8 de marzo
La fecha del 8 de marzo fue fijada por la II Internacional por el inicio de la Revolución Rusa en Febrero (según nuevo calendario), en la que el impulso de la conquista del primer Estado Obrero fue dado por las mujeres trabajadoras rusas derrocando al zar. Esta fecha homenajea, a su vez, a las mujeres que protagonizaron una gesta obrera de fines del siglo XIX en el corazón de EEUU, que puso a la mujer trabajadora en primera fila contra la desigualdad salarial, por la disminución de la jornada de trabajo, el acoso y vejación de patrones y las condiciones laborales paupérrimas. Estas consignas han sido parte del programa de lucha de los revolucionarios socialistas desde entonces.
La farsa del feminismo burgués y pequeñoburgués de colocar paridad o cupos de mujeres en cargos políticos, de dirección de empresas o en las instituciones represivas, puede haber aumentado la presencia mujeres en los cargos de administración de los negocios de la burguesía, mientras las condiciones de explotación de nuestra clase y de la mujer trabajadora en particular siguen empeorando. La crisis capitalista en curso aumentó la desocupación de la mujer trabajadora en mayor medida sin considerar el impacto en el sistema de salud, lo que agrava las deplorables condiciones de la salud reproductiva, las labores de cuidados, etc.
En varios países las mujeres trabajadoras están librando una lucha denodada contra la opresión capitalista. En primer lugar, cabe mencionar a las mujeres palestinas, que están en la línea de combate contra el avance genocida del enclave de Israel. Y, así, en todos los continentes las mujeres trabajadoras se organizan. Para llevar su lucha un paso más allá es necesario forjar una dirección revolucionaria que no sólo tome todas sus demandas, sino que avance en un programa de transición que nos lleve a acabar con el modo de producción capitalista, que está a la base de todas las penurias de nuestra clase en todo el mundo.
Argentina: enfrentemos la ofensiva del gobierno contra nuestra clase
Parte de la endeble base de apoyo del actual gobierno de Milei acuerda en la necesidad de arremeter contra la conquista del aborto legal, “el marxismo cultural”, la “ideología de género” y el “lenguaje inclusivo” por ser características culturales de una supuesta casta. Lo cierto es que un sector de la burguesía y de la pequeña burguesía utilizaron instancias como el 8M para desplegar programas de conciliación de clase, estatistas y consignas de reformas dentro del capitalismo que nada tienen que ver con la lucha original de la mujer trabajadora como batallón destacado de la clase obrera en la lucha contra la opresión de clase y el capitalismo. Pero les resulta ahora muy convenientes a los amigos empresarios de Milei que se privatice el acceso a la salud y que el Estado deje de garantizar el acceso a un aborto seguro. Esto se enmarca en una ofensiva brutal, con la mentada “licuadora”, que apunta a hambrear a trabajadores activos y jubilados a costa de salarios de miseria, mientras los amigos capitalistas se acomodan.
Por esto, es necesario recuperar el 8M como un día de lucha, organización y combate de nuestra clase, con la mujer trabajadora en la primera fila, por la liberación de la mujer de toda forma de opresión que inscribirá la clase obrera en la tumba del capitalismo. Paso a la Mujer Trabajadora