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Por el triunfo de los trabajadores del Garrahan

Sábado, 17 Julio 2021 12:17

La pandemia ha golpeado fuertemente a enormes sectores de trabajadores que, o bien por despidos, o bien por la pauperización de sus condiciones de vida y el empeoramiento de sus condiciones de trabajo, han sido el principal centro de ataque por parte de gobiernos y patronales. En particular, han sido los trabajadores de la salud quienes se han visto en el ojo de la tormenta, con situaciones extremas, debiendo enfrentar la emergencia sanitaria con el estado deplorable de los hospitales públicos, trabajando más horas, sin la protección adecuada, bajo presión y con salarios de miseria que están cada día más atrás de la inflación. Mientras la burocracia de los principales sindicatos de la rama cerró paritarias vergonzosas y han intentado por todos los medios evitar que los trabajadores se organicen y luchen, han sido importantes sectores de activistas los que en todo el país han salido a protestar, destacándose los compañeros de Neuquén y también en Córdoba, Mendoza y CABA.

Los compañeros del Hospital Garrahan son un destacamento de vanguardia en la rama de salud y cuentan con experiencias de luchas muy importantes. Este año, en medio de la pandemia y con las elecciones legislativas en el horizonte, se ha desarrollado una importante lucha en la que se ha visto un gran sector de nuevos activistas sumarse al paro. Entre ellos, se han destacado los franqueros. Levantan las reivindicaciones de aumento salarial del 50% y mínimo igual a la canasta familiar $99000, régimen de insalubridad (CTIAP), no a los contratos basura y pase a planta de los contratados y tercerizados. Desde que comenzaron con los paros, hace algunas semanas, el director Trotta y sus secuaces no han cesado de intimidar a los huelguistas y han intentado quebrar la lucha a través de descuentos salariales. Por eso, es fundamental sostener a los compañeros y rodearlos de solidaridad, aportando a su fondo de lucha para que sigan sosteniendo la huelga.

El 15 de julio, en una movilización al Ministerio de Trabajo, una delegación fue recibida, pero con la advertencia de que no pueden intervenir, porque su sindicato es ATE, cuya conducción mira para otro lado. Una prueba más del rol que está cumpliendo la burocracia en todos los sindicatos para sostener el ajuste de Alberto en plena pandemia.

Así como la de los trabajadores de salud en varias provincias, los compañeros del Garrahan siguen luchando. Al cierre de esta edición, han votado un nuevo paro de 24hs el miércoles 21/7 y una movilización al Ministerio de Salud. Tenemos que tener en claro que lo que se plantea no es una demanda meramente salarial, que sí es muy importante, pero además todos los trabajadores de salud tienen que intentar quebrar la dirección política de la pandemia. Si hay algo que quedó demostrado es que el “comité de expertos”, con el que Alberto iba a “cuidar nuestra salud”, eran lobistas de los laboratorios y que lo único que “cuidó” fueron los intereses de las patronales en desmedro de las condiciones de vida de los trabajadores. Los trabajadores, con los métodos obreros, podrían haber sido una alternativa superadora en la gestión de esta emergencia sanitaria, cuestionando el mando capitalista. Debemos prepararnos en este sentido. Es por esto que desde la COR consideramos necesario llamar a un Plenario Nacional de Oposición de trabajadores de la salud, con delegados mandatados de cada lugar de trabajo, para empezar a sentar las bases para recuperar los sindicatos y unificar a todos los trabajadores de la salud y plantear una salida del conjunto de la clase obrera a esta catástrofe capitalista.

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  • La crisis avanza entre luchas, vetos y represión

    El avance de las luchas obreras como los paros escalonados de los aeronáuticos (que el gobierno busca derrotar como conflicto testigo), del SUTNA, del Hospital Garrahan, la lucha de los jubilados, de los docentes y estudiantes en varias partes del país encuentran a un gobierno debilitado por la falta de inversiones y dólares frescos y el ninguneo del FMI. Esto ha puesto a Milei a tratar de salvar su gobernabilidad pidiendo el auxilio de la casta parlamentaria, las fuerzas represivas y los partidos del régimen. El gobierno está tan desesperado que hasta organizó una provocación invitando a un asado en Olivos a los “héroes” que le bancaron el veto a la ley jubilatoria.

    Es evidente que se está modificando el estado de ánimo de las masas ante una mayor carestía de la vida, en contraposición de las ganancias de algunos sectores de la economía. En auxilio del régimen han ido la mayoría de las fuerzas políticas y sindicales que intentan disfrazarse de oposición, para llevar la bronca a los “canales institucionales” y que no sean los trabajadores y el pueblo quienes den una salida revolucionaria a la situación de crisis y ajustes. Podemos enumerar: a los “radicales con peluca”, como le dicen a los que se dieron vuelta para que se caiga la ley de movilidad jubilatoria, para garantizar que la oposición parlamentaria no llegue al tan temido 2/3; a la burocracia sindical, tratando de ubicarse como oposición (sobre todo ante el conflicto en aeronáuticos) para intentar contener la bronca con meros pronunciamientos o anunciando la unificación de las CTAs (que no va a ser para que avance la lucha, sino para unificar criterio en el nuevo candidato del PJ, en este caso Kicillof); los K, que dicen no movilizar contra los vetos porque “son atribuciones que tiene el presidente”, para dejar en claro que su jefa está de acuerdo con el ataque que está llevando Milei y sólo difiere en cómo se debe atacar; la Iglesia, que posa de oposición criticando la represión a los jubilados, conscientes del cambio de situación que se está dando en los barrios ante el ajuste. Todos a su manera pretenden contener la bronca y resistencia al ataque del gobierno, intentando llevar las luchas detrás de vías parlamentarias o intentos de organización de una oposición para llegar a las próximas elecciones con un PJ competitivo. Nada bueno puede venir de estos garantes de los negocios capitalistas, son los sostenedores de la gobernabilidad de Milei para que haga el trabajo sucio, atacar a los trabajadores y a sus organizaciones para que, sobre tierra arrasada con la bendición del papa, regresen los hacedores de ajustes progres.

    Estos 9 meses de Milei han mostrado, en los lugares de trabajo y en los enfrentamientos en la calle, que hay muchos sectores con predisposición a la lucha. Organizar esa resistencia es la tarea del momento, peleando en cada acción por la independencia de clase, combatiendo a las oposiciones “anti Milei”, que apelan a una supuesta unidad (policlasista), pero en realidad se perfilan como mediaciones en el parlamento, en los sindicatos y en las calles.

    Vamos a poder imponer un paro general si unificamos a las oposiciones sindicales combativas y antiburocráticas, a los sindicatos recuperados, a los estudiantes combativos, a los jubilados de izquierda, a los movimientos de trabajadores desocupados independientes del Estado en un Congreso de delegados de base con mandato que prepare las condiciones para una salida obrera a la crisis.

    En función de la tarea de unificar a la oposición con independencia de clase podemos avanzar en los lugares que están en lucha y proponer reuniones por rama, para fortalecer una minoría en los sindicatos que pelee por expulsar a la burocracia de nuestras organizaciones.

    La junta interna de ATE del Garrahan, que viene de protagonizar dos parazos y acciones en el hospital, puede llamar a una reunión con los trabajadores de ATE, delegados combativos, activistas y juntas internas recuperadas a discutir la formación de una oposición sindical revolucionaria al interior del sindicato. Hay que plantear la necesidad de formar una minoría al interior de la CTA y, ante la posible unificación en clave burocrática, pelear por una Central única de trabajadores para poder luchar de forma centralizada.

    El SUTNA, que está en una lucha muy dura contra la patronales del neumático, con despidos, suspensiones y paritarias trabadas, puede convocar a una reunión de los trabajadores industriales, activistas y comisiones internas recuperadas a conformar también una oposición. Si ingresan a la CGT, que sea con un programa y plan de acción como minoría, que pelee para expulsar a la burocracia sindical.

    Para la marcha universitaria convocada para el 2 de octubre debemos discutir una columna independiente encabezada por el Garrahan, el SUTNA, los sindicatos docentes combativos como AGD-UBA y Ademys y los centros de estudiantes dirigidos por la izquierda para organizar a los sectores combativos, para no ir detrás de los radicales “sin peluca” (pero con ganas de ponérsela) y contra los funcionarios que son artífices necesarios de la miseria salarial docente y la elitización de la educación. Proponemos replicar esta táctica en todas las partes del país donde se marche.

    Estas son algunas de las propuestas que consideramos debemos poner a consideración en asambleas y en discusión con los compañeros, para dar una perspectiva ante el nivel de crisis que estamos viviendo. Y para responderle a las distintas “castas” con los métodos de la clase obrera organizada.

    Seguimos luchando por poner en pie un partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida, porque somos conscientes de que no hay soluciones para cada país aislado, sino se toma las tareas desde una perspectiva internacionalista.

  • La justicia burguesa de Schiaretti insiste con imputaciones a la vanguardia obrera

    El pasado miércoles 17 de mayo, en el marco de una jornada de lucha por la reapertura de paritarias y en desconocimiento de lo acordado por la burocracia sindical de los empleados públicos (SEP), los trabajadores de salud agrupados en la coordinadora se movilizaron hasta el ministerio de salud. Fue allí donde el fiscal Guillermo González imputó a Ricardo Barrionuevo, delegado de ATE por el Hospital Tránsito Cáceres de Allende, y a Andrés Campos, delegado de ATSA del Hospital Misericordia. Según el fiscal, lo previsto en el art 194 del código penal establece “que se constituye en delito el entorpecimiento y el normal funcionamiento del transporte” y es bajo este artículo que se produjeron las imputaciones recientes y las del mes pasado a los dirigentes piqueteros y al Secretario General de ATE Córdoba.

    Las garantías de Juan Schiaretti y la justicia burguesa a la aplicación y cumplimiento del acuerdo con el FMI se traduce en represión a la vanguardia obrera, trabajadores ocupados y desocupados que enfrentamos a diario los efectos de una crisis económica mundial sin precedentes. La huelga, el piquete, la toma de planta y de edificios públicos son ni más ni menos que los métodos de nuestra clase para enfrentar los ataques perpetrados por las patronales y el Estado, con la complicidad de la burocracia sindical. Las feroces internas que tienen los dirigentes sindicales son libradas para disputar cargos en las listas del peronismo local y nacional, pero esto burócratas no muestra la misma ferocidad para la defensa nuestra clase, todo lo contrario.

    La respuesta de los trabajadores estatales y privados ante semejante ataque debe ser la de convocar en cada lugar de trabajo a asambleas que se pronuncien contra las imputaciones antiobreras y contra la criminalización de la protesta, como parte de un programa de acción para que los capitalistas no descarguen la crisis sobre nuestras espaldas. Debemos imponer el Paro General Activo a las CTAs y la CGT para hacer retroceder el acuerdo con el FMI. Proponemos impulsar reuniones y asambleas para reagrupar a los sectores antiburocráticos de nuestra clase en Córdoba e impulsar en común estas tareas como minorías en los sindicatos.

    Desde la COR repudiamos las imputaciones y nos ponemos a disposición de los compañeros Barrionuevo y Campos y sus organizaciones sindicales para llevar adelante las acciones que se definan para responder a este nuevo ataque.

    COR
    Corriente Obrera Revolucionaria
    Regional Córdoba

  • 16 de noviembre: Paro general de los hospitales de Córdoba

    La renuncia masiva de médicos en el hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto encendió la mecha de una situación explosiva que recorre al conjunto del sistema de salud. Las asambleas y movilizaciones en la salud pública de Córdoba venían de antes, es cierto, pero de manera localizada en hospitales e instituciones puntuales. En dos semanas, las medidas de fuerza se fueron replicando, con asambleas, afectación de servicios y paros por hospital hasta la convocatoria al paro provincial de salud para este miércoles 16 de noviembre. Por supuesto, este no es un fenómeno únicamente provincial, ya que desde hace varias semanas los residentes de la Ciudad y la Provincia de Bs. As. y los hospitales nacionales Garrahan y Posadas vienen sosteniendo paros y marchas masivas. La pandemia y el avance del ajuste del FMI que aplican el gobierno del Frente de Todos (FdT) y los gobernadores han llevado a los hospitales a esta situación crítica, donde los problemas centrales son los salarios devaluados, la precarización laboral y la falta de personal.

    El gobierno de Schiaretti sale a ofrecer bonos y una revisión paritaria miserable (28% en 3 cuotas) como manotazos de ahogado ante la situación. Intenta dar aire a las mediaciones burocráticas de los sindicatos y asociaciones médicas, pero los trabajadores no se dejan engañar. Un ejemplo: el lunes 14/11 en el Hospital Córdoba una masiva asamblea votó mantener el paro de 72hs ante la extorsión de una “mesa de negociación” condicionada al levantamiento de las medidas. El mismo lunes, la asamblea del Misericordia incluyó entre las resoluciones votadas “rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional”. La fragmentación sindical es un grave problema que viene de hace muchos años. El SEP es repudiado entre los trabajadores de salud, mientras los demás sindicatos (ATSA, ATE, UTS) y las asociaciones médicas aportan a la división, buscando agrandar sus pequeños aparatos. Actualmente la fuerza de las asambleas disciplina a las conducciones, pero es necesario avanzar en la organización y poner en pie una dirección alternativa con una política combativa y de independencia de clase para imponer al gobierno nuestras condiciones.

    Por un gran plenario interhospitalario

    La fortaleza de la lucha está en las asambleas por hospital. Pero para unificar la lucha no basta con la mera coordinación, debemos poner en pie un gran Plenario de Delegados Hospitalarios mandatados por la base. Este plenario debe ser provincial, si bien podría contemplar instancias intermedias como plenarios por departamento o ciudad. En un plenario de esas características podremos unificar y fortalecer el plan de lucha y un pliego único de reivindicaciones. Y sobre todo, votar nuestros delegados paritarios para negociar con el gobierno. ¡Ninguna medida se baja ni se firma ningún acuerdo sin el aval de las asambleas! Hay que hacer propia la resolución del Misericordia: rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional. Está planteado, al calor de la lucha, dar pasos hacia la recuperación de los sindicatos con el objetivo de conquistar un sindicato único de los trabajadores de la salud.

    Unidad de clase

    La lucha de salud es la más importante que recorre la provincia, pero no la única. También en las fábricas de la UOM se dan peleas contra los salarios de miseria, en NA e IBF (neumáticos) se lucha contra el despidos de un trabajador y la persecución patronal, los docentes se reagrupan contra la burocracia de la UEPC, el movimiento piquetero marcha contra los recortes de planes. La primera consideración es que la paritaria estatal provincial siempre arroja el mismo acuerdo para todos, aunque el gobierno finge negociar por separado (en realidad impone el aumento a Monserrat y Pihén). Hay que imponer a Schiaretti una verdadera paritaria, una paritaria estatal única con delegados paritarios elegidos en asambleas y plenarios estatales con la participación de los trabajadores de las escuelas, los hospitales y demás reparticiones.

    La bronca con el gobierno es generalizada, viene saltando todo el pus de una gestión que defiende los intereses de las grandes patronales, nacionales y extranjeras (muerte de los bebés, casos de gatillo fácil, impunidad de Oscar González). Los trabajadores de la salud tienen la autoridad para ponerse al frente de la lucha contra el gobierno, encabezando no solo la pelea por el salario, sino también por tirar abajo las leyes represivas que pretenden regimentar aún más las marchas. Esa autoridad también se la ganaron con sus actuaciones en la pandemia, sosteniendo las condiciones de salud de los trabajadores y la población en las peores condiciones, saliendo incluso a enfrentar la decadencia del sistema de salud. Con esa autoridad pueden convocar a todo el movimiento obrero a sublevarse contra sus conducciones sindicales traidoras que dejan pasar el ajuste del FMI por sus pactos con el FdT y los gobiernos provinciales, impulsando un Congreso Provincial de delegados de base de la industria, los servicios, estatales y del movimiento piquetero, para ir por el paro activo provincial afectando las bases del poder de nuestros enemigos de clase, que están en la producción. Por una central única de trabajadores.

  • Tomemos la lucha en nuestras manos

       Por una gran Interhospitalaria de delegados con mandato de base

    El parazo y la caravana del martes 10/11 fueron una enorme demostración de la fuerza y la disposición a la lucha de los trabajadores de la salud. El paro fue muy fuerte en los hospitales públicos de toda la provincia (no sólo de la capital), y en el sector privado, donde la burocracia de ATSA viene garantizando el ataque de las patronales, los trabajadores participaron de la caravana. Para Cardozo y Schiaretti, fue un duro golpe que desnudó la farsa del “éxito” de su política sanitaria frente a la pandemia. Los paros y movilizaciones de los trabajadores de la salud en CABA y varias otras provincias muestran que la lucha tiene alcance nacional y que Alberto Fernández y Ginés también son responsables del estado deplorable del sistema de salud.
    El gobierno provincial no pudo ocultar el problema debajo de la alfombra ni contentarse con los aprietes, tuvo que responder, primero demonizando a los trabajadores por los medios, después buscando dividir con el bono discriminatorio, y luego dando algunas concesiones para desactivar la medida, como el pase a contrato de los monotributistas del Rawson o el adelanto de las cuotas del aumento.
    La fortaleza mostrada el 10 nos indica que ¡podemos ir por mucho más! Conquistar la incorporación de más personal bajo condiciones de estabilidad laboral, el pase a planta de todos los precarizados y un aumento salarial que lleve el salario de la categoría inicial a igualar la canasta básica familiar, junto con las medidas de seguridad e higiene y el resto de nuestras demandas.
    La unidad de diferentes organizaciones fortalecieron sin duda la medida, pero esta unidad debe ser soldada por la base. Basta de divisiones. Debemos impulsar asambleas por sector y asambleas unitarias por hospital o lugar de trabajo, sin distinción de afiliación sindical. Elegir delegados con mandato para impulsar una gran asamblea Interhospitalaria, un organismo que nos permita a los trabajadores tomar la lucha en nuestras manos, votando un plan de lucha para torcerle el brazo al gobierno. Podemos votar una comisión de lucha que tenga por tarea un trabajo sistemático sobre los hospitales y clínicas privadas para contrarrestar la política rompehuelgas de la burocracia de ATSA y fortalecer a los sectores dispuestos a luchar que se propongan recuperar el sindicato sanitario.
    No sólo Pihén negocia por notros, también las conducciones de los sindicatos y organizaciones que hoy forman parte de la multisectorial (ATE, UTS, Médicos Autoconvocados y otros) buscan una mesa de dialogo con el gobierno para que los reconozcan a ellos como interlocutores, pero no puede ser que nosotros luchemos y otros negocien. Debemos elegir delegados paritarios en las asambleas, y garantizar así que nadie se baja de la lucha hasta triunfar.


    COR - Regional Córdoba

  • Pongamos a los hospitales en pie de lucha

    10 de NOVIEMBRE, PARO de la SALUD.

     Pongamos a los hospitales en pie de lucha

    La situación en Córdoba respecto al manejo de la pandemia es catastrófica. Si miramos los números de muertos por coronavirus nos revela que el verdadero objetivo de la cuarentena impuesta por el ejecutivo nacional y replicada en las provincias, nada tenía que ver con ganar tiempo para acondicionar el sistema de salud. Ejemplo de esto es el hospital modular del polo sanitario, abierto medio año después del inicio de la pandemia… ¡y sin personal! El aislamiento obligatorio bajo el fierro del Estado implicó para los trabajadores en general un mayor ataque a las condiciones de vida. Para los trabajadores de la sanidad, se tradujo en imputaciones a médicos y persecuciones con traslados compulsivos a enfermeros y técnicos que denunciaron la falta de medidas de bioseguridad, la falta de personal, el pluriempleo, los salarios a la baja y la precarización laboral. Sumado a ello, el aumento del índice de contagios por COVID- 19 entre los trabajadores de salud con una veintena de muertes en nuestra provincia. Mientras tanto el cinismo del Ministro Cardozo, al referirse a un grupo “minoritario” que organiza una jornada de paro, no tiene límites.
    Sumado a tan delicada situación, el gobierno tiene la osadía de ofrecer un aumento salarial del 9% para los trabajadores estatales, incluidos los de salud. Todos sabemos que el silencio de las burocracias del SEP, ATSA y la CGT Córdoba ha sido para garantizar este ataque en connivencia con Schiaretti.

    Enfrentemos al Estado, a las patronales y a la burocracia sindical

    Es necesario que saquemos conclusiones sobre la cuarentena y el control estatal, los únicos interesados en garantizar nuestra salud somos los propios trabajadores. Los protocolos del COE, de los directores y de las empresas de salud están hechos para echarnos la culpa de los contagios, disciplinarnos y perseguirnos; urge  conformar comisiones de seguridad e higiene votadas en asambleas, para que seamos los propios trabajadores quienes controlemos y garanticemos el cumplimiento de las normas de bioseguridad. Por la provisión de EPP de calidad y en cantidad suficiente. Testeos PCR regulares para todos los trabajadores. Licencias para el personal de riesgo. Contra las jornadas extenuantes y el pluriempleo debemos pelear por jornadas de 6 hs. con un salario inicial igual a la canasta básica indexado a la inflación. Hacen falta más profesionales y técnico: por el ingreso de más trabajadores con condiciones de estabilidad laboral, ¡no somos descartables! Rechazando el 9% de aumento salarial. Reincorporación de los despedidos, pase a planta de todos los precarizados, contratados, monotributistas, becarios y residentes. Por la reapertura de la paritaria, votando delegados paritarios en asamblea para que no sea la burocracia la que decida.
    Debemos enfrentar al Estado/patrón y a los empresarios del sector privado con nuestros métodos y organizarnos de forma independiente. Abrir una gran deliberación en un Congreso Nacional de Delegados de Base de la Salud entre los trabajadores y activistas de la salud (estatales y privados), sin importar a que sindicato pertenecemos, para votar un plan de lucha con el objetivo de ponerle fin al ataque mayúsculo que venimos sufriendo.
    En esa tarea, debemos comenzar a formar oposiciones sindicales con libertad de tendencia e independencia de clase que luche por recuperar los distintos sindicatos que intervienen en el sector salud: ATSA, SEP, ATE, UTS, AGTUNC, etc. Uno de nuestros grandes problemas es la división que nos imponen conducciones burocráticas, ya sean peronistas o “progres”; debemos avanzar en asambleas conjuntas por hospital o lugar de trabajo, con el objetivo de conquistar un Sindicato Único de Salud que sea el producto de la unificación de todas las y los trabajadores asumiendo la tarea de echar a patadas a los burócratas que no han hecho más que cubrirle el flanco al gobierno y los empresarios para descargar la crisis sobre nuestras espaldas.  Conquistar un convenio único que termine con las divisiones entre: las leyes provinciales  7233 y 7625 y unificando a los trabajadores de la salud privada y estatal.

    Este 10 de noviembre, los trabajadores de salud nos tenemos que hacer escuchar. ¡Basta de muertes, basta de persecuciones, basta de precarización y salarios de miseria!

    Impulsemos asambleas unitarias en cada lugar de trabajo para preparar la medida.

    ¡Todos al paro y a la movilización!

    COR
    Regional Córdoba

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