La CGT ha llamado a un paro nacional para el 25 de junio, ha dejado un rato de lado la tregua que le viene dando al gobierno para ubicarse como contenedor de la bronca de la base trabajadora y llevarla a confiar en alguna variante burguesa o pequeña burguesa. Por lo que este Plenario tiene una tarea de primer orden que es discutir cómo intervenir en el paro nacional e intentar darle un carácter activo a una medida que la burocracia quiere dejar sin continuidad. Toda actividad que impulse el reagrupamiento de los sectores en lucha es una medida correcta en la necesidad de organizar el enfrentamiento al pacto Macri-FMI y preparar la batalla para expulsar de nuestras filas a la burocracia sindical.
En este marco queremos polemizar con la propuesta programática de los convocantes, que han planteado que el objetivo es ofrecer un programa de los trabajadores de salida a la crisis. Los puntos incluyen “la estatización de las empresas privatizadas para terminar con los tarifazos, el monopolio estatal del comercio exterior para combatir el cierre de industrias, la nacionalización de la banca para evitar la sangría de la fuga de capitales y, fundamentalmente, cesar con el pago de la deuda externa, entre otras medidas.” Como corolario impulsan “un programa de industrialización y desarrollo nacional, bajo la dirección de los trabajadores, que permita dar trabajo, salario, salud, educación y vivienda a todo el pueblo argentino.”
Tenemos diferencias en cuanto al planteo en la relación de la clase obrera con el Estado burgués y de nuestros sindicatos con éste. No se puede propagandizar la medida de estatización sin dejar en claro ante la clase que el Estado es una firma burguesa. Es decir, levantar esta consigna indefectiblemente lleva a la conciliación de clase. Tampoco hay que defender las leyes laborales que nos atan al Estado, como los convenios colectivos, debemos pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, por la anulación de la Ley de Asociaciones Sindicales y toda ley que estatice a los sindicatos. Plantear un “programa de industrialización y desarrollo nacional bajo dirección de los trabajadores” implica sostener que se puede redistribuir el capital para permitir mejores condiciones de vida sin destruir el poder de la burguesía. Lo que es aún más insólito es que sea para el desarrollo nacional, esto es otro sinsentido si se tiene que en cuenta que estamos en la época imperialista. Es imposible que los trabajadores puedan realizar reformas sin destruir al Estado burgués y sin convertirse en clase dominante, dirigida por un partido revolucionario, con la dictadura del proletariado como forma de Estado.
Proponemos al Plenario que se impulse un Congreso de delegados de base y pelear por la formación de una Oposición Sindical Revolucionaria con libertad de tendencias a su interior. Debemos unir en las diferentes ramas de producción a los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda en una oposición, como planteamos más arriba. Y aspirar a que este plenario desarrolle una militancia obrera que le dispute al peronismo y otras variantes burguesas la influencia en nuestra clase, apuntando a la ruptura revolucionaria con esas corrientes reaccionarias.
Queremos proponer que el plenario vote una campaña por la independencia de los sindicatos del Estado, así estaremos defendiendo a los compañeros del subte y enfrentaríamos a la burocracia sindical que es el marco legal que la sostiene en su relación con el Estado.