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Bancarios - ¡No al saqueo a las jubilaciones!

Miércoles, 26 Febrero 2020 19:06

 

¡No al saqueo a las jubilaciones!

No queremos un sindicato cómplice

 

A mediados de febrero, el gobierno de Alberto Fernández dio a conocer el nuevo cálculo de “aumento” a los jubilados, que, bajo el pretexto de la “solidaridad” reformula el cálculo y hace una quita a los aumentos de las jubilaciones más altas. Convengamos que estamos hablando de que muchas de esas jubilaciones apenas rondan la canasta básica. Esta medida afecta directamente a los jubilados bancarios. Particularmente alarmante es la situación de los jubilados del Banco Provincia de Buenos Aires. Es que luego del saqueo perpetrado a la caja de jubiliaciones mediante la ley provincial impulsada por Vidal y compañía, que fue parte de un plan para robarle a los trabajadores que venían aportando parte de su salario para el retiro, a la vez que se desfinanciaba al banco provincial. Ahora, con la aplicación del decreto 160 del PEN, se altera la ecuación para calcular la movilidad jubilatoria de manera que vuelven a sufrir una quita en el haber real jubilatorio, ya no sólo del BAPRO, sino del conjunto de jubilados bancarios. Todos ellos cobrarán más o menos la mitad del ajuste que les hubiera correspondido para marzo, del 11,6%.

Esto muestra que, en materia de ajuste, hay una continuidad entre los gobiernos de Macri/Vidal, Fernández/Kicillof para que la crisis la paguen los trabajadores. Claramente, esto es parte de las condiciones impuestas por el FMI sobre las cuentas nacionales. Los primeros meses del actual gobierno demuestran que son los “buenos alumnos” del organismo de crédito y éste no es otra cosa que enemigo de los intereses de los trabajadores. Los bancarios no podemos permitir que se siga llevando adelante este saqueo. A esto se suman los cientos de despidos y retiros voluntarios que han ocurrido en los últimos meses en el sistema financiero. Y sabemos que el plan de disminución de la planta de trabajadores del sistema sigue en marcha y será agresivo en los próximos meses. Ya se enciende la alarma por la situación de los compañeros del HSBC, que ha anunciado cese de operaciones en la región.

Mientras tanto, la conducción del sindicato ya está dando señales de que aceptará los aumentos con sumas fijas, pautadas por el gobierno, cerrando las discusiones paritarias de un plumazo. Desde la asunción del nuevo gobierno, se han comprometido con la “paz social”, mientras el ajuste del FMI sigue en marcha. No debemos permitirlo.

Debemos redoblar la organización para defender las jubilaciones de todo el pueblo trabajador, apelando a la unidad de la clase obrera. Debemos imponer paritarias libres, en las que se escuchen las demandas de los trabajadores. Hay que pelear por la reincorporación de los despedidos. Para ello es necesario recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia conciliadora. Convoquemos a asambleas en nuestros lugares de trabajo donde mocionemos que el sindicato se ponga de pie contra este atropello. ¡No al saqueo a las jubilaciones! Hay que organizar un Congreso de Delegados para votar negociadores paritarios con mandato y revocables. Llamamos a todas las corrientes y organizaciones de izquierda, que mantienen el principio de la independencia de clase a organizarnos para desarrollar una Oposición Revolucionaria en el sindicato que levante un programa de salida obrera a la crisis.

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  • Bancarios: Acuerdo paritario silbando bajito

     

    El 27 de marzo La Bancaria emitió un comunicado anunciando el acuerdo paritario de enero a marzo 2024 (a plazo vencido), cerrando el tramo con un 9% de aumento para el último mes del trimestre. Así la conducción anuncia un aumento de 50% respecto del salario bruto de diciembre 2023.

    No hace falta decir que este acuerdo se cocinó con total secretismo y a espaldas de los trabajadores, porque éste es un método habitual de la burocracia, pero es alarmante el grado de desmovilización que está generando la conducción en medio de tremendo ataque a las condiciones de vida del conjunto de la clase trabajadora.

     

    Números mentirosos

    Los anuncios de acuerdos paritarios se han vuelto cada vez más discretos y esto responde al hecho de que todos sabemos que los números no cierran. Además del dibujo de los números de inflación del INDEC del gobierno de Milei, emulando las épocas de CFK, el descuento por el impuesto a las ganancias sigue afectando a un sector de bancarios en categorías especializadas, con adicionales, etc., ya que la ley de Massa no eliminó la 4ta categoría, sino que subió el piso a 15 salarios mínimos (muy atrasados respecto de la inflación). Las complejas arquitecturas de parches sobre parches al Estado que armaron los gobiernos del peronismo, el PRO y estos supuestos libertarios es un “toma y daca” que siempre termina perjudicando a los trabajadores. En este caso, la licuadora de Milei ha planchado el salario de tal forma que la gran mayoría de los asalariados se encuentran percibiendo menos que los 700 mil pesos necesarios para superar la línea de pobreza. Sin embargo, no sólo se descuenta “ganancias” a los salarios de 2 millones, sino que se está planteando reimplantar el impuesto bajando el piso y haciendo que sean cada vez más los asalariados que paguen.

     

    Inacción ante los despidos y la tercerización

    En el marco de una ola generalizada de despidos en establecimientos estatales y privados de todas las ramas, los bancos vienen haciendo lo propio. Esta no es una situación nueva, sino que se viene desarrollando de a poco, pero sostenidamente, desde la pandemia. En notas anteriores (aquí, aquí y aquí) hemos desarrollado el rol de la burocracia para contener la bronca de los trabajadores mientras las condiciones laborales se deterioran en el largo plazo. Si bien los trabajadores de la rama aún conservamos conquistas que en otras las patronales han borrado de un plumazo e incluso la erosión que la inflación ha hecho en nuestro salario es menos notoria y abrupta que en otros casos, cada vez hay más tercerizados que no están encuadrados bajo el CCT bancario y no gozan de los mismos derechos laborales que los de convenio. Justamente, el juego de las patronales es nivelar para abajo y buscar el enfrentamiento de trabajadores contra trabajadores. Ante esto, la CGT, tanto los gordos como el ala “díscola” de Moyano-Palazzo, se llama al silencio y queda cada gremio peleando aisladamente. Tenemos que frenar los despidos y pelear por que se efectivicen los tercerizados.

     

    No a la privatización del Banco Nación

    Hasta ahora, ante la amenaza de venta del mayor banco del país, Palazzo y cía. se han limitado a hacer un acto superestructural con la cúpula de la CGT y juntar firmas para acompañar un proyecto de ley. Nada más alejado de los métodos obreros y de la tradición del gremio bancario, que tiene en su historia importantes gestas.

    Para los confundidos por la perorata “anarco capitalista” del gobierno, que piensan que la privatización de las instituciones públicas y el impuesto al salario van a afectar a la “casta” y que la reforma laboral que impulsan los libertarios va a redundar en mejoras para los “que trabajan honestamente y compiten en el mercado laboral” en desmedro de los “chorros que viven de la tuya”, el resultado será totalmente lo opuesto a lo que esperan. Milei no va a barrer con ninguna casta, sólo pretende que gobierne el ala del capital financiero sobre los destinos del país. Esto se traduce en poner todos los recursos y estructura productiva en función de los intereses del capital imperialista, totalmente expoliador. No sorprende que el nombre que suena para comprar el BNA sea el holding “Black Rock”. También hay que decir que no es muy distinto de lo que proponía Massa, sólo que los libertarios no quieren intermediarios “nacionales”.

    Es urgente que levantemos un plan de lucha contra la venta del BNA, contra los despidos (abiertos o encubiertos bajo la forma de retiros voluntarios u otras), contra el impuesto al salario bajo cualquier nombre que le pongan y por unir las filas de los trabajadores para enfrentar el ajuste de Milei, los gobernadores y el FMI. Esto tiene que ser un puntapié para que desarrollemos un programa de transición que desarme el usurero sistema financiero burgués y se plantee el control de la producción, del crédito y del comercio exterior por parte de la clase obrera.

     

    Crisis de dirección

    Está claro que la apuesta de la burocracia de incorporarse a las listas electorales del Frente de Todos/Unión por la Patria ha demostrado ser un fracaso más. No sólo no aportan nada desde sus bancadas parlamentarias para el bien de los trabajadores, sino que además ataron los destinos de los sindicatos a la suerte de un frente electoral de conciliación de clases con sectores de la burguesía y la pequeña burguesía y fueron cómplices de las medidas antiobreras de Alberto Fernández durante la pandemia. Todo esto, en medio de una crisis inédita de las instituciones de gobierno burgués.

    El discurso contra la “casta” que impulsó Milei fue bien recibido en distintas capas de trabajadores, no porque simpaticen con Margaret Thatcher, ni con los milicos genocidas que defiende Villarruel, sino porque de alguna manera ven que la burocracia sindical, anquilosada en las organizaciones obreras y adicta al Estado, junto con un sector de la administración estatal que vive de prebendas (que no son precisamente los trabajadores estatales, en su gran mayoría precarizados), de alguna manera se acopla a una idea de casta. La batalla cultural de los libertarios es tan berreta que vacían cualquier concepto de contenido, pero en cierta medida están sembrando una confusión peligrosa en las filas obreras.

    Seamos claros: nuestros enemigos son los capitalistas, cuyos intereses defienden el FMI, el gobierno, las instituciones de la democracia burguesa y tienen de aliada a la burocracia sindical.

    En nuestros términos: lo que hay que hacer es barrer a la burocracia sindical y tomar la dirección de nuestros sindicatos, para utilizarlos como la herramienta de organización de la clase y control de la producción. La burocracia sindical lleva años desarrollando el clientelismo sindical, el modelo de sindicato prebendario y de gestión de servicios, formando una base clientelar. Nada más alejado del rol original de los sindicatos, como herramienta por excelencia de lucha colectiva de clase obrera. Tenemos que impulsar un activismo que plantee claramente que ni las variantes patronales, ni la burocracia nos van a resolver los problemas que ellos mismos nos generan. Hoy más que nunca la tarea de los delegados y activistas combativos es recuperar los sindicatos y comenzar a organizar los gérmenes del poder obrero dentro de las entrañas del podrido régimen capitalista.

    Es urgente organizar una Oposición Revolucionaria en bancarios y en todos los sindicatos. La unidad de las filas obreras sólo puede forjarse bajo una dirección totalmente independiente de los intereses patronales. Convoquemos a un Congreso de delegados de base con mandato para dotarnos de un programa y un plan de acción que vaya en este sentido. Organicemos una huelga general que sea parte de un programa de movilización de la clase obrera para desorganizar a los capitalistas en donde más les duele.

     

     

  • Paritaria bancaria. Un acuerdo con la venia de CFK

    Por: Bancarios de la COR

    El 4 de mayo La Bancaria terminó cerrando un acuerdo salarial con las cámaras de banqueros, luego de haber cumplido una jornada de paro nacional de 24hs. Como todos los años, la paritaria del sector financiero establece una referencia de negociación para el resto de los gremios, dando este año la pauta de alcanzar, hacia fin de año, un 60% en cómodas cuotas, cuando los analistas ya proyectan una inflación superior al 70%. Pero además del porcentaje de actualización salarial, siguen estando en juego las condiciones de trabajo, en el marco de las exigencias del FMI y las patronales. Analizaremos algunos puntos a continuación.

    Lo perdido con la inflación

    El secretario general, Sergio Palazzo, se jacta de “luchar por la dignidad” del empleado bancario, bregando por aumentos que “no pierdan contra la inflación”. El deterioro del poder adquisitivo del salario, de hecho, ha sido brutal en estos primeros meses del año. Las cuatro cuotas acordadas no contemplan retroactivos y se calculan sobre el salario de diciembre de 2021, con lo cual, no recuperamos lo perdido en los meses pasados. Si bien el acuerdo incluye cláusula de revisión en octubre y noviembre, seguimos corriendo detrás de la inflación. Es que esta revisión no es como la cláusula gatillo que prevé un retroactivo por los meses de inflación anteriores. Además, los aumentos generan mayores descuentos del impuesto a las ganancias, lo que seguirá haciendo estragos sobre nuestros salarios. La Bancaria parece haber abandonado el reclamo del no pago de este impuesto. Mientras tanto, los bancos siguen ganando y nunca dejan de ganar.

    Una novedad es que se incluye un ítem que reconoce los gastos por conectividad de quienes hacen trabajo remoto, sin embargo, tampoco tiene un carácter de retroactividad, cuando llevando más de dos años sosteniendo el trabajo desde casa.

    Un elemento progresivo del acuerdo es la extensión del adicional por guardería para los padres a partir de 2023 (desde 2012 se otorgaba solo a mujeres). Pero aquí hemos de señalar que, más que una innovación del gremio, se trata de una nueva legislación a nivel general.

    Reforma laboral

    Ya es sabido que las patronales aprovecharon la situación de la pandemia para imponer nuevas condiciones de trabajo, experimentar nuevas formas de aumentar la productividad, “reestructurar” el trabajo y despedir personal. Los bancos se pusieron a la vanguardia de esta línea capitalista y hubo en estos últimos 2 años una sangría de puestos de trabajo bancarios, incluyendo cierres de sucursales. La tercerización es cada vez mayor, principalmente en las áreas relacionadas a servicios informáticos. La respuesta del sindicato a esta situación ha sido enviar impotentes misivas al el Ministerio de Trabajo y hacer acciones aisladas que no han movido mucho el amperímetro de las patronales. Lo cierto es que hay cada vez menos trabajadores del sistema financiero encuadrados en la esfera de acción del sindicato, mientras las FinTech desarrollan su negocio con trabajadores que no tienen filiación gremial. Si bien recientemente se encuadró a los trabajadores del banco digital Openbank bajo convenio bancario, la gran mayoría de trabajadores de este sector está fuera de convenio.  La imposición del trabajo remoto por parte de la mayoría de las entidades se dio de forma unilateral, a la conveniencia de los banqueros, sin que los trabajadores pudiéramos discutir concienzudamente al interior del sindicato sobre los cambios en nuestras condiciones de trabajo inmediatas y, sobre todo, a futuro. Si no preparamos esta pelea desde ahora, organizados desde el sindicato, lo que hoy los bancos nos dicen que es un “beneficio”, mañana se puede transformar en un avance de las patronales sobre nuestras condiciones de contratación y, por qué no, de nuestras escalas salariales. La cuestión no pasa sobre si el avance tecnológico es una amenaza para los empleados, sino sobre quién impone las condiciones de trabajo y quién se beneficia con esos cambios. Por eso, más allá de las denuncias generales de la burocracia, es fundamental organizarse en la base para preparar las batallas que se vienen.  Por ahora, las patronales vienen a la ofensiva, imponiendo de hecho la reforma laboral que pide el FMI.

    Palazzo, el diputado delfín de CFK

    Ahora que el ala kirchnerista ha declarado abiertamente su enfrentamiento al presidente que “ellos pusieron”, los sindicalistas devenidos en diputados nacionales del FdT se alinearon con Cristina y decidieron (ahora sí) retomar las medidas de acción, luego de que bajaran las persianas en 2020 y dejaran pasar todo tipo de abusos por parte de las patronales en plena pandemia. En este marco, el paro nacional bancario del 28 de abril mostró claramente las intenciones políticas de la burocracia. Eso sin desmerecer la necesidad real de la medida y el enojo genuino que hay entre los trabajadores con las patronales y con la situación en general. No es un hecho menor que, a minutos de haberse realizado el anuncio del acuerdo, fuera CFK la primera en felicitar “al compañero Palazzo” por el logro. La burocracia sindical, totalmente dependiente del Estado, transforma a nuestros sindicatos en campo de las peleas burguesas, tomando de rehenes a sus trabajadores. Necesitamos un sindicato totalmente independiente de las patronales y del Estado burgués para encarar la lucha que tenemos por delante en este intento de los capitalistas de establecer un nuevo “pacto capital-trabajo” que les genere mejores condiciones de explotación. Y aquí vale hacer un llamado de atención: CFK imagina un desarrollo capitalista de Argentina tomando el ejemplo del “capitalismo chino”; pero el proceso de restauración del capitalismo en China se desarrolla con jornadas laborales de más de 12 horas, bajísimos salarios, ningún derecho sindical. El peronismo en su propia paradoja.

    Los trabajadores no podemos permitir que se unan nuestras organizaciones a los intereses capitalistas. Desarrollemos una oposición sindical revolucionaria en bancarios, con todos los compañeros que vean la importancia de dar esta pelea por recuperar nuestros sindicatos.

  • Una paritaria bancaria en cuarentena y en línea con los pedidos del gobierno

    Una paritaria bancaria en cuarentena y en línea con los pedidos del gobierno

    Entre gallos y medianoche se alcanzó un acuerdo paritario bancario, casi al cierre del mes de julio, del cual ningún bancario estaba al tanto que se estaba discutiendo. El mismo significa un aumento (totalizado) del 26% al salario bancario, pero que en realidad son 4 aumentos trimestrales (7% para el primero y tercer trimestre y 6% para el segundo y cuarto trimestre) y los cuales no son acumulativos, ni retroactivos a enero y con una cláusula de revisión recién para noviembre de este año. Un aumento paritario, que, apenas cubre el “aporte solidario” que definió el gobierno a principios de año el cual iba ser absorbido por futuros incrementos.

    Estas paritarias están enmarcadas en el pacto social del que tanto habló (y quería armar) Alberto Fernández en su campaña electoral presidencial del año pasado y que hoy, luego de más de cuatro meses de cuarentena obligatoria, se firma con la idea de imponer una nueva relación entre capital y trabajo, donde la variable ajuste seguimos siendo los trabajadores.

    Está claro que lo que el gobierno, las patronales (nacionales e internacionales) y la burocracia sindical están tratando, es de dar forma a lo que se viene: no un escenario post pandemia, sino al que se impondrá luego de la negociación con los bonistas por el pago de la deuda externa y las condiciones en las que el país quedará después de ésta.

    Es por eso que es tan importante, tanto para el gobierno, como por las patronales, el definir y legalizar hoy los ataques a los trabajadores: ya sea por medio de rebajas salariales (aumentos por debajo de la inflación proyectada, por ejemplo), masivos despidos encubiertos por medio de los famosos “retiros voluntarios”, suspensiones, la reforma previsional y la tan mentada y no lograda por el gobierno anterior: reforma laboral.

    El acuerdo firmado sólo habla de aumento salarial y no dice nada al respecto de las condiciones en las que hoy están trabajando los bancarios (como la cantidad de horas extras que hacen con el homeoffice, escritorios improvisados en los hogares y malas herramientas informáticas y de conectividad). Esto se discutió por otro lado y quedó plasmado con la recién aprobada Ley de teletrabajo, que avala la flexibilización laboral (y la bancaria y la burocracia en general apoyan) y en la discusión que están planteando sobre productividad y la necesidad que tienen de “modernizar” las leyes laborales.

    Por otro lado, la Bancaria avalando el “quédate en casa” del gobierno, también aceptó que el sindicato se cerrara y se cancelaran las reuniones de los trabajadores en nombre de “cuidar nuestra salud” desde marzo a esta parte. También aceptó los protocolos anti covid armados por los bancos y los homologó en el Ministerio de Trabajo, y que hasta el final eran garantía de una mejor explotación y de contagio en las sucursales. Es que, las medidas de protección no sólo llegaron tarde en muchos bancos, sino que no en todos se aplicaron y plantean lineamientos generales que no tienen en cuenta las verdaderas condiciones en las que trabajamos. En la práctica, muchos bancarios y bancarias se han infectado por el virus, no se han respetado las medidas mínimas de protección, ni se les ha brindado los insumos y elementos a los trabajadores para evitarlos y luego nos echan la culpa “por no cuidarnos”. Es necesario que votemos delegados de Seguridad e Higiene para definir y hacer cumplir las medidas necesarias de protección de nuestros compañeros.

    Por todo esto es imperioso que nos organicemos para pelear por nuestras condiciones de trabajo y por todo los que nos quitaron antes y durante la cuarentena y lo que nos quieren quitar con las próximas medidas en puerta. Palazzo y compañía, apoyando al proyecto de Alberto Fernández, ató nuestra organización de pies y manos a un proyecto que busca explotarnos y oprimirnos cada día más. En este sentido, tenemos que recuperar nuestra organización para la lucha, independiente de los partidos patronales y que pueda, junto con hermanos sindicatos recuperados de manos de la burocracia sindical, pensar una salida revolucionaria para los trabajadores y el pueblo pobre en su conjunto. Hacemos un llamado a todas las agrupaciones combativas y de izquierda en La Bancaria a que discutamos la necesidad de poner en pie una oposición sindical revolucionaria dentro del sindicato.

  • Schiaretti y un nuevo saqueo a los jubilados

    La noche del martes 19, los trabajadores cordobeses supimos que, al día siguiente, el gobierno de Juan Schiaretti y su fuerza Hacemos por Córdoba (HpC) se disponían a votar con su mayoría automática en la legislatura unicameral, en una sesión virtual, un nuevo saqueo a los jubilados de la provincia. Este recorte se concretó ayer y alcanza, según los cálculos del propio oficialismo, la friolera de $6.500 millones de acá a fin de año. El objetivo del saqueo es fondear las arcas del Estado para palear la gigantesca crisis capitalista que está carcomiendo el presupuesto por la continuidad del pago sistemático de la deuda y el sostenimiento de los subsidios a los capitalistas. La Caja de jubilaciones provincial, que cubre a los trabajadores estatales provinciales, municipales, judiciales y de empresas estatales como la EPEC y el BanCor, es presionada desde hace años por la política de armonización con el sistema de ANSES, sobre todo por las gestiones kirchneristas y la actual de Alberto Fernandez, y con esta reforma este objetivo queda casi cumplido. Los principales puntos de la reforma: un diferimiento del aumento en relación a los trabajadores activos de 60 días, un aporte solidario del 20% en las jubilaciones de mayor monto, limitaciones a los llamados “dobles beneficios”, una modificación de la base de cálculo que pasa del 82% móvil del 89% del salario (73%), al 82% de una suma igual al bruto deducido el aporte personal jubilatorio (que llega hasta un recorte directo del 6%) y una modificación de la base salarial del cálculo inicial, pasando de un promedio de los últimos 4 años a uno de los últimos 10.
    Mientras los legisladores sesionaban virtualmente, la policía estrechaba el cerco en las calles céntricas, apretando los controles en los puentes que cruzan el Río Suquía con el pretexto de la lucha contra el coronavirus y el control del “brote” en el Mercado Norte, uno de los principales centros de abastecimiento mayoristas de la ciudad. El edificio de la Legislatura, semi-vacio, igual estaba completamente cercado por las fuerzas represivas, aún con la confianza de que ninguno de los burócratas sindicales adherentes al peronismo cordobés, y tampoco ninguno de sus pretendidos opositores, iba a mover un dedo en contra de este ataque contra la clase obrera. Los únicos enfrentando la reforma en la calle fuimos las corrientes de la izquierda.

    Las medidas sanitarias… un cuento cordobés

    El lunes de esta misma semana, el COE (Centro de Operaciones de Emergencia) lanzaba un operativo bloqueando 9 manzanas en pleno centro de la ciudad, alrededor del citado mercado. Pero no tardó en caerse la máscara… el operativo fue gatillado por 2 casos positivos de COVID-19, uno de ellos un trabajador del supermercado “A granel”. Este jóven, al igual que tantos otros trabajadores del sistema de salud y otras ramas encuadradas como esenciales, fue víctima del montaje que hay detrás del COE y toda la política sanitaria de los gobierno provincial y nacional. Su madre declaró a la prensa que el día jueves 7 de mayo, este trabajador fue al hospital Tránsito Cáceres de Allende con síntomas de coronavirus, pero no le realizaron ningún hisopado. Sólo insistiendo al día siguiente le hicieron el test, pero no le dieron jamás el resultado, hasta que tuvo que repetir el estudio la semana siguiente, y dio positivo. Es decir, estuvo una semana expuesto, sin conocer su diagnóstico, y presionado por la patronal para volver a trabajar. Y cuando saltó a la luz, el COE y el ministro montaron el circo, habilitando el control territorial de las fuerzas represivas. Esto, igual que los manejos en el Hospital Italiano, en el geriátrico de Saldán, y tantos otros que aun no se conocen, desnudan la gran mentira que es la política sanitaria de Schiaretti, el ministro de salud Cardozo y el COE.
    La realidad es que la cuarentena, ahora de nuevo en la llamada “Fase 3”, está enfocada en el control territorial de las fuerzas represivas y en el control del estado burgués y los empresarios de la circulación de mercancías, sobre todo de nuestra fuerza de trabajo como mercancía, que de no ser por denuncias oportunas el gobierno nacional hubiera puesto bajo ciber-vigilancia obligatoria a través de la aplicación Cuidar. En Córdoba, reprimieron a los trabajadores de la municipalidad de Jesús María, a los trabajadores de Bagley-Arcor, a los trabajadores de delivery y someten a persecución judicial a los trabajadores de la municipalidad de la capital (SUOEM). Todos ellos pelean en contra de recortes salariales que vienen aplicando las patronales y el estado contra nuestra clase, aprovechando las restricciones de movimiento con la excusa de la pandemia. El “golpe maestro” dado bajo esta política, aprovechando el retroceso a la “Fase 3”, fue el robo a los jubilados de Schiaretti y sus legisladores de HpC, a la voz de “es ahora o nunca”.

    No es “cuidar la salud”, es una tregua escandalosa

    La CGT Córdoba, dirigida por el alcahuete José Pihén del SEP que es parte de la bancada de HpC, por un lado, y el rejunte de la CGT Rodriguez Peña y las CTAs, por el otro, emitieron sendos comunicados de repudio a la reforma previsional de Schiaretti. No basta. Son saludos a la bandera de la burocracia sindical que, con la excusa de “cuidar la salud”, sostiene una tregua escandalosa con los empresarios y el gobierno peronista. La única salud que les interesa es la suya propia, ya que se niegan a organizar la lucha por las condiciones de seguridad e higiene en los hospitales, los supermercados, las fábricas, los transportes y demás lugares de trabajo. Cuidan la salud de sus propios bolsillos, mientras dejan pasar los recortes salariales, la precarización de las condiciones laborales y el robo a los jubilados.
    En medio de esta cuarentena sostenida a balas contra las expresiones de lucha de los trabajadores que nos negamos a pagar con suspensiones, despidos, rebajas salariales o nuestra propia salud la crisis que los patrones y sus gobiernos generaron, el movimiento obrero tiene que pasar a la acción. Los ejemplos están en las asambleas, paros y protestas de los trabajadores de la salud en todo el país, en las luchas de Penta, Bed Time, FADETE, las textiles, los camioneros del sur, los trabajadores del transporte (UTA y AOITA), de Arcor, del delivery, los municipales de Jesús María y de Córdoba capital y tanto más.

    Recuperemos las calles este 29 de Mayo

    Este 29 de mayo, 51º aniversario del Cordobazo, llamamos a todos los sectores combativos del movimiento obrero, opuestos a la tregua de la burocracia sindical, a organizar una gran movilización unitaria. Debemos imponer la unidad del movimiento obrero y enfrentar el ataque de nuestros enemigos de clase, los empresarios y los gobiernos que los defienden, imponiendo a las centrales un Paro Provincial contra la represión y por todas nuestras demandas. Congreso de delegados de base con mandato. Abajo la reforma previsional de Schiaretti. Que se vaya la policía y el ejército de las calles de Córdoba. Desprocesamiento de los municipales de Jesús María, de Córdoba capital y de todos los luchadores. Medidas de seguridad e higiene acordes a la pandemia en todos los lugares de trabajo. Ninguna suspensión. Reincorporación de todos los despedidos, pago integro de los salarios y aumento salarial para alcanzar la canasta básica en el salario inicial de convenio. Escalas móviles de horas de trabajo y salarios. Control obrero de la producción. Preparar la Huelga General. Por un programa obrero de salida a la crisis. Por un gobierno obrero.

    21/5/2020

    COR
    Corriente Obrera Revolucionaria

  • Largas colas en los bancos para cobrar jubilaciones. Una crisis social que está explotando.

    Largas colas en los bancos para cobrar jubilaciones

    Una crisis social que está explotando

     

    Antes de la declaración de la pandemia del coronavirus y toda la serie de medidas represivas establecidas con la excusa de “cuidarnos a todos”, el gobierno de Alberto Fernández ejecutó un importante saqueo a las jubilaciones al establecer una nueva fórmula para el cálculo de la movilidad. Este ataque es un hito más en una larga historia de humillaciones a trabajadores que pasan a retiro y deben luchar por sobrevivir en condiciones de pobreza. El más explosivo de esos hitos fue la reforma jubilatoria impulsada por el macrismo en 2017 y votada con ayuda del PJ y los partidos provinciales.

    El ensayo reaccionario de establecer una cuarentena obligatoria, garantizada por las fuerzas de seguridad, es un intento desesperado de que la crisis social no estalle a causa de la propagación de la enfermedad viral del COVID 19. Pero el estado calamitoso del sistema de salud, los salarios de miseria de casi la mitad de los trabajadores del país, las condiciones de vida desesperantes de los jubilados y de una gran porción de la población en los conurbanos de las grandes ciudades de todo el país no se pueden tapar con propaganda invitando a la “responsabilidad” y la “solidaridad”. Además, quedó demostrado que un intento de centralización por parte de este Estado resulta en caos total, porque es así como se organiza la vida social capitalista, basada en la anarquía del capital.

     

    Jubilados expuestos, bancarios expuestos

     

    El viernes 3 de abril reabrieron las sucursales bancarias que pagan haberes de la seguridad social, después de haber permanecido cerradas desde la declaración de la cuarentena total, el 20 de marzo. Todos los trabajadores bancarios previeron que la situación sería caótica, como lo es todos los meses en los que hay fecha de cobro establecida por el cronograma de pagos de ANSES. No es una novedad para los bancarios verse sometidos a estresantes horas de trabajo, que la mayoría de las veces se extiende bastante más de la jornada laboral de convenio. También son los trabajadores los depositarios de la bronca y la frustración -justificada- de los clientes que tienen que esperar horas para cobrar un haber, muchas veces mínimo. A las patronales les cabe bien la consigna de la cuarentena: “lavarse bien las manos”.

    Este 3 de abril vimos a jubilados expuestos al contagio de manera masiva en largas colas de muchísimas horas. Mostraron la fragilidad de la imposición de la cuarentena por parte del Estado, ante la necesidad real de la mayoría de los jubilados de percibir su haber. Los bancarios también se vieron expuestos al contagio, sometidos a la presión de la patronal, que es la verdadera responsable del pésimo servicio a los jubilados, que ve en ellos sólo un buen prospecto para colocar productos financieros. Mientras los banqueros se quedan cómodos haciendo cuarentena en sus casas, nos someten a los trabajadores a condiciones insalubres. Sólo podremos cuidar nuestra salud con los métodos obreros: con cese de actividades, con el paro, con la organización. Que el sistema de las jubilaciones dependa de estos banqueros, que sólo persiguen su insaciable afán de lucro, es un despropósito más de la economía capitalista.

     

    Por un sindicato independiente del Estado y las patronales

     

    Ese mismo día, el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, tras ser increpado por un coro de periodistas que siempre encuentran una buena oportunidad para atacar a las organizaciones obreras, explicó que el gremio se puso a disposición de resolver el problema -a la orden del gobierno, no de las necesidades de los jubilados y de sus propios trabajadores. Sus declaraciones parecían de un funcionario del Estado, no de un líder sindical que vela por los intereses de los trabajadores, no sólo de su gremio, sino de conjunto. Esta postura ya se anticipó antes de la pandemia, cuando se mostró dispuesto a resignar las paritarias por una suma fija que impuso AF en consonancia con los dictados del FMI. Desde la asunción del nuevo gobierno, se han comprometidos con la “paz social”, mientras el ajuste del FMI sigue en marcha. Ahora pretenden que seamos los jubilados y los trabajadores los que paguemos por esta situación de crisis, que generaron las patronales y sus cómplices.

    Ante esta situación de emergencia debemos imponer delegados de Higiene y Seguridad. Sabemos que esto sólo se podrá llevar adelante mediante la organización de los trabajadores en sus lugares de trabajo. Hay que hacer asamblea en cada sucursal para hacer un relevamiento diario de las condiciones de trabajo. Y si éstas no se cumplen, imponer el cese de tareas.

    Debemos redoblar la organización para defender las jubilaciones de todo el pueblo trabajador, apelando a la unidad de la clase obrera.

    Debemos imponer la reapertura inmediata de la paritaria, en la que se escuchen las demandas de los trabajadores. Todo trabajo realizado durante la cuarentena fuera de las condiciones establecidas en el CCT: el “homeoffice”, el trabajo los fines de semana, las horas extras, debe ser debidamente compensado salarialmente. Quienes se vean afectados a trabajar en medio de la pandemia, deben ser compensados por ser sometidos a trabajo insalubre. Si algún trabajador se contagia de COVID-19 deberá ser considerado que es una enfermedad laboral. Para discutir esto se deben elegir delegados paritarios con mandato y revocables.

    Además, desde hace meses, antes de la pandemia, muchos bancos empezaron a ofrecer retiros voluntarios, o sea, despidos encubiertos; así como despidos abiertamente. Hay que pelear por la reincorporación de los despedidos.

    También debemos imponer que se efectivice los tercerizados, que son una gran parte de los trabajadores del sistema financiero.

    En el marco de la imposición policial de la cuarentena, debemos plantear que el sindicato tramite permisos de circulación a los delegados para asistir a los compañeros en los lugares de trabajo.

    Pero, en definitiva, sabemos que una burocracia adicta al Estado y cómplice del gobierno no peleará hasta el final por los intereses de los trabajadores. Es necesario recuperar nuestros sindicatos de manos de la burocracia conciliadora. Hay que organizar un Congreso de Delegados de urgencia para enfrentar esta situación y buscar una respuesta desde la clase obrera con los métodos obreros. Hacemos un llamado a todas las corrientes de izquierda dentro del sindicato a desarrollar una campaña por estas demandas.

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