En esta semana el ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria anunció un principio de acuerdo con el FMI, mediante el cual el Fondo desembolsaría unos dólares que supuestamente garantizarían una paz económica hasta noviembre, fecha en que se discutirían las nuevas reglas de pago. El anuncio, expresa la sumisión completa a la política del FMI, que pidió devaluar y ajustar, a la que el gobierno respondió devaluando de forma selectiva y ajustando como lo viene haciendo. La devaluación selectiva consiste en aumentar el precio del dólar en algunas ramas, para la importación 7,5%; para dólar agro cerca de 20% y unificar un aumento en el precio del dólar “ahorro” y “turista”. Obviamente, eso llevó a que el dólar blue también se ajustara a la devaluación, aumentando su cotización. Esta idea de la devaluación selectiva deja de ser selectiva cuando se traslada a los precios de los alimentos y servicios, en los que se calcula un aumento de un 20% para acompañar la devaluación.
Es un ataque en todas las líneas a los trabajadores y el pueblo pobre. Para intentar zafar de una coyuntura de crisis económica en medio de unas elecciones tratan de beneficiar a algunas ramas del capital en busca de dólares. Así pretenden saldar deudas con los organismos internacionales, acumulando más deuda y estirando aún más la crisis.
En un escenario mundial de crisis económica, de los efectos de la post pandemia y la guerra de Rusia y Ucrania, el gobierno argentino negocia con el FMI cómo se va a ubicar la sub burguesía en este reordenamiento mundial, en medio de la descomposición del imperialismo y el avance de China. En esta negociación, todo el arco burgués promete al FMI que van a ser los garantes de las reformas y ataques a los trabajadores para garantizar los pagos de la deuda. No es difícil darse cuenta de esto, con sólo ver las campañas que están llevando a cabo los partidos patronales queda más que claro cuál es su política.
Tenemos que enfrentar este ataque, reabrir las paritarias para recuperar lo perdido por las devaluaciones y pelear por todo lo perdido de nuestro salario en estos últimos años. Esta pelea debe ser clara en plantear que hay que romper el acuerdo con el Fondo y en esta ruptura hay que enfrentar a quienes lo apoyan y lo bancan, como la burocracia sindical. El escenario electoral no es nuestro escenario, nuestra participación es secundaria, pero es tarea central de los revolucionarios organizarnos para derrotar esta política de ajuste y represión.
Abramos un gran debate al interior de nuestra clase con asambleas, votando delegados de base que levanten un programa de acción ante la crisis e impulsar un Congreso de delegados con mandato de base que prepare un paro general para destruir el plan del FMI. Los embriones de lucha están en Jujuy, en Salta, en la lucha de los docentes en varias provincias, en la lucha del movimiento piquetero, en la lucha del movimiento obrero, como muestran los trabajadores de la UOM y del SUTNA. Unir estas luchas, para organizar a nuestra clase es opuesta a la idea de la izquierda parlamentaria del luche y vote.
Massa, Larreta, Bullrich, Grabois, Milei son los representantes que pasaron las PASO del FMI, son el elenco político que prepara las nuevas entregas al imperialismo con la explotación de los recursos naturales y la caída de nuestras condiciones de vida. Son nuestros enemigos y debemos enfrentarlos con nuestros métodos.