El 29/11/22 se renovarán las autoridades del Consejo Directivo y Comisión Revisora de Cuentas de Ademys, el sindicato docente de CABA que nuclea a las tendencias de izquierda en su conducción. La lista n° 15 Multicolor, del FIT-U, se postula para renovar mandato, para lo cual deberá ganarles a las listas n° 13 Carlos Fuentealba del Nuevo MAS, n° 26 la Haroldo Conti, vinculada a Venceremos, y la n° 1969 del Frente de Unidad para luchar por la docencia, compuesto por el colectivo Docentes en Clase y el PO tendencia.
Se nos imponen enormes desafíos
Estas elecciones se dan en el marco del feroz ajuste del gobierno y el FMI, para que seamos los trabajadores los que paguemos el costo de la crisis. El gobierno porteño del PRO y aliados han sido punta de lanza de estos ataques, arremetiendo contra la organización sindical, las condiciones de trabajo y el salario de los trabajadores. Tras dos años de “medidas extraordinarias” por la pandemia, que solo apuntaron a salvar al capital y dejaron al descubierto los engranajes más fundamentales de este sistema de explotación capitalista, este año se agudizaron las pésimas condiciones de la educación pública. La docencia ha resistido estos ataques enfrentando la reforma del estatuto docente, que finalmente se aprobó en mayo; luchando contra la imposición de las jornadas de los sábados; reclamando por las condiciones de las viandas y de las escuelas; luchando por el salario docente, que cada vez pierde más contra la inflación; saliendo a las calles por sus reivindicaciones y en apoyo a estudiantes y trabajadores de la salud.
Todas estas batallas deberán redoblarse en el periodo que está por venir. La candidata Acuña hace campaña jactándose de estos ataques a la educación, mientras en el Frente de Todos se pelean entre ellos e intentan arrastrar a nuestras organizaciones a sus internas. Tanto JxC como el peronismo en todas sus variantes tienen en claro que el ajuste es contra los trabajadores y, de un modo u otro, realizarán la tarea que impone el FMI. Por eso, nuestro sindicato tiene que prepararse para multiplicar sus fuerzas, fortaleciendo la organización y la unidad de la clase obrera.
Enfrentar a la burocracia se vuelve fundamental para llevar adelante esta pelea. Eso implica que Ademys, como sindicato dirigido por corrientes de izquierda, deberá asumir un rol protagónico en el esfuerzo por unir a los docentes en la lucha. Principalmente, es necesario dar lucha política contra la burocracia de UTE desde las bases en las escuelas, desnudando su carácter de agentes de la burguesía en nuestras propias filas. La Celeste apuesta a nuestra división, por eso creemos que la unidad se conquista eligiendo delegados en los lugares de trabajo que respondan al mandato de los compañeros. Necesitamos dar un debate programático de cara a la docencia, partiendo de la importancia de la independencia de clase, que plantee la perspectiva de la organización política de la clase obrera para disputar la dirección a la burguesía, es decir, una perspectiva revolucionaria y socialista. Para tamaño desafío es necesario, a su vez, apostar a buscar la unidad con las tendencias combativas de todos los trabajadores de CABA, empezando por los compañeros de salud en lucha. Si no logramos imponer esta pelea, Ademys corre el riesgo de ser un sindicato testimonial y adaptarse al estado de cosas. Nuestra perspectiva debe ser poner en pie un sindicato único trabajadores de la educación con independencia de clase.
Una polémica con la Multicolor
Las corrientes del FIT-U, que hoy son la mayoría en el Consejo Directivo de Ademys, corren ese mismo peligro de adaptarse, al centrar su actividad política en la orientación parlamentaria, lo cual hace que se manejen como frente electoral, pero no como un frente político. Son organizaciones antiburocráticas y combativas, pero como frente no tienen una clara delimitación de independencia de clase a su interior, ya que el MST, por ejemplo, comparte listas con variantes burocráticas en la CTA. En medio de este ensayo general reaccionario que impuso la burguesía desde la pandemia, en el que su objetivo principal es establecer una nueva relación entre capital y trabajo, lo que implica disciplinar a nuestra clase a su régimen de explotación, es un error garrafal despertar expectativas en las instituciones burguesas. Por eso no compartimos las líneas políticas que se plantearon durante la pandemia, en las que el Estado burgués intentó imponer quién podía salir a la calle y quién no. Nosotros planteamos que es con los métodos obreros con los que podemos defender nuestros intereses, nuestra salud, nuestras condiciones de vida.
La izquierda en los sindicatos debe tomar la tarea de organizar a la vanguardia, al activismo sindical para recuperar nuestras organizaciones como herramientas de lucha de clases y avanzar en la tarea común de desorganizar el poder de la burguesía y organizar al proletariado en su conjunto.
De las demás listas que se presentan, consideramos que la lista 26 “Haroldo Conti” no tiene un claro planteo de independencia de clase al diluir a la clase obrera en “el pueblo” y que la lista 13 “Carlos Fuentealba”, si bien compuesta por compañeros de una corriente trotskista, vienen de hacer un llamando a defender las instituciones democráticas (de la burguesía) en la marcha del kirchnerismo ante el atentado a CFK. Con la lista 1969 tenemos igualmente diferencias, sobre todo en cuanto a la línea que tuvo el PO Tendencia respecto de la política estatal de aislamiento (ASPO) y a la que llamaron a subordinarse a los dictados del Estado para cuidar nuestra salud (totalmente falaz) y su último llamado a votar a Lula en la segunda vuelta en Brasil. Asimismo, hemos venido desarrollando debates con los compañeros de Docentes en Clase sobre la importancia de dotar al sindicato de un programa político con perspectiva revolucionaria superando las cuestiones meramente sindicales. A ellos les reconocemos el esfuerzo de dar una pelea dentro de Ademys desde la minoría, intentando disputar la orientación del sindicato para desarrollar la lucha. Entendemos que es importante defender las expresiones de minoría para fortalecer la democracia interna de nuestra organización y garantizar la participación del conjunto del activismo. Es por esto que, a pesar de nuestras diferencias, llamamos a votar críticamente a la lista 1969. Es urgente darnos instancias de debate programático de cara al próximo período y apostamos a seguir desarrollando la discusión con el conjunto de las corrientes de Ademys para fortalecer la lucha antiburocrática.