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Encuentro para el debate: 9 meses de pandemia

Jueves, 10 Diciembre 2020 14:19

Encuentro entre trabajadores de la salud para debatir sobre el balance de la política sanitaria del Estado aplicada por los gobiernos nacional y provincial y las perspectivas de la lucha.

Sábado 12/12

18:00hs

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Artículos Relacionados en pandemia lucha de hospitales

  • La justicia burguesa de Schiaretti insiste con imputaciones a la vanguardia obrera

    El pasado miércoles 17 de mayo, en el marco de una jornada de lucha por la reapertura de paritarias y en desconocimiento de lo acordado por la burocracia sindical de los empleados públicos (SEP), los trabajadores de salud agrupados en la coordinadora se movilizaron hasta el ministerio de salud. Fue allí donde el fiscal Guillermo González imputó a Ricardo Barrionuevo, delegado de ATE por el Hospital Tránsito Cáceres de Allende, y a Andrés Campos, delegado de ATSA del Hospital Misericordia. Según el fiscal, lo previsto en el art 194 del código penal establece “que se constituye en delito el entorpecimiento y el normal funcionamiento del transporte” y es bajo este artículo que se produjeron las imputaciones recientes y las del mes pasado a los dirigentes piqueteros y al Secretario General de ATE Córdoba.

    Las garantías de Juan Schiaretti y la justicia burguesa a la aplicación y cumplimiento del acuerdo con el FMI se traduce en represión a la vanguardia obrera, trabajadores ocupados y desocupados que enfrentamos a diario los efectos de una crisis económica mundial sin precedentes. La huelga, el piquete, la toma de planta y de edificios públicos son ni más ni menos que los métodos de nuestra clase para enfrentar los ataques perpetrados por las patronales y el Estado, con la complicidad de la burocracia sindical. Las feroces internas que tienen los dirigentes sindicales son libradas para disputar cargos en las listas del peronismo local y nacional, pero esto burócratas no muestra la misma ferocidad para la defensa nuestra clase, todo lo contrario.

    La respuesta de los trabajadores estatales y privados ante semejante ataque debe ser la de convocar en cada lugar de trabajo a asambleas que se pronuncien contra las imputaciones antiobreras y contra la criminalización de la protesta, como parte de un programa de acción para que los capitalistas no descarguen la crisis sobre nuestras espaldas. Debemos imponer el Paro General Activo a las CTAs y la CGT para hacer retroceder el acuerdo con el FMI. Proponemos impulsar reuniones y asambleas para reagrupar a los sectores antiburocráticos de nuestra clase en Córdoba e impulsar en común estas tareas como minorías en los sindicatos.

    Desde la COR repudiamos las imputaciones y nos ponemos a disposición de los compañeros Barrionuevo y Campos y sus organizaciones sindicales para llevar adelante las acciones que se definan para responder a este nuevo ataque.

    COR
    Corriente Obrera Revolucionaria
    Regional Córdoba

  • 16 de noviembre: Paro general de los hospitales de Córdoba

    La renuncia masiva de médicos en el hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto encendió la mecha de una situación explosiva que recorre al conjunto del sistema de salud. Las asambleas y movilizaciones en la salud pública de Córdoba venían de antes, es cierto, pero de manera localizada en hospitales e instituciones puntuales. En dos semanas, las medidas de fuerza se fueron replicando, con asambleas, afectación de servicios y paros por hospital hasta la convocatoria al paro provincial de salud para este miércoles 16 de noviembre. Por supuesto, este no es un fenómeno únicamente provincial, ya que desde hace varias semanas los residentes de la Ciudad y la Provincia de Bs. As. y los hospitales nacionales Garrahan y Posadas vienen sosteniendo paros y marchas masivas. La pandemia y el avance del ajuste del FMI que aplican el gobierno del Frente de Todos (FdT) y los gobernadores han llevado a los hospitales a esta situación crítica, donde los problemas centrales son los salarios devaluados, la precarización laboral y la falta de personal.

    El gobierno de Schiaretti sale a ofrecer bonos y una revisión paritaria miserable (28% en 3 cuotas) como manotazos de ahogado ante la situación. Intenta dar aire a las mediaciones burocráticas de los sindicatos y asociaciones médicas, pero los trabajadores no se dejan engañar. Un ejemplo: el lunes 14/11 en el Hospital Córdoba una masiva asamblea votó mantener el paro de 72hs ante la extorsión de una “mesa de negociación” condicionada al levantamiento de las medidas. El mismo lunes, la asamblea del Misericordia incluyó entre las resoluciones votadas “rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional”. La fragmentación sindical es un grave problema que viene de hace muchos años. El SEP es repudiado entre los trabajadores de salud, mientras los demás sindicatos (ATSA, ATE, UTS) y las asociaciones médicas aportan a la división, buscando agrandar sus pequeños aparatos. Actualmente la fuerza de las asambleas disciplina a las conducciones, pero es necesario avanzar en la organización y poner en pie una dirección alternativa con una política combativa y de independencia de clase para imponer al gobierno nuestras condiciones.

    Por un gran plenario interhospitalario

    La fortaleza de la lucha está en las asambleas por hospital. Pero para unificar la lucha no basta con la mera coordinación, debemos poner en pie un gran Plenario de Delegados Hospitalarios mandatados por la base. Este plenario debe ser provincial, si bien podría contemplar instancias intermedias como plenarios por departamento o ciudad. En un plenario de esas características podremos unificar y fortalecer el plan de lucha y un pliego único de reivindicaciones. Y sobre todo, votar nuestros delegados paritarios para negociar con el gobierno. ¡Ninguna medida se baja ni se firma ningún acuerdo sin el aval de las asambleas! Hay que hacer propia la resolución del Misericordia: rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional. Está planteado, al calor de la lucha, dar pasos hacia la recuperación de los sindicatos con el objetivo de conquistar un sindicato único de los trabajadores de la salud.

    Unidad de clase

    La lucha de salud es la más importante que recorre la provincia, pero no la única. También en las fábricas de la UOM se dan peleas contra los salarios de miseria, en NA e IBF (neumáticos) se lucha contra el despidos de un trabajador y la persecución patronal, los docentes se reagrupan contra la burocracia de la UEPC, el movimiento piquetero marcha contra los recortes de planes. La primera consideración es que la paritaria estatal provincial siempre arroja el mismo acuerdo para todos, aunque el gobierno finge negociar por separado (en realidad impone el aumento a Monserrat y Pihén). Hay que imponer a Schiaretti una verdadera paritaria, una paritaria estatal única con delegados paritarios elegidos en asambleas y plenarios estatales con la participación de los trabajadores de las escuelas, los hospitales y demás reparticiones.

    La bronca con el gobierno es generalizada, viene saltando todo el pus de una gestión que defiende los intereses de las grandes patronales, nacionales y extranjeras (muerte de los bebés, casos de gatillo fácil, impunidad de Oscar González). Los trabajadores de la salud tienen la autoridad para ponerse al frente de la lucha contra el gobierno, encabezando no solo la pelea por el salario, sino también por tirar abajo las leyes represivas que pretenden regimentar aún más las marchas. Esa autoridad también se la ganaron con sus actuaciones en la pandemia, sosteniendo las condiciones de salud de los trabajadores y la población en las peores condiciones, saliendo incluso a enfrentar la decadencia del sistema de salud. Con esa autoridad pueden convocar a todo el movimiento obrero a sublevarse contra sus conducciones sindicales traidoras que dejan pasar el ajuste del FMI por sus pactos con el FdT y los gobiernos provinciales, impulsando un Congreso Provincial de delegados de base de la industria, los servicios, estatales y del movimiento piquetero, para ir por el paro activo provincial afectando las bases del poder de nuestros enemigos de clase, que están en la producción. Por una central única de trabajadores.

  • Nuevos protocolos COVID, otro ataque a los trabajadores de la salud

    El gobierno de Schiaretti picó en punta en la "nueva normalidad" al anunciar que a partir del lunes 17 de enero dejará de correr el aislamiento por contacto estrecho en toda industria, comercio y oficina de la provincia de Córdoba, medida reclamada por la Unión Industrial local. Pone fin de esta manera al protocolo que se implementó el 28 de diciembre pasado, llamado "Medidas excepcionales para la salud pública", que dejaba sin efecto el aislamiento por contacto estrecho solo para los trabajadores de salud. Ahora esto se generalizará para todos los trabajadores sin distinción. Incluso muchas patronales ya se han adelantado al propio decreto y obligan a sus empleados a cumplir tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho. Queda más que evidente el interés del Estado en sostener las ganancias empresariales por sobre la salud y las condiciones laborales de la clase obrera. Desde la aparición de los primeros brotes de la variante ómicron, los contagios no han hecho más que aumentar, saturando los centros de testeo y las guardias en todos los hospitales públicos y privados.
    Los trabajadores vienen denunciando el carácter anti obrero de este nuevo protocolo, ya que reduce la cantidad de días de aislamiento para quienes son positivos de covid y, para el caso de trabajadores que tuvieran contacto estrecho, el aislamiento directamente desaparece, debiendo presentarse a trabajar aún a riesgo de contagiar a los demás compañeros.
    En el Hospital de Niños, las camas de internación ya están ocupadas al 100%. Y varios trabajadores están cumpliendo tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho, entre ellos varias mujeres embarazadas. En el Neuropsiquiátrico Provincial, debido al ausentismo producido por el brote surgido a finales de diciembre, un profesional de guardia tuvo que presentarse a trabajar aún siendo positivo y no haber completado los días correspondientes de aislamiento. En la Manzana de salud mental, las autoridades pretenden unificar una sola guardia para las 4 instituciones. En el Hospital Vicente Agüero de la localidad de Jesús María se tomó la determinación de atender solo urgencias por guardia, a causa de la gran cantidad de contagios entre el personal. En la Clinica Reina Fabiola debieron trasladar a varios profesionales que trabajan en el centro periférico de Barrio Jardín a la clínica de Barrio General Paz, ya que el ausentismo por covid ponía en riesgo la normal atención de pacientes. En el Hospital Italiano llegó a saturarse la guardia de emergencias, y en el área de internación hubo momentos donde solo 3 enfermeros debian atender a alrededor de 25 pacientes positivos. Este tipo de situaciones se repite a lo largo y ancho de todo el sistema de salud. El total de camas ocupadas en la provincia ya alcanzó el 27% al día jueves 13/1 y va en franco ascenso. El ministro de salud Cardozo ya anunció que se impondrán restricciones si esta llega al 65%. Todo este cuadro se desarrolla en medio de la permanente falta de personal, agravando aún más la situación, sobreexigiendo en largas jornadas extenuantes a los trabajadores. Este es el objetivo del "nuevo protocolo" de Schiaretti: evitar detener la producción y la generación de plusvalía a como de lugar, sin importar la salud de los trabajadores. Los argumentos que esgrimen para sostener semejante ataque al conjunto de la clase obrera es que la variante ómicron, a pesar de ser más contagiosa, sería menos letal por efecto de la vacunación, cuando solamente el 18% de la población nacional recibió la 3ra dosis. Argumento que es fácilmente refutable, ya que la ocupación de camas aumenta de forma galopante y el día miércoles 12/1 se registró el mayor número de muertes desde el pasado mes de septiembre, con 139 fallecidos por coronavirus en el país, número que promete ir en aumento.
    Ante está nueva ofensiva estatal-patronal los distintos sindicatos han salido a pronunciarse. ATE emitió un comunicado denunciando la saturación del sistema, pero no ha organizado a los trabajadores en asambleas para discutir cómo enfrentar los planes del gobierno. ATSA también se limitó solamente a publicar un tenue comunicado, "preocupado" por el alza de los contagios y la reducción del aislamiento. UTS llamó a asamblea y acordaron un paro en el neuropsiquiátrico para el martes 4/1. La medida se vio limitada por aprietes del ministerio de salud, quienes amenazaron con recoger los nombres de los trabajadores que se adhirieran al paro. También se vio limitada por el gran porcentaje de compañeros aislados por covid, lo que dificultó garantizar la medida. Además se realizaron asambleas en el Hospital Misericordia dónde se mocionó el paro de actividades.
    La dificultad de garantizar una medida contundente se explica, en parte, por la falta de asambleas conjuntas entre los distintos sindicatos que intervienen en el sistema de salud público y privado. Se hace necesario impulsar un gran plenario interhospitalario, sin distinción de sindicatos, que discuta un plan de lucha para rechazar de plano el nuevo protocolo que Schiaretti y Cardozo quieren imponer. Un plenario interhospitalario de base podría ser una instancia que supere a la ya desdibujada Multisectorial de Salud, que con sus acuerdos por arriba entre las burocracias de los distintos sindicatos y agrupaciones médicas demostró ser más un escollo que una salida para la organización de los trabajadores. Contra la fragmentación organizativa que nos imponen las diferentes burocracias, debemos pelear por un sindicato único de la rama salud. Y avanzar en la unidad con el conjunto de nuestra clase con el objetivo de preparar e imponer a las centrales sindicales un paro provincial de la industria, los servicios y estatales, para torcer el brazo al gobierno y las patronales, para impedir el deterioro de nuestras condiciones de trabajo, por el pase a planta y el aumento del personal, por un salario igual a la canasta familiar, por la creación de comités independientes de higiene y seguridad que garanticen el cuidado de nuestra salud, por la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia traidora. Solo confiando en los métodos históricos de la clase obrera podremos evitar ser nosotros los trabajadores quienes paguemos la crisis que el Estado y la burguesía han generado.

  • Ómicron y el desarrollo de la pandemia

    El comienzo del 2022 nos encuentra con la continuidad de la pandemia, en este caso con el desarrollo de la variante ómicron, y el surgimiento de nuevas variantes ante el desastroso manejo del covid 19 por parte de los gobiernos de turno de todo el planeta.

    La continuidad de la pandemia y la inexistente “nueva normalidad” dificulta aun más los planes del imperialismo norteamericano en su afán de recuperar la hegemonía mundial. EEUU continúa con su política agresiva hacia China, en el terreno económico y de influencia, como lo muestra la disputa por Taiwán y la política de recuperar el patio trasero latinoamericano de la injerencia de China. Además del conflicto abierto con Rusia por Ucrania, en una región que sigue convulsionada, como demuestran los recientes procesos agudos de lucha de clase en Kazajistán.

    Seguimos asistiendo a un intenso ataque por parte de la burguesía a nuestras condiciones de vida, generando una mayor pauperización de nuestros salarios para garantizar la subsistencia del sistema capitalista. La pelea por las vacunas ha mostrado de manera descarnada su inexorable descomposición. Nos habían dicho que estábamos transitando la post pandemia y no sólo no pasa eso, sino que seguimos con altos niveles de contagiados, muertes y un caos generalizado de los sistemas de salud y acentuándose aún más la crisis económica mundial ante el parate de ramas de la economía por el nivel de contagios. Nos habían prometido que con las vacunas se resolvía todo, pero seguimos en estado de emergencia. Debemos exigir test de anticuerpos para saber la verdadera efectividad de las vacunas. El control por parte del Estado de cada vez más aspectos de la vida, como se expresa en la política de los pases sanitarios, no sólo para eventos, sino en los lugares de trabajo es totalmente reaccionario, al estar al servicio del interés capitalista. Otro claro ejemplo es la modificación de los protocolos de aislamiento, disminuyéndolos para acortar los tiempos muertos de la mercancía “fuerza de trabajo”, la única garante de plusvalor que se apropia la burguesía. A este método, que no es otra cosa que la centralización reaccionaria del Estado burgués de la dirección de la pandemia, debemos enfrentarlo con los métodos obreros para quitarles la dirección. Lo que está en juego no es sólo nuestra salud, sino la relación de fuerza con nuestra clase antagónica, ya que si sigue avanzando en esto que nosotros denominamos un “ensayo general reaccionario” llevará a una mayor descomposición de nuestras filas.

    Enfrentarlo con nuestros métodos significa que nos organicemos y luchemos para imponer nuestras demandas desde las fábricas y cada lugar de trabajo, donde abramos un debate al interior de nuestra clase sobre la necesidad de imponer el control obrero de la producción, ante la desorganización de la economía capitalista. Significa mostrar el poder obrero como elemento de transición en la sociedad capitalista. Es derrotar la política estatal con un programa transicional. Hay que implementar la escala móvil de horas de trabajo y de salario, el control obrero de los laboratorios para la distribución de las vacunas, el control obrero de las ramas de producción para garantizar el abastecimiento a la población sin que nos separen, como hicieron al comienzo de la pandemia, entre esenciales y no esenciales. Estos son elementos programáticos que debemos debatir y explicar.  Esto impone la tarea de recuperar los sindicatos para que amplíen sus funciones en la administración de las cosas, buscando la unidad de las filas obreras, entre ocupados y desocupados.  Es imperioso recuperar nuestras organizaciones para preparar las condiciones para la lucha por el poder y enfrentar a la burguesía y sus Estados.

    Debemos imponer nuestras demandas con ocupaciones de fábricas, de edificios, piquetes de autodefensa y todas las medidas que vayan en el sentido de la preparación de paros generales para recuperar todo lo perdido en la pandemia y que abran el camino a la huelga general.

    Estos años de pandemia han mostrado que los trabajadores y el pueblo pobre de todo el mundo salieron a pelear en contra de las políticas de cada gobierno que intentó atacar, vía reformas, nuestras condiciones de vida. Hay miles de ejemplos de la combatividad de nuestra clase en estos 2 años de pandemia de covid 19, es tarea de los revolucionarios hacer conscientes esos procesos inconscientes, para que puedan llegar a la conclusión de que es necesaria la construcción de partidos revolucionarios que unan las lecciones de su época con la tarea histórica de nuestra clase. 

    Entramos a escenarios más convulsivos desde el punto de vista de la lucha de clases, ya que el sistema capitalista no ha logrado salir de su crisis económica, que se agudiza con la pandemia e incorpora nuevos elementos, como un proceso inflacionario mundial y crisis de deuda ante los gastos de la pandemia.

    No seremos nosotros los que vamos a pagar la crisis. 

  • Para frenar los contagios, ¡Paremos la producción!

    En los últimos días, la provincia de Córdoba, y principalmente su ciudad capital, se han convertido en el epicentro de la nueva ola de la pandemia de COVID 19 en Argentina. Nueva ola alentada por la variante omicron, surgida en África por la política imperialista de distribución de las vacunas. Los casos positivos rompen todos los records día a día, registrándose 8.520 casos el 28/12. Ese mismo día, el ministerio de Salud del gobierno de Schiaretti publicó un compendio de “medidas excepcionales de salud pública” que responden a la presión explícita de las patronales para acortar los tiempos de los aislamientos por casos positivos y contactos estrechos para que los trabajadores se reincorporen a la producción y evitar así problemas en la acumulación del capital. Lo mismo vale para la inminente aprobación de los denominados “autotests”. El propio Ministro Cardozo, de forma burda, lo adelantaba el día anterior: “El ánimo es alivianar a los centros fijos y darle garantías a ciertas áreas que necesitan seguir trabajando y produciendo, sino nos vamos a quedar sin recursos humanos en toda la parte productiva” (Cadena 3, 27/12/21). En el caso de los trabajadores de salud, el aislamiento directamente desaparece en caso de contacto estrecho, aunque esto corre sólo para trabajar ya que no se les permite ni alimentarse en el lugar de trabajo ni tener ningún tipo de actividades sociales: ¡Clarísimo el carácter patronal del nuevo protocolo!

    El gobierno nacional de Alberto Fernández no solo ha dejado en manos de los gobernadores las medidas a tomar, sino que está evaluando aconsejar medidas similares a las aplicadas por Schiaretti/Cardozo en todo el país y eso van a discutir en la reunión virtual del Consejo Federal de Salud a realizarse hoy. La presión patronal se ejerce en todos los niveles del Estado, pero además Alberto está pensando en la necesidad de sostener la producción porque sabe que de ahí brota la plusvalía futura que servirá para pagar el acuerdo que negocia con el FMI.

    Quizás este sea el momento donde se evidencia de manera más descarnada el rol que juega el Estado burgués en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, los negocios de las patronales y la subordinación al imperialismo. Ni siquiera tienen la delicadeza de cubrir sus políticas antiobreras con los famosos comités de expertos o los COEs con sus protocolos, que sirvieron para atacar a los trabajadores que durante lo más duro de la cuarentena salieron a pelear por las condiciones de vida y trabajo de nuestra clase. En Córdoba, no podemos olvidarnos de la represión policial y judicial contra los compañeros de UTA, SUOEM, UOM, STIA, municipales de Jesús María y por supuestos contra los trabajadores de la salud, que peleaban por testeos, aislamientos, condiciones seguras de trabajo, salarios y contra la precarización laboral. Hoy, nuestros compañeros son sometidos a largas filas de 6, 8 o más horas para conseguir un comprobante de un test de antígeno (que siempre ha sido contraindicado para hacer diagnóstico) para justificar los aislamientos en los lugares de trabajo, esa es la verdadera causa del colapso de los centros de testeo. Las nuevas “medidas excepcionales” están pensadas para dar vía libre y legal a las patronales para ejercer todo su despotismo sobre la fuerza de trabajo.

    La burocracia sindical cordobesa, a su turno, luego de su larga cuarentena de más de un año, ahora se va de vacaciones en medio de la crisis y del nuevo ataque estatal/patronal. SMATA toma nota de la suba de contagios… ¡para cerrar su sede a los trabajadores mecánicos! Avalan las nuevas medidas con el silencio. O explícitamente, como el STIA (alimentación), que las reproduce sin ninguna crítica en su página web. ATE salud saca un comunicado impotente a través de redes sociales, pero sin organizar ninguna medida de fuerza para enfrentar este plan criminal.

    Para frenar los contagios y enfrentar las consecuencias de la pandemia, la clase obrera debe imponer sus métodos y avanzar sobre los intereses de las patronales. Los trabajadores debemos rechazar el nuevo protocolo de aislamiento y diagnóstico con el paro de actividades. Proponemos al FITU, al Nuevo MAS y a las demás corrientes de izquierda realizar una reunión para impulsar asambleas y mociones en común en los lugares de trabajo para imponer el paro. Las comisiones internas y delegados opositores tenemos la responsabilidad de impulsar plenarios regionales para discutir como organizar el paro provincial y recuperar los sindicatos de manos de la burocracia traidora. Avanzar hacia un congreso nacional de delegados de base de la industria, los servicios y estatales, para imponer la huelga general. No se trata solo de los contagios, está en juego sobre qué clase social recaerán los costos de la crisis. Solo la clase obrera puede dar una salida a través de un programa. Es una pela política, revolucionaria, contra el Estado patronal. Los trabajadores podremos darla construyendo nuestro partido revolucionario internacionalista.

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