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Propuesta para un 1° de mayo internacionalista y de combate

Domingo, 26 Abril 2020 19:09

 

Este 1° de mayo debe ser una jornada en donde se escuche la voz de los trabajadores con más fuerza, ante la crisis mundial y la pandemia.

Somos los trabajadores, a los que ahora en medio de esta crisis de forma cínica llaman esenciales, los que producimos y ha quedado claro quiénes son los que se apropian de forma privada de esa producción. Somos esa clase obrera que alrededor del mundo está luchando contra los ataques de sus Estados para que no seamos nosotros lo que paguemos la crisis que ellos generaron.

Somos los trabajadores los que, en nuestro día, tenemos que alzar nuestra voz de forma independiente para preparar las condiciones de enfrentamiento a la burguesía y sus Estados.

En Argentina, ante la negativa de algunas corrientes de izquierda a realizar un acto centralizado, ya que respetan los términos de la cuarentena, sostenemos que nuestra clase debe manifestarse activamente de todos modos este 1° de mayo.

Llamamos a las corrientes de izquierda, a los sindicatos recuperados, a las comisiones internas combativas, a los delegados antiburocráticos y al conjunto del activismo, que luchan en contra del sistema capitalista a realizar actos por zonas o región para mostrarle a nuestro enemigo en nuestras propias filas, que es la burocracia, y a nuestros enemigos históricos, la burguesía, que no van a desorganizarnos, ni a callar nuestras luchas. Actos en contra del decreto de la cuarentena, que prohíbe la actividad sindical y por la apertura de los sindicatos, para que sean nuestras herramientas de lucha, como no quiere la burocracia sindical.

Actos en todo el país donde sean los trabajadores combativos de la salud los que cierren y denuncien la política criminal del gobierno de Alberto en medio de la pandemia y expresemos un saludo internacionalista a los compañeros de la salud que enfrentan en el mundo la debacle de los sistemas de salud.

Queremos proponerles a los compañeros del Frigorífico Penta un acto en la puerta de la fábrica para reforzar su lucha, que se está dando en medio de una cuarentena, y tantas luchas que se están realizando en el conjunto del país ante los ataques de las patronales, con anuencia del gobierno y la burocracia sindical.

Se podría hacer un acto en alguna cabecera de líneas de colectivo, donde se reúnan las tendencias combativas de la rama del transporte en el subte y ferroviarios. Esto sólo a modo de ejemplo, obviamente respetado todas las medidas de higiene y seguridad para proteger nuestra salud, porque sólo los trabajadores, con nuestros métodos de lucha, podemos garantizar nuestras condiciones de vida. Para el capitalista, la vida de la fuerza de trabajo es algo intrascendente y en esta crisis esto se puede ver de forma más descarnada.

Esperamos poder coordinar estas acciones.

 

 

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  • 1 de mayo. Enfrentar la crisis y la guerra luchando por una salida revolucionaria

    Publicado en TRCI-WEB

    1 de mayo

    Enfrentar la crisis y la guerra luchando por una salida revolucionaria

    Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Expulsión las tropas rusas de Ucrania!

    Los trabajadores del todo el mundo debemos enfrentar esta situación mundial histórica con la fuerza de nuestra clase para destruir este sistema capitalista que sólo nos garantiza super explotación y una vida miserable.

    En este día reafirmamos nuestra historia como clase y sostenemos con firmeza las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema capitalista. Por eso a 137 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinaba a los mártires de Chicago se hace crucial retomar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones, como los Estados nación. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético.

    Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores luchando contra las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y una crisis económica, política y social internacional.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y a una enorme crisis bancaria que comenzó con la caída del Sillicon Valley Bank y el Credit Suisse y apeló al rescate de los Estados imperialistas para, una vez más, salvar al capital.  Pero la clase obrera no se ha “quedado en casa” y ha protagonizado importantes huelgas, movilizaciones y luchas callejeras, como hemos podido ver en Francia, Inglaterra, Alemania y EEUU.

    En Latinoamérica se vienen protagonizando importantes procesos de masas como fueron los levantamientos en países como Chile, Perú o Colombia, con la intervención de amplios sectores obreros y campesinos, fuertemente reprimidos por sus Estados al servicio del amo yanqui. También procesos de organización y lucha de trabajadores ocupados y desocupados en distintos países como Argentina o Brasil, que enfrentan el retroceso de las condiciones de vida. La crisis de los semi-Estados, producto de la descomposición imperialista, no tendrá resolución en las elecciones de recambio de sus personeros políticos o de reformas constituyentes. Es menester organizar a nuestra clase, recuperando los sindicatos y reagrupando a la vanguardia para preparar Congresos de delegados de base para enfrentar la crisis, expulsar al imperialismo y las políticas del FMI en la región, en la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Latinoamérica y el Caribe.

    Poner en pie una dirección revolucionaria

    La intervención de nuestra clase abre la posibilidad de embriones de dirección revolucionaria. En esta época es una tarea principal detener la guerra Rusia-Ucrania, para convertirla en una guerra revolucionaria. El proletariado de los países imperialistas debe enfrentar a sus gobiernos y frenar la maquinaria de guerra ocupando las empresas o boicoteando el envío de armas, para, de esta manera ayudar al proletariado ruso y ucraniano a desarrollar una vanguardia que enfrente la restauración capitalista en curso y abra un proceso revolucionario. En el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista. Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.

    Son tareas inéditas para nuestra clase, ante el escenario de descomposición del imperialismo y el proceso de asimilación de los ex Estados obreros. El sistema capitalista expresa una crisis histórica en su organización de las relaciones sociales de producción y sus formas de dominación. 

    Son en este momento donde se torna primordial la intervención de la clase obrera como una clase internacional y no atada a sus estados nación, para mostrar el poderío de una clase que puede enfrentar al sistema capitalista.

    Ante una dirección anárquica como es el sistema capitalista, que depende de sus Estados mayores armados para garantizar la reproducción del capital, nosotros peleamos por una dirección colectiva consciente, que prepare las etapas de la dictadura del proletariado, ya que el sistema actual engendra las condiciones materiales y las formas sociales para la reconstrucción económica de la sociedad.

    Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV internacional para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea que vaya en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la guerra en Ucrania, los procesos en Francia y la crisis mundial.

     

    COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

  • Nuevos protocolos COVID, otro ataque a los trabajadores de la salud

    El gobierno de Schiaretti picó en punta en la "nueva normalidad" al anunciar que a partir del lunes 17 de enero dejará de correr el aislamiento por contacto estrecho en toda industria, comercio y oficina de la provincia de Córdoba, medida reclamada por la Unión Industrial local. Pone fin de esta manera al protocolo que se implementó el 28 de diciembre pasado, llamado "Medidas excepcionales para la salud pública", que dejaba sin efecto el aislamiento por contacto estrecho solo para los trabajadores de salud. Ahora esto se generalizará para todos los trabajadores sin distinción. Incluso muchas patronales ya se han adelantado al propio decreto y obligan a sus empleados a cumplir tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho. Queda más que evidente el interés del Estado en sostener las ganancias empresariales por sobre la salud y las condiciones laborales de la clase obrera. Desde la aparición de los primeros brotes de la variante ómicron, los contagios no han hecho más que aumentar, saturando los centros de testeo y las guardias en todos los hospitales públicos y privados.
    Los trabajadores vienen denunciando el carácter anti obrero de este nuevo protocolo, ya que reduce la cantidad de días de aislamiento para quienes son positivos de covid y, para el caso de trabajadores que tuvieran contacto estrecho, el aislamiento directamente desaparece, debiendo presentarse a trabajar aún a riesgo de contagiar a los demás compañeros.
    En el Hospital de Niños, las camas de internación ya están ocupadas al 100%. Y varios trabajadores están cumpliendo tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho, entre ellos varias mujeres embarazadas. En el Neuropsiquiátrico Provincial, debido al ausentismo producido por el brote surgido a finales de diciembre, un profesional de guardia tuvo que presentarse a trabajar aún siendo positivo y no haber completado los días correspondientes de aislamiento. En la Manzana de salud mental, las autoridades pretenden unificar una sola guardia para las 4 instituciones. En el Hospital Vicente Agüero de la localidad de Jesús María se tomó la determinación de atender solo urgencias por guardia, a causa de la gran cantidad de contagios entre el personal. En la Clinica Reina Fabiola debieron trasladar a varios profesionales que trabajan en el centro periférico de Barrio Jardín a la clínica de Barrio General Paz, ya que el ausentismo por covid ponía en riesgo la normal atención de pacientes. En el Hospital Italiano llegó a saturarse la guardia de emergencias, y en el área de internación hubo momentos donde solo 3 enfermeros debian atender a alrededor de 25 pacientes positivos. Este tipo de situaciones se repite a lo largo y ancho de todo el sistema de salud. El total de camas ocupadas en la provincia ya alcanzó el 27% al día jueves 13/1 y va en franco ascenso. El ministro de salud Cardozo ya anunció que se impondrán restricciones si esta llega al 65%. Todo este cuadro se desarrolla en medio de la permanente falta de personal, agravando aún más la situación, sobreexigiendo en largas jornadas extenuantes a los trabajadores. Este es el objetivo del "nuevo protocolo" de Schiaretti: evitar detener la producción y la generación de plusvalía a como de lugar, sin importar la salud de los trabajadores. Los argumentos que esgrimen para sostener semejante ataque al conjunto de la clase obrera es que la variante ómicron, a pesar de ser más contagiosa, sería menos letal por efecto de la vacunación, cuando solamente el 18% de la población nacional recibió la 3ra dosis. Argumento que es fácilmente refutable, ya que la ocupación de camas aumenta de forma galopante y el día miércoles 12/1 se registró el mayor número de muertes desde el pasado mes de septiembre, con 139 fallecidos por coronavirus en el país, número que promete ir en aumento.
    Ante está nueva ofensiva estatal-patronal los distintos sindicatos han salido a pronunciarse. ATE emitió un comunicado denunciando la saturación del sistema, pero no ha organizado a los trabajadores en asambleas para discutir cómo enfrentar los planes del gobierno. ATSA también se limitó solamente a publicar un tenue comunicado, "preocupado" por el alza de los contagios y la reducción del aislamiento. UTS llamó a asamblea y acordaron un paro en el neuropsiquiátrico para el martes 4/1. La medida se vio limitada por aprietes del ministerio de salud, quienes amenazaron con recoger los nombres de los trabajadores que se adhirieran al paro. También se vio limitada por el gran porcentaje de compañeros aislados por covid, lo que dificultó garantizar la medida. Además se realizaron asambleas en el Hospital Misericordia dónde se mocionó el paro de actividades.
    La dificultad de garantizar una medida contundente se explica, en parte, por la falta de asambleas conjuntas entre los distintos sindicatos que intervienen en el sistema de salud público y privado. Se hace necesario impulsar un gran plenario interhospitalario, sin distinción de sindicatos, que discuta un plan de lucha para rechazar de plano el nuevo protocolo que Schiaretti y Cardozo quieren imponer. Un plenario interhospitalario de base podría ser una instancia que supere a la ya desdibujada Multisectorial de Salud, que con sus acuerdos por arriba entre las burocracias de los distintos sindicatos y agrupaciones médicas demostró ser más un escollo que una salida para la organización de los trabajadores. Contra la fragmentación organizativa que nos imponen las diferentes burocracias, debemos pelear por un sindicato único de la rama salud. Y avanzar en la unidad con el conjunto de nuestra clase con el objetivo de preparar e imponer a las centrales sindicales un paro provincial de la industria, los servicios y estatales, para torcer el brazo al gobierno y las patronales, para impedir el deterioro de nuestras condiciones de trabajo, por el pase a planta y el aumento del personal, por un salario igual a la canasta familiar, por la creación de comités independientes de higiene y seguridad que garanticen el cuidado de nuestra salud, por la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia traidora. Solo confiando en los métodos históricos de la clase obrera podremos evitar ser nosotros los trabajadores quienes paguemos la crisis que el Estado y la burguesía han generado.

  • Ómicron y el desarrollo de la pandemia

    El comienzo del 2022 nos encuentra con la continuidad de la pandemia, en este caso con el desarrollo de la variante ómicron, y el surgimiento de nuevas variantes ante el desastroso manejo del covid 19 por parte de los gobiernos de turno de todo el planeta.

    La continuidad de la pandemia y la inexistente “nueva normalidad” dificulta aun más los planes del imperialismo norteamericano en su afán de recuperar la hegemonía mundial. EEUU continúa con su política agresiva hacia China, en el terreno económico y de influencia, como lo muestra la disputa por Taiwán y la política de recuperar el patio trasero latinoamericano de la injerencia de China. Además del conflicto abierto con Rusia por Ucrania, en una región que sigue convulsionada, como demuestran los recientes procesos agudos de lucha de clase en Kazajistán.

    Seguimos asistiendo a un intenso ataque por parte de la burguesía a nuestras condiciones de vida, generando una mayor pauperización de nuestros salarios para garantizar la subsistencia del sistema capitalista. La pelea por las vacunas ha mostrado de manera descarnada su inexorable descomposición. Nos habían dicho que estábamos transitando la post pandemia y no sólo no pasa eso, sino que seguimos con altos niveles de contagiados, muertes y un caos generalizado de los sistemas de salud y acentuándose aún más la crisis económica mundial ante el parate de ramas de la economía por el nivel de contagios. Nos habían prometido que con las vacunas se resolvía todo, pero seguimos en estado de emergencia. Debemos exigir test de anticuerpos para saber la verdadera efectividad de las vacunas. El control por parte del Estado de cada vez más aspectos de la vida, como se expresa en la política de los pases sanitarios, no sólo para eventos, sino en los lugares de trabajo es totalmente reaccionario, al estar al servicio del interés capitalista. Otro claro ejemplo es la modificación de los protocolos de aislamiento, disminuyéndolos para acortar los tiempos muertos de la mercancía “fuerza de trabajo”, la única garante de plusvalor que se apropia la burguesía. A este método, que no es otra cosa que la centralización reaccionaria del Estado burgués de la dirección de la pandemia, debemos enfrentarlo con los métodos obreros para quitarles la dirección. Lo que está en juego no es sólo nuestra salud, sino la relación de fuerza con nuestra clase antagónica, ya que si sigue avanzando en esto que nosotros denominamos un “ensayo general reaccionario” llevará a una mayor descomposición de nuestras filas.

    Enfrentarlo con nuestros métodos significa que nos organicemos y luchemos para imponer nuestras demandas desde las fábricas y cada lugar de trabajo, donde abramos un debate al interior de nuestra clase sobre la necesidad de imponer el control obrero de la producción, ante la desorganización de la economía capitalista. Significa mostrar el poder obrero como elemento de transición en la sociedad capitalista. Es derrotar la política estatal con un programa transicional. Hay que implementar la escala móvil de horas de trabajo y de salario, el control obrero de los laboratorios para la distribución de las vacunas, el control obrero de las ramas de producción para garantizar el abastecimiento a la población sin que nos separen, como hicieron al comienzo de la pandemia, entre esenciales y no esenciales. Estos son elementos programáticos que debemos debatir y explicar.  Esto impone la tarea de recuperar los sindicatos para que amplíen sus funciones en la administración de las cosas, buscando la unidad de las filas obreras, entre ocupados y desocupados.  Es imperioso recuperar nuestras organizaciones para preparar las condiciones para la lucha por el poder y enfrentar a la burguesía y sus Estados.

    Debemos imponer nuestras demandas con ocupaciones de fábricas, de edificios, piquetes de autodefensa y todas las medidas que vayan en el sentido de la preparación de paros generales para recuperar todo lo perdido en la pandemia y que abran el camino a la huelga general.

    Estos años de pandemia han mostrado que los trabajadores y el pueblo pobre de todo el mundo salieron a pelear en contra de las políticas de cada gobierno que intentó atacar, vía reformas, nuestras condiciones de vida. Hay miles de ejemplos de la combatividad de nuestra clase en estos 2 años de pandemia de covid 19, es tarea de los revolucionarios hacer conscientes esos procesos inconscientes, para que puedan llegar a la conclusión de que es necesaria la construcción de partidos revolucionarios que unan las lecciones de su época con la tarea histórica de nuestra clase. 

    Entramos a escenarios más convulsivos desde el punto de vista de la lucha de clases, ya que el sistema capitalista no ha logrado salir de su crisis económica, que se agudiza con la pandemia e incorpora nuevos elementos, como un proceso inflacionario mundial y crisis de deuda ante los gastos de la pandemia.

    No seremos nosotros los que vamos a pagar la crisis. 

  • Para frenar los contagios, ¡Paremos la producción!

    En los últimos días, la provincia de Córdoba, y principalmente su ciudad capital, se han convertido en el epicentro de la nueva ola de la pandemia de COVID 19 en Argentina. Nueva ola alentada por la variante omicron, surgida en África por la política imperialista de distribución de las vacunas. Los casos positivos rompen todos los records día a día, registrándose 8.520 casos el 28/12. Ese mismo día, el ministerio de Salud del gobierno de Schiaretti publicó un compendio de “medidas excepcionales de salud pública” que responden a la presión explícita de las patronales para acortar los tiempos de los aislamientos por casos positivos y contactos estrechos para que los trabajadores se reincorporen a la producción y evitar así problemas en la acumulación del capital. Lo mismo vale para la inminente aprobación de los denominados “autotests”. El propio Ministro Cardozo, de forma burda, lo adelantaba el día anterior: “El ánimo es alivianar a los centros fijos y darle garantías a ciertas áreas que necesitan seguir trabajando y produciendo, sino nos vamos a quedar sin recursos humanos en toda la parte productiva” (Cadena 3, 27/12/21). En el caso de los trabajadores de salud, el aislamiento directamente desaparece en caso de contacto estrecho, aunque esto corre sólo para trabajar ya que no se les permite ni alimentarse en el lugar de trabajo ni tener ningún tipo de actividades sociales: ¡Clarísimo el carácter patronal del nuevo protocolo!

    El gobierno nacional de Alberto Fernández no solo ha dejado en manos de los gobernadores las medidas a tomar, sino que está evaluando aconsejar medidas similares a las aplicadas por Schiaretti/Cardozo en todo el país y eso van a discutir en la reunión virtual del Consejo Federal de Salud a realizarse hoy. La presión patronal se ejerce en todos los niveles del Estado, pero además Alberto está pensando en la necesidad de sostener la producción porque sabe que de ahí brota la plusvalía futura que servirá para pagar el acuerdo que negocia con el FMI.

    Quizás este sea el momento donde se evidencia de manera más descarnada el rol que juega el Estado burgués en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, los negocios de las patronales y la subordinación al imperialismo. Ni siquiera tienen la delicadeza de cubrir sus políticas antiobreras con los famosos comités de expertos o los COEs con sus protocolos, que sirvieron para atacar a los trabajadores que durante lo más duro de la cuarentena salieron a pelear por las condiciones de vida y trabajo de nuestra clase. En Córdoba, no podemos olvidarnos de la represión policial y judicial contra los compañeros de UTA, SUOEM, UOM, STIA, municipales de Jesús María y por supuestos contra los trabajadores de la salud, que peleaban por testeos, aislamientos, condiciones seguras de trabajo, salarios y contra la precarización laboral. Hoy, nuestros compañeros son sometidos a largas filas de 6, 8 o más horas para conseguir un comprobante de un test de antígeno (que siempre ha sido contraindicado para hacer diagnóstico) para justificar los aislamientos en los lugares de trabajo, esa es la verdadera causa del colapso de los centros de testeo. Las nuevas “medidas excepcionales” están pensadas para dar vía libre y legal a las patronales para ejercer todo su despotismo sobre la fuerza de trabajo.

    La burocracia sindical cordobesa, a su turno, luego de su larga cuarentena de más de un año, ahora se va de vacaciones en medio de la crisis y del nuevo ataque estatal/patronal. SMATA toma nota de la suba de contagios… ¡para cerrar su sede a los trabajadores mecánicos! Avalan las nuevas medidas con el silencio. O explícitamente, como el STIA (alimentación), que las reproduce sin ninguna crítica en su página web. ATE salud saca un comunicado impotente a través de redes sociales, pero sin organizar ninguna medida de fuerza para enfrentar este plan criminal.

    Para frenar los contagios y enfrentar las consecuencias de la pandemia, la clase obrera debe imponer sus métodos y avanzar sobre los intereses de las patronales. Los trabajadores debemos rechazar el nuevo protocolo de aislamiento y diagnóstico con el paro de actividades. Proponemos al FITU, al Nuevo MAS y a las demás corrientes de izquierda realizar una reunión para impulsar asambleas y mociones en común en los lugares de trabajo para imponer el paro. Las comisiones internas y delegados opositores tenemos la responsabilidad de impulsar plenarios regionales para discutir como organizar el paro provincial y recuperar los sindicatos de manos de la burocracia traidora. Avanzar hacia un congreso nacional de delegados de base de la industria, los servicios y estatales, para imponer la huelga general. No se trata solo de los contagios, está en juego sobre qué clase social recaerán los costos de la crisis. Solo la clase obrera puede dar una salida a través de un programa. Es una pela política, revolucionaria, contra el Estado patronal. Los trabajadores podremos darla construyendo nuestro partido revolucionario internacionalista.

  • Otra derrota en medio de la crisis

    El gobierno no pudo remontar los resultados de las PASO y volvió a sufrir una derrota en las elecciones del 14 de noviembre, donde perdió a nivel nacional contra Juntos por el Cambio, por más de 8 puntos. El oficialismo ya no tiene el quorum en el senado y se sigue discutiendo la cantidad de diputados en la cámara para cada fuerza. Donde hizo una remontada fue en la provincia de Buenos Aires, pero también perdió ante Juntos por 1 punto de diferencia.

    Fue una de las elecciones con menor concurrencia de la historia y se expresó el llamado voto bronca, por fuera de las dos grandes coaliciones, recibiendo un mayor caudal de votos tanto la derecha, expresada por Milei y Espert, como la izquierda parlamentaria del FITU, que logró 4 diputados nacionales e hizo una gran elección en el conurbano bonaerense.

    El gobierno, consciente de que iba a perder, lanzó en un discurso grabado del presidente un llamado a discutir en el Congreso el acuerdo con el FMI. En ese discurso reconoció que la ley de presupuesto, con el pomposo nombre de "plan plurianual", está consensuada con el FMI. A tan solo algunas horas de terminados los comicios, con los que llamaron a las masas a "cumplir con su deber democrático", mostraron el verdadero rostro de la democracia burguesa: cada dos años debes elegir a tus verdugos, en este caso, los representantes para subordinarse a la agenda del FMI. En el acuerdo con este organismo imperialista no hay diferencias entre las distintas fracciones burguesas y pequeño burguesas que conforman las coaliciones electorales, los matices son sólo sobre cómo deben aplicar las medidas que éste pretende imponer para el acuerdo.

    Ante el escenario que ha quedado en las dos cámaras legislativas, donde la oposición tiene más peso de negociación y poder de veto para trabar algunas leyes, el gobierno ha definido buscar el consenso político para gobernar los próximos dos años imponiendo los mandatos del imperialismo y el FMI en organismo como el Consejo económico y social, donde puede acordar con los empresarios, los movimientos sociales y la burocracia sindical. De esa manera buscará debilitar el poder de la oposición burguesa en medio de una crisis económica, política, social y sanitaria que las elecciones no han despejado, sino que han acelerado.

    Para que este plan de supervivencia del gobierno funcione, debe revitalizar al peronismo decadente, e intentar mostrar unidad dentro de las distintas alas. Alberto pretende apoyarse y dar más poder a los intendentes, gobernadores y, centralmente, a la burocracia sindical, a la que necesita para imponer la reforma laboral y jubilatoria que exige el FMI. A esto apunta el acto en Plaza de Mayo para el miércoles 17/11, convocado por la CGT. De esa forma tendría más poder de fuego para sentarse a negociar con la oposición burguesa los equilibrios de poder en un semi Estado.

    Es evidente que en este plan no están contemplados los trabajadores y el pueblo pobre, somos sobre los que quieren descargar la crisis para garantizar el pago de la deuda externa con el FMI y sostener los negocios de quienes ellos representan, los grandes empresarios internacionales y nacionales de la industria y el campo.

    Debemos organizarnos para enfrentar el ajuste y los planes de reformas que prepara el gobierno en alianza con la oposición burguesa, los empresarios, la iglesia y la burocracia sindical.  Este ataque a los trabajadores vendrá con represión y criminalización de la protesta, como lo podemos ver en la condena a los compañeros Arakaki y Ruiz, del PO y PSTU respectivamente, por luchar contra la reforma laboral del anterior gobierno. Aunque formalmente intenten mostrar que la pelea va a pasar por el Congreso, la lucha real va a estar en las calles, en los sindicatos y lugares de trabajo, es ahí donde podemos golpear con fuerza a nuestros enemigos de clase.

    Debemos enfrentar el acuerdo con el FMI con los métodos de la clase obrera. Llamamos a un Congreso de delegados de base con mandato que prepare las condiciones para un Paro general, para recuperar todo lo perdido por la pandemia y desarrollar una vanguardia obrera que expulse a la burocracia de nuestros sindicatos y sea un embrión de la construcción de un partido revolucionario, como sección de la reconstrucción de la IV internacional.  

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