El jueves 30/1 se concretó la primera reunión formal de la restituida paritaria nacional docente, derogada por Macri tras un acuerdo con la burocracia que establecía un mecanismo automático de actualización del salario de referencia (fijándolo en un 20% por encima del SMVM). Importa recordarlo, porque se suma a la larga historia de fracasos de la burocracia sindical docente en la mesa de negociación.
Supeditada a la negociación de la deuda externa, la discusión paritaria no tuvo definiciones aún sobre la pauta de incremento salarial 2020, ni la asignación presupuestaria nacional para educación. Abiertamente alineados con Fernández, no sorprende que los representantes sindicales salieran muy conformes a comunicar su pronóstico de un “normal inicio de clases” como agradecimiento por su retorno a la cogestión del plan de ajuste que delinean el Ministro de Educación Trotta y sus pares provinciales. Claro que no hubo planteo alguno de parte de la representación sindical sobre la crítica situación de los docentes de Chubut, cuyos salarios fueron congelados y se pagan en tandas, ni por la decisión unilateral de Manzur de derogar el acuerdo paritario en Tucumán. Tampoco por la parálisis de las paritarias provinciales y la decisión de eliminar el gatillo por parte de los gobernadores. La celeste se prepara, una vez más, para aislar los conflictos provinciales.
Un objetivo asumido por la celeste en CTERA es garantizar la desindexación salarial a Fernández y a los gobernadores. Trotta pretende un esquema de discusión salarial trimestral, y promete que este año los salarios docentes le ganarán a la inflación, pese a considerar que “el salario atado a la inflación profundiza el déficit”. ¿Cómo piensa lograrlo entonces? Pues “ganarle a la inflación” no es lo mismo que salir de la pobreza. Con una canasta básica que ronda los 40.000$, una inmensa mayoría de los trabajadores de la educación está por debajo de la línea de pobreza.
La burocracia y el gobierno apuntan a modificar la suma fija del Incentivo Docente (estancado desde el año 2016 en 1200 pesos por cargo/proporcional horas cátedra) y el Fondo de Compensación Salarial (monto de garantía salarial que complementa los salarios de provincias que no cubren el mínimo) priorizando los salarios iniciales del escalafón. Lo cual, no sólo estará muy lejos de recomponer el salario de más de 250.000 docentes que ganan la mínima (20.250$), sino que además profundizará el achatamiento de la escala salarial. En la mayoría de las jurisdicciones, es imperceptible la variación salarial entre el docente inicial y quienes tienen 10 o más años de antigüedad.
La política laboral de la burocracia
La burocracia sindical de CTERA, fracasó en enfrentar la política macrista en educación, y subordinó todo su accionar a un triunfo electoral del Frente de Todos. Como correa de transmisión de la política de ajuste de Fernández, se alista para garantizar un normal inicio de clases y colaborar en la aplicación de la política educativa y la reforma laboral en educación de Fernández.
En la negociación paritaria ayer, se acordó la conformación de 10 comisiones de trabajo, donde la celeste en CTERA reflotará su programa inconcluso durante su colaboración con el gobierno K. En palabras de Baradel, la conducción de CTERA quiere discutir la "inversión en el mantenimiento y construcción de escuelas, formación docente, salud laboral docente, definir medidas para mejorar la asistencia de alumnos y docentes y avanzar en la extensión de la jornada escolar" (Página12, 8/1/20). Llamamos la atención sobre las medidas con las que la burocracia pretende mejorar el presentismo. En Mendoza, el Ítem Aula impuesto por Cornejo como doble presentismo, ya fue naturalizado por los aliados de Baradel. Otra variante es la medida antihuelga impuesta por Alicia Kirchner en Santa Cruz, con un puntaje especial para los concursos docentes, asignados a quienes tengan asistencia perfecta. No olvidemos que Cristina llegó a plantear en paritarias un fondo de presentismo para atacar el derecho a huelga docente. Que estas medidas no fueran puestas a discusión en la paritaria ayer, no es una buena señal para los trabajadores.
La extensión de la jornada escolar, es una vieja demanda de la celeste, quien la plantea como extensión de la jornada laboral docente (hoy el cargo docente es por media jornada). Esta propuesta de modificación de la jornada laboral incrementando su duración, conlleva la naturalización de la sobrecarga laboral docente y la reducción de puestos de trabajo.
Reagrupar a la oposición nacional docente
La ausencia de principios de independencia de clase en un programa impregnado de estatismo, lleva a las listas opositoras a plantear medidas redistributivas, una reforma que revierta la provincialización del sistema educativo. Como si la renacionalización resolviera el problema del carácter de clase de la escuela en el capitalismo. La escuela previa a la descentralización impuesta por la dictadura y el menemismo, era tan capitalista y clasista como la actual.
La crisis de la educación es expresión de la crisis capitalista como tendencia mundial. La burguesía impulsa reformas educativas, laborales y previsionales en un intento de sanear un sistema decadente a costa de los trabajadores. Las lecciones de lucha de la juventud y las masas asalariadas en Chile, como el punto más álgido de una Latinoamérica convulsionada, debe orientar el debate programático de los revolucionarios que intervenimos en sindicatos docentes de la región, abriendo los mismos a la participación de delegados estudiantiles con voz en nuestras instancias de deliberación. Impulsando la recuperación de los sindicatos y centrales con un programa de independencia de clase y del Estado.
Los sindicatos y seccionales que fueron recuperados por listas multicolores, sufren la tensión en sus conducciones conjuntas con los nuevos aliados de la celeste, como el PCR. Es necesario avanzar en reagrupar a las tendencias que reivindican la independencia de clase, junto al activismo antiburocrático, en una oposición nacional docente que, con libertad de tendencias, unifique un pliego de reivindicaciones para organizar y cohesionar en cada escuela desde los intereses de los trabajadores.
Necesitamos imponer delegados paritarios con mandato y revocables, que lleven a la mesa paritaria la exigencia de recuperar lo que perdimos durante el macrismo. Exijamos aumentos al básico para elevar el salario inicial al valor de la canasta familiar por un cargo y su actualización permanente de acuerdo al aumento de precios. Impongamos el ingreso único al sistema educativo para terminar con la precarización laboral docente, y la eliminación de toda medida de productividad como el ítem aula/doble presentismo y las medidas antihuelga extorsivas de exclusión de docentes en concursos. Exijamos la reapertura de los cursos y escuelas cerrados y la reincorporación de todos los docentes despedidos. El presupuesto educativo no puede estar subordinado a la negociación con los usureros internacionales y el FMI. ¡No al pago de la deuda externa! ¡Abajo la reforma previsional!
Los trabajadores de la educación no podemos convalidar el acuerdo del gobierno y los movimientos sociales cayetanos para que la infraestructura escolar tenga mantenimiento en base a la explotación de mano de obra ultraprecarizada organizada en cooperativas y como monotributistas. Exijamos su incorporación a planta permanente en las áreas de infraestructura escolar correspondientes.
No podemos permitir que la paritaria nacional docente sea la referencia de la negociación del ajuste para todos los sectores, y, una vez más, techo para todos los estatales. Preparemos el NO INICIO DE CLASES NACIONAL llamando a poner en pie un congreso de delegados de base mandatados, que unifique la lucha contra el plan de descargar la crisis sobre la clase trabajadora.