En enero del 2024, Cavalieri inauguró las relaciones con el gobierno libertario de la mejor manera posible. Mientras miles de trabajadores reclamaban en las calles contra el DNU y la reforma laboral, el pope de comercio se sacaba fotos con la ministra Petovello y le aseguraba que el “fondo de cese laboral” iba a estar en la agenda mercantil. Hace poco, a inicios de agosto, la “buena onda” con el gobierno de Milei sigue firme. Cavalieri fue el único gremialista que envió un representante a la mesa de diálogo social, a pesar de que la cúpula de la CGT avisó que no concurría. Cavalieri le garantizo así “la pata sindical” a esta mesa de diálogo que lo único que busca es avanzar en consensos que deriven en proyectos de Ley, para reglamentar la reforma anti-obrera.
Este acercamiento tan estrecho no es casual. Los libertarios pretenden usar al gremio más grande del país (1.2 millones de afiliados) cómo modelo de la naciente reforma laboral.
La burocracia de comercio tomó nota e hizo bien los deberes. La última paritaria fue un verdadero escándalo. Cavalieri acordó un incremento salarial del 13,5 % en 3 cómodas cuotas que no cubren ni por asomo la galopante inflación impulsada por los aumentos en los servicios, alimentos y transporte. Para colmo, la burocracia volvió a patear para el 2025 la incorporación al básico de todos los acuerdos. Es decir, los aumentos son “no remunerativos” y no devengan para muchos ítems, dejando el sueldo básico por el subsuelo.
La excusa es la misma de siempre, resignar salario y condiciones laborales para “comprender” a las empresas y su merma en las ventas. De esta forma, sin salarios dignos, la Federación inventa el relato de que está cuidando los puestos de trabajo. Pero la realidad es que mientras Cavalieri les cuida la billetera a las empresas, los despidos y ataques a los trabajadores se profundizan.
El primero en hacer punta de lanza, fue la cadena Chango Más, perteneciente a Francisco De Narváez y que vino a suplantar a Walmart. Esta cadena procedió al despido de más de 300 empleados, todos con antigüedad, apenas salió la reforma laboral. En el mayorista Mademax de La Matanza, despidieron a 70 trabajadores en un día. En Carrefour, Coto y Diarco siguen los despidos por goteo. Ante esta situación las diferentes regionales solo pelean por el pago de la indemnización, en algunos casos llevaron acciones adelante, pero todo terminó en conseguir un 20% más de plata. Nunca pusieron en pie un plan de lucha serio. Mención aparte merece el holding Cencosud (Jumbo, Easy, Disco, Vea, Unicenter, Blaisten, etc.), donde la patronal despidió a un delegado combativo (Jumbo Pilar), electo a principio de año y no lo deja ingresar a su lugar de trabajo. Mientras avanzan en recortar beneficios y despiden gente.
Para enfrentar estos ataques es primordial jerarquizar la organización en los mercados y hacia adentro de los SEC. Realizar asambleas, hacer piquetes de convencimiento, recorrer los mercados, llevar mandatos y exigir a las regionales que convoquen a plenarios. Debemos unir fuerzas dentro de nuestra propia organización y dar la pelea desde allí. Lamentablemente los atajos “legales” no funcionan, no podemos ilusionarnos solo con visibilizar los conflictos en la opinión pública o imponer una agenda parlamentaria que trate la “prohibición de despidos” o peor aún, la “doble indemnización”. Nada de eso juega a nuestro favor, solo podemos organizarnos desde adentro de nuestra organización para presentar una pelea seria.
Necesitamos profundizar las discusiones para llevar adelante un programa obrero, que nos articule para crear una oposición que le dispute la dirección del gremio a la burocracia.
ASAMBLEAS EN CADA MERCADO
PLENARIOS DE DELEGADOS CON MANDATO POR CADA REGIONAL
PLAN DE LUCHA NACIONAL PARA REINCORPORAR A LOS DESPEDIDOS Y POR SALARIO= CANASTA FAMILIAR
PONGAMOS EN PIE UNA OPOSICIÓN REVOLUCIONARIA DENTRO DE LA FEDERACIÓN
Mercantiles de la COR