modo de ejemplo, obviamente respetado todas las medidas de higiene y seguridad para proteger nuestra salud, porque sólo los trabajadores, con nuestros métodos de lucha, podemos garantizar nuestras condiciones de vida. Para el capitalista, la vida de la fuerza de trabajo es algo intrascendente y en esta crisis esto se puede ver de forma más descarnada.

Esperamos poder coordinar estas acciones.

 

 

Jueves, 09 Abril 2020 19:18

Los métodos obreros y la cuarentena

Los métodos obreros y la cuarentena

En momentos en que el gobierno se prepara para extender la cuarentena, queremos formular algunas consideraciones sobre la situación y cómo, a nuestro entender, deberíamos intervenir los revolucionarios.

Alberto Fernández con su grupo de notables, es decir Paolo Rocca, Acevedo, de la UIA, y lo más granado de los empresarios, definen los destinos de los trabajadores en nombre de la salud de sus negocios. Alberto, está llevando a cabo la máxima de uno de sus maestros, Néstor Kirchner, que decía “no le den importancia a lo que digo, sino a lo que hago”. Les dice “miserables” a los empresarios, pero avala los despidos de Techint; dice control de precios, pero avala sobreprecios en las compras de alimentos, y dice con acciones: entre los bancos y los jubilados, elijo a... los bancos.

Resulta llamativo que gran parte de la izquierda reclame que siga la cuarentena e intente cambiarle el contenido a esta medida estatal. Debemos ser claros, la cuarentena es una medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud, una institución creada en la posguerra como parte del nuevo orden mundial después de la segunda guerra. Es evidente que toda política que venga de semejante organización imperialista, responsable de la destrucción de la salud y, por lo tanto, artífice de la pauperización de nuestras condiciones de vida, no va ser para favorecer a nuestra clase.

Por eso, si están en juego nuestras condiciones de explotación, no nos ofrecerán una salida favorable nuestros explotadores. Es con los métodos obreros, que son parte de nuestra historia, como los ceses de actividad, paros, huelga de brazos caídos, huelgas, es decir, paralizar la producción imponiendo un programa que enfrente al Estado como los trabajadores podremos enfrentar esta crisis.

La cuarentena es el método que tiene la burguesía, no para detener el virus, sino para garantizar su forma de dominación ante la crisis y que no colapsen sus sistemas, centralmente el de salud. Los métodos obreros, como parte de medidas transicionales, son intervenciones del poder estatal proletario que limitan de manera consciente el derecho de los capitalistas a disponer de sus bienes y su afán de lucro.

Podríamos decir que la cuarentena es una política estatal preventiva, para resguardar a los grandes capitalistas y a su clase, desorganizando a nuestra clase con la complicidad de la burocracia sindical, para preservar un semi Estado en descomposición, reforzando al aparato burocrático militar para disciplinar a las masas. Para imponer esta política utiliza el monopolio de las fuerzas del Estado, con la policía, la gendarmería, hasta el espionaje cibernético y el ejército para garantizar esta línea. Si fuéramos nosotros los que paralizáramos todo, no sólo estaríamos enfrentando al virus, sino estaríamos organizados para enfrentar los ataques.

Debemos abrir un debate central al interior de nuestra clase, principalmente en el movimiento obrero industrial, ante la propaganda oficial de la importancia del Estado en esta crisis, de sus funciones sociales y de control. Es imperioso aclarar el contenido de clase del concepto de Estado. La naturaleza de clase del Estado es burguesa, defiende a una clase antagónica a la nuestra, por lo que debemos preparar las condiciones materiales para su destrucción.

Permitir que el gobierno siga imponiendo una centralidad reaccionaria con la cuarentena, lo que significa un ataque brutal a los trabajadores, con suspensiones, rebajas de salario, despidos y quita de conquistas, es -como mínimo- entregarnos sin dar pelea.

Los trabajadores podemos organizar las tareas para enfrentar las consecuencias de la pandemia, frenar los ataques y desorganizar a la burguesía en su base de sustentación, la producción. Imponiendo el control obrero de las ramas más importantes de la economía, la escala móvil de horas y de salarios, la expropiación de los bancos privados, la apertura de los libros de las grandes empresas, son algunos puntos programáticos que pueden mostrar al conjunto de las masas la dominación de los trabajadores en la administración de las cosas. Intervenir de forma independiente y con nuestros métodos en esta crisis es la tarea que tenemos planteada. Ejemplos en el mundo ante la crisis, que aceleró el coronavirus, hay muchos. Sectores de trabajadores salieron a hacer paros y huelgas en contra de los ataques. Quizás el caso más importante sea la huelga general en Italia, donde los trabajadores pararon en contra del decreto de cuarentena del gobierno. En EEUU, la principal potencia imperialista, los trabajadores también realizan huelgas en sus lugares de trabajo.

Confiar en nuestras propias fuerzas es la única salida que tenemos los trabajadores.

Largas colas en los bancos para cobrar jubilaciones

Una crisis social que está explotando

 

Antes de la declaración de la pandemia del coronavirus y toda la serie de medidas represivas establecidas con la excusa de “cuidarnos a todos”, el gobierno de Alberto Fernández ejecutó un importante saqueo a las jubilaciones al establecer una nueva fórmula para el cálculo de la movilidad. Este ataque es un hito más en una larga historia de humillaciones a trabajadores que pasan a retiro y deben luchar por sobrevivir en condiciones de pobreza. El más explosivo de esos hitos fue la reforma jubilatoria impulsada por el macrismo en 2017 y votada con ayuda del PJ y los partidos provinciales.

El ensayo reaccionario de establecer una cuarentena obligatoria, garantizada por las fuerzas de seguridad, es un intento desesperado de que la crisis social no estalle a causa de la propagación de la enfermedad viral del COVID 19. Pero el estado calamitoso del sistema de salud, los salarios de miseria de casi la mitad de los trabajadores del país, las condiciones de vida desesperantes de los jubilados y de una gran porción de la población en los conurbanos de las grandes ciudades de todo el país no se pueden tapar con propaganda invitando a la “responsabilidad” y la “solidaridad”. Además, quedó demostrado que un intento de centralización por parte de este Estado resulta en caos total, porque es así como se organiza la vida social capitalista, basada en la anarquía del capital.

 

Jubilados expuestos, bancarios expuestos

 

El viernes 3 de abril reabrieron las sucursales bancarias que pagan haberes de la seguridad social, después de haber permanecido cerradas desde la declaración de la cuarentena total, el 20 de marzo. Todos los trabajadores bancarios previeron que la situación sería caótica, como lo es todos los meses en los que hay fecha de cobro establecida por el cronograma de pagos de ANSES. No es una novedad para los bancarios verse sometidos a estresantes horas de trabajo, que la mayoría de las veces se extiende bastante más de la jornada laboral de convenio. También son los trabajadores los depositarios de la bronca y la frustración -justificada- de los clientes que tienen que esperar horas para cobrar un haber, muchas veces mínimo. A las patronales les cabe bien la consigna de la cuarentena: “lavarse bien las manos”.

Este 3 de abril vimos a jubilados expuestos al contagio de manera masiva en largas colas de muchísimas horas. Mostraron la fragilidad de la imposición de la cuarentena por parte del Estado, ante la necesidad real de la mayoría de los jubilados de percibir su haber. Los bancarios también se vieron expuestos al contagio, sometidos a la presión de la patronal, que es la verdadera responsable del pésimo servicio a los jubilados, que ve en ellos sólo un buen prospecto para colocar productos financieros. Mientras los banqueros se quedan cómodos haciendo cuarentena en sus casas, nos someten a los trabajadores a condiciones insalubres. Sólo podremos cuidar nuestra salud con los métodos obreros: con cese de actividades, con el paro, con la organización. Que el sistema de las jubilaciones dependa de estos banqueros, que sólo persiguen su insaciable afán de lucro, es un despropósito más de la economía capitalista.

 

Por un sindicato independiente del Estado y las patronales

 

Ese mismo día, el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, tras ser increpado por un coro de periodistas que siempre encuentran una buena oportunidad para atacar a las organizaciones obreras, explicó que el gremio se puso a disposición de resolver el problema -a la orden del gobierno, no de las necesidades de los jubilados y de sus propios trabajadores. Sus declaraciones parecían de un funcionario del Estado, no de un líder sindical que vela por los intereses de los trabajadores, no sólo de su gremio, sino de conjunto. Esta postura ya se anticipó antes de la pandemia, cuando se mostró dispuesto a resignar las paritarias por una suma fija que impuso AF en consonancia con los dictados del FMI. Desde la asunción del nuevo gobierno, se han comprometidos con la “paz social”, mientras el ajuste del FMI sigue en marcha. Ahora pretenden que seamos los jubilados y los trabajadores los que paguemos por esta situación de crisis, que generaron las patronales y sus cómplices.

Ante esta situación de emergencia debemos imponer delegados de Higiene y Seguridad. Sabemos que esto sólo se podrá llevar adelante mediante la organización de los trabajadores en sus lugares de trabajo. Hay que hacer asamblea en cada sucursal para hacer un relevamiento diario de las condiciones de trabajo. Y si éstas no se cumplen, imponer el cese de tareas.

Debemos redoblar la organización para defender las jubilaciones de todo el pueblo trabajador, apelando a la unidad de la clase obrera.

Debemos imponer la reapertura inmediata de la paritaria, en la que se escuchen las demandas de los trabajadores. Todo trabajo realizado durante la cuarentena fuera de las condiciones establecidas en el CCT: el “homeoffice”, el trabajo los fines de semana, las horas extras, debe ser debidamente compensado salarialmente. Quienes se vean afectados a trabajar en medio de la pandemia, deben ser compensados por ser sometidos a trabajo insalubre. Si algún trabajador se contagia de COVID-19 deberá ser considerado que es una enfermedad laboral. Para discutir esto se deben elegir delegados paritarios con mandato y revocables.

Además, desde hace meses, antes de la pandemia, muchos bancos empezaron a ofrecer retiros voluntarios, o sea, despidos encubiertos; así como despidos abiertamente. Hay que pelear por la reincorporación de los despedidos.

También debemos imponer que se efectivice los tercerizados, que son una gran parte de los trabajadores del sistema financiero.

En el marco de la imposición policial de la cuarentena, debemos plantear que el sindicato tramite permisos de circulación a los delegados para asistir a los compañeros en los lugares de trabajo.

Pero, en definitiva, sabemos que una burocracia adicta al Estado y cómplice del gobierno no peleará hasta el final por los intereses de los trabajadores. Es necesario recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia conciliadora. Hay que organizar un Congreso de Delegados de urgencia para enfrentar esta situación y buscar una respuesta desde la clase obrera con los métodos obreros. Hacemos un llamado a todas las corrientes de izquierda dentro del sindicato a desarrollar una campaña por estas demandas.

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