El próximo viernes 4 de agosto tendrá lugar la elección general de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). Por un período de 4 años, se elige Junta Ejecutiva Central, Órganos de Fiscalización y Delegados Departamentales a la Asamblea Provincial. A su vez, cada delegación departamental renueva sus Consejos.
Esta elección gremial está atravesada por una crisis económica sin parangón, con una inflación galopante y un clima político de cara a las elecciones presidenciales, provinciales y municipales de fuertes tensiones entre las facciones burguesas que disputan ser los representantes de la sub-burguesía nacional como socios menores del imperialismo. Todo esto significa mayor sumisión al programa del FMI cualquiera sea la facción que ostente el poder el próximo período. Y para lograr profundizar la transformación del país en un productor de minerales y combustibles será necesaria la colaboración de la burocracia sindical para la expoliación y el saqueo.
El caso de Jujuy mostró la virulencia con que estos gobiernos pretenden defender sus negocios pro minería. La pretendida reforma de Morales y el PJ es rechazada por miles de trabajadores estatales y privados que salieron a la lucha con paros y cortes de rutas. Fue el activismo docente el que impuso a la burocracia sindical un paro por tiempo indeterminado. La lucha del pueblo jujeño sigue, a pesar de la persecución, detenciones y encarcelamiento de los activistas por parte de la policía de Morales. También son repudiables los intentos de la burocracia nacional de Ctera de encausar el malestar por la vía institucional con pronunciamientos, marchas y un paro para descomprimir la situación; dejando aislada a Jujuy del conjunto de los trabajadores de todo el país. Ante este escenario de crisis, del cuál Jujuy es una muestra, los trabajadores debemos intervenir con nuestros métodos y urge la necesidad de imponer un paro general para derrotar el ataque contra nuestras condiciones de vida.
El clima de esta elección de UEPC no es muy favorable para la conducción celeste de Juan Monserrat y cía, luego de la experiencia que realizó la base docente en la larga lucha por paritarias de principios de este año. El activismo docente ganó en organización desde las asambleas escolares e impusieron a la burocracia reiterados paros y movilizaciones contra la magra oferta salarial del gobierno de Schiaretti, que Monserrat terminó aceptando, con conciliación obligatoria de por medio. Tal es la crisis de la burocracia Celeste que termina presentándose en el departamento Capital en dos listas, la Celeste y la Dorada. A su vez compite a nivel general con otras dos listas: la Pluricolor y la Lista Unidad.
La Pluricolor está encabezada por la lista Naranja de Cornatosky, personaje de la burocracia sindical que tuvo acomodamientos políticos del peronismo al juecismo, y viceversa, y hoy se desempeña como Inspector General de la Dirección de Jóvenes y Adultos dependiente del Ministerio de Educación. La secundan otras dos agrupaciones, el Encuentro Docente Córdoba y la Azul y Blanca, ligada al PCR- PTP, partido que se encuentra el las filas del oficialismo nacional de UP de Massa, Cristina y Alberto.
Finalmente, se presenta la Lista Unidad desde las escuelas, conformada por las agrupaciones docentes opositoras ligadas a los partidos de izquierda, independientes y por activistas que desarrollaron una experiencia común en las últimas luchas. Las candidaturas, la política y el programa de la lista se discutió en plenarios abiertos, método que compartimos, aunque con una gran falencia: siempre llamó a ser parte a la Pluricolor, que no se integró por voluntad propia, probablemente por aversión a este método democrático.
La Lista Unidad quedó conformada así como una lista antiburocrática y combativa y por eso llamamos a votarla críticamente en las próximas elecciones para echar a Monserrat y contra los burócratas díscolos de la Naranja. Nuestro voto es crítico porque la integran viejos componentes de la Pluricolor: Docentes en Marcha (Izquierda Socialista) y Alternativa Docente (MST). Del MST nada nos sorprende, la barrera de clases ya la cruzó hace rato, ni hablar cuando estuvieron con Luis Juez, alianza que nunca se avergonzaron de militar. Se trata de elementos hostiles a la independencia de clase y debemos advertir al activismo que sus constantes llamados a la unidad a un sector de la burocracia y el oficialismo de UP son muy peligrosos para poder desarrollar una política de lucha contra nuestros enemigos en los gobiernos, no solo provincial sino también nacional. Este tipo de llamados a un mal entendido frente único también los hace el PO.
Otra falencia de las corrientes de izquierda que conforman la lista es la ausencia de una orientación programática clara de recupera el sindicato para romper con las leyes que nos atan con mil y un lazos al Estado burgués. La izquierda debe hablar con claridad ante el activismo docente: así como forjó el armado de la lista en una dinámica de lucha mediante las asambleas y plenarios resolviendo los representantes, deberá ponerse a la cabeza a sabiendas que para enfrentar el ajuste y reabrir las paritarias para recuperar lo perdido por las devaluaciones, debemos enfrentar al Estado Patrón y organizar junto a los trabajadores estatales, industriales y desocupados un congreso de delegados que discuta el programa de salida a la crisis que de por tierra el acuerdo con el FMI. También debe pelear porque la Lista Unidad se ponga a la cabeza de organizar al conjunto de la docencia en todo el país por recuperar la Ctera e imponer el paro educativo nacional para evitar que Jujuy y Salta permanezcan aisladas. Una gran iniciativa en este sentido sería impulsar un plenario nacional de delegados de la oposición docente, con mandato de base y una perspectiva de lucha.