El triángulo de la crisis
Este 22/10 votá en blanco, anulá o no vayas a votar
Es evidente que nada bueno puede salir de un escenario electoral en el que los principales candidatos se pelean para acelerar la crisis y destruir aún más las condiciones de vida de toda la población. También ha quedado bien claro que son empleados del FMI y que cada uno cumple un rol determinado en el ataque pactado con el organismo. Milei y su ala del capital financiero hacen negocios con la especulación sobre el dólar y el peso; los de Juntos por el Cambio, en la misma sintonía pero respondiendo al capital agrario y de las importaciones, se suman a la presión devaluatoria y plantean que el dólar está barato; mientras que Massa y el gobierno buscan que la inflación sea la variable de ajuste, dejando que sea el mercado el que haga el trabajo sucio de la devaluación y jugando en el límite de la hiperinflación, mientras tratan de contener a las masas ante la licuación de los salarios. Todos ellos, sumando a Schiaretti, son los garantes de llevar los planes del FMI en contra de los trabajadores y el pueblo.
Ante este escenario, debemos organizarnos y preparar al conjunto de nuestra clase para responder al nivel del ataque. Y esto no va a ser con el voto, sino en las fábricas, en los lugares de trabajo y en las calles, donde vamos a tener que enfrentar a los candidatos del FMI y sus políticas.
En caso de ir a balotaje, las corrientes burguesas van a hacer llamados desesperados a que los trabajadores y el pueblo los voten, ya sea apelando a la cantinela de que “no gane la derecha” o prometiendo un supuesto cambio político, que ya se ve que es parte del mismo plan de atacar a los trabajadores, por eso también debemos llamar a votar en blanco.
El FITU mostró en esta campaña electoral su total adaptación al régimen, usando el famoso slogan “luche y vote. Plantean, ante semejante crisis, que la prioridad son las urnas y no la necesidad de la organización y la lucha. Con un programa estatista y distribucionista, intentan ubicarse como ala izquierda del régimen para dialogar con lo que queda de los K. El conflicto en Israel les complicó la campaña y llegaron a decir que el FITU se levanta en contra del apartheid, así como lo hace Amnistía Internacional. Esto es bajar el programa para dialogar con un sector de la opinión pública “progre”.
Debemos abrir un gran debate al interior de nuestra clase para que no sólo se involucre en las tareas nacionales para enfrentar la crisis, sino en los acontecimientos internacionales como el conflicto en el enclave de Israel y la guerra Rusia-Ucrania, para enfrentar al imperialismo y sus agentes nacionales.
Impulsemos un Congreso de delegados con mandatos de base que prepare las condiciones para un paro general. Expulsemos a la burocracia de nuestras filas y discutamos un programa de transición que permita organizar la economía sobre nuevas bases sociales. Por un gobierno obrero y la construcción de un Partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida.