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Jueves, 23 Agosto 2018 20:01

A 78 años del asesinato de León Trotsky

Hace 78 años era asesinado Trotsky por un agente del stalinismo en la ciudad de México. Sus ideas y acción revolucionaria aún perduran porque siguen vivas las tareas históricas de los marxistas contra el capitalismo. Mientras el stalinismo como corriente contrarrevolucionaria ya tiene merecido su lugar en el basurero de la historia.

Hoy cuando en el mundo se desarrolla una crisis económica de características históricas, la burguesía lentamente comienza a volver a ver a sus fantasmas que creía ya bien muertos y enterrados, pero en su decadencia una clase tan parasitaria como la burguesía vuelva a sentir que está en peligro. Y en cierta medida está en lo cierto. Se ha comenzado a romper todo el andamiaje de posguerra y sus instituciones, los pactos con distintos estados, a partir de una mayor descomposición del imperialismo.

Los procesos de lucha de clases se desarrollan en medio oriente, mientras la crisis económica aguda en Europa está destruyendo el estado de bienestar y la Unión Europea. Los países en asimilación como China y Rusia, con sus desigualdades, no han logrado salvar a los triunfalistas burgueses. En el corazón del imperialismo norteamericano, la crisis ha desencadenado procesos políticos y de lucha de clases que ponen en cuestión los fundamentos del capitalismo.

En medio de estos escenarios los marxistas revolucionarios tenemos mucho que decir y hacer, se nos abren grandes tareas históricas, con la imperiosa necesidad de aprender de los fenómenos nuevos e incorporarlos al acervo de la teoría marxista y enriquecerla.

El acervo teórico y político de Trosky nos permite encarar estos desafíos desde una perspectiva revolucionaria, intentando aplicar el marxismo que es un método de análisis de las relaciones sociales y no como lo toma el conjunto de centrismo trotskista, un análisis de texto.

Por eso actualizar la teoría marxista implica avanzar en el recorrido hecho por Trotsky en cuanto a la teoría de la revolución permanente; como decía él, desarrollar el carácter de la revolución, su nexo interno y el método de la revolución internacional en general. Este último punto es el que debemos desarrollar al calor de los elementos de descomposición del capitalismo.

La idea permanentista que Trotsky incorporó y desarrolló, es uno de los aportes más importantes a la teoría marxista. Desarrollo que tan olvidada ha quedado por los distintos grupos que intentaron actualizar la teoría, pero solo actualizaron de forma reformista las tácticas para aggiornarse a la época de posguerra, en la lucha entre dos sistemas para adaptarse a la conciencia vigente en ese periodo. No podemos olvidar la idea permanentista de partido que incorpora Trotsky, ya que no se basa la construcción partidaria en una determinada conciencia actual sino en las tareas históricas del proletariado. Hay que destacar la dimensión permanentista que le da a la dictadura del proletariado, palabra que ha desaparecido del diccionario de izquierda para no asustar a la opinión pública, impidiendo romper la envoltura democrática de la dominación burguesa y permitir al proletariado desarrollar su dictadura de clase trastocando todas las relaciones sociales en la lucha por el poder del estado, es decir, por la destrucción del estado burgués. Al igual que el carácter internacional de la dictadura del proletariado; Trotsky planteaba que la dictadura en Rusia estaba provisoriamente encerrada dentro de límites nacionales, dándole un carácter internacionalista y por lo tanto permanente.

Nuestro grupo intenta avanzar en el plano de la teoría y la practica con la firme convicción de que debemos intervenir como una nueva generación de revolucionarios que rompa con las ideas de los centristas trotskistas de posguerra en la necesidad de regenerar al movimiento obrero y forjar una vanguardia revolucionaria que pelee por la reconstrucción de la IV internacional ya que opinamos que es la única forma que se puede recuperar la estrategia marxista.

Trotsky tuvo que discutir ante la traición de la III internacional stalinizada, la recuperación del método y la mecánica del programa. Es por eso que elaboro el programa de transición que como él decía nos deja en el umbral de la revolución, y hacía mucho hincapié en mostrar que este programa era un sistema de reivindicaciones que se proponía atacar las bases del régimen burgués. O sea, desarrollar una de las premisas estratégicas de la III internacional en su fase revolucionaria que era la de desorganizar a la burguesía; recordemos que las otras premisas eran organizar al proletariado y por ultimo preparar las etapas de la dictadura de proletariado. Los revolucionarios llegaron a esta síntesis de tareas estratégicas después del triunfo de la revolución rusa y su extensión a una situación revolucionaria a nivel mundial.  Pero pudieron generalizar las experiencias revolucionarias de la época de crisis, guerras y revoluciones por la construcción de la Internacional, y es acá en donde la estrategia tomó la dimensión internacional y colocó a nuestra clase con tareas que excedían la base nacional de nuestra lucha. Trotsky definió a la internacional como una escuela de estrategia revolucionaria.

Hoy presenciamos la crisis de las corrientes que aun reivindican el legado de Mandel, Moreno, Ted Grant, Lambert y otros que no pueden dar respuesta a los procesos abiertos y cuyas teorías han perimido porque fueron construidas en un periodo que ya está desapareciendo. Por su adaptación, no pueden dar respuesta a la caída del estado de bienestar en Europa, ni a los procesos de asimilación de los ex estados obreros, ni a la descomposición imperialista por haber separado la economía de la política, ni a los desafíos de la lucha de clases por sostener la idea de conciliación de clases como norte, sin entender la dinámica de la revolución permanente donde ya no están las tendencias organizadas del pasado, y donde se plantea el carácter de la revolución, en clave mundial y no nacional.

Somos conscientes de que las nuevas generaciones que están saliendo a la lucha no traen en su mochila las derrotas del proletariado, ni la influencia del stalinismo, pero si una importante confusión de los objetivos. Es tarea de los revolucionarios plantear claramente las tareas a partir de un programa transicional, ya que ningún proceso comienza de cero y la intervención de los revolucionarios parte de elementos del pasado para preparar el porvenir como planteaba  Marx, no con el criterio vulgar de los "evolucionistas", que sólo ven los cambios lentos, sino dialécticamente: "En desarrollos de tal magnitud, veinte años son más que un día -- escribía Marx a Engels --, aun cuando en el futuro puedan venir días en que estén corporizados veinte años". 

Por eso apoyamos y somos parte de las demandas de los que han salidos a luchar con la firma convicción de ganar programáticamente y desarrollar una vanguardia que se corporice en partido revolucionario que pueda explicar los problemas de raíz para pelear por el poder.

Seguimos sosteniendo, a 78 años del asesinato de León Trotsky, que “Solo haciendo revivir las grandes tradiciones del marxismo revolucionario, rompiendo con la colaboración de clases, el socialpatriotismo y los curas de la sumisión en el movimiento obrero y tomando el camino de una lucha de clases resueltamente ofensiva, lanzando el asalto contra la fortaleza del capitalismo, con las armas invencibles forjadas por nuestros grandes maestros, Marx y Engels, Lenin y Trotsky, los explotados de mundo pueden separarse del marasmo y la derrota, marchando hacia adelante, como la sólida falange del fruto socialista.” (Manifiesto a los trabajadores de mundo entero. Comité ejecutivo internacional de la IV internacional. 1938)

        El no inicio de clases lanzado por las federaciones docentes frente a la miserable oferta salarial del 15% ha motorizado una enorme lucha en las universidades nacionales (UUNN). La UNC no es la excepción. Desde la semana pasada hemos visto como se han multiplicado las asambleas en la mayoría de las facultades. La contundencia del paro en los colegios preuniversitarios y en varias facultades, así como la toma del pabellón CePIA de Artes, marcan el camino en la necesidad de paralizar la UNC para endurecer la pelea que tenemos planteada. La lucha es por el salario de los trabajadores, y también contra el plan de ajuste del gobierno nacional, dictado por el FMI, que en las UUNN implica recortes presupuestarios, la aplicación de las reformas educativa y laboral, el avance de la injerencia de las empresas en las carreras, la decadencia de la infraestructura, etc.
        El rectorado y la burocracia sindical de ADIUC y AGTUNC, así como la conducción de la FUC, quieren englobar todas las demandas detrás de la defensa de un pretendido “interés común”: la educación pública. Esa bandera es utilizada para ocultar que el Rector Juri ha estado a la vanguardia de la reforma en la educación superior de Macri y el Banco Mundial (CRES!), con el voluntariado universitario, los créditos académicos, la continuidad de las UVT de Tamarit (k), los recortes a planes de bienestar como el aumento al comedor, etc. Los decanos de todo color no se quedan atrás, aplicando las reformas o cómo mínimo administrando la miseria presupuestaria. Hay que ser claros, bajo el capitalismo la educación no es ni puede ser pública, porque siempre estará al servicio de la burguesía. En la actual pelea contra la ofensiva de Macri y Finocchiaro, los intereses de los trabajadores universitarios y de los estudiantes combativos no deben confundirse con las peleas por la caja de las autoridades universitarias y sus jefes en los ministerios.
        Desde la COR proponemos a todos los compañeros trabajadores y estudiantes dispuestos a llevar esta lucha hasta el final:    

2 mociones para la interfacultades del martes 21/08

1- Marchar en una columna independiente y diferenciada de las autoridades universitarias el 22/08

Para que quede bien claro que no confundimos nuestras banderas con las de los aplicadores del ajuste en la UNC. Proponemos que esta columna levante estas consignas:
- No al voluntariado universitario, Basta de trabajo gratuito!
- Fin de la tercerización, pase a planta de todos los precarizados, Contrato Único para todos los trabajadores        de la UNC
- Abajo las UVT y los convenios, fuera las empresas y el BM de los planes de estudio.
- Abran las escuelas y las universidades a los trabajadores y sus hijos.
- Ingreso irrestricto y triple turno de cursado.
- 4 horas de estudio x 4 horas de trabajo pagadas por las patronales.
- Fuera la policía de la UNC.
- No al pago de la deuda externa, ruptura de los acuerdos con el FMI.

2- Que los sindicatos de trabajadores de la UNC y la FUC organicen un plenario de delegados de base con mandato, donde se vote un programa y un plan de lucha para derrotar la ofensiva del gobierno.

Necesitamos una gran deliberación entre los trabajadores y estudiantes de la UNC no sólo para clarificar como poner freno a las ofensiva del gobierno, sino también que educación necesita la clase obrera en su lucha por la emancipación del yugo capitalista. La lucha de los docentes y de los universitarios no puede separarse de la lucha del conjunto de los trabajadores contra las consecuencias de la crisis. Por eso, este plenario debe ser un primer paso en el camino de preparar un congreso educativo nacional, donde los trabajadores y los estudiantes combativos podamos debatir la educación y el plan de lucha que necesitamos poner en marcha para derrotar a Macri y sus aliados.

        Hacemos este humilde aporte a esta asamblea estando convencidos de la necesidad de combatir la influencia de las corrientes que pretenden llevar a los luchadores detrás de variantes patronales. Por ello, es necesario recuperar las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de manos de la burocracia sindical y de las corrientes de conciliación de clases. Es para esto necesario poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no docente, estudiantil en la Universidad, con libertad de tendencias, para dar la pelea por la dirección del actual conflicto y avanzar en la construcción de una dirección revolucionaria. Queremos discutir esta iniciativa con las corrientes de la izquierda y todos los compañeros que hoy salen a luchar.

21/08/2018

COR
Corriente Obrera Revolucionaria
Rama Universitaria

La seguidilla de ataques que el gobierno de Schiaretti viene descargando contra los trabajadores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) demuestran que el principal objetivo del gobierno y las patronales que lo sostienen es quebrar a uno de los sindicatos históricamente más poderosos de la provincia. Luz y Fuerza Córdoba no sólo cuenta con la tradición de su participación en el Cordobazo, sino con el bagaje de haber derrotado varios intentos de privatización. Esto no quiere decir que sea la única rama donde las patronales descargan su ataque: ya ha sucedido en el transporte, donde luego de la derrota de la gran lucha de los trabajadores de UTA de 2017, la FETAP ha introducido despidos selectivos y esquemas de productividad, o en el SMATA y la UOM, donde los despidos y suspensiones son moneda corriente y se anuncia una ola de preventivos de crisis para hacerlos masivos.
La ofensiva patronal en EPEC ha contemplado la denuncia ante el ministerio de trabajo del CCT vigente, la implementación de leyes para recortar conquistas a los trabajadores, el cierre de centros de atención al cliente y la tercerización de tareas como la toma de estado de los medidores de consumo. A la lucha desarrollada hasta ahora, cuya medida más radicalizada fue la toma de la sede central de calle La Tablada que la conducción se encargó de levantar con las manos vacías, el gobierno y la empresa han respondido con mano dura, abriendo causas, sumarios e incluso encarcelando a varios compañeros.
Esta iniciativa antiobrera del gobierno provincial está en sintonía con la política de reformas alentada por el imperialismo yanqui en la región, impulsada por el gobierno de Macri. Es el caso del intento de división y posterior privatización de sectores de la empresa, política impulsada en el memorandum de sometimiento firmado por Dujovne a pedido del FMI, donde se alienta la venta de activos propiedad del Estado. Evidentemente, Schiaretti y el PJ provincial desean congraciarse con la nueva dirección política del país burgués, postulándose como un recambio posible frente al descalabro de Cambiemos para garantizar la continuidad del programa de ajuste impulsado por Lagarde y Cía.
    
Peronismo y burocracia sindical
Hay que enfrentar estos ataques encabezados por el gobierno de Schiaretti, que se postula como uno de los candidatos presidenciales del peronismo. Este aspecto no es menor, ya que el conflicto deja ver una feroz interna en el PJ. La aceitada relación del PJ con la CGT que dirige Pepe Pihén (SEP) y con otros burócratas como Urbano de la UOM, Chacón de Comercio o Dragún del SMATA, han dejado a los trabajadores de Luz y Fuerza y la propia burocracia de Suárez en una difícil situación de aislamiento dentro del “movimiento obrero organizado”.
Acá es muy importante sacar un balance del papel que jugó Suárez en el conflicto de las trolebuseras y colectiveros de la UTA del año pasado. Luego de un inicial apoyo a estos compañeros, que estaban peleando contra el techo salarial de 8% y la intervención del sindicato, LyF se retiró del conflicto y nunca llamó al paro en su rama ni peleó por imponer el paro provincial, única salida a una lucha que fue quebrada con la militarización de la ciudad a manos de gendarmería para imponer la voluntad de Mestre y los empresarios del transporte. En estos momentos, aquella derrota es un pesado lastre sobre el conjunto de los trabajadores cordobeses, y nuevamente la CGT Córdoba se niega a unificar las fuerzas de nuestra clase para defender a los compañeros de LyF en lucha y propinar una derrota seria al plan de ajuste de los gobiernos provincial, nacional y del FMI.
 
Independencia de clase
La conducción de LyF, además de evitar avanzar hacia el paro efectivo de la empresa, se juega a una política de unidad popular en “defensa de una EPEC cordobesa, pública e integrada”, que significa unir al pueblo en general en un frente contra la privatización. Se busca así diluir la potencia de un sector de la clase obrera en un movimiento donde también se incorporen las capas medias, pero también las pymes y otros sectores patronales. Un movimiento que eventualmente tendrá sus frutos en listas para el 2019, como el propio Suárez ha manifestado en charlas con figurones kirchneristas. Esta política de conciliación de clases se apoya en el estatismo, donde el Estado burgués, propietario de las empresas de servicios públicos, se erige como garante de esta confluencia de intereses divergentes. Esto es completamente falso. Pretende ocultar que el Estado no es más que una firma burguesa, que además cumple un rol de aparato-militar para garantizar la propiedad privada. Empresas estatales como EPEC aparecen hoy en los escándalos de los cuadernos mostrando como sirven para los grandes negociados de los Roggio y los Electroingeniería, mientras amplios sectores de nuestra clase ni sueñan con el servicio de luz eléctrica.
Por supuesto que la fragmentación de la empresa para entregar las áreas rentables al capital constituye un ataque a los trabajadores de la rama. Esta fragmentación apunta a imponer la reforma laboral en los hechos, imponiendo condiciones laborales y salarios a la baja a los trabajadores que dependerán de esas tercerizadas. Pero no se trata de hacer eje en la defensa del actual CCT, como proponen no sólo la burocracia de Suárez sino también sectores de la izquierda como el PO e IS. Los CCT son parte de la estructura legal que ata a los sindicatos al Estado capitalista, junto con la Ley de Asociaciones sindicales, la Ley de contrato de trabajo, las conciliaciones obligatorias, etc., etc. La solución no es una alianza para defender al Estado burgués y sus leyes, sino imponer un programa de lucha que tenga como primer punto la imposición de un contrato único para todos los trabajadores de la rama eléctrica, acabando con la precarización existente y evitando su avance.

Una salida obrera
La crisis generalizada de la economía nacional e internacional, se reflejan desde luego en la rama eléctrica. La defensa de la EPEC tal cual es sólo siembra ilusiones en que el Estado capitalista de un país atrasado y dependiente del capital internacional pueda ser capaz de reorganizar la economía sobre nuevas bases. Esto es una utopía reaccionaria que ha fracasado varias veces, llevando sólo a la descomposición y a la ruina económica. Los trabajadores de LyF Córdoba deben encarar la tarea de la dirección obrera de la EPEC, como escuela de planificación y para asumir su rol de vanguardia en la lucha contra la descomposición económica. Los trabajadores de toda la rama de la energía tienen en sus manos la tarea de luchar por el control obrero de las petroleras, las centrales y las empresas de distribución de energía, expropiando las empresas de manos de los capitales imperialistas y nacionales, para ponerlas en función de la planificación socialista de la economía. Pero esto sólo puede entenderse como una tarea transicional en la lucha por el poder, ya que es ridículo pensar que el Estado burgués pueda convivir con una economía planificada por los trabajadores.
Para llevar adelante este programa, se impone recuperar los sindicatos de manos de la burocracia que vive de las ataduras de nuestras organizaciones al Estado. Debemos luchar por la anulación de toda la legislación de tutela de los sindicatos por el Estado burgués. Y poner en pie una dirección revolucionaria para la clase obrera. Necesitamos desarrollar oposiciones revolucionarias, con libertad de tendencias,  en la rama energética y en todas las demás ramas. Y proponernos la tarea urgente de impulsar un Congreso de delegados de base con mandato, de todos los sindicatos, tanto de las CGT como de las CTAs, para unificar las filas de nuestra clase detrás de un programa a la altura de la crisis a la que nos han arrojado los capitalistas y sus gobiernos en sus versiones cambiemos y peronista. Para avanzar en este camino, el activismo de LyF puede disputar la línea de la conducción, para buscar convertir la lucha del sindicato en un aglutinador de todos los sectores obreros de la provincia dispuestos a luchar, llamando a un congreso de las CGT córdoba para votar un plan de lucha y un paro provincial hasta derrotar el ataque del gobierno.
Nos dirán que estamos apuntando demasiado alto y demasiado lejos. Desde la COR estamos convencidos de que no existe otra salida, y confiar en que un sector de nuestros enemigos de clase nos van a salvar es lo realmente utópico.

¡Por el triunfo de los trabajadores de LyF Córdoba!
Reincorporación de todos los despedidos. Desprocesamiento de los luchadores.
Abajo el plan de privatización y tercerización generalizada en EPEC.
Contrato único. Dirección obrera de EPEC. Control obrero de la rama energética.
Congreso delegados de base con mandato para votar un plan de lucha y un paro nacional para derrotar el plan de Schiaretti, Macri y el FMI.

Se encuentra en trámites legislativos el llamado “Estatuto laboral para jóvenes estudiantes”. Este proyecto laboral viene a flexibilizar aún más las condiciones del trabajo asalariado, atacando a su componente juvenil fundamentalmente. Justo se da en un escenario mundial donde los capitalistas preveen un menor crecimiento de la economía, y ya están descargando su crisis con cierres de empresas y fábricas sobre las espaldas de las familias trabajadoras y condenando a la miseria a regiones enteras.

Ahora van por los jóvenes para utilizarlos como mano de obra barata y precarizar las ya precarias condiciones de empleo juvenil.

El proyecto del gobierno, aprobado en el parlamento con votos de la Concerta -gracias a la luz verde que le dieran los diputados de RD-, va en el mismo sentido de la legislación laboral (incluyendo la reaccionaria reforma laboral, aprobada durante el gobierno de la Nueva Mayoría), buscando fragmentar y dividir las fuerzas de la clase obrera, en una infinidad de categorías y reglamentación.

De pasar este ataque no sólo se dirigirá contra las condiciones de trabajo juvenil sino que atacará los puestos de trabajo de los obreros adultos ya que serán reemplazables. El proyecto plantea un régimen de 30 horas laborales, en las cuales no se tendrá derecho a colación ya que la jornada no superará las 5 horas, no tendrá derecho a indemnización por término ya que la mayoría serán de plazo fijo o finalizará si el estudiante abandona, termina los estudios o cumple 25 años, podrá extenderse la jornada a 12 horas excediendo el actual límite legal y aniquilando la lucha obrera por las jornadas de 8 horas de trabajo , 8 de descanso y 8 de recreación, con la reforma laboral de la CUT-Nueva Mayoría, podrán contratar masivamente estudiantes en periodos previos a negociaciones colectiva para oficiar de rompehuelgas, por supuesto con menor salario.

La burocracia de la CUT viene haciendo tibios cuestionamientos porque no la sentaron en una mesa tripartita según habían acordado en el mandato de su presidenta. Su eje principal ha sido denunciar al nuevo director del trabajo como “director de los empleadores”. Un buen reacomodamiento de la burocracia al pasar de actuar personeros del gobierno anterior ahora a ser oposición. Es falso oponer un funcionario del Estado a otro. La dirección del trabajo es una organización del Estado burgués para conciliar los intereses de las clases fundamentales, que en realidad son irreconciliables. La burocracia sindical es y será un estorbo en nuestra lucha contra este tipo ataques.

Hay que organizar a la juventud trabajadora. Los jóvenes que estudian y los que no deben agruparse alrededor de los sindicatos. La lucha por incorporarse a la producción debe estar ligada a la defensa de las condiciones laborales. Deben ingresar a la producción con todos los derechos de los contratos colectivos donde los haya y pelear por un contrato colectivo único por rama de producción. Debe imponerse la escala móvil de horas de trabajo para garantizar el derecho al trabajo. Debe ligarse el aparato educativo a la producción, empezando por la educación técnica, para que las escuelas y universidades abran sus puertas a los trabajadores.

  • ORGANICÉMONOS CONTRA LOS PLANES DE PRECARIZACIÓN DE LA JUVENTUD!
  • POR EL DERECHO AL TRABAJO, A LA EDUCACIÓN Y AL ESPARCIMIENTO!
  • PASO A LA JUVENTUD TRABAJADORA!

La de los trabajadores del transporte urbano de la ciudad de Córdoba fue una de las huelgas más importantes de los últimos años. Una vez quebrado el paro con la militarización del conflicto, la patronal, el gobierno y la burocracia sindical buscan borrar las lecciones que dejaron los compañeros de la UTA. La lucha por la reincorporación de los despedidos, la defensa de los delegados, el fin de las persecuciones y contra la intervención del sindicato continúa, si bien en condiciones desfavorables y en un terreno defensivo. Sabiendo que es prematuro hacer un balance, debemos tomar nota de las principales enseñanzas del conflicto, para que sirva a la vanguardia obrera en su tortuoso camino por conquistar una dirección revolucionaria.

Transporte en ruinas
Los choferes conocen bien la situación de carestía de la vida que afecta al conjunto de los trabajadores, porque recorren a diario los barrios y golpea a sus propios bolsillos. Un acuerdo salarial de 8% hasta diciembre firmado por Fernandez de UTA nacional fue una verdadera provocación. La intervención del sindicato a mediados de 2016 fue impulsada por las patronales para imponer el retroceso en las conquistas de UTA Córdoba, que empresas como ERSA y Autobuses intentaron desconocer desde su arribo al sistema luego de la entrega de TAMSE por parte de la burocracia de Peñaloza. Todo esto en medio de una feroz disputa patronal en toda la rama, aumentada por la nueva política de subsidios aplicada por Dietrich y el gobierno nacional, incluyendo el aliento a “nuevos jugadores” como las aerolíneas de bajo costo, que complican la posición de la UTA en la larga distancia. Queda al desnudo el rol del Estado burgués en la gestión de los servicios, apadrinando a determinado sector patronal en detrimento de otros, pero siempre bajo la premisa de avanzar sobre las condiciones laborales y el salario. Si la intervención de la seccional y los problemas en las condiciones de trabajo y servicio venían alimentando un proceso de organización de los trabajadores, la firma de la paritaria a la baja encendió la mecha del conflicto generalizado.

Huelga y terror patronal
El conflicto se inició luego de un proceso de recuperación de los cuerpos de delegados en TAMSE y parcialmente en AUCOR. Cuando la sede del sindicato se convirtió en una fortaleza hostil para defender la intervención de Arcando, las asambleas en punta de línea fueron el método que permitió cohesionar al activismo con la base. Contra la burocracia sindical, las trolebuseras y choferes lograron consolidar una forma de organización basada en los cuerpos de delegados. Nada de esto hubiera servido sin una enorme disposición a la lucha de las bases.
La paralización del servicio por 9 días hizo volar por los aires la podredumbre del esquema de negocios montado por el gobierno municipal, las empresas concesionarias, la UTA y el ministerio de Dietrich. Hizo perder millones a las empresas de colectivo agrupadas en FETAP, y también a otros sectores capitalistas afectados por la paralización de las actividades comerciales y el aumento del ausentismo en la industria y los servicios. La presión sobre los propios trabajadores por parte de estos sectores empresarios, extorsionando con el descuento de días y la pérdida del presentismo, presión que las CGTs cordobesas nunca enfrentaron, contribuyó para ampliar la base de clase media que se hizo eco de la campaña de propaganda contra el paro. Una base social para los ataques del gobierno de Mestre y del ministerio de trabajo: conciliación obligatoria, declaración de ilegalidad de las medidas, detenciones, despidos.
Pero todos estos ataque no fueron suficientes. Mestre debió cerrar filas con todo el frente patronal, convocando al Consejo Económico y Social, alrededor del cuál se soldó una unidad de granito contra los trabajadores. Este frente iba desde la Iglesia católica y las cámaras empresarias hasta todos los niveles de gobierno del Estado burgués. Producto de esta unidad capitalista, se diseñó el “plan de contingencia” que consistió en la militarización del conflicto. Este dispositivo represivo incluyó el accionar de Gendarmería y Policía Federal, ocupando los accesos a la ciudad, los puentes y destacando 2 agentes en cada colectivo manejado por carneros contratados para la ocasión. También a la policía provincial, que hizo de escolta de las unidades. E incluso a la Fuerza Aérea, que puso el predio que hizo de punta de línea general para el servicio de emergencia implementado el lunes 12 de junio. Todo este operativo mostraba el terror patronal frente a la fuerza de los trabajadores.

La burocracia sindical
El accionar del régimen político, con Mestre jugando de “duro” y el ministro de trabajo lanzando líneas de negociación amañadas para desactivar el paro, y luego con la represión directa, no podría haber funcionado sin el aporte de la burocracia sindical de las CGTs y las CTAs. La CGT se mostró completamente fragmentada. Un sector encabezado por el Surrbac (recolectores), LyF y en menor medida el SUOEM (municipales) debió, ante los despidos, salir a apoyar a los compañeros. Pero también la GCT Córdoba conducida por Pihen debió sacar una muy formal declaración de apoyo. El sector de la UOM y Comercio directamente salió a bancar al gobierno y a la burocracia de la UTA nacional.
La exigencia de un paro provincial, que hubiera roto el aislamiento y servido para enfrentar con toda la fuerza de nuestra clase al bloque patronal, chocó con la poca voluntad de la burocracia en apoyar un conflicto que cuestionaba las bases de su poder. Los burócratas siempre intentaron frenar la radicalización de la lucha para encausarla en canales de la normalidad y la legalidad burguesa. No por nada al terminar el paro los burócratas dejaron pasar sin luchar la ley de servicios esenciales en la legislatura provincial, que regimenta el derecho a huelga, ya que esta ley viene a salvarlos de futuros embates de las bases. Toda atadura de nuestros sindicatos al estado fortalece a la burocracia sindical. Lamentablemente, los amagues al paro provincial sirvieron para desarmar a los trabajadores, sembrando falsas esperanzas en supuestos “compañeros de lucha” que terminaron dejándolos solos en el momento más difícil.

Errores de la dirección
La dirección del conflicto estuvo en manos de los cuerpos de delegados de las 4 empresas de transporte, conformados por elementos heterogéneos. Tuvo un rol importante el PO, por su influencia en el cuerpo de delegados de TAMSE (trolebuses) a través de la Lista Unidad. Las delegadas de trolebuses supieron ganarse con su firmeza gran respeto del ala izquierda del activismo.
El PO, como dirección centrista legal-parlamentaria, no fue capaz de mantener una posición firme frente al ministerio de trabajo. Se rechazó la conciliación obligatoria, pero fue a partir de argumentos legales (que el ministerio era incompetente) y no políticos, es decir, que había que sacarlo de en medio como mediación que intervenía a favor de la patronal. Esta falta de claridad provocó que no se pusiera a debate la necesidad de establecer una negociación directa, sin mediaciones, con Mestre y las empresas, para lo cuál era necesario desconocer la intervención de la UTA y votar delegados paritarios para dirigir el conflicto y sentarse a negociar. Esto último nos lleva a otro error, que fue la falta de una línea para enfrentar a la burocracia sindical, a la cual sólo se presionaba y hacía exigencias, incluyendo aquí a la dirección de las CGTs. Esto fue grave porque se sembró expectativas en un paro provincial que sólo podía imponerse a la burocracia a través de disputar la dirección efectiva del movimiento obrero. Esto era difícil, desde luego, pero los trabajadores del transporte habían ganado ese derecho a partir de la lucha misma.
Pero el punto de inflexión y principal error de la dirección fue cuando Mestre recurrió a las fuerzas represivas del Estado para quebrar la huelga y los delegados eludieron el enfrentamiento. Los piquetes en las puntas de línea fueron desarmados por la Gendarmería y los colectivos llevados al predio de la Fuerza Aérea. Una dirección conciente debe calcular que todo conflicto obrero duro va a tener un momento de enfrentamiento físico con el enemigo. En este caso, se trataba de buscar frenar la salida de los colectivos del plan de contingencia, con piquetes en la ruta, denunciando la militarización de un conflicto sindical y llamando al paro provincial para impedir que se sentara semejante precedente, responsabilizando a la conducción de la CGT en caso de que su inacción tuviera consecuencias sobre la integridad física de los compañeros en lucha. Pero esto no se hizo. Al contrario, el PO alentó líneas pacifistas y legales como la campaña por el “botón $0”, solicitando permiso para hacer “paro a la japonesa”. Finalmente, el paro fue vaciado por el desbande de un sector de la base, movido por el temor y por un sector de delegados y ex delegados ligados a la vieja burocracia y a la intervención.

Continuar la pelea
La gigantesca lucha de los compañeros de la UTA está planteada hoy en otras condiciones. Los delegados están siendo perseguidos por la patronal, que les impide el ingreso a las empresas, y por la burocracia de Fernandez que busca su desafuero. Es necesario reorganizar a los activistas, impulsando asambleas para votar un plan de acción con objetivos claros: reincorporar a todos los despedidos, defender a los delegados, acabar con las persecuciones y represalias contra el activismo y echar a la intervención. En base a esos puntos, y en la necesidad de impulsar un fondo de lucha para sostener a los compañeros despedidos y organizar una oposición sindical a la burocracia de la UTA a escala nacional, podremos evitar que Fernandez, Mestre y el gobierno provincial consigan su cometido: borrar las lecciones de lucha de clases que dieron miles de trabajadores que se atrevieron a enfrentar el plan patronal basado en la miseria salarial.

Jueves, 09 Agosto 2018 21:46

[COR-CHILE] Cuba: cambia su constitución

A casi 60 años del aniversario de la revolución cubana, la burocracia castrista ha diseñado una reforma constitucional abriendo un periodo de “consulta” que culminará en un referéndum hacia fines de año con el supuesto objetivo de lograr una “actualización del modelo político y social”.

El principal cambio a la constitución incluye la incorporación de la “propiedad privada” como una “nueva” forma de propiedad (actualmente rige la cooperativa mixta, la estatal y el cuentapropismo). Adicionalmente se elimina la aspiración al “comunismo” y se lo reemplaza con una definición de “Estado socialista de derecho”. También se realizarán algunos retoques al sistema político creando la figura de Presidente y Primer Ministro (limitando a 2 periodos de 5 años el mandato y a un máximo de 60 años al candidato de primera instancia), además de eliminar las “asambleas provinciales de poder popular” creando a cambio un gobierno provincial con un consejo anexo.

Mientras discurre esta propuesta también han realizado una serie de cambios administrativos para agilizar la inversión extranjera en lo concerniente a la provisión de trabajadores intentando dinamizar proyectos actualmente estancados como el del puerto de Mariel que pretendía ser un puntal de la apertura económica.

El gobierno de Miguel Díaz Canel y Raúl Castro pretende profundizar la orientación reformista iniciada en el 2014 en la época de Obama a partir de la política de “descongelamiento” de las relaciones con el imperialismo norteamericano. Esta política de apertura controlada, acelerada a partir de las crisis de las fracciones burguesas latinoamericanas (como la venezolana o la brasileña) que asistían política y económicamente a la isla, ha visto un nuevo congelamiento  con el gobierno de Trump. En su ofensiva hacia su patio trasero, el gobierno norteamericano, revirtió esas políticas con medidas tales como el retiro de diplomáticos motivado por un supuesto ataque acústico o la prohibición a los turistas a que visiten la isla en hoteles “controlados” por las fuerzas armadas cubanas, etc.

En su intento de imponer un nuevo orden mundial, la política del amo del norte, pretende que se agudice la crisis de la endeble economía de la isla alimentando la vieja y sostenida línea de provocar mediante el bloqueo económico y la presión imperialista un cambio de régimen que de inicio a una proceso de asimilación de Cuba al imperialismo mundial, nuevamente como una colonia norteamericana. Este tipo de política implicaría una destrucción de la casta burocrática gobernante o una desintegración del aparato burocrático-militar regido por el PC-Cubano y la Fuerzas Armadas ligadas al mismo.

La política de apertura controlada de la burocracia, buscando en parte su propia supervivencia, persigue conservar el control del aparato estatal y desarrollar un sector burgués que pueda ser el beneficiario de la misma. Con políticas como la aprobación de la propiedad privada pretenden llevar adelante, en este modelo de “Estado socialista de derecho”, una transición como la China donde se convirtió un importante sector de la burocracia estatal en una proto-burguesía cuyo rol social aún se encuentra indefinido dentro del sistema capitalista, ya que choca en su proceso de asimilación con la misma descomposición y decadencia del capitalismo mundial.

La crisis corroe la isla

Actualmente la economía cubana no pasa de ser una economía de subsistencia. La debilidad del apoyo de socios internacionales, junto con la profundidad de la crisis de toda la región centroamericana, hacen que las políticas de “planificación” del Estado vayan orientadas casi exclusivamente a solucionar los problemas de la carestía de la vida tales como servicios básicos, de alimentación, transporte o apalear los efectos de los desastres naturales como el huracán “Irma” o la tormenta subtropical “Alberto” de graves consecuencias para la población.

La presión inflacionaria en un país con dualidad monetaria y cambiaria, aumentan la presión al incremento del gasto estatal, con el fin de mantener servicios básicos de salud, educación o la cada vez más magra “libreta de abastecimiento”.

Parte de esta política ha sido la de impulsar el trabajo por cuenta propia, que agrupa a actividades diversas de servicios, tales como de servicios de alimentación, transporte, arrendamiento de habitaciones, etc, es decir se ha desarrollado una mínima estratificación social que agrupa a más de medio millón de trabajadores en esta actividad, donde un sector no llega a convertirse en una pequeñoburguesía consolidada por la misma crisis y por el control que ejerce la propia burocracia estatal, que impide que se desarrolle un sector que socave las bases de su dominio, al menos momentáneamente.

La perspectiva comunista

La eliminación de la palabra “comunismo” de la constitución como fin último que persigue el Estado cubano, no implica mayores cambios en la orientación de la propia burocracia castrista. Es la reafirmación de que buscará una transición ordenada mediante las reformas y con la ayuda del mercado capitalista (la atracción de capitales y desarrollos regionales o “municipales”) dirigirán un proceso de apertura para aggiornar a Cuba al sistema imperialista. Sin embargo, la profundidad de la crisis del capitalismo imperialista, la crisis social que se agudiza en toda la región caribeña hacen muy improbable ningún avance significativo de esta política de asimilación al imperialismo, sin contar la política del gobierno de Trump que se encamina en otro sentido.

Desde el mismo nacimiento de la revolución cubana la perspectiva de avanzar, no digamos hacia el comunismo, sino hacia el socialismo como estadio inferior de aquel, quedó trunco. La perspectiva nacional de la dirección pequeñaburguesa de aquel proceso llevó a la conformación de un Estado obrero como símbolo de que en la época imperialista ya no hay lugar para nuevas revoluciones de tipo nacional-democrático, ni para nuevas formaciones estatales burguesas. El ala izquierda de esa dirección (representada por el Che) impulsó un internacionalismo de tipo tercermundista que impulsó los procesos de liberación nacional alejándolos al mismo tiempo del desarrollo de la propia lucha de clases y con ello del rol central que debe ejercer el proletariado en los procesos revolucionarios. La misma contradictoria, aunque abnegada, impotencia del método guevarista llevó a la vanguardia del continente a diversos experimentos foquistas alejándose de la experiencia y desarrollo de la clase obrera. Así Cuba a su modo copió la estructura de los aparatos estatales de la URRS y los países del Este, y su dirección , apoyándose en las conquistas de la revolución, fortaleció dicho aparato y vivió en el aislamiento acicateado por la presión imperialista constante y los vaivenes del mercado internacional; una perspectiva contraria al desarrollo de las tendencias socialistas que deben desplegarse en la revolución internacional, como contratendencias a las leyes capitalistas, al tiempo que debilitar y extinguir todo aparato de Estado.

Hoy la crisis por la que atraviesa Cuba, debe contar con la formación de un fuerte núcleo revolucionario al interior de Cuba que luche por desarrollar un proceso de revolución política de la mano de la lucha del proletariado internacional, en particular el norteamericano y pelear por una Federación de Estados Socialistas de América. Para hacer resurgir las conquistas de la revolución cubana, ésta debe desarrollarse en el plano internacional y de la mano del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional reconstruida, que como dirección consciente enarbole las banderas de lucha por el socialismo mundial como fase inferior de la sociedad comunista.

Este martes 7 de Agosto, la Justicia Federal dictó sentencia contra los dirigentes de ATE Mendoza, Raquel Blas y Roberto Macho. Se les aplicó una condena condicional de 3 meses, en una causa en la que se los acusaba de cortar una ruta y realizar una asamblea en el ingreso al Aeropuerto de Mendoza junto a los trabajadores del Iscamen, en 2014. Dicha medida judicial implica un gravísimo antecedente en la avanzada de hechos de persecución, represión y judicialización contra dirigentes sindicales, organizaciones gremiales, activistas y referentes políticos de izquierda, por parte de los poderes del Estado burgués.

A esta avanzada de criminalización de la protesta, se suman nuevos procesos judiciales que comenzarán en las próximas semanas, esta vez vía el Poder Judicial provincial, contra los mismos dirigentes de ATE, dirigentes de SITEA y referentes del FIT por diferentes cortes y marchas realizados en el marco de jornadas nacionales de protesta de ATE y en el paro general de 2017.

Complementan esta ofensiva, las decenas de multas económicas impuestas por la Municipalidad de Mendoza contra sindicatos, partidos y organizaciones de izquierda. Las mismas se aplicaron para penalizar movilizaciones y cortes de calles. A este escenario crecientemente represivo, se agrega el proyecto de reforma del Código de Faltas impulsado por Cornejo y que tratará próximamente la Legislatura. El mismo establece la creación de nuevas penalidades, y el endurecimiento de las condenas. A nivel nacional, las multas millonarias impuestas por el Ministerio de Trabajo contra Camioneros y SUTEBA por desafiar las conciliaciones obligatorias, sumado a las intervenciones dispuestas contra diferentes sindicatos, en el caso de Mendoza, contra el SUTE por la seccional Guaymallén, interpelan a los sectores antiburocráticos a asumir la tarea de enfrentar el conjunto de leyes que estatizan los sindicatos.

La exigencia de absolución a Raquel Blas y Roberto Macho debe ser asumida por todas las organizaciones sindicales y políticas que asumen los intereses de la clase trabajadora. Se impone dar una respuesta centralizada desde las organizaciones de la clase obrera. Los sectores de la izquierda, combativos y antiburocráticos, debemos impulsar la realización de Congresos de Delegados de Base mandatados, superando la fragmentación de sindicatos y centrales. Donde se discuta la puesta en pie de un Plan de Lucha unificado para enfrentar el ajuste, y para terminar con la injerencia del Estado en las organizaciones obreras. Y que, para luchar contra la judicialización de la protesta, incluya la reivindicación de la absolución de todos los dirigentes, delegados y activistas condenados, y el desprocesamiento de todos los luchadores con causas judiciales abiertas. Sólo una respuesta organizada y centralizada desde las organizaciones de la clase trabajadora, podrá poner freno a la avanzada represiva del Estado burgués, de sus diferentes poderes, y del Gobierno de Macri y de los gobiernos provinciales.

Con las elecciones del 08 de agosto la CTA legalizará una nueva ruptura. A las elecciones de Michelli, que pasaron sin pena ni gloria, el Cachorro Godoy le antepondrá su propio evento electoral, haciendo eje en la supuesta legitimación que le da el hecho de tener la conducción de ATE.

El gobierno dio un masazo a los trabajadores estatales, con miles de despidos, con un aumento ridículo del 15% en cuotas pactado con UPCN, sumado a la “Modernización” del Estado, el “ingreso 0” y el aumento de la precarización laboral. Mientras todo eso ocurre, Yasky, Michelli y Godoy disputando la caja, inmersos en su realidad paralela de burócratas dejaron pasar todos los ataques sin siquiera poner las manos.

Ahora están preocupados por hacer sus negocios de cara al 2019, bajo el lema “votar mejor”. Michelli quiere irse con Yasky y Moyano para bancar al kirchnerismo o a alguna variante pejotista, y el Cachorro dimensionando la posibilidad de embarcarse en algún proyecto centroizquierdista del tipo “En Marcha”.

En medio de todo esto la izquierda definió poner un huevo en cada canasta y se presentó a ambas elecciones.  

En esta, la Lista Multicolor, luego de fracasar su propuesta de posponer la elección para que no se superpusiera con el tratamiento en Senadores de la Ley de Aborto, este miércoles se lanzará a los votos. Bajo la consigna “Por una nueva dirección de la CTA” el PO armó una lista con el MST y Rompiendo Cadenas. Es decir, el PO quiere una nueva dirección con aquellos que comparten puestos con la burocracia en todos lados, o que incluso son parte ya de la “vieja dirección” como el MST.

De esta manera, el PO no se cree ni su propio slogan.

Desde la COR venimos insistiendo hace tiempo en reunir a toda la oposición para discutir un programa y acciones para enfrentar a las cúpulas divisionistas de la CTA y ATE y recuperar estas organizaciones para enfrentar los despidos y el ataque. Pero la forma de hacerlo es mediante un plenario con mandato de los lugares de trabajo, no en una lista armada a último momento sólo debatiendo los cargos entre gallos y medianoche con dos corrientes que se han cansado de sostener a los burócratas. Una lista para la CTA pudo haber sido fruto de un proceso de debate y deliberación para aglutinar y organizar a todos los estatales que quieren luchar, nucleando a sectores antiburocráticos como la Junta Interna del Garrahan. Pero no, tenían que dilapidar las posiciones ganadas en acuerdos oportunistas que todos sabemos que fracasan y no conducen a nada.

Aunque tenemos diferencias en la política y la estrategia del Partido Obrero, una lista que hubiera priorizado la independencia de clase para combatir los proyectos patronales de la burocracia, hubiera tenido nuestro apoyo. Pero un acuerdo con el MST, conocido por sus posiciones pro patronales, o rompiendo cadenas, que tiene relaciones carnales con la burocracia, le quita todo contenido de clase. Por eso llamamos a votar en blanco y seguimos insistiendo en un plenario de la oposición para debatir programa. Para nosotros la CTA debe tener una dirección revolucionaria, que la convierta en un instrumento de emancipación de la clase obrera.

 

El gobierno de Mauricio Macri se comprometió con el FMI y el imperialismo a hacer los deberes y llevar adelante el ajuste a como dé lugar. Por supuesto, la variable de ajuste son los trabajadores. En particular los estatales vienen sufriendo el embate de las medidas del gobierno de manera feroz: despidos masivos; mediciones de “productividad” y “presentismo” para disciplinar; techo salarial de 15%, para un 2018 con una proyección de 30% de inflación y sobre la base de salarios de hambre; lugares de trabajo paupérrimos que no dan abasto para contener la creciente emergencia social de amplios sectores populares que acuden a las escuelas y hospitales públicos.

Hay que profundizar el plan de lucha, no sólo para exigir la reapertura inmediata de la paritaria, sino también para imponer nuestras reivindicaciones y preparar el enfrentamiento al ajuste y dar una salida obrera.

 Justicia por Sandra y Rubén

Esta política se torna criminal cuando, por una pérdida de gas, estalla la Escuela Primaria n°49 de Moreno, provincia de Buenos Aires, donde se venían haciendo reclamos constantes por problemas de pérdidas. Murieron Sandra Calamano y Rubén Rodríguez. Esto es consecuencia del estado calamitoso en el que se mantienen las escuelas, es un asesinato laboral. Nos solidarizamos con los familiares, compañeros y amigos de las víctimas. Exigimos el esclarecimiento y las medidas necesarias para que esto no vuelva a suceder. Es urgente que, además de la respuesta en provincia de Buenos Aires (al que se han sumado los sindicatos de Capital) de CTERA y ATE-auxiliares de educación, se convoque a paro nacional ante este hecho, para impulsar la votación de delegados de seguridad e higiene en las escuelas e imponer al gobierno nacional las inversiones necesarias que esto no se repita.

 Fuera el Estado de nuestras organizaciones

La burocracia sindical ha sido un partícipe necesario en la implementación del ajuste, negociando a la baja; dividiendo las fuerzas en numerosos sindicatos, para responder a intereses parciales y ajenos a los de la clase; actuando como mediación entre la bronca de la base y el Estado/patronal. Los sindicalistas K, con Baradel y López en provincia y ciudad, fueron cómplices de la política de destrucción de la educación pública del anterior gobierno y ahora, de opositores, nos vienen a decir que hay que votar bien en 2019. No es con los métodos de la democracia burguesa y sus instituciones la forma de enfrentar el actual ataque. Ahora, que Macri arremete con multas a SUTEBA y Camioneros por no acatar la conciliación debemos ser categóricos. Peleamos por la independencia de los sindicatos del Estado. No hay que dejarse atrapar en el andamiaje de conciliación de clase bajo la tutela del Estado. SUTEBA debe rechazar la conciliación obligatoria.

Tenemos que recuperar los sindicatos y combatir la ideología conciliadora, desnudando el carácter de clase del Estado y sus leyes, peleando contra su intervención y por la independencia de los sindicatos de éste.

Las agrupaciones y corrientes antiburocráticas debemos levantar esta perspectiva. Es necesario forjar una Oposición Sindical Revolucionaria que discuta un programa obrero de salida a la crisis. Hay que preparar una vanguardia obrera que lleva este programa adelante.

 Semana del 6 de agosto

Esta semana sigue la lucha. En Ademys paramos 8 y 9 de agosto. Por su parte, los docentes universitarios a nivel nacional ya han votado el no inicio del segundo cuatrimestre. Impulsemos asambleas en cada luchar de trabajo y estudio para imponer un plan de lucha nacional que derrote el ajuste, donde participen los afiliados de todos los gremios docentes, votando un mandato de base. Preparemos un paro general activo, con ocupaciones y piquetes apuntando a sembrar la desorganización del aparato estatal. Estas tareas no pueden ser delegadas a la burocracia. Somos los sectores antiburocráticos los que debemos llevar adelante estás tareas, las corrientes de izquierda dentro del frente Multicolor deben plantearlas en sus lugares de influencia. Organicemos un Congreso Nacional Educativo, de todos los niveles, para preparar un paro nacional educativo contra el ajuste. 

 

-Impongamos a CTERA y a las federaciones de docentes universitarios un plan de lucha nacional unificado.

-No inicio de clases hasta que se resuelvan los reclamos edilicios. Por delegados de seguridad e higiene de cada escuela.

-Congreso Nacional Educativo de todos los niveles educativos, con delegados de base mandatados

-Abajo el ajuste y las reformas laboral, provisional y educativa

-Reapertura de la paritaria ya

-Paritaria estatal única

-Plan de lucha unificado

-No a la intervención del Estado en nuestros sindicatos

 

Por Regional Córdoba

El 1º de Agosto en Córdoba marchamos por el pedido de Verdad y Justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

A un año de la represión desatada por la gendarmería nacional a la protesta Mapuche donde se encontraba Santiago y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel a manos de la prefectura, seguimos denunciando la responsabilidad de las fuerzas represivas del Estado. Hace ya un año que Macri y su ministra Bullrich vienen dando sobradas muestras de lo que están dispuestos a hacer en materia represiva, teniendo en cuenta la situación de crisis económica aguda, reflejo de la crisis internacional que se profundiza, y que deben descargarla sobre la clase obrera y la juventud trabajadora.

Hace escasos días se publicó en el boletín oficial el decreto del Ejecutivo que autoriza la intervención de las FFAA en asuntos internos, siendo parte del proyecto de fortalecimiento del Estado burgués para disciplinar y contener la respuesta de nuestra clase ante el plan de saqueo imperialista acordado con el FMI. Esta política viene dictada ni más ni menos desde EE.UU., que la impulsa para todos los países del continente como hemos visto en Brasil.

Ante este escenario, desde la COR consideramos que para enfrentar al Estado como aparato burocrático militar y derrotar el plan de ataque es importante ser claros con la vanguardia y la juventud trabajadora respecto a la independencia de clase respecto del peronismo, del kirchnerismo y todas las variantes burguesas, porque lo único que hace el peronismo es garantizar gobernabilidad a Macri, aplicar el ajuste en los distritos que gobierna y prometer un 2019.

La clásica salida que pueden ofrecer los partidos burgueses es, obviamente, en el marco de su Estado y sus instituciones. Lo mismo planeta la burocracia sindical de todos los pelajes. Por esto mismo, el contenido de la marcha de los organismos de DDHH afines al kirchnerismo y también al gobierno de la provincia de Córdoba como la Mesa de Trabajo no tuvo nada de progresivo, al reclamar el 26 de Julio pasado “nunca más fuerzas armadas represivas”, un contrasentido que pretenden ocultar el carácter de clase del Estado burgués. Será aceptable para estas corrientes conciliadoras que sea la Gendarmería y demás fuerzas federales las que repriman la protesta social, que despejen los cortes de rutas, que asesinen trabajadores si la crisis se profundiza, pero con el aval del parlamento burgués en un consenso generalizado que diga y autorice quienes deben meter plomo al pueblo trabajador. Una muestra del carácter reaccionario de quienes defienden la democracia burguesa y sus leyes.

Lo lamentable es que la izquierda centrista no planteó en los hechos nada muy diferente. Frente al decreto de Macri, Romina Del Pla del FIT presentó un proyecto de Ley para que el parlamento sea el que defina sobre la cuestión, lo mismo que el arco peronista. Oponiendo la ley del congreso al decreto presidencial, quedaron atrapados una vez más en las instituciones del régimen burgués, como les viene pasando al ver golpes de Estado en cualquier parte (Brasil) ante los reacomodamientos de estas instituciones. Con ello, sientan las bases para justificar los “frentes únicos” con los K y el resto del peronismo aduciendo que el enemigo en común es el macrismo. Una visión alejada del marxismo que termina debilitando a la vanguardia obrera al liquidar la independencia de clase y confiando en una salida dentro de los márgenes de la democracia burguesa.

Los revolucionarios insistimos en que la delimitación de los partidos burgueses es programática y nos prepara para enfrentar a esta ideología conciliadora y denunciar el carácter de clase del Estado. Para algunas corrientes de la izquierda eso es relativo, ya que ante la mencionada convocatoria que realizaba la Mesa de Trabajo el socio del FIT, Izquierda Socialista, y el Nuevo Mas argumentaron que debíamos marchar de la forma menos diferenciada posible de los peronistas ya que veían una oportunidad de “disputar militancia”.

El miércoles pasado sucedió algo similar en la marcha por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Algunos partidos de la izquierda y las organizaciones de la Coordinadora Santiago Maldonado Presente realizaron una gran convocatoria, a la que adherimos, con concentración en Colón y Gral Paz para marchar diferenciados de los organismos oficiales y la idea primera era finalizar la marcha en Gendarmería. Otras corrientes como IS, el MTS y el Nuevo MAS se opusieron en todo momento a una convocatoria diferenciada de la Mesa de Trabajo por los DDHH dirigida por los K.

La marcha fue multitudinaria, con un peso mayor de los sectores identificados con la izquierda. Sin embargo, esta vez el movimiento por el derecho al aborto, identificado con la consigna “que sea ley”, es decir, llevando todo al poroteo de votos en la altamente reaccionaria cámara de senadores del Congreso, fue la piedra de toque para diluir cualquier perspectiva de lucha independiente por justicia y verdad para Santiago y Rafael en un festival musical auspiciado incluso por las alas pro legalización del aborto de la UCR y el PRO, que hace años conviven alegremente junto a la burocracia sindical y las corrientes de la izquierda en la asamblea ni una menos. Debemos insistir en que la lucha de la mujer trabajadora nada tiene que ver con la conciliación pacífica con la burguesía y sus partidos, y mucho menos con sembrar ilusiones en que la barbarie social a que arroja el capitalismo a las masas trabajadores y a sus sectores más oprimidos como las mujeres y la juventud pueda ser si quiera paleada malamente por la intervención reaccionaria del Estado burgués.

Ante la imposibilidad de continuar marchando con la columna independiente hasta la sede de Gendarmería tal como se había acordado, los sectores que habían bregado por no confundir banderas con el kirchnerismo tampoco hicieron un acto u otra acción independiente, suponemos que por su clásica “adaptación al movimiento”. En ese sentido el balance de una gran jornada en las calles quedó trunco, ya que la voz de los trabajadores que no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos con nuestros enemigos de clase no logró hacerse oír con claridad.

A un año de la desaparición forzada y posterior asesinato de Santiago Maldonado y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel seguiremos gritando bien fuerte ¡Verdad y Justicia!

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