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¡A tirar el protocolo y el DNU con los métodos de la clase obrera!

Jueves, 21 Diciembre 2023 20:27

Ayer realizamos una marcha en conmemoración del 20 de diciembre y contra la continuidad del ajuste de Milei. Logramos derrotar al protocolo de Bullrich que impedía marchar por las calles, llegando a la Plaza de Mayo. Esta acción de los sectores de izquierda y los movimientos piqueteros permitió romper el miedo que estaban metiendo desde el gobierno a manifestarse. Después de que Milei leyó el DNU por cadena nacional se produjeron cacerolazos y una masiva concentración en el Congreso.  El nivel de crisis que estamos viviendo acelera todo proceso de concientización y politización en grandes sectores de masas, tengamos en cuenta que han pasado diez días desde la asunción de Milei.

Tenemos que ser conscientes de que no se derrota a un gobierno sólo con manifestaciones en las calles, sino que debemos organizarnos. Hay que sacar lecciones del 2001 y el 2017, para que los intentos de institucionalizar los procesos de lucha de clases no triunfen. La cooptación de los movimientos sociales y de derechos humanos post 2001 por el gobierno de Kirchner y el “Hay 2019” después de la lucha en el congreso en contra de la reforma previsional macrista, son ejemplo de los desvíos de la lucha en función de proteger al régimen político y al semi Estado burgués.

Después del DNU y los cacerolazos, y de haber estado ausentes en la marcha del 20, el PJ y la CGT comienzan a despertarse y llaman a judicializar el decreto, llevar todo al Congreso o incluso un llamado a paro de carácter incierto, no por mejorar las condiciones de los trabajadores, sino más bien por el ataque del DNU a las cajas de la burocracia sindical en los sindicatos.

El hecho de que plantee la limitación del derecho a huelga y asamblea en lugares de trabajo demuestra que el verdadero objetivo es disciplinar a la clase obrera. Enfrentar el DNU significa organizarse en los lugares de trabajo, votar delegados o echar a los de la burocracia, recuperar nuestras organizaciones sindicales y atacar al régimen burgués en la producción, donde está su base de dominación. Ninguna ley ni DNU van impedir que confiemos en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos. Quieren reglamentar el derecho a huelga, más huelgas prepararemos; quieren precarizar el trabajo, más nos organizaremos para impedirlo.

Nos enfrentamos a los representantes políticos de una fracción del capital que consideran que el Estado debe ser sólo un ente de control entre las partes y que debe haber libertad para comerciar. Intentan hacernos creer que se negocia entre iguales, pero, mientras nosotros sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo para vender, ellos tienen la propiedad privada de los medios de producción, el capital, al Estado, sus instituciones y, en nuestro caso, como somos una semi colonia, tienen de su lado al imperialismo para acentuar aún más su dominio. Intentan borrar todo atisbo de organización, para que las relaciones sociales de producción sean de carácter individual. El DNU es un decreto hecho para el gran capital nacional e internacional, para permitir el saqueo de los recursos y la superexplotación. La otra fracción pequeñoburguesa que nos gobernó hasta hace poco considera al Estado como un regulador y aplica el estatismo, que es una idea de economía dirigida orientada a preservar la propiedad privada en detrimento de las fuerzas productivas. El estatismo intenta mantener capas sociales parasitarias, por eso es profundamente reaccionario.

Tenemos diferencias irreconciliables con estos sectores de clase, nosotros luchamos por la destrucción del Estado burgués, por una revolución obrera y socialista, por la dictadura del proletariado, por la organización del trabajo sobre nuevas bases sociales. No tenemos puntos en común, no peleamos por una idea de democracia en abstracto, somos conscientes de que la democracia que defienden ellos es la democracia burguesa, de una clase reaccionaria que sostiene al sistema capitalista.

Luchamos por el poder, en la necesidad de construir un partido revolucionario, en medio de un escenario mundial de crisis y guerras como las que están sucediendo en Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel a Palestina.

Abramos el debate en nuestra clase para organizarnos y elaborar un programa transicional que dé respuestas revolucionarias a la crisis.

Por un congreso de delegados de base con mandato.

Por un paro general.

Abajo el protocolo anti piquete y el DNU.

Fuera el FMI.

Ningún ajuste.

 

 

   

 

 

 

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  • Más que un paro de transporte

    El 30 de octubre, el paro de transporte fue contundente, mostrando la fuerza de la clase obrera cuando lucha con sus métodos, a pesar de las direcciones burocráticas que lo impulsaron sin darle continuidad en un plan de lucha. El paro de ATE nacional, que se sumó a la medida, tuvo un acatamiento dispar, pero la marcha del día 29 fue bastante numerosa, mostrando que fuerzas hay.  Quizás lo mas importante de este paro es que otros sectores en lucha lo tomaron como propio y lo organizaron desde las bases, a diferencia de los sindicatos del transporte, en los que no hubo ninguna instancia de deliberación. Así fue como desde las asambleas de la oposición docente de los SUTEBAs le impusieron a la conducción parar ese día -y el paro fue muy fuerte-, las asambleas en las tomas de facultades obligaron a las federaciones docentes y nodocentes a llamar a parar y realizar cortes de calle. En Córdoba se sumó la visita de Milei a la provincia, por lo que fue recibido con paros y movilizaciones; una provincia cruzada por la importante lucha contra los despidos en Petroquímica Río Tercero, un sector industrial golpeado por la recesión. Y para sorpresa del gobierno y los altoparlantes derechosos, hubo una adhesión pasiva de los trabajadores informales que no fueron a trabajar, ya sea por tener acuerdo con la medida o por la falta de dinero para llegar al trabajo por otros medios.

    En este paro se expresó que un sector importante de los trabajadores de servicios, estatales, de la educación y la salud, además de los informales, están pasando a la oposición al gobierno y permiten dar más aire a los sectores que vienen enfrentando a Milei desde el primer día. Por eso el operativo contención de la burocracia sindical, tanto de la que posa de combativa, como los Moyano y sus aliados, como de los que sostienen la gobernabilidad como la UTA, la Unión Ferroviaria y la otra parte de la CGT.

    Otro elemento importante que podemos analizar es que a partir de la organización desde las bases y con la dirección de parte de la izquierda, se reivindicaron los métodos de la clase como la huelga, las tomas y los cortes de calle -para intentar hacer activo el paro- y no las vías parlamentarias o de calendarios electorales. Este activismo que está surgiendo y se está fogueando en medio de un ajuste feroz y represivo tiene la tarea de preparar las condiciones para ayudar a que irrumpa en la escena nacional el movimiento obrero industrial. En varias fábricas la lucha estudiantil ha generado simpatía. Tenemos que luchar para realizar asambleas de fábrica contra los despidos y contra la degradación de las condiciones laborales y del salario. Para esto hay que arrebatarle la dirección a la burocracia sindical y unir las reivindicaciones del conjunto de la clase.

    Se está empezando a generalizar una deliberación en los lugares de trabajo sobre cómo enfrentar al gobierno de Milei, porque así no se puede seguir más. Es tarea de los revolucionarios plantear un programa obrero de salida a la crisis y los métodos que se desprenden de dichas tareas. Tenemos que impulsar e imponer un paro general activo para tirar abajo a este gobierno y sus cómplices.

    Hay que forjar una oposición sindical revolucionaria en los sindicatos que sea el embrión de la construcción de un partido revolucionario como sección de la IV internacional reconstruida.

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    Por un congreso de delegados de base con mandato

    Por un gobierno obrero

     

     

  • El paro del 30 y la continuidad de la lucha

    Mientras el gobierno de Milei intenta acelerar con el ajuste y sus reestructuraciones, el conjunto de los partidos patronales le garantizan gobernabilidad y la burocracia sindical de las CGT y las CTAs le ofrece la contención, ya sea en clave dialoguista o posando de luchadora.

    En este marco se inscribe el paro de transporte del 30/10 convocado por un sector de la CGT que debe utilizar los métodos de la clase obrera para intentar contener la bronca de los sectores de la rama, pero sin dar continuidad a la lucha ni una movilización que exprese una oposición en las calles. Lo novedoso de este “mini paro general”, como lo llaman los periodistas, es que fue tomado por los sectores en lucha como catalizador para dar una respuesta política al gobierno de Milei. En las asambleas de base de estos sectores se generó un debate en torno a convertir el paro de transporte en la expresión desde las bases de la organización de una oposición a Milei. En varias, se votó impulsar el paro con tomas, cortes de calle y otras medidas, como se expresó en la lucha universitaria, de estatales, las oposiciones docentes.

    La burocracia de la UTA no quiso plegarse al paro y llama a un paro del gremio para el 31/10, consciente de que, de haberse plegado el 30, la contundencia de la medida hubiera sido un golpe muy fuerte para el gobierno.

    La resistencia que se ha fortalecido en las calles y en los lugares de trabajo sumada a la irrupción de un sector del movimiento estudiantil se tiene que organizar para romper la contención de las burocracias sindicales, que actúan como agentes de la burguesía en nuestras filas, y para enfrentar el desvío del régimen burgués de llevar todo a las instituciones, como el parlamento o el calendario electoral.

    Hacer activo este paro, con cortes de calle, tomas de universidades y lugares de trabajo, es preparar las condiciones para la formación de oposiciones en los sindicatos para barrer a la burocracia sindical, mostrar la fortaleza de un activismo estudiantil unido a docentes y nodocentes combativos para conformar una oposición en la universidad que recupere los centros y las federaciones. Es uno de los objetivos para imponer desde las bases un paro general activo para derrotar a Milei y sus cómplices.

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    La revancha de Caputo

    Ayer se dieron a conocer las primeras medidas económicas del nuevo gobierno de Milei, que podemos resumirlas en una brutal devaluación, recorte de subsidios y suba de impuestos para buscar recaudación y reservas. Es un ataque al conjunto de los trabajadores activos y pasivos para preservar las ganancias de las grandes empresas y del campo. Todo esto, mostrando la intervención del Estado burgués en función de cuidar y administrar los negocios de la burguesía. En dos días se fue al tacho el tan mentado “anarcocapitalismo” para mostrar en definitiva la anarquía del capital y la utilización de Estado como institución que intenta equilibrar los antagonismos irreconciliables de clase.

    Es el ajuste a lo Milei, preparado por el FMI, que, como dijeron algunos economistas del exministro, Massa también hubiera tenido que hacer, pero no tan drástico. Demostrando —por si había que reforzar esta idea— que pertenecen a la misma clase y que los intereses que ellos defienden están en las antípodas de nuestros intereses de clase obrera.

    El peronismo, en sus distintas variantes, ya está largando la famosa frase “desensillar hasta que aclare”. Lo cínico de esta frase es que ya han pasado varios gobiernos y se podría decir que han perdido hasta el caballo, porque vienen sin luchar hace ya bastantes años.

    Tenemos que retomar la lucha y nuestros métodos, sacarles balance a nuestras direcciones sindicales vendidas y a los partidos patronales que representan, como el PJ. Realizar asambleas en nuestras estructuras para votar un plan de lucha para derrotar este plan de ajuste. Por la reapertura de las paritarias para que no pierda nuestro salario, ningún despido ni suspensiones. Por el control obrero de las empresas de transporte y servicios ante la desorganización de la economía para mostrar el poder de la clase obrera. Es necesario formar oposiciones sindicales revolucionarias, con libertad de tendencia para recuperar los sindicatos echando a la burocracia cómplice, y preparar las condiciones para un paro general. Por un congreso de delegados de base con mandato que permita discutir un programa de salida a la crisis.

    La tarea es la organización para superar los procesos donde fuimos protagonistas en las calles, tirando presidentes o dando una lección de lucha como fue el 2001 y el 2017 en contra de la reforma jubilatoria y parando la reforma laboral. Debemos construir un partido revolucionario con lo mejor de la vanguardia que saque las lecciones de los desvíos parlamentarios, estatistas y redistribucionistas de una izquierda como el FITU, que terminó siendo ala izquierda del régimen político.

    A la asunción de Milei vinieron varias representaciones internacionales para mostrarle su apoyo y reforzar a una democracia pequeñoburguesa que cumple 40 años y está en crisis. Nosotros tenemos que lograr que nuestra clase vea sus aliados en los que están combatiendo en la Franja de Gaza, en los trabajadores europeos que se levantan contra su gobierno y apoyan a Palestina; además de luchar por convertir la guerra Rusia-Ucrania en una guerra revolucionaria para derrotar la restauración capitalista y al imperialismo de la OTAN.

    Milei invoca el misticismo de la religión para disciplinar a las masas y que acepten su destino. Nosotros confiamos en nuestras propias fuerzas y eso nos hace conscientes de que luchamos por nuestro propio destino.

    Milei, se ha rodeado de ex menemistas, macristas, peronistas de Schiaretti, de Massa y ex K, además de tener funcionarios que fueron empresarios de Rocca (Techint), Eurnekian y otros. Es la unidad de clase, protegidos por el imperialismo, que deben formar para enfrentar al proletariado. Nosotros debemos desplegar la independencia de clase para soldar una férrea unidad que mande al basurero de la historia a una clase tan reaccionaria.

  • Los docentes no faltan. Faltan docentes.

    El ítem aula triunfó.

    Los docentes no faltan. Faltan docentes.

     

    La campaña electoral está desatada y, otra vez, está la educación en el barro de la disputa. Fracasada la aventura presidencial de Cornejo, vuelve a disputar la gobernación de Mendoza embanderado en el ítem aula como emblema de su gestión, muestra números de la caída del ausentismo docente del 18% en 2016, al 5% actual, a partir de la imposición de este ítem de productividad, que duplica al preexistente adicional por presentismo. A este número agregan que el Estado se habría ahorrado $5460 millones de pesos entre 2016 y 2019 gracias a la reducción de reemplazos. ¿A dónde fue a parar ese supuesto ahorro? Porque la provincia de Mendoza, junto con CABA, está entre los distritos de mayor reducción presupuestaria en Educación.

     

    Cambia Mendoza, y Cambiemos en CABA, hicieron de la presencialidad sin condiciones en pandemia, su caballito de batalla. Se volvió a la presencialidad con la misma carencia de preparación y recursos que hubo para enseñar de manera remota. “El hecho educativo” naufraga en escuelas sobrepobladas, que se caen a pedazos, estallan, o están atestadas de ratas. El gobierno del Frente de Todos pretendió disputar la bandera de la educación, extendiendo la jornada escolar en esas mismas escuelas, y dentro de la política general de ajuste brutal que el acuerdo con el FMI impone. En estas condiciones, la paritaria 2023 defendida por la burocracia de la Celeste Nacional en CTERA, y de sus sindicatos de base, le puso un techo de miseria al salario de referencia. El conflicto está instalado en las provincias donde la crisis de dirección de los trabajadores de la educación ha llevado al desborde de las conducciones y aparatos sindicales en procesos de lucha del activismo y sectores autoconvocados. San Juan, Misiones, La Rioja, Buenos Aires, y más recientemente Salta, desafían el techo salarial, e interpelan a las tendencias antiburocráticas a que asumamos la tarea de unificar las fuerzas dispersas y golpear unificadamente hasta romper la paz social electoral de la burocracia y los gobiernos nacional y provinciales. 

     

    Los docentes no faltan. Faltan docentes.

    En Mendoza, la situación es crítica. Los docentes no faltan, pero sí renuncian, o no se presentan a los llamados para cubrir horas y cargos. Este es el gran logro del gobierno del ítem aula, con la enorme colaboración de la burocracia peronista, la lista Azul Naranja, que conduce el SUTE y que firmó una paritaria de ajuste brutal sobre el salario. Un acuerdo paritario vergonzoso que reconoce el piso miserable nacional de 130.000$ al cargo, pero que baja a 110.000$ si el docente tiene doble cargo. En la Mendoza del ítem aula y la represión a la protesta obrera en las calles, el salario disminuye a mayor carga horaria, o mayor antigüedad. El resultado de este disciplinamiento y colaboración del sindicalismo peronista con el gobierno radical, es un reflujo provisorio de la disposición a luchar que mostró el sector en 2022, y la primacía de la salida individual frente al hundimiento del salario en educación.

     

    Desde la oposición antiburocrática hemos impulsado la organización de las escuelas que defendimos en los plenarios el rechazo al acuerdo salarial de ajuste, organizando concentraciones en el sindicato e instancias de formación sindical en el gran Mendoza y en el Sur provincial. Desde la Lista Roja, junto a Tribuna Docente, COPLE, SITEA, vitivinícolas autoconvocados, la delegación Mendoza de Actores y otros sectores, estamos convocando a una Asamblea de Trabajadores, estatales y privados, ocupados y desocupados. Estamos convencidos que los trabajadores tenemos que poner en pie nuestras propias instancias de debate y decisión sobre cómo enfrentar la crisis. Mientras las coaliciones burguesas y sus acólitos en los sindicatos, pero también los frentes electorales de izquierda, pretenden que vayamos sumisos a votar quiénes serán los próximos gestores del ajuste, hay trabajadores que discutimos cómo intervenimos con nuestros métodos: asambleas, planes de lucha, paro general.

     

    Necesitamos construir una posición de fuerza, para obligar al gobierno nacional y provincial a recomponer salarios, para tirar abajo los instrumentos de disciplinamiento como el ítem aula y las leyes contra la protesta social. Los tiempos de la campaña electoral no son los nuestros. Instalar en cada lugar de trabajo la convocatoria a la asamblea de trabajadores del 24/6, organizando asambleas y elaborando mandatos, serán una primera instancia para reagrupar a los sectores que estén dispuestos a preparar las condiciones para derrotar al gobierno del ítem aula en Mendoza, y al gestor del FMI en la nación.

  • UNC: Una caja de resonancia de la crisis

    Este 2023 comienza con una gran muestra de cómo el gobierno de Alberto, Cristina y Massa profundiza su sumisión al imperialismo yanqui. En la cumbre de CELAC del 24/01 lo que se dejó ver fue el nivel de descomposición de los semi-estados que sólo pueden recostarse en el imperialismo y apoyar sus políticas guerreristas y económicas para tener algo de sobrevida. La jefa del Comando Sur, Laura Richardson, lo dijo sin eufemismos: el interés yanqui en la región son los recursos estratégicos como el litio, las tierras raras en general, el oro, el petróleo, el gas y los acuíferos, por eso cuando Lula y Alberto hablan de “unidad” lo que están buscando es como viabilizan negocios para un puñado de monopolios asociados a los yanquis y a la UE.

    En Argentina este será un año electoral en medio de una crisis global signada por la desaceleración económica, profundizada por la intervención reaccionaria de los Estados frente a la pandemia y los efectos que hace más de un año viene produciendo la Guerra de Rusia con Ucrania. Los altos niveles de inflación que sufren ya no sólo los países semicoloniales, sino las principales economías, son muestras de que lo que se ve en el horizonte es un camino sin vuelta hacia la recesión. Las disputas por candidatos y las internas furibundas que recorren tanto al Frente de todos, como a Cambiemos o al Pj no-Kirchnerista de Schiaretti-Urtubey, buscan medir quien tiene la capacidad para disciplinar a los trabajadores y ser los garantes del acuerdo con el FMI. Este último reclama que quien esté al frente del semi-estado argentino sea capaz de modificar la relación capital-trabajo en favor del primero. La mayor flexibilización laboral, la modificación en la semana laboral, la devaluación continua del salario real, los despidos y suspensiones, las reformas educativas y en las jubilaciones, son solo algunas muestras de que la coalición gobernante viene haciendo los deberes, con la ayuda inestimable de las burocracias sindicales que han dejado correr el ajuste.

    Por eso para los trabajadores lo que está en disputa no son discursos más democráticos vs discursos más “fachos”, o como mejorar las descompuestas instituciones de esta democracia para ricos, se trata de una pelea sin cuartel por evitar que sigan degradando nuestras condiciones de vida y preparar los prerrequisitos que permitan a la clase obrera erigirse como dirección. Desde la COR creemos que es urgente la pelea por recuperar los sindicatos de manos de las burocracias, poniendo en jaque a las patronales en el único lugar que les duele, la producción. Los conflictos que viene recorriendo el mundo, como las huelgas en Francia en contra del aumento de la edad jubilatoria, las huelgas de ferrocarriles en Inglaterra, los procesos de sindicalización en EEUU, los procesos semi-insurreccionales de Perú, o en nuestro país, el conflicto del Neumático con un sindicato recuperado a la cabeza o el conflicto de salud que aún sigue abierto, solo por mencionar los más recientes, son una muestra de que el proletariado no está dispuesto a entregar nada sin dar pelea.

    Metamos la lucha de clases al aparato educativo

    En la UNC la crisis se cuela por todos lados. El ajuste presupuestario exigido por el FMI fue aplicado en el presupuesto 2023, que vía inflación recorta más del 10% los fondos a las universidades nacionales.  Las reaccionarias autoridades universitarias administran la miseria. El rector Jhon Boretto sigue los pasos de su antecesor Juri: mientras mantiene la precarización laboral, los salarios de miseria, el comedor reducido a migajas, el recorte en los planes de estudios y edificios cayéndose a pedazos, anuncia con  bombos y platillos las inversiones provenientes de diversos “fondos propios” que tiene la UNC (léase la plata que ingresa por postgrados, los acuerdos con empresas privadas, etc) para su proyecto de “Campus Norte” en Juárez Celman de “innovación educativa y tecnológica”, un ejemplo entre muchos de cómo la universidad busca adecuarse a los planes que dicta el BM y el FMI para la educación, formando a la mano de obra barata y flexible que exigen las empresas.

    Es esta dirección reaccionaria de la educación la que tenemos que derrotar, por eso desde la COR sostenemos que las consignas de “defensa de la educación pública” no solo confunden a los sectores combativos dispuestos a dar pelea, sino que esconden algo esencial, que la educación tiene un carácter de clases: burgués, y el régimen que la sostiene defiende los intereses de esa clase. Además, la educación no es pública porque la inmensa mayoría de trabajadores se queda fuera de la universidad. Es por esto que para meter la lucha de clases al aparato educativo debemos poner en cuestionamiento su dirección, peleando por un gobierno tripartito de los sindicatos docentes, no-docentes y las organizaciones estudiantiles para poner la universidad al servicio de la lucha de la clase obrera.

    Pelear por esta perspectiva implica recuperar nuestras organizaciones de manos de las burocracias sindicales y las conducciones de nuestros centros de estudiantes y la FUC que son las garantes para que se apliquen los planes del régimen universitario. Comencemos desde ahora desarrollando asambleas en cada curso de nivelación, discutiendo los problemas que tenemos, eligiendo delegados/as para comenzar a organizarnos.

    Los docentes y no docentes también sufren las consecuencias del ajuste presupuestario, debemos preparar junto a ellos un plenario de delegados docentes, no docentes, investigadores y estudiantes para deliberar sobre todos los problemas de la universidad y que nos permita definir un pliego único de reivindicaciones, donde se incluya la reapertura inmediata de las paritarias docente y no docente, el aumento del presupuesto universitario, el no pago de la deuda externa, el salario inicial igual a la canasta básica, el pase a planta permanente de los precarizados, horas de estudio bancadas por las patronales, el triple turno de cursado, el ingreso irrestricto, un boleto obrero-estudiantil, la reapertura irrestricta del comedor y demás reivindicaciones. Es sobre esta base que prepararemos un plan de lucha con nuestros métodos como el paro, la movilización, la toma de edificios, etc para imponer nuestras demandas.

    ¡Fuera el FMI y los yanquis de América Latina!

    Mientras los gobiernos latinoamericanos se reúnen en la CELAC para arrodillarse al gobierno de Estados Unidos, Perú vive un proceso semiinsurreccional donde miles se han lanzado a las calles para exigir la destitución de Boluarte; la represión ha sido brutal cobrando la vida de más de 50 personas. El pueblo peruano sigue en pie de lucha, las huelgas no cesan y los jóvenes y estudiantes también se ponen al frente de la pelea. Se hace urgente poner en pie en cada centro de estudiante y en la FUC secretarías de relaciones internacionales para establecer relaciones de solidaridad y lucha mancomunada con las juventudes y el movimiento estudiantil que en toda América Latina y el mundo pelea contra los ataques de los capitalistas para descargar su crisis sobre nuestras espaldas, como el pueblo palestino que hoy enfrenta la ocupación sionista. Proponemos una campaña por el derrocamiento de Boluarte y sus aliados y que desarrolle las acciones de solidaridad internacional para apoyar a la clase obrera, los campesinos y jóvenes peruanos en lucha. La lucha de los trabajadores y pueblos de nuestro continente tiene un profundo contenido antiimperialista, debemos ganarnos el apoyo de la clase obrera de EEUU y Europa en esta lucha y pelear por una dirección revolucionara para expulsar al imperialismo de nuestra región.

    Llamamos a las corrientes de izquierda de la UNC y los trabajadores y estudiantes combativos a debatir las tareas de la vanguardia en esta crisis, con el objetivo de poner en pie una Corriente Revolucionaria en la universidad, docente, no docente, estudiantil, con libertad de tendencias, que se proponga dar la pelea que está planteada.

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