Este miércoles 22 de junio se cumplen diez días desde el comienzo del paro nacional convocado por la Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) en contra del gobierno de Guillermo Lasso. Esta medida de fuerza fue tomada para protestar en contra del alza de los combustibles, de la comida, el creciente desempleo, por el rechazo a la privatización de sectores estratégicos, por aumento del presupuesto para salud y educación, además de otras demandas.
América Latina está sometida al imperialismo a través de las crisis de deuda, las condiciones económicas de la región se han agravado por el encarecimiento de los combustibles producto de las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea en contra del Estado Ruso liderado por Putin. La clase obrera ecuatoriana nuevamente se levanta en contra de las condiciones miserables que impone el Tío Sam a los países de su patio trasero, los mismos sectores que salieron a la calle en 2019 en contra del gobierno de Lenin Moreno y sus decretos dictados por el FMI, están en pie de lucha frente al sistema capitalista en su etapa de descomposición imperialista. A pesar de los cambios de mando, los cantos de sirena de las constituyentes y el “nuevo progresismo latinoamericano”, nada ha cambiado, las masas empobrecidas siguen sufriendo salarios de miseria, deficiencias estructurales en sus viviendas, los sistemas de salud, educativos y la aplastante inflación que azota tanto a los asalariados formales e informales como a los miles de desempleados.
El paro ha sumado fuerzas con el trascurso de las jornadas de lucha, corte de rutas, ocupación de instalaciones educativas, cese de actividades en el sector agrícola, enfrentamientos masivos en contra del ejército y la policía que han reprimido incluso en los recintos de educación superior, como en la Universidad Central del Ecuador donde desataron una cacería la noche de ayer. En el día de hoy 22/6 se ha sumado a las manifestaciones multitudinarias el FUT (Frente Unitario de Trabajadores), la central más grande de trabajadores de Ecuador, también se han sumado docentes de la UNE (Unión Nacional de Educadores). Lasso ha ampliado el estado de excepción impuesto hace días atrás, ahora son 6 las provincias afectadas por la medida. Las fuerzas represivas ya han matado a cuatro manifestantes, hay mutilados y hasta el momento más de 80 detenidos.
La respuesta del gobierno ecuatoriano se ha modificado en el transcurso de estos días de paro, el presidente Lasso luego de jornadas de movilización se muestra dispuesto a dialogar con CONAIE, la confederación aceptó “abrir la discusión sobre mecanismos de cumplimiento de los puntos” a pesar de las respuestas “imprecisas” del gobierno. La CONAIE ha puesto condiciones para efectuar el diálogo, piden el fin del estado de excepción y que la policía abandone los lugares de reunión y organización que se hicieron costumbre en 2019 como la Casa de la Cultura en Quito. No debemos olvidar que la CONAIE se sentó a dialogar con el gobierno de Lenin Moreno cuando este se encontraba en una profunda crisis producto de las medidas de fuerza, esta confederación que hoy tiene la dirección del proceso abierto es una organización de conciliación de clase, busca apoyarse en sectores de la burguesía y la pequeñoburguesía para negociar, no buscan la insurrección ni la toma del poder político por parte de los trabajadores.
La clase obrera debe intervenir de manera independiente en la crisis que hace tambalear a Lasso y los planes del FMI. Los acuerdos que la CONAIE y el FUT han firmado con gobiernos anteriores demuestran que pactar con los partidos patronales no garantiza el fin de la explotación de nuestra clase, tan solo la revolución agraria terminará con el atraso y la injusticia que domina a los indígenas y campesinos ecuatorianos. Los trabajadores deben recuperar la dirección de sus organizaciones para la lucha y en conjunto al pueblo pobre, realizar un Paro Nacional que saque al FMI, tire abajo al gobierno de Lasso, en la perspectiva de la creación de un Gobierno Obrero.
Debemos impulsar desde las filas del marxismo revolucionario la mayor solidaridad internacional al levantamiento en curso y llamar a una Conferencia Internacional a las corrientes que aun reivindican la dictadura del proletariado, para dar respuesta a la necesidad de desarrollar una dirección revolucionaria discutiendo un programa internacionalista, en el camino de la reconstrucción de la IV Internacional.
Nahuel Mena