Una ola de críticas sacude el mundo luego de las declaraciones de Donald Trump del 4/2, en las que propuso que EEUU se “haga cargo” de la Franja de Gaza. Esta “iniciativa” implicaría, lo dejó claro, la expulsión de ese territorio de los palestinos que vienen de enfrentar más de un año de bombardeos y asedio por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes. El imperialismo propone la limpieza étnica definitiva como “solución final” a la guerra genocida de su enclave israelí contra los palestinos, hoy en pausa a partir de una tregua impuesta a los sionistas por la resistencia.
No es casual que esta propuesta nefasta, una muestra más de la barbarie que el sistema capitalista en descomposición ofrece a la humanidad, fuera vertida en la 1º recepción internacional de Trump luego de asumir como presidente por segunda vez. El honrado era justamente Benjamín Netanyahu, el primer ministro del ente de ocupación. Trump sale así al rescate del gobierno sionista, que tambalea al no encontrar salida no sólo al actual conflicto, sino a una crisis de magnitud histórica dado que Israel es producto de una institucionalidad imperialista propia del equilibrio de posguerra, que hoy cruje por todos lados. Trump propone, retomando la línea de su 1º presidencia, arrasar con toda esa vieja institucionalidad, y su propuesta para la Franja de Gaza, aún con lo poco viable que la podamos considerar, viene a poner en primer lugar la defensa yanqui a Israel como una premisa fundamental del pretendido nuevo orden mundial.
Los hipócritas imperialistas que dirigen los gobiernos europeos, así como los cipayos de todo color en Medio Oriente y el resto del globo, salen a defender el derecho internacional, se rasgan las vestiduras contra la afrenta a los derechos humanos que implican las declaraciones de Trump, gritan la necesidad de mantener las instituciones del sistema de las Naciones Unidas, que pintan como garantes de la paz pero son, por el contrario, las instituciones que han permitido la reciente masacre en Gaza, la continuidad de la guerra en Ucrania, las limpiezas étnicas en África y Asia y todas las tropelías de las potencias imperialistas en los últimos años. Gobiernos como el del laborista británico Christy Cooney o el príncipe heredero Mohammed bin Salman, así como la ONU y los gobiernos de la UE, son cómplices de la expulsión del pueblo palestino de su tierra que se dirige a cumplir 80 años, así como del genocidio en curso, hoy sólo en pausa. Los señores demócratas, liberales y conservadores, defensores de la institucionalidad capitalista no tienen nada que ofrecer al proletariado y los pueblos oprimidos, más que una versión (en apariencia) un poquito menos brutal de la barbarie que sirven hoy a la mesa Trump y su gobierno de multimillonarios. Una versión que no deja de encuadrarse en la preparación militarista de los dirigentes burgueses del capitalismo en descomposición, que anuncia la propia presidenta de la comisión europea von der Leyen al solicitar la relajación de las reglas fiscales y de endeudamiento de la UE para aumentar los presupuestos de defensa; ni deja de regirse por el único eje claro que tiene el imperialismo, que es la necesidad de modificar la relación capital-trabajo a su favor, atacando a nuestra clase, tal como vienen aplicando en Polonia, Ucrania y demás países.
Como planteamos oportunamente, Trump sigue la idea de recuperar el liderazgo perdido en los últimos años y, en base a una política agresiva a nivel económico y poderío militar, se pone como objetivo recuperar la influencia perdida, especialmente ante China, en distintas regiones para intentar imponer una nueva hoja de ruta –en su decadencia- para la situación mundial. Sus primeras medidas han mostrado los límites de la maquinaria productiva y financiera yanqui, amenazando con una guerra de aranceles contra México y Canadá que tuvo que meter 30 días en el freezer por la resistencia de la propia burguesía imperialista que teme que semejantes medidas terminen por agrietar aún más la ya de por sí alicaída salud de la economía norteamericana. Sin embargo, tanto el gobierno de Trudeau, en vías de salida, como el gobierno mexicano de Sheinbaum debieron subordinarse y ceder al pedido de militarizar las fronteras de sus países. Sheinbaum muestra que Trump cuenta no sólo con Milei, Bukele y otros presidentes lamebotas en América Latina; también se ofrecen los servicios de un progresismo decadente, dispuesto a desplegar 10 mil tropas contra su propio pueblo para satisfacer al amo imperialista.
Las reacciones de cólera y el enfrentamiento a la agresividad imperialista expresada por Trump ya se ha visto reflejada en las manifestaciones contras las deportaciones en el propio EEUU. Podemos esperar que la juventud retome allí, así como en Europa, la lucha en favor del pueblo palestino. Esas manifestaciones antiimperialistas son un toque de alarma para la clase obrera organizada y su vanguardia, que ha protagonizado acciones de solidaridad muy importantes, pero no ha logrado ponerse a la cabeza de estas expresiones de lucha. El proletariado tienen la capacidad de enfrentar al capitalismo en su base, imponiendo la paralización de la producción y su control para dejar en el aire a los burgueses y detonar las bases de sus Estados. Luchando contra la asimilación capitalista de los ex estados obreros y los gobiernos bonapartistas de Rusia y China que pretenden disputar la dirección del proceso de restauración al imperialismo, con toda la regresión social que eso implica. Peleando por la destrucción de Israel, ente de ocupación sionista en Medio Oriente, y contra todos los gobiernos burgueses de la región (árabes, túrquicos y el gobierno iraní) cómplices de la masacre contra el pueblo palestino, luchando por la Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente como forma política de la dictadura del proletariado. Para la consecución de todas esas enormes tareas que tenemos por delante, es necesario encarar la labor de saldar la crisis de dirección revolucionaria del proletariado, que muestra una vez más ser la crisis de la humanidad. A cada paso, la situación da nuevos elementos para impulsar de forma urgente el llamado a una Conferencia Internacional por la reconstrucción de la IV Internacional y sus secciones nacionales.
La reciente escalada de agresión de Israel contra Gaza y Palestina en general es la más violenta desde 2014. Los bombardeos sionistas efectuados durante el transcurso de las últimas semanas sobre Gaza han dejado 248 muertos, de los cuales 66 son menores de edad, hasta el momento hay 2.000 heridos. El pueblo palestino ha resistido estos ataques que han destruido sus ciudades, profundizado la crisis sanitaria y la migración masiva, en respuesta a la ofensiva han realizado manifestaciones, destacándose la huelga general convocada en las ciudades con población árabe de Cisjordania e Israel, expresando una tendencia más general de las acciones de masas ante el nivel de crisis.
Al mismo tiempo se han realizado masivas manifestaciones de solidaridad internacionalista en Inglaterra, Irak, Líbano, Siria, EE.UU., Japón, Francia y América Latina etc. La clase obrera ha manifestado su apoyo a la lucha palestina como los trabajadores portuarios de Génova que frenaron un cargamento armamentístico dirigido a Israel, al igual que los portuarios sudafricanos se negaron a descargar cargamento israelí, a estas acciones podemos añadir la ocupación de la empresa de armas Elbit Systems en Reino Unido por manifestantes con el apoyo de trabajares de la planta.
ABAJO EL LOBBY SIONISTA EN LA UNCUYO
Como denunciamos en ese momento (¡Abajo el Lobby Sionista en la UNCuyo! - Corriente Obrera Revolucionaria (cor-digital.org)), el 19 de Agosto de 2020 el rector de la Universidad Nacional de Cuyo Daniel Pizzi emitió una resolución que adopta la definición de ¨antisemitismo¨ aprobada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) que establece: ¨El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto". Esta definición ha sido adoptada por las principales potencias imperialistas y los gobiernos latinoamericanos, en Argentina esta disposición está en consonancia con la resolución N°114/2020 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación.
Con esta definición de antisemitismo se acusa y persigue Juan Carlos Giordano, militante de Izquierda Socialista quien ha manifestado su apoyo a la causa palestina, desde la COR repudiamos enérgicamente la persecución realizada por grupos reaccionarios ligados a Israel. Querer endilgar el antisemitismo a quienes cuestionen a las “instituciones de las comunidades judías” es la forma predilecta que el sionismo ha encontrado para encubrir las atrocidades cometidas por sus “instituciones”, principalmente el Estado de Israel. No podemos permitir de ninguna manera que a través de una definición engañosa y su implementación en la legalidad burguesa nos persigan y pretendan hacernos creer que somos nosotros quienes incurrimos en la discriminación, cuando los sionistas tienen en sus manos la sangre de miles de palestinos, a los cuales desde 1948 han sometido a todas las penurias y violaciones que conlleva el colonialismo.
Debemos convertir en acciones concretas, tanto en las calles como en las escuelas, facultades y los lugares de trabajo, nuestra solidaridad internacionalista. Levantamos las banderas de la lucha palestina, sostenemos la necesidad de la destrucción del Estado de Israel, este enclave imperialista debe desaparecer al igual que los demás gobiernos reaccionarios de medio oriente, luchamos por una nueva forma de organización social y económica con la dirección de la clase obrera, con la perspectiva de la construcción de la Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente y el Magreb. Seguiremos denunciando el accionar genocida de Israel, instamos a realizar campañas públicas, movilizaciones y acciones de solidaridad proletaria.
Retomamos nuestro llamado a las organizaciones de izquierda para luchar en contra de la resolución de Pizzi que apoya al sionismo, otorgando la posibilidad de sancionar a quienes luchamos en contra del genocidio que realiza Israel en Franja de Gaza y los demás territorios palestinos. Preparemos asambleas por facultades e interfacultades de manera presencial con las medidas sanitarias correspondientes. Exijamos a los centros de estudiantes, a la FUC y a la FUA la lucha por la derogación de dicha resolución. Instamos a los sindicatos docentes y no docentes a posicionarse en este sentido y unificar acciones concretas por la anulación de esta resolución.
Rama Universitaria de la COR
El 19 de Agosto, el rector de la Universidad Nacional de Cuyo Daniel Pizzi emitió una resolución que adopta “la definición de “antisemitismo” aprobada por la Alianza para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). Esta disposición está en consonancia con la resolución N°114/2020 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación, que invita a los organismos públicos y privados a que la adopten, y en sus fundamentos plantea que “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto"(http://www.uncuyo.edu.ar/prensa/resolucion-ejemplar-la-uncuyo-adopto-la-nueva-definicion-de-antisemitismo )
Esta definición, que para el lector incauto puede parecer inocente y justa, en tanto condena una evidente aberración como lo fue el holocausto cometido por los nazis, en el contexto actual responde al lobby sionista al cual se rinde tanto Pizzi como el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y al que vienen adhiriendo distintos gobiernos latinoamericanos y de las principales potencias imperialistas. Querer endilgar el antisemitismo a quienes cuestionen a las “instituciones de las comunidades judías” es la forma predilecta que el sionismo ha encontrado para encubrir las atrocidades cometidas por sus “instituciones”, principalmente el Estado de Israel. Este enclave imperialista en Medio Oriente, responsable de cientos de miles de palestinos masacrados, desplazados y privados de sus derechos humanos más elementales, dirigido por el criminal Netanyahu, viene avanzando a paso firme no solo con sus mortíferas bombas, sino también con un permanente proceso de colonización sobre territorios palestinos. El holocausto del siglo XXI es precisamente el que sufren los palestinos en Franja de Gaza y que enfrentan dando su sangre por conquistar su libertad e independencia.
Para muestra de lo canallesco del accionar sionista, cabe destacar los recientes bombardeos a escuelas, la demolición de hospitales en medio de una pandemia, el asesinato de activistas y un sinnúmero de atrocidades cometidas día a día por este enclave genocida apoyado por los principales países imperialistas. El gobierno de Fernández, que en su primera salida al exterior como primer mandatario visitó a su par israelí y adhirió a dicha campaña sionista, sigue el camino de defender la impunidad imperialista en Palestina y en la misma línea se ha pronunciado en la UNCuyo el rector Pizzi.
Es por esto que rechazamos enérgicamente esta nueva avanzada sionista que busca convertir los actuales victimarios en víctimas y a acusar a toda organización que ose cuestionar las evidentes atrocidades cometidas por los sionistas como “antisemita”. Es por eso que levantamos bien alto las banderas del pueblo palestino y luchamos por la destrucción del Estado de Israel y la construcción de una Federación de Repúblicas socialistas del Medio Oriente que plantee como tarea ineludible la lucha antiimperialista y la eliminación de los gobiernos reaccionarios de la región como parte de un plan de edificación de las bases de una nueva organización social y económica basada en la dirección de la clase obrera. Luchamos por la revolución socialista como forma de acabar con las atrocidades de un capitalismo en descomposición, que se sirve de las ideas más reaccionarias como forma de defender los intereses de la burguesía.
Desde la COR siempre hemos denunciado el accionar genocida del Estado de Israel, mediante campañas públicas y promoviendo acciones de solidaridad internacional proletaria, las que, con motivo de repudiar el bombardeo de Israel al Líbano, nos valieron el accionar persecutorio del régimen universitario mediante imputaciones de militantes por realizar acciones de protesta en la UNCuyo.
Es por eso que llamamos a las organizaciones de izquierda a levantar una campaña común contra esta nueva avanzada del sionismo, exigiendo a los centros de estudiantes, a la FUC y a la FUA la lucha por la derogación de dicha resolución. Instamos a los sindicatos docentes y no docentes a pronunciarse en este sentido, y a unificar acciones en pos de la anulación de la resolución de Pizzi.
Debemos continuar este camino de lucha antiimperialista y para eso convocamos a las organizaciones revolucionarias para realizar una campaña común.
CORRIENTE OBRERA REVOLUCIONARIA- RAMA UNIVERSITARIA