COR logo

El 29 de mayo paran y se movilizan los trabajadores de reparto

Miércoles, 27 Mayo 2020 16:57

 

    Los trabajadores de reparto siguen dando pasos firmes en el sentido de la organización y de la lucha. Este 29 de mayo realizarán un nuevo paro nacional con jornada de movilizaciones en varias ciudades del país. Vuelven a ratificar los reclamos por el aumento de un 100% de la tarifa por pedidos (que conforma hoy el salario), por elementos de seguridad e higiene, por justicia por Emma, Franco y por todos los repartidores fallecidos, por ART a cargo de las empresas y por el fin de los despidos y suspensiones (rehabilitación de las cuentas suspendidas).

    Este proceso de organización en Pedidos Ya, Glovo, Rappi, Uber Eats y otras aplicaciones, viene creciendo día a día. No se detuvo a pesar de la cuarentena, la militarización de los barrios y calles, de la represión. En Córdoba, la policía local reprimió una de las anteriores movilizaciones de los repartidores el 7 de mayo. A pesar de ello, las caravanas y protestas son cada vez más numerosas en Buenos Aires, Córdoba y La Plata y otras ciudades. También, se están coordinando acciones con trabajadores de reparto de otros países (Brasil, Chile, Ecuador, Perú, España).

    Los trabajadores de reparto están abriéndose camino con sus demandas de mejores salarios y condiciones de trabajo. Repudian el asesinato laboral de estas empresas, que con su política de aumento de los ritmos y la reducción de la paga, se están llevando la vida de cada vez más compañeros que mueren atropellados trabajando. Internamente ya debaten la necesidad de reclamar un salario básico inicial y un contrato único, que sustituya a la actual forma de monotributo, que usan y abusan estas empresas. Las conducciones de sindicatos como ASIMM (mensajeros) y APPS (sindicato de aplicaciones), relacionadas con el rubro, han sido puestas en evidencia porque jamás se han puesto al servicio de estas peleas.

Hecha la ley, hecha la trampa.

    Según hicieron trascender algunos diarios, el poder ejecutivo estaría armando un proyecto de ley para enviar al Congreso y legislar sobre la forma de contratación de estas aplicaciones. El “trascendido” no es menos oportuno. Este intento bonapartista del gobierno tendría un claro objetivo. No solo el de “regular” y recaudar. También y, sobre todo, el de limitar la organización de los repartidores y sus demandas. Según Ámbito Financiero, el proyecto busca establecer un régimen especial, que estaría incluso por debajo de la ley de contrato de trabajo.

    En los pasillos ministeriales, lejos de la lucha contra estas empresas, se apostan las conducciones burocráticas de APPS y ASIMM. No es de extrañar que quieran estampar la firma a espaldas de los repartidores con tal de quedar como representantes “legales” al amparo del gobierno.

    Del Congreso Nacional, del gobierno, de legisladores como los del PJ y Cambiemos, que votan contra el pueblo el pago de la deuda externa, o el arrebato de las jubilaciones a los jubilados, nada bueno podemos esperar los trabajadores. Tampoco se trata de proponer “otro proyecto de ley”. Mucho menos apostar a que el Ministerio de Trabajo "juegue" para el lado de los trabajadores. Las condiciones de trabajo deben ser discutidas por los mismos trabajadores. Detrás de estas maniobras, buscan que los trabajadores del reparto dejen de confiar en sus propias fuerzas y en la lucha, y la depositen afuera, en el gobierno, en las instituciones. 

Fortalecer la organización sindical con independencia del estado.

    Claramente la tarea de fortalecer y poner en pie la organización sindical de los trabajadores del reparto con independencia del Estado, es de primer orden e impostergable. Va de la mano de luchar por el reconocimiento de los verdaderos representantes votados por los repartidores, para discutir y defender sus demandas frente a estas empresas. Las patronales estarán, por el contrario, más dispuestas a negociar con el gobierno “cambiar algo para que nada cambie” mientras no tengan que reconocer la voluntad organizada de los trabajadores.

    Abriendo los ojos ante todos estos movimientos políticos, los trabajadores de reparto necesitan avanzar firmemente en el camino la organización sindical con independencia del Estado, superando el estadio inicial de movimiento, al que algunos llaman “red”. Los medios para alcanzarlo deben ser debatidos conscientemente. Este debate, junto al programa de reivindicaciones y las medidas de lucha, deben ser resueltas por los mismos trabajadores. La última asamblea nacional ha votado impulsar la “realización de asambleas por zona y ciudad para elegir delegados con mandato”. Puede ser éste un gran impulso para avanzar en este camino.

    La lucha de los repartidores de las aplicaciones no está sola. Se desarrolla en medio de una serie de luchas obreras (Penta, mineros de Andacollo, textiles como Sedamil, Fadeté, trabajadores de la salud, etc.), que, aunque aún aisladas por la tregua de las burocracias sindicales de la CGT y CTA con el gobierno y las patronales, demuestran la potencialidad y voluntad pelea de nuestra clase en la situación. El 29 de mayo, día del Cordobazo, los trabajadores salen nuevamente a las calles. Todo el apoyo a los trabajadores de reparto, al paro y movilizaciones, a sus demandas, a su creciente organización.

 

 

 

Artículos Relacionados en PARO NACIONAL REPARTIDORES CGT Sindicatos Sindicales cuarentena

  • Petroleros: avancemos hacia un paro nacional

    Una situación de tensión generalizada vive la industria en general y la industria petrolera en particular. Mientras se anuncian récords de producción en Vaca Muerta, YPF va hacia un proceso de retracción y desfinanciamiento en áreas de explotación históricas, dejando a una gran masa de asalariados ante la incertidumbre de la continuidad laboral. El Sindicato de Petróleo y Gas privado de Cuyo realizó un paro de 24hs este 20 de marzo, con alto acatamiento por parte de los trabajadores, afectando yacimientos, destilería y distribución, en tanto que la conducción de Camioneros declaró el estado de alerta y movilización por la situación en la rama.

    El plan motosierra del gobierno alcanza duramente al sector, con promesas de mejoras que nunca llegan,  intentando profundizar el  perfil exportador de crudo de la Argentina, que no es más que la reprimarización de la industria, para cumplir con las presiones que impone el FMI a través de la deuda, mientras miles de trabajadores ven peligrar su fuente de trabajo, y la inmensa mayoría de la clase padece aumentos de tarifas indiscriminados, con salarios cada vez más miserables.

    EN RETIRADA

    El 29 de febrero el directorio de YPF autorizó la retirada de la petrolera de 55 campos maduros, esto es que ya pasaron su pico de rendimiento, con el objetivo de relocalizar el grueso de sus inversiones en las zonas más productivas del Shale en Vaca Muerta, donde los costos operativos se reducen según indican en un 80%. El CEO de la empresa, Horacio Marin pretende la concesión de estas áreas a operadoras locales con “mayor eficiencia operativa”, pero sin dar ninguna garantía en cuanto a plazos y transiciones.

    En este marco se encuadra el reciente conflicto con la provincia de Chubut, en donde Ypf redujo su plan de inversión en unos 400 millones de dólares, desfinanciando zonas históricas del petróleo convencional y dejando librados a su suerte a miles de trabajadores, en una provincia fundamentalmente dedicada a la actividad; o como el caso de Mendoza, donde YPF amenaza con paralizar la actividad de la totalidad de los equipos de torre, cesanteando al personal a través de un mecanismo similar al utilizado en pandemia, el art 223 bis, por el cual los trabajadores quedan en domicilio cobrando solo un porcentaje de su sueldo. No hace falta recordar que este mismo mecanismo, significó una reducción brutal de las plantas de trabajadores, que incluso una vez finalizada la pandemia, en algunas zonas no pudo recuperarse a los mismos niveles prepandemia.

    El día martes 12/03 se reunieron en Buenos Aires representantes del Estado, las cámaras y las organizaciones gremiales para tratar la transición, pero no hubo acuerdo y se pasó a un cuarto intermedio para el martes 19/03. Lo cierto es que la YPF avanza firmemente en su plan de readecuación financiera, luego de años de desinversión y desidia, y está a las claras que muy poco le interesa el destino de miles de trabajadores y sus familias.

    GESTAR LA ORGANIZACIÓN CENTRALIZADA PARA ENFRENTAR EL AJUSTE

    Los trabajadores no debemos caer en la trampa de quienes aprovechan incertidumbre y la confusión para sacar provecho de la situación. No será, como se intentó en Chubut con el gobernador Torres capitalizando una histórica marcha de los sindicatos más importantes de la provincia, licuando todos los reclamos para finalmente terminar en un enfrentamiento testimonial por porcentajes de la coparticipación. Las conducciones sindicales intentan aislar los reclamos por región, estableciendo una diferencia entre zonas más productivas y menos productivas, negociando la forma de preservar la paz social, fraccionando a la clase, para terminar siendo furgón de cola de algún representante de la burguesía local.

    Las direcciones sindicales de petroleros negocian con YPF un esquema de cese de tareas temporal, a porcentaje fijo, no remunerativo, hasta sentarse con las potenciales nuevas operadoras. El resto de los trabajadores afectados, que están bajo convenio de UOCRA o UOM, quedan afuera de la discusión. La ventaja de la fragmentación y precarización laboral, una vez más, le sirve a las patronales para descargar los costos sobre nuestras espaldas, desorganizar y debilitar la capacidad de reacción de los trabajadores. Debemos convocar a un plenario nacional de delegados petroleros para, en concurso con compañeros de la UOM, UOCRA, Camioneros y demás organizaciones hermanas que operan en las áreas de la rama, discutir un plan de acción unificado que incluya un gran paro nacional de todo el sector energético, paralizando no solo la producción, sino las refinerías, las terminales portuarias, y los circuitos de distribución. Como paso inicial para un debate acerca de qué, cómo, dónde y para qué producir, y avanzar en la recuperación de los sindicatos, como herramienta política de los trabajadores. Los sindicatos y las organizaciones obreras tienen que tomar en sus manos el control obrero, como escuela de planificación de la producción para enfrentar el ajuste.

    Trabajadores de la rama Energía - COR

  • Solidaridad con los trabajadores de SanCor

    Fuera las fuerzas de seguridad de Pullaro de la planta

        Desde la Corriente Obrera Revolucionaria (COR) nos solidarizamos y nos ponemos a disposición de los trabajadores y de los delegados sindicales de la planta de SanCor Sunchales, Provincia de Santa Fe, quienes enfrentan por estas horas un claro intento de amedrentamiento por parte del gobierno provincial que apostó a las fuerzas policiales dentro de la planta.
        Repudiamos enérgicamente la militarización de Pullaro, gobernador de la provincia, que a pedido de la patronal lechera impide que los trabajadores ejerzan su derecho a huelga. Mientras tanto, la patronal sigue incumpliendo con el pago de salarios y aportes jubilatorios a sus trabajadores. Militarizan una planta industrial con el fin de impedir la paralización de la producción, método obrero que reivindicamos y defendemos frente a la avanzada patronal.
        SanCor viene de una larga lista de incumplimientos a sus trabajadores y de rescates millonarios por parte del Estado. El último intento fue la fallida puesta en marcha de un fideicomiso.
        Los trabajadores de la industria láctea bajo el sindicato de ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) vienen denunciando públicamente que la patronal  ya tercerizó varias unidades de negocios, que existe un intento de vaciar la empresa y una posible “huida” de los directivos de la planta.
        Claramente las fuerzas de seguridad del estado burgués están para garantizar la propiedad privada de los medios de producción y a punta de pistola quieren imponer nuevas condiciones en la relación capital- trabajo a partir de una reforma laboral que garantice a las empresas mano de obra barata y flexible.
        La solidaridad de clase con los trabajadores lecheros no se puede hacer esperar. Hoy el conjunto de los trabajadores sufrimos los embates de las políticas de ajuste de las patronales, del gobierno nacional y los gobernadores para imponer el plan del FMI y las metas del déficit cero. Pero los trabajadores ya dimos sobradas muestras de combatividad a pesar de las direcciones sindicales, el pasado 24 de enero, con un paro nacional aunque sin continuidad. Enfrentamos el protocolo de Bullrich en todo el país. Es momento de preparar las condiciones para derrotar el plan de Milei y el FMI. Es primordial confiar en nuestras propias fuerzas para esto. Tenemos que reorganizarnos en las estructuras laborales, en las fábricas, en las escuelas y en las universidades para golpear a los capitalistas en la producción y desorganizarle el aparato estatal.

    • Por un congreso de delegados con mandato de base, de trabajadores ocupados y  desocupados independientes, que discuta un programa de salida a la crisis.
    • Por un plan de lucha y un paro general para derrotar el plan de Milei, los gobernadores y el FMI.
    • Basta de represión, desprocesamiento inmediato de todos los luchadores.
    • Fuera las fuerzas represivas de SanCor.
    • Por el derecho a huelga. Abajo el protocolo antipiquetes.
  • Paro Educativo Nacional contra la motosierra en la Universidad

        El gobierno de Milei y sus aliados macristas van por todo en su plan de torcer a favor de las patronales la relación capital-trabajo e imponer los dictados del FMI y el imperialismo. Su viaje a Israel muestra el alineamiento total a EEUU y su enclave de ocupación y exterminio del pueblo palestino. En la línea de alcanzar el déficit cero para juntar dolares para pagar la deuda externa y activar los negocios del capital financiero más concentrado, detona la audiencia por el salario mínimo y la paritaria nacional docente, mientras anuncia un recorte vía licuadora inflacionaria al presupuesto en educación (y al presupuesto en general).
        En sintonía con lo anterior, el viernes 16 de febrero los funcionarios nacionales se reunieron con el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y las federaciones de los trabajadores universitarios (cinco docentes y una no docente) para ofrecer un aumento del 6% para el mes de febrero, que se sumaría al 10% ya acordado en el miserable arreglo que las conducciones burocráticas firmaron con el gobierno anterior. Recordemos que aquel acuerdo en cómodas cuotas no contempló ninguna adecuación para el mes de enero, por lo que sólo ese mes los trabajadores de las UUNN perdimos más de un quinto de nuestro salario. En total, la perdida arroja para los últimos 3 meses un 50% según las propias federaciones. Además, hay que sumar (restar en realidad) el descuento del FONID para los docentes de los colegios preuniversitarios, que también se ven afectados por ese recorte al igual que el resto de la docencia de los colegios y escuelas de todo el país. La “oferta” además indicaba trasladar la negociación de la paritaria fuera del ámbito de educación, algo que desconoce las disposiciones de los Convenios Colectivos del sector. Las seis federaciones rechazaron, sin una nueva audiencia a la vista y con el inminente cierre de las liquidaciones. Debemos decir que la caída del salario real de los trabajadores de la UUNN es algo sostenido en el tiempo por lo menos desde hace 15 años, lo novedoso es lo abrupto de la destrucción salarial a la que nos somete el gobierno liberal.
        El recorte presupuestario va más allá de lo salarial. El reconducido del presupuesto 2023 implica una baja real de más del 50% del mismo vía inflación, lo que pone en jaque el funcionamiento de las unidades académicas. Las autoridades universitarias, con la genuflexión que las caracteriza, serán las encargadas de administrar el ajuste: ya se rumorean restricciones horarias, restricciones al uso de equipos de refrigeración y calefacción, corte de programas de becas y asistencia como los comedores universitarios, etc., etc. La gratuidad ya es hace años una ilusión con el cobro de cursos y posgrados, no se descarta la avanzada en la línea del autofinanciamiento; debemos recordar que la Ley de Educación Superior (LES) del menemismo sigue vigente y nunca fue derogada por los gobiernos Nac&Pop. Debemos enfrentar estos recortes porque implicarían el deterioro aún mayor de las condiciones de las instalaciones y equipos, con todo lo que esto implica para nuestras condiciones de higiene y seguridad laboral y para la salud de los estudiantes. Enfrentemos el “autofinanciamiento”, es decir, el avance de la privatización de la ya elitizada educación universitaria, peleando porque abran las escuelas y universidades a la clase obrera.

    Recuperemos nuestras organizaciones

        Las federaciones universitarias quieren mostrar la ahora tan de moda “unidad”, impulsando el Frente de Sindicatos de Universidades Nacionales, pero esa unidad no pasa de declaraciones impotentes ante el avance bestial de Milei. La verdadera unidad de clase tiene que apuntar a un plan de lucha, con el paro general de todas las universidades y la ocupación de las facultades y edificios. Impulsemos asambleas por facultad, asambleas interclaustros y plenarios de delegados de base con mandato en cada universidad del país para discutir un pliego único de reivindicaciones juntos a los estudiantes e investigadores de CONICET y un plan de lucha para sacar a la burocracia sindical de la comodidad de sus sillones e imponer nuestras condiciones al gobierno nacional y a las autoridades cómplices del ajuste. Por salarios que superen la canasta básica indexados mensualmente a la inflación, pase a planta de todos los precarizados, condiciones seguras de trabajo y contra las intentonas por avanzar en el teletrabajo como forma de flexibilización laboral y desorganización de nuestra clase.
        Proponemos a las corrientes combativas y de la izquierda, impulsar oposiciones revolucionarias para enfrenar a las burocracias de las federaciones y los sindicatos de base. La tentación de la unidad “antimilei” con los que nos vienen entregando desde hace años a los diferentes gobiernos de turno no puede llevarnos más que a la derrota. Organicemos un plenario nacional de la oposición docente y no docente para prepararnos para la lucha por venir. De lo contrario, la confusión reinante puede hacer que las energías de la bronca contra el ajuste del gobierno nacional se dispersen y termine imponiéndose el plan de nuestros enemigos, a esto apuestan Milei y sus cómplices.
        La lucha universitaria deberá ser parte de una pelea más general, en primer lugar con todos los trabajadores de la educación de los otros niveles, que están en pie de guerra por la anulación de la paritaria nacional y el recorte del Fonid. ¡Vamos al paro educativo nacional!
        Se impone asimismo la unidad con el conjunto de los estatales y trabajadores de la industria, los servicios y las organizaciones sociales independientes del Estado para organizar el paro general contra el DNU, los protocolos represivos y todo el plan fondomonetarista de Milei, Macri, los gobernadores y el resto de la casta burguesa arrodillada al capital financiero internacional.

    Docentes y nodocentes universitarios de la COR

  • Entre la casta y la lucha de clases

    Después de la demostración de fuerza en las calles del paro del 24, con movilizaciones importantes en gran parte del país y una gran concentración frente al Congreso nacional, el gobierno ha tenido que retroceder en su “todo o nada” porque el fantasma de nada sigue sobrevolando sobre su gobierno. Esta jornada mostró que hay predisposición de lucha para enfrentar el plan de Milei, sus aliados y el FMI, a pesar de la burocracia sindical, que sólo quiere aprovechar este descontento para negociar. Incluso, en las principales ciudades de Latinoamérica y el mundo hubo actos y movilizaciones en solidaridad con los trabajadores argentinos.

    Las negociaciones en el Congreso y fuera de él demuestran el carácter reaccionario de un régimen que negocia nuestro destino en ministerios, cuartos de hoteles o casas particulares. Lo que sí es evidente es que la casta política, con los gobernadores a la cabeza, le ha dado la bienvenida a la casta de Milei y lo ha disciplinado al punto de que debería cambiar su slogan por ¡viva la transa carajo! No hay nada bueno para nuestra clase en esas leyes y el DNU. Si se votan los poderes especiales, el presidente queda liberado para retomar las reformas que no se voten en la ley ómnibus.

    Pero, como buen pequeñoburgués asustado, Milei retrocede en los pedidos de los grandes empresarios, los capitales del campo y sus representantes políticos, en este caso los gobernadores, sabiendo que en la línea de ajuste, sumisión al FMI y ataque a los trabajadores hay completo acuerdo. Intenta, con este retroceso, recomponer cierta unidad burguesa para sostener su débil gobierno.

    El paro del 24 no fue tan contundente en las grandes fábricas del país, producto de que la burocracia lo boicoteó abiertamente y sólo garantizó su poder de movilización como medida de presión. Es verdad que en algunas fábricas importantes donde se concentra el movimiento obrero industrial el debate sobre el DNU y la ley ómnibus no está instalado y algunos compañeros consideran que a ellos no los afecta, aunque sí los afecta la cuestión salarial y el proceso inflacionario. La burocracia no une los dos reclamos, sino que centra su pelea contra Milei y sus leyes, tratando de ser contención de procesos más radicalizados y, en el plano político, un sostén para reorganizar el PJ, golpeado después de la derrota electoral Massa. Con respecto a los salarios, en vez de poner el paro en función de estos reclamos, mientras se desarrollaban la movilización del 24, varios gremios negociaban paritarias a la baja, como el STIA (alimentación) y Comercio. Quizás el más escandaloso fue el caso de ATE, enrolado en la CTA, que negoció a la baja en medio de una ola de despidos en su sector.

    Este proceso de lucha de clases abierto con la llegada de Milei al gobierno plantea la cuestión de con qué dirección lo enfrentamos: si es con la CGT, los legisladores del PJ y los restos de los K; o desarrollando y preparando las condiciones para formar un partido revolucionario, con un programa transicional que destruya las ideas heredadas del pasado que están en nuestra clase y abran el camino a una revolución obrera y socialista, y a un gobierno obrero. Una de las tareas centrales es formar una dirección revolucionaria en los sindicatos que rompa con toda idea parlamentarista, estatista y de conciliación de clases, que enfrente a este semi Estado burgués, que prepare las condiciones para formar un partido revolucionario.

    Retomar las tareas de los revolucionarios en momentos álgidos de la lucha de clases es de primer orden, debemos hablar en el idioma de la revolución, para dialogar con los sectores de trabajadores, que han salido a la lucha y que aun confían en sus direcciones sindicales o políticas.

    En las movilizaciones del 24 se expresó en la calle una burocracia sindical más aliada a los sectores de la burguesía no monopolista, que se ven perjudicados por un gobierno que apuesta más a los grandes capitales que a recrear una burguesía nacional, como pretendían los K y aliados; un sector de movimientos piqueteros, algunos que están perdiendo la tutela del Estado y otros independientes nucleados en la Unidad Piquetera; trabajadores estatales nucleados en las dos CTA, cuyas direcciones están en una crisis histórica ante el retroceso de su utópico proyecto de conciliación de clase con una supuesta burguesía progre; jubilados en gran número; trabajadores no sindicalizados que la burocracia ha dejado a la deriva, que son los trabajadores cuentapropistas y de las apps para nombrar algunos. También vimos la reaparición de las asambleas barriales, donde se expresa un sector de la pequeña burguesía pauperizada por los distintos gobiernos y que retoma una idea de democracia asamblearia, ante la crisis terminal de la democracia pequeñoburguesa de las semi colonias, así como a sectores como los de la cultura, que fueron atacados por el DNU de Milei y que están un proceso de reorganización y balance de su actividad y la relación con las instituciones del Estado. La izquierda trotskista se expresó con una columna independiente, donde confluyeron los sectores que influenciamos, donde se destaca el SUTNA como sindicato recuperado.

    Hacemos esta descripción esquemática y parcial para mostrar la confluencia que se dio en las calles y la confusión de objetivos de los sectores en lucha. También para remarcar la ausencia de los batallones del movimiento obrero industrial como caudillos del proceso y la necesidad de que entren en escena los trabajadores de las grandes fábricas y enfrenten a sus patronales que son las que están detrás del plan de Milei y el FMI.

    Debemos seguir luchando en las calles hasta que caigan las leyes de este gobierno y sus protocolos y, a la vez, debemos llevar a las estructuras de trabajo, las fábricas, la educación, la cultura, a los movimientos piqueteros y las asambleas barriales, lo que se expresa en las calles para darle una organicidad que nos permita votar delegados, echar a los delegados burocratizados, sindicalizarnos en los sindicatos que pertenezcan a nuestras ramas y otras tareas. Expresar el descontento en organización y programa permitirá que el proceso inconsciente que se desarrolla en las calles se vuelva consciente y recupere los sindicatos y amplie sus funciones en la necesidad de llamar a un congreso de delegados de base con mandato de ocupados y desocupados que vote un plan de lucha, que se niega a impulsar la burocracia, y un programa obrero de salida a la crisis.

     

     

     

     

  • Por un paro nacional activo el 24 de enero

    Mientras la casta negocia, los trabajadores luchamos

    Por un paro nacional activo el 24/1. Por un plan de lucha para derrotar el DNU, la ley ómnibus, el protocolo de Bullrich y el plan de ajuste del FMI.

    Este 24 de enero debemos tomar en nuestras manos la medida convocada por la CGT y las CTAs para rechazar el plan de Milei y sus aliados. Si bien sabemos que este llamado de la burocracia sólo se limita a presionar al gobierno para después negociar, debemos tomar esta medida como un punto de partida para desarrollar la deliberación y organización en los lugares de trabajo. Tenemos que apropiarnos de nuestros métodos obreros, que la burocracia sindical intenta utilizar para negociar intereses ajenos a los de nuestra clase, por eso no le da continuidad a la lucha.

    Este paro general es producto de una situación de profunda crisis en Argentina, como parte de las tendencias que se desarrollan en el continente. Y se da en un escenario internacional atravesado por un proceso de descomposición del imperialismo, con una enorme crisis económica y enfrentamientos bélicos como los que se están dando entre Rusia y Ucrania, el enclave de Israel y la resistencia palestina. El imperialismo senil intenta consolidar un nuevo pacto entre capital y trabajo, lo que significa un ataque en toda la línea a la clase obrera. Tanto al interior de los países imperialistas, como en las semicolonias, las consecuencias ya se están sufriendo, la clase obrera mundial debe dar una respuesta independiente de las burguesías y sus agentes y plantear una salida revolucionaria.

    Para derrotar este ataque debemos no sólo ganar las calles, sino volcar todas nuestras fuerzas en la tarea de desorganizar al régimen burgués desde su base, que es la producción. Por eso es importante que el paro se haga realmente efectivo en las fábricas; esto abre la posibilidad de que intervenga el movimiento obrero industrial de forma consciente. También es fundamental extender la paralización de los servicios, así como la ocupación de los edificios públicos por la reincorporación de los despedidos en distintos organismos públicos y la lucha contra el vaciamiento de otros, para desorganizar el aparato del Estado.

    La resistencia a las medidas de Milei ha llevado a la reaparición de asambleas populares en distintos barrios y localidades. Nuevamente, se ha generado un gran proceso deliberativo ante el acelerado avance de la crisis. Esa organización territorial de un sector de trabajadores tiene que confluir necesariamente con las organizaciones obreras para dar una salida superadora.

    Debemos echar a la burocracia y recuperar los sindicatos para que vuelvan a tener centralidad como organizaciones de nuestra clase. Los sectores combativos y de izquierda que están a favor de la independencia de clase tenemos una gran tarea en esta situación. Este 24/1, marchamos en la columna independiente por:

    - Salario inicial acorde al costo de vida y aumentos según inflación. Pase a planta de los contratados. Basta de despidos y reincorporación inmediata de los afectados. No al protocolo de Bullrich. Abajo del DNU y la Ley Ómnibus. Contra el ataque patronal y del FMI.

    - Convocar a un Plenario nacional de delegados, agrupaciones y activistas opositores a las conducciones, de estatales y privados y representantes de los movimientos sociales, que funcione con mandato de asamblea y con despachos por mayoría y minoría para votar un plan de lucha y dar una salida obrera a la crisis.

    Estas medidas de lucha planteadas por la oposición deben abrir una perspectiva que desarrolle una vanguardia obrera que establezca los prerrequisitos para la formación de un partido revolucionario que levante el programa de la IV Internacional.

Please publish modules in offcanvas position.