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XVII Congreso Ordinario de la COR

Sábado, 16 Diciembre 2023 11:54

 

Los días 9 y 10 de diciembre realizamos, en la ciudad de Buenos Aires, el XVII Congreso de la COR del que participaron delegados e invitados de las regionales y una delegación de la TRCI, con camaradas de la LOI Brasil y de la COR Chile. El congreso aprobó las tesis internacionales y nacionales y se votó a la dirección.

Crisis económica, tendencias guerreristas, descomposición imperialista

Partimos de la situación internacional, que está signada por la continuidad de la guerra de Rusia contra Ucrania; la invasión de Israel a la Franja de Gaza y su guerra genocida; el desarrollo de la crisis mundial y las consecuencias de la pandemia. La descomposición del imperialismo y su dominación se expresa de forma histórica en la organización de las relaciones sociales como sistema capitalista, entendiendo que la organización del capital es anárquica. Subyace aquí una crisis en la creación de valor y su relación con las actividades que agregan valor, es decir, una contradicción en la extracción de plusvalía que está complicando el proceso de reproducción del capital. Asistimos a una aceleración de los tiempos, impulsada por la política del imperialismo, en la necesidad de asimilar a los ex Estados obreros y abrir nuevos mercados en medio de una crisis en la organización del capital y sus instituciones, como el Estado burgués, y de su forma de dominación, con un bonapartismo decadente. El escenario guerrerista, más allá de eventuales treguas, ha llegado para quedarse. Se demuestran acertados los pronósticos con relación a la imposibilidad de asimilar a los ex Estados obreros “en frío”, sin una confrontación militar que podría tornarse catastrófica. Es importante que analicemos la guerra en Ucrania y por qué el elemento de la asimilación y la descomposición del imperialismo producen problemas en el equilibrio. Al mismo tiempo, la guerra está unida por un lazo dialéctico con la lucha de clases. Lo que debemos constatar es que no sólo en EEUU estamos asistiendo a una mayor intervención del movimiento obrero y sus métodos, sino que es un elemento de la lucha de clases que se está expresando en muchas partes del mundo, superando el estadio de revueltas o insurrecciones espontaneas, como se dieron en América Latina y otras regiones.

Una tarea fundamental que tiene planteada el imperialismo es la asimilación de los ex Estados obreros, con algo que ya previmos, que es que eso no se puede hacer desde un punto de vista pacífico. Si planteamos que la asimilación se desarrollará en la arena mundial en todos los casos, en el caso de China es directamente así por todos los intereses económicos que tiene su protoburguesía en América Latina, África, Asia, etc. (Ruta de la Seda). El imperialismo se tiene que enfrentar a un sector que se quiere convertir en una burguesía, que está bajo el paraguas del PCCH, con el elemento militar en el medio.

 

En la economía mundial, los elementos estructurales de la inflación siguen vigentes: la fragmentación del mercado mundial (geopolíticos), las consecuencias de la pandemia y el precio de los alimentos. Por eso van a enlentecer (política recesiva) la economía mundial para contrarrestar esta tendencia. En cuanto a las tendencias económicas a nivel mundial, el FMI ha sacado un informe en octubre donde plantea, en primer lugar, una moderación del crecimiento de la economía mundial (desde sus estadísticas burguesas), por debajo del promedio de crecimiento de los últimos 20 años. Otro problema que plantea el FMI es la cuestión del endeudamiento en todos los países, pero sobre todo en las semicolonias. Para eso tienen que avanzar en un feroz ajuste fiscal. Esto que plantea el FMI es línea de un ala del imperialismo.

 

En Europa, la UE muestra todos sus límites ya que no pudo cumplir con la misión histórica de ser la garante de la asimilación de los ex estados obreros y hoy está siendo la receptora de todas las contradicciones de la guerra Rusia-Ucrania y los desequilibrios en Medio Oriente. En su descomposición los países que componen la UE quieren volver a fortalecer a una burguesía imperialista “nacional” y, al mismo tiempo, recrear una aristocracia obrera en medio de que comienza a reaparecer la clase obrera con sus métodos en varios países de la región.

Mientras más guerrerista se ponga la situación, mientras más peleas interburguesas por planes acción haya en el escenario internacional, más importante va a ser que planteamos algo diferente, que realmente pueda formar una vanguardia revolucionaria.

Tenemos que dar lucha política con el trotskismo de posguerra, para sentar las bases de una nueva dirección revolucionaria. En ese sentido venimos planteando el llamado a una Conferencia Internacional con los camaradas de la TRCI.

La crisis en la Argentina de Milei

En el punto nacional analizamos el triunfo de Milei y una aproximación a lo que va a ser este gobierno y las tareas que se desprenden. Hubo muchas intervenciones de los delegados contando las discusiones que hay en sus estructuras y como se vieron las post elecciones.

El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Es una característica de los gobiernos latinoamericanos que Trotsky desarrolló en el concepto de bonapartismo sui géneris. Como todo gobierno de estas características, necesita a la burocracia sindical. Sin embargo, la relación con las cúpulas sindicales está por verse. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada. La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001, tirándoles el fardo a los radicales y a los K, como expresión fracasada del post 2001. El macrismo se resiste a entrar en la misma bolsa de fracasados y se acopla a esta supuesta “nueva fuerza” aportando sus parásitos para esta transición.

Discutimos bastante la necesidad de organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar la independencia de clase, que ha sido abandonada hasta por los que se reivindican revolucionarios, como el caso del FITU, que terminó adaptándose a la opinión pública y sucumbiendo ante sus presiones.

Por un partido revolucionario

El domingo se dio el informe de Partido, donde intentamos avanzar en una concepción de partido como dirección consciente que interviene en la organización del trabajo en la esfera de la producción para preparar los requisitos materiales de atacar las leyes del capital y sus instituciones. La dinámica permanentistas del partido en sus diferentes etapas de desarrollo, la importancia de la dictadura del partido en los procesos revolucionarios su relación con la dictadura del proletariado, su relación con los soviet e importancia en las transiciones. Fue un muy rico debate que trataremos de potenciar en materiales para el estudio.

Antes del cierre, votamos una nueva dirección y las resoluciones para el periodo.

Algunas resoluciones

-              Realizar un curso interno en todas las células a nivel nacional sobre la ley del valor.

-              Reforzar el llamado a realizar una Conferencia internacional con los grupos que reivindican la dictadura del proletariado.

-              Impulsar una campaña internacional por Palestina, llamando a conferencia internacional.

-              Impulsar reuniones abiertas y/o charlas para discutir la situación nacional.

-              Impulsar la movilización para el aniversario del 19 y 20 de diciembre 2001 con las consignas: Fuera el FMI. Ningún ajuste. Por un gobierno obrero.

-              Impulsar la deliberación en los lugares de trabajo en la perspectiva de convocar a un congreso de delegados de base con mandato regionales y/o nacional, desarrollando una línea de frente único, a la vez combatiendo las posiciones de conciliación de clases y los “frentes anti-Milei”.

-              Dar inicio a la campaña financiera de fin de año.

 

 

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