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Desde la Corriente Obrera Revolucionaria, expresamos nuestra solidaridad con las organizaciones y compañeros que sufrieron el allanamiento de sus locales y domicilios este mediodía. Los pretextos utilizados por la justicia y las fuerzas de seguridad del estado burgués no pueden ocultar el objetivo de amedrentar a las organizaciones que venimos denunciando la podredumbre del aparato represivo, que ha quedado expuesta a partir de la desaparición forzada de Santiago Maldonado hace ya un mes.

La escalada represiva está destinada a hacer pasar un ataque frontal contra el movimiento obrero, como vimos en los desalojos de AGR-Clarín y Pepsico, y en Córdoba, con la militarización del servicio de transporte público para quebrar el paro de los trabajadores agrupados en la UTA, donde junto a la Fuerza Aérea y la Policía de Córdoba, tuvo un rol destacada la Gendarmería Nacional, desplegando controles en cada puente y 2 gendarmes en cada colectivo. La reforma laboral, la reforma previsional y el ataque a las organizaciones sindicales tienen su correlato en esta avanzada de las fuerzas de represión del aparato burocrático-militar que es el Estado burgués.

No quiere decir que la Gendarmería fuera democrática antes de la llegada de Macri a la Rosada, como nos quieren vender Cristina Kirchner y el resto de los voceros del peronismo. No olvidamos el rol de Gendarmería en la militarización de Santa Cruz en 2006, para cazar a los petroleros en lucha, que terminó con la condena a cadena perpetua para los compañeros, así como en tantas otras luchas obreras durante el gobierno anterior. Tampoco olvidamos a Julio Lopez, Mariano Ferreyra, Fuentealba y tantas otras víctimas del Estado burgués y sus fuerzas auxiliares de represión.

No es a través de las elecciones que vamos a derrotar el ataque de Macri y sus aliados, que cuentan con la complicidad de las demás fuerzas de oposición burguesa, sino con la organización y la lucha de nuestra clase. La burocracia sindical busca un nuevo compromiso con Macri y las patronales, nuestra tarea es recuperar los sindicatos para la lucha. Forjemos oposiciones sindicales revolucionarias por rama, disputando a la vanguardia obrera armada con un programa de transición al socialismo. Es en la producción donde podemos enfrentar al Estado burgués y su aparato represivo.

Frente al intento de Macri y Schiaretti por avanzar sobre las organizaciones de la izquierda obrera y otras organizaciones populares, la respuesta debe ser redoblar los esfuerzos para organizar a nuestra clase con la más estricta independencia de nuestros enemigos capitalistas. Impulsemos asambleas en cada lugar de trabajo y de estudio, para imponer a los sindicatos y a las organizaciones estudiantiles un plan de lucha frente al ataque patronal y la escalada represiva.

Mañana 1/9, todos a la marcha por la aparición con vida de santiago Maldonado, ya!

Por una comisión investigadora independiente.

Abajo la represión del Estado burgués. Disolución del aparato represivo.

Libertad a los compañeros detenidos en el operativo del 31/8 y a todos los presos políticos.

Córdoba, 31 de agosto de 2017

COR
Corriente Obrera Revolucionaria
en la TRCI

Estados Unidos viene mostrando cifras de crecimiento que, en términos estadísticos, acumulan 9 años de recuperación. Las cifras de la economía son elocuentes: tasa de desempleo del 3,8%, crecimiento del consumo y la inversión, inflación controlada en un 2,4% anual. Estas cifras sustentan el cambio en la política monetaria que inició la FED el año pasado pero que comenzó a profundizar en abril, desandando una hoja de ruta de elevación paulatina y sistemática de tasas de interés. La economía norteamericana, tan vigorosa que se muestra, creció con los anabólicos de las tasas tendientes a 0%, y ahora los gerentes a cargo del Estado norteamericano consideran que es hora de quitar las muletas.

La baja de impuestos que fue la primera gran medida de Trump con su reforma tributaria, premia a los sectores más concentrados de la clase capitalista. Mientras tanto, el crecimiento promedio de los salarios apenas equipara el ritmo de la inflación. Dos caras del crecimiento. Al mismo tiempo, los economistas burgueses auscultan preocupados el horizonte, calculando que la recuperación de la crisis de 2008, aun habiendo sido demasiado débil, no puede durar mucho tiempo más. Las políticas agresivas del imperialismo norteamericano hoy dirigido por Donald Trump responden a la necesidad de prepararse para descargar las contradicciones sobre viejos enemigos y también sobre los aliados de siempre. Para ello, EEUU necesita recuperar su hegemonía mundial.

 EEUU y el mundo

El imperialismo yanqui no quiere desaprovechar su muy relativa fortaleza económica interna para desde allí buscar trastocar las relaciones en el sistema de estados establecidas en la posguerra. Esto es tan evidente que Donal Tusk, presidente del Consejo Europeo, acusó abiertamente a Trump: “Lo que más me preocupa es que el orden internacional basado en normas está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente, no por los sospechosos habituales, sino por su principal arquitecto y garante, Estados Unidos”. Esta desesperada constatación fue hecha luego de la fracasada cumbre del G7 (EE UU, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido e Italia) de principios de junio, en la que EEUU pateó el tablero, desairando a los “laderos habituales” del imperialismo yanqui, principalmente en el rubro del comercio internacional. Y es que la cumbre se dio sobre el fondo de la ratificación de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por la administración norteamericana, que habían sido suspendidos para negociar con la Unión Europea (UE) y los socios del NAFTA. La guerra comercial iniciada por Trump se profundiza.

Los aliados europeos y Canadá, luego del G7, se quejaron porque Trump les daba la espalda mientras acordaba nuevos términos de comercio con China, confundiendo las tácticas de negociación con un cambio de alianzas geopolíticas. Error. El viernes 15 de junio, la casa blanca confirmó nuevas tarifas destinadas a productos tecnológicos provenientes de China, que significan importaciones por un total de U$S 50.000 millones. China amenaza con represalias del mismo calibre. La guerra comercial de EEUU está principalmente dirigida contra China.

Mientras el G7 hacía agua en Canadá, los presidentes de Rusia y China se reunían en otra cumbre el sábado 9 de junio en China, en el marco de la Organización para la Cooperación de Shanghai, un foro de países asiáticos creado por Pekín. Estuvieron presentes India, Irán y Pakistán, junto a otros países de Asia central. El comercio también fue el tema central de esta cumbre, que viene impulsando la política de inversiones chinas en infraestructura regional conocida como la nueva ruta de la seda. En el acuerdo bilateral ruso-chino, el objetivo es más que duplicar el intercambio comercial de acá a 2020, de U$S 90.000 a U$S 200.000. China se presenta en este acuerdo como el sostenedor económico de una Rusia que viene jugando fuerte en el plano geopolítico (intervenciones en Ucrania y Siria, anexión de Crimea) pero cuya economía está en serios problemas. Las contradicciones de la asimilación de ambos países al sistema imperialista mundial hace muy difícil que este plan, que hoy por hoy aparece más bien como un posicionamiento defensivo ante la agresividad imperialista, se lleve adelante sin enormes sobresaltos.

Finalmente, es de advertirse la importancia de la cumbre entre EEUU y Corea del Norte en Taiwan donde se logró una distensión de las relaciones y una propuesta de plan para el desarme de la infraestructura nuclear norcoreano y la promesa yanqui de la progresiva desmilitarización de la península. La importancia que Trump le da al frente asiático de la política exterior yanqui está directamente relacionado con su ofensiva hacia China. Podemos leer esto también en las 2 excepciones que se mantiene en los aranceles al acero y el aluminio, una es Corea del Sur. La otra es Argentina.

 El problema de la asimilación

La principal argumentación de la administración yanqui para impulsar su guerra comercial se basa en los desequilibrios de la balanza comercial, que arrojó un déficit de cuenta corriente de U$S 556.000 millones el año pasado. De este déficit total, U$S 375.000 millones corresponden al comercio con China, y U$S 151.000 millones al intercambio con la UE. La ofensiva sobre China responde a razones más profundas. Y es que luego de la caída del Muro del Berlín y la restauración capitalista de los ex Estados Obreros de los países del bloque liderado por la URSS, China y Rusia no han sido plenamente asimilados al sistema imperialista mundial. La política de Trump es intentar romper el bloque entre ambos países. Por eso reclamó al G7 la reincorporación de Rusia y también ofreció ayuda económica a Putín. La relación con China es más compleja por el enorme peso de ambas economías.

En términos históricos, la asimilación implica la incorporación de China y Rusia en el sistema de Estados como semicolonias, perspectiva que resisten las capas protorbuguesas que intentan utilizar el peso de los aparatos estatales de ambos países para convertirse en burguesías de manera plena. Por supuesto, estos procesos son tortuosos y están minados por enormes contradicciones, determinadas por un elemento fundamental: que el capitalismo mundial está en una fase de descomposición, lo que dificulta al máximo que este sistema social pueda dar bases materiales al nacimiento de una nueva burguesía imperialista pujante, ya sea china o rusa. Pero al mismo tiempo, como la otra cara de la misma moneda, esa misma descomposición del capitalismo pudre las bases que permitirían al imperialismo yanqui incorporar como semicolonias a esos territorios. A un plazo más o menos corto, la perspectiva son enfrentamientos cada vez más agudos, que pueden llevar de la guerra comercial y a choques bélicos más abiertos que los actuales.

No hay que olvidar que la descomposición capitalista no sólo enfrenta a bloques burgueses, sino que descompone las bases sociales de los estados. Esto ha llevado a conflictos de extrema gravedad en Medio Oriente, pero esta tendencia también avanza en Latinoamérica.

 Los sepultureros del imperialismo

En la ofensiva del imperialismo norteamericano, el principal enemigo es el proletariado mundial. Si bien Trump intenta seducir a una fracción aristocrática de la clase obrera norteamericana en su proyecto de ofensiva imperialista, la clase en grueso está sufriendo su política de apoyo explícito al gran capital imperialista. La burocracia sindical de la AFL-CIO, principal central obrera del país, hace un doble juego. Critica a Trump por sus políticas fiscales pro empresariado, al tiempo que apoya la guerra comercial. La burocracia también ha visto un proceso de organización, surgido en las fábricas y lugares de trabajo, que desde la crisis viene desarrollándose en las diferentes ramas, buscando capitalizarlo a través de una ofensiva por la afiliación que ha llevado a una relativa recuperación de la sindicalización en el país (262.000 nuevas afiliaciones el año pasado). Por supuesto, el objetivo es la contención de nuestra clase para atarla a algún proyecto burgués. Políticamente, Trumka, presidente de la central, llama a jugar las cartas en las próximas elecciones de medio término, distanciándose del Partido Demócrata en crisis y llamando a atraer “republicanos que se paren junto a los trabajadores” (discurso de Trumka en la convención de la UAW, 13/6/2018).

En los últimos años, nuestra clase ha desarrollado importantes luchas en EEUU, como la de los telefónicos, los docentes, las enfermeras, los petroleros y los automotrices. La debilidad de la izquierda y de las tendencias combativas, que son incapaces de romper con la burocracia o a lo sumo terminan abrazando a direcciones pequeñoburguesas como la de Bernie Sanders, es expresión de la crisis de dirección revolucionaria del proletariado mundial. Esta crisis, que como decía Trotsky es la crisis de la humanidad, debemos saldarla con una audaz política internacionalista. Por eso, la enorme tarea que tiene por delante el proletariado norteamericano consistente en enfrentar al Estado imperialista y a su personal político en su ofensiva sobre el conjunto del planeta, debe ser ponderada en su contenido antiimperialista e internacionalista. Los combates actuales y por venir serán el terreno para dar la lucha por el programa de transición como programa para los sindicatos recuperados de manos de la burocracia, lucha que permitirá unificar a la vanguardia y regenerar una dirección marxista. La reconstrucción de la IV internacional y su sección norteamericana se tornan una necesidad histórica si los trabajadores asumimos nuestra tarea de convertirnos en los sepultureros del imperialismo.

El día 28/5 debían inaugurarse las 22 estaciones provisorias de la línea Belgrano norte. La inauguración fracasó estrepitosamente. Los andenes provisorios tuvieron un derrumbe parcial en la estación Boulogne generando la caída de pasajeros a las vías en las primeras horas, lo cual pudo haber sido trágico, y en la estación Villa Adelina posteriormente, una formación golpeó directamente sobre el andén, con las posibles mismas consecuencias. Por eta razón, Trenes Argentinos Infraestructura (ADIFse) y la empresa concesionaria Ferrovías – que habían habilitado la corrida de trenes hacía doce horas- debieron suspender todo el servicio de inmediato.

El gobierno (Trenes Argentinos), por su parte, salió públicamente a culpar a una de las contratistas por el hecho y así deslindar responsabilidades sobre Ferrovías y el mismo ministerio de transporte. En un comunicado con fecha 2/6 sentenció: “Como resultado de la inspección de los andenes provisorios realizada desde el martes 30 de mayo hasta el sábado 2 de junio, Trenes Argentinos Infraestructura encomendó el desarme y reconstrucción de las cinco estaciones construidas por la empresa POSE S.A., asumiendo ésta todos los costos. Las estaciones en cuestión son: Villa Adelina, Boulogne, Montes, Don Torcuato y Sourdeaux. Adicionalmente y por el perjuicio ocasionado, se aplicarán al contratista las multas y demás sanciones previstas en el contrato”.

Sin embrago, tras tres semanas y al cierre de esta edición, el servicio sigue interrumpido en un 60% de la de la línea, que no se condice con las 5 estaciones inhabilitadas. Es que empezó a salir a la luz, que los estándares de seguridad fueron incumplidos por completo en la mayoría de las plataformas de la traza. Por ejemplo, se omitieron la construcción de las bases de hormigón sobre las que debían apoyarse y amurarse las estructuras de hierro de los andenes provisorios, como sí figuraba en los planos de cesión de obra. En lugar de dichas bases, fueron colocadas pequeñas tablillas de madera, susceptibles de ceder ante las vibraciones del paso de los trenes y la topografía del terreno. Además, los materiales utilizados no eran de la calidad necesaria. Todo esto fue advertido por Trenes Argentinos Infraestructura y la misma Ferrovías durante la construcción, pero no impidió que habilitaran finalmente dichos andenes igual.

Una vez más no fallaron los “controles” del Estado y de la empresa, sino que los mismos se hicieron. Pero estas irregularidades, como lo demostró la masacre de Once y lo vemos con las continuas denuncias de los trabajadores del subte, forman parte del negocio capitalista en esencia: escatimar en “gastos” de la seguridad de los pasajeros y trabajadores para maximizar las ganancias. Nueve empresas contratistas participan de las obras, que incluyen, además, la reforma definitiva las estaciones en hormigón (pantallas LED, rampas, Etc.), obras en vías y señalamientos. Un jugoso negocio de 2.000 millones de pesos, pero ahora atravesado también y puesto en cuestión (como la mayoría de las obras ferroviarias y de infraestructura), tras el acuerdo del gobierno con el FMI, para bajar el déficit fiscal.

Mención aparte, es que la interrupción -que puede llevar meses- del servicio de trenes de la línea es por la exclusiva culpa del gobierno y Ferrovías. Esto, que lleva aparejado un trastorno para miles de trabajadores de zona norte, que se movilizan a los centros fabriles o a la capital, jamás merecieron la mención de los grandes medios de comunicación, como sí lo hubiesen tenido, de tratarse de una medida de fuerza de los ferroviarios. Inmediatamente los medios retrasmitirían por cadena el “horror” que padecen los trabajadores quienes no pueden viajar por la línea y los costos extras de pasajes y pérdidas de tiempo que se les genera, lo mismo que hoy, pero con la intención de enfrentar trabajadores contra trabajadores. Pero como los claros responsables son los empresarios, y en este caso es tan patente y no hace falta correr ningún velo, no hay ninguna mención en los medios de comunicación, del padecimiento que tienen los trabajadores de zona norte con el trasporte en estos momentos. Por supuesto, los grandes medios, tienen un claro sentido de clase.

Desde la burocracia sindical de la lista verde, parte de los cómplices de las privatizaciones y de los negociados, no hacen más que hacer silencio. Sasia, ha sacado un comunicado hacia los ferroviarios instando a “esperar la habilitación de los organizamos de control”, o sea del estado y la empresa operadora Ferrovías, los mismos responsables del desastre. Como plantean los ferroviarios opositores de la Lista Roja: “Se hace necesario impulsar asambleas en todos los sectores y asamblea general, poniendo en pie una comisión integrada por delegados de seguridad e higiene votados por los trabajadores, que establezcamos verdaderamente las condiciones para garantizar en forma segura la corrida de los trenes, así como las obras e inversiones necesarias.”  

Además, denuncian las condiciones internas de trabajo que impone la empresa en complicidad con la burocracia sindical: “Además del trabajo en estaciones, a las añejas formaciones, se le adhirieron soportes a la altura de las nuevas plataformas. Ferrovías llevó adelante estos trabajos en el material rodante sin respetar las mínimas condiciones laborales. Instó a los compañeros a trabajar hasta 12 días consecutivos sin franco de por medio, llegando a jornadas de 12 horas diarias. Situación similar a la que años atrás generó la muerte de Ambrosio De León, al no respetarse tampoco las mínimas condiciones de seguridad.”

Los verdaderos interesados en el transporte son los trabajadores ferroviarios y la clase obrera. En este sentido, está planteada una campaña conjunta de los ferroviarios opositores del Belgrano norte con las organizaciones de sindicales antiburocráticas de la zona, cuyos trabajadores se ven afectados por esta situación (sutebas recuperados y listas opositoras docentes, delegados fabriles antiburocráticos, etc.), para pelear juntos contra el tarifazo, fortalecer la pelea de los ferroviarios por imponer el control sobre las comisiones de seguridad e higiene, por la reactivación del servicio, para levantar la pelea para que el costo del viaje de ida y vuelta, sea costeado por las patronales, como parte de un programa obrero contra el ajuste.

La línea Belgrano norte también estuvo convulsionada en estos días por la acción gremial de los trabajadores. Se desarrollaron asambleas en los sectores y se impusieron paros parciales y totales a lo largo de 4 días en diferentes sectores (guardas, evasión, infraestructura y material rodante) en rechazo al incumplimiento del acuerdo salarial (del pago del retroactivos y el 11% de la primera cuota), en donde la vanguardia del proceso la desarrolló el sector de material rodante, imponiendo paro total y luego de 2 horas los días subsiguientes. El día 7/6 a instancias de la oposición antiburocrática en material rodante, se votó marchar a la seccional invitando a los demás sectores de la línea. Allí se congregaron más de 200 compañeros, a reclamar explicaciones y el desarrollo de un verdadero plan de lucha, el cual fue resistido por la comisión de reclamos y delegados de la lista verde, que no querían profundizar la lucha, entre las reivindicaciones se planteó la reapertura de las paritarias.

Tanto Ferrovías (Belgrano Norte) y Metrovías (Urquiza), las únicas privatizadas de pasajeros que quedan, incumplieron el acuerdo paritario, lo que preanuncia, junto al convenio SOFSE de mayor flexibilización en las líneas operadas por el Estado, los convenios y acuerdos paritarios por empresa en los cargas, los despidos generalizados, el cierre de ramales como Ferrobaires, los despidos de tercerizados como Ci5; que son las formas con que el gobierno y las patronales piensan descargar el ajuste, dividiéndonos en conflictos por línea, con la complicidad de la burocracia sindical.

Es necesario profundizar y desarrollar en común con los sectores antiburocráticos, una oposición sindical revolucionaria con libertad de tendenciosas en todo el ferrocarril para que intervenir en esta situación con un programa obrero y pelear por recuperar los sindicatos. Ante el paro nacional convocado por la CGT para el 25/6, proponemos discutir la intervención conjunta de los sectores antiburocráticos del ferrocarril y del transporte, impulsando asambleas, peleando por hacer activo el paro nacional con movilización junto a todo el movimiento obrero y los sectores combativos y antiburocráticos.

Para derrotar el plan del FMI, del gobierno y las patronales, peleemos por un programa transicional y una dirección revolucionaria en los sindicatos y las centrales, por la reapertura ya de las paritarias, salario básico igual a la canasta familiar, escala móvil de horas y salarios, basta de tercerización, control obrero de la producción. Un programa, para desorganizar a la burguesía, organizar al proletariado y prepara la lucha por el poder.

Martes, 05 Junio 2018 18:55

PARITARIAS EN EL NEUMÁTICO

Las paritarias en el neumático se desarrollan luego del enorme rechazo al plan de Macri y el FMI que significó el paro general. Mientras la traidora burocracia de la CGT se niega a darle continuidad y permite que el ajuste siga, amplios sectores de nuestra clase luchan y resisten, aunque de forma aislada, a lo largo y ancho del país.

Los capitalistas del sector también están deseosos de descargar su crisis sobre los trabajadores. Las patronales han tomado nota de que deben cambiaron sus métodos. Los aprietes contra los delegados en Pirelli y Firestone son parte de esta nueva estrategia, igual que las suspensiones y el reciente lock out de Madanes Quintanilla contra los obreros de Fate.

Con la resistencia obrera en esa fábrica a la implementación de los “sistemas de control de interrupciones" comenzó la pelea paritaria. La aceptación finalmente, mediante un acta refrendada en asamblea de la voluntad de la patronal, ha significado un retroceso. Además, se une las “mejoras en la producción y en la calidad” al reconocimiento “de beneficio económico". Esto ha abierto un debate en el seno del sindicato recuperado de cuál debe ser el programa a levantar en estas paritarias y como mejor enfrentar la embestida patronal, que tiene uno de sus puntos centrales aumentar los ritmos de trabajo como forma de obtener ganancia adicional.

Creemos desde la COR, que el SUTNA recuperado tiene hoy un gran desafío, y es romper con los acuerdos que hereda el sindicato de la vieja burocracia (Waseijo) dando paso a la pelea por programa obrero que maque el camino para toda la clase trabajadora. Por ejemplo, eliminar las cláusulas que aten parte del salario a la productividad. El salario no debe estar atado ni a la producción, ni las ganancias de los empresarios, sino al costo de vida y su indexación por inflación, es decir, una escala móvil de salarios. E imponer, la equiparación de todas las plantas terminando con las diferencias salariales. La lucha por la implantación de un contrato único que elimine las tercerizadas; la elección de delegados de seguridad e higiene por sector para controlar los ritmos de trabajo y evitar los accidentes y las muertes de nuestros compañeros. 

Las patronales bajo la excusa de la "apertura a la importación" o la "baja del consumo interno o las exportaciones" extorsionan suspensiones o despidos. La pelea por una escala móvil de horas de trabajo, implica el control por los trabajadores y la adecuación de la jornada laboral acorde al nivel de producción; que no sirve para defender todos los puestos de trabajo sino también para la incorporación de desocupados a la producción. La demanda de la apertura de los libros contables desnudará ante la sociedad la relación de los empresarios del neumático con los bancos y el capital financiero imperialista, causantes del ajuste y que expolian al país de la mano de Macri y el FMI. Esto mismo, se extiende a los trabajadores de la rama caucho, automotriz y autopartista, que comparten los mismos problemas que la misma realidad. Por su puesto, las patronales van a manifestar la imposibilidad de concretar estas demandas y a coro con la burocracia sindical (Caucho, Uom, Smata) aducirán su respeto a las leyes vigentes y al estado (burgués) de derecho.

Como planteamos desde la COR el Plenario del “sindicalismo combativo” en Lanus, difiriendo con el programa allí votado: los sectores combativos no debemos defender las leyes laborales, por el contrario, debemos pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, por la anulación de la Ley de Asociaciones Sindicales y toda ley que los estaticeEL SUTNA recuperado puede ser una escuela revolucionaria para todo el movimiento obrero, de levantar un programa de independencia de clase frente al ajuste y la crisis capitalista. 

Impulsemos desde todos los sindicatos combativos y seccionales recuperados un Congreso de delegados de base para darle continuidad al plan de lucha. La COR pelea por la unidad en las diferentes ramas de producción de los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda en una Oposición Sindical Revolucionaria común con libertad de tendencias para disputar al peronismo y otras variantes burguesas la influencia en nuestra clase, por la construcción de un partido revolucionario e internacionalista y la lucha por el poder de la clase obrera.

 

Domingo, 24 Junio 2018 18:55

ANTE EL PLENARIO NACIONAL DE TRABAJADORES

La CGT ha llamado a un paro nacional para el 25 de junio, ha dejado un rato de lado la tregua que le viene dando al gobierno para ubicarse como contenedor de la bronca de la base trabajadora y llevarla a confiar en alguna variante burguesa o pequeña burguesa. Por lo que este Plenario tiene una tarea de primer orden que es discutir cómo intervenir en el paro nacional e intentar darle un carácter activo a una medida que la burocracia quiere dejar sin continuidad. Toda actividad que impulse el reagrupamiento de los sectores en lucha es una medida correcta en la necesidad de organizar el enfrentamiento al pacto Macri-FMI y preparar la batalla para expulsar de nuestras filas a la burocracia sindical.

En este marco queremos polemizar con la propuesta programática de los convocantes, que han planteado que el objetivo es ofrecer un programa de los trabajadores de salida a la crisis. Los puntos incluyen “la estatización de las empresas privatizadas para terminar con los tarifazos, el monopolio estatal del comercio exterior para combatir el cierre de industrias, la nacionalización de la banca para evitar la sangría de la fuga de capitales y, fundamentalmente, cesar con el pago de la deuda externa, entre otras medidas.” Como corolario impulsan “un programa de industrialización y desarrollo nacional, bajo la dirección de los trabajadores, que permita dar trabajo, salario, salud, educación y vivienda a todo el pueblo argentino.”

Tenemos diferencias en cuanto al planteo en la relación de la clase obrera con el Estado burgués y de nuestros sindicatos con éste. No se puede propagandizar la medida de estatización sin dejar en claro ante la clase que el Estado es una firma burguesa. Es decir, levantar esta consigna indefectiblemente lleva a la conciliación de clase. Tampoco hay que defender las leyes laborales que nos atan al Estado, como los convenios colectivos, debemos pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, por la anulación de la Ley de Asociaciones Sindicales y toda ley que estatice a los sindicatos. Plantear un “programa de industrialización y desarrollo nacional bajo dirección de los trabajadores” implica sostener que se puede redistribuir el capital para permitir mejores condiciones de vida sin destruir el poder de la burguesía. Lo que es aún más insólito es que sea para el desarrollo nacional, esto es otro sinsentido si se tiene que en cuenta que estamos en la época imperialista. Es imposible que los trabajadores puedan realizar reformas sin destruir al Estado burgués y sin convertirse en clase dominante, dirigida por un partido revolucionario, con la dictadura del proletariado como forma de Estado.

Proponemos al Plenario que se impulse un Congreso de delegados de base y pelear por la formación de una Oposición Sindical Revolucionaria con libertad de tendencias a su interior. Debemos unir en las diferentes ramas de producción a los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda en una oposición, como planteamos más arriba. Y aspirar a que este plenario desarrolle una militancia obrera que le dispute al peronismo y otras variantes burguesas la influencia en nuestra clase, apuntando a la ruptura revolucionaria con esas corrientes reaccionarias.

Queremos proponer que el plenario vote una campaña por la independencia de los sindicatos del Estado, así estaremos defendiendo a los compañeros del subte y enfrentaríamos a la burocracia sindical que es el marco legal que la sostiene en su relación con el Estado.

Los trabajadores de la alimentación entramos en paritarias en un momento que las patronales se vienen mostrando fuertes en base al apoyo por parte del gobierno de Macri y los gobernadores en cuanto al plan de la Reforma Laboral.

En estos últimos años vienen precarizando aún más nuestro trabajo, rebajando salarios, aumentando los ritmos de producción, despidiendo de manera abierta o encubierta a muchos de nuestros compañeros y persiguiendo a los delegados que se oponen a esto. En años anteriores, como siempre, la conducción de la FTIA se ha llenado la boca hablando de los supuestos altos pedidos salariales que hacen y nos llaman a poner el cuerpo en las medidas para luego entregarnos en la mesa paritaria sin consultarlo con nadie, acordando salarios por debajo de lo que necesitamos, teniendo en cuenta las extraordinarias ganancias que las patronales hacen a costilla de nuestro esfuerzo.

En momentos que nos quieren poner un techo paritario del 15 % que quedara muy por atrás de la creciente in­flación y peor aún sabemos que van a querer rebajar nuestras condiciones de convenio colectivo, es momento de decir basta! Reclamamos que no se firme nada sin consultar con los trabajadores. Es prioridad que los trabajadores intervengan en la discusión paritaria realizando asambleas y plenarios en todo el país, con el fin de votar un plan de lucha nacional que permita la reivindicación de los derechos de cada uno de los trabajadores que integran este gremio, para romper el techo salarial que quiere imponer el gobierno de Macri y los empresarios.

Es necesario un plan de lucha unificado, sabemos que lo que más le duele a las patronales es cuando paramos la producción. Tenemos que llevar adelante asambleas en las fábricas y reclamarle a la Federación que convoque un Congreso de delegados mandatados por la base para definir cuál es el sueldo que necesitamos y las medidas que estamos dispuestos a hacer para lograrlo. El paro es la herramienta fundamental y que se complementen con movilizaciones callejeras, en centros estratégicos en cada ciudad. Tenemos que convertir la lucha de los trabajadores de la Alimentación en una lucha popular. Tenemos que luchar por un aumento salarial del 30% en una cuota con cláusula gatillo ya que si sube la inflación automáticamente suba el salario. Esto más allá de los adicionales por empresa, categoría y antigüedad. Esa es la manera de depender cada vez menos de las horas extras que debemos hacer para llegar a fin de mes.

 ¡No queremos dejar nuestras vidas en las fábricas!

¡POR UN SALARIO IGUAL A LA CANASTA FAMILIAR;

¡POR PARITARIOS ELECTOS EN ASAMBLEAS!

 ¡POR UN PLAN DE LUCHA CONTRA LA REFORMA LABORAL!

BASTA DE DESPIDOS, CIERRES DE FÁBRICAS Y SUSPENSIONES.

POR LOS DERECHOS DE NUESTRAS COMPAÑERAS, RE-CATEGORIZACIÓN PARA TODAS!

POR EL CESE A LA PERSECUCIÓN A LOS DELEGADOS.

POR UN CONGRESO DE DELEGADOS CON MANDATOS DE BASES CONVOCADO POR LA FTIA

POR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES.

20 mayo 2018

COMISIÓN INTERNA BAGLEY + COMISIÓN INTERNA MONDELEZ VICTORIA + COMISIÓN INTERNA UNILEVER (PILAR) + AGRUPACIÓN AZUL Y BLANCA (SAN LUIS) + AGRUPACIÓN BORDÓ LEONARDO NORNIELLA (BUENOS AIRES) + AGRUPACIÓN NARANJA (PROVINCIA)

Durante el mes de abril se terminó de formalizar una fusión entre dos grandes empresas que operan en Argentina: Telecom y Cablevisión (miembro del grupo Clarín).Una vez concretada creará el mayor operador de Internet y transmisión de contenidos del país. Esta fusión viene llevándose adelante de hecho desde el año pasado. Con ésta se intenta dar inicio a lo que se denomina “Cuádruple Play”, que sería la venta convergente de telefonía fija, móvil, servicio de Internet y TV.

Para este objetivo uno de los principales ejes patronales es disciplinar a los trabajadores. En Telecom -Personal ya se avanzó en cierre de sectores, traslados de compañeros a otros edificios, cierre de oficinas y todo lo necesario para que los trabajadores dejemos pasar la polifuncionalidad, el aumento de la productividad y la flexibilización laboral sin chistar. El año pasado el grupo Clarín ya había dado muestra de su línea de disciplinamiento con el conflicto de la planta de AGR, donde dejó a cientos de trabajadores en la calle y que llevó a la ocupación por parte de los laburantes, que intentaron resistir la avanzada patronal, aunque no lograron evitar que quedaran compañeros en la calle. Este grupo también compró la empresa de Telecomunicaciones Nextel, que hace 2 años cerró todo un edificio dejando a cientos de compañeros en la calle, con la complicidad de la burocracia Azul y Blanca de FOETRA, que no tuvo una sola línea seria para enfrentar los despidos y sólo consiguió la reincorporación de 7 trabajadores de los 74 despedidos. Ésta es la política de este grupo patronal que se fusiona con otro “monstruo de las telecomunicaciones” convirtiéndose en el monopolio más importante en este sector.

Uno de los ejes de la fusión implicó también la absorción por parte de Telecom de las empresas Sófora, Nortel y Personal, transformándose en una sola empresa fusionadas bajo el CUIT de Telecom Argentina, este paso era un requisito que la empresa debía cumplir para poder fusionarse con el grupo Clarín. Este último posee la mayor parte accionaria de lo que sería la nueva empresa formada recientemente. Actualmente la mayoría de los cargos directivos dentro de la empresa Telecom fueron reemplazados por miembros del grupo Clarín, quienes tienen un prontuario y experiencia en “lidiar” con los trabajadores y sus organizaciones gremiales.

Mientras tanto la burocracia…

Mientras la patronal prepara más ataques a los trabajadores, la burocracia de FOETRA, junto con la del SATSAID, conviven sin mayores sobresaltos, ya que llegaron a un acuerdo territorial sobre la representación de los trabajadores. Ninguno de los gremios salió a decir nada acerca de la fusión, ni tampoco se los vio en las oficinas organizando y charlando con los compañeros cómo avanzar frente a las medidas que quieran imponer las empresas, aún sabiendo que dentro del plan está la venta de todos los servicios flexibilizando la mano de obra y manteniendo los convenios colectivos a la baja. Ambos gremios están permitiendo que la línea de la empresa avance. Es evidente que existe una paz social entre la burocracia, la empresa y el gobierno con que se intenta aplicar un ajuste a los trabajadores.

Tal es el disciplinamiento de la burocracia que, en el caso de FOETRA, se nos dice que frente a cualquier reclamo la respuesta de la empresa es la amenaza de despido. Así que la Azul y Blanca recula sin organizar a los compañeros de los distintos sectores. En el mes de febrero se le envió una carta a la empresa solicitando reunirse para discutir el problema salarial, un punto muy sentido en los telefónicos, centralmente en las móviles, donde muchos compañeros no cobran ni la mitad de la canasta básica familiar. La burocracia de Iadarola y Marín sostienen que la inflación aún no se comió el último acuerdo paritario de 2017-2018, que fue de un mísero 20% en cuotas. También se mantiene el convenio de las móviles, que implica menor salario, más horas de trabajo, sin categorías y menos beneficios que en la fija. Actualmente está por perder vigencia el acuerdo salarial y aun no se sabe por cuánto va a querer ir la conducción del gremio. Algunas oficinas comerciales de Personal están empezando a discutir cómo enfrentar la situación salarial y presionar a la conducción para que lleve adelante un plan de lucha por la unificación de convenio con la fija, categorías, aumento de la representación sindical, que son algunas de las demandas que hace años reclaman los trabajadores de las móviles y que hace años son postergadas para priorizar la paz social son las patronales. Recientemente se acordó una modificación para los compañeros de Movistar, que es un retroceso aún mayor, ya que la empresa les otorgaría 45 minutos menos de trabajo a cambio que los trabajadores hagamos las tareas de todo el paquete de telefónica, eso significa la fija, la móvil, Internet y TV (en cuanto Telefónica cierre sus negociaciones para poder implementarlo), es decir, que se cuadriplican las tareas de los trabajadores aumentándose la flexibilización laboral, la productividad, etc., cediendo antes las patronales para que puedan competir en el mercado y aumentar sus ganancias. Este punto está generando conflicto entre los trabajadores de Movistar, quienes ven las implicancias del acuerdo entra burocracia-patronal, donde incluso se dejó pasar el cambio de horarios en las oficinas con posibilidades de apertura los días sábados, y que sólo se otorgaría categorías a aquellos trabajadores que acepten modificar sus condiciones de trabajo para que la patronal pueda cumplir con sus necesidades empresariales. Esta acta también fue discutida en las oficinas de Personal, siendo ampliamente rechazada por los compañeros, ya que significa resignar nuestra lucha por el convenio único de las telecomunicaciones con 7 horas de trabajo, aumento de los días de enfermedad familiar y enfermedad inculpables, aumento de la representación gremial, aumento salarial, acceso a categorías de trabajo, etc.

 Y la oposición actual…

Desgraciadamente la Granate-Blanca y sus distintas listas están desviando la pelea al Congreso, con la presentación de un proyecto de ley que solicita interrumpir la fusión redactado por Romina del Plá (PO). En este caso, la agrupación Naranja telefónica, convoca a los telefónicos a discutir en una “audiencia pública” junto con figuras pertenecientes al FPV por ejemplo, sobre los alcances de la fusión y sacar “conclusiones y acciones” con representantes de kirchnerismo, quienes fueron los creadores de la Ley de Medios que beneficia a un sector de las telecomunicaciones más “amigable” como Telefónica, quienes están llevando adelante una flexibilización laboral con complicidad de la burocracia de FOETRA en las oficinas de Movistar. La conclusión a la que arriba la agrupación Naranja, que también comparte con la lista Violeta, es que se da la necesidad de nacionalizar y estatizar las telecomunicaciones bajo control de los trabajadores. Lo primero que podemos remarcar es que esta audiencia pública, así como el Congreso, es un espacio plagado de enemigos de nuestra clase. En segundo lugar, el viejo debate sobre lo público vs lo privado es una falsa discusión, ya que el carácter de clase del Estado es burgués por lo que la nacionalización/estatización no podría dar una solución definitiva al problema.

 Por una Oposición Revolucionaria en Telefónicos

Frente a esta situación es necesario poner en pie una oposición sindical revolucionaria que exprese un programa de la clase obrera. Es una tarea de primer orden organizarnos en los lugares de trabajo de todas las empresas para discutir cómo enfrentamos a las patronales, impedir que avancen contra nuestra organización gremial y que nos disciplinen, a tono con la línea del gobierno de Mauricio Macri.  Nuestra perspectiva programática tiene que apuntar a imponerle a las patronales la escala móvil de horas de trabajo y salario, ningún despido, aumento salarial igual a la canasta básica familiar, basta de flexibilización y tercerización laboral, convenio único para todos los telefónicos, pase a planta permanente de los tercerizados, expropiación bajo control obrero de las empresas de telecomunicaciones.

Es una tarea fundamental dar pelea enfrentando a la burocracia sindical y su política de conciliación. Frente a la existencia de dos organizaciones gremiales en Telecom y Cablevisión (FOESTRA y SAT-SAID), y de cara a las paritarias, tenemos que imponer delegados paritarios de las dos organizaciones que se elijan en asambleas en los lugares de trabajo y que discutan el problema salarial para el conjunto de los trabajadores. Para ellos es necesario que se desarrollen plenarios de delegados de base mandatados. Tenemos que actuar frente a las patronales de forma unificada dando la pelea por barrer a las conducciones actuales y recuperar el gremio para dar pelea en función a las tareas que tenemos planteadas los trabajadores. No dejemos pasar ningún despido y frente a las amenazas patronales respondamos con los métodos de la clase organizando un plan de lucha con paros, movilizaciones, etc. para así arrancarles las conquistas pendientes a las patronales.

Llamamos a los compañeros de la Granate y a los trabajadores de la actividad a discutir este programa y a organizarnos para derrotar el avance patronal imponiéndole a la burocracia sindical un plan de lucha en este sentido.

 

 

Martes, 05 Junio 2018 18:54

ENFRENTAR EL AJUSTE DE MACRI Y EL FMI

El triunvirato de la CGT convocó a un paro general para el 25 de junio, ya que las negociaciones con Macri fracasaron. De esta manera salen de la tregua al gobierno para ponerse a la cabeza de contener la bronca de los trabajadores y buscar canalizar el descontento en una salida dentro de los marcos de las instituciones burguesas. Debemos tomar esta medida en nuestras manos para que el paro sea activo y nos permita organizar a un sector de vanguardia para enfrentar el pacto de Macri con el FMI.

La corrida del dólar en estos meses y después el acuerdo con el FMI, que impuso que la flotación de la divisa sea libre, o sea, que la decida el mercado, llevó a que esta moneda cotizara -al cierre de esta edición- a más de $26 y se espera que llegue a fin de año a $30, lo cual implica una devaluación del peso de un 40%. Este escenario encontró al gobierno tratando de explicar el desequilibrio por la situación internacional ante la suba de las tasas de interés en EEUU. Pero en realidad la situación de incertidumbre del plan económico del gobierno no sólo fue producto de la influencia de los elementos de índole internacional, sino también de la pérdida de confianza del sector financiero en cuanto a la política económica de Macri, lo cual constituye el escenario más peligroso para el gobierno.

Macri tuvo que recurrir al mismísimo FMI para obtener el apoyo necesario para completar el ajuste que le reclaman los empresarios, cansados del gradualismo bobo y sus magros resultados. Nada hace esperar que el ajuste made in USA que se viene, sin embargo, pueda solucionar la crisis económica, sino todo lo contrario. Una sumisión aún mayor al imperialismo deparará un ataque más violento a nuestra clase y la consiguiente destrucción económica, como ya ha sucedido antes en nuestro país y, más recientemente, en Grecia.

Receta del gobierno y el imperialismo: más ajuste

El gobierno de Trump quiere recuperar la hegemonía mundial de EEUU. Esto quedó muy marcado en la última cumbre del G7, donde EEUU definió ante las potencias imperialistas que su política internacional va ser más agresiva en el terreno comercial para recuperarse ante el déficit comercial con las otras potencias, con un mayor disciplinamiento del patio trasero latinoamericano. Esto ya está dando elementos de resistencia como los que se dieron contra las reformas previsionales en Argentina, Brasil y, de forma más radicalizada, en Nicaragua.

Después de que el macrismo abriera la economía al mercado mundial; realizara un ajuste fenomenal; implementara la reforma previsional saqueando a los jubilados; que permitiera, vía las Lebac, una bicicleta financiera fenomenal; habilitara una política tarifaria para favorecer a las grandes empresas eléctricas; impusiera la reducción de salarios y despidos masivos, el “mercado” le responde que debe dejar el gradualismo y hacer un ajuste ortodoxo. Esto es la demostración palpable del carácter semicolonial de nuestro país y que las fracciones burguesas que dirigen el Estado carecen de una dominación independiente y es por eso que deben apoyarse en el imperialismo.

El macrismo, como fracción más pro imperialista, no logra encaminar la economía y ha sufrido varios traspiés; quizás el más importante desde el punto de vista de la lucha de clases fueron los acontecimientos de diciembre, cuando se votó la reforma previsional. A pesar de haber contado con la complicidad del PJ y de la burocracia sindical -unos realizando el ajuste en las provincias que dirigen y los otros garantizando una tregua ante los ataques-.

El acuerdo con el FMI, que implica un ajuste en toda la línea, con un escenario de recesión, aumento de la inflación, tarifazos, pérdida del poder adquisitivo, despidos, ataque a las jubilaciones, mayor carestía de la vida, aumento de la pobreza y conflictos provinciales obliga al gobierno, en su debilidad política, a buscar consenso en la oposición burguesa para pasar el plan del FMI y reforzar el aspecto represivo. En este sentido va el anuncio de que las FFAA puedan intervenir en conflictos internos. 

Ante el escenario económico de turbulencia, el gobierno ha definido mantener las banderas y acelerar el proceso de ajuste, es decir, profundizar el ataque para mostrar a los popes de la economía mundial que van a cumplir con el plan. Esto es, seguir descargando la crisis sobre los trabajadores y el pueblo. Es así que han vuelto a reflotar la reforma laboral, que debemos enfrentar y derrotar.

Esta vez, parece que la oposición burguesa y la burocracia sindical estarían avanzando en romper esta tregua con el gobierno, no porque se hayan vuelto combativos, sino porque se preparan para contener e intentar canalizar la bronca y el mal humor social que hay en este momento. Esta es la política de las distintas variantes de la oposición burguesa como el PJ, el massimo y los K (con sus matices), que intentarán, a pesar de tener una debilidad muy grande como mediación, llevar todo al plano parlamentario y electoral en un lejano 2019.

Por una salida obrera

Es central que, ante los acontecimiento nacionales e internacionales (en todo caso el proceso de crisis nacional es expresión de la situación internacional), los revolucionarios intervengamos con el objetivo de preparar la lucha por el poder, con un programa transicional que permita dialogar con un sector de los trabajadores sobre cómo enfrentar la crisis.

Debemos atacar la base de todo régimen burgués, es decir, la producción. Somos los trabajadores los que podemos parar los tarifazos, los despidos y demostrar que podemos, ante el caos capitalista, organizar la economía sobre otras bases.

Los CEOs del macrismo han perdido el norte y tratan de preservar las ganancias de las empresas como sea. Los K, que eran los garantes de que los empresarios se la llevaran en pala, hoy intentan capitalizar políticamente la crisis, sin grandes resultados por ahora. Ninguna de estas variantes confía en la fuerza de los trabajadores.

Por un paro activo el 25 de junio

Conscientes de la bronca que hay en la base, la CGT ha llamado a un paro nacional para el 25 de junio. Pero una medida como un paro sin un plan de lucha, sin un programa, o sea, sin continuidad, es una política de contención del proceso de lucha y, por lo tanto, muy limitado para enfrentar el ataque. Las variantes al Triunvirato, como el moyanismo, las dos CTA y los movimientos piqueteros del vaticano intentan presionar a la CGT para que vaya a medidas como forma de presión y buscar algunas reivindicaciones parciales. El moyanismo prepara un paro nacional de la rama camionera por paritarias el 14 de junio, en un intento de mostrar fuerza y poder negociar en otras condiciones, no sólo el salario, sino su relación con el gobierno y al interior de la CGT.

Debemos recuperar los sindicatos para ponerlos en función de la lucha y ampliar sus funciones en la necesidad de organizar la economía. Por eso es central pelear por la independencia de los sindicatos del estado. Hay que pelear para tirar abajo el pacto de Macri y el FMI, que se reabran las paritarias en las ramas en las que ya se firmaron, ante la escalada de la inflación; con asambleas en los lugares de trabajo para imponer un paro nacional activo, delegados paritarios para negociar con las empresas, por convenio único para terminar con la tercerización. Y preparar un Congreso de Delegados de Base con mandato para impulsar un programa de salida a la crisis. Plenarios de la Oposición en las distintas ramas para conformar una oposición sindical revolucionaria.

Una lucha programática

Es fundamental levantar el programa de control obrero de la producción, de las ramas, es decir atacar el poder de la burguesía y enfrentar al Estado burgués.

El planteo de “estatización” o “nacionalización”, como parte de un conjunto de medidas “anticrisis”, enmascara el carácter de clase del Estado capitalista, que no es otra cosa que “una firma burguesa”. Las concepciones estatistas liquidan el desarrollo de una vanguardia que pueda, con un programa revolucionario, enfrentar al Estado y al imperialismo y preparar las condiciones para el establecimiento de la dictadura proletaria y la edificación internacional del socialismo, a partir de la destrucción del Estado burgués.

El programa de transición es un sistema de reivindicaciones transitorias que preparan a la vanguardia para las tareas de dirección de la economía. No son un conjunto de “medidas anticrisis”, esto sería reemplazarlo por consignas redistribucionistas o de reconversión de la economía, es decir, como sostenía Marx, intentar “separar el capital de los capitalistas”.

La izquierda no puede ceder a la presión del sentido común pequeñoburgués de sacar plata de un lado para ponerlo en otro, como plantean algunos con el establecimiento de impuestos a las grandes empresas o el no pago de la deuda externa para financiar la educación o la salud.

Se debe enfrentar a los capitalistas con los métodos de la revolución socialista y la dictadura del proletariado. Seamos claros ante los trabajadores, toda reforma socialista sólo es posible después de la revolución. Por esto, plantear el monopolio del comercio exterior, o la nacionalización de la banca como tareas previas a la misma es mentirles a los trabajadores y desarmarlos para la pelea.

Debemos intervenir con todas las fuerzas en esta coyuntura, para abrir una deliberación en la clase obrera, para que podamos discutir un programa transicional que logre enfrentar a nuestros enemigos de clase y a nuestros enemigos en nuestras propias filas, la burocracia. Para desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario.

 

Miércoles, 16 Mayo 2018 16:50

Tesis Nacionales IX Congreso 2015

Miércoles, 16 Mayo 2018 16:49

Tesis Internacionales IX Congreso 2015

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