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Más que un paro de transporte

Jueves, 31 Octubre 2024 20:07

El 30 de octubre, el paro de transporte fue contundente, mostrando la fuerza de la clase obrera cuando lucha con sus métodos, a pesar de las direcciones burocráticas que lo impulsaron sin darle continuidad en un plan de lucha. El paro de ATE nacional, que se sumó a la medida, tuvo un acatamiento dispar, pero la marcha del día 29 fue bastante numerosa, mostrando que fuerzas hay.  Quizás lo mas importante de este paro es que otros sectores en lucha lo tomaron como propio y lo organizaron desde las bases, a diferencia de los sindicatos del transporte, en los que no hubo ninguna instancia de deliberación. Así fue como desde las asambleas de la oposición docente de los SUTEBAs le impusieron a la conducción parar ese día -y el paro fue muy fuerte-, las asambleas en las tomas de facultades obligaron a las federaciones docentes y nodocentes a llamar a parar y realizar cortes de calle. En Córdoba se sumó la visita de Milei a la provincia, por lo que fue recibido con paros y movilizaciones; una provincia cruzada por la importante lucha contra los despidos en Petroquímica Río Tercero, un sector industrial golpeado por la recesión. Y para sorpresa del gobierno y los altoparlantes derechosos, hubo una adhesión pasiva de los trabajadores informales que no fueron a trabajar, ya sea por tener acuerdo con la medida o por la falta de dinero para llegar al trabajo por otros medios.

En este paro se expresó que un sector importante de los trabajadores de servicios, estatales, de la educación y la salud, además de los informales, están pasando a la oposición al gobierno y permiten dar más aire a los sectores que vienen enfrentando a Milei desde el primer día. Por eso el operativo contención de la burocracia sindical, tanto de la que posa de combativa, como los Moyano y sus aliados, como de los que sostienen la gobernabilidad como la UTA, la Unión Ferroviaria y la otra parte de la CGT.

Otro elemento importante que podemos analizar es que a partir de la organización desde las bases y con la dirección de parte de la izquierda, se reivindicaron los métodos de la clase como la huelga, las tomas y los cortes de calle -para intentar hacer activo el paro- y no las vías parlamentarias o de calendarios electorales. Este activismo que está surgiendo y se está fogueando en medio de un ajuste feroz y represivo tiene la tarea de preparar las condiciones para ayudar a que irrumpa en la escena nacional el movimiento obrero industrial. En varias fábricas la lucha estudiantil ha generado simpatía. Tenemos que luchar para realizar asambleas de fábrica contra los despidos y contra la degradación de las condiciones laborales y del salario. Para esto hay que arrebatarle la dirección a la burocracia sindical y unir las reivindicaciones del conjunto de la clase.

Se está empezando a generalizar una deliberación en los lugares de trabajo sobre cómo enfrentar al gobierno de Milei, porque así no se puede seguir más. Es tarea de los revolucionarios plantear un programa obrero de salida a la crisis y los métodos que se desprenden de dichas tareas. Tenemos que impulsar e imponer un paro general activo para tirar abajo a este gobierno y sus cómplices.

Hay que forjar una oposición sindical revolucionaria en los sindicatos que sea el embrión de la construcción de un partido revolucionario como sección de la IV internacional reconstruida.

Abajo el gobierno de Milei

Por el triunfo de las luchas en curso

Por un congreso de delegados de base con mandato

Por un gobierno obrero

 

 

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  • El paro del 30 y la continuidad de la lucha

    Mientras el gobierno de Milei intenta acelerar con el ajuste y sus reestructuraciones, el conjunto de los partidos patronales le garantizan gobernabilidad y la burocracia sindical de las CGT y las CTAs le ofrece la contención, ya sea en clave dialoguista o posando de luchadora.

    En este marco se inscribe el paro de transporte del 30/10 convocado por un sector de la CGT que debe utilizar los métodos de la clase obrera para intentar contener la bronca de los sectores de la rama, pero sin dar continuidad a la lucha ni una movilización que exprese una oposición en las calles. Lo novedoso de este “mini paro general”, como lo llaman los periodistas, es que fue tomado por los sectores en lucha como catalizador para dar una respuesta política al gobierno de Milei. En las asambleas de base de estos sectores se generó un debate en torno a convertir el paro de transporte en la expresión desde las bases de la organización de una oposición a Milei. En varias, se votó impulsar el paro con tomas, cortes de calle y otras medidas, como se expresó en la lucha universitaria, de estatales, las oposiciones docentes.

    La burocracia de la UTA no quiso plegarse al paro y llama a un paro del gremio para el 31/10, consciente de que, de haberse plegado el 30, la contundencia de la medida hubiera sido un golpe muy fuerte para el gobierno.

    La resistencia que se ha fortalecido en las calles y en los lugares de trabajo sumada a la irrupción de un sector del movimiento estudiantil se tiene que organizar para romper la contención de las burocracias sindicales, que actúan como agentes de la burguesía en nuestras filas, y para enfrentar el desvío del régimen burgués de llevar todo a las instituciones, como el parlamento o el calendario electoral.

    Hacer activo este paro, con cortes de calle, tomas de universidades y lugares de trabajo, es preparar las condiciones para la formación de oposiciones en los sindicatos para barrer a la burocracia sindical, mostrar la fortaleza de un activismo estudiantil unido a docentes y nodocentes combativos para conformar una oposición en la universidad que recupere los centros y las federaciones. Es uno de los objetivos para imponer desde las bases un paro general activo para derrotar a Milei y sus cómplices.

    Abajo el gobierno de Milei

    Por el triunfo de las luchas en curso

    Por un congreso de delegados de base con mandato

    Por un gobierno obrero

  • ¡A tirar el protocolo y el DNU con los métodos de la clase obrera!

    Ayer realizamos una marcha en conmemoración del 20 de diciembre y contra la continuidad del ajuste de Milei. Logramos derrotar al protocolo de Bullrich que impedía marchar por las calles, llegando a la Plaza de Mayo. Esta acción de los sectores de izquierda y los movimientos piqueteros permitió romper el miedo que estaban metiendo desde el gobierno a manifestarse. Después de que Milei leyó el DNU por cadena nacional se produjeron cacerolazos y una masiva concentración en el Congreso.  El nivel de crisis que estamos viviendo acelera todo proceso de concientización y politización en grandes sectores de masas, tengamos en cuenta que han pasado diez días desde la asunción de Milei.

    Tenemos que ser conscientes de que no se derrota a un gobierno sólo con manifestaciones en las calles, sino que debemos organizarnos. Hay que sacar lecciones del 2001 y el 2017, para que los intentos de institucionalizar los procesos de lucha de clases no triunfen. La cooptación de los movimientos sociales y de derechos humanos post 2001 por el gobierno de Kirchner y el “Hay 2019” después de la lucha en el congreso en contra de la reforma previsional macrista, son ejemplo de los desvíos de la lucha en función de proteger al régimen político y al semi Estado burgués.

    Después del DNU y los cacerolazos, y de haber estado ausentes en la marcha del 20, el PJ y la CGT comienzan a despertarse y llaman a judicializar el decreto, llevar todo al Congreso o incluso un llamado a paro de carácter incierto, no por mejorar las condiciones de los trabajadores, sino más bien por el ataque del DNU a las cajas de la burocracia sindical en los sindicatos.

    El hecho de que plantee la limitación del derecho a huelga y asamblea en lugares de trabajo demuestra que el verdadero objetivo es disciplinar a la clase obrera. Enfrentar el DNU significa organizarse en los lugares de trabajo, votar delegados o echar a los de la burocracia, recuperar nuestras organizaciones sindicales y atacar al régimen burgués en la producción, donde está su base de dominación. Ninguna ley ni DNU van impedir que confiemos en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos. Quieren reglamentar el derecho a huelga, más huelgas prepararemos; quieren precarizar el trabajo, más nos organizaremos para impedirlo.

    Nos enfrentamos a los representantes políticos de una fracción del capital que consideran que el Estado debe ser sólo un ente de control entre las partes y que debe haber libertad para comerciar. Intentan hacernos creer que se negocia entre iguales, pero, mientras nosotros sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo para vender, ellos tienen la propiedad privada de los medios de producción, el capital, al Estado, sus instituciones y, en nuestro caso, como somos una semi colonia, tienen de su lado al imperialismo para acentuar aún más su dominio. Intentan borrar todo atisbo de organización, para que las relaciones sociales de producción sean de carácter individual. El DNU es un decreto hecho para el gran capital nacional e internacional, para permitir el saqueo de los recursos y la superexplotación. La otra fracción pequeñoburguesa que nos gobernó hasta hace poco considera al Estado como un regulador y aplica el estatismo, que es una idea de economía dirigida orientada a preservar la propiedad privada en detrimento de las fuerzas productivas. El estatismo intenta mantener capas sociales parasitarias, por eso es profundamente reaccionario.

    Tenemos diferencias irreconciliables con estos sectores de clase, nosotros luchamos por la destrucción del Estado burgués, por una revolución obrera y socialista, por la dictadura del proletariado, por la organización del trabajo sobre nuevas bases sociales. No tenemos puntos en común, no peleamos por una idea de democracia en abstracto, somos conscientes de que la democracia que defienden ellos es la democracia burguesa, de una clase reaccionaria que sostiene al sistema capitalista.

    Luchamos por el poder, en la necesidad de construir un partido revolucionario, en medio de un escenario mundial de crisis y guerras como las que están sucediendo en Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel a Palestina.

    Abramos el debate en nuestra clase para organizarnos y elaborar un programa transicional que dé respuestas revolucionarias a la crisis.

    Por un congreso de delegados de base con mandato.

    Por un paro general.

    Abajo el protocolo anti piquete y el DNU.

    Fuera el FMI.

    Ningún ajuste.

     

     

       

     

     

     

  • Para frenar los contagios, ¡Paremos la producción!

    En los últimos días, la provincia de Córdoba, y principalmente su ciudad capital, se han convertido en el epicentro de la nueva ola de la pandemia de COVID 19 en Argentina. Nueva ola alentada por la variante omicron, surgida en África por la política imperialista de distribución de las vacunas. Los casos positivos rompen todos los records día a día, registrándose 8.520 casos el 28/12. Ese mismo día, el ministerio de Salud del gobierno de Schiaretti publicó un compendio de “medidas excepcionales de salud pública” que responden a la presión explícita de las patronales para acortar los tiempos de los aislamientos por casos positivos y contactos estrechos para que los trabajadores se reincorporen a la producción y evitar así problemas en la acumulación del capital. Lo mismo vale para la inminente aprobación de los denominados “autotests”. El propio Ministro Cardozo, de forma burda, lo adelantaba el día anterior: “El ánimo es alivianar a los centros fijos y darle garantías a ciertas áreas que necesitan seguir trabajando y produciendo, sino nos vamos a quedar sin recursos humanos en toda la parte productiva” (Cadena 3, 27/12/21). En el caso de los trabajadores de salud, el aislamiento directamente desaparece en caso de contacto estrecho, aunque esto corre sólo para trabajar ya que no se les permite ni alimentarse en el lugar de trabajo ni tener ningún tipo de actividades sociales: ¡Clarísimo el carácter patronal del nuevo protocolo!

    El gobierno nacional de Alberto Fernández no solo ha dejado en manos de los gobernadores las medidas a tomar, sino que está evaluando aconsejar medidas similares a las aplicadas por Schiaretti/Cardozo en todo el país y eso van a discutir en la reunión virtual del Consejo Federal de Salud a realizarse hoy. La presión patronal se ejerce en todos los niveles del Estado, pero además Alberto está pensando en la necesidad de sostener la producción porque sabe que de ahí brota la plusvalía futura que servirá para pagar el acuerdo que negocia con el FMI.

    Quizás este sea el momento donde se evidencia de manera más descarnada el rol que juega el Estado burgués en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, los negocios de las patronales y la subordinación al imperialismo. Ni siquiera tienen la delicadeza de cubrir sus políticas antiobreras con los famosos comités de expertos o los COEs con sus protocolos, que sirvieron para atacar a los trabajadores que durante lo más duro de la cuarentena salieron a pelear por las condiciones de vida y trabajo de nuestra clase. En Córdoba, no podemos olvidarnos de la represión policial y judicial contra los compañeros de UTA, SUOEM, UOM, STIA, municipales de Jesús María y por supuestos contra los trabajadores de la salud, que peleaban por testeos, aislamientos, condiciones seguras de trabajo, salarios y contra la precarización laboral. Hoy, nuestros compañeros son sometidos a largas filas de 6, 8 o más horas para conseguir un comprobante de un test de antígeno (que siempre ha sido contraindicado para hacer diagnóstico) para justificar los aislamientos en los lugares de trabajo, esa es la verdadera causa del colapso de los centros de testeo. Las nuevas “medidas excepcionales” están pensadas para dar vía libre y legal a las patronales para ejercer todo su despotismo sobre la fuerza de trabajo.

    La burocracia sindical cordobesa, a su turno, luego de su larga cuarentena de más de un año, ahora se va de vacaciones en medio de la crisis y del nuevo ataque estatal/patronal. SMATA toma nota de la suba de contagios… ¡para cerrar su sede a los trabajadores mecánicos! Avalan las nuevas medidas con el silencio. O explícitamente, como el STIA (alimentación), que las reproduce sin ninguna crítica en su página web. ATE salud saca un comunicado impotente a través de redes sociales, pero sin organizar ninguna medida de fuerza para enfrentar este plan criminal.

    Para frenar los contagios y enfrentar las consecuencias de la pandemia, la clase obrera debe imponer sus métodos y avanzar sobre los intereses de las patronales. Los trabajadores debemos rechazar el nuevo protocolo de aislamiento y diagnóstico con el paro de actividades. Proponemos al FITU, al Nuevo MAS y a las demás corrientes de izquierda realizar una reunión para impulsar asambleas y mociones en común en los lugares de trabajo para imponer el paro. Las comisiones internas y delegados opositores tenemos la responsabilidad de impulsar plenarios regionales para discutir como organizar el paro provincial y recuperar los sindicatos de manos de la burocracia traidora. Avanzar hacia un congreso nacional de delegados de base de la industria, los servicios y estatales, para imponer la huelga general. No se trata solo de los contagios, está en juego sobre qué clase social recaerán los costos de la crisis. Solo la clase obrera puede dar una salida a través de un programa. Es una pela política, revolucionaria, contra el Estado patronal. Los trabajadores podremos darla construyendo nuestro partido revolucionario internacionalista.

  • Tomemos la lucha en nuestras manos

       Por una gran Interhospitalaria de delegados con mandato de base

    El parazo y la caravana del martes 10/11 fueron una enorme demostración de la fuerza y la disposición a la lucha de los trabajadores de la salud. El paro fue muy fuerte en los hospitales públicos de toda la provincia (no sólo de la capital), y en el sector privado, donde la burocracia de ATSA viene garantizando el ataque de las patronales, los trabajadores participaron de la caravana. Para Cardozo y Schiaretti, fue un duro golpe que desnudó la farsa del “éxito” de su política sanitaria frente a la pandemia. Los paros y movilizaciones de los trabajadores de la salud en CABA y varias otras provincias muestran que la lucha tiene alcance nacional y que Alberto Fernández y Ginés también son responsables del estado deplorable del sistema de salud.
    El gobierno provincial no pudo ocultar el problema debajo de la alfombra ni contentarse con los aprietes, tuvo que responder, primero demonizando a los trabajadores por los medios, después buscando dividir con el bono discriminatorio, y luego dando algunas concesiones para desactivar la medida, como el pase a contrato de los monotributistas del Rawson o el adelanto de las cuotas del aumento.
    La fortaleza mostrada el 10 nos indica que ¡podemos ir por mucho más! Conquistar la incorporación de más personal bajo condiciones de estabilidad laboral, el pase a planta de todos los precarizados y un aumento salarial que lleve el salario de la categoría inicial a igualar la canasta básica familiar, junto con las medidas de seguridad e higiene y el resto de nuestras demandas.
    La unidad de diferentes organizaciones fortalecieron sin duda la medida, pero esta unidad debe ser soldada por la base. Basta de divisiones. Debemos impulsar asambleas por sector y asambleas unitarias por hospital o lugar de trabajo, sin distinción de afiliación sindical. Elegir delegados con mandato para impulsar una gran asamblea Interhospitalaria, un organismo que nos permita a los trabajadores tomar la lucha en nuestras manos, votando un plan de lucha para torcerle el brazo al gobierno. Podemos votar una comisión de lucha que tenga por tarea un trabajo sistemático sobre los hospitales y clínicas privadas para contrarrestar la política rompehuelgas de la burocracia de ATSA y fortalecer a los sectores dispuestos a luchar que se propongan recuperar el sindicato sanitario.
    No sólo Pihén negocia por notros, también las conducciones de los sindicatos y organizaciones que hoy forman parte de la multisectorial (ATE, UTS, Médicos Autoconvocados y otros) buscan una mesa de dialogo con el gobierno para que los reconozcan a ellos como interlocutores, pero no puede ser que nosotros luchemos y otros negocien. Debemos elegir delegados paritarios en las asambleas, y garantizar así que nadie se baja de la lucha hasta triunfar.


    COR - Regional Córdoba

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