Hasta hace unos días el gobierno de Milei, bajo las órdenes del FMI, ha efectuado 11000 despidos, y amenazó con más. Ayer, el vocero Adorni, mientras se desarrollaban las acciones en las delegaciones, ratificó los despidos afirmando que en esta primera etapa son 15mil.
Los argumentos utilizados son los de siempre: la supuesta inutilidad del ñoqui estatal, la necesidad de reducir la planta del estado para achicar el gasto público, la búsqueda de eficiencia, en fin, todo lo que ya nos dijeron los milicos, Menem, De La Rúa y Macri, y hemos escuchado hasta el hartazgo.
Lo cierto es que, cada ataque, desfinanciamiento y ola de despidos que se han realizado a lo largo de la historia, no redundaron ni en una disminución de los “ñoquis”, ni en el achicamiento del gasto, ni en la eficiencia y mucho menos impactaron en una reducción de la pobreza. Y esta vez, no va a ser la excepción. Porque lo que busca este gobierno antiobrero es golpear y disciplinar a los trabajadores y sus organizaciones, y dejar tierra arrasada para alegría y beneficio de sus socios de la timba financiera.
La respuesta de los principales gremios estatales, UPCN y ATE, no sólo no ha estado a la altura del ataque, sino que ha sido directamente vergonzosa. UPCN ha mostrado, nuevamente, su carácter pro patronal y su servilismo a todo gobierno existente, a tal punto que ha militado en contra de cualquier acción por parte de los trabajadores, que apuntara a reincorporar los despedidos, optando por la negociación uno a uno, fortaleciendo su carácter extorsivo y clientelar sobre los precarizados.
En cuanto a ATE, en nombre de la “unidad” y la “masividad” se negó hasta hoy a convocar a un paro nacional, esperando a un paro de la CGT que nunca ocurrió, mientras llegaban los avisos de despidos.
Lo cierto es que la burocracia sindical es doblemente responsable de la situación actual.
Por un lado, los años de alineamiento con el gobierno de Fernández, la pérdida de independencia al participar sus principales referentes en las listas kirchneristas, trajeron como consecuencia el aislamiento del CDN y los CDP de la base de trabajadores y el ausentismo de los delegados verdes y verdeblancos de los lugares de trabajo. Asimismo, las fracturas internas, las guerras de camarillas y la pérdida de horizonte ideológico y político, debilitaron el gremio a tal punto que perdieron la confianza de la base.
Por otro lado, el ataque masivo puso al desnudo la complicidad por acción u omisión de las conducciones sindicales con respecto a la precarización del empleo público. De los aproximadamente 140 mil trabajadores de la administración pública nacional, casi 70 mil, es decir la mitad, son contratados en las distintas modalidalidades que impuso Menem y que ninguno de los gobiernos posteriores quiso revertir. Muchos de ellos tienen más de 5 años de antigüedad, incluso hay casos de 10 o 15 años. Ni la conducción de UPCN ni de ATE pelearon por el pase a planta de los contratados, en los años de los gobiernos “nac&pop” que con tanta nostalgia dicen defender. Con el slogan “fortalecer el estado para la soberanía nacional” y “mi trabajo son tus derechos” se la pasaron firmando paritarias a la baja y aceptando las condiciones laborales cada vez más precarias, sembrando ilusiones en que el Estado capitalista sería el salvador de la clase trabajadora.
Está claro que ahora empiezan por los sectores más vulnerables, pero luego irán por la planta permanente mediante el recurso de los pases a disponibilidad, o simplemente liquidando los salarios mediante el desfinanciamiento progresivo.
Es urgente organizarse desde abajo para ir a un Plan de Lucha con ocupación de organismos y reparticiones públicas, coordinando con todos los sectores en lucha
A la confusión inicial, le siguió una catarata de discursos encendidos de parte de Aguiar y su ex-enemigo ahora unido por el espanto, el Tano Catalano. Actos arriba de la vereda, que llamaban al ingreso de los despedidos a los lugares de trabajo, mientras en los hechos la verde y blanca dónde conduce boicoteó la medida, en otros la verde salió de su letargo para impulsarla, porque un sector del activismo mostró que empieza a haber disposición a la lucha. La jornada del martes 3 demostró que aún con una medida de acción limitada, como lo es ocupar el puesto de trabajo sin paro de los no despedidos ni ocupación del lugar, la importancia de una acción nacional y coordinada; y sobre todo la urgencia de un paro nacional. Es por esto que en el plenario de delegados del miércoles 3 la burocracia tuvo que convocar al paro el viernes 5/4.
Las agrupaciones, delegados y listas opositoras no han tenido un posicionamiento claro como alternativa de dirección a la crisis que atraviesan las conducciones gremiales, producto de las prácticas de aparato y la fragmentación, pero también de la adaptación parlamentarista de los partidos que las orientan.
Una verdadera oposición sindical, no vive solo de la presentación de listas en las elecciones, es necesario que organice a los trabajadores y pelee por la dirección, enfrentando a la burocracia en todos los terrenos.
Se hace urgente una reunión nacional de delegados y activistas opositores, para acordar el impulso de un plan de lucha acorde al ataque del gobierno. Organizar asambleas con mandato en cada lugar, discutir un programa que para nosotros debe incluir la reincorporación de los despedidos y la absorción de todos los contratados a la planta permanente de cada repartición. Un convenio único de todos los trabajadores estatales, el aumento salarial para superar la canasta familiar, y con actualización mensual acorde a la inflación. Además de mejoras de las condiciones de trabajo.
En cuanto a cómo organizar la lucha, es importante impulsar delegados paritarios elegidos en asambleas y reapertura inmediata de las paritarias.
Porque una orientación como la que describimos, no puede ser llevada adelante por la burocracia, que responde a la política del peronismo y no a los intereses de la clase trabajadora. No basta con exigir paros nacionales, es necesario organizar al activismo opositor para imponer los métodos y el programa de lucha Un plan de lucha que incluya paros nacionales de todos los trabajadores nacionales y provinciales, con ocupación de todas las reparticiones y organismos, y también buscando la coordinación con los docentes, hasta torcerle al brazo al ajustador Milei y sus cómplices.
¡Por un encuentro nacional de trabajadores estatales intersindical con delegados de base!