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SECUNDARIOS: TOMAS EN C.A.B.A. CONTRA UNA REFORMA EDUCATIVA A MEDIDA DE LOS EMPRESARIOS

Miércoles, 27 Septiembre 2017 18:38
Buenos Aires
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En septiembre, miles de estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires protagonizaron, a través de sus centros de estudiantes, un mes de tomas de escuelas contra el plan de reforma educativa del gobierno de Larreta. La reforma, conocida como “secundaria del futuro”, busca eliminar el último año de cursada y sustituirlo con una combinación de un 50% de trabajo como mano de obra gratuita en las empresas (“pasantías”) y el otro 50% restante en el desarrollo del “emprendedorismo”. Esto último sería la preparación para que los jóvenes ingresen al mercado laboral bajo la forma de “emprendedores” o “autónomos”, es decir, en sintonía con el plan de liquidar los derechos laborales y los convenios colectivos de trabajo, aumentando la flexibilización laboral.

La lucha comenzó con algunos colegios tomados. La respuesta de la ministra Acuña (Educación de la Ciudad) fue instruir un protocolo anti toma con injerencia de la policía metropolitana. Pero la resistencia de los estudiantes se fortaleció y se extendieron las tomas hasta ser 30 las escuelas ocupadas. Se desarrollaron importantes movilizaciones, como la del aniversario de la noche de los lápices y la del 22/9 al Ministerio de Educación. Los docentes se sumaron en rechazo a la reforma. El 22/9 Ademys convocó a parar y rechazar la eliminación de puestos docentes por facilitadores y tutores. En cambio, UTE, el gremio mayoritario dirigido por el kirchnerismo, carnereó.

Soledad Acuña, al ver que las tomas no mermaban, tuvo que cambiar la línea y convocó a una reunión a los centros en lucha, para mostrarse dialoguista ante la opinión pública, pero sin dar marcha atrás con la Secundaria del Futuro. Luego de esta reunión y de la marcha del 22 las tomas se empezaron a levantar.

Si bien no se logró tirar abajo la reforma, que intentarán aplicar en forma piloto en 2018, para nada ha sido una derrota. La lucha ha dejado una experiencia, desarrollado una vanguardia, y plantea sacar lecciones hacia adelante en el movimiento secundario. Lo mismo hacia los sectores docentes y trabajadores de la educación, en medio de la profundización del ajuste. Aquí, plantearemos algunos elementos en este sentido.

 

La salida macrista para la educación

 

Estos cambios que intenta imponer la Ciudad son el prototipo para avanzar en todo el país, lo cual ya viene intentando hacer el gobierno nacional vía plan Aprender y la implantación el Plan Maestro, para funcionalizar la educación aún más al servicio del capital. A su vez, esto se enmarca en la reforma laboral exigida por los capitalistas, que apunta a reducir costos laborales, aumentando la explotación y recortando conquistas. En este sentido, se apunta contra el trabajo docente: aumentar la productividad, con ítems como el presentismo; disminuir la planta fija achicando áreas pedagógicas y atacar las condiciones de trabajo con la excusa de “transformar la enseñanza” para adecuarla a los cambios tecnológicos, apuntando a eliminar el rol de los docenes frente a los estudiantes.

También se busca ligar cada vez más los contenidos al control de los empresarios y el capital privado, para explotar mejor el futuro de la juventud y preparar una mano obra dócil. Esteban Bullrich, ex ministro de educación, en un encuentro con industriales (UIA), lo dijo claramente: “yo no me paro como ministro de educación, me paro como gerente de recursos humanos, eso es lo que soy para ustedes” … “queremos ser el sistema educativo en el mudo que detecte talentos individuales y los desarrolle para que ustedes tengan a quienes elegir para sus empresas”. En este sentido, mediante una jerarquía y puntaje, seleccionar a los jóvenes que van a entrar al mercado laboral y a quienes le toca ser nuevos desocupados desde la misma escuela.

El macrismo no ha inventado nada nuevo con las pasantías. Está poniendo en práctica la ley 26.427 sancionada en 2008 por el kirchnerismo, cuyo autor es Daniel Filmus. Así como la Ley de Educación (2006). La comunión entre ambas fracciones patronales se dio también con la NES (Nueva Escuela Secundaria), aprobada en 2013, cuando el PRO en la ciudad, con el apoyo del ministerio de educación nacional K, eliminó decenas de orientaciones en las escuelas, lo que significó pérdida puestos de trabajo, tercerización de áreas y contratos precarios.

 

El kirchnerismo y su rol

 

De los 30 centros de estudiantes, una mayoría están dirigidos por corrientes kirchneristas o ligadas de alguna forma a los K, que luego de la reunión con Acuña operaron para levantar las tomas. El kirchnerismo ha sido un freno para el desarrollo de la lucha. Intentó eliminar todo carácter combativo del movimiento, llevando la discusión a una cuestión democrática de “consulta” sobre las reformas e intentando ocultar su acuerdo de fondo con Cambiemos en cuanto al contenido de una educación al servicio del capital, esto en medio de la embestida del gobierno por la reforma laboral. Por eso intentaron en todo momento conducir los reclamos de esta vanguardia estudiantil a las instituciones, mostrándose defensores del orden.

En esta lucha es clave la posición de los gremios docentes. Por eso, la conducción K de UTE-Cetera se negó a convocar paro en el mes que duraron las tomas, a pesar de que un aspecto de la reforma ataca la estabilidad de los docentes. La burocracia celeste de este gremio forma parte de la tregua del conjunto de la burocracia sindical con el gobierno para dejar pasar el ajuste. El kirchnerismo buscó fortalecer a Filmus como interlocutor del gobierno de cara a las elecciones de octubre. Él mismo le pidió a Acuña en la mesa de Mirtha Legrand: “pongámonos de acuerdo, convoquen a una mesa de diálogo, hagamos un proyecto de ley en común para la reforma”, demostrando que no tienen ningún tipo de contradicción con los planes del macrismo.

 

Contra la educación de clase

 

Una de las lecciones de importancia de la lucha lo demostraron los centros de estudiantes como organizadores. Poner en pie centros donde no haya y recuperarlos para que sean verdaderas herramientas de lucha, independientes del as autoridades, del Estado y los partidos patronales (PRO, FPV, PJ), es una tarea de primer orden. Junto a los sindicatos docentes combativos y los sectores antiburocráticos a nivel nacional de los sindicatos estatales, de la ciencia y universitarios, es necesario convocar a un Congreso Nacional Educativo, con delegados mandatados, que prepare y resuelva un PARO EDUCATIVO NACIONAL (con toma de establecimientos) hasta derrotar la reformas del gobierno.

A diferencia de las corrientes que estuvieron en la dirección del conflicto, desde los kirchneristas hasta el FIT (PO y PTS), desde la COR no defendemos la “educación pública” tal cual es, ya que no puede haber educación verdaderamente pública bajo el capitalismo. El sistema educativo actual tiene carácter de clase, esta al servicio de los empresarios. La mitad de los jóvenes no termina o ni siquiera accede a la secundaria y la mayoría pasa a engrosar las filas de la clase obrera la clase obrera desocupada. Para dar a la juventud un futuro es necesario enfrentar al capitalismo. Una tarea que solo la clase obrera organizada puede realizar. La juventud en las escuelas necesita adoptar un programa en sus organizaciones que enfrente el carácter de clase de la educación y ligar esta lucha a la de la juventud obrera y de la clase trabajadora en su conjunto contra el sistema capitalista.

 

Por una juventud revolucionaria

 

Al interior de las organizaciones estudiantiles debemos hacer una lucha política por desarrollar una juventud revolucionaria, en lucha política con las tendencias que llevan a los jóvenes a confiar en las instituciones burguesas y en el orden social existente. El capitalismo sólo ofrece a la juventud mayores padecimientos, superexplotación, desocupación, represión. El asesinato de Santiago Maldonado por la represión de Gendarmería muestra cómo piensan garantizar sus reformas, a la fuerza.

Las corrientes revolucionarias debemos desarrollar un programa en la juventud que tome en sus manos las banderas de la clase obrera, que plantee la lucha internacionalista contra el capitalismo. En ese sentido planteamos: Abajo la reforma educativa. Abran las escuelas y las universidades a los trabajadores y la juventud. Ingreso irrestricto, triple turno de cursado y becas para los hijos de los trabajadores. Aumento del presupuesto educativo en base al no pago a la deuda externa. Ningún al financiamiento a la escuela privada. Por el derecho al trabajo y el pan para los jóvenes. Abajo la reforma laboral del macrismo. Fuera la burocracia sindical, independencia de los sindicatos del estado. Salario igual la canasta familiar para todo joven que ingresa a trabajar. Escala móvil de horas y salarios. Becas de estudio para los jóvenes obreros (18 a 26 años) a cargo de la patronales y jornada reducida para para poder realizar estudios superiores.

Miles de jóvenes en las escuelas, en las universidades, en las fábricas y empresas se revelan cada día contra el capitalismo no solo en Argentina sino en todo el mundo. Hace falta una dirección consciente para llevar esas luchas en la única dirección progresiva para la humanidad, la revolución socialista. Organicemos a la juventud junto a la clase obrera para expropiar a la burguesía y sentar las bases de una sociedad sin explotadores ni explotados. La juventud organizada en un partido internacional por la revolución socialista.