El avance de las luchas obreras como los paros escalonados de los aeronáuticos (que el gobierno busca derrotar como conflicto testigo), del SUTNA, del Hospital Garrahan, la lucha de los jubilados, de los docentes y estudiantes en varias partes del país encuentran a un gobierno debilitado por la falta de inversiones y dólares frescos y el ninguneo del FMI. Esto ha puesto a Milei a tratar de salvar su gobernabilidad pidiendo el auxilio de la casta parlamentaria, las fuerzas represivas y los partidos del régimen. El gobierno está tan desesperado que hasta organizó una provocación invitando a un asado en Olivos a los “héroes” que le bancaron el veto a la ley jubilatoria.
Es evidente que se está modificando el estado de ánimo de las masas ante una mayor carestía de la vida, en contraposición de las ganancias de algunos sectores de la economía. En auxilio del régimen han ido la mayoría de las fuerzas políticas y sindicales que intentan disfrazarse de oposición, para llevar la bronca a los “canales institucionales” y que no sean los trabajadores y el pueblo quienes den una salida revolucionaria a la situación de crisis y ajustes. Podemos enumerar: a los “radicales con peluca”, como le dicen a los que se dieron vuelta para que se caiga la ley de movilidad jubilatoria, para garantizar que la oposición parlamentaria no llegue al tan temido 2/3; a la burocracia sindical, tratando de ubicarse como oposición (sobre todo ante el conflicto en aeronáuticos) para intentar contener la bronca con meros pronunciamientos o anunciando la unificación de las CTAs (que no va a ser para que avance la lucha, sino para unificar criterio en el nuevo candidato del PJ, en este caso Kicillof); los K, que dicen no movilizar contra los vetos porque “son atribuciones que tiene el presidente”, para dejar en claro que su jefa está de acuerdo con el ataque que está llevando Milei y sólo difiere en cómo se debe atacar; la Iglesia, que posa de oposición criticando la represión a los jubilados, conscientes del cambio de situación que se está dando en los barrios ante el ajuste. Todos a su manera pretenden contener la bronca y resistencia al ataque del gobierno, intentando llevar las luchas detrás de vías parlamentarias o intentos de organización de una oposición para llegar a las próximas elecciones con un PJ competitivo. Nada bueno puede venir de estos garantes de los negocios capitalistas, son los sostenedores de la gobernabilidad de Milei para que haga el trabajo sucio, atacar a los trabajadores y a sus organizaciones para que, sobre tierra arrasada con la bendición del papa, regresen los hacedores de ajustes progres.
Estos 9 meses de Milei han mostrado, en los lugares de trabajo y en los enfrentamientos en la calle, que hay muchos sectores con predisposición a la lucha. Organizar esa resistencia es la tarea del momento, peleando en cada acción por la independencia de clase, combatiendo a las oposiciones “anti Milei”, que apelan a una supuesta unidad (policlasista), pero en realidad se perfilan como mediaciones en el parlamento, en los sindicatos y en las calles.
Vamos a poder imponer un paro general si unificamos a las oposiciones sindicales combativas y antiburocráticas, a los sindicatos recuperados, a los estudiantes combativos, a los jubilados de izquierda, a los movimientos de trabajadores desocupados independientes del Estado en un Congreso de delegados de base con mandato que prepare las condiciones para una salida obrera a la crisis.
En función de la tarea de unificar a la oposición con independencia de clase podemos avanzar en los lugares que están en lucha y proponer reuniones por rama, para fortalecer una minoría en los sindicatos que pelee por expulsar a la burocracia de nuestras organizaciones.
La junta interna de ATE del Garrahan, que viene de protagonizar dos parazos y acciones en el hospital, puede llamar a una reunión con los trabajadores de ATE, delegados combativos, activistas y juntas internas recuperadas a discutir la formación de una oposición sindical revolucionaria al interior del sindicato. Hay que plantear la necesidad de formar una minoría al interior de la CTA y, ante la posible unificación en clave burocrática, pelear por una Central única de trabajadores para poder luchar de forma centralizada.
El SUTNA, que está en una lucha muy dura contra la patronales del neumático, con despidos, suspensiones y paritarias trabadas, puede convocar a una reunión de los trabajadores industriales, activistas y comisiones internas recuperadas a conformar también una oposición. Si ingresan a la CGT, que sea con un programa y plan de acción como minoría, que pelee para expulsar a la burocracia sindical.
Para la marcha universitaria convocada para el 2 de octubre debemos discutir una columna independiente encabezada por el Garrahan, el SUTNA, los sindicatos docentes combativos como AGD-UBA y Ademys y los centros de estudiantes dirigidos por la izquierda para organizar a los sectores combativos, para no ir detrás de los radicales “sin peluca” (pero con ganas de ponérsela) y contra los funcionarios que son artífices necesarios de la miseria salarial docente y la elitización de la educación. Proponemos replicar esta táctica en todas las partes del país donde se marche.
Estas son algunas de las propuestas que consideramos debemos poner a consideración en asambleas y en discusión con los compañeros, para dar una perspectiva ante el nivel de crisis que estamos viviendo. Y para responderle a las distintas “castas” con los métodos de la clase obrera organizada.
Seguimos luchando por poner en pie un partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida, porque somos conscientes de que no hay soluciones para cada país aislado, sino se toma las tareas desde una perspectiva internacionalista.