Se cumple la tercer semana de lucha de los metalúrgicos de la empresa WEG por la reincorporación de los 35 trabajadores despedidos. La conciliación obligatoria dictada por la secretaría de trabajo de Omar Sereno ha mostrado ser un completo fraude: sólo sirvió para que la conducción de la UOM intentara desviar el verdadero objetivo de la lucha, que es ganar la reincorporación de todos los compañeros. La empresa ha desconocido la conciliación, no dejando entrar a la planta a los trabajadores despedidos. La policía de la provincia, mientras tanto, mantiene guardias en la entrada y ha desalojado los cortes de portón.
Ante la dureza de la empresa, que no quiere negociar, los trabajadores continúan la lucha. Con su combativo cuerpo de delegados a la cabeza, mantienen la presencia en el portón y la guardia alta dentro de la planta para impedir que la patronal imponga la disciplina, la paz de los cementerios. En este sentido, los trabajadores convocaron a otros sindicatos y delegados para realizar un corte de la avenida O’Higgins frente a fábrica el jueves 16 de mayo; participaron la delegación recuperada de la UEPC Capital, así como delegados y activistas del laboratorio Klonal (ATSA), estatales de ATE, trabajadores de VW y estudiantes de la UNC. Los principales protagonistas de la acción fueron los trabajadores de WEG, mostrando su disposición a seguir la pelea hasta la reincorporación de los compañeros. En horas de la tarde, la secretaría de Sereno convocó a la empresa a una nueva audiencia de conciliación el martes próximo (21/5), amenazando con tomar acciones contra la empresa por sus incumplimientos, pero sabemos que la secretaria de trabajo no puede garantizar sus propias disposiciones; esto no es raro ya que se trata de un instrumento más del aparato a través del cuál el Estado burgués mantiene estatizadas nuestras organizaciones, su objetivo “mediador” es atarnos las manos para luchar.
Como bien manifestaron los delegados en el corte, las acciones de solidaridad y en la calle son puntos de apoyo importantes, pero la clave está en la producción, donde se puede golpear a la empresa para imponerle nuestras demandas. En este momento, toda la rama metalúrgica está atravesando una profunda crisis, sobre todo la línea blanca, pero no solamente. En Montich hay conflicto por despidos anteriores y actuales aumentos de los ritmos de trabajo, en F2J Lighting (ex – Valeo), la patronal amenaza con abrir un preventivo de crisis por la situación crítica de las automotrices (agudizada por las inundaciones en Porto Alegre), están dadas las condiciones para un paro provincial de la UOM, que debe desarrollarse en un paro nacional de toda la rama.
Desde la COR y nuestra tendencia internacional, la TRCI, nos ponemos a disposición de la lucha de los metalúrgicos de WEG, que han demostrado que hay un camino de lucha para frenar la ofensiva de las patronales que pretenden descargar la depresión económica generada por las políticas de Milei y el FMI sobre las espaldas de la clase obrera. ¡Viva la lucha de los trabajadores de WEG! ¡Todos adentro! ¡Por un paro general de la UOM!
Esta mañana, los trabajadores de la empresa de capitales brasileños WEG paralizaron la producción contra más de 35 despidos que la patronal pretende imponer desde el viernes 26/4 a la tarde, a través de telegramas y un escribano que iba casa por casa notificando a los compañeros y compañeras durante el fin de semana.
La política de la empresa, en lo inmediato, se relaciona con la caída “como un piano” del consumo de la rama a la cuál abastece de motores eléctricos producidos en la fábrica de Córdoba capital, que es la de línea blanca. La recesión llevó a su principal cliente, la mexicana MABE, ex Alladio instalada en la ciudad de Luque, al despido hace algunas semanas de 200 de sus 900 operarios. Alladio, antes de ser adquirida por el grupo mexicano, ya concentraba más del 60% del mercado de lavarropas, con marcas como Drean. La política recesiva del gobierno se combina con la ofensiva patronal para hacernos pagar la crisis de los empresarios, que el gobierno pretende hacer ley con la reforma laboral incluida en la Ley de Bases, reforma laboral que ya negoció con la burocracia sindical.
Las medidas tomadas por los trabajadores de WEG y su cuerpo de delegados tienen la importancia de una demostración: los despidos se pueden enfrentar con los métodos obreros. ¡Por la reincorporación de todos los metalúrgicos y metalúrgicas de WEG!
A los trabajadores no nos interesan los problemas de mercado que tenga la patronal, es un problema de ellos. Plata hay, por la apertura de los libros de contabilidad para que los operarios escruten los movimientos y los millones que la empresa viene ganando, como fue el caso en plena pandemia, donde pretendieron desaforar a los delegados por ejercer su actividad sindical para poder utilizar mejor los métodos policiales de la cuarentena para imponer su disciplina y sus salarios a la baja.
Hoy a la tarde, el ministerio de trabajo convocó a una audiencia solicitada por la UOM a las partes. No podemos confiar en la intervención del ministerio. Son los propios trabajadores con sus métodos los que pueden sentar a la patronal a la mesa para retrotraer los despidos. La UOM debe convocar a un paro de todas las fábricas metalúrgicas, porque también la empresa MABE está encuadrada en la UOM y son muchas las fábricas donde se multiplican los despidos. Esto, en el camino de una lucha generalizada contra la ofensiva de los empresarios, que golpean en la producción e impulsan leyes para cristalizar una relación de fuerzas que creen que les es favorable. Reivindiquemos el 1º de Mayo, nuestro día, con una gran acción de lucha que puede ser un gran acto obrero contra los despidos, las suspensiones y por salarios que superen la canasta familiar. Garanticemos que el paro del 9 de mayo sea una medida contundente, donde no se mueva una máquina y pongamos en la calle todo el peso de la clase obrera.
¡Por el triunfo de los trabajadores de WEG!
¡Reincorporación de todos los despedidos!
¡Apertura de los libros de contabilidad!
¡Por un paro general de la UOM!
Las paritarias 2021 se definieron como nos tiene acostumbrados el burócrata Caló y su séquito de acólitos y secretarios generales. Una vez más se negoció con delegados paritarios que no fueron elegidos por las bases, en congresos poco claros, y sin discutir con los metalúrgicos. Tal es el caso de la seccional Córdoba, donde se hicieron elecciones de congresales solo con los delegados de la agrupación oficialista Eva Perón. Los delegados que no son afines a Urbano quedaron fuera.
Está nueva traición de Caló fue a pedido de las cámaras patronales y el gobierno, que se volvía loco por ponerle techo a las paritarias y marcar la tendencia para las negociaciones de los demás gremios. Con el macrismo, nos chamulló que por la crisis provocada por la apertura de importaciones, los metalúrgicos nos teníamos que quedar callados y cuidar el trabajo, mientras se cerraban fábricas dejando a miles de trabajadores despedidos y en la miseria. El año pasado, con el comienzo de la pandemia de COVID-19, el nuevo gobierno aprovechó para coartar las prácticas sindicales, asambleas e incluso los gremios cerraron sus puertas.
Lo que acordó Caló es una vergüenza: un 35,2% en cómodas cuotas, que se pagarían en forma de no remunerativos hasta su posterior blanqueo. La primera cuota de abril, 13,2% no remunerativo, a blanquearse como un 15% en julio. En julio la segunda cuota en negro de 9%, que se blanquearía como un 10% en octubre. Y en octubre, la última parte no remunerativa de un 9 %, que se blanquea como 10,2%… recién en enero del año que viene!!! Seis escalones para llegar a ese 35,2% mentiroso, y que está muy lejos de la inflación proyectada y por supuesto no cubre la pérdida de la paritaria del 2020. Finalmente, el acuerdo queda sellado hasta fines de marzo de 2022, aunque con una promesa de revisión en diciembre.
Toda la parte no remunerativa del aumento es la millonada que se ahorran los empresarios al no pagar las cargas patronales. Esa millonada contrasta con la miseria en la que nos encontramos los metalúrgicos. Compañeros, es una vergüenza que la rama 17 de la UOM no llegue ni a los $50.000, sabiendo que la canasta básica está por sobre los $85.000 en la región pampeana (datos de marzo de la Junta Interna de ATE-INDEC).
Una forma de reconocer la miseria salarial metalúrgica es el llamado Ingreso Mínimo Global de Referencia (IMGR) que hace algunas negociaciones Caló introdujo en los acuerdos como una colchoneta para amortiguar la caída de la escala salarial. Este mecanismo destruye el básico, ya que las últimas categorías del convenio quedan por debajo de este mínimo, además incluyó “una cláusula de crisis” por la cuál las patronales pueden gambetear su cumplimiento “mediante acuerdos con la representación sindical, a nivel de las respectivas Seccionales”.
Frente a este avasallamiento, cabe el rechazo al acuerdo miserable para poner a los metalúrgicos de pie: ¡pase al básico de todas las sumas en negro!, ¡salario inicial igual a la canasta básica familiar!, ¡reincorporación de los despedidos! y ¡efectivización de los contratados!
La burocracia sindical de la UOM nos dejó a merced de las patronales y sus protocolos COVID, diseñados por ellos con aprobación del COE (hoy un ente fantasma). Esos protocolos, igual que la prohibición de elecciones sindicales, están diseñados para controlar nuestros movimientos en las plantas y echarnos la culpa de los contagios en plena pandemia. Y nada ha cambiado con esta 2º ola. Las patronales nos quieren hacerse cargo de las deficientes condiciones de seguridad e higiene, tanto en las instalaciones como en los equipos de protección. No quieren gastar en los necesarios tests, y ocultan los casos positivos para evitar que los aislamientos preventivos les generan “ausentismo” y bajas de producción: así de cínicos son, para ellos somos números en una planilla.
Mientras, la maquinaria no paró nunca y en la recuperación que celebran los gobiernos y las patronales, algunos sectores se vieron fortalecidos, como el sector automotriz, autopartista, línea blanca, maquinaria agrícola, etc. ¡Para eso eran los protocolos! ¡Para garantizar la producción y las ganancias patronales a costa de nuestra salud y condiciones de vida, incluido el salario!
Está claro que no podemos dejar nuestra salud y la de nuestras familias en manos de nuestros enemigos de clase. Tenemos que poner en pie comisiones de seguridad e higiene en asamblea y con delegados con fueros para imponer a través de nuestros métodos como la parada de líneas y el paro de planta hasta que se garanticen los EPPs, las reformas en la infraestructura, el encapsulamiento real en burbujas, el transporte seguro, tests preventivos periódicos para todos los trabajadores de cada empresa y el aislamiento de los contactos estrechos. Con el conjunto de nuestra clase, debemos pelear por un plan de vacunación bajo dirección obrera, para acabar con el manejo burgués de las vacunas que terminan en los zánganos VIP y para que se proteja a los trabajadores.
Pero el 2020 no paso sin dejar luchas. Trabajadores de frigoríficos salieron a la lucha, también los colectiveros de UTA, los municipales de Capital y Jesús María, los trabajadores de ARCOR. Más cercano en el tiempo, los trabajadores de los hospitales están realizando paros y asambleas. A nivel nacional, en Neuquén los trabajadores de salud cortan las rutas dando un golpe al gobierno y a las petroleras, también han salido los portuarios y colectiveros de Bs As, los vitivinícolas en Mendoza, nuestros compañeros de Siderar en la UOM. Muestran el rumbo, lo que tendremos que enfrentar y los métodos para hacerlo.
¡Caló y las cámaras se tienen que enterar de lo que pensamos de su acuerdo! Vamos a las asambleas por sectores y fábrica. Los delegados de la UOM se tienen que poner a la cabeza de esta tarea. Si no lo hacen hay que elegir nuevos delegados que respondan a los trabajadores y a los desafíos, reemplazarlos por compañeros decididos y dispuestos a luchar. Debemos votar un congreso extraordinario de delegados de la UOM, para hacer oír la voz de todas las fábricas de la seccional Córdoba, no solo la de los delegados oficialistas. Votar un plan de lucha, con paros para hacer cumplir las medidas de protección y reabrir la paritaria. Y avanzar hacia un congreso nacional de delegados mandatados de la UOM, que se disponga a unificar la lucha con el conjunto de nuestra clase.
Proponemos finalmente a las agrupaciones combativas impulsar una reunión nacional de delegados de la oposición metalúrgica, para discutir el balance de esta paritaria, impulsar el rechazo y el paro. Y prepararnos para recuperar la UOM de manos de los traidores.
Se vienen las paritarias...
El secretario general de la UOM, Antonio Caló, presentó hace unos días el pedido para iniciar las negociaciones paritarias de este año. Si bien el acuerdo firmado en diciembre del año pasado está todavía vigente, sabe que los salarios de los metalúrgicos están por el piso, y cada vez peor por el efecto de la inflación. Todos los días anuncian el aumento de algún servicio, de la carne, de la nafta, etc., etc. No da para más. Pero Caló sigue órdenes, y quiere llevar adelante la tarea sucia de fijar la ”referencia” del aumento de 32%, que en realidad es el techo salarial de Alberto Fernández y las empresas para la “nueva normalidad”.
Durante 2020, el año de la pandemia, nos mandaron a trabajar a las fábricas con pobres condiciones de salubridad y nos metieron los protocolos de las patronales y el COE para mantenernos controlados y echarnos la culpa si algún compañero se contagiaba de COVID. Además, nos tuvieron la paritaria congelada la mayor parte del año. Recién en diciembre la conducción de la UOM firmó el acuerdo del 39% en cuotas. Hay que recordar que la inflación 2020 fue del 36%, y hay que sumar por lo menos un 12% de los primeros 3 meses de este año, un 48%, pero además el 39% no tuvo retroactivo, ¡la pérdida fue mucho mayor, y no se compensa con los famosos bonos que fueron largando! Y como si esto fuera poco, metieron una cláusula que dice que si una empresa está en crisis, cosa que nunca podemos comprobar porque tienen sus libros de contabilidad en secreto, puede no pagar el magro aumento. Esta cláusula que firmó el burócrata Caló ha llevado a la UOM a ser tomada como ejemplo, no por los trabajadores, sino por los empresarios que quieren ahora meterla en las negociaciones paritarias de las demás ramas.
En Córdoba, el Sr. Urbano hizo la de siempre: criticar el acuerdo nacional por abajo, sin enfrentarse abiertamente a la UOM nacional, y mandar a los trabajadores y a los delegados a pelear “fábrica por fábrica” a ver si conseguimos algún acuerdo interno que nos permita mantenernos a flote. Esto, cuando no se da el caso de que la empresa declare que está en crisis y ni el acuerdo nacional quiera pagar. En varias fábricas se han dado luchas y movimientos que permitieron obtener ciertas mejoras, aunque las patronales buscan atarlas a la productividad, ya sea con premios de producción o con el presentismo. Pero esto no alcanza, y además ¡somos mucho más fuertes si peleamos todos los metalúrgicos juntos!
Pero hay más. Urbano y la Comisión Directiva (CD) vienen teniendo una práctica muy perjudicial que es llamar a congresos donde solo se convoca a los delegados de la agrupación Eva Perón, mientras se obstaculiza la participación de las demás agrupaciones, como la Vandor y la 7 de Septiembre. Estas agrupaciones han surgido de peleas dentro de la CD, y no tenemos ningún acuerdo con el programa de conciliación de clases que levantan (por ejemplo, exigiendo subsidios o llamando a prohibir las importaciones para el beneficio de las patronales). Pero creemos que las peleas de cúpula de la burocracia no deben impedir la unidad del sindicato: en los congresos de la UOM Córdoba deben participar los delegados de todas las fábricas, llevando el mandato de las bases.
Ante las próximas paritarias, tenemos una gran tarea. Impulsemos asambleas por sector y generales en cada fábrica, para mandatar a los delegados con una posición clara: hay que recuperar lo perdido durante la pandemia. Esto incluye por supuesto el salario, que debe equipararse a la canasta familiar y tener una cláusula automática de aumento mensual según la inflación. Hay que rechazar cualquier clausula “de crisis” que permita a las empresas gambetear el acuerdo que se consiga. Tenemos que pelear por la reincorporación de los despedidos, el fin de las suspensiones, que se pague al 100% a los compañeros licenciados por ser del grupo de riesgo, y por el pase a planta permanente de los contratados (directos o por agencia). Los protocolos patronales han mostrado que no sirven: debemos votar en asamblea nuestra propia propuesta de medidas de protección ante la 2º ola de la pandemia e imponer a las empresas comisiones y delegados de seguridad e higiene para garantizar su cumplimiento. Además de este mandato, tenemos que tener buenos negociadores, no podemos dejarlo en manos de Caló. ¡Por delegados paritarios elegidos en asamblea!
En las plantas de Techint de provincia de Bs As y de Santa Fe se vienen dando importantes luchas. Hay que conquistar un congreso nacional de delegados con mandato de la UOM, que sustente los reclamos metalúrgicos en un plan de lucha con medidas escalonadas hasta llegar al paro nacional. No podemos permitir que gobierno y patronales intenten imponer una “nueva normalidad” basada en la miseria salarial, despidos, suspensiones y condiciones de trabajo inseguras e insalubres. Para eso, el camino es la lucha.
Tenemos que empezar a organizarnos de cara a las próximas paritarias:
El ministerio de trabajo de la provincia, encabezado por Omar Sereno, amenaza a la UOM Córdoba de denunciar penalmente a 2 trabajadores de la empresa WEG equipamientos y a un miembro de la comisión directiva. La denuncia estaría fundada en que los trabajadores de la fábrica de motores eléctricos habrían violado el protocolo sanitario de la empresa y el COE en el transcurso de medidas de fuerza que venían llevando a cabo por un pedido de una mejora económica ante la miserable paritaria firmada por Caló a nivel nacional. Queda al desnudo el rol del ministerio, que lejos de ser un árbitro en los conflictos entre trabajadores y patronales, juega abiertamente del lado de estas, imponiendo una conciliación obligatoria para desactivar las medidas para luego… amenazar a los trabajadores con el código penal.
Mientras tanto, el COVID-19 se esparce en los lugares de trabajo, incluídas varias fábricas de la UOM, porque los protocolos de las empresas y el COE están hechos solo a fin de culpar a los propios trabajadores ante los contagios, deslindando las responsabilidades de las patronales y las ART. Mientras los trabajadores se ven obligados a amontonarse en líneas de producción, talleres y otros espacios, las empresas declaran que los tapabocas caseros son infalibles, no toman las medidas de organización de los turnos necesarias ni hacen las obras de infraestructura correspondientes. Todo va en el mismo sentido: maximizar la ganancia y bajar todo “costo” que en este caso son las medias de seguridad e higiene para cuidar nuestra salud y la de nuestras familias… y luego si hay contagios, no solo no se hacen cargo, sino que llaman al ministerio de trabajo para que nos amenace con el código penal.
No podemos confiar ni un segundo en los protocolos del COE y las empresas. Ya está demostrado que el supuesto “plan” sanitario del gobierno nacional con su cuarentena, y del COE provincial con su “ocupación quirúrgica” de barrios y pueblos, no ha evitado que estemos ante un récord de contagios y muertes. Debemos impugnar esos protocolos, votar en asambleas nuestra propia propuesta de medidas de protección y elegir comisiones de seguridad e higiene para garantizar su cumplimiento. Las medidas deben incluir hisopados PCR (los únicos tests que sirven para diagnóstico específico) para los trabajadores y aislamiento de todos los contactos estrechos de los casos positivos. Esto debe sumarse a todos los reclamos que vienen levantándose en las fábricas: salario que supere la línea de pobreza, pago al 100% del salario a los compañeros con licencias médicas, fin de los despidos y suspensiones, reincorporación de los despedidos. Hay que sumar una nueva reivindicación: abajo la denuncia penal contra los compañeros de WEG, es un ataque a nuestro sindicato y a todos los metalúrgicos.
Debemos tener en claro, no sólo en la rama metalúrgica sino en todas las ramas, que a Schiaretti, a Alberto y a los empresarios no les importan nuestras vidas. Para frenar el avance de la pandemia y la intención de hacernos pagar la crisis, se impone avanzar en la medida del paro general hasta que se cumplan nuestras demandas.
En su desarrollo, la crisis capitalista y sus efectos, acentuados con la pandemia del COVID-19, vinieron a mostrar la estructura de un estado burgués y la forma en que la burguesía se garantizó el flujo de mercancías y mano de obra a las fábricas. Lo cierto es que con la excusa de la pandemia, tanto empresarios como burócratas sindicales aprovecharon para avanzar sobre las conquistas de los trabajadores y para tener un mayor control en los procesos productivos.
Desde el 20 de marzo la UOM Córdoba (como otros sindicatos) cerró sus puertas, dejando vía libre a que las patronales que fueron habilitadas en período de aislamiento social, modificaran y planificaran cómo iba a ser el proceso productivo, dejando a los trabajadores expuestos a posibles contagios en medio de la pandemia. Las patronales, consciente de los efectos que iba a tener la pandemia, tanto en caídas de ventas como problemas de logística, con la venia de las burocracias pudieron acomodarse mejor para recibir el impacto.
La UOM, por su parte, acordó una suspensión al 75 % “por whatsapp” ya que no hubo discusiones ni plenarios donde los obreros metalúrgicos debatieran sobre cómo serían las mismas o rechazarlas. Las cámaras empresariales ni amagaron un golpe para que Caló se bajara los pantalones. Todo trabajador que no fuera convocado por las patronales a trabajar como exceptuado, pasaba a estar suspendido de hecho, incluso los trabajadores considerados de riesgo. Otro elemento presente en el acuerdo de la UOM fue la posibilidad de llegar a acuerdos individuales entre trabajadores y patronales, por retiros voluntarios, que ya sabemos que son despidos encubiertos, a partir de la presión económica, falta de paritarias este año, sumado al atraso salarial acarreado por años de acuerdos.
Las empresas comenzaron a convocar como era de esperar al personal más afín a sus intereses, impidiendo el retorno de delegados. Las convocatorias fueron en para modificar puestos, delimitar zonas, colocar separadores de acrílico en los puestos que están a menos de un metro y medio, expendedores de alcohol en gel, etc., requisitos para que el C.O.E.(Centro de Operaciones de Emergencia, encargado de las habilitaciones en pandemia y aprobaciones de protocolos) les diera el ok.
Habiendo preparado los lugares de trabajo y armado los protocolos, algunas empresas comenzaron a trabajar. En el sector autopartes, ligado a las automotrices, lo han venido haciendo hasta el día de hoy a media máquina, sin la totalidad del personal. Se han dedicado a sacar pedidos atrasados hasta el mes de julio, previendo que los programas de producción comenzarán en octubre. En el sector linea blanca (electrodomésticos y afines) se sintió menos el impacto. Han regresado la totalidad de los planteles excepto compañeros considerados de riesgo y compañeros que no tienen movilidad propia.
Los metalúrgicos no podemos confiar en planes y protocolos que elabora una clase que tiene como único norte la obtención de ganancias apropiándose de la plusvalía que genera nuestra clase. Los protocolos están siendo aplicados en este ensayo reaccionario para disciplinarnos y quitarnos conquistas en búsqueda de un nuevo equilibrio que les permita mayores márgenes de ganancias en este periodo de crisis. Ante esta situación, los metalúrgicos tenemos que impulsar delegados de seguridad e higiene, comisiones independientes de seguridad e higiene y elaborar un protocolo obrero, nacido de discusiones y debates en los lugares de trabajo.
Por otro lado, la falta de discusión sobre las paritarias está generando, debate en los lugares de trabajo, porque al tener básicos que rondan los $32.000 se hace muy difícil la vida e incluso cumplir con los protocolos que se impulsan desde el estado y las fábricas: los compañeros optan entre comer o comprar desinfectantes. Es por eso que en el mes de junio, algunas seccionales, en su mayoría del interior del país, se descuelgan del secretariado nacional. En el caso de Córdoba, desde la seccional impulsan un pedido a las patronales de una “ayuda de $10.000” a cuenta de futuras paritarias, pedido que creemos insuficiente por que no es un aumento que vaya al básico y quede como parte del salario. Además, es un saludo a la bandera ya que no se proponen medidas para garantizarlo, puro confeti para descomprimir la bronca.
Por su parte, la UOM nacional adelantó que buscará retomar las paritarias congeladas en el marco de la pandemia y pedirá un bono especial de $10.000 para empezar a recomponer los ingresos. Los metalúrgicos tenemos que impulsar la reapertura de paritarias y realizar asambleas por sector para elegir delegados paritarios, partiendo de la base de que el obrero con la categoría más baja de nuestra rama debe ganar lo que equivale a la canasta básica y que los salario tengan una indexación mensual para que la inflación no supere el sueldo.
Por su parte, la UOM Córdoba está siendo muy cuestionada por su línea, ya que se han sucedido despidos de trabajadores contratados. Incluso hay patronales que no han abonado ni siquiera las suspensiones acordadas, pagando en partes. Tal es el caso de la autopartista Montich (produce autopartes para las diferentes terminales instaladas en la provincia) donde desde que comenzó la cuarentena les abonan un 60% de sueldo. También a tener en cuenta es lo que sucedió las últimas semanas en las autopartistas Fama, Fumicor y Servicios Industriales, donde estando algunos compañeros suspendidos y otros trabajando, les pagaban sumas de $4.000 por quincena. Estas empresas funcionan en el mismo predio y son propiedad de la misma familia. Al abonar los $4.000, lo hicieron a todo el personal, incluyendo a los compañeros suspendidos y a los que estaba trabajando también. El chamuyo para justificar esto: como la única planta que estaba trabajando era Fama, la plata que entraba la estaban “distribuyendo” entre todos los trabajadores para que todos, suspendidos y convocados, cobraran algo. ¡Cinismo patronal del peor para sembrar divisiones de parte de los zánganos que viven de nuestro trabajo!
Los compañeros, luego de hacer reclamos primero a los delegados (que no iban a trabajar ni daban solución a los pedidos), reclaman al gremio que se presente. Aparece uno de los dirigentes de la UOM y hace una asamblea, pero no se define ningún plan de acción para garantizar el pago del sueldo. El sindicato actuó como vocero de la empresa, tirando la línea de que la pandemia frenó la economía y que venía complicada la mano hasta octubre, fecha donde estarán comenzando a producir autopartes para el nuevo proyecto de pick up de Renault.
Dos semanas después, la situación que detona la lucha es la falta de pago del aguinaldo. Los compañeros van a las paradas de líneas y luego aparecen los dirigentes de la UOM, hacen asambleas donde se define quedar en asamblea permanente por dos días y finalmente hacer una toma de fábrica de un día en reclamo por lo adeudado. La empresa afloja y ofrece pagar el aguinaldo en dos veces y lo adeudado del sueldo de una sola vez. La patronal quiso mostrarse dura y no quería pagar los días de protesta y toma (dos días y medio), pero terminó ofreciendo $3.000 en forma no remunerativa.
Esta importante experiencia nos demuestra el rol que juega la burocracia sindical y sus delegados, y también que se puede luchar y que luchar da sus frutos. Pero también que es necesario recuperar la dirección del sindicato y los cuerpos de delegados, porque de lo contrario la burocracia, que no quería mover un dedo, es la que termina negociando por mucho menos de lo que podríamos haber conquistado. Nosotros luchamos y ellos negocian, eso no puede seguir así. Por eso el planteo de elegir delegados paritarios en asamblea e imponer veedores elegidos por la base en cualquier negociación con las patronales.
La UOM seccional córdoba se niega a llamar a cualquier tipo de congreso o asamblea para unificar la pelea que tenemos que dar los metalúrgicos. Los activistas y delegados combativos que venimos enfrentando los ataques de la patronal en las fábricas debemos imponer un congreso de emergencia donde participen delegados con mandatos de las bases para proponer un plan de lucha para enfrentar despidos, suspensiones y conquistar la reapertura de paritarias.
Sabemos que estas exigencias no son sólo de nuestra rama. Trabajadores de UTA, SUOEM, SUTNA, Alimentación, Hospitales, AOITA, municipales de Jesús María, docentes, están saliendo a la pelea y dieron los primeros pasos enfrentando las medidas represivas que implica la cuarentena impuesta por la burguesía y avalada por la burocracia.
Para romper este cerco los trabajadores de todas las ramas tenemos que imponer un plenario provincial de delegados convocado por los sectores en lucha, que discuta un plan de lucha y un paro activo provincial, para frenar los despidos, flexibilizaciones, sueldos adeudados y por la conquista de todas nuestras demandas. Será parte del reagrupamiento de los sectores de vanguardia y de la preparación de oposiciones sindicales para recuperar nuestras organizaciones, los sindicatos.