El acuerdo firmado por el Gobierno Nacional con el FMI significa una política de ajuste que busca la reducción del déficit fiscal y gasto público, sumado a las reformas laboral, educativa, jubilatoria, etc. Para configurar una nueva relación capital –trabajo con el objetivo de extraer mayor plusvalía, lo que significa una mayor explotación de nuestra clase con la que se pagará dicho préstamo. En educación esto se traduce en un recorte del ya magro presupuesto educativo.
Las y los estudiantes venimos de un aumento en el boleto del colectivo, de la bandeja del comedor universitario, las condiciones de vida de la juventud cada día son más severas, a más de dos años del comienzo de la pandemia todavía no sabemos cuántos compañeras y compañeros han dejado de cursar definitivamente por la crisis económica. Las conducciones de los centros de estudiantes han sido garantes y cómplices de la pasividad que buscan imponer las autoridades hacia el interior del movimiento estudiantil. Actualmente en derecho tenemos más de 500 estudiantes en un limbo permanente porque peligra la continuidad de su carrera en pos del ajuste presupuestario. La academia burguesa es elitista y busca perpetuar la dominación de clase, su política de expulsión debe ser enfrentada con todas nuestras fuerzas, luchemos para abrir la universidad a la clase trabajadora, el triple turno de cursado, el boleto educativo gratuito, la comida accesible para todos son reivindicaciones urgentes.
ABAJO EL PLAZO DE EGRESO EN DERECHO
En la Facultad de Derecho se estableció un plazo límite de egreso para Marzo de 2023 para los estudiantes ingresados con el plan de estudios del 84/90 y, para quienes no logren terminar en ese tiempo, su cambio automático al plan 2017, lo que implicaría que se agreguen 22 materias más, entre otras cosas. Por su parte, el Centro de Estudiantes conducido por la Franja Morada (agrupación universitaria juvenil del rancio radicalismo) dijo desde un principio que la eliminación del plazo no era factible y ofrecieron una lista de propuestas a la medida de las autoridades como la extensión del plazo condicionado a la evaluación de una comisión con “criterios objetivos” de la situación de cada estudiante en particular y el diseño de un plan de trabajo sujeto a un seguimiento estricto, es decir, hay que informar si se desaprueba, si se aprueba, si se decide no rendir, etc… La FM conduce el centro de estudiantes desde 2020 sin llamar a elecciones con la excusa de la pandemia, tampoco convoca a asambleas.
En este marco, un sector de estudiantes nos venimos organizando para enfrentar esta avanzada. El día lunes 4 de abril, fecha en que se retoma el cursado presencial, se realizará una sentada en las puertas de la facultad para exigir la eliminación del plazo 2023. Esta acción debe ser el puntapié inicial de un plan de lucha en conjunto con docentes, no docentes y estudiantes de otras facultades que se proponga derrotar las políticas expulsivas de la academia burguesa.
RECUPEREMOS LOS CENTROS PARA LA LUCHA
Frente a este panorama de ajuste brutal en el cual avanza la expulsión, ¿Qué otras excusas pondrán para no hacer asambleas por curso y general? Debemos reorganizarnos, elegir delegados por curso que formen un cuerpo de delegados mandatados por sus compañeros y compañeras que se proponga luchar por la recuperación de los centros de estudiantes para enfrentar la miseria cotidiana que impone el FMI. Hagamos asambleas en todas las facultades, paralicemos la UNCUYO, con tomas y cortes para que nadie se quede afuera.