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Elecciones de la CGT: un recambio de figuras para negociar las condiciones laborales con el imperialismo

Miércoles, 05 Noviembre 2025 07:21
Nacionales
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El 5 de noviembre se reúne el Congreso Nacional Ordinario de la CGT para “renovar” su conducción por otros cuatro años. Aunque “renovar” es un eufemismo, ya que hace varios años siguen siendo las alas del peronismo las que la que detentan la conducción. Ha trascendido que la nueva conducción estaría integrada por Cristian Jerónimo (empleados del vidrio), Jorge Sola (seguros) y Octavio Argüello (camioneros). Pretenden mostrarse como ala renovadora y combativa en desmedro de las alas más recalcitrantes alineadas con los históricos burócratas Cavalieri y Barrionuevo. Este Congreso se da en medio de una crisis histórica del peronismo, que viene de perder las elecciones legislativas nacionales y no encuentra una conducción que unifique, en un momento en el que el capitalismo semicolonial argentino profundiza su sumisión al imperialismo yanki de cara a una crisis económica mundial y crecientes tensiones bélicas en el mundo.

La cúpula de esta organización ha demostrado estar cada vez más lejos de la clase obrera y cada vez más subordinada no sólo a los intereses patronales, sino a los dictados del imperialismo. En cada una de las ramas sindicales, el aparato negocia cargos a discreción, sin ningún tipo de debate serio de cara al activismo, ni a la base, y esto es aún más hermético a nivel de la CGT nacional. Esto es así porque los enemigos en nuestras propias filas que dirigen la CGT son conscientes del poder de la clase obrera organizada. La nueva conducción sabe que la misión de l próximo mandato será negociar la reforma laboral que piden Estados Unidos y las patronales y sostener al débil gobierno de Milei. Ya lo confesó Luis Barrionuevo en septiembre: “Tenemos argumentos de sobra para salir a la calle y no lo hacemos. Si lo hacemos, ¿cuánto dura el Gobierno?”, por eso no quieren “hacer olas”.

Las patronales a la ofensiva contra los trabajadores

En pandemia, las patronales avanzaron sobre nuestras conquistas, mientras la conducción “saliente” se quedó en cuarentena. Ahora, las patronales y el gobierno se preparan para profundizar este curso con las reformas del FMI y los emisarios de Trump. A los planes de flexibilización laboral que se empezaron a ensayar con las condiciones extraordinarias de la pandemia ahora le quieren poner el sello legal con una nueva legislación laboral que contemple jornadas de hasta 13 horas. Y esto se discute sobre el avance de despidos (abiertos o encubiertos como “retiros voluntarios”), cierres de establecimientos, rebaja de condiciones laborales, que se aceleraron desde que asumió Milei. Lejos quedó la demagogia de las alas “progres” de la CGT, como los agrupados en la Corriente Federal de Trabajadores, que allá por 2021 proponían la consigna de reducción de la jornada laboral para generar un “shock de empleo”, sin reducir el salario, a través de un proyecto de ley, para justificar la postulación de burócratas sindicales como candidatos parlamentarios del peronismo, como el bancario Sergio Palazzo. Ahora se quedan callados en sus despachos del Congreso. Porque el rol de la burocracia es solucionarle al sistema las contradicciones que hay entre capital y trabajo y llevar a los trabajadores a las trampas institucionales de la clase que nos explota, subordinando, además, la institución obrera del sindicato al Estado burgués.

Preparémonos para la lucha

Con la postura de conciliación de la conducción peronista, del ala que sea, las patronales no tienen nada que temer al momento de desplegar sus planes de ataques a los trabajadores. Más allá de los matices, tienen acuerdo en la conciliación con la patronal para entregar las conquistas obreras. Este año cumplieron su rol de contención, al desviar todas las peleas de los trabajadores hacia las instituciones burguesas, como el Congreso.

Para enfrentar a las patronales, el gobierno y el imperialismo, debemos organizarnos desde un programa que parta de la independencia total del Estado. Debemos forjar una dirección revolucionaria en el movimiento obrero para poner fin a la dictadura del capital. Para ello tenemos la tarea de recuperar los sindicatos de base y ampliar sus funciones para superar las divisiones que imponen la patronal y la burocracia a las filas obreras, entre ocupados y desocupados, entre efectivos y tercerizados, contratados, monotributistas, etc. Tenemos que pelear por una Central Única de Trabajadores para lograr la más férrea unidad de la clase en la lucha contra la burguesía, enfrentando a las burocracias de la CGT y las CTAs que llevan a las organizaciones que conducen a dividirse en función de intereses patronales y son totalmente funcionales al régimen burgués.

Es clave que avancemos en votar delegados de base en cada rama, que garanticen el debate democrático y desarrollen mociones de movilización y lucha desde cada lugar de trabajo. Impongamos delegados paritarios con mandato y pongamos fin a las negociaciones a espaldas del conjunto de los trabajadores. Impulsemos plenarios de delegados de base y que la conducción de los sindicatos se someta al mandato de los trabajadores. Las comisiones internas deben organizarse en base a estos delegados, con absoluta libertad de tendencias. Es tarea fundamental de los revolucionarios organizar Oposiciones Revolucionarias en los sindicatos, que peleen por un programa de transición en las organizaciones obreras y regenerar una vanguardia obrera que luche por el comunista, organizada en un partido revolucionario.

Internacionalismo proletario

En la lucha por recuperar los sindicatos de la burocracia estamos desarrollando la resistencia al gobierno de Milei. Esta pelea se inscribe en los procesos de irrupción de sectores del movimiento obrero a nivel mundial que han salido con sus métodos, como en Italia, con huelgas generales y la consigna de “bloquear todo”. Tirar abajo a Milei es derribar a un aliando del imperialismo en la región.

Proponemos discutir en las instancias de asambleas de cada lugar de trabajo que debemos ¡ocupar todo! Ocupar los lugares de trabajo, las fábricas, las universidades, las dependencias ministeriales y hacer un paro general de hecho que prepare las condiciones para la huelga general para tirar a Milei e imponer un gobierno obrero.