El slogan del gobierno “todo marcha acorde al plan” (TMAP) bien puede modificarse por el título de la nota. Es que, ante el fracaso de una “lumpen burguesía”, el Estado yanki tiene que venir al rescate para salvar no a los argentinos sino a los fondos de inversión de su país que pusieron plata acá, fundir al país y luego imponer sus condiciones.
Ahora veremos cómo los gobernadores, la burguesía rentista y rastrera, los parlamentarios y los partidos del régimen como el PJ, las viudas de Cambiemos o el nuevo engendro de los gobernadores Provincias Unidas, le rinden pleitesías a los planes del amo yanqui y “garantizan gobernabilidad” para que el desastroso gobierno de Milei llegue a 2027.
El PJ buscara aliarse a una burguesía nacional no monopolista que, con la complicidad de la burocracia sindical, intentarán llevar a los trabajadores detrás de un gran frente nacional para negociar mejor con el imperialismo. Buscará, como buena dirección contrarrevolucionaria, ser garante de un régimen burgués y sus negocios.
Ante un escenario de crisis, los trabajadores debemos intervenir de forma independiente y confiar en nuestras propias fuerzas. Somos parte activa de los movimientos de masas que se están dando en el mundo contra el genocidio en Gaza y contra las políticas de ajuste y austeridad que intentan imponer los gobiernos burgueses, como podemos ver en Italia, Francia, los países asiáticos y, en nuestra región, Ecuador y Perú, sólo para nombrar algunos. La resistencia al gobierno de Milei inscribe nuestra lucha en los procesos de irrupción de sectores del movimiento obrero que han salido con sus métodos, como en Italia, con huelgas generales y la consigna de “bloquear todo”.
Tenemos una tarea en este marco internacional que es la de echar a Milei y derrotar a un aliado del imperialismo norteamericano en la región. Estamos a semanas de unas elecciones en las que los partidos del régimen se disputan quién será el interlocutor del nuevo amo indiscutido, el imperialismo yanqui. Por eso es muy peligrosa la política de confusión que llevan adelante el FIT-U y otros grupos trotskistas de levantar la consigna “luche y vote”, sembrando expectativas en el parlamento y en el resultado electoral. Es obvio que nada bueno saldrá de las elecciones del 26 de octubre, por lo que llamamos a votar en blanco o no votar o anular el voto y organizarnos para enfrentar al imperialismo y su súbdito Milei.
¡Ocupar todo!
Estamos presenciando la descomposición de un semi Estado, sus instituciones y su forma de dominación. De Cristina, la abogada “exitosa”, a Espert, el asesor de narcos, pasando por la estafa libra y el 3% de Karina, la casta política ha mostrado la podredumbre de un régimen burgués que no puede dar nada a las masas y sólo busca cobrar por sus servicios a los verdaderos dueños del capital y garantizarles sus negocios.
Vamos camino a una nueva devaluación que significa una mayor confiscación de nuestros salarios y una aceleración de la pauperización de nuestras condiciones de vida. El amo imperialista ya exigió la reforma laboral y esto es lo que pretenden imponer las patronales, el gobierno, la oposición burguesa y sus aliados. Este nivel de ataque debe ser respondido con toda la fuerza de nuestra clase y sus métodos pasando por arriba a la burocracia y enfrentando a los empresarios en la producción.
Proponemos discutir en asambleas que de producirse una devaluación debemos plantear ¡ocupar todo! Ocupar los lugares de trabajo, las fábricas, las universidades, las dependencias ministeriales y hacer un paro general de hecho que prepare las condiciones para la huelga general para tirar a Milei e imponer un gobierno obrero.
Tenemos que ser audaces en modificar y radicalizar los métodos de lucha. Venimos de dos años de resistencia al ajuste de Milei, nuestra lucha hizo que no fuéramos derrotados y debilitó al gobierno, pero la oposición burguesa ha logrado desviar la pelea llevando nuestras demandas a los mecanismos parlamentarios. Allí se contuvo temporalmente la disposición a la lucha, con estériles resultados.
Debemos abrir un debate sobre porqué hay que romper con la legalidad burguesa y su envoltura democrática, que nos permita demostrar que los trabajadores podemos dirigir y acaudillar los destinos de una nación en crisis, romper con el imperialismo y destruir al Estado burgués para imponer el gobierno obrero.