Elecciones de Seccionales en todo el país
Votamos en blanco o nulo
El próximo martes 27/11, a nivel nacional, se renovarán las conducciones de Seccionales del Sindicato bancario. En la mayoría hay lista única, con lo cual el oficialismo tiene la continuidad prácticamente garantizada, en particular en las seccionales más grandes, como Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Mendoza, Tucumán. En Córdoba se armó una lista “alternativa” a la histórica conducción de Raúl Carlos Ferro, la n°28 Celeste y Blanca, pero que no ha sido oficializada por el sindicato. Las únicas seccionales donde se oficializaron dos listas fueron Bahía Blanca, La Rioja y San Salvador de Jujuy. A lo sumo, en algunos casos cambian algunas figuritas, o en otros se tratan de posicionar mejor, como es el caso de Sergio Jiménez en Mendoza, que viene levantando vuelo hace un tiempo dentro de la esfera pública.
Lamentablemente, los estatutos del sindicato sólo permiten que a estos cuerpos colegiados sólo accedan los que son o fueron delegados de una Comisión Gremial Interna y se requiere una cantidad enorme de candidatos. Así, dejan afuera de las elecciones no sólo a la base de trabajadores, sino a las tendencias o corrientes político-sindicales opositoras. De esta manera se garantizan que las nuevas camadas de activistas que vienen surgiendo en los últimos procesos de lucha no tengan expresión orgánica en el sindicato, si no es a través de las listas oficialistas. Lo último que quieren éstas es que algún sector cuestione su poder, sus acuerdos con las patronales, sus métodos burocráticos. Por eso este proceso electoral se da sin ninguna discusión seria sobre cuáles son las tareas de los bancarios ante el escenario económico, político y social que se abrió en este periodo. No quieren someter a discusión el programa de conciliación de clases que impusieron, sin que nadie lo vote, en nuestra organización sindical. Necesitamos un sindicato democrático, como herramienta fundamental de organización y lucha de los trabajadores para enfrentar los fuertes embates que se nos aproximan, con total independencia política de las patronales y sus agentes.
Pero esta burocracia sólo se aferra al estatuto bancario cuando le conviene. La figura del delegado de base, también establecida en los estatutos, es una institución de representación de base que pretenden extinguir. Una pequeña minoría de bancos aún tiene delegados de base y, en muchos casos, donde los hay, intentan soslayar su poder de representación. Fortalezcamos la figura del delegado de base, impulsemos elecciones de delegados en todos los lugares de trabajo. Preparemos un Congreso de Delegados Bancarios, donde discutamos y votemos las tareas y la orientación del sindicato en el marco del actual ajuste.
Enfrentemos el ajuste
Estas elecciones se dan en medio de un contexto de ataque por parte del gobierno y las patronales, que luego del acuerdo con el FMI han lanzado un ajuste tremendo que ataca las condiciones de vida de los trabajadores y a nuestras organizaciones. Esto no sólo a través de la reforma laboral, que intentaron aprobar el año pasado en el Congreso, sino por medio de sistemáticos ajustes a nuestros bolsillos con una megadevaluación, aumento de precios y de tarifas y permanentes ataques a los derechos laborales ya conquistados, sumado a despidos masivos, suspensiones, etc.
El plan de ajuste impuesto por el FMI ha favorecido enormemente al sector financiero, que se beneficia con la especulación, con las corridas bancarias, la bicicleta financiera y las devaluaciones, a costa del empobrecimiento de grandes sectores de trabajadores. Otro de los grandes proyectos que tienen es la privatización de la banca pública, para liberalizar aún más el sistema financiero, según las exigencias de la OCDE. Los compañeros del Nación y el Provincia están a la cabeza de los reclamos contra el vaciamiento y la mayor sumisión a los capitales imperialistas.
Mientras tanto, Palazzo y las conducciones provinciales del sindicato, en lugar de desarrollar la organización de los trabajadores para enfrentar los ataques, nos llaman, desde los púlpitos de la Pastoral Social, a poner en pie un “nuevo pacto social” que garantice una convivencia armónica entre explotadores y explotados. Es que Palazzo está tratando de jugar en “las grandes ligas”, es decir, que ante el conflicto social latente, la burocracia sindical sabe que tiene que jugar un rol de contención, para garantizar a los capitalistas una convivencia que les permita seguir explotándonos. Al interior de la burocracia de la CGT se está dando la disputa para ver quién es el que mejor lleva ese papel y él ya se ubicó debajo del ala moyanista. Este camino de contención con un nuevo pacto social también surge de un acuerdo con la Iglesia Católica, con la que no sólo marcharon, junto a organizaciones de economía popular, a San Cayetano e hicieron su acto político en Luján para pedirle a una virgen por el cambio de política económica del país, sino que buscan armar un frente electoral con algún ala K y otras ramas del peronismo para ordenar un poco la situación nacional... a favor de un sector patronal.
Pero mientras el oficialismo del sindicato posaba de combativo y opositor, su enfrentamiento al ataque de los banqueros ha sido prácticamente testimonial. A duras penas, logró conseguir un aumento paritario en muchas cuotas para todo el año, que anualizado no llega al 22%. Tampoco ha movilizado nada para frenar los despidos encubiertos en la banca privada y el ataque abierto a los trabajadores de los bancos públicos. Al 22 de noviembre, la cámara ABAPPRA, que nuclea a los bancos públicos, se negaba a firmar el último acuerdo por 12% de aumento para el último trimestre de 2018. Consideramos que el paro convocado para el día 23/11 en los bancos donde no se firmó el acuerdo paritario no es una medida contundente, sino una pantomima de enfrentamiento, al que la conducción del sindicato no quiere ir. Es importante que paremos todos los bancarios, sin distinción de ”cámaras” y golpeemos con un solo puño, todos juntos contra los despidos, los retiros voluntarios, las crecientes tercerizaciones, los descuentos en impuestos a las ganancias. Hay que imponer la devolución de los días descontados por paro en el Banco Provincia, lo cual representa un enorme ataque al derecho a huelga. Hay que enfrentar la reforma previsional que impuso Vidal para los trabajadores bancarios de la provincia de Buenos Aires, que es un puntapié experimental para el ataque al conjunto de los trabajadores.
Desarrollemos una Oposición Sindical Revolucionaria
Desde la COR llamamos a votar en blanco o nulo en las próximas elecciones de seccionales, ya que no vemos ninguna lista que represente el principio fundamental de la independencia de clase. Proponemos que, junto a sectores opositores de izquierda en el sindicato, pongamos en pie una Oposición Sindical Revolucionaria que tome en sus manos las tareas de pelear por un sindicato combativo, con independencia de clase, que bregue por una verdadera democracia sindical, donde haya libertad de tendencias y representación de las minorías en los cuerpos orgánicos. Impulsemos plenarios de delegados de base con mandato, en los que discutamos el programa que tenemos que levantar como organización sindical y que voten paritarios con mandato para que lleven adelante las negociaciones con las patronales. Por una paritaria nacional con retroactivo a enero 2018 y sin descuentos de los días caídos. Devolución de esos días a los compañeros que pararon y se sumaron a las medidas de fuerza. Delegados de higiene y seguridad. Basta de tercerización, pase a planta a los tercerizados de todo el sistema financiero.
Marchemos contra el G20
La Cumbre del G20 en Buenos Aires será un ensayo del gobierno y el imperialismo para imponer el ajuste de hambre con represión y mano dura, trazando un virtual Estado de sitio en la ciudad. Por su parte, la burocracia sindical está preparándose para ser un interlocutor del FMI y mostrarse como garante de la contención social. Los trabajadores debemos fortalecer nuestra organización para enfrentarlos. Recuperar nuestros sindicatos es una tarea que está a la orden día. La independencia de clase es fundamental para que nuestras herramientas gremiales puedan llevar adelante las tareas que impone la situación. De esta manera, podremos levantar un programa revolucionario que represente verdaderamente los intereses de los trabajadores: por una salida obrera y socialista.