El Frente Sindical Universitario convocó a un paro de 48 hs. para el 17 y 18 de marzo. Esto, luego de que el gobierno nacional impusiera un aumento por debajo de la inflación para enero y febrero, de 1,5% y 1,2% respectivamente, en línea con el ajuste que implica el presupuesto reconducido de 2023. Esto, partiendo de la pérdida histórica del salario que venimos sufriendo desde aquel año. El alineamiento automático con EEUU e Israel, como se ha constatado en las votaciones en la ONU, y los avances del acuerdo con el FMI, presagian aún mayor ajuste para el resto del año. La salvaje represión del miércoles 12/3 a la marcha de los jubilados y otros sectores que los apoyaban confirma que este gobierno no dudará en implementar los métodos de una dictadura policial para llevar adelante su plan. El calendario electoral, por otra parte, pone a los rectores y decanos y a la burocracia sindical a apostar todo a la vía electoral-parlamentaria, es decir, a intentar encausar la lucha urgente por el salario y las condiciones de trabajo a un lejanísimo “hay 2027”.
Las conducciones de las federaciones CONADU, CONADU H, FATUN, FEDUN y sus socias menores, han comenzado el año como si la lucha partiera de cero, volviendo a las medidas “iniciales” de “concientización” y las “visibilizaciones” impotentes, a los paros sin deliberación de los trabajadores ni preparación en las facultades. Pretenden así borrar de un plumazo toda la experiencia de lucha y organización que fue adquiriendo un sector del activismo durante el año pasado. Por el contrario, más allá del receso por el calendario académico, existe una continuidad en nuestra pelea: hay que retomar las experiencias más avanzadas como los paros totales y las tomas de facultades, y a partir de ahí profundizar las medidas y avanzar en lo que quedó pendiente, como la recuperación de los sindicatos y las organizaciones estudiantiles de manos de la burocracia sindical y de las agrupaciones afines a la UCR, el PJ y demás partidos patronales y la consolidación de un paro educativo nacional de todos los niveles. Esto último es importante, porque no sólo Milei ataca a estudiantes y trabajadores de la educación, sino también los gobernadores de todos los colores políticos, incluyendo a Kicillof, el favorito de la burocracia sindical y los progres venidos a menos.
Las autoridades universitarias agrupadas en el CIN ya han mostrado de sobra su rol en la lucha. Son parte del elenco político patronal (la casta vieja), ya sea de la UCR, el PJ o alguna de sus variantes o desprendimientos. Sólo posaron de combativos para entrar en algún negocio parlamentario con Milei (la nueva casta), obteniendo alguna migaja presupuestaria a cambio de votar la ley bases o alguna otra medida antiobrera del gobierno. Este año, con el calendario electoral en el horizonte, probablemente jueguen el mismo rol: sumarse a la lucha, por invitación de las burocracias sindicales, sólo para presionar y “desgastar” al gobierno para favorecer a sus candidatos, pero al mismo tiempo intentar controlarla o directamente frenarla como sucedió el año pasado con las tomas y la continuidad de los paros escalonados.
Lo que queda claro es que, ante el recorte presupuestario salvaje, las autoridades vienen adaptándose a la miseria y metiendo el ajuste puertas adentro de cada Universidad y Facultad a través de la aplicación de todo el arsenal de medidas que habilita la menemista Ley de Educación Superior (LES), buscando fondos propios con todo tipo de acuerdos con empresas y entidades, incluso avanzando con más arancelamiento, venta de bienes y servicios, y profundizando la precarización laboral con contratos, monotributos, becas, interinatos, etc.. Ni hablar del deterioro de la infraestructura y los equipos de investigación. Para que nuestra lucha triunfe, es necesario desarrollarla con total independencia de las autoridades del régimen universitario.
Los trabajadores docentes y nodocentes así como los estudiantes de las Universidades Nacionales tenemos planteada la tarea de enfrentar a este gobierno estafador y felpudo del imperialismo yanqui paralizando las universidades y cuestionando el carácter de clase de la educación. Por supuesto, para derrotar a Milei y tirarlo abajo es imprescindible la intervención del conjunto del movimiento obrero, especialmente del proletariado industrial más concentrado, con quienes debemos buscar unificar la lucha. Para eso, es necesario romper con las direcciones burocráticas de las federaciones de trabajadores universitarios y sus sindicatos de base, que vienen haciendo de correa de transmisión del CIN y por esa vía, transigiendo con Milei y su motosierra. También es necesario enfrentar a las direcciones estudiantiles ligadas a los partidos del régimen. Organicemos asambleas en cada facultad, por comisión, curso y/o carrera, elijamos delegados con mandato e impulsemos asambleas interclaustros para deliberar cómo garantizar un paro contundente este 17 y 18 de marzo. Un paro contundente significa sin clases virtuales ni guardias mínimas del sector nodocente. El movimiento estudiantil puede jugar un rol importante con las tomas, garantizando así la paralización total de las actividades. Es necesario además desarrollar un plan de lucha para dar continuidad a nuestra pelea contra un gobierno que va por todo.
Recuperemos nuestras organizaciones, superemos las divisiones que nos quiere imponer la burocracia sindical y avancemos hacia un sindicato único de trabajadores de la educación, ciencia y tecnología. Por organizaciones de base y cuerpos de delegados votados en asamblea para barrer con la burocracia estudiantil de los centros y federaciones. Construyamos una corriente revolucionaria docente-nodocente-estudiantil en la universidad, con libertad de tendencias, para dotarnos de una dirección capaz llevar la lucha a la victoria.
La tormenta que atravesó el país el 7 y 8 de marzo dejó a varias localidades inundadas, siendo la ciudad de Bahía Blanca en la Provincia de Buenos Aires la más afectada. Al momento de escribir esta declaración, se contabilizan 16 fallecidos y un número creciente de personas con paradero desconocido. También la ciudad de San Miguel de Tucumán sufrió una grave inundación.
Los sindicatos docentes y nodocentes, al igual que los centros de estudiantes y federaciones universitarias de todo el país deben ponerse a la cabeza de la solidaridad de clase con los trabajadores y estudiantes afectados. Organicemos la recepción y acopio de productos necesarios para los afectados y viajes a los lugares para hacer entrega de la mercadería a las organizaciones docentes, nodocentes y estudiantiles de esas localidades.