Por ferroviarios de la COR
Ayer, 10 de mayo, ocurrió un terrible accidente en el ferrocarril San Martín: al ingresar al Puente Pacífico, en la zona de Palermo, colisionaron dos formaciones, una de repuestos y otra con diagrama de pasajeros. Al cierre de esta nota, los heridos son más de 100, 30 en estado grave.
El accidente no nos tomó por sorpresa a los trabajadores ferroviarios, que hace años percibimos y enfrentamos el vaciamiento de los sucesivos gobiernos y patronales. Desde luego, el gobierno de Milei vino a recrudecer esta situación. Con motosierra y licuadora, recortó a cero la obra pública, aplicó tarifazos en los boletos, congeló la paritaria y plantea privatizar los trenes y despedir a 6 mil compañeros.
La caza de brujas está a la orden del día. Con su instinto de clase burgués, los funcionarios quieren responsabilizar a los conductores o a los señaleros, cuando es evidente que los responsables son los vaciadores de siempre. Maturano se jacta de sus “denuncias”, pero la burocracia fraternal y de la Unión Ferroviaria aceptaron la imposición patronal, que los trenes corran con un sistema de señales detonado, como también aceptaron los despidos en ADIF y que el gobierno recortara los servicios en el interior y en el AMBA.
Los ferroviarios de la COR defendemos incondicionalmente a cualquier trabajador del ferrocarril San Martín que intente ser inculpado y hacemos responsable de la situación a la trilogía siniestra de gobierno, empresarios y una burocracia sindical cómplice.
La crisis ferroviaria viene de larga data. El kirchnerismo tuvo una línea totalmente pragmática (un tímido desarrollo de la carga al servicio del complejo oleaginoso), que cayó en picada con los sucesivos accidentes, sobre todo con la tragedia de Once. Macri intentó una línea similar con el Plan Belgrano, pero avanzando en los recortes y despidos. Alberto pasó sin pena ni gloria. Ahora, nos toca enfrentar el ataque de Milei, su plan vaciador, de privatización y de despidos. Tarea que queda en manos de los sectores combativos y opositores a la burocracia, que además de agente político de la burguesía, en la rama ferroviaria actúa, aún en minoría, como su agente administrador directo.
Los ferroviarios de la COR, que dirigimos la lista roja del Belgrano Norte, desde hace años venimos planteando la necesidad de poner en pie una Oposición Sindical Revolucionaria, que dispute el sindicato y pelee por la dirección de los trabajadores. Insistimos en la necesidad de un Congreso de Delegados de base donde se vote un plan de lucha y se abra un debate programático sobre las tareas a asumir. Tenemos que luchar contra el DNU y la ley de bases confiando en nuestras propias fuerzas y no en las instituciones del régimen, como el parlamento. No acordamos con el planteo estatista, redistributivo, que sostiene que con las ganancias de la carga se tiene que financiar el transporte de pasajeros. Es un planteo que no supera los límites de un capitalismo de estado semicolonial. Tampoco es “la salida” pelear por un sistema estatal, añadiendo la confusa consigna de “gestión de trabajadores y usuarios”. Sostenemos la lucha por el control obrero del transporte, de la administración obrera, en donde se sienten las bases de un incipiente poder obrero. En la perspectiva de desarrollar el ataque contra todas las fuerzas del capital y el Estado burgués, la necesidad del control obrero y la expropiación de la banca y de las ramas industriales. Son tareas que están absolutamente ligadas a la conquista del poder por la clase trabajadora, para lo cual necesitamos construir un partido revolucionario.