Los trabajadores de la salud son el sector de nuestra clase que está sufriendo las peores consecuencias del manejo burgués de la pandemia del COVID-19. El viernes 4 de junio entrevistamos a Ricardo Barrionuevo, delegado de ATE por el Hospital Tránsito Cáceres de Allende de Córdoba Capital, para conocer de primera mano la situación. Y también la experiencia de organización y lucha que desde el año pasado vienen desarrollando los compañeros y compañeras de los hospitales de la provincia de Córdoba.
P: ¿Qué evaluación tienen como trabajadores organizados, de la situación del sistema de salud en este momento de la segunda ola de la pandemia?
R: Para hablar de todo lo que ha venido sucediendo con la pandemia, sensaciones de la realidad me gustaría decir, se me vienen a la cabeza algunas palabras que engloban lo que estamos viviendo los trabajadores. Y la 1º es colapso. La salud y los hospitales están colapsados, más allá de que el ministro Cardozo manifieste con números totalmente fuera de la realidad que la salud pública y privada no están colapsadas. Es otra la vivencia que estamos padeciendo los trabajadores en los diferentes hospitales; y en las diferentes clínicas privadas también, por lo que me he llegado a enterar. Otra palabra: imprevisión, falta de prever lo que seguramente se iba a venir. Ellos estaban conscientes, por los estudios epidemiológicos que habían demostrado en otras partes del mundo que ya habían pasado la primera ola y estaban entrando en la segunda, lo que iba a suceder en la Argentina. No supieron resguardar ni preparar a los equipos de salud lo suficiente como para afrontar esta segunda ola de la mejor manera posible. Nosotros, en las discusiones que hemos tenido en las diferentes asambleas y en las discusiones que pude tener con algunos compañeros, realmente creemos que no es una imprevisión por desconocimiento; ellos sabían muy bien lo que iba a suceder.
Se manifiesta entre nosotros como trabajadores en un cansancio físico y mental que uno que está en el Hospital Tránsito y tiene la oportunidad de recorrerlo y hablar con los compañeros, realmente hay una sensación de agotamiento total y tiene que ver también con esta imprevisión. El agotamiento físico que están padeciendo muchos de los compañeros en definitiva es por la falta de personal. Desde el año pasado no hemos tenido la posibilidad de disfrutar de las vacaciones, más allá que estamos atravesados por una pandemia, una situación especial y que la padece todo el mundo. El trabajador de salud está padeciendo un cansancio físico realmente terrible y se está notando en estos momentos, por lo menos en el Hospital Tránsito donde yo lo puedo constatar todos los días al charlar con los compañeros. Muchos de ellos están analizando la posibilidad de sacar una carpeta médica, una carpeta psiquiátrica porque realmente está bastante complicada la situación. La sensación del estado de la salud pública en general es de colapso.
P: Los gobiernos nacional y provincial dicen que con el tiempo ganado con la cuarentena del año pasado prepararon el sistema de salud, y que también lo mejoraron para la segunda ola: ¿Qué hay de cierto en esto?
R: Muchos compañeros tuvieron una cierta confianza en esa política de ganar tiempo. No hay que olvidarse que cuando nosotros arrancamos la primera ola, esta ya estaba terminando en Europa, Asia, nosotros estábamos viviendo lo que había sucedido en Italia, España. Y veíamos situaciones que acá no era la realidad que se estaba viviendo. En especial en el Hospital Tránsito sucedió eso porque se planteó un hospital medio rojo y blanco (hospital rojo hace referencia a aquellos hospitales designados para atención COVID, NE) y en realidad no fue una situación tan fácil. Pero la preparación que el gobierno debió realizar ganando ese supuesto tiempo para prepararnos para la 2º ola, no existió. Tanto a nivel provincial como a nivel nacional hubo presiones de grandes grupos económicos para que se abriera la cuarentena y sabíamos que eso estaba totalmente equivocado, era la sensación que teníamos nosotros en los hospitales. Y eso se iba a reflejar de alguna manera, iba a impactar en los hospitales. Ahora en esta 2º ola no vemos los resultados positivos de toda esa cuarentena larga, mal diagramada, con testeos escasos, tardíos, insuficientes y eso hubiera provocado que la prevención de la enfermedad hubiera sido tratada a tiempo. Esta es la sensación que tenemos.
P: ¿Cómo evaluás el plan de vacunación que están llevando adelante en todo el mundo y en Argentina en particular?
R: Al principio fue una discusión bastante seria en el hospital. Había descreimiento al principio por los efectos de las vacunas, por la rapidez con la que se las había implementado, por los mecanismos, los estudios, mucho descreimiento. Cuando eso se fue superando y comenzó la vacunación de los empleados de la salud, cambió la visión, porque se veía en la práctica lo que estaba sucediendo con los compañeros.
Ahora bien, tuvimos compañeros que fueron infectados, previo a vacunarse, y con la 2º dosis ya realizada se volvieron a contagiar. Eso crea un estado de inseguridad que es preocupante. Por otro lado, todavía tenemos compañeros que no han sido vacunados con la 2º dosis. Y tenemos algunos trabajadores que más allá de que no son parte de la administración pública, pero si los consideramos compañeros codo a codo, aquellos compañeros del servicio de la limpieza, que por lo menos el 80 % no ha sido vacunado. Son trabajadores que, junto con nosotros, están enfrentando la pandemia y la atención directa de los pacientes, porque ellos son los que limpian las salas de pacientes con Covid. Además, la falta de insumos es de una preocupación bastante profunda.
La vacuna en sí ha creado un poco de desconfianza después de ver la reinfección de compañeros que ya habían sido vacunados. En la asamblea que realizamos estamos haciendo un testeo general de los compañeros que se vienen infectando todos los días. Es como una vuelta atrás al año pasado, con la diferencia de que ahora mucho de nosotros estamos vacunados y bastante preocupados con esa situación.
P: Desde el año pasado, sobre todo a partir de la imputación del médico del geriátrico de Saldán, comenzó a desarrollarse una lucha general del sector salud: ¿podrías contarnos que elementos debemos destacar de esa lucha?
R: Pareciera que ha pasado mucho tiempo desde la imputación de ese médico... A partir de ahí fue el momento de comenzar a organizarnos, porque de ser los héroes y los aplaudidos, comenzaron a atacarnos. Pero de alguna manera marcó el camino que iban a seguir los gobiernos nacional y provinciales. Los diferentes hospitales públicos comenzaron a organizarse.
P: ¿Cuál es tu opinión en relación a la conformación de la multisectorial de Salud y su intervención en el conflicto?
R: En principio estaba conformada por diferentes sectores: Médicos, ATE, UTS, EU, CTA A. Los compañeros comenzaron a tener algún tipo de confianza en que la Multisectorial pudiera llegar a ser un polo donde poder depositar todos nuestros reclamos, como un polo de unión, para pelear todos juntos más allá de que no estaban todos los gremios que actúan dentro de la salud pública. Descontando la actuación del SEP y ATSA. Pero de alguna manera se veía como un polo combativo a través del cuál se pudiera llegar a concretar todos los reclamos. Eso ayudó mucho a que las asambleas crecieran, porque costó bastante organizarlas.
Más allá que sea delegado de ATE y que este forme parte de la Multisectorial, veo que esta organización fue cambiando su forma. La desconfianza en la Multisectorial fue ganando terreno en las asambleas por la falta de lucha. En los hospitales más combativos tocábamos un techo de lucha y quedaba todo encerrado dentro de los mismos, no se expandía a otros hospitales. Y el reclamo general era: salgamos a las calles todos los hospitales. Y las directivas (porque eran realmente directivas) de la Multisectorial, donde la sensación es que eran directivas de tres o cuatro personas, cabezas de las organizaciones que quedaron al último, las directivas eran “salgamos, pero cuando ellos lo decidan”. Y eso fue creando una situación bastante complicada en las asambleas y fue bastante difícil remontar la pelea. De todas maneras, la Multisectorial sigue conformada, sigue actuando y nosotros estamos dentro de ella. En realidad, es el único organismo que está participando y tratando de organizar por lo menos en el Hospital Tránsito.
P: Este año, la pelea de salud se reavivó con los despidos que ejecutó el gobierno provincial a fines de marzo: ¿Qué perspectivas ves en relación a esa lucha y el posterior reflujo? Y ¿En qué situación se encuentran hoy para enfrentar la política del gobierno?
R: Si mal no recuerdo fueron en marzo los despidos. No sé si fueron 150 en general y alrededor de 100 compañeros de la salud. Eso creó un estado de ánimo y reavivó el conflicto. En el Tránsito veníamos organizándonos en asambleas que no eran muy masivas, pero a partir de ese conflicto los compañeros empezaron a participar de una manera masiva en las asambleas. Esa política del gobierno de realizar esos despidos totalmente irresponsables hizo salir, de alguna manera, la bronca contenida por no encontrar la solución a nuestros reclamos. Manifestaron que eran despidos porque sus funciones no habían sido cumplidas de manera correcta, o no recuerdo bien cuales habían sido los fundamentos que manifestaba el ministro Cardozo, eso reavivó toda la lucha. ¿Qué quedó de eso para nosotros? Una organización muy buena en el Hospital Tránsito porque no veníamos realizando asambleas, costaba organizarlas y que los compañeros se comprometieran y participaran. Esas pequeñas peleas, específicamente lo que sucedió con los compañeros despedidos, hizo que la pelea en el hospital, y en general en la salud, se reavivara.
P: Desde el hospital vienen levantando un llamado a conformar un plenario de delegados con mandato: ¿Cómo surge esa idea? ¿Cómo han avanzado hasta el momento? ¿Cuáles son las perspectivas?
R: La propuesta surgió desde el Hospital Tránsito. Lo que veíamos, era lo que te mencioné anteriormente en relación a la Multisectorial, esta ya se había conformado y se había transformado en un grupo de compañeros que tomaban decisiones de arriba hacia abajo. La discusión entre los compañeros era que entre las asambleas y la Multisectorial no había una comunicación que conectara las discusiones que se hacían en las asambleas para que llegaran a la Multisectorial. Desconozco la situación de UTS, si ellos tenían plenarios de delegados, pero nosotros en el Hospital Tránsito no tenemos compañeros de UTS. Sí te puedo hablar de lo que sucedía con ATE, que en repetidas ocasiones yo manifestaba la necesidad de tener plenario de delegados, sobre todo cuando estaba en conflicto la salud pública, pero no llegaba a buen puerto mi solicitud. Por lo tanto, esta propuesta estaba dirigida a crear ese nexo de comunicación y crear un plenario que fuera conformado por diferentes compañeros, más allá de que fueran delegados gremiales o no, pero sí con los mandatos de las asambleas. Porque no nos olvidemos que la Multisectorial está conformada no únicamente por los 2 gremios, que son los que puedes tener los delegados gremiales, sino por diferentes organizaciones que no tienen delegados sindicales y podían llegar a tener algún tipo de inconveniente al participar de alguna manera, no tenían permisos gremiales ni fueros. Entonces este plenario iba ser el nexo que llevara las propuestas de las asambleas hacia la Multisectorial. La discusión era esta: que las decisiones de las asambleas fueran las que tomaran la directiva de las acciones que se fueran a llevar a cabo, no únicamente que fueran directivas que fueran bajadas de arriba hacia abajo, sino que fueran de abajo hacia arriba. Me parece que esa es la mejor manera y marca lo que uno ha aprendido durante tantos años de democracia obrera, para llamarla de alguna manera. Creo que esa es la mejor definición que podemos hacerle.
Si no me equivoco se llamaba, se llama en realidad porque está conformado, Plenario Interhospitalario de Córdoba. El problema fue que se conformó en un momento de baja del conflicto, entonces no hubo la posibilidad de llevarlo adelante por compañeros que realmente vinieran de las asambleas con mandatos, por el hecho de que en los hospitales no había asambleas. Ahora vamos a ver si lo podemos reencaminar a este organismo, por lo menos en el Hospital Tránsito han vuelto a resurgir las asambleas, me parece que sería democrático. Las decisiones de las asambleas muchas veces no han sido escuchadas por la Multisectorial. Ejemplos claros: la última caravana; la ruta que tomó la caravana, más allá de los cortes policiales que había en la casa de gobierno, el documento que se leyó, etc. Fueron manifestaciones de los compañeros que reafirmaron la necesidad de conformar este organismo.
P: Sabemos que el último conflicto que desató cierta movilización y organización con un Paro fue la intentona del gobierno de trasladar compañeros residentes al Polo Sanitario, algo que lograron frenar. ¿Podrías contarnos sobre el contenido de las asambleas que se están dando hoy?
R: Con respecto a la situación de los compañeros médicos residentes; el 21 de mayo vino del Ministerio un memorándum hacia todos los hospitales donde se manifestaba que por la realidad de la pandemia todo el personal estamos sujetos a cambios de horarios, cambios de turno, etc. Y el 26 de mayo, a los residentes se los convocó al polo sanitario, tanto al Rawson como al Hospital San Roque, para continuar su educación específicamente con la contingencia COVID, siendo que todos los Hospitales esa misma semana había sido declarados “hospitales rojos”. Esta intentona, de imprevisión por la falta de personal que tiene el gobierno, logró que los residentes se comenzaran a organizar. Ellos tienen un colectivo de residentes y de alguna manera estaban organizados por medio de grupos de WhatsApp, y esa misma noche empezó la organización. Nosotros tenemos un grupo de asamblea en el Hospital Tránsito donde empezamos a hacer esta discusión, y a convocar a una asamblea para el mismo día que habían recibido todos los residentes de 3º y 4º año del Hospital Tránsito de clínica médica una notificación en el CIDI (Ciudadano Digital) de cada compañero para presentarse en el Hospital Rawson. Los chicos decidieron no presentarse, en una discusión de alguna manera de “asamblea virtual” por medio del grupo, y convocarse en cada uno de los hospitales para realizar asambleas. Nosotros los acompañamos, entendiendo que son parte nuestra, más allá de que los chicos residentes no han participado mucho en los conflictos, pero entendemos que su trabajo dentro del hospital y la falta de residentes lleva a que muchas veces ellos no puedan salir. Participamos, fue un lindo número de compañeros (30 o 40 compañeros), la semana pasada, donde ese mismo día que ellos se debían presentar en el polo sanitario, les llegó otra notificación al CIDI de cada uno donde se explicaba que había sido una equivocación, que en realidad lo que se les planteaba era una reunión para discutir la contratación, porque ellos son becarios. Esa discusión de contratación todavía sigue.
¿Cuál es la discusión que seguían planteando y por qué no desmovilizar? El memorándum todavía seguía vigente, y todavía sigue vigente. Entonces la pelea de los compañeros es bajar el memorándum, porque más allá de que el gobierno se echó para atrás en la decisión del traslado compulsivo, el memorándum al seguir en pie lo pueden utilizar en cualquier momento. No únicamente con los residentes de clínica médica, sino con residentes de clínica quirúrgica, de anestesiología, de traumatología, etc. Entonces eso logró convocar, por lo menos en mí hospital, a la mayoría de los residentes. Fue bastante bueno, y de alguna manera nos ayudó a resurgir la asamblea.
La asamblea de hoy (viernes 4/6) no fue muy grande, habremos sido 15 compañeros, siempre hay una pequeña vanguardia que es la que acompaña, y nació de la necesidad de seguir discutiendo lo que venimos haciendo por los grupos. Siempre manifiesto que los grupos son muy importantes para informar, pero no para discutir y decidir. El instrumento de la asamblea es el instrumento más democrático que tenemos los trabajadores, entonces siempre aliento que sea por ese medio que hagamos las discusiones. El Hospital Tránsito está cambiando, desde el momento que nos decretaron como hospital rojo se ha estado modificando. Hay servicios que se han cerrado: el servicio de cirugía menor quedó totalmente desmantelado. Se ha abierto una sección de 7 camas que en la 1º ola se utilizaba como un internado COVID y en la actualidad esas 7 camas van a pasar a ser una terapia COVID. La diferencia reside en que hay pacientes con respiradores. No sabíamos muy bien quienes las iban a atender. Por el momento, lo que conozco es que van a ser atendidas por los compañeros enfermeros que estuvieron en esa sección el año pasado. Compañeros nuevos, que no tienen experiencia en terapia intensiva (lleva años preparar a un enfermero terapista), y ha habido contratación de médicos que desconozco si son terapistas. El 1º piso, donde contamos con 3 salas que en promedio tienen 28 camas cada una, se han transformado en la actualidad en todas salas COVID. Se ha abierto una nueva sala en el 2º piso, donde aparentemente van a contratar a 12 compañeros enfermeros para atender clínica quirúrgica. Todos estos movimientos que se han venido dando hacen que comencemos a discutir. Por lo menos empezar a informarnos de lo que sucede en cada uno de los servicios, porque está cambiando muy rápidamente la situación. Hoy antes de salir nos enteramos de que en el hospital se van a instalar 2 carpas que aparentemente se van a adosar a las camas de terapia, una a las camas de la guardia central. Una carpa con 20 camas y otra carpa que va a tener 10 camas a manera de consultorios. Entonces en menos de una semana hemos tenido el agregado de casi 50 camas en el hospital, que van a tratar específicamente la patología COVID, y han contratado (desconozco la cantidad de médicos que están en la terapia COVID de 6 camas, que imagino que será el número que corresponde) a 12 enfermeros nada más. Con esa incorporación, quieren agregar 50 camas al hospital. Toda esta transformación naturalmente nos ha llevado a juntarnos para empezar a discutir que camino vamos a tomar. Lamentablemente no estamos siendo un número importante como para tomar decisiones que impacten, como las que hemos estado llevando a cabo hace unos meses atrás, pero es importante comenzar a dialogar y a discutir la situación del hospital. Me parece que eso va a empezar a incentivar, la misma situación es la que nos va a llevar a la pelea, más allá del miedo de muchos compañeros. No nos olvidemos de que en el Tránsito y en la salud pública en general en Córdoba, en casi todos los hospitales, entre el 70 y el 80% del personal es contratado. Lo que implica miedo, miedo a traslados, a descuentos, miedo a ser despedido en realidad. Y eso complica bastante el compromiso de participación de los compañeros en las asambleas.
P: ¿Te gustaría agregar algo más? ¿Algún elemento a destacar, las reivindicaciones que vienen levantando, o cualquier otra cosa?
R: Para agregar: discusiones que venimos haciendo con los compañeros en las diferentes asambleas y personalmente. Que la salud pública de Córdoba ha tenido en su organización un avance muy importante. Especialmente, en lo que respecta a mi actividad en el hospital, veo con mucha satisfacción la organización que hemos tenido. De partir el año pasado de no tener ningún tipo de asambleas, y casi ninguna participación de ningún gremio, a tener organizadas asambleas de 40, 50, 60 compañeros, cortes de calle (con mucho agradecimiento a las diferentes organizaciones que nos han venido acompañando), fue muy bueno eso. Es lo que saco como muy positivo de lo que ha sucedido en toda esta pelea. La organización de los compañeros. Crear una pequeña vanguardia, que es la que está siempre en pie de guerra, y que se ha concretado y ha nacido la asamblea del Hospital Tránsito. Eso es muy importante como herramienta de lucha, de presión, de organización. Más allá de la caída de la intensidad del conflicto, que principalmente es debido a que los viejos reclamos no han sido atendidos casi ninguno. Porque sobre la recomposición salarial, ni siquiera se ha concretado una mesa de discusión con la Multisectorial, la cuestión de la precarización laboral que tenemos, tan terrible en la provincia, con los compañeros contratados y monotributistas, no ha cambiado para nada, es más, se ha agravado. Diferentes reclamos no han llegado a un buen puerto, no han tenido una respuesta satisfactoria. La discusión de hoy fue clara: aunque nos cueste, aunque tengamos miedo, miedo a los descuentos, a los traslados, la situación nos va a llevar a que nos sigamos organizando, no nos queda otra. No hay otro camino que la organización de los compañeros. Por eso mi voluntad de recalcar siempre que la asamblea es el ámbito por excelencia para la discusión y yo creo que la pelea va a continuar y va a resurgir en la salud pública de Córdoba.
P: Muchas gracias Ricardo por esta entrevista.
R: Muchas gracias a ustedes porque nos han estado acompañando todo el tiempo y gracias a todos ustedes muchas veces hemos tenido la mejor visualización de nuestro conflicto, ha sido a través de sus medios de comunicación. Lamentablemente, otros medios no nos están replicando, pero bueno, la pelea va a hacer que nos empiecen a mirar. Es lo que tenemos que hacer, tenemos que hacer que la sociedad nos mire.