El gobierno de Milei y sus aliados macristas van por todo en su plan de torcer a favor de las patronales la relación capital-trabajo e imponer los dictados del FMI y el imperialismo. Su viaje a Israel muestra el alineamiento total a EEUU y su enclave de ocupación y exterminio del pueblo palestino. En la línea de alcanzar el déficit cero para juntar dolares para pagar la deuda externa y activar los negocios del capital financiero más concentrado, detona la audiencia por el salario mínimo y la paritaria nacional docente, mientras anuncia un recorte vía licuadora inflacionaria al presupuesto en educación (y al presupuesto en general).
En sintonía con lo anterior, el viernes 16 de febrero los funcionarios nacionales se reunieron con el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y las federaciones de los trabajadores universitarios (cinco docentes y una no docente) para ofrecer un aumento del 6% para el mes de febrero, que se sumaría al 10% ya acordado en el miserable arreglo que las conducciones burocráticas firmaron con el gobierno anterior. Recordemos que aquel acuerdo en cómodas cuotas no contempló ninguna adecuación para el mes de enero, por lo que sólo ese mes los trabajadores de las UUNN perdimos más de un quinto de nuestro salario. En total, la perdida arroja para los últimos 3 meses un 50% según las propias federaciones. Además, hay que sumar (restar en realidad) el descuento del FONID para los docentes de los colegios preuniversitarios, que también se ven afectados por ese recorte al igual que el resto de la docencia de los colegios y escuelas de todo el país. La “oferta” además indicaba trasladar la negociación de la paritaria fuera del ámbito de educación, algo que desconoce las disposiciones de los Convenios Colectivos del sector. Las seis federaciones rechazaron, sin una nueva audiencia a la vista y con el inminente cierre de las liquidaciones. Debemos decir que la caída del salario real de los trabajadores de la UUNN es algo sostenido en el tiempo por lo menos desde hace 15 años, lo novedoso es lo abrupto de la destrucción salarial a la que nos somete el gobierno liberal.
El recorte presupuestario va más allá de lo salarial. El reconducido del presupuesto 2023 implica una baja real de más del 50% del mismo vía inflación, lo que pone en jaque el funcionamiento de las unidades académicas. Las autoridades universitarias, con la genuflexión que las caracteriza, serán las encargadas de administrar el ajuste: ya se rumorean restricciones horarias, restricciones al uso de equipos de refrigeración y calefacción, corte de programas de becas y asistencia como los comedores universitarios, etc., etc. La gratuidad ya es hace años una ilusión con el cobro de cursos y posgrados, no se descarta la avanzada en la línea del autofinanciamiento; debemos recordar que la Ley de Educación Superior (LES) del menemismo sigue vigente y nunca fue derogada por los gobiernos Nac&Pop. Debemos enfrentar estos recortes porque implicarían el deterioro aún mayor de las condiciones de las instalaciones y equipos, con todo lo que esto implica para nuestras condiciones de higiene y seguridad laboral y para la salud de los estudiantes. Enfrentemos el “autofinanciamiento”, es decir, el avance de la privatización de la ya elitizada educación universitaria, peleando porque abran las escuelas y universidades a la clase obrera.
Las federaciones universitarias quieren mostrar la ahora tan de moda “unidad”, impulsando el Frente de Sindicatos de Universidades Nacionales, pero esa unidad no pasa de declaraciones impotentes ante el avance bestial de Milei. La verdadera unidad de clase tiene que apuntar a un plan de lucha, con el paro general de todas las universidades y la ocupación de las facultades y edificios. Impulsemos asambleas por facultad, asambleas interclaustros y plenarios de delegados de base con mandato en cada universidad del país para discutir un pliego único de reivindicaciones juntos a los estudiantes e investigadores de CONICET y un plan de lucha para sacar a la burocracia sindical de la comodidad de sus sillones e imponer nuestras condiciones al gobierno nacional y a las autoridades cómplices del ajuste. Por salarios que superen la canasta básica indexados mensualmente a la inflación, pase a planta de todos los precarizados, condiciones seguras de trabajo y contra las intentonas por avanzar en el teletrabajo como forma de flexibilización laboral y desorganización de nuestra clase.
Proponemos a las corrientes combativas y de la izquierda, impulsar oposiciones revolucionarias para enfrenar a las burocracias de las federaciones y los sindicatos de base. La tentación de la unidad “antimilei” con los que nos vienen entregando desde hace años a los diferentes gobiernos de turno no puede llevarnos más que a la derrota. Organicemos un plenario nacional de la oposición docente y no docente para prepararnos para la lucha por venir. De lo contrario, la confusión reinante puede hacer que las energías de la bronca contra el ajuste del gobierno nacional se dispersen y termine imponiéndose el plan de nuestros enemigos, a esto apuestan Milei y sus cómplices.
La lucha universitaria deberá ser parte de una pelea más general, en primer lugar con todos los trabajadores de la educación de los otros niveles, que están en pie de guerra por la anulación de la paritaria nacional y el recorte del Fonid. ¡Vamos al paro educativo nacional!
Se impone asimismo la unidad con el conjunto de los estatales y trabajadores de la industria, los servicios y las organizaciones sociales independientes del Estado para organizar el paro general contra el DNU, los protocolos represivos y todo el plan fondomonetarista de Milei, Macri, los gobernadores y el resto de la casta burguesa arrodillada al capital financiero internacional.
Docentes y nodocentes universitarios de la COR
El 22 de diciembre la CONADUH recibió una comunicación telefónica de Jaime Perczyk , informando la “propuesta” salarial del gobierno: 2% en enero de 2021 a cobrar en febrero, 4% en febrero a cobrar en marzo y 4% en marzo a cobrar en abril. También un bono por dedicación $1000 para los simples, $2000 para los semi exclusivos y $ 4000 para los exclusivos.
Esta propuesta, además de una suma irrisoria, liquida la instancia paritaria, al no ser hecha por escrito y en las instancias formales de la misma. Además, nuestra paritaria es de marzo a febrero 2020, por tanto, el incremento propuesto para marzo se corresponde con la paritaria 2021.
Frente a esto, algunas gremiales como AGD-UBA lograron hacer asambleas virtuales a pesar del poco tiempo y siendo una fecha complicada.
En todas se votó el rechazo por unanimidad. Finalmente, CONADUH votó el rechazo y planteó un aumento del 20% en diciembre y un bono igual para todos los docentes independientemente de la dedicación, una contrapropuesta bastante por debajo de las verdaderas necesidades de los docentes.
CONADU y las otras federaciones serviles al gobierno ya tenían la lapicera lista y no tardaron en firmar. Ante esto un sector de delegados y afiliados a CONADU hicieron circular un petitorio en contra de la firma de la paritaria por parte de esta federación por haberse realizado de forma inconsulta. Al día siguiente, la burocracia de FATUN firmó un acuerdo casi calcado para los no docentes, el otro sector de los trabajadores de las Universidades Nacionales; solo difiere en el alcance y monto de los bonitos.
Pero CONADUH tampoco ha estado a la altura de las circunstancias. Durante todo el año pasado, donde los docentes fuimos precarizados y flexibilizados con las clases virtuales, y ninguneados por el gobierno al negarse a aplicar la cláusula gatillo definida en la paritaria pasada, prácticamente no quisieron llevar adelante ninguna medida de lucha, salvo algunos paros virtuales por insistencia de las gremiales y jornadas de lucha que consistían básicamente en twitazos.
Con la excusa de que no había que movilizar por la pandemia, en realidad la causa del inmovilismo de CONADUH es una conducción que está compuesta por corrientes conciliadoras con el gobierno, el PCR y kircheristas ligados a la CTA, que sostuvieron que no había que hacer nada “para darle tiempo a Alberto”. Y si, Alberto tuvo tiempo para ajustarnos y precarizarnos para pagarle al FMI.
En la mayoría de las universidades nacionales que estuvieron cerradas todo este tiempo, no se puso un peso para mejorar las condiciones edilicias y de seguridad e higiene y sólo se sentaron a escribir protocolos irrealizables. Pongamos en pié comisiones de higiene y seguridad conformadas por trabajadores de cada facultad elegidos en asamblea para garantizar las condiciones de salubridad laboral e impongamos a las autoridades partidas presupuestarias específicas para las obras en infraestructura necesarias.
Es importante prepararnos para el no-inicio de clases, donde los docentes logremos una medida contundente para activar nuestros reclamos. Junto con esto, impulsemos un congreso nacional de delegados de base presencial de toda la docencia universitaria, con mandatos y elegidos en asambleas por Facultad o Universidad, instancia en la que también puedan asistir compañeros de otras federaciones, para deliberar acciones, medidas de lucha y un programa para pelear por nuestras exigencias.
Docentes Universitarios de la COR