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Para frenar los contagios, ¡Paremos la producción!

Miércoles, 29 Diciembre 2021 14:54

En los últimos días, la provincia de Córdoba, y principalmente su ciudad capital, se han convertido en el epicentro de la nueva ola de la pandemia de COVID 19 en Argentina. Nueva ola alentada por la variante omicron, surgida en África por la política imperialista de distribución de las vacunas. Los casos positivos rompen todos los records día a día, registrándose 8.520 casos el 28/12. Ese mismo día, el ministerio de Salud del gobierno de Schiaretti publicó un compendio de “medidas excepcionales de salud pública” que responden a la presión explícita de las patronales para acortar los tiempos de los aislamientos por casos positivos y contactos estrechos para que los trabajadores se reincorporen a la producción y evitar así problemas en la acumulación del capital. Lo mismo vale para la inminente aprobación de los denominados “autotests”. El propio Ministro Cardozo, de forma burda, lo adelantaba el día anterior: “El ánimo es alivianar a los centros fijos y darle garantías a ciertas áreas que necesitan seguir trabajando y produciendo, sino nos vamos a quedar sin recursos humanos en toda la parte productiva” (Cadena 3, 27/12/21). En el caso de los trabajadores de salud, el aislamiento directamente desaparece en caso de contacto estrecho, aunque esto corre sólo para trabajar ya que no se les permite ni alimentarse en el lugar de trabajo ni tener ningún tipo de actividades sociales: ¡Clarísimo el carácter patronal del nuevo protocolo!

El gobierno nacional de Alberto Fernández no solo ha dejado en manos de los gobernadores las medidas a tomar, sino que está evaluando aconsejar medidas similares a las aplicadas por Schiaretti/Cardozo en todo el país y eso van a discutir en la reunión virtual del Consejo Federal de Salud a realizarse hoy. La presión patronal se ejerce en todos los niveles del Estado, pero además Alberto está pensando en la necesidad de sostener la producción porque sabe que de ahí brota la plusvalía futura que servirá para pagar el acuerdo que negocia con el FMI.

Quizás este sea el momento donde se evidencia de manera más descarnada el rol que juega el Estado burgués en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción, los negocios de las patronales y la subordinación al imperialismo. Ni siquiera tienen la delicadeza de cubrir sus políticas antiobreras con los famosos comités de expertos o los COEs con sus protocolos, que sirvieron para atacar a los trabajadores que durante lo más duro de la cuarentena salieron a pelear por las condiciones de vida y trabajo de nuestra clase. En Córdoba, no podemos olvidarnos de la represión policial y judicial contra los compañeros de UTA, SUOEM, UOM, STIA, municipales de Jesús María y por supuestos contra los trabajadores de la salud, que peleaban por testeos, aislamientos, condiciones seguras de trabajo, salarios y contra la precarización laboral. Hoy, nuestros compañeros son sometidos a largas filas de 6, 8 o más horas para conseguir un comprobante de un test de antígeno (que siempre ha sido contraindicado para hacer diagnóstico) para justificar los aislamientos en los lugares de trabajo, esa es la verdadera causa del colapso de los centros de testeo. Las nuevas “medidas excepcionales” están pensadas para dar vía libre y legal a las patronales para ejercer todo su despotismo sobre la fuerza de trabajo.

La burocracia sindical cordobesa, a su turno, luego de su larga cuarentena de más de un año, ahora se va de vacaciones en medio de la crisis y del nuevo ataque estatal/patronal. SMATA toma nota de la suba de contagios… ¡para cerrar su sede a los trabajadores mecánicos! Avalan las nuevas medidas con el silencio. O explícitamente, como el STIA (alimentación), que las reproduce sin ninguna crítica en su página web. ATE salud saca un comunicado impotente a través de redes sociales, pero sin organizar ninguna medida de fuerza para enfrentar este plan criminal.

Para frenar los contagios y enfrentar las consecuencias de la pandemia, la clase obrera debe imponer sus métodos y avanzar sobre los intereses de las patronales. Los trabajadores debemos rechazar el nuevo protocolo de aislamiento y diagnóstico con el paro de actividades. Proponemos al FITU, al Nuevo MAS y a las demás corrientes de izquierda realizar una reunión para impulsar asambleas y mociones en común en los lugares de trabajo para imponer el paro. Las comisiones internas y delegados opositores tenemos la responsabilidad de impulsar plenarios regionales para discutir como organizar el paro provincial y recuperar los sindicatos de manos de la burocracia traidora. Avanzar hacia un congreso nacional de delegados de base de la industria, los servicios y estatales, para imponer la huelga general. No se trata solo de los contagios, está en juego sobre qué clase social recaerán los costos de la crisis. Solo la clase obrera puede dar una salida a través de un programa. Es una pela política, revolucionaria, contra el Estado patronal. Los trabajadores podremos darla construyendo nuestro partido revolucionario internacionalista.

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  • ¡A tirar el protocolo y el DNU con los métodos de la clase obrera!

    Ayer realizamos una marcha en conmemoración del 20 de diciembre y contra la continuidad del ajuste de Milei. Logramos derrotar al protocolo de Bullrich que impedía marchar por las calles, llegando a la Plaza de Mayo. Esta acción de los sectores de izquierda y los movimientos piqueteros permitió romper el miedo que estaban metiendo desde el gobierno a manifestarse. Después de que Milei leyó el DNU por cadena nacional se produjeron cacerolazos y una masiva concentración en el Congreso.  El nivel de crisis que estamos viviendo acelera todo proceso de concientización y politización en grandes sectores de masas, tengamos en cuenta que han pasado diez días desde la asunción de Milei.

    Tenemos que ser conscientes de que no se derrota a un gobierno sólo con manifestaciones en las calles, sino que debemos organizarnos. Hay que sacar lecciones del 2001 y el 2017, para que los intentos de institucionalizar los procesos de lucha de clases no triunfen. La cooptación de los movimientos sociales y de derechos humanos post 2001 por el gobierno de Kirchner y el “Hay 2019” después de la lucha en el congreso en contra de la reforma previsional macrista, son ejemplo de los desvíos de la lucha en función de proteger al régimen político y al semi Estado burgués.

    Después del DNU y los cacerolazos, y de haber estado ausentes en la marcha del 20, el PJ y la CGT comienzan a despertarse y llaman a judicializar el decreto, llevar todo al Congreso o incluso un llamado a paro de carácter incierto, no por mejorar las condiciones de los trabajadores, sino más bien por el ataque del DNU a las cajas de la burocracia sindical en los sindicatos.

    El hecho de que plantee la limitación del derecho a huelga y asamblea en lugares de trabajo demuestra que el verdadero objetivo es disciplinar a la clase obrera. Enfrentar el DNU significa organizarse en los lugares de trabajo, votar delegados o echar a los de la burocracia, recuperar nuestras organizaciones sindicales y atacar al régimen burgués en la producción, donde está su base de dominación. Ninguna ley ni DNU van impedir que confiemos en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos. Quieren reglamentar el derecho a huelga, más huelgas prepararemos; quieren precarizar el trabajo, más nos organizaremos para impedirlo.

    Nos enfrentamos a los representantes políticos de una fracción del capital que consideran que el Estado debe ser sólo un ente de control entre las partes y que debe haber libertad para comerciar. Intentan hacernos creer que se negocia entre iguales, pero, mientras nosotros sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo para vender, ellos tienen la propiedad privada de los medios de producción, el capital, al Estado, sus instituciones y, en nuestro caso, como somos una semi colonia, tienen de su lado al imperialismo para acentuar aún más su dominio. Intentan borrar todo atisbo de organización, para que las relaciones sociales de producción sean de carácter individual. El DNU es un decreto hecho para el gran capital nacional e internacional, para permitir el saqueo de los recursos y la superexplotación. La otra fracción pequeñoburguesa que nos gobernó hasta hace poco considera al Estado como un regulador y aplica el estatismo, que es una idea de economía dirigida orientada a preservar la propiedad privada en detrimento de las fuerzas productivas. El estatismo intenta mantener capas sociales parasitarias, por eso es profundamente reaccionario.

    Tenemos diferencias irreconciliables con estos sectores de clase, nosotros luchamos por la destrucción del Estado burgués, por una revolución obrera y socialista, por la dictadura del proletariado, por la organización del trabajo sobre nuevas bases sociales. No tenemos puntos en común, no peleamos por una idea de democracia en abstracto, somos conscientes de que la democracia que defienden ellos es la democracia burguesa, de una clase reaccionaria que sostiene al sistema capitalista.

    Luchamos por el poder, en la necesidad de construir un partido revolucionario, en medio de un escenario mundial de crisis y guerras como las que están sucediendo en Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel a Palestina.

    Abramos el debate en nuestra clase para organizarnos y elaborar un programa transicional que dé respuestas revolucionarias a la crisis.

    Por un congreso de delegados de base con mandato.

    Por un paro general.

    Abajo el protocolo anti piquete y el DNU.

    Fuera el FMI.

    Ningún ajuste.

     

     

       

     

     

     

  • La justicia cordobesa vota por la represión

    La justicia cordobesa, firme aliada del gobierno provincial de Schiaretti-Llaryora, envió ayer un claro mensaje en contra de la clase obrera y los luchadores. En un mismo día, dictó sentencia contra 4 trabajadores del Molino Minetti, 2 de ellos delegados sindicales, que en 2019 habían tomado los techos de la empresa para reclamar por el pago de salarios y contra el lockout patronal. El mismo día, elevó a juicio las imputaciones a 5 dirigentes piqueteros y al secretario general de ATE por un corte en el centro de la ciudad en el marco de una jornada nacional de protesta contra el hambre realizada el 5 de abril de este año. El “cordobesismo” y su justicia se alinean de esta forma a la clara perspectiva de la aceleración del ataque a la clase obrera y el pueblo pobre que traza el empresariado como respuesta a su propia crisis para después del balotaje, sea cual fuere el candidato patronal que resulte ganador. Todo enmarcado en la sumisión al plan del FMI en medio de una situación mundial explosiva, signada por la recesión, la inflación y la guerra en Ucrania y Palestina. La condena a los trabajadores de Minetti y a los dirigentes piqueteros y sindicales se suma a otras tantas persecuciones judiciales, como las que pesan sobre innumerables activistas populares, delegados sindicales y sobre los 27 estudiantes de la UNC. Nos ponemos a disposición de los compañeros molineros Maxi Gómez, Cristian Daniel, Juan Álvares y Dario López, de Soledad Díaz y Emanuel Berardo (PO), de Federico Giuliani (ATE-CTAA), Agustín Nazar (MST), Roxana Carezano (MTR-VL) y Marisa Cariddi (Libres del Sur) para impulsar en común las acciones que consideren necesarias para que caiga el juicio y para que se revierta la condena en el caso de los molineros.

    Frente a esta avanzada antiobrera, llamamos a la oposición docente en UEPC, que ganó en las últimas elecciones la delegación capital del sindicato, al SUTNA, a los delegados fabriles, de servicios y estatales que enfrentan a la burocracia sindical cómplice del ajuste que vienen aplicando Massa y Schiaretti, a convocar a una reunión de emergencia para impulsar en conjunto un plenario de delegados con mandato de base e imponer el paro provincial hasta que caigan todas las persecuciones judiciales que pesan sobre los luchadores y dirigentes de las organizaciones de los trabajadores ocupados y desocupados.

    Córdoba, 1/11/2023

  • Repudiamos el ataque judicial a dirigentes piqueteros y sindicales

    Desde la COR repudiamos enérgicamente las imputaciones a dirigentes de la Unidad Piquetera (UP) y de ATE y la CTA-A resueltas por la justicia burguesa aliada al gobernador Schiaretti.

    El día 5 de abril se llevó a cabo una movilización en Córdoba en el marco del plan de lucha nacional de la UP ante el recorte de planes sociales de la ministra Tolosa Paz. Producto de la crisis y lo acordado con el FMI es que el gobierno nacional y las provincias cierran filas para amedrentar e impedir que los trabajadores ocupados y desocupados salgamos a las calles a enfrentar el ajuste. Es el caso de dos referentes del Polo Obrero Mendoza, Lorena Torres y Martín Rodríguez, quienes fueran detenidos varios días y luego de ser liberados producto de la movilización, quedaron imputados por la justicia local.

    Las recientes imputaciones por parte del fiscal De Aragón están caratuladas como “entorpecimiento del transporte” y se apoyan en el Habeas Corpus presentado por el centro vecinal de la ciudad de Córdoba. Esta persecución recae sobre los dirigentes del Polo Obrero, Emanuel Berardo, de Libres del Sur, Marisa Caridi, y de ATE y la CTA-A Córdoba, Federico Giuliani, por participar de la jornada de lucha. Y se esperan más imputaciones sobre otros dirigentes y militantes.

    La garantía del cumplimiento del acuerdo de nación con el FMI por parte de Juan Schiaretti consiste en poner a disposición todo el aparato represivo y la justicia burguesa contra la clase obrera y la juventud trabajadora. Además de la colaboración de la burocracia sindical de todos los colores para dejar pasar el plan de las patronales de techo salarial, aumento de los ritmos de trabajo, suspensiones y despidos y jubilaciones de miseria.
    La respuesta a semejante ataque no puede ser otro que la organización de asambleas en cada lugar de trabajo que se pronuncien en contra de las imputaciones y exijan a la CGT y las CTAs un paro activo nacional para hacer retroceder las leyes represivas y el descomunal ajuste a nuestra clase.

    Desde la COR acompañaremos las acciones que se definan y quedamos a disposición de las organizaciones a las que pertenecen los dirigentes perseguidos.

    COR
    Regional Córdoba

  • 16 de noviembre: Paro general de los hospitales de Córdoba

    La renuncia masiva de médicos en el hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto encendió la mecha de una situación explosiva que recorre al conjunto del sistema de salud. Las asambleas y movilizaciones en la salud pública de Córdoba venían de antes, es cierto, pero de manera localizada en hospitales e instituciones puntuales. En dos semanas, las medidas de fuerza se fueron replicando, con asambleas, afectación de servicios y paros por hospital hasta la convocatoria al paro provincial de salud para este miércoles 16 de noviembre. Por supuesto, este no es un fenómeno únicamente provincial, ya que desde hace varias semanas los residentes de la Ciudad y la Provincia de Bs. As. y los hospitales nacionales Garrahan y Posadas vienen sosteniendo paros y marchas masivas. La pandemia y el avance del ajuste del FMI que aplican el gobierno del Frente de Todos (FdT) y los gobernadores han llevado a los hospitales a esta situación crítica, donde los problemas centrales son los salarios devaluados, la precarización laboral y la falta de personal.

    El gobierno de Schiaretti sale a ofrecer bonos y una revisión paritaria miserable (28% en 3 cuotas) como manotazos de ahogado ante la situación. Intenta dar aire a las mediaciones burocráticas de los sindicatos y asociaciones médicas, pero los trabajadores no se dejan engañar. Un ejemplo: el lunes 14/11 en el Hospital Córdoba una masiva asamblea votó mantener el paro de 72hs ante la extorsión de una “mesa de negociación” condicionada al levantamiento de las medidas. El mismo lunes, la asamblea del Misericordia incluyó entre las resoluciones votadas “rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional”. La fragmentación sindical es un grave problema que viene de hace muchos años. El SEP es repudiado entre los trabajadores de salud, mientras los demás sindicatos (ATSA, ATE, UTS) y las asociaciones médicas aportan a la división, buscando agrandar sus pequeños aparatos. Actualmente la fuerza de las asambleas disciplina a las conducciones, pero es necesario avanzar en la organización y poner en pie una dirección alternativa con una política combativa y de independencia de clase para imponer al gobierno nuestras condiciones.

    Por un gran plenario interhospitalario

    La fortaleza de la lucha está en las asambleas por hospital. Pero para unificar la lucha no basta con la mera coordinación, debemos poner en pie un gran Plenario de Delegados Hospitalarios mandatados por la base. Este plenario debe ser provincial, si bien podría contemplar instancias intermedias como plenarios por departamento o ciudad. En un plenario de esas características podremos unificar y fortalecer el plan de lucha y un pliego único de reivindicaciones. Y sobre todo, votar nuestros delegados paritarios para negociar con el gobierno. ¡Ninguna medida se baja ni se firma ningún acuerdo sin el aval de las asambleas! Hay que hacer propia la resolución del Misericordia: rechazar cualquier ofrecimiento o negociación por hospital o grupo ocupacional. Está planteado, al calor de la lucha, dar pasos hacia la recuperación de los sindicatos con el objetivo de conquistar un sindicato único de los trabajadores de la salud.

    Unidad de clase

    La lucha de salud es la más importante que recorre la provincia, pero no la única. También en las fábricas de la UOM se dan peleas contra los salarios de miseria, en NA e IBF (neumáticos) se lucha contra el despidos de un trabajador y la persecución patronal, los docentes se reagrupan contra la burocracia de la UEPC, el movimiento piquetero marcha contra los recortes de planes. La primera consideración es que la paritaria estatal provincial siempre arroja el mismo acuerdo para todos, aunque el gobierno finge negociar por separado (en realidad impone el aumento a Monserrat y Pihén). Hay que imponer a Schiaretti una verdadera paritaria, una paritaria estatal única con delegados paritarios elegidos en asambleas y plenarios estatales con la participación de los trabajadores de las escuelas, los hospitales y demás reparticiones.

    La bronca con el gobierno es generalizada, viene saltando todo el pus de una gestión que defiende los intereses de las grandes patronales, nacionales y extranjeras (muerte de los bebés, casos de gatillo fácil, impunidad de Oscar González). Los trabajadores de la salud tienen la autoridad para ponerse al frente de la lucha contra el gobierno, encabezando no solo la pelea por el salario, sino también por tirar abajo las leyes represivas que pretenden regimentar aún más las marchas. Esa autoridad también se la ganaron con sus actuaciones en la pandemia, sosteniendo las condiciones de salud de los trabajadores y la población en las peores condiciones, saliendo incluso a enfrentar la decadencia del sistema de salud. Con esa autoridad pueden convocar a todo el movimiento obrero a sublevarse contra sus conducciones sindicales traidoras que dejan pasar el ajuste del FMI por sus pactos con el FdT y los gobiernos provinciales, impulsando un Congreso Provincial de delegados de base de la industria, los servicios, estatales y del movimiento piquetero, para ir por el paro activo provincial afectando las bases del poder de nuestros enemigos de clase, que están en la producción. Por una central única de trabajadores.

  • Tiremos abajo las leyes represivas con el paro provincial

    En octubre pasado inició el tratamiento de dos proyectos de ley en la legislatura de la provincia de Córdoba. Uno de ellos contempla multas, arrestos y trabajo comunitario para aquellos que osen manifestarse en las calles, de autoría de Juan Manuel Cid del PJ provincial, Hacemos por Córdoba. El otro, de similar tinte antiobrero, del bloque de la UCR a cargo de Dante Rossi y Verónica Garade Panetta, pretende regular y limitar las marchas a un radio determinado fuera de las calles céntricas. El ingreso de ambos proyectos a comisión de la unicameral cordobesa nos pone en alerta a las organizaciones sindicales, políticas y sociales que a diario debemos enfrentar la criminalización de la protesta.

    La provincia de Córdoba es escenario de tensiones en todo el arco político burgués de cara a las elecciones del año próximo. La conocida disputa dentro del PJ entre el schiarettismo y el kirchnerismo nacional, aún no está saldada. El oficialismo provincial viene tapando baches desde la renuncia del Ministro de Salud por los casos de la muerte de los bebés en el Hospital Neonatal. También está sentada en el banquillo de los acusados la ex-cúpula de seguridad por el caso de gatillo fácil que asesino a Valentino Blas Correa en plena cuarentena. Sumado al reciente caso de Oscar González – hasta hace días presidente de la unicameral- quien protagonizó un verdadero crimen vial en la ruta de las Altas Cumbres conduciendo un auto oficial judicializado, con patente melliza, que dejó como saldo el fallecimiento de una docente y dos adolescentes internadas en grave estado; una muestra acabada de lumpenaje, privilegios e impunidad oficial. La causa está cargada de irregularidades y encubrimiento por parte de policías y bomberos del operativo, que dejaron manipular la escena por familiares de González, alterando claramente las pruebas. Nos solidarizamos con los familiares y amigos de las victimas, estaremos presentes en la marcha de repudio y reclamo de justicia el próximo 16 de noviembre.

    Mientras oficialismo y oposición burguesa siguen la carrera por las candidaturas tratando de sortear los imprevistos, los trabajadores vivimos con salarios de hambre, con una inflación proyectada que superará los tres dígitos y como si esto fuese poco tenemos despidos, suspensiones y un ataque furibundo a nuestras organizaciones sindicales. El caso del despido sin causa de Facundo Díaz, trabajador de la empresa Neumáticos de Avanzada (NA) es la muestra de una patronal que recurre al disciplinamiento interno mediante la persecución sindical para impedir la elección de delegados sindicales. La reincorporación de Facundo a su puesto de trabajo es tarea del SUTNA y de todos los cuerpos de delgados combativos y activistas que a diario defendemos a nuestros compañeros de los ataques patronales. Los delegados antiburocráticos de Bagley Córdoba, tras hacer retroceder a la empresa de la implementación del trabajo continuo (weekend), reciben un segundo intento de desafuero sindical. También se reiteran los casos de persecución a delegados y activistas en los hospitales provinciales, con traslados y denuncias armadas de maltrato en los hospitales Tránsito Cáceres, Rawson, Misericordia, entre otros. Debemos enfrentar al Estado/patrón y a los empresarios del sector privado con nuestros métodos y organizarnos de forma independiente. Como vemos en Bagley, estos golpes muestran el temor de nuestros enemigos de clase a la potencia de nuestros métodos cuando salimos a luchar. Y nuestra clase lucha: así lo demostraron los paros y marchas masivas de los docentes de UEPC, los paros de ADIUC y la UTA, y actualmente las asambleas y movilizaciones de los hospitales provinciales que el miércoles 16 van al paro general de salud y a una gran movilización.

    La burocracia de la CGT Córdoba está tan ocupada en sus peleas intestinas por normalizar la regional y direccionar al movimiento obrero detrás de alguna variante burguesa para el próximo año, que no puede ocuparse seriamente de las restricciones a las movilizaciones que lanzan desde la legislatura. Tímidamente salió Pihén en calidad de dirigente gremial y compañero de Cid en la legislatura, a rechazar esta iniciativa y sumó las firmas de algunos gremios. También el triunvirato interventor impuesto por la CGT nacional compuesto Urbano (UOM), Luján (camioneros) y López (ATSA) se limitó a sacar una tibia declaración sin llamar a ninguna medida de fuerza. A su vez, la burocracia de todos los colores, ensaya el disciplinamiento firmando paritarias a la baja, dejando pasar la intensificación de los ritmos de trabajo, mayor precarización y tercerización laboral, pluriempleo, traslados compulsivos, aumento de las suspensiones y despidos. Todo ello como garantía de adhesión al plan de ajuste de Massa, Cristina y Alberto, a pedido del FMI. Plan de ajuste que en Córdoba garantiza HxC y la tríada opositora UCR-Pro-juecismo y del cual se benefician las grandes patronales imperialistas (automotrices) y “nacionales” (ARCOR como ejemplo).

    La Multisectorial del FIT-U

    El pasado martes 1 de noviembre, el FIT-U convocó a una reunión para poner en discusión el armado de una multisectorial como respuesta a la presentación de los proyectos de ley del PJ y la UCR. La misma tuvo lugar en el sindicato de Luz y Fuerza (LyF) y estuvimos presentes diferentes sindicatos, organizaciones políticas y sociales. Saludamos la iniciativa. Ahora bien, la presencia de un variopinto auditorio entre los que se encontraban organizaciones abiertamente kirchneristas y sectores de la burocracia sindical, como la dirección de LyF, Cispren, La Mesa de Trabajo por los DDHH, CTA-A, ATE, S.U.V.I.C.O, y los laderos del Frente de Todos (FdT) como el PCR llevaron a que todas las intervenciones giraran en torno a la más amplia unidad contra Schiaretti, intentando obviar las claras responsabilidades del FdT, no solo en el ajuste en regla que aplican desde nación, sino en la política represiva que despliegan en las provincias que gobiernan como Bs. As. con el milico Berni a la cabeza, o con las fuerzas federales en el sur y norte del país. Por no hablar del largo prontuario de represiones, desde las torturas a los petroleros de Las Heras, pasando por la complicidad con los asesinatos de Mariano Ferreyra, la desaparición de Julio López, hasta los desalojos en Guernica y la línea represiva del “quedate en casa” a los tiros. Pero también los convocantes del FIT-U priorizaron, tal como señalan en el documento de convocatoria, el “frente más amplio” para no incomodar a los invitados. También el Nuevo MAS sostiene esta política de “coqueteo permanente” con el kirchnerismo. Solo nuestra organización intervino claramente saludando la iniciativa pero manifestamos la negativa a jugar dentro de la interna del peronismo. Lamentamos que, ante la nutrida presencia de trabajadores y delegados de diferentes ramas y sectores, la idea sea la de poner en pie una multisectorial con carácter policlasista. Nos negamos a llevar a la vanguardia obrera detrás de la conciliación con aquellos burócratas que como ya mencionamos más arriba le firmaron la tregua a Massa, Cristina y Alberto para que seamos los trabajadores y el pueblo pobre los que paguemos las consecuencias de un acuerdo con el FMI. No será con los métodos de la democracia burguesa y sus instituciones como vamos a organizar una respuesta obrera a la altura del ataque. Debemos ser claro, la política de “frentes amplios contra la derecha” liquida la independencia de clase, como han demostrado las últimas experiencias continentales (voto a Lula) y a nivel nacional.

    Abajo las leyes antimarchas

    Rechacemos este intento de cercenar la movilización de la clase obrera, las organizaciones piqueteras y de otros sectores en lucha. Llamamos este 23 de noviembre a marchar y daremos la pelea política en las próximas reuniones para que la marcha la encabecen los sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados recuperados, los activistas y la juventud trabajadora, con una clara denuncia al ajuste del FMI que aplica el gobierno nacional y a la complicidad de la burocracia sindical. Debemos discutir en cada lugar de trabajo y estudio las medidas para voltear estas leyes y avanzar en una salida obrera a la crisis. Proponemos mocionar en cada asamblea el llamado a un Congreso de delegados de base mandatados de trabajadores ocupados y desocupados que prepare un paro provincial activo, para tirar las leyes represivas, conquistar todas nuestras reivindicaciones y dar por tierra con el ajuste. Es una lucha que debemos extender nacionalmente con el paro general e internacionalmente con la unidad con los trabajadores del todo el continente y a nivel mundial. Los llamados a “defender la democracia” burguesa son una trampa que nos lleva a defender a un bando patronal contra otro, la salida para nuestra clase es luchar por un gobierno obrero.

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