Por Regional Córdoba
El 1º de Agosto en Córdoba marchamos por el pedido de Verdad y Justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.
A un año de la represión desatada por la gendarmería nacional a la protesta Mapuche donde se encontraba Santiago y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel a manos de la prefectura, seguimos denunciando la responsabilidad de las fuerzas represivas del Estado. Hace ya un año que Macri y su ministra Bullrich vienen dando sobradas muestras de lo que están dispuestos a hacer en materia represiva, teniendo en cuenta la situación de crisis económica aguda, reflejo de la crisis internacional que se profundiza, y que deben descargarla sobre la clase obrera y la juventud trabajadora.
Hace escasos días se publicó en el boletín oficial el decreto del Ejecutivo que autoriza la intervención de las FFAA en asuntos internos, siendo parte del proyecto de fortalecimiento del Estado burgués para disciplinar y contener la respuesta de nuestra clase ante el plan de saqueo imperialista acordado con el FMI. Esta política viene dictada ni más ni menos desde EE.UU., que la impulsa para todos los países del continente como hemos visto en Brasil.
Ante este escenario, desde la COR consideramos que para enfrentar al Estado como aparato burocrático militar y derrotar el plan de ataque es importante ser claros con la vanguardia y la juventud trabajadora respecto a la independencia de clase respecto del peronismo, del kirchnerismo y todas las variantes burguesas, porque lo único que hace el peronismo es garantizar gobernabilidad a Macri, aplicar el ajuste en los distritos que gobierna y prometer un 2019.
La clásica salida que pueden ofrecer los partidos burgueses es, obviamente, en el marco de su Estado y sus instituciones. Lo mismo planeta la burocracia sindical de todos los pelajes. Por esto mismo, el contenido de la marcha de los organismos de DDHH afines al kirchnerismo y también al gobierno de la provincia de Córdoba como la Mesa de Trabajo no tuvo nada de progresivo, al reclamar el 26 de Julio pasado “nunca más fuerzas armadas represivas”, un contrasentido que pretenden ocultar el carácter de clase del Estado burgués. Será aceptable para estas corrientes conciliadoras que sea la Gendarmería y demás fuerzas federales las que repriman la protesta social, que despejen los cortes de rutas, que asesinen trabajadores si la crisis se profundiza, pero con el aval del parlamento burgués en un consenso generalizado que diga y autorice quienes deben meter plomo al pueblo trabajador. Una muestra del carácter reaccionario de quienes defienden la democracia burguesa y sus leyes.
Lo lamentable es que la izquierda centrista no planteó en los hechos nada muy diferente. Frente al decreto de Macri, Romina Del Pla del FIT presentó un proyecto de Ley para que el parlamento sea el que defina sobre la cuestión, lo mismo que el arco peronista. Oponiendo la ley del congreso al decreto presidencial, quedaron atrapados una vez más en las instituciones del régimen burgués, como les viene pasando al ver golpes de Estado en cualquier parte (Brasil) ante los reacomodamientos de estas instituciones. Con ello, sientan las bases para justificar los “frentes únicos” con los K y el resto del peronismo aduciendo que el enemigo en común es el macrismo. Una visión alejada del marxismo que termina debilitando a la vanguardia obrera al liquidar la independencia de clase y confiando en una salida dentro de los márgenes de la democracia burguesa.
Los revolucionarios insistimos en que la delimitación de los partidos burgueses es programática y nos prepara para enfrentar a esta ideología conciliadora y denunciar el carácter de clase del Estado. Para algunas corrientes de la izquierda eso es relativo, ya que ante la mencionada convocatoria que realizaba la Mesa de Trabajo el socio del FIT, Izquierda Socialista, y el Nuevo Mas argumentaron que debíamos marchar de la forma menos diferenciada posible de los peronistas ya que veían una oportunidad de “disputar militancia”.
El miércoles pasado sucedió algo similar en la marcha por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Algunos partidos de la izquierda y las organizaciones de la Coordinadora Santiago Maldonado Presente realizaron una gran convocatoria, a la que adherimos, con concentración en Colón y Gral Paz para marchar diferenciados de los organismos oficiales y la idea primera era finalizar la marcha en Gendarmería. Otras corrientes como IS, el MTS y el Nuevo MAS se opusieron en todo momento a una convocatoria diferenciada de la Mesa de Trabajo por los DDHH dirigida por los K.
La marcha fue multitudinaria, con un peso mayor de los sectores identificados con la izquierda. Sin embargo, esta vez el movimiento por el derecho al aborto, identificado con la consigna “que sea ley”, es decir, llevando todo al poroteo de votos en la altamente reaccionaria cámara de senadores del Congreso, fue la piedra de toque para diluir cualquier perspectiva de lucha independiente por justicia y verdad para Santiago y Rafael en un festival musical auspiciado incluso por las alas pro legalización del aborto de la UCR y el PRO, que hace años conviven alegremente junto a la burocracia sindical y las corrientes de la izquierda en la asamblea ni una menos. Debemos insistir en que la lucha de la mujer trabajadora nada tiene que ver con la conciliación pacífica con la burguesía y sus partidos, y mucho menos con sembrar ilusiones en que la barbarie social a que arroja el capitalismo a las masas trabajadores y a sus sectores más oprimidos como las mujeres y la juventud pueda ser si quiera paleada malamente por la intervención reaccionaria del Estado burgués.
Ante la imposibilidad de continuar marchando con la columna independiente hasta la sede de Gendarmería tal como se había acordado, los sectores que habían bregado por no confundir banderas con el kirchnerismo tampoco hicieron un acto u otra acción independiente, suponemos que por su clásica “adaptación al movimiento”. En ese sentido el balance de una gran jornada en las calles quedó trunco, ya que la voz de los trabajadores que no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos con nuestros enemigos de clase no logró hacerse oír con claridad.
A un año de la desaparición forzada y posterior asesinato de Santiago Maldonado y a 9 meses del asesinato de Rafael Nahuel seguiremos gritando bien fuerte ¡Verdad y Justicia!