La UNC se prepara para elegir a los aplicadores del recorte presupuestario y el plan de reformas educativas del FMI. Definir quién estará al mando de las 15 facultades en el próximo periodo, renovar los consejeros de todos los estamentos (docente, no docente, egresados y alumnos) tanto en los consejos directivos como en el consejo superior (consiliarios) y, como si fuera una oficina más dentro de la institución, también se llama a elegir las conducciones de los centros de estudiantes. Desde el 11 al 15 de octubre se abre la modalidad por correo, una innovación en estas elecciones para intentar aumentar la ya magra participación que se espera y del 18 al 22 de octubre la elección será presencial.
El régimen viene usando todo el aparato del multimedia de la universidad, presentando a los candidatos y televisando pobres debates, para maquillar la ausencia de cualquier discusión seria sobre el destino de la educación. No puede ser de otra manera, estas elecciones son una instancia más de la puja entre las distintas facciones (Kirchnerismo, Macrismo, Schiarettismo, Sur) para repartirse la torta del manejo de la UNC.
Estas elecciones universitarias se encuentran cruzadas por la profunda crisis que recorre al país ante las negociaciones con el FMI y también por los cambios Post-PASO, donde el gobierno, tras su estrepitosa derrota, y luego de que todas las facciones que integran el frente hayan salido a reconocer que hubo un ajuste fenomenal, ha realizado cambios de ministros para conformar un gabinete de compromiso que deberá llevar adelante las reformas que exige el fondo.
En educación, luego de que realizara el trabajo sucio del ajuste y el ataque a docentes y no docentes durante la pandemia, se reemplazó a Trotta por Perczyk. Este personaje es bien conocido por los trabajadores universitarios ya que fue uno de los principales impulsores de las paritarias en minicuotas en su rol de presidente del CIN durante el macrismo y más tarde como Secretario de Políticas Universitarias del FdT. El nuevo ministro tiene la tarea de respaldar el ajuste presupuestario que ya envió Guzmán al congreso, donde de los 407 mil millones para el año 2022 que había solicitado el CIN (consejo interuniversitario nacional), se redujeron a 330.000 mil millones. Desde el CIN han salido a cuestionar el recorte presupuestario anticipando que de votarse lo que propuso Guzman no llegarían a cubrir los sueldos: como siempre, son los trabajadores la variable de ajuste, no dicen una palabra de la caja que hace la universidad con los acuerdos con empresas privadas, los postgrados y el ahorro de casi dos años de la mayoría de edificios cerrados y virtualidad.
Perczyk también estará al frente del definitivo retorno a la presencialidad, en edificios ya colapsados antes del Covid-19 y sin haber puesto plata para las necesarias obras de infraestructura, respaldando el discurso de oficialistas y opositores de que la pandemia ya pasó y que el objetivo inmediato es recuperar la actividad, buscando consolidar el ataque a nuestras condiciones de vida y de trabajo que nos propiciaron durante la cuarentena. En este punto todo el CIN lo respalda y ya se preparan a poner manos a la obra.
Las distintas facciones que ahora están en disputa por los carguitos del régimen no mostraron grietas a la hora de disciplinarse al plan reaccionario de la cuarentena, enviando a todo el sistema educativo a la virtualidad de forma inconsulta y sin recursos con los desastrosos resultados que ya conocemos. Mientras tanto, la UNC se ponía al servicio del COE, instalando centros de seguimientos de casos en el FAMAF, Baterías D y otras dependencias, inventando pasantías para precarizar el trabajo de quienes los atendían. El pabellón argentina y el comedor, que permaneció cerrado durante toda la cuarentena, se pusieron a disposición para la vacunación, nuevamente con trabajo precario donde los vacunadores tuvieron que hacer paro para que les paguen lo prometido.
Párrafo aparte merece como han aprovechado la cuarentena para avanzar en el juicio que pesa sobre los 27 estudiantes procesados por la lucha del 2018, donde justamente se peleó por salario y presupuesto. Aquí tampoco hubo diferencias entre las facciones de este podrido régimen: todos firmaron declaraciones conjuntas avalando el juicio (ver: Vamos y el rectorado se unen contra los estudiantes) Con el retorno a las aulas sin las condiciones edilicias mínimas para garantizar nuestra seguridad, pretenden consolidar el ataque que nos impartieron durante la cuarentena. La bimodalidad, la educación a distancia, los recortes de contenidos, el cierre de comedores, los salarios de hambre, la deserción estudiantil, la persecución a los luchadores, son solo algunos de los objetivos que tiene el FMI para la educación.
Para aplicar este ajuste cuentan con la inestimable colaboración de las burocracias de los sindicatos docentes y no docentes, con la FUC y con las corrientes pro patronales que dirigen los centros de estudiantes (Bisagra, Franja Morada, SUR). Estas conducciones se lucieron durante la cuarentena, paralizando y desorganizando cualquier respuesta ante el ataque, mostrando ser actores claves para que pase el ajuste.
Ante este panorama no podemos quedar entrampados en estas elecciones que buscarán legitimar al gobierno universitario del ajuste y el FMI. Los reformistas y tristemente también la izquierda universitaria, nos plantean que debemos luchar por defender la educación pública, pero olvidan lo esencial, la educación tiene un carácter de clases: burguesa y el régimen que la sostiene defiende los intereses de esa clase, por eso no es posible reformarlo con más democracia y más representación. En estas elecciones debemos votar en blanco y prepararnos para dar la pelea de forma independiente de las autoridades universitarias. Para poner la educación al servicio de la lucha de la clase obrera debemos pelear por una Universidad dirigida por sus trabajadores con un gobierno tripartito de los sindicatos docentes, no-docentes y los centros de estudiantes con un rol consultivo de las centrales obreras de la industria y los servicios.
Para desarrollar esta perspectiva necesitamos que nuestras organizaciones dejen de ser una oficina que gestiona la política del régimen. Debemos enfrentar la injerencia sobre los centros de estudiantes que implica juntar las elecciones de nuestro organismo con las de régimen, injerencia avalada en el mismo estatuto de la UNC, cosa que ninguna agrupación, ni siquiera la izquierda universitaria, se toma el trabajo de denunciar.
Es tarea de primer orden recuperar nuestras organizaciones de manos de las variantes patronales que hoy las dirigen (Franja morada- Bisagra-Sur). Lamentablemente el Frente de las Izquierdas por la Absolución conformado por el PTS- PO- IS- NuevoMas- CAUCE no es una alternativa en este sentido. No solo porque pierden cualquier independencia del régimen al ir con corrientes como CAUCE, que como cualquier agrupación “independiente” limitada a los estrechos marcos de la Universidad termina siendo deglutida por las instituciones y por las luchas por las “pequeñas conquistas” en el marco de los posible (del presupuesto de miseria, la educación elitista, la precarización laboral en que se basa). Sino, centralmente, porque el programa que levantan se limita a reivindicaciones estudiantiles mínimas, que no van más allá de la defensa de la “Educación Pública”, que en realidad no es pública porque deja afuera a la gran mayoría de la clase obrera, y además sustenta las políticas de la burguesía y su estado como hemos podido volver a comprobar durante estos largos meses de pandemia.
Es por esto que en estas elecciones de centro de estudiantes desde la COR llamamos a los compañeros combativos a votar nulo o en blanco y dar la pelea por recuperar nuestras organizaciones. Para esto necesitamos poner en pie los cuerpos de delegados de curso (mandatados y elegidos en asamblea) por facultad y carrera, que se conviertan en dirección alternativa a las conducciones de la Franja Morada, la Bisagra, el MNR, Sur y sus socios. De esa forma, sentaremos las bases para recuperar los Centros de Estudiantes y la FUC, organizaciones que deben pasar a la lucha contra el ajuste, el presupuesto de Guzmán y las reformas educativas (y todo el paquete de reformas) del FMI y el BM. Esa lucha sólo podrá llevarse hasta el final si el movimiento estudiantil se convierte en batallón auxiliar de la clase obrera, y para eso también necesitamos recuperar nuestras organizaciones. Las corrientes de la Izquierda de UNC deben romper con la política de adaptación, los llamamos a discutir junto a los trabajadores y estudiantes combativos las tareas de la vanguardia en esta crisis, con el objetivo de poner en pie una Corriente Revolucionaria en la universidad, docente, no docente, estudiantil, con libertad de tendencias, que se proponga dar la pelea que está planteada.
COR – Rama Universitaria Córdoba