Por el triunfo del Garrahan y todas las luchas en curso
Por una salida obrera a la crisis
El gobierno sigue avanzando en el desmantelamiento del sistema de salud argentino, que siempre se referenció en el sistema europeo del Estado de bienestar, para reemplazarlo por un sistema similar al de EE. UU. en el que cada hospital es una empresa que vende servicios y debe competir en el mercado. Los dos modelos están en función de los intereses capitalistas, el primero haciendo al Estado burgués garante de la salud de la fuerza de trabajo para su explotación, el segundo remplazando al Estado por el empresario de la “industria de la salud”. Ambos, son ajenos a las necesidades del pueblo trabajador, cuya salud no les importa, y sólo buscan maximizar las ganancias capitalistas.
El gobierno de Milei nos está conduciendo a una nueva crisis, con la que pretende imponer una nueva relación de fuerzas favorable a los grandes capitales y el imperialismo y descargar el ajuste a los trabajadores activos, pasivos y al conjunto de la población. Todos los partidos patronales y la burocracia sindical, aunque se pinten de opositores (como intentaron ubicarse los gobernadores ahora en el Senado) o hagan discursos en pos de otro tipo de “Estado mas eficiente”, como postulan los K y los Kicillof, coinciden en dejar pasar el ajuste. Con la contención de la CGT, buscan mecanismos para llevarnos a un escenario electoral sin enfrentar el plan de Milei y el FMI en los lugares de trabajo y en las calles.
Pero a estos defensores del Estado burgués y sus instituciones se les está complicando la defensa de la burguesía, ya que desde el primer día de gobierno de Milei importantes sectores de activistas y combativos le damos pelea en las estructuras de trabajo y en las calles con grandes movilizaciones y enfrentamiento con las fuerzas represivas. Esa resistencia ha impedido afianzar un régimen político en base a una derrota de las masas y que surja una base social sostén del gobierno para imponer su política. Los procesos de lucha de clases abiertos, en un escenario mundial de crisis económica y procesos guerreristas, están complicando los planes del gobierno y el imperialismo. Pero este escenario no puede mantenerse a largo plazo, no sólo por el hecho de que si se mantiene este gobierno se va a acelerar la pauperización de las condiciones de vida, sino porque no debemos permitir que continúe este ataque y debemos prepararnos para enfrentarlo y derrotarlo con los métodos de la clase obrera.
Para este objetivo debemos ser claros, no son nuestros aliados ni Cristina, ni Axel y menos que menos la burocracia sindical y los partidos que representan. Debemos confiar en nuestras propias fuerzas y postularnos como dirección revolucionaria conformada en partido, que acaudille a la nación oprimida.
Ante la desorganización de la economía podemos plantear algunas medidas transicionales como el control obrero de las principales ramas de la economía. Para poner un ejemplo, no podemos dejar YPF en manos del Estado burgués y sus expropiaciones truchas, debemos ponerla bajo control obrero. Debemos imponer la escala móvil de horas y salario como medidas transicionales que desarrollen la injerencia del Estado obrero en la sociedad capitalista. Tenemos que recuperar los sindicatos y echar a patadas a la burocracia y ampliar las funciones de los sindicatos en la administración de las cosas. Tenemos que abrir un debate programático al interior de nuestra clase y relacionar las demandas por salario, contra los despidos, las suspensiones y los cierres de fábricas con la necesidad de un programa de transición que ataque las bases productivas de la burguesía y la desorganice como clase para derrotarla.
Impulsemos el plenario nacional del movimiento obrero combativo ocupado y desocupado del 16 de agosto votando delegados con mandatos de base.
¡Abajo el gobierno de Milei!
Aumento salarial, canasta básica $ 2500000, como plantean los trabajadores del transporte.
Por el triunfo del Garrahan y todas las luchas en curso como Georgalos, Secco, Morvillo, Petroquímica de Río Tercero, entre otras.
Impongamos un paro general activo.
Por un congreso de delegados de base con mandato.
Por un gobierno obrero.