El pasado miércoles 17 de mayo, en el marco de una jornada de lucha por la reapertura de paritarias y en desconocimiento de lo acordado por la burocracia sindical de los empleados públicos (SEP), los trabajadores de salud agrupados en la coordinadora se movilizaron hasta el ministerio de salud. Fue allí donde el fiscal Guillermo González imputó a Ricardo Barrionuevo, delegado de ATE por el Hospital Tránsito Cáceres de Allende, y a Andrés Campos, delegado de ATSA del Hospital Misericordia. Según el fiscal, lo previsto en el art 194 del código penal establece “que se constituye en delito el entorpecimiento y el normal funcionamiento del transporte” y es bajo este artículo que se produjeron las imputaciones recientes y las del mes pasado a los dirigentes piqueteros y al Secretario General de ATE Córdoba.
Las garantías de Juan Schiaretti y la justicia burguesa a la aplicación y cumplimiento del acuerdo con el FMI se traduce en represión a la vanguardia obrera, trabajadores ocupados y desocupados que enfrentamos a diario los efectos de una crisis económica mundial sin precedentes. La huelga, el piquete, la toma de planta y de edificios públicos son ni más ni menos que los métodos de nuestra clase para enfrentar los ataques perpetrados por las patronales y el Estado, con la complicidad de la burocracia sindical. Las feroces internas que tienen los dirigentes sindicales son libradas para disputar cargos en las listas del peronismo local y nacional, pero esto burócratas no muestra la misma ferocidad para la defensa nuestra clase, todo lo contrario.
La respuesta de los trabajadores estatales y privados ante semejante ataque debe ser la de convocar en cada lugar de trabajo a asambleas que se pronuncien contra las imputaciones antiobreras y contra la criminalización de la protesta, como parte de un programa de acción para que los capitalistas no descarguen la crisis sobre nuestras espaldas. Debemos imponer el Paro General Activo a las CTAs y la CGT para hacer retroceder el acuerdo con el FMI. Proponemos impulsar reuniones y asambleas para reagrupar a los sectores antiburocráticos de nuestra clase en Córdoba e impulsar en común estas tareas como minorías en los sindicatos.
Desde la COR repudiamos las imputaciones y nos ponemos a disposición de los compañeros Barrionuevo y Campos y sus organizaciones sindicales para llevar adelante las acciones que se definan para responder a este nuevo ataque.
COR
Corriente Obrera Revolucionaria
Regional Córdoba
La renuncia masiva de médicos en el hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto encendió la mecha de una situación explosiva que recorre al conjunto del sistema de salud. Las asambleas y movilizaciones en la salud pública de Córdoba venían de antes, es cierto, pero de manera localizada en hospitales e instituciones puntuales. En dos semanas, las medidas de fuerza se fueron replicando, con asambleas, afectación de servicios y paros por hospital hasta la convocatoria al paro provincial de salud para este miércoles 16 de noviembre. Por supuesto, este no es un fenómeno únicamente provincial, ya que desde hace varias semanas los residentes de la Ciudad y la Provincia de Bs. As. y los hospitales nacionales Garrahan y Posadas vienen sosteniendo paros y marchas masivas. La pandemia y el avance del ajuste del FMI que aplican el gobierno del Frente de Todos (FdT) y los gobernadores han llevado a los hospitales a esta situación crítica, donde los problemas centrales son los salarios devaluados, la precarización laboral y la falta de personal.
El gobierno de Schiaretti sale a ofrecer bonos y una revisión paritaria miserable (28% en 3 cuotas) como manotazos de ahogado ante la situación. Intenta dar aire a las mediaciones burocráticas de los sindicatos y asociaciones médicas, pero los trabajadores no se dejan engañar. Un ejemplo: el lunes 14/11 en el Hospital Córdoba una masiva asamblea votó mantener el paro de 72hs ante la extorsión de una “mesa de negociación” condicionada al levantamiento de las medidas. El mismo lunes, la asamblea del Misericordia incluyó entre las resoluciones votadas “rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional”. La fragmentación sindical es un grave problema que viene de hace muchos años. El SEP es repudiado entre los trabajadores de salud, mientras los demás sindicatos (ATSA, ATE, UTS) y las asociaciones médicas aportan a la división, buscando agrandar sus pequeños aparatos. Actualmente la fuerza de las asambleas disciplina a las conducciones, pero es necesario avanzar en la organización y poner en pie una dirección alternativa con una política combativa y de independencia de clase para imponer al gobierno nuestras condiciones.
La fortaleza de la lucha está en las asambleas por hospital. Pero para unificar la lucha no basta con la mera coordinación, debemos poner en pie un gran Plenario de Delegados Hospitalarios mandatados por la base. Este plenario debe ser provincial, si bien podría contemplar instancias intermedias como plenarios por departamento o ciudad. En un plenario de esas características podremos unificar y fortalecer el plan de lucha y un pliego único de reivindicaciones. Y sobre todo, votar nuestros delegados paritarios para negociar con el gobierno. ¡Ninguna medida se baja ni se firma ningún acuerdo sin el aval de las asambleas! Hay que hacer propia la resolución del Misericordia: rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional. Está planteado, al calor de la lucha, dar pasos hacia la recuperación de los sindicatos con el objetivo de conquistar un sindicato único de los trabajadores de la salud.
La lucha de salud es la más importante que recorre la provincia, pero no la única. También en las fábricas de la UOM se dan peleas contra los salarios de miseria, en NA e IBF (neumáticos) se lucha contra el despidos de un trabajador y la persecución patronal, los docentes se reagrupan contra la burocracia de la UEPC, el movimiento piquetero marcha contra los recortes de planes. La primera consideración es que la paritaria estatal provincial siempre arroja el mismo acuerdo para todos, aunque el gobierno finge negociar por separado (en realidad impone el aumento a Monserrat y Pihén). Hay que imponer a Schiaretti una verdadera paritaria, una paritaria estatal única con delegados paritarios elegidos en asambleas y plenarios estatales con la participación de los trabajadores de las escuelas, los hospitales y demás reparticiones.
La bronca con el gobierno es generalizada, viene saltando todo el pus de una gestión que defiende los intereses de las grandes patronales, nacionales y extranjeras (muerte de los bebés, casos de gatillo fácil, impunidad de Oscar González). Los trabajadores de la salud tienen la autoridad para ponerse al frente de la lucha contra el gobierno, encabezando no solo la pelea por el salario, sino también por tirar abajo las leyes represivas que pretenden regimentar aún más las marchas. Esa autoridad también se la ganaron con sus actuaciones en la pandemia, sosteniendo las condiciones de salud de los trabajadores y la población en las peores condiciones, saliendo incluso a enfrentar la decadencia del sistema de salud. Con esa autoridad pueden convocar a todo el movimiento obrero a sublevarse contra sus conducciones sindicales traidoras que dejan pasar el ajuste del FMI por sus pactos con el FdT y los gobiernos provinciales, impulsando un Congreso Provincial de delegados de base de la industria, los servicios, estatales y del movimiento piquetero, para ir por el paro activo provincial afectando las bases del poder de nuestros enemigos de clase, que están en la producción. Por una central única de trabajadores.
El gobierno de Schiaretti picó en punta en la "nueva normalidad" al anunciar que a partir del lunes 17 de enero dejará de correr el aislamiento por contacto estrecho en toda industria, comercio y oficina de la provincia de Córdoba, medida reclamada por la Unión Industrial local. Pone fin de esta manera al protocolo que se implementó el 28 de diciembre pasado, llamado "Medidas excepcionales para la salud pública", que dejaba sin efecto el aislamiento por contacto estrecho solo para los trabajadores de salud. Ahora esto se generalizará para todos los trabajadores sin distinción. Incluso muchas patronales ya se han adelantado al propio decreto y obligan a sus empleados a cumplir tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho. Queda más que evidente el interés del Estado en sostener las ganancias empresariales por sobre la salud y las condiciones laborales de la clase obrera. Desde la aparición de los primeros brotes de la variante ómicron, los contagios no han hecho más que aumentar, saturando los centros de testeo y las guardias en todos los hospitales públicos y privados.
Los trabajadores vienen denunciando el carácter anti obrero de este nuevo protocolo, ya que reduce la cantidad de días de aislamiento para quienes son positivos de covid y, para el caso de trabajadores que tuvieran contacto estrecho, el aislamiento directamente desaparece, debiendo presentarse a trabajar aún a riesgo de contagiar a los demás compañeros.
En el Hospital de Niños, las camas de internación ya están ocupadas al 100%. Y varios trabajadores están cumpliendo tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho, entre ellos varias mujeres embarazadas. En el Neuropsiquiátrico Provincial, debido al ausentismo producido por el brote surgido a finales de diciembre, un profesional de guardia tuvo que presentarse a trabajar aún siendo positivo y no haber completado los días correspondientes de aislamiento. En la Manzana de salud mental, las autoridades pretenden unificar una sola guardia para las 4 instituciones. En el Hospital Vicente Agüero de la localidad de Jesús María se tomó la determinación de atender solo urgencias por guardia, a causa de la gran cantidad de contagios entre el personal. En la Clinica Reina Fabiola debieron trasladar a varios profesionales que trabajan en el centro periférico de Barrio Jardín a la clínica de Barrio General Paz, ya que el ausentismo por covid ponía en riesgo la normal atención de pacientes. En el Hospital Italiano llegó a saturarse la guardia de emergencias, y en el área de internación hubo momentos donde solo 3 enfermeros debian atender a alrededor de 25 pacientes positivos. Este tipo de situaciones se repite a lo largo y ancho de todo el sistema de salud. El total de camas ocupadas en la provincia ya alcanzó el 27% al día jueves 13/1 y va en franco ascenso. El ministro de salud Cardozo ya anunció que se impondrán restricciones si esta llega al 65%. Todo este cuadro se desarrolla en medio de la permanente falta de personal, agravando aún más la situación, sobreexigiendo en largas jornadas extenuantes a los trabajadores. Este es el objetivo del "nuevo protocolo" de Schiaretti: evitar detener la producción y la generación de plusvalía a como de lugar, sin importar la salud de los trabajadores. Los argumentos que esgrimen para sostener semejante ataque al conjunto de la clase obrera es que la variante ómicron, a pesar de ser más contagiosa, sería menos letal por efecto de la vacunación, cuando solamente el 18% de la población nacional recibió la 3ra dosis. Argumento que es fácilmente refutable, ya que la ocupación de camas aumenta de forma galopante y el día miércoles 12/1 se registró el mayor número de muertes desde el pasado mes de septiembre, con 139 fallecidos por coronavirus en el país, número que promete ir en aumento.
Ante está nueva ofensiva estatal-patronal los distintos sindicatos han salido a pronunciarse. ATE emitió un comunicado denunciando la saturación del sistema, pero no ha organizado a los trabajadores en asambleas para discutir cómo enfrentar los planes del gobierno. ATSA también se limitó solamente a publicar un tenue comunicado, "preocupado" por el alza de los contagios y la reducción del aislamiento. UTS llamó a asamblea y acordaron un paro en el neuropsiquiátrico para el martes 4/1. La medida se vio limitada por aprietes del ministerio de salud, quienes amenazaron con recoger los nombres de los trabajadores que se adhirieran al paro. También se vio limitada por el gran porcentaje de compañeros aislados por covid, lo que dificultó garantizar la medida. Además se realizaron asambleas en el Hospital Misericordia dónde se mocionó el paro de actividades.
La dificultad de garantizar una medida contundente se explica, en parte, por la falta de asambleas conjuntas entre los distintos sindicatos que intervienen en el sistema de salud público y privado. Se hace necesario impulsar un gran plenario interhospitalario, sin distinción de sindicatos, que discuta un plan de lucha para rechazar de plano el nuevo protocolo que Schiaretti y Cardozo quieren imponer. Un plenario interhospitalario de base podría ser una instancia que supere a la ya desdibujada Multisectorial de Salud, que con sus acuerdos por arriba entre las burocracias de los distintos sindicatos y agrupaciones médicas demostró ser más un escollo que una salida para la organización de los trabajadores. Contra la fragmentación organizativa que nos imponen las diferentes burocracias, debemos pelear por un sindicato único de la rama salud. Y avanzar en la unidad con el conjunto de nuestra clase con el objetivo de preparar e imponer a las centrales sindicales un paro provincial de la industria, los servicios y estatales, para torcer el brazo al gobierno y las patronales, para impedir el deterioro de nuestras condiciones de trabajo, por el pase a planta y el aumento del personal, por un salario igual a la canasta familiar, por la creación de comités independientes de higiene y seguridad que garanticen el cuidado de nuestra salud, por la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia traidora. Solo confiando en los métodos históricos de la clase obrera podremos evitar ser nosotros los trabajadores quienes paguemos la crisis que el Estado y la burguesía han generado.
Los gobiernos nacional y provincial han mostrado que el manejo capitalista de la pandemia parte de hacernos pagar la crisis a los trabajadores. A toda nuestra clase, con despidos, precarización laboral, condiciones penosas de seguridad e higiene y salarios a la baja. Y especialmente a los trabajadores de la salud, con situaciones extremas, debiendo enfrentar la emergencia sanitaria con el estado deplorable de los hospitales públicos (¡en el Misericordia se cayó un techo!), trabajando más horas, sin la protección adecuada, bajo presión, con diferentes figuras precarizadoras (monotributos, contratos, becas) y con salarios de miseria, cada día más atrás de la inflación.
Y la situación está lejos de mejorar: en los últimos días surgió un nuevo brote, ahora de la variante delta, en nuestra provincia. Mientras, las patronales y el gobierno se avocan a garantizar la “vuelta a la normalidad”… de la explotación laboral; para ellos, las medidas de salubridad, las vacunas, los testeos y nuestro salario no son más que costos que disminuyen sus ganancias y, en el caso de Schiaretti, “desbalancean” su presupuesto, destinado a pagar la deuda externa.
Contra todo lo anterior, los trabajadores empezamos a organizarnos. Desde hace semanas, en varios hospitales provinciales se da un proceso de asambleas, cortes y movilización, que hasta el viernes 29/7 se daba en paralelo a las medidas tomadas por los trabajadores de clínicas y sanatorios privados. Ese día, Daer (ATSA) terminó cerrando por un 45% que coincide con el nuevo techo salarial que impulsan la burocracia y Alberto, además en 4 cuotas, no remunerativo y con una cláusula que permite a las patronales gambetear el acuerdo si aducen crisis. ¡Debemos dejar de discutir porcentajes engañosos!, el salario inicial para la categoría más baja de la escala debe igualar la canasta familiar ($103 mil), en una sola vez y con cláusula gatillo para no perder con la inflación. Basta de bonos en negro, todas las sumas al básico.
También es cierto que muchos compañeros que estaban haciendo sus primeras armas en la lucha vieron que vale la pena luchar. Esto es importante. Muchos trabajan en los 2 sectores (público y privado) debido al pluriempleo, generado por la combinación negrera: precarización + salarios de miseria. La segunda conclusión es que no podemos dejar que los Daer y los Pihen (SEP) terminen negociando, porque nos entregan. Si nosotros somos los que luchamos, nosotros debemos elegir los delegados paritarios desde las asambleas y plenarios, como hicieron en Neuquén y el Gárrahan.
La semana pasada también se dio un pequeño pero importante paso: la Multisectorial (ATE, UTS, Médicos Unidos, Esp. Médicas, etc.) convocó a una asamblea general en la Maternidad. Con muchos límites, como que ATE no diera cobertura gremial a los compañeros de los demás hospitales para poder trasladarse, y que la fecha de la medida a votarse, el 5 de agosto, ya venía cocinada. Tampoco se avanzó en un plan de lucha con paros progresivos, como se había mocionado desde el Hospital de Niños. Sin embargo, quedó demostrado que es necesario que sean los propios trabajadores discutiendo democráticamente en asamblea quienes tomen las decisiones, y no los dirigentes de la “Multi” entre 4 paredes. Hay que ir a un gran Plenario Interhospitalario de delegados con mandato de base, para votar, tomando el paro del 5/8 como punto de partida, un verdadero Plan de Lucha, con paros progresivos, cortes y movilización al ministerio de salud. Elegir allí a nuestros delegados paritarios, desde la propuesta de las asambleas, para que no sean ni Pihen (SEP) ni ningún otro burócrata los que se sienten a negociar con el gobierno, sino quienes sostenemos la lucha, los propios trabajadores de salud.
Lo que se plantea no es solo una demanda salarial, que sí es muy importante, sino que los trabajadores de salud intentemos quebrar la dirección política de la pandemia. Resultó que el “comité de expertos”, con el que Alberto iba a “cuidar nuestra salud”, eran lobistas de los laboratorios y que lo único que “cuidó” fueron los intereses de las patronales en desmedro de nuestras condiciones de vida. Lo mismo el COE que armó Schiaretti, con sus protocolos patronales en los lugares de trabajo. Los trabajadores, con los métodos obreros, podrían haber sido una alternativa superadora en la gestión de esta emergencia sanitaria, cuestionando el mando capitalista. Debemos prepararnos en este sentido. Estamos luchando simultáneamente en varios puntos del país, como Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. Es necesario llamar a un Plenario Nacional de Oposición de trabajadores de la salud, con delegados mandatados, y así sentar las bases para recuperar los sindicatos y unificar a todos los trabajadores de la salud y plantear una salida del conjunto de la clase obrera a esta catástrofe capitalista.
Los trabajadores de la salud son el sector de nuestra clase que está sufriendo las peores consecuencias del manejo burgués de la pandemia del COVID-19. El viernes 4 de junio entrevistamos a Ricardo Barrionuevo, delegado de ATE por el Hospital Tránsito Cáceres de Allende de Córdoba Capital, para conocer de primera mano la situación. Y también la experiencia de organización y lucha que desde el año pasado vienen desarrollando los compañeros y compañeras de los hospitales de la provincia de Córdoba.
P: ¿Qué evaluación tienen como trabajadores organizados, de la situación del sistema de salud en este momento de la segunda ola de la pandemia?
R: Para hablar de todo lo que ha venido sucediendo con la pandemia, sensaciones de la realidad me gustaría decir, se me vienen a la cabeza algunas palabras que engloban lo que estamos viviendo los trabajadores. Y la 1º es colapso. La salud y los hospitales están colapsados, más allá de que el ministro Cardozo manifieste con números totalmente fuera de la realidad que la salud pública y privada no están colapsadas. Es otra la vivencia que estamos padeciendo los trabajadores en los diferentes hospitales; y en las diferentes clínicas privadas también, por lo que me he llegado a enterar. Otra palabra: imprevisión, falta de prever lo que seguramente se iba a venir. Ellos estaban conscientes, por los estudios epidemiológicos que habían demostrado en otras partes del mundo que ya habían pasado la primera ola y estaban entrando en la segunda, lo que iba a suceder en la Argentina. No supieron resguardar ni preparar a los equipos de salud lo suficiente como para afrontar esta segunda ola de la mejor manera posible. Nosotros, en las discusiones que hemos tenido en las diferentes asambleas y en las discusiones que pude tener con algunos compañeros, realmente creemos que no es una imprevisión por desconocimiento; ellos sabían muy bien lo que iba a suceder.
Se manifiesta entre nosotros como trabajadores en un cansancio físico y mental que uno que está en el Hospital Tránsito y tiene la oportunidad de recorrerlo y hablar con los compañeros, realmente hay una sensación de agotamiento total y tiene que ver también con esta imprevisión. El agotamiento físico que están padeciendo muchos de los compañeros en definitiva es por la falta de personal. Desde el año pasado no hemos tenido la posibilidad de disfrutar de las vacaciones, más allá que estamos atravesados por una pandemia, una situación especial y que la padece todo el mundo. El trabajador de salud está padeciendo un cansancio físico realmente terrible y se está notando en estos momentos, por lo menos en el Hospital Tránsito donde yo lo puedo constatar todos los días al charlar con los compañeros. Muchos de ellos están analizando la posibilidad de sacar una carpeta médica, una carpeta psiquiátrica porque realmente está bastante complicada la situación. La sensación del estado de la salud pública en general es de colapso.
P: Los gobiernos nacional y provincial dicen que con el tiempo ganado con la cuarentena del año pasado prepararon el sistema de salud, y que también lo mejoraron para la segunda ola: ¿Qué hay de cierto en esto?
R: Muchos compañeros tuvieron una cierta confianza en esa política de ganar tiempo. No hay que olvidarse que cuando nosotros arrancamos la primera ola, esta ya estaba terminando en Europa, Asia, nosotros estábamos viviendo lo que había sucedido en Italia, España. Y veíamos situaciones que acá no era la realidad que se estaba viviendo. En especial en el Hospital Tránsito sucedió eso porque se planteó un hospital medio rojo y blanco (hospital rojo hace referencia a aquellos hospitales designados para atención COVID, NE) y en realidad no fue una situación tan fácil. Pero la preparación que el gobierno debió realizar ganando ese supuesto tiempo para prepararnos para la 2º ola, no existió. Tanto a nivel provincial como a nivel nacional hubo presiones de grandes grupos económicos para que se abriera la cuarentena y sabíamos que eso estaba totalmente equivocado, era la sensación que teníamos nosotros en los hospitales. Y eso se iba a reflejar de alguna manera, iba a impactar en los hospitales. Ahora en esta 2º ola no vemos los resultados positivos de toda esa cuarentena larga, mal diagramada, con testeos escasos, tardíos, insuficientes y eso hubiera provocado que la prevención de la enfermedad hubiera sido tratada a tiempo. Esta es la sensación que tenemos.
P: ¿Cómo evaluás el plan de vacunación que están llevando adelante en todo el mundo y en Argentina en particular?
R: Al principio fue una discusión bastante seria en el hospital. Había descreimiento al principio por los efectos de las vacunas, por la rapidez con la que se las había implementado, por los mecanismos, los estudios, mucho descreimiento. Cuando eso se fue superando y comenzó la vacunación de los empleados de la salud, cambió la visión, porque se veía en la práctica lo que estaba sucediendo con los compañeros.
Ahora bien, tuvimos compañeros que fueron infectados, previo a vacunarse, y con la 2º dosis ya realizada se volvieron a contagiar. Eso crea un estado de inseguridad que es preocupante. Por otro lado, todavía tenemos compañeros que no han sido vacunados con la 2º dosis. Y tenemos algunos trabajadores que más allá de que no son parte de la administración pública, pero si los consideramos compañeros codo a codo, aquellos compañeros del servicio de la limpieza, que por lo menos el 80 % no ha sido vacunado. Son trabajadores que, junto con nosotros, están enfrentando la pandemia y la atención directa de los pacientes, porque ellos son los que limpian las salas de pacientes con Covid. Además, la falta de insumos es de una preocupación bastante profunda.
La vacuna en sí ha creado un poco de desconfianza después de ver la reinfección de compañeros que ya habían sido vacunados. En la asamblea que realizamos estamos haciendo un testeo general de los compañeros que se vienen infectando todos los días. Es como una vuelta atrás al año pasado, con la diferencia de que ahora mucho de nosotros estamos vacunados y bastante preocupados con esa situación.
P: Desde el año pasado, sobre todo a partir de la imputación del médico del geriátrico de Saldán, comenzó a desarrollarse una lucha general del sector salud: ¿podrías contarnos que elementos debemos destacar de esa lucha?
R: Pareciera que ha pasado mucho tiempo desde la imputación de ese médico... A partir de ahí fue el momento de comenzar a organizarnos, porque de ser los héroes y los aplaudidos, comenzaron a atacarnos. Pero de alguna manera marcó el camino que iban a seguir los gobiernos nacional y provinciales. Los diferentes hospitales públicos comenzaron a organizarse.
P: ¿Cuál es tu opinión en relación a la conformación de la multisectorial de Salud y su intervención en el conflicto?
R: En principio estaba conformada por diferentes sectores: Médicos, ATE, UTS, EU, CTA A. Los compañeros comenzaron a tener algún tipo de confianza en que la Multisectorial pudiera llegar a ser un polo donde poder depositar todos nuestros reclamos, como un polo de unión, para pelear todos juntos más allá de que no estaban todos los gremios que actúan dentro de la salud pública. Descontando la actuación del SEP y ATSA. Pero de alguna manera se veía como un polo combativo a través del cuál se pudiera llegar a concretar todos los reclamos. Eso ayudó mucho a que las asambleas crecieran, porque costó bastante organizarlas.
Más allá que sea delegado de ATE y que este forme parte de la Multisectorial, veo que esta organización fue cambiando su forma. La desconfianza en la Multisectorial fue ganando terreno en las asambleas por la falta de lucha. En los hospitales más combativos tocábamos un techo de lucha y quedaba todo encerrado dentro de los mismos, no se expandía a otros hospitales. Y el reclamo general era: salgamos a las calles todos los hospitales. Y las directivas (porque eran realmente directivas) de la Multisectorial, donde la sensación es que eran directivas de tres o cuatro personas, cabezas de las organizaciones que quedaron al último, las directivas eran “salgamos, pero cuando ellos lo decidan”. Y eso fue creando una situación bastante complicada en las asambleas y fue bastante difícil remontar la pelea. De todas maneras, la Multisectorial sigue conformada, sigue actuando y nosotros estamos dentro de ella. En realidad, es el único organismo que está participando y tratando de organizar por lo menos en el Hospital Tránsito.
P: Este año, la pelea de salud se reavivó con los despidos que ejecutó el gobierno provincial a fines de marzo: ¿Qué perspectivas ves en relación a esa lucha y el posterior reflujo? Y ¿En qué situación se encuentran hoy para enfrentar la política del gobierno?
R: Si mal no recuerdo fueron en marzo los despidos. No sé si fueron 150 en general y alrededor de 100 compañeros de la salud. Eso creó un estado de ánimo y reavivó el conflicto. En el Tránsito veníamos organizándonos en asambleas que no eran muy masivas, pero a partir de ese conflicto los compañeros empezaron a participar de una manera masiva en las asambleas. Esa política del gobierno de realizar esos despidos totalmente irresponsables hizo salir, de alguna manera, la bronca contenida por no encontrar la solución a nuestros reclamos. Manifestaron que eran despidos porque sus funciones no habían sido cumplidas de manera correcta, o no recuerdo bien cuales habían sido los fundamentos que manifestaba el ministro Cardozo, eso reavivó toda la lucha. ¿Qué quedó de eso para nosotros? Una organización muy buena en el Hospital Tránsito porque no veníamos realizando asambleas, costaba organizarlas y que los compañeros se comprometieran y participaran. Esas pequeñas peleas, específicamente lo que sucedió con los compañeros despedidos, hizo que la pelea en el hospital, y en general en la salud, se reavivara.
P: Desde el hospital vienen levantando un llamado a conformar un plenario de delegados con mandato: ¿Cómo surge esa idea? ¿Cómo han avanzado hasta el momento? ¿Cuáles son las perspectivas?
R: La propuesta surgió desde el Hospital Tránsito. Lo que veíamos, era lo que te mencioné anteriormente en relación a la Multisectorial, esta ya se había conformado y se había transformado en un grupo de compañeros que tomaban decisiones de arriba hacia abajo. La discusión entre los compañeros era que entre las asambleas y la Multisectorial no había una comunicación que conectara las discusiones que se hacían en las asambleas para que llegaran a la Multisectorial. Desconozco la situación de UTS, si ellos tenían plenarios de delegados, pero nosotros en el Hospital Tránsito no tenemos compañeros de UTS. Sí te puedo hablar de lo que sucedía con ATE, que en repetidas ocasiones yo manifestaba la necesidad de tener plenario de delegados, sobre todo cuando estaba en conflicto la salud pública, pero no llegaba a buen puerto mi solicitud. Por lo tanto, esta propuesta estaba dirigida a crear ese nexo de comunicación y crear un plenario que fuera conformado por diferentes compañeros, más allá de que fueran delegados gremiales o no, pero sí con los mandatos de las asambleas. Porque no nos olvidemos que la Multisectorial está conformada no únicamente por los 2 gremios, que son los que puedes tener los delegados gremiales, sino por diferentes organizaciones que no tienen delegados sindicales y podían llegar a tener algún tipo de inconveniente al participar de alguna manera, no tenían permisos gremiales ni fueros. Entonces este plenario iba ser el nexo que llevara las propuestas de las asambleas hacia la Multisectorial. La discusión era esta: que las decisiones de las asambleas fueran las que tomaran la directiva de las acciones que se fueran a llevar a cabo, no únicamente que fueran directivas que fueran bajadas de arriba hacia abajo, sino que fueran de abajo hacia arriba. Me parece que esa es la mejor manera y marca lo que uno ha aprendido durante tantos años de democracia obrera, para llamarla de alguna manera. Creo que esa es la mejor definición que podemos hacerle.
Si no me equivoco se llamaba, se llama en realidad porque está conformado, Plenario Interhospitalario de Córdoba. El problema fue que se conformó en un momento de baja del conflicto, entonces no hubo la posibilidad de llevarlo adelante por compañeros que realmente vinieran de las asambleas con mandatos, por el hecho de que en los hospitales no había asambleas. Ahora vamos a ver si lo podemos reencaminar a este organismo, por lo menos en el Hospital Tránsito han vuelto a resurgir las asambleas, me parece que sería democrático. Las decisiones de las asambleas muchas veces no han sido escuchadas por la Multisectorial. Ejemplos claros: la última caravana; la ruta que tomó la caravana, más allá de los cortes policiales que había en la casa de gobierno, el documento que se leyó, etc. Fueron manifestaciones de los compañeros que reafirmaron la necesidad de conformar este organismo.
P: Sabemos que el último conflicto que desató cierta movilización y organización con un Paro fue la intentona del gobierno de trasladar compañeros residentes al Polo Sanitario, algo que lograron frenar. ¿Podrías contarnos sobre el contenido de las asambleas que se están dando hoy?
R: Con respecto a la situación de los compañeros médicos residentes; el 21 de mayo vino del Ministerio un memorándum hacia todos los hospitales donde se manifestaba que por la realidad de la pandemia todo el personal estamos sujetos a cambios de horarios, cambios de turno, etc. Y el 26 de mayo, a los residentes se los convocó al polo sanitario, tanto al Rawson como al Hospital San Roque, para continuar su educación específicamente con la contingencia COVID, siendo que todos los Hospitales esa misma semana había sido declarados “hospitales rojos”. Esta intentona, de imprevisión por la falta de personal que tiene el gobierno, logró que los residentes se comenzaran a organizar. Ellos tienen un colectivo de residentes y de alguna manera estaban organizados por medio de grupos de WhatsApp, y esa misma noche empezó la organización. Nosotros tenemos un grupo de asamblea en el Hospital Tránsito donde empezamos a hacer esta discusión, y a convocar a una asamblea para el mismo día que habían recibido todos los residentes de 3º y 4º año del Hospital Tránsito de clínica médica una notificación en el CIDI (Ciudadano Digital) de cada compañero para presentarse en el Hospital Rawson. Los chicos decidieron no presentarse, en una discusión de alguna manera de “asamblea virtual” por medio del grupo, y convocarse en cada uno de los hospitales para realizar asambleas. Nosotros los acompañamos, entendiendo que son parte nuestra, más allá de que los chicos residentes no han participado mucho en los conflictos, pero entendemos que su trabajo dentro del hospital y la falta de residentes lleva a que muchas veces ellos no puedan salir. Participamos, fue un lindo número de compañeros (30 o 40 compañeros), la semana pasada, donde ese mismo día que ellos se debían presentar en el polo sanitario, les llegó otra notificación al CIDI de cada uno donde se explicaba que había sido una equivocación, que en realidad lo que se les planteaba era una reunión para discutir la contratación, porque ellos son becarios. Esa discusión de contratación todavía sigue.
¿Cuál es la discusión que seguían planteando y por qué no desmovilizar? El memorándum todavía seguía vigente, y todavía sigue vigente. Entonces la pelea de los compañeros es bajar el memorándum, porque más allá de que el gobierno se echó para atrás en la decisión del traslado compulsivo, el memorándum al seguir en pie lo pueden utilizar en cualquier momento. No únicamente con los residentes de clínica médica, sino con residentes de clínica quirúrgica, de anestesiología, de traumatología, etc. Entonces eso logró convocar, por lo menos en mí hospital, a la mayoría de los residentes. Fue bastante bueno, y de alguna manera nos ayudó a resurgir la asamblea.
La asamblea de hoy (viernes 4/6) no fue muy grande, habremos sido 15 compañeros, siempre hay una pequeña vanguardia que es la que acompaña, y nació de la necesidad de seguir discutiendo lo que venimos haciendo por los grupos. Siempre manifiesto que los grupos son muy importantes para informar, pero no para discutir y decidir. El instrumento de la asamblea es el instrumento más democrático que tenemos los trabajadores, entonces siempre aliento que sea por ese medio que hagamos las discusiones. El Hospital Tránsito está cambiando, desde el momento que nos decretaron como hospital rojo se ha estado modificando. Hay servicios que se han cerrado: el servicio de cirugía menor quedó totalmente desmantelado. Se ha abierto una sección de 7 camas que en la 1º ola se utilizaba como un internado COVID y en la actualidad esas 7 camas van a pasar a ser una terapia COVID. La diferencia reside en que hay pacientes con respiradores. No sabíamos muy bien quienes las iban a atender. Por el momento, lo que conozco es que van a ser atendidas por los compañeros enfermeros que estuvieron en esa sección el año pasado. Compañeros nuevos, que no tienen experiencia en terapia intensiva (lleva años preparar a un enfermero terapista), y ha habido contratación de médicos que desconozco si son terapistas. El 1º piso, donde contamos con 3 salas que en promedio tienen 28 camas cada una, se han transformado en la actualidad en todas salas COVID. Se ha abierto una nueva sala en el 2º piso, donde aparentemente van a contratar a 12 compañeros enfermeros para atender clínica quirúrgica. Todos estos movimientos que se han venido dando hacen que comencemos a discutir. Por lo menos empezar a informarnos de lo que sucede en cada uno de los servicios, porque está cambiando muy rápidamente la situación. Hoy antes de salir nos enteramos de que en el hospital se van a instalar 2 carpas que aparentemente se van a adosar a las camas de terapia, una a las camas de la guardia central. Una carpa con 20 camas y otra carpa que va a tener 10 camas a manera de consultorios. Entonces en menos de una semana hemos tenido el agregado de casi 50 camas en el hospital, que van a tratar específicamente la patología COVID, y han contratado (desconozco la cantidad de médicos que están en la terapia COVID de 6 camas, que imagino que será el número que corresponde) a 12 enfermeros nada más. Con esa incorporación, quieren agregar 50 camas al hospital. Toda esta transformación naturalmente nos ha llevado a juntarnos para empezar a discutir que camino vamos a tomar. Lamentablemente no estamos siendo un número importante como para tomar decisiones que impacten, como las que hemos estado llevando a cabo hace unos meses atrás, pero es importante comenzar a dialogar y a discutir la situación del hospital. Me parece que eso va a empezar a incentivar, la misma situación es la que nos va a llevar a la pelea, más allá del miedo de muchos compañeros. No nos olvidemos de que en el Tránsito y en la salud pública en general en Córdoba, en casi todos los hospitales, entre el 70 y el 80% del personal es contratado. Lo que implica miedo, miedo a traslados, a descuentos, miedo a ser despedido en realidad. Y eso complica bastante el compromiso de participación de los compañeros en las asambleas.
P: ¿Te gustaría agregar algo más? ¿Algún elemento a destacar, las reivindicaciones que vienen levantando, o cualquier otra cosa?
R: Para agregar: discusiones que venimos haciendo con los compañeros en las diferentes asambleas y personalmente. Que la salud pública de Córdoba ha tenido en su organización un avance muy importante. Especialmente, en lo que respecta a mi actividad en el hospital, veo con mucha satisfacción la organización que hemos tenido. De partir el año pasado de no tener ningún tipo de asambleas, y casi ninguna participación de ningún gremio, a tener organizadas asambleas de 40, 50, 60 compañeros, cortes de calle (con mucho agradecimiento a las diferentes organizaciones que nos han venido acompañando), fue muy bueno eso. Es lo que saco como muy positivo de lo que ha sucedido en toda esta pelea. La organización de los compañeros. Crear una pequeña vanguardia, que es la que está siempre en pie de guerra, y que se ha concretado y ha nacido la asamblea del Hospital Tránsito. Eso es muy importante como herramienta de lucha, de presión, de organización. Más allá de la caída de la intensidad del conflicto, que principalmente es debido a que los viejos reclamos no han sido atendidos casi ninguno. Porque sobre la recomposición salarial, ni siquiera se ha concretado una mesa de discusión con la Multisectorial, la cuestión de la precarización laboral que tenemos, tan terrible en la provincia, con los compañeros contratados y monotributistas, no ha cambiado para nada, es más, se ha agravado. Diferentes reclamos no han llegado a un buen puerto, no han tenido una respuesta satisfactoria. La discusión de hoy fue clara: aunque nos cueste, aunque tengamos miedo, miedo a los descuentos, a los traslados, la situación nos va a llevar a que nos sigamos organizando, no nos queda otra. No hay otro camino que la organización de los compañeros. Por eso mi voluntad de recalcar siempre que la asamblea es el ámbito por excelencia para la discusión y yo creo que la pelea va a continuar y va a resurgir en la salud pública de Córdoba.
P: Muchas gracias Ricardo por esta entrevista.
R: Muchas gracias a ustedes porque nos han estado acompañando todo el tiempo y gracias a todos ustedes muchas veces hemos tenido la mejor visualización de nuestro conflicto, ha sido a través de sus medios de comunicación. Lamentablemente, otros medios no nos están replicando, pero bueno, la pelea va a hacer que nos empiecen a mirar. Es lo que tenemos que hacer, tenemos que hacer que la sociedad nos mire.
Encuentro entre trabajadores de la salud para debatir sobre el balance de la política sanitaria del Estado aplicada por los gobiernos nacional y provincial y las perspectivas de la lucha.
Sábado 12/12
18:00hs
Pedir dirección al correo electrónico de la regional Córdoba:
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El parazo y la caravana del martes 10/11 fueron una enorme demostración de la fuerza y la disposición a la lucha de los trabajadores de la salud. El paro fue muy fuerte en los hospitales públicos de toda la provincia (no sólo de la capital), y en el sector privado, donde la burocracia de ATSA viene garantizando el ataque de las patronales, los trabajadores participaron de la caravana. Para Cardozo y Schiaretti, fue un duro golpe que desnudó la farsa del “éxito” de su política sanitaria frente a la pandemia. Los paros y movilizaciones de los trabajadores de la salud en CABA y varias otras provincias muestran que la lucha tiene alcance nacional y que Alberto Fernández y Ginés también son responsables del estado deplorable del sistema de salud.
El gobierno provincial no pudo ocultar el problema debajo de la alfombra ni contentarse con los aprietes, tuvo que responder, primero demonizando a los trabajadores por los medios, después buscando dividir con el bono discriminatorio, y luego dando algunas concesiones para desactivar la medida, como el pase a contrato de los monotributistas del Rawson o el adelanto de las cuotas del aumento.
La fortaleza mostrada el 10 nos indica que ¡podemos ir por mucho más! Conquistar la incorporación de más personal bajo condiciones de estabilidad laboral, el pase a planta de todos los precarizados y un aumento salarial que lleve el salario de la categoría inicial a igualar la canasta básica familiar, junto con las medidas de seguridad e higiene y el resto de nuestras demandas.
La unidad de diferentes organizaciones fortalecieron sin duda la medida, pero esta unidad debe ser soldada por la base. Basta de divisiones. Debemos impulsar asambleas por sector y asambleas unitarias por hospital o lugar de trabajo, sin distinción de afiliación sindical. Elegir delegados con mandato para impulsar una gran asamblea Interhospitalaria, un organismo que nos permita a los trabajadores tomar la lucha en nuestras manos, votando un plan de lucha para torcerle el brazo al gobierno. Podemos votar una comisión de lucha que tenga por tarea un trabajo sistemático sobre los hospitales y clínicas privadas para contrarrestar la política rompehuelgas de la burocracia de ATSA y fortalecer a los sectores dispuestos a luchar que se propongan recuperar el sindicato sanitario.
No sólo Pihén negocia por notros, también las conducciones de los sindicatos y organizaciones que hoy forman parte de la multisectorial (ATE, UTS, Médicos Autoconvocados y otros) buscan una mesa de dialogo con el gobierno para que los reconozcan a ellos como interlocutores, pero no puede ser que nosotros luchemos y otros negocien. Debemos elegir delegados paritarios en las asambleas, y garantizar así que nadie se baja de la lucha hasta triunfar.
La situación en Córdoba respecto al manejo de la pandemia es catastrófica. Si miramos los números de muertos por coronavirus nos revela que el verdadero objetivo de la cuarentena impuesta por el ejecutivo nacional y replicada en las provincias, nada tenía que ver con ganar tiempo para acondicionar el sistema de salud. Ejemplo de esto es el hospital modular del polo sanitario, abierto medio año después del inicio de la pandemia… ¡y sin personal! El aislamiento obligatorio bajo el fierro del Estado implicó para los trabajadores en general un mayor ataque a las condiciones de vida. Para los trabajadores de la sanidad, se tradujo en imputaciones a médicos y persecuciones con traslados compulsivos a enfermeros y técnicos que denunciaron la falta de medidas de bioseguridad, la falta de personal, el pluriempleo, los salarios a la baja y la precarización laboral. Sumado a ello, el aumento del índice de contagios por COVID- 19 entre los trabajadores de salud con una veintena de muertes en nuestra provincia. Mientras tanto el cinismo del Ministro Cardozo, al referirse a un grupo “minoritario” que organiza una jornada de paro, no tiene límites.
Sumado a tan delicada situación, el gobierno tiene la osadía de ofrecer un aumento salarial del 9% para los trabajadores estatales, incluidos los de salud. Todos sabemos que el silencio de las burocracias del SEP, ATSA y la CGT Córdoba ha sido para garantizar este ataque en connivencia con Schiaretti.
Es necesario que saquemos conclusiones sobre la cuarentena y el control estatal, los únicos interesados en garantizar nuestra salud somos los propios trabajadores. Los protocolos del COE, de los directores y de las empresas de salud están hechos para echarnos la culpa de los contagios, disciplinarnos y perseguirnos; urge conformar comisiones de seguridad e higiene votadas en asambleas, para que seamos los propios trabajadores quienes controlemos y garanticemos el cumplimiento de las normas de bioseguridad. Por la provisión de EPP de calidad y en cantidad suficiente. Testeos PCR regulares para todos los trabajadores. Licencias para el personal de riesgo. Contra las jornadas extenuantes y el pluriempleo debemos pelear por jornadas de 6 hs. con un salario inicial igual a la canasta básica indexado a la inflación. Hacen falta más profesionales y técnico: por el ingreso de más trabajadores con condiciones de estabilidad laboral, ¡no somos descartables! Rechazando el 9% de aumento salarial. Reincorporación de los despedidos, pase a planta de todos los precarizados, contratados, monotributistas, becarios y residentes. Por la reapertura de la paritaria, votando delegados paritarios en asamblea para que no sea la burocracia la que decida.
Debemos enfrentar al Estado/patrón y a los empresarios del sector privado con nuestros métodos y organizarnos de forma independiente. Abrir una gran deliberación en un Congreso Nacional de Delegados de Base de la Salud entre los trabajadores y activistas de la salud (estatales y privados), sin importar a que sindicato pertenecemos, para votar un plan de lucha con el objetivo de ponerle fin al ataque mayúsculo que venimos sufriendo.
En esa tarea, debemos comenzar a formar oposiciones sindicales con libertad de tendencia e independencia de clase que luche por recuperar los distintos sindicatos que intervienen en el sector salud: ATSA, SEP, ATE, UTS, AGTUNC, etc. Uno de nuestros grandes problemas es la división que nos imponen conducciones burocráticas, ya sean peronistas o “progres”; debemos avanzar en asambleas conjuntas por hospital o lugar de trabajo, con el objetivo de conquistar un Sindicato Único de Salud que sea el producto de la unificación de todas las y los trabajadores asumiendo la tarea de echar a patadas a los burócratas que no han hecho más que cubrirle el flanco al gobierno y los empresarios para descargar la crisis sobre nuestras espaldas. Conquistar un convenio único que termine con las divisiones entre: las leyes provinciales 7233 y 7625 y unificando a los trabajadores de la salud privada y estatal.
Este 10 de noviembre, los trabajadores de salud nos tenemos que hacer escuchar. ¡Basta de muertes, basta de persecuciones, basta de precarización y salarios de miseria!
Impulsemos asambleas unitarias en cada lugar de trabajo para preparar la medida.
¡Todos al paro y a la movilización!
Hoy, los trabajadores de salud a nivel nacional salimos a la calle bajo el pedido de recomposición salarial, mejores condiciones de trabajo y EPP para todos. En Córdoba, se incorporan también el rechazo a las imputaciones a los médicos de Saldán y la derogación de la flamante Ley 10.694 de Schiaretti, que saquea los haberes de los jubilados y pensionados provinciales.
A 81 días de iniciada la cuarentena, ni Nación, ni Provincia ni los municipios han atendido a las demandas que venimos exigiendo desde fines de marzo. Es mentira que han preparado al sistema de salud para afrontar la emergencia. Somos los médicos, las enfermeras y todo el personal sanitario los que nos exponemos para luchar contra el COVID-19 en condiciones insalubres, en muchos casos sin los EPP indispensables. Este sistema de salud mixto tripartito (estatal, privado, obras sociales) se sigue sosteniendo a base de precariedad laboral, falta de personal, traslados compulsivos, extensiones de la jornada laboral, falencias de infraestructura, escasez de insumos y extorsiones por parte de los directivos. Nos imponen las declaraciones juradas para luego responsabilizarnos de los contagios y “brotes”, llegando hasta imputaciones como en el caso de los médicos del geriátrico de Saldán. ¡Cínicos! Es la falta de preparación del sistema de salud la que lleva al alto porcentaje de contagios entre nuestros compañeros y compañeras, y son ellos los responsables, los gobiernos nacional, provincial, las patronales de la salud privada y sus cómplices de la burocracia sindical.
Los únicos interesados en garantizar nuestra salud somos los propios trabajadores. Necesitamos organizarnos y luchar por:
Podemos ver la disposición a la lucha en las asambleas y reuniones de activistas en cada hospital, en las caravanas, en las marchas y concentraciones. Tenemos que organizarnos y profundizar el camino de la lucha en los lugares de trabajo. Llamamos a los sectores combativos y oposiciones sindicales dentro de los gremios del sistema de salud de Córdoba, ATE, UTS, ATSA, SEP, SUOEM y otros, a desarrollar esta lucha impulsando asambleas por servicios y generales en cada lugar de trabajo. Y a organizar plenarios y reuniones de delegados, tanto del sector privado como estatal de la salud, donde podamos discutir el estado de situación de la pandemia, los recursos que necesitamos, las novedades técnico-médicas para enfrentarla junto a otros sectores de trabajadores científicos que puedan brindar su aporte, ya que no podemos dejar la crisis sanitaria en manos del Estado burgués y los empresarios de la salud privada.
Se impone hacer un llamado al conjunto del movimiento obrero a apoyar nuestra pelea y a salir en conjunto a la lucha para recuperar todo lo que nos vienen quitando desde que empezó la cuarentena. Por un CONGRESO DE DELEGADOS DE BASE CON MANDATO, que barra con la tregua impuesta por la burocracia sindical a través del PARO PROVINCIAL y un plan de lucha.
Los trabajadores de la salud decimos: ¡no vamos a pagar la crisis con nuestras vidas! Junto con los trabajadores que enfrentan el ataque patronal en medio de la crisis, en este momento estamos en la primera línea, sí, pero de la lucha de clases.
Luego de 45 días de cuarentena, lo que ha quedado demostrado es la mentira de que se ganaba tiempo para acondicionar el sistema de salud para hacer frente a la pandemia. La situación ya es imposible de ocultar, la mayor cantidad de contagios se están dando en los sectores de la salud.
La situación en los efectores de salud de Córdoba se agrava día a día. Luego de que se denunciara la falta de equipos de protección personal (EPP) en varios centros de salud y hospitales de la provincia, se empezaron a suceder los casos. El más alarmante fue el contagio de 65 personas en la residencia geriátrica Santa Lucía de Saldan. Dado que es una institución sin capacidad de aislamiento, muchos de estos pacientes fueron relocalizados por el PAMI en el Hospital Italiano. Convertido hoy en el centro de contagio más grande de la provincia, de los nuevos positivos registrados el 2 de mayo, el 90% se produjeron en este hospital.
La situación que se vive hoy en el Italiano es la muestra de la desidia patronal que derivó en la intervención del Ministerio de Salud y el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) con la posterior puesta en cuarentena sanitaria de todo el hospital (pero como veremos, no de todos los trabajadores) a partir del jueves 30 de abril, lo que significa que no habrá admisión de nuevos pacientes. Aunque los trabajadores han denunciado que los protocolos establecidos no solo se han aplicado tarde y de forma insuficiente, hay secretarías y puesto de seguridad que aún no cuentan con los paneles de seguridad de forma definitiva, con el agravante de que se sigue convocando a cumplir tareas a trabajadores a quienes no se les ha realizado el Test y por tanto son casos sospechosos de Covid-19. Además se han realizado, sin ningún tipo de notificación, cambio de tareas para suplir la falta de aquellos trabajadores que han dado positivo o han sido puestos en aislamiento por sospechosos mientras esperaban el resultado del hisopado. Y como si fuera poco, el retraso y desdoblamiento de los pagos de salarios ya ha sido informado por parte del directorio.
En dicho nosocomio los trabajadores se encuadran bajo el convenio colectivo de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), dirigida a nivel nacional por el mismísimo Secretario General de la CGT Hector Daer, que viene de firmar un acuerdo de suspensiones con rebaja salarial con la UIA. El cuerpo de delegados mediante transparente comunicó que dada la situación que se está viviendo respecto a la falta de cuidados, maltrato al personal y falta de trabajadores, la directiva provincial está informada y esperan respuestas para ver los pasos a seguir, dejando desprotegidos a los trabajadores en medio de la grave crisis abierta en el hospital. Esta actitud indolente de los delegados no se condice con la incertidumbre laboral que sufren los trabajadores de la salud en su conjunto y tampoco dan respuestas a las presiones a las que se ven sometidos los trabajadores para cumplir tareas que no les corresponden con un nivel de precariedad laboral que ellos como sindicato -por acción u omisión- han dejado que esto se convierta en moneda corriente.
La gravedad del caso requiere de una organización sindical a la altura de las circunstancias que enfrente a los directivos que salen de gira por los medios de comunicación para decir que todo está “bajo control”. Ni siquiera han denunciado que varios de estos trabajadores, por percibir salarios de hambre, son expuestos a propagar los contagios extrahospitalarios al dirigirse a otros nosocomios a completar su jornada laboral. Tal es el caso de la UTI del Hospital Pediátrico, cerrada el 4 de mayo porque los médicos y enfermeras que allí desempeñan funciones, también lo hacen en el Italiano y hoy se encuentran en cuarentena. Otro caso que toma relevancia es el del Hospital-Colonia Santa María de Punilla que esta siendo denunciado por sus trabajadores y delgados por el traslado compulsivo de compañeros al Hospital Domingo Funes.
El cuadro de situación en los demás efectores de salud es similar, y se agrava en el sector privado: en el Hospital Privado no cuentan con los equipos de bioseguridad y trabajadores de diferentes secretarías y parte del personal de limpieza se han visto despedidos ante la falta de concurrencia de pacientes a la institución. Del Salvador y Oulton despiden a los monotributistas. En Conci Carpinella también, y además rebajan los sueldos a los que están en planta. El Sanatorio Mayo ha pagado parcialmente los salarios de marzo y alterado el cronograma de francos y prestación de servicios de sus trabajadores.
El cinismo de los gobiernos de Fernández y Schiaretti no cesa e insisten en que somos “héroes de la primera linea de combate”. La lucha que tenemos por delante los trabajadores es la de enfrentar al Estado descompuesto y a las patronales, que en connivencia con la burocracia sindical han impuesto décadas de precariedad laboral, despidos y suspensiones.
En el Colonia Santa María, asambleas impulsadas por trabajadores y delegados de ATE, UTS y ATSA han logrado impedir traslados masivos pero siguen enfrentando nuevas intentonas como el traslado compulsivo de una delegada de ATE, el 4 de mayo. En el Hospital de Niños y el Misericordia se realizan reuniones diarias de trabajadores para mantener un relevamiento de las novedades y organizar los reclamos de EPPs y demás condiciones de trabajo. Para el 7 de mayo, se están impulsando acciones para denunciar la precariedad del trabajo en el sistema de salud, y también la mentira del bono de $5.000 que anunció con bombos y platillos el gobierno de Alberto y resultó ser una estafa al no contemplar a la totalidad de los trabajadores de la salud.
Y es que los únicos interesados en garantizar nuestra salud somos los propios trabajadores. Se hace urgente la convocatoria a asamblea en cada lugar de trabajo y preparar un plan de lucha para imponer nuestras reivindicaciones:
Llamamos a los sectores combativos y oposiciones sindicales dentro de los gremios del sistema de salud de Córdoba, ATE, UTS, ATSA, SEP, SUOEM y otros, a impulsar esta lucha basada en las asambleas por lugar de trabajo. Y a organizar reuniones de trabajadores, tanto del sector privado como estatal de la salud donde podamos discutir el estado de situación de la pandemia en la provincia, los recursos que necesitamos, las novedades técnico-médicas para enfrentar la pandemia junto a otros sectores de trabajadores científicos que puedan brindar su aporte, ya que no podemos dejar la crisis sanitaria en manos del Estado burgués, sus gobierno Nacional y provincial y los empresarios de la salud privada. Y para hacer un llamado al conjunto del movimiento obrero a apoyar nuestra pelea.
Los trabajadores de la salud decimos: ¡no vamos a pagar la crisis con nuestras vidas! Junto con los trabajadores que enfrentan el ataque patronal en medio de la crisis como los de Penta, Bed Time y Arcor, en este momento estamos en la primera línea, sí, pero de la lucha de clases.